*Lecturas de la Anunciación del Señor*
Lunes, 8 de abril de 2024
Primera
lectura
Lectura
del libro de Isaías (7,10-14;8,10):
En aquel tiempo, el Señor habló a Acaz: «Pide una señal al Señor, tu Dios: en
lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.»
Respondió Acaz: «No la pido, no quiero tentar al Señor.»
Entonces dijo Dios: «Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres,
que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal:
Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre
Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros".»
Palabra de Dios
Salmo
Sal
39,7-8a.8b-9.10.11
R/. Aquí
estoy, Señor, para hacer tu voluntad
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio,
entonces yo digo: «Aquí estoy.» R/.
«Como está escrito en mi libro
para hacer tu voluntad.»
Dios mío, lo quiero,
y llevo tu ley en las entrañas. R/.
He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes. R/.
No me he guardado en el pecho tu defensa,
he contado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia
y tu lealtad ante la gran asamblea. R/.
Segunda
lectura
Lectura
de la carta a los Hebreos (10,4-10):
Es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los
pecados. Por eso, cuando Cristo entró en el mundo dijo: «Tú no quieres
sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo; no aceptas
holocaustos ni víctimas expiatorias. Entonces yo dije lo que está escrito en el
libro: "Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad."» Primero dice:
«No quieres ni aceptas sacrificios ni ofrendas, holocaustos ni victimas
expiatorias», que se ofrecen según la Ley. Después añade: «Aquí estoy yo para
hacer tu voluntad.» Niega lo primero, para afirmar lo segundo. Y conforme a esa
voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo,
hecha una vez para siempre.
Palabra de Dios
*Lecturas de la Anunciación del Señor*
Lunes, 8 de abril de 2024
Evangelio
Lectura
del santo evangelio según san Lucas (1,26-38):
A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una
ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado
José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor
está contigo.»
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios.
Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús.
Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de
David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no
tendrá fin.»
Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del
Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará
Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha
concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para
Dios nada hay imposible.»
María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu
palabra.»
Y la dejó el ángel.
Palabra del Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
(El ángel le dijo: «No temas,
María, porque has encontrado gracia ante Dios)
*Por
este temor que sintió María, también a nosotros nos ha llegado la esperanza de
encontrar gracia antes Dios. La gracia que llegaría a su seno sería tan Grande
y se llamaría Hijo del Altísimo, también nosotros por esta gracia tenemos
dentro al Hijo del Altísimo. María con palabras temblorosas hizo una pregunta
¿Cómo será eso, pues no conozco varón? Porque ella sabía bien, que se avía
reservado interiormente para el Rey de Reyes y Señor de Señor. ¿Y nosotros para
quien nos estamos reservando? El ángel le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre
ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra “Porque para Dios nada
hay imposible”. Ella se rinde frente a esas palabras y dice: He aquí la esclava
del Señor; hágase en mí según tu palabra. También a mi María, me hace una
invitación de poner mi corazón dentro del de ella, para que esté seguro para
siempre*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.