Musica Para el Alma
domingo, 4 de octubre de 2020
ORACION AL MEDIO DIA EL ANGELUS
EVANGELIO DE MATEO 7,7-11 CICLO A
Lecturas
del Témporas de petición y acción de gracias
Lunes, 5 de octubre de 2020
Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Mateo (7,7-11):
7 «Pedid y se os dará;
buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá.
8 Porque todo el que pide recibe; el que
busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
9 ¿O hay acaso alguno entre vosotros que al
hijo que le pide pan le dé una piedra;
10 o si le pide un pez, le dé una culebra?
11 Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis
dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los
cielos dará cosas buenas a los que se las pidan
Palabra del Señor
《Porque todo el que pide recibe, quien busca
encuentra y al que llama se le abre》
*Pedid, buscad, y llamad. Es muy importante que
reconozca que cuando pida al Señor tengo que sentirme necesitado y sentirme
mendigo. Buscad: Para buscar tengo que sentir que lo que busco es algo que me
dará la vida y el Señor me dice que lo que busco esta dentro de los más pobre,
dentro de los más necesitado, dentro de lo que necesita a alguien que les escuche,
que les ponga atención, que sientan que tienen valor. Llamad: Es bueno que
siempre este llamando al Señor continuamente para no caer en tentaciones, en
murmuraciones, en juicios, en chisme, que no tenga miedo nunca de llamarlo que él,
siempre está dispuesto para escucharme, que las puertas de su corazón están
abiertas para todos. Pídeme, Búscame Y Llámame*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL LUNES 5. TEMPORAS DE ACCION DE GRACIAS Y DE PETICION (FIESTA)
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre;
limpia mi corazón de todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina
mi entendimiento y enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y
devotamente pueda recitar este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia
de tu divina majestad. Por Cristo nuestro Señor. Amén
Témporas de
acción de gracias y de petición, fiesta
Días de
acción de gracias y de petición que la comunidad cristiana ofrece a Dios,
terminadas las vacaciones y la recolección de las cosechas, al reemprender la
actividad habitual. Son una ocasión que presenta la Iglesia para rogar a Dios
por las necesidades de los hombres, principalmente por los frutos de la tierra
y por los trabajos de los hombres, dando gracias a Dios públicamente (OGMR 45).
Se celebrarán al menos en este día y, siempre que sea posible, es aconsejable
celebrarlo también en otros dos días de la misma semana.
LUNES
SEMANA III
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor
abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Señor, démosle gracias por sus
beneficios.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos al Señor, démosle gracias por sus
beneficios.
Himno
Gracias, Señor, por esta agua que llega
del aire hasta los campos, hasta el bosque y el huerto;
gracias por tu palabra que riega este desierto
del alma, prometiendo las horas de la siega.
Gracias por tanta gracia, tanta cuidada entrega,
por el sol que calienta este corazón yerto;
gracias por estas flores primeras que han abierto
ojos de luz a tanta claridad honda y ciega.
Gracias porque te he visto latiendo en los bancales,
favoreciendo, urdiendo los tiernos esponsales
del verdor con la tierra, la rosa con la rama.
Gracias porque nos enseñas a ser en lo que era
al olvidar mis estiajes en esta primavera;
gracias porque es llegado el tiempo del que ama. Amén
Salmodia
Salmo 50:
Misericordia, Dios mío
Ant: Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente.
Mira, en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
¡Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza.
Isaías
45,15-26: Que los pueblos todos se conviertan al Señor
Ant: Con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.
Es verdad: tú eres un Dios escondido,
el Dios de Israel, el Salvador.
Se avergüenzan y se sonrojan todos por igual,
se van avergonzados los fabricantes de ídolos;
mientras el Señor salva a Israel
con una salvación perpetua,
para que no se avergüencen ni se sonrojen nunca jamás.
Así dice el Señor, creador del cielo
-Él es Dios-,
Él modeló la tierra,
la fabricó y la afianzó;
no la creó vacía,
sino que la formó habitable:
«Yo soy el Señor, y no hay otro»
No te hablé a escondidas,
en un país tenebroso,
no dije a la estirpe de Jacob:
«Buscadme en el vacío»
Yo soy el Señor que pronuncia sentencia
y declara lo que es justo.
Reuníos, venid, acercaos juntos,
supervivientes de las naciones.
No discurren los que llevan su ídolo de madera
y rezan a un dios que no puede salvar.
Declarad, aducid pruebas,
que deliberen juntos:
¿Quién anunció esto desde antiguo,
quién lo predijo desde entonces?
¿No fui yo, el Señor?
-No hay otro Dios fuera de mí-.
Yo soy un Dios justo y salvador,
y no hay ninguno más.
Volveos hacia mí para salvaros,
confines de la tierra,
pues yo soy Dios, y no hay otro.
Yo juro por mi nombre,
de mi boca sale una sentencia,
una palabra irrevocable:
«Ante mí se doblará toda rodilla,
por mí jurará toda lengua»
dirán: «Sólo el Señor
tiene la justicia y el poder»
A Él vendrán avergonzados
los que se enardecían contra él;
con el Señor triunfará y se gloriará
la estirpe de Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.
Salmo
99: Alegría de los que entran en el templo
Ant: Entrad por las puertas del Señor, dándole gracias y bendiciendo su
nombre.
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores.
Sabed que el Señor es Dios:
que Él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:
«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Entrad por las puertas del Señor, dándole gracias y bendiciendo su
nombre.
Lectura
Bíblica
Si 50,24-26
Bendecid al Dios del universo,
que ha hecho maravillas en la tierra, que cría al hombre desde el vientre
materno y lo forma a su voluntad. Él os conceda un corazón sabio y que reine la
paz entre vosotros, en Israel, por los siglos de los siglos. Que su
misericordia sea fiel con nosotros, y en nuestros días nos rescate.
V/. Dios
nuestro, te damos gracias alabando tu nombre glorioso.
R/. Dios
nuestro, te damos gracias alabando tu nombre glorioso.
V/. De ti
viene la riqueza y la gloria.
R/. Alabando
tu nombre glorioso.
V/. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/. Dios
nuestro, te damos gracias alabando tu nombre glorioso.
Ant: Haz, Señor, prósperas las obras de nuestras manos, y toda nuestra
vida será alegría y júbilo.
Lectura
Bíblica
V/. En la
oración y súplica con acción de gracias.
R/. Vuestras
peticiones sean presentadas a Dios.
Convertíos
de todo corazón y os enviaré el vino, el trigo y el aceite
Jl
2,12b-19.21-24.26-27
Convertíos a mí de todo corazón
con ayuno, con llanto, con luto. Rasgad los corazones, no las vestiduras;
convertíos al Señor, Dios vuestro, porque es compasivo y misericordioso, lento
a la cólera, rico en piedad; y se arrepiente de las amenazas. Quizás se
arrepienta y nos deje todavía su bendición, la ofrenda, la libación para el
Señor vuestro Dios.
Tocad la trompeta en Sión,
proclamad el ayuno, convocad la reunión. Congregad al pueblo, santificad la
asamblea, reunid a los ancianos, congregad a muchachos y niños de pecho. Salga
el esposo de la alcoba, la esposa del tálamo. Entre el atrio y el altar lloren
los sacerdotes, ministros del Señor, y digan:
«Perdona, Señor, a tu pueblo; no
entregues tu heredad al oprobio, no la dominen los gentiles; no se diga entre
las naciones `¿Dónde está su Dios?´ El Señor tenga celos por su tierra y
perdone a su pueblo.»
Entonces el Señor respondió a su
pueblo, diciendo:
«Mirad, os envío el trigo, el
vino y el aceite, hasta saciaros; y no os entregaré más al oprobio de las
gentes.
No temas, suelo, alégrate y
regocíjate, porque el Señor hace cosas grandes. No temáis, animales del campo;
germinarán las estepas, los árboles darán fruto, la vid y la higuera su
riqueza.
Hijos de Sión, alegraos, gozaos
en el Señor, vuestro Dios, que os dará la lluvia temprana en su sazón, hará
descender como antaño las lluvias tempranas y tardías. Las eras se llenarán de
trigo, rebosarán los lagares de vino y aceite. Comeréis hasta hartaros, y
alabaréis el nombre del Señor, vuestro Dios. Porque hizo milagros en vuestro
favor, y mi pueblo no será confundido. Sabréis que yo estoy en medio de Israel,
el Señor, vuestro Dios, el Único, y mi pueblo no será confundido jamás.»
R/. Convertíos
al Señor, Dios vuestro, porque es compasivo y misericordioso.
V/. Hará
descender como antaño las lluvias tempranas y tardías.
R/. Porque es
compasivo y misericordioso.
Acción de gracias
y petición del pueblo cristiano
San Clemente I, papa
Carta a
los Corintios (Caps 59,2 - 60,4 : Funk 1, 135-141)
En la oración y en las súplicas,
pediremos al Artífice de todas las cosas que guarde, en todo el mundo, el
número contado de sus elegidos, por medio de su Hijo amado, Jesucristo; en él
nos llamó de las tinieblas a la luz, de la ignorancia al conocimiento de su
gloria.
Nos llamaste para que nosotros
esperáramos siempre, Señor, en tu nombre, pues él es el principio de toda
criatura. Tú abriste los ojos de nuestro corazón, para que te conocieran a ti,
el solo Altísimo en lo más alto de los cielos, el Santo que habita entre los
santos. A ti, que abates la altivez de los soberbios, que deshaces los planes
de las naciones, que levantas a los humildes y abates a los orgullosos; a ti,
que enriqueces y empobreces; a ti, que das la muerte y devuelves la vida.
Tú eres el único bienhechor de
los espíritus y Dios de toda carne, que penetras con tu mirada los abismos y
escrutas las obras de los hombres; tú eres ayuda para los que están en peligro,
salvador de los desesperados, criador y guardián de todo espíritu.
Tú multiplicas los pueblos sobre
la tierra y, de entre ellos, escoges a los que te aman, por Jesucristo, tu
siervo amado, por quien nos enseñas, nos santificas y nos honras.
Te rogamos, Señor, que seas
nuestra ayuda y nuestra protección: salva a los oprimidos, compadécete de los
humildes, levanta a los caídos, muestra tu bondad a los necesitados, da la
salud a los enfermos, concede la conversión a los que han abandonado a tu
pueblo, da alimento a los hambrientos, liberta a los prisioneros, endereza a
los que se doblan, afianza a los que desfallecen. Que todos los pueblos te
reconozcan a ti, único Dios, y a Jesucristo, tu Hijo, y vean en nosotros tu pueblo
y las ovejas de tu rebaño.
Por tus obras has manifestado el
orden eterno del mundo, Señor, creador del universo. Tú permaneces inmutable a
través de todas las generaciones: justo en tus juicios, admirable en tu fuerza
y magnificencia, sabio en la creación, providente en sustentar lo creado, bueno
en tus dones visibles y fiel en los que confían en ti, el único misericordioso
y compasivo.
Perdona nuestros pecados,
nuestros errores, nuestras debilidades, nuestras negligencias. No tengas en
cuenta los pecados de tus siervos y de tus siervas, antes purifícanos con el
baño de tu verdad y endereza nuestros pasos por la senda de la santidad de
corazón, a fin de que obremos siempre lo que es bueno y agradable ante tus ojos
y ante los ojos de los que nos gobiernan.
Sí, oh Señor, haz brillar tu
rostro sobre nosotros, concédenos todo bien en la paz, protégenos con tu mano
poderosa, líbranos, con tu brazo excelso, de todo mal y de cuantos nos
aborrecen sin motivo. Danos, Señor, la paz y la concordia, a nosotros y a
cuantos habitan en la tierra, como la diste en otro tiempo a nuestros padres,
cuando te invocaban piadosamente con confianza y rectitud de corazón.
R/. A ti,
Señor, levanto mi alma; Dios mío, en ti confío, no quede yo defraudado.
V/. No te
acuerdes, Señor, de los pecados ni de las maldades de mi juventud; acuérdate de
mí con misericordia.
R/. Dios mío,
en ti confío, no quede yo defraudado.
Lecturas del Témporas de petición y acción de gracias
Lunes, 5 de
octubre de 2020
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (7,7-11):
7 «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis;
llamad y se os abrirá.
8 Porque todo el que
pide recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
9 ¿O hay acaso alguno
entre vosotros que al hijo que le pide pan le dé una piedra;
10 o si le pide un pez,
le dé una culebra?
11 Si, pues, vosotros,
siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro
Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan
Palabra del Señor
Cántico
Evangélico
Ant: Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y
cánticos inspirados.
†
(se hace la señal de la cruz mientras se comienza a recitar)
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y
cánticos inspirados.
Preces
Demos gracias a Dios, que nos ha colmado de sus beneficios, y,
pidiéndole que continúe haciendo prósperas las obras de nuestras manos,
digámosle:
Escúchanos, Señor
·
- Concédenos,
Señor, reemprender con ánimo nuestras tareas, par que, llegados al fin de nuestros trabajos,
podamos darte gracias nuevamente
·
·
- Muéstranos tu rostro propicio y danos tu
paz,
para que, durante todo el año, sintamos cómo tu mano nos
protege
·
·
- Danos tu sabiduría eterna, para que
permanezca con nosotros
y nos asista en nuestros trabajos durante todo el año
·
·
- Vela, Señor, sobre nuestros pensamientos,
palabras y obras,
a fin de que en este año obremos según te es grato
·
·
- Aparta de nuestros pecados tu vista
y borra en nosotros toda culpa
·
Se pueden añadir algunas
intenciones libres.
Llenos de alegría por
nuestra condición de hijos de Dios, digamos confiadamente:
Padre
nuestro que
estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a
nosotros tu reino;
hágase tu
voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona
nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos
dejes caer en la tentación,
y
líbranos del mal.
Final
Padre de bondad, que, con amor y
sabiduría, quisiste someter la tierra al dominio del hombre, para que de ella
sacara su sustento y en ella contemplara tu grandeza y tu providencia, te damos
gracias por los dones que de ti hemos recibido y te pedimos nos concedas
emplearlos en alabanza tuya y en bien de nuestros hermanos. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.
Si el que preside no es un ministro ordenado, o en el rezo
individual:
†
(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V/. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.
Vísperas
Inicio
†
(se hace la
señal de la cruz mientras se dice:)
V/. -Dios mío, ven en mi auxilio.
R/. -Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya
Himno
Te damos
gracias, Señor,
porque has depuesto la ira
y has detenido ante el pueblo
la mano que lo castiga.
Tú eres el Dios que nos salva,
la luz que nos ilumina,
la mano que nos sostiene
y el techo que nos cobija.
Y sacaremos con gozo
del manantial de la Vida
las aguas que dan al hombre
la fuerza que resucita.
Entonces proclamaremos:
«¡Cantadle con alegría!
¡El nombre de Dios es grande;
su caridad, infinita!
¡Que alabe al Señor la tierra!
Contadle sus maravillas.
¡Qué grande, en medio del pueblo,
el Dios que nos justifica!» Amén.
Salmodia
Salmo
24,1-11:
Ant: En ti confío, Señor, no
quede yo defraudado.
A ti,
Señor, levanto mi alma;
Dios mío, en ti confío
no quede yo defraudado,
que no triunfen de mí mis enemigos,
pues los que esperan en ti no quedan defraudados,
mientras que el fracaso malogra a los traidores.
Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador,
y todo el día te estoy esperando.
Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas;
no te acuerdes de los pecados
ni de las maldades de mi juventud;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor.
El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes.
Las sendas del Señor son misericordia y lealtad
para los que guardan su alianza y sus mandatos.
Por el honor de tu nombre, Señor,
perdona mis culpas, que son muchas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: En ti confío, Señor, no
quede yo defraudado.
Salmo
27,1-3.6-9: Súplica y acción de gracias
Ant: Escucha, Señor, mi voz
suplicante.
A ti,
Señor, te invoco;
Roca mía, no seas sordo a mi voz;
que, si no me escuchas, seré igual
que los que bajan a la fosa.
Escucha mi voz suplicante
cuando te pido auxilio,
cuando alzo las manos
hacia tu santuario.
No me arrebates con los malvados
ni con los malhechores,
que hablan de paz con el prójimo,
pero llevan la maldad en el corazón.
Bendito el Señor, que escuchó
mi voz suplicante;
el Señor es mi fuerza y mi escudo:
en él confía mi corazón;
me socorrió, y mi corazón se alegra
y le canta agradecido.
El Señor es fuerza para su pueblo,
apoyo y salvación para su Ungido.
Salva a tu pueblo y bendice tu heredad,
sé su pastor y llévalos siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Escucha, Señor, mi voz
suplicante.
Efesios
1, 3-10: El Dios Salvador
Ant: Dios hará justicia a sus
elegidos que le gritan. Aleluya.
Bendito
sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante Él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Este es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Dios hará justicia a sus
elegidos que le gritan. Aleluya.
Lectura
Bíblica
St 5,16b-18
Mucho puede hacer la oración intensa del justo. Elías, que era un
hombre de la misma condición que nosotros, oró fervorosamente para que no
lloviese; y no llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses. Luego
volvió a orar, y el cielo derramó lluvia y la tierra produjo sus frutos.
V/. Yo te
invoco, porque tú me respondes, Dios mío.
R/. Yo te
invoco, porque tú me respondes, Dios mío.
V/. Inclina
el oído y escucha mis palabras.
R/. Porque tú
me respondes, Dios mío.
V/. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R/. Yo te
invoco, porque tú me respondes, Dios mío.
Cántico
Evangélico
Ant: «Pedid, y se os dará;
buscad, y encontraréis; llamad y se os abrirá», dice el Señor.
†
(se hace la señal de la cruz mientras se comienza a recitar)
Proclama
mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: «Pedid, y se os dará;
buscad, y encontraréis; llamad y se os abrirá», dice el Señor.
Preces
Invoquemos a Cristo, en quien confían los que conocen su nombre y
digámosle:
Señor, ten piedad
·
- Señor Jesucristo, consuelo de los humildes,
dígnate asistir con tu gracia los trabajos de nuevo año
·
- Que los que por nuestra debilidad nos sentimos sin ánimos,
con tu fuerza nos veamos eficaces
·
- Tú que has venido a salvar al mundo,
ilumina con tu luz a todos los hombres
·
- Tú que has querido que la inteligencia del hombre investigará
los secretos de la naturaleza,
haz que la ciencia y las artes contribuyan a tu gloria y
al bienestar de todos los hombres
·
- Tú que viniste al mundo para salvar a los pecadores,
concede a los que han muerto el perdón de sus culpas
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Adoctrinados por el mismo Señor, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro que
estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los
que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Final
Dios todopoderoso y eterno, que con amor generoso desbordas los
méritos y las esperanzas de cuantos a ti acuden, sacia tú los deseos de nuestro
corazón y danos también aquellos bienes que superan el conocer del hombre, pero
que tú has preparado para los que te aman. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por
los siglos de los siglos.
Amén.
Si el que preside no es un ministro ordenado, o en el rezo
individual:
†
(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R/. Amén.