Musica Para el Alma

miércoles, 1 de febrero de 2017

oracion

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
EXAMEN DE CONCIENCIA 

Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.

Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.

V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Himno: SE INCLINA YA MI FRENTE
Se inclina ya mi frente,
sellado está el trabajo;
Señor, tu pecho sea
la gracia del descanso.

Mis ojos se retiran,
la voz deja su canto,
pero el amor enciende
su lámpara velando.

Lucero que te fuiste,
con gran amor amado,
en tu gloria dormimos
y en sueños te adoramos. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Mi carne descansa serena.
Salmo 15 - CRISTO Y SUS MIEMBROS ESPERAN LA RESURRECCIÓN.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»
Los dioses y señores de la tierra
no me satisfacen.

Multiplican las estatuas
de dioses extraños;
no derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios.

El Señor es mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano:
me ha tocado un lote hermoso,
me encanta mi heredad.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.

Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.

Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Mi carne descansa serena.
LECTURA BREVE   1Ts 5, 23 
Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente y que todo vuestro ser, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la Parusía de nuestro Señor Jesucristo.
RESPONSORIO BREVE
V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
CÁNTICO DE SIMEÓN       Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,

porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos

luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
ORACION
OREMOS,
Señor, Dios nuestro, concédenos un descanso tranquilo que restaure nuestras fuerzas, desgastadas ahora por el trabajo del día; así, fortalecidos con tu ayuda, te serviremos siempre con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
BENDICIÓN
V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. Amén.
ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN
Salve, Reina de los cielos
y Señora de los ángeles;
salve raíz, salve puerta,
que dio paso a nuestra luz.

Alégrate, virgen gloriosa,
entre todas la más bella;
salve, agraciada doncella,
ruega a Cristo por nosotros.

visperas

JUEVES DE LA SEMANA IV
Del Propio de la Fiesta.

2 de febrero

LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR. (FIESTA) 

VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: DE UNA VIRGEN HERMOSA
De una Virgen hermosa
celos tiene el sol,
porque vio en sus brazos
otro Sol mayor.

Cuando del oriente
salió el sol dorado,
y otro Sol helado
miró tan ardiente,
quitó de la frente
la corona bella,
y a los pies de la Estrella
su lumbre adoró,
porque vio en sus brazos
otro Sol mayor.

«Hermosa María
-dice el sol, vencido-,
de vos ha nacido
el Sol que podía
dar al mundo el día
que ha deseado.»
Esto dijo, humillado,
a María el sol,
porque vio en sus brazos
otro Sol mayor.

Al Padre y al Hijo
gloria y bendición,
y al Espíritu Santo
por los siglos honor. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Espíritu Santo había revelado a Simeón que no moriría sin haber visto antes al Ungido del Señor.
Salmo 109, 1-5. 7 - EL MESÍAS, REY Y SACERDOTE.
Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.»

Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora.»

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno
según el rito de Melquisedec.»

El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.

En su camino beberá del torrente,
por eso levantará la cabeza.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El Espíritu Santo había revelado a Simeón que no moriría sin haber visto antes al Ungido del Señor.

Ant 2. Ofrecieron por él al Señor un par de tórtolas o de pichones.
Salmo 129 - DESDE LO HONDO A TI GRITO, SEÑOR.
Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto.

Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.

Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Ofrecieron por él al Señor un par de tórtolas o de pichones.

Ant 3. Mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos.
Cántico: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA CREATURA Y PRIMER RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS. Cf. Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.

Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.

Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda creatura;
pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.

Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.

Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz
con todos los seres, así del cielo como de la tierra.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos.
LECTURA BREVE   Hb 4, 15-16
No tenemos un sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, al contrario, él mismo pasó por todas la pruebas a semejanza nuestra, fuera del pecado. Acerquémonos, pues, con seguridad y confianza a este trono de la gracia. Aquí alcanzaremos misericordia y hallaremos gracia para ser socorridos en el momento oportuno.
RESPONSORIO BREVE
V. El Señor revela su salvación.
R. El Señor revela su salvación.

V. Que presentó ante todos los pueblos.
R. Su salvación.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El Señor revela su salvación.
CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Hoy la Virgen María presentó al niño Jesús en el templo, y Simeón, lleno del Espíritu Santo, lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 
Hoy la Virgen María presentó al niño Jesús en el templo, y Simeón, lleno del Espíritu Santo, lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios.
PRECES
Adoremos a Cristo, nuestro salvador presentado en el templo, y supliquémosle, diciendo:

Que nuestros ojos vean tu salvación.

Cristo salvador, tú que eres la luz para alumbrar las naciones,
ilumina a los que aún te desconocen y haz que crean en ti, Dios verdadero.

Redentor nuestro y gloria de tu pueblo Israel,
haz que tu Iglesia sea la luz de las naciones.

Señor Jesucristo, deseado de todos los pueblos y contemplado por los ojos del justo Simeón,
haz que todos los hombres puedan alcanzar tu salvación.

Señor, que dispusiste que, al ser tú presentado en el templo, el justo Simeón anunciara a tu madre que una espada atravesaría su alma,
fortifica a quienes sufren tribulaciones a causa de tu servicio.
Se pueden añadir algunas intenciones libres

Cristo, felicidad de los santos, a quien Simeón pudo contemplar antes de la muerte como tanto había deseado,
haz que los difuntos que desean contemplar tu rostro se sacien de tu visión.

Con el deseo de que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que su reino llegue al mundo:
Padre nuestro...

ORACION
Dios todopoderoso y eterno, en este día en que tu Hijo único fue presentado en el templo con un cuerpo como el nuestro, te pedimos nos concedas a nosotros poder ser presentados ante ti, plenamente renovados en nuestro espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

el rosario

EL SANTO ROSARIO
.Misterios Luminosos (JUEVES)

.1º El Bautismo del Señor (MATEO  3, 13-17)  
.2º La Boda de Caná (JUAN  2,1-11)
3º La Proclamación del Reino de Dios (MARCOS  1, 14-15)
4º La Transfiguración (MATEO  17,1-5)
5º La Institución de la Eucaristía (MATEO  26, 26-28)

Oremos:  
Dios todopoderoso y eterno, luz de los que en ti creen, que la tierra se llene de tu gloria y que te reconozcan los pueblos por el esplendor de tu luz. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


El que DESEA y QUIERE amar, con el corazón según EL SEÑOR: llegará a ser,  SANTO

el angelus

El Ángelus

V/. El ángel del Señor anunció a María.
R/. Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.

Dios te salve, María…

V/. He aquí la esclava del Señor.
R/. Hágase en mí según tu palabra.

Dios te salve, María…

V/. Y el Verbo de Dios se hizo carne.
R/. Y habitó entre nosotros.

Dios te salve, María…

V/. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R/. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

Oración

Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas, para que los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz, seamos llevados a la gloria de su re­su­rrección. Por Jesucristo nuestro Señor.

R/. Amén.

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios: no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos siempre de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita.


El que DESEA y QUIERE amar, con el corazón según EL SEÑOR: llegará a ser, SANTO

una luz

De las Disertaciones de san Sofronio, obispo
(Disertación 3, Sobre el Hipapanté, 6. 7: PG 87, 3, 3291-3293)
ACOJAMOS LA LUZ CLARA Y ETERNA
Corramos todos al encuentro del Señor los que con fe celebramos y veneramos su misterio, vayamos todos con alma bien dispuesta. Nadie deje de participar en este encuentro, nadie deje de llevar su luz.

Llevamos en nuestras manos cirios encendidos, ya para significar el resplandor divino de aquel que viene a nosotros -el cual hace que todo resplandezca y, expulsando las negras tinieblas, lo ilumina todo con la abundancia de la luz eterna-, ya, sobre todo, para manifestar el resplandor con que nuestras almas han de salir al encuentro de Cristo.

En efecto, del mismo modo que la Virgen Madre de Dios tomó en sus brazos la luz verdadera y la comunicó a los que yacían en tinieblas, así también nosotros, iluminados por él y llevando en nuestras manos una luz visible para todos, apresurémonos a salir al encuentro de aquel que es la luz verdadera.

Sí, ciertamente, porque la luz ha venido al mundo, para librarlo de las tinieblas en que estaba envuelto y llenarlo de resplandor, y nos ha visitado el sol que nace de lo alto, llenando de su luz a los que vivían en tinieblas: esto es lo que nosotros queremos significar. Por esto avanzamos en procesión con cirios en las manos, por esto acudimos llevando luces, queriendo representar la luz que ha brillado para nosotros, así como el futuro resplandor que, procedente de ella, ha de inundarnos. Por tanto, corramos todos a una, salgamos al encuentro de Dios.

Ha llegado ya aquella luz verdadera que viniendo a este mundo ilumina a todo hombre. Dejemos, hermanos, que esta luz nos penetre y nos transforme.

Ninguno de nosotros ponga obstáculos a esta luz y se resigne a permanecer en la noche; al contrario, avancemos todos llenos de resplandor; todos juntos, iluminados, salgamos a su encuentro y, con el anciano Simeón, acojamos aquella luz clara y eterna; imitemos la alegría de Simeón y, como él, cantemos un himno de acción de gracias al Engendrador y Padre de la luz, que ha arrojado de nosotros las tinieblas y nos ha hecho partícipes de la luz verdadera.

También nosotros, representados por Simeón, hemos visto la salvación de Dios, que él ha presentado ante todos los pueblos y que ha manifestado para gloria de nosotros, los que formamos el nuevo Israel; y, así como Simeón, al ver a Cristo, quedó libre de las ataduras de la vida presente, así también nosotros hemos sido liberados del antiguo y tenebroso pecado.

También nosotros, acogiendo en los brazos de nuestra fe a Cristo, que viene desde Belén hasta nosotros, nos hemos convertido de gentiles en pueblo de Dios (Cristo es, en efecto, la salvación de Dios Padre) y hemos visto, con nuestros ojos, al Dios hecho hombre; y de este modo, habiendo visto la presencia de Dios y habiéndola aceptado, por decirlo así, en los brazos de nuestra mente, somos llamados el nuevo Israel. Esto es lo que vamos celebrando año tras año, porque no queremos olvidarlo.
RESPONSORIO    Ez 43, 4-5; cf. Lc 2, 27 
R. La gloria del Señor entró en el templo por la puerta oriental, * y llenó el templo la gloria del Señor.
V. Llevaron sus padres al niño Jesús al templo.
R. Y llenó el templo la gloria del Señor.

Himno: SEÑOR, DIOS ETERNO
Señor, Dios eterno, alegres te cantamos,
a ti nuestra alabanza,
a ti, Padre del cielo, te aclama la creación.

Postrados ante ti, los ángeles te adoran
y cantan sin cesar:

Santo, santo, santo es el Señor,
Dios del universo;
llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.

A ti, Señor, te alaba el coro celestial de los apóstoles,
la multitud de los profetas te enaltece,
y el ejército glorioso de los mártires te aclama.

A ti la Iglesia santa,
por todos los confines extendida,
con júbilo te adora y canta tu grandeza:

Padre, infinitamente santo,
Hijo eterno, unigénito de Dios,
santo Espíritu de amor y de consuelo.

Oh Cristo, tú eres el Rey de la gloria,
tú el Hijo y Palabra del Padre,
tú el Rey de toda la creación.

Tú, para salvar al hombre,
tomaste la condición de esclavo
en el seno de una virgen.

Tú destruiste la muerte
y abriste a los creyentes las puertas de la gloria.

Tú vives ahora,
inmortal y glorioso, en el reino del Padre.

Tú vendrás algún día,
como juez universal.

Muéstrate, pues, amigo y defensor
de los hombres que salvaste.

Y recíbelos por siempre allá en tu reino,
con tus santos y elegidos.

La parte que sigue puede omitirse, si se cree oportuno.
Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice a tu heredad.

Sé su pastor,
y guíalos por siempre.

Día tras día te bendeciremos
y alabaremos tu nombre por siempre jamás.

Dígnate, Señor,
guardarnos de pecado en este día.

Ten piedad de nosotros, Señor,
ten piedad de nosotros.

Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.

A ti, Señor, me acojo,
no quede yo nunca defraudado. 


ORACIÓN.
OREMOS,
Dios todopoderoso y eterno, en este día en que tu Hijo único fue presentado en el templo con un cuerpo como el nuestro, te pedimos nos concedas a nosotros poder ser presentados ante ti, plenamente renovados en nuestro espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.

lectura larga

Del libro del Éxodo 13, 1-3a.11-16
CONSAGRACIÓN DEL PRIMOGÉNITO
En aquellos días, dijo el Señor a Moisés:

«Conságrame todo primogénito israelita; el primer parto, lo mismo de hombres que de ganados, me pertenece.»

Dijo, pues, Moisés al pueblo:

«Cuando el Señor te introduzca en la tierra de los cananeos, como juró a ti y a tus padres, y te la haya entregado, dedicarás al Señor todos los primogénitos. El primer parto de tus animales, si es macho, pertenece también al Señor. La primera cría de asno la rescatarás con un cordero; si no la rescatas la desnucarás. Pero los primogénitos de entre tus hijos los rescatarás siempre.

Y cuando mañana tu hijo te pregunte: "¿Qué significa esto?", le responderás: "Con mano fuerte el Señor nos sacó de Egipto, de la esclavitud. El Faraón se había obstinado en no dejarnos salir; entonces el Señor dio muerte a todos los primogénitos de Egipto, lo mismo de hombres que de animales. Por eso yo sacrifico al Señor todo primogénito macho de los animales. Pero los primogénitos de los hombres los rescato."

Este rito será para ti como señal sobre tu brazo y como recordatorio ante tus ojos, de que con mano fuerte te sacó de Egipto el Señor.»
RESPONSORIO     
R. Adorna tu tálamo, oh Sión, y recibe a Cristo, tu rey: * a quien la Virgen concibió y dio a luz, permaneciendo virgen después del parto; ella adoró a quien había engendrado.
V. Simeón tomó al Niño en sus brazos y, dando gracias, bendijo al Señor.
R. A quien la Virgen concibió y dio a luz, permaneciendo virgen después del parto; ella adoró a quien había engendrado.

lo que me dice el evangelio

Lo que me dice: El Santo Evangelio: Jueves, 2 de febrero de 2017 Mis ojos han visto a tu Salvador  (Lucas 2,22-40) »). Siento en mi, que esta palabra me llenan de una esperanza, me hace sentir muy dichoso y a la vez alegre. Las cosas que puedo tener y conseguir atreves de un niño, cuya misión es traer luz a mi vida, y penetrando esta luz en mi, comienza a crecer lo que yo necesito la PAZ, y el al crecer dentro de mis esta PAZ, ara que al finalizar mis días en esta tierra, mi alma alcance LA SALVACIÓN, por eso necesito un encuentro muy cercano con la palabra del Señor, con la fuerza de yo poder sentir dentro de mis brazos la presencia del Señor en el templo de mi cuerpo, porque mi cuerpo es templo del espíritu santo, *yo estoy seguro que la palabra de DIOS no se equivoca, entonces yo me pregunto ¿Si el cuerpo es templo del espíritu santo? ¿Qué pasara con los cuerpecitos indefenso de tantos niños acecinado por una ley inventada por el hombre? ¿Porque tiene que pagar uno que no habla; por unos que viven opinado y jugando a ser dioses*? Señor después de sentirme lleno de esperanza alegre y contento ahora mi alma se siete muy triste porque tus palabras son cierta y verdadera, porque he leído en las escritura, ahora no recuerdo donde que dice: *que la luz vivo a los hombres pero los hombre no la recibieron* y estos para mí es muy cierto: *por la ley del aborto, la eutanasia y la pena de muerte*. Señor ayúdame a no dudar de ti, a no dudar nunca de tu amor.

El que DESEA y QUIERE amar, con el corazón según EL SEÑOR: llegará a ser,

SANTO

evangelio

Fiesta de la Presentación del Señor 

Jueves, 2 de febrero de 2017
Evangelio: Mis ojos han visto a tu Salvador (Lucas 2,22-40)

Lectura del santo evangelio según san Lucas (2,22-40):

Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo primogénito varón será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones.» Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. 
Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.»
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. 
Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: «Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma.»
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba. 

Palabra del Señor

segunda lectura

Fiesta de la Presentación del Señor 

Jueves, 2 de febrero de 2017
Segunda lectura: Tenía que parecerse en todo a sus hermanos (Hebreos 2,14-18)

Lectura de la carta a los Hebreos (2,14-18):

Los hijos de una familia son todos de la misma carne y sangre, y de nuestra carne y sangre participó también Jesús; así, muriendo, aniquiló al que tenía el poder de la muerte, es decir, al diablo, y liberó a todos los que por miedo a la muerte pasaban la vida entera como esclavos. Notad que tiende una mano a los hijos de Abrahán, no a los ángeles. Por eso tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser sumo sacerdote compasivo y fiel en lo que a Dios se refiere, y expiar así los pecados del pueblo. Como él ha pasado por la prueba del dolor, puede auxiliar a los que ahora pasan por ella.

Palabra de Dios

salmo

Fiesta de la Presentación del Señor 

Jueves, 2 de febrero de 2017

Salmo

Sal 23

R/.
 El Señor, Dios de los ejércitos, es el Rey de la gloria.

¡Portones!, alzad los dinteles, 
que se alcen las antiguas compuertas: 
va a entrar el Rey de la gloria. R/.

¿Quién es ese Rey de la gloria? 
El Señor, héroe valeroso; 
el Señor, héroe de la guerra. R/.

¡Portones!, alzad los dinteles, 
que se alcen las antiguas compuertas: 
va a entrar el Rey de la gloria. R/.

¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria. R/.


Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. 

primera lectura

Fiesta de la Presentación del Señor 

Jueves, 2 de febrero de 2017
Primera lectura: Entrará en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis (Malaquías 3,1-4)

Lectura del libro de Malaquías (3,1-4):

Así dice el Señor: «Mirad, yo envío a mi mensajero, para que prepare el camino ante mí. De pronto entrará en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis, el mensajero de la alianza que vosotros deseáis. Miradlo entrar –dice el Señor de los ejércitos–. ¿Quién podrá resistir el día de su venida?, ¿quién quedará en pie cuando aparezca? Será un fuego de fundidor, una lejía de lavandero: se sentará como un fundidor que refina la plata, como a plata y a oro refinará a los hijos de Leví, y presentarán al Señor la ofrenda como es debido. Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos.»

Palabra de Dios

jueves 2 laudes

JUEVES DE LA SEMANA IV
Del Propio de la Fiesta.

2 de febrero

LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR. (FIESTA) 

LAUDES
(Oración de la mañana)

INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)

V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

Ant. Mirad, el Señor llega a su templo santo, venid, adorémosle. 

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Mirad, el Señor llega a su templo santo, venid, adorémosle.
Himno: ESTÁS AQUÍ, SEÑOR, BIEN LO PROCAMAN.
Estás aquí, Señor, bien lo proclaman
los justos que de siempre han esperado
estar cerca de ti, porque te aman
y luchan por el mundo que has salvado.

Estás aquí, mi Dios, humilde hermano,
presencia ante mis ojos revelada,
Salvador eternal del pueblo humano,
Luz de Luz que brilla en tu mirada.

Bienvenido, Mesías esperado;
que deje el corazón toda amargura
porque Dios, siendo Dios, nos ha salvado
en locura de amor y de ternura.

Demos gracias al Padre que ha querido
darnos el Hijo eterno y bien amado,
todo el pueblo de Dios le cante unido
al Fuego del amor que lo ha engendrado. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Simeón, hombre recto y piadoso, esperaba la consolación de Israel y el Espíritu Santo moraba en él.
SALMO 62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Simeón, hombre recto y piadoso, esperaba la consolación de Israel y el Espíritu Santo moraba en él.

Ant 2. Simeón tomó al Niño en sus brazos y, dando gracias, bendijo a Dios.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

No se dice Gloria al Padre.

Ant. Simeón tomó al Niño en sus brazos y, dando gracias, bendijo a Dios.

Ant 3. Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.
Salmo 149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.
LECTURA BREVE   Ml 3, 1
Mirad, yo os envío a mi mensajero para que prepare el camino delante de mí, y pronto entrará en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis, el mensajero de la alianza que vosotros deséais.
RESPONSORIO BREVE
V. Postraos ante el Señor en el atrio sagrado.
R. Postraos ante el Señor en el atrio sagrado.

V. Aclamad la gloria y el poder del Señor.
R. En el atrio sagrado.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Postraos ante el Señor en el atrio sagrado.
CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Cuando entraban sus padres con el niño Jesús, Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR      Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 
Cuando entraban sus padres con el niño Jesús, Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios.
PRECES
Adoremos a Cristo, nuestro salvador presentado en el templo, y supliquémosle, diciendo:

Que nuestros ojos vean tu salvación.

Señor Jesús, tú que quisiste ser presentado al Padre en el templo, según estaba prescrito por la ley,
enséñanos a ofrecernos contigo al Padre en el sacrificio de tu Iglesia.

Consolador de Israel, a cuyo encuentro en el templo acudió el justo Simeón,
haz que también nosotros salgamos a tu encuentro, acogiéndote en cada uno de nuestros hermanos.

Esperado de las naciones, de quien la profetisa Ana habló a todos los que esperaban la redención de Israel,
haz que también nosotros hablemos dignamente de ti y anunciemos tu nombre a nuestros hermanos.

Piedra angular del reino de Dios, que has sido predestinado como signo de contradicción,
haz que los hombres encuentren en ti, por la fe y el amor, su resurrección y no su ruina.
Se pueden añadir algunas intenciones libres

Con el deseo de que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que su reino llegue al mundo:
Padre nuestro...

ORACION
Dios todopoderoso y eterno, en este día en que tu Hijo único fue presentado en el templo con un cuerpo como el nuestro, te pedimos nos concedas a nosotros poder ser presentados ante ti, plenamente renovados en nuestro espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.