Musica Para el Alma

viernes, 10 de enero de 2020

LAS VÍSPERAS ORACIÓN AL FINAL DEL DIA

I VÍSPERAS
EL BAUTISMO DEL SEÑOR

(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: PORQUE EL BAUTISMO HOY EMPIEZA
Porque el bautismo hoy empieza
y él lo quiere inaugurar,
hoy se ha venido a lavar
el Autor de la limpieza.

Aunque es santo y redentor,
nos da ejemplo singular:
se quiere hoy purificar
como cualquier pecador.

Aunque él mismo es la Hermosura
y no hay hermosura par,
hoy quiere al agua bajar
y hermosear nuestra basura.

Nadie lo hubiera pensado:
vino el pecado a quitar,
y se hace ahora pasar
por pecador y pecado.

Gracias, Bondad y Belleza,
pues te quisiste humillar
y no te pesó lavar
tu santidad y pureza. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Juan bautizaba en el desierto, predicando un bautismo de arrepentimiento para remisión de los pecados.
Salmo 134 I - HIMNO A DIOS POR SUS MARAVILLAS
Alabad el nombre del Señor,
alabadlo, siervos del Señor,
que estáis en la casa del Señor,
en los atrios de la casa de nuestro Dios.

Alabad al Señor porque es bueno,
tañed para su nombre, que es amable.
Porque él se escogió a Jacob,
a Israel en posesión suya.

Yo sé que el Señor es grande,
nuestro dueño más que todos los dioses.
El Señor todo lo que quiere lo hace:
en el cielo y en la tierra,
en los mares y en los océanos.

Hace subir las nubes desde el horizonte,
con los relámpagos desata la lluvia,
suelta a los vientos de sus silos.

Él hirió a los primogénitos de Egipto,
desde los hombres hasta los animales.
Envió signos y prodigios
-en medio de ti, Egipto-
contra el Faraón y sus ministros.

Hirió de muerte a pueblos numerosos,
mató a reyes poderosos:
a Sijón, rey de los amorreos;
a Hog, rey de Basán,
y a todos los reyes de Canaán.
Y dio su tierra en heredad,
en heredad a Israel, su pueblo.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Juan bautizaba en el desierto, predicando un bautismo de arrepentimiento para remisión de los pecados.

Ant 2. Yo os bautizo con agua; pero él os bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.
Salmo 134 II.
Señor, tu nombre es eterno;
Señor, tu recuerdo de edad en edad.
Porque el Señor gobierna a su pueblo
y se compadece de sus siervos.

Los ídolos de los gentiles son oro y plata,
hechura de manos humanas:
tienen boca y no hablan,
tienen ojos y no ven,

tienen orejas y no oyen,
no hay aliento en sus bocas.
Sean lo mismo los que los hacen,
cuantos confían en ellos.

Casa de Israel, bendice al Señor;
casa de Aarón, bendice al Señor;
casa de Leví, bendice al Señor;
fieles del Señor, bendecid al Señor.

Bendito en Sión el Señor,
que habita en Jerusalén.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Yo os bautizo con agua; pero él os bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.

Ant 3. En seguida que fue bautizado, Jesús salió del agua y, de pronto, se le abrieron los cielos.
Cantico: ALABAD AL SEÑOR, TODAS LAS NACIONES - Cf. 1Tm 3,16
R. Alabad al Señor, todas las naciones.

Cristo, manifestado en fragilidad humana,
santificado por el Espíritu.

R. Alabad al Señor, todas las naciones.

Cristo, mostrado a los ángeles,
proclamado a los gentiles.

R. Alabad al Señor, todas las naciones.

Cristo, objeto de fe para el mundo,
elevado a la gloria.

R. Alabad al Señor, todas las naciones.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. En seguida que fue bautizado, Jesús salió del agua y, de pronto, se le abrieron los cielos.
LECTURA BREVE   Hch 10, 37-38
Vosotros sabéis lo acaecido en toda Judea: cómo Jesús de Nazaret empezó su actividad por Galilea después del Bautismo predicado por Juan; cómo Dios lo ungió con poder del Espíritu Santo; cómo pasó haciendo el bien y devolviendo la salud a todos los que estaban esclavizados por el demonio, porque Dios estaba con él.
RESPONSORIO BREVE
V. Escucha, Señor, la voz de tu pueblo.
R. Escucha, Señor, la voz de tu pueblo.

V. Y ábreles una fuente de agua viva.
R. Escucha, Señor, la voz de tu pueblo.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Escucha, Señor, la voz de tu pueblo.
CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. El Salvador vino a ser bautizado para renovar al hombre envejecido; quiso restaurar por el agua nuestra naturaleza deteriorada y nos vistió con su incorruptibilidad.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 
El Salvador vino a ser bautizado para renovar al hombre envejecido; quiso restaurar por el agua nuestra naturaleza deteriorada y nos vistió con su incorruptibilidad.
PRECES
Roguemos a nuestro Redentor, bautizado por Juan en el Jordán, y supliquémosle, diciendo:

Envía, Señor, tu Espíritu sobre nosotros.

Cristo, siervo de Dios, en quien el Padre tiene todo su gozo,
envía tu Espíritu sobre nosotros.

Cristo, elegido de Dios, tú que no rompiste la caña resquebrajada ni apagaste la mecha humeante,
compadécete de cuantos te buscan con sinceridad.

Cristo, Hijo de Dios, a quien el Padre ha elegido como nueva alianza del pueblo y luz de las naciones,
abre por el bautismo los ojos de los que no ven.

Cristo, salvador de los hombres, a quien el Padre ungió con el Espíritu Santo y envió para salvación del mundo,
haz que todos los hombres te conozcan y crean en ti para que así obtengan la vida eterna.
Se pueden añadir algunas intenciones libres

Cristo, esperanza nuestra, que llevas la luz de la salvación a los pueblos que yacen en las tinieblas de la ignorancia,
recibe en tu reino a nuestros difuntos.

Ya que somos la familia de Dios, digamos con grande confianza a nuestro Padre del cielo:
Padre nuestro...

ORACION
Dios todopoderoso y eterno, que proclamaste solemnemente a Cristo como tu Hijo amado, cuando era bautizado en el Jordán y descendía el Espíritu Santo sobre él, concede a tus hijos de adopción, renacidos del agua y del Espíritu Santo, que se conserven siempre dignos de tu complacencia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

EL ÁNGELUS


El Ángelus

V/. El ángel del Señor anunció a María.
R/. Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.
Dios te salve, María…

V/. He aquí la esclava del Señor.
R/. Hágase en mí según tu palabra.
Dios te salve, María…

V/. Y el Verbo de Dios se hizo carne.
R/. Y habitó entre nosotros.
Dios te salve, María…

V/. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R/. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

Oración

Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas, para que los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz, seamos llevados a la gloria de su re­su­rrección. Por Jesucristo nuestro Señor.
R/. Amén.

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios: no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos siempre de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita.

*El que Desea y Quiere amar, con el corazón según El Señor: llegará a ser, Santo*

LUCAS 5,12-16 CICLO A LO QUE ME DICE EL EVANGELIO


Sábado, 11 de enero de 2020
Lo que me dice el Evangelio de. Lucas (5,12-16): Ciclo A («Señor, si quieres puedes limpiarme.»)   *Esta lectura llega en el mejor momento, tengo enfermedades que necesitan ser curada, porque me alejan del amor. La buena noticia es que el Señor no espera que yo lo toque, el Señor se acerca a mí, para que yo entienda que nada en esta tierra tiene la fuerza de poner un obstáculo para que el Señor no pueda tocar, no importa lo grabe que pueda ser, el Señor siempre tiene de seo de tocar mi vida, de tocar mi alma y de tocar todo mi ser*    

*El que Desea y Quiere amar, con el corazón según El Señor: llegará a ser, Santo*

EVANGELIO DE LUCAS


Sábado, 11 de enero de 2020
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (5,12-16):

Una vez, estando Jesús en un pueblo, se presentó un hombre lleno de lepra; al ver a Jesús cayó rostro a tierra y le suplicó: «Señor, si quieres puedes limpiarme.»
Y Jesús extendió la mano y lo tocó diciendo: «Quiero, queda limpio.» Y en seguida le dejó la lepra.
Jesús le recomendó que no lo dijera a nadie, y añadió: «Ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés para que les conste.»
Se hablaba de él cada vez más, y acudía mucha gente a oírle y a que los curara de sus enfermedades. Pero él solía retirarse a despoblado para orar.

Palabra del Señor

LAS LAUDES DEL SÁBADO 11 ORACIÓN PARA INICIAR EL DÍA


Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro Señor. Amén

TIEMPO DE NAVIDAD
SÁBADO DE LA SEMANA II
Del Propio - Salterio II

11 de enero
LAUDES
(Oración de la mañana)

INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)


V. 
Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

Ant. A Cristo, que se nos ha manifestado, venid, adorémosle.

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. A Cristo, que se nos ha manifestado, venid, adorémosle.

Himno: ESTRELLA NUNCA VISTA SE APARECE

Estrella nunca vista se aparece
a los remotos magos orientales,
y, al juzgar de los fuegos celestiales,
otra lumbre mayor los esclarece.

Nacido sacro Rey se les ofrece,
con nuevas maravillas y señales,
para que reverentes y leales
la obediencia le den como merece.

Parten llevados de la luz y el fuego,
del fuego de su amor; luz que los guía
con claridad ardiente y soberana.

Subió al trono de Dios el pío ruego,
y, llenos de firmísima alegría,
vieron la luz de Dios por nube humana.

Gloria y loores por la eternidad
tribútense a la Santa Trinidad. Amén.

SALMODIA

Ant 1. 
Por la mañana proclamamos, Señor, tu misericordia y de noche tu fidelidad.

Salmo 91 - ALABANZA A DIOS QUE CON SABIDURÍA Y JUSTICIA DIRIGE LA VIDA DE LOS HOMBRES.

Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia
y de noche tu fidelidad,
con arpas de diez cuerdas y laúdes
sobre arpegios de cítaras.

Tus acciones, Señor, son mi alegría,
y mi júbilo, las obras de tus manos.
¡Qué magníficas son tus obras, Señor,
qué profundos tus designios!
El ignorante no los entiende
ni el necio se da cuenta.

Aunque germinen como hierba los malvados
y florezcan los malhechores,
serán destruidos para siempre.
Tú, en cambio, Señor,
eres excelso por los siglos.

Porque tus enemigos, Señor, perecerán,
los malhechores serán dispersados;
pero a mí me das la fuerza de un búfalo
y me unges con aceite nuevo.
Mis ojos no temerán a mis enemigos,
mis oídos escucharán su derrota.

El justo crecerá como una palmera
y se alzará como un cedro del Líbano:
plantado en la casa del Señor,
crecerá en los atrios de nuestro Dios;

en la vejez seguirá dando fruto
y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo,
que en mi Roca no existe la maldad.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Por la mañana proclamamos, Señor, tu misericordia y de noche tu fidelidad.

Ant 2. Dad gloria a nuestro Dios.

Cántico: BENEFICIOS DE DIOS PARA CON SU PUEBLO Dt 32, 1-12

Escuchad, cielos, y hablaré;
oye, tierra, los dichos de mi boca;
descienda como lluvia mi doctrina,
destile como rocío mi palabra;
como llovizna sobre la hierba,
como sereno sobre el césped;
voy a proclamar el nombre del Señor:
dad gloria a nuestro Dios.

Él es la Roca, sus obras son perfectas,
sus caminos son justos,
es un Dios fiel, sin maldad;
es justo y recto.

Hijos degenerados, se portaron mal con él,
generación malvada y pervertida.
¿Así le pagas al Señor,
pueblo necio e insensato?
¿no es él tu padre y tu creador,
el que te hizo y te constituyó?

Acuérdate de los días remotos,
considera las edades pretéritas,
pregunta a tu padre y te lo contará,
a tus ancianos y te lo dirán:

Cuando el Altísimo daba a cada pueblo su heredad,
y distribuía a los hijos de Adán,
trazando las fronteras de las naciones,
según el número de los hijos de Dios,
la porción del Señor fue su pueblo,
Jacob fue la parte de su heredad.

Lo encontró en una tierra desierta,
en una soledad poblada de aullidos:
lo rodeó cuidando de él,
lo guardó como a las niñas de sus ojos.

Como el águila incita a su nidada,
revolando sobre los polluelos,
así extendió sus alas, los tomó
y los llevó sobre sus plumas.

El Señor solo los condujo
no hubo dioses extraños con él.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Dad gloria a nuestro Dios.

Ant 3. ¡Qué admirable es tu nombre, Señor, en toda la tierra!

Salmo 8 MAJESTAD DEL SEÑOR Y DIGNIDAD DEL HOMBRE.

Señor, dueño nuestro,
¡que admirable es tu nombre
en toda la tierra!

Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.
De la boca de los niños de pecho
has sacado una alabanza contra tus enemigos,
para reprimir al adversario y al rebelde.

Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos;
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él;
el ser humano, para darle poder?

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies:

rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por las aguas.

Señor, dueño nuestro,
¡que admirable es tu nombre
en toda la tierra!

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. ¡Qué admirable es tu nombre, Señor, en toda la tierra!

LECTURA BREVE   Is 45, 22-24

Volveos hacia mí para salvaros, confines de la tierra, pues yo soy Dios y no hay otro. Yo juro por mi nombre, de mi boca sale una sentencia, una palabra irrevocable: «Ante mí se doblará toda rodilla, por mí jurará toda lengua».

RESPONSORIO BREVE

V. 
Se postrarán ante él todos los reyes.
R. Se postrarán ante él todos los reyes.

V. Todos los pueblos le servirán.
R. Y todos los reyes.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Se postrarán ante él todos los reyes.

PRIMERA LECTURA

Del libro del profeta Baruc 4, 5-29

SIÓN ANIMA A SUS HIJOS Y LOS CONSUELA

¡Ánimo, pueblo mío, que llevas el nombre de Israel! Os vendieron a los gentiles, pero no para ser aniquilados; por la cólera de Dios contra vosotros, os entregaron a vuestros enemigos, porque irritasteis a vuestro Creador, sacrificando a los demonios y no a Dios; os olvidasteis del Señor eterno, que os había criado, y afligisteis a Jerusalén, que os sustentó. Cuando ella vio que el castigo de Dios se avecinaba, dijo:

«Escuchad, habitantes de Sión, Dios me ha enviado una pena terrible: vi cómo el Eterno desterraba a mis hijos e hijas; yo los crié con alegría, los despedí con lágrimas de pena. Que nadie se alegre viendo a esta viuda abandonada de todos. Si estoy desierta, es por los pecados de mis hijos, que se apartaron de la ley de Dios. No hicieron caso de sus mandatos ni siguieron la vía de sus preceptos, ni entraron por el camino que los educara para su justicia. Que se acerquen los vecinos de Sión, recuerden que el Eterno llevó cautivos a mis hijos e hijas.

Les envió un pueblo remoto, cruel y de lengua extraña, que no respetaba a los ancianos ni sentía piedad por los niños; arrebataron a la viuda sus hijos queridos, la dejaron sola y sin hijas.

Y yo, ¿qué puedo hacer por vosotros? Sólo el que os envió tales desgracias os libertará del poder enemigo. Marchad, hijos, marchad, mientras yo quedo sola. Me he quitado el vestido de la paz, me he puesto el sayal de suplicante, gritaré al Eterno toda mi vida.

Hijos, clamad al Señor: él os librará de la tiranía y de la mano de vuestros enemigos. Yo espero del Eterno vuestra salvación, del Santo me ha venido la alegría, por la misericordia que llegará pronto a vosotros de parte del Eterno, vuestro Salvador.

Si os explusó entre duelo y llanto, Dios mismo os devolverá a mí con gozo y alegría sin término. Como hace poco los vecinos de Sión os vieron marchar cautivos, así pronto os verán salvados por vuestro Dios, nimbados con la gloria y el esplendor del Eterno.

Hijos, soportad con fortaleza el castigo que Dios os ha enviado; si tus enemigos te dieron alcance, muy pronto verás su perdición y pondrás el pie sobre sus cuellos. Mis niños mimados recorrieron caminos ásperos, los robó el enemigo como a un rebaño.

¡Ánimo, hijos, gritad a Dios! Que el que os castigó se acordará de vosotros. Como os inclinasteis a apartaros de Dios, así convertidos lo buscaréis dies veces más, pues el que trajo sobre vosotros el castigo os traerá con la redención la eterna alegría.»

RESPONSORIO    Ba 4, 27. 29; Sal 95, 3

R. ¡Ánimo, hijos, gritad a Dios! Que el que os castigó se acordará de vosotros. * El que trajo sobre vosotros el castigo os traerá con la redención la eterna alegría.
V. Contad a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones.
R. El que trajo sobre vosotros el castigo os traerá con la redención la eterna alegría.

SEGUNDA LECTURA

De los Sermones de san Máximo de Turín, obispo
(Sermón 100, Sobre la sagrada Epifanía, 1, 3: CCL 23, 398-400)

LOS MISTERIOS DEL BAUTISMO DEL SEÑOR

El Evangelio nos explica que el Señor fue al río Jordán para ser bautizado en él, y que allí quiso ser consagrado con celestiales misterios.

No sin razón celebramos esta festividad después del día de Navidad - aunque ambos hechos están separados por varios años-, ya que en cierto modo también esta fiesta viene a ser como un nacimiento.

El día de Navidad nació para los hombres, hoy renace por los sagrados misterios; entonces fue dado a luz por la Virgen, hoy es engendrado por obra de unos signos celestiales. Al nacer según la naturaleza humana, su madre María lo abrazó en su seno; ahora, al ser engendrado místicamente, es como si Dios Padre lo abrazara afectuosamente con aquella voz: Éste es mi Hijo muy amado, en quien tengo mis complacencias, escuchadlo. María mece suavemente al recién nacido en sus rodillas, el Padre atestigua con su voz su afecto para con su Hijo; la madre lo ofrece a los magos para que lo adoren, el Padre lo da a conocer a todos los hombres para que le rindan culto.

Así, pues, el Señor Jesús viene para ser bautizado y quiere que su cuerpo santo sea lavado en las aguas del Jordán.

Alguien dirá quizás: «Si era santo, ¿por qué quiso ser bautizado?» Escucha, pues, lo siguiente: Cristo es bautizado no para ser él santificado por las aguas, sino para que las aguas sean santificadas por él, y para purificarlas con el contacto de su cuerpo. Más que de una consagración de Cristo, se trata de una consagración de la materia del bautismo.

Desde el momento en que Cristo se sumerge en el agua, toda ella queda limpia con miras a nuestro bautis-mo, y es purificada la fuente para que los pueblos venideros puedan recibir la gracia bautismal. Cristo, pues, marcha él primero al bautismo, para que los cristianos sigan confiadamente tras él.

En esto entreveo yo un significado misterioso: también la columna de fuego iba por delante en el mar Rojo,para que los israelitas siguieran decididamente tras ella; ella penetró la primera en las aguas para preparar el camino a los que irían en pos de ella. Este hecho, como dice el Apóstol, era un símbolo del bautismo. Y fue ya en cierto modo como un bautismo en el que los hombres eran cubiertos por la nube y llevados por las aguas.

Todo ello es obra de Cristo el Señor, pues era él quien precedía entonces en el mar a los israelitas, en la columna de fuego, y es él quien precede ahora al pueblo cristiano en el bautismo, en la columna de su cuerpo. La misma columna que entonces iluminaba los pasos de los que la seguían proporciona ahora su luz a los corazones de los creyentes; entonces abrió en medio de las olas un camino firme, ahora, en el baño bautismal, robustece los pasos del creyente.

RESPONSORIO    Jn 1, 29; Is 53, 11

R. Juan Bautista vio a Jesús que venía hacia él y exclamó: * «Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.»
V. Él justificará a muchos, porque cargó sobre sí los crímenes de ellos.
R. Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.

Sábado, 11 de enero de 2020
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (5,12-16):

Una vez, estando Jesús en un pueblo, se presentó un hombre lleno de lepra; al ver a Jesús cayó rostro a tierra y le suplicó: «Señor, si quieres puedes limpiarme.»
Y Jesús extendió la mano y lo tocó diciendo: «Quiero, queda limpio.» Y en seguida le dejó la lepra.
Jesús le recomendó que no lo dijera a nadie, y añadió: «Ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés para que les conste.»
Se hablaba de él cada vez más, y acudía mucha gente a oírle y a que los curara de sus enfermedades. Pero él solía retirarse a despoblado para orar.

Palabra del Señor


CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. 
Vendrán a ti los que te despreciaban y se postrarán a tus pies.

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR      Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Vendrán a ti los que te despreciaban y se postrarán a tus pies.

PRECES

Demos honor y gloria a Cristo, que ha venido a renovar al hombre, y supliquémosle, diciendo:

Por tu nacimiento, renuévanos, Señor.

Tú que al revestirte de nuestra humanidad te has convertido para nosotros en sacramento de Dios,
haz que te descubramos en el sacramento de tu palabra y de tu cuerpo, que has entregado a la Iglesia.

Creador del género humano que, por medio de la Virgen inmaculada, has querido ser hombre entre los hombres,
concédenos participar, por intercesión de María, en las riquezas de tu divinidad.

Redentor nuestro, que viniste al mundo como llovizna que empapa la tierra,
fecundiza nuestras almas con el agua viva que brota para comunicar vida eterna.

A quienes en estos días celebramos los inicios de tu vida humana,
concédenos llegar a la madurez del varón perfecto, según aquella plenitud que resplandece en tu persona.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Alegres porque Jesucristo nos ha hecho hijos de Dios digamos:

Padre nuestro...

ORACION

Te pedimos, Dios todopoderoso, que el nacimiento del Salvador del mundo, manifestado a los magos por una estrella, sea comprendido por nuestras mentes cada vez con mayor profundidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

CONCLUSIÓN

V. 
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

Nació en Cori (Italia), el 4 de junio de 1655. Con tan sólo 14 años queda huérfano; acontecimiento que lo hace madurar rápidamente. A fin de mantener a su hermana menor se dedica al pastoreo. “El santito”, como cariñosamente lo llamaba la gente, en sus largas horas de soledad aprendió a ver a Dios en las cosas sencillas, en la creación y sobretodo en la oración.
Conoció a los franciscanos de su pueblo y rápidamente se sintió llamado a la vocación franciscana. Después de haberle dejado a su hermana la dote para que pudiera casarse fue admitido en la Orden. Inmediatamente lo enviaron a Orvieto a estudiar donde es ordenado sacerdote en 1683. Al poco tiempo fue nombrado maestro de novicios.
Los franciscanos se habían expandido por todo el mundo; pero no todos vivían con fervor su vocación por lo que surgieron algunos conventos en donde se acentuaba la vida espiritual y se hacían retiros. Tomás pidió irse a vivir a uno de estos conventos llamados “retiros” en Bellegra. Allí escribió estatutos para la formación de los religiosos y también para normar la vida de este tipo de conventos “retiro”.
La Orden reunida en Capítulo General en Murcia, en España, los generalizó para todos los conventos-retiro franciscanos del mundo.
Su fama de santidad suscitaba que muchos religiosos y cristianos laicos acudieran a él a pedir consejo. Su predicación era de una claridad y sencillez tales que conmovía los corazones de aquellos que acudían a escucharlo y se veían impulsados a reconciliarse con Dios y a vivir la fe intensamente.
Tomás pasaba largas horas ante el Santísimo sin ni siquiera imaginar nadie que por 40 años vivió una gran sequedad es espiritual sufriendo la ausencia de todo consuelo en la oración y en la vida espiritual. Nadie lo vio nunca triste.
Santo Tomás de Cori fue para sus hermanos un padre lleno de amabilidad. A algunos que se oponían a la reforma del convento, los trató con suma paciencia y humildad, ganándose sus corazones a fuerza de caridad y de testimonio.
Murió después de una larga jornada en el confesionario el 11 de enero de 1729. Fue canonizado por Juan Pablo II el 21 de noviembre de 1999.

LAS LECTURAS DEL SÁBADO 11 DE ENERO 2020


Lecturas del 11 de Enero. Feria de Navidad
Sábado, 11 de enero de 2020
Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (5,5-13):

¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Éste es el que vino con agua y con sangre: Jesucristo. No sólo con agua, sino con agua y con sangre; y el Espíritu es quien da testimonio, porque el Espíritu es la verdad. Porque tres son los testigos: el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres están de acuerdo. Si aceptamos el testimonio humano, más fuerza tiene el testimonio de Dios. Éste es el testimonio de Dios, un testimonio acerca de su Hijo. El que cree en el Hijo de Dios tiene dentro el testimonio. Quien no cree a Dios le hace mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. Y éste es el testimonio: Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo. Quien tiene al Hijo tiene la vida, quien no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. Os he escrito estas cosas a los que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que os deis cuenta de que tenéis vida eterna.

Palabra de Dios

Sábado, 11 de enero de 2020
Salmo
Sal 147,12-13.14-15.19-20

R/.
 Glorifica al Señor, Jerusalén

Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R/.

R/. Glorifica al Señor, Jerusalén

Ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz. R/.

R/. Glorifica al Señor, Jerusalén

Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos. R/.

R/. Glorifica al Señor, Jerusalén

Sábado, 11 de enero de 2020
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (5,12-16):

Una vez, estando Jesús en un pueblo, se presentó un hombre lleno de lepra; al ver a Jesús cayó rostro a tierra y le suplicó: «Señor, si quieres puedes limpiarme.»
Y Jesús extendió la mano y lo tocó diciendo: «Quiero, queda limpio.» Y en seguida le dejó la lepra.
Jesús le recomendó que no lo dijera a nadie, y añadió: «Ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés para que les conste.»
Se hablaba de él cada vez más, y acudía mucha gente a oírle y a que los curara de sus enfermedades. Pero él solía retirarse a despoblado para orar.

Palabra del Señor