Musica Para el Alma
miércoles, 5 de junio de 2024
MARCOS 12,28b--34 CICLO B
*Lecturas del jueves 06 de junio
2024, de la IX Semana del Tiempo
Ordinario, ciclo B*
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Marcos (12,28b-34)*
En
aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es
el primero de todos?»
Respondió Jesús: «El primero es: «Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es
el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu
alma, con toda tu mente, con todo tu ser.» El segundo es éste: «Amarás a tu
prójimo como a ti mismo.» No hay mandamiento mayor que éstos.»
El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor
es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con
todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo
vale más que todos los holocaustos y sacrificios.»
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del
reino de Dios.»
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
*Para llegar y entrar al amor verdadero, tenemos 4 herramientas
que nos llenan de una capacidad especial, claro si les damos el uso correspondiente,
estas herramientas son: El corazón, el alma, la mente y el ser. Aunque
ocasiones le podemos dar mal uso, ej. El Corazón en ocasiones lo usamos como baúl,
donde guardamos cosas innecesarias como, basura, odio, resentimientos, miedos,
y algunas cosas más. David en muchas ocasiones lo podemos encontrar hablando
con su alma. El Alma, ¿dónde está nuestra alma? Pareciese que no tenemos alma, porque
en tantas ocasiones somos tan indiferente frente al dolor y al sufrimiento de
los demás. La Mente, últimamente nuestra mente, pasa más tiempo, pensando y
analizando cosas que no vienen de Dios. El Ser, en algunas ocasiones, podemos
caer en la tentación de construirnos una figura farsa, no podemos permitir que
nuestro ser caiga en la tentación de caer en la moda de ser, seres muy light.
Nuestra meta, con la ayuda del Señor, es saber utilizar: El Corazón, El Alma,
La Mente y El ser, para que nuestro amor a Dios y al prójimo crezca cada día
más*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL JUEVES 6
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*JUEVES
SEMANA I*
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Señor, porque él
es nuestro Dios.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos al Señor, porque él
es nuestro Dios.
Himno: CRECE LA LUZ BAJO TU HERMOSA MANO.
Crece la luz bajo tu hermosa mano,
Padre celeste, y suben
los hombres matutinos al encuentro
de Cristo Primogénito.
El hizo amanecer ante tus ojos
y enalteció la aurora,
cuando aún no estaba el hombre sobre el mundo
para poder cantarla.
El es principio y fin del universo,
y el tiempo, en su caída,
se acoge al que es la fuerza de las cosas
y en él rejuvenece.
Él es quien nos reanima y fortalece,
y hace posible el himno
que, ante las maravillas de tus manos,
cantamos jubilosos.
He aquí la nueva luz que asciende y busca
su cuerpo misterioso;
he aquí, en la claridad de la mañana,
el signo de tu rostro.
Envía, Padre eterno, sobre el mundo
el soplo de tu Hijo,
potencia de tu diestra y primogénito
de todos los que mueren. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Despertad, cítara y arpa; despertaré a la aurora.
Salmo 56 - ORACIÓN MATUTINA DE UN AFLIGIDO.
Misericordia, Dios mío, misericordia,
que mi alma se refugia en ti;
me refugio a la sombra de tus alas
mientras pasa la calamidad.
Invoco al Dios Altísimo,
al Dios que hace tanto por mí:
desde el cielo me enviará la salvación,
confundirá a los que ansían matarme,
enviará su gracia y su lealtad.
Estoy echado entre leones
devoradores de hombres;
sus dientes son lanzas y flechas,
su lengua es una espada afilada.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.
Han tendido una red a mis pasos
para que sucumbiera;
me han cavado delante una fosa,
pero han caído en ella.
Mi corazón está firme, Dios mío,
mi corazón está firme.
Voy a cantar y a tocar:
despierta, gloria mía;
despertad, cítara y arpa;
despertaré a la aurora.
Te daré gracias ante los pueblos, Señor;
tocaré para ti ante las naciones:
por tu bondad, que es más grande que los cielos;
por tu fidelidad, que alcanza a las nubes.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Despertad, cítara y arpa;
despertaré a la aurora.
Ant 2. «Mi pueblo se saciará de mis
bienes», dice el Señor.
Cántico: FELICIDAD DEL PUEBLO REDIMIDO Jr 31, 10-14
Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño;
porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte.»
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor:
hacia el trigo y el vino y el aceite,
y los rebaños de ovejas y de vacas;
su alma será como un huerto regado,
y no volverán a desfallecer.
Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas;
alimentaré a los sacerdotes con manjares sustanciosos,
y mi pueblo se saciará de mis bienes.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. «Mi pueblo se saciará de mis
bienes», dice el Señor.
Ant 3. Grande es el Señor y muy digno de
alabanza en la ciudad de nuestro Dios.
Salmo 47 - HIMNO A LA GLORIA DE JERUSALÉN
Grande es el Señor y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios,
su monte santo, altura hermosa,
alegría de toda la tierra:
el monte Sión, vértice del cielo,
ciudad del gran rey;
entre sus palacios,
Dios descuella como un alcázar.
Mirad: los reyes se aliaron
para atacarla juntos;
pero, al verla, quedaron aterrados
y huyeron despavoridos;
allí los agarró un temblor
y dolores como de parto;
como un viento del desierto,
que destroza las naves de Tarsis.
Lo que habíamos oído lo hemos visto
en la ciudad del Señor de los ejércitos,
en la ciudad de nuestro Dios:
que Dios la ha fundado para siempre.
¡Oh Dios!, meditamos tu misericordia
en medio de tu templo:
como tu renombre, ¡oh Dios!, tu alabanza
llega al confín de la tierra;
tu diestra está llena de justicia:
el monte Sión se alegra,
las ciudades de Judá se gozan
con tus sentencias.
Dad la vuelta en torno a Sión,
contando sus torreones;
fijaos en sus baluartes,
observad sus palacios,
para poder decirle a la próxima generación:
«Este es el Señor, nuestro Dios.»
Él nos guiará por siempre jamás.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Grande es el Señor y muy digno de
alabanza en la ciudad de nuestro Dios.
LECTURA BREVE Is 66,1-2
Así dice el Señor: «El cielo es mi trono y la tierra el estrado de mis pies:
¿Qué templo podréis construirme?; ¿o qué lugar para mi descanso? Todo esto lo
hicieron mis manos, todo es mío —oráculo del Señor—. En ése pondré mis ojos: en
el humilde y el abatido que se estremece ante mis palabras.»
RESPONSORIO BREVE
V. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
R. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
V. Guardaré tus leyes.
R. Respóndeme, Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
V. Ábreme, Señor, los ojos.
R. Y contemplaré las maravillas de tu
voluntad.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los Gálatas 4, 8-31
HERENCIA DIVINA Y LIBERTAD DE LA NUEVA ALIANZA
Hermanos: En otro tiempo, cuando desconocíais
a Dios, servisteis a los que no eran realmente dioses. Pero ahora, después de
haber conocido a Dios, o mejor, después de haber sido reconocidos por Dios,
¿cómo os volvéis de nuevo a los deleznables y pobres «elementos», de quienes
otra vez queréis ser esclavos? Continuáis observando los días, los meses, las
estaciones y los años; temo que hagáis vano mi trabajo entre vosotros.
Hermanos, os lo suplico: sed como yo, ya
que yo me hice como vosotros. En nada me habéis ofendido. Bien sabéis que una
enfermedad me dio ocasión para anunciaros el Evangelio por primera vez. Y, no
obstante la prueba que suponía para vosotros el estado de mi cuerpo, no me
mostrasteis desprecio ni repulsa, antes bien me recibisteis como a un enviado
de Dios, como a Cristo Jesús en persona. ¿Dónde están ahora aquellos vuestros
sentimientos de felicidad para conmigo? Porque yo mismo puedo dar testimonio de
que, en aquella ocasión, de haber sido posible, os habríais arrancado los ojos
para dármelos.
De modo que ahora ¿me he convertido en
enemigo vuestro por deciros la verdad? No persiguen ésos buen fin con el afecto
que os muestran. Pretenden, apartándoos de mí, conseguir vuestro cariño. Sin
embargo, es mejor que os dejéis perseguir por un afecto verdadero, y esto en
todo tiempo, no sólo cuando me encuentro yo entre vosotros.
¡Hijos míos!, por quienes sufro de nuevo
dolores de parto, hasta ver a Cristo formado en vosotros. ¡Cuánto quisiera
encontrarme ahora a vuestro lado y decíroslo en mil tonos distintos! ¡Porque no
sé cómo componérmelas con vosotros!
Decidme vosotros, los que queréis someteros
a la ley: ¿No habéis oído la ley? Pues la Escritura dice que Abraham tuvo dos
hijos, uno de la esclava y otro de la que era libre. El de la esclava nació
según el curso natural de las cosas; en cambio, el de la libre en virtud de la
promesa. Aquí hay una alegoría.
Esas dos madres son las dos alianzas: Una,
la que proviene del monte Sinaí y engendra esclavos, es Agar. Agar, en efecto,
representa al monte Sinaí que está en Arabia; y corresponde a la actual
Jerusalén, que es esclava con sus hijos. Por el contrario, la Jerusalén de
arriba es libre; ésa es nuestra madre. Dice a propósito la Escritura:
«Regocíjate, estéril, la que no das a luz; prorrumpe en gritos de júbilo y
canta, tú, que no conoces los dolores de parto, porque son muchos los hijos de
la mujer abandonada, más que los de aquella que posee marido.»
Y vosotros, hermanos, sois hijos de la
promesa, figurados en Isaac. Y, así como entonces el nacido según la carne
perseguía al nacido según el espíritu, así sucede también ahora. Pero, ¿qué
dice la Escritura? «Despide a la esclava y a su hijo; porque el hijo de la
esclava no tendrá parte en la herencia con el hijo de la libre.» Por lo tanto,
hermanos, no somos hijos de la esclava, sino de la libre. Para que seamos
libres, nos ha liberado Cristo.
RESPONSORIO Ga 4, 28. 31; 2Co 3, 17
R. Somos hijos de la promesa, figurados en
Isaac. Por lo tanto, no somos hijos de la esclava, sino de la libre. * Para que
seamos libres, nos ha liberado Cristo.
V. El Señor es espíritu, y donde está el
Espíritu del Señor, ahí está la libertad.
R. Para que seamos libres, nos ha liberado
Cristo.
SEGUNDA LECTURA
Del Comentario de san Agustín, obispo, sobre la carta a los Gálatas.
(Núms. 37. 38: PL 35, 2131-2132)
HASTA VER A CRISTO FORMADO EN VOSOTROS
Dice el Apóstol: Sed como yo, que, siendo
judío de nacimiento, mi criterio espiritual me hace tener en nada las
prescripciones materiales de la ley. Ya que yo soy como vosotros, es decir, un
hombre. A continuación, de un modo discreto y delicado, les recuerda su afecto,
para que no lo tengan por enemigo. Les dice, en efecto: En nada me habéis
ofendido, como si dijera: «No penséis que mi intención sea ofenderos.»
En este sentido les dice también: ¡Hijos
míos!, para que lo imiten como a padre. Por quienes sufro de nuevo dolores de
parto -continúa-, hasta ver a Cristo formado en vosotros. Esto lo dice más bien
en persona de la madre Iglesia, ya que en otro lugar afirma: Nos mostramos
amables con vosotros, como una madre que cuida con cariño de sus hijos.
Cristo es formado, por la fe, en el hombre
interior del creyente, el cual es llamado a la libertad de la gracia, es manso
y humilde de corazón, y no se jacta del mérito de sus obras, que es nulo, sino
que reconoce que la gracia es el principio de sus pobres méritos; a éste puede
Cristo llamar su humilde hermano, lo que equivale a identificarlo consigo
mismo, ya que dice: Cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis humildes
hermanos, conmigo lo hicisteis. Cristo es formado en aquel que recibe la forma
de Cristo, y recibe la forma de Cristo el que vive unido a él con un amor
espiritual.
El resultado de este amor es la imitación
perfecta de Cristo, en la medida en que esto es posible. Quien dice que está
siempre en Cristo -dice san Juan- debe andar de continuo como él anduvo.
Mas como sea que los hombres son concebidos
por la madre para ser formados, y luego, una vez ya formados, se les da a luz y
nacen, puede sorprendernos la afirmación precedente: Por quienes sufro de nuevo
dolores de parto, hasta ver a Cristo formado en vosotros. A no ser que
entendamos este sufrir de nuevo dolores de parto en el sentido de las angustias
que le causó al Apóstol su solicitud en darlos a luz para que nacieran en
Cristo; y ahora de nuevo los da a luz dolorosamente por los peligros de engaño
en que los ve envueltos. Esta preocupación que le producen tales cuidados,
acerca de ellos, y que él compara a los dolores de parto, se prolongará hasta
que lleguen a la medida de Cristo en su plenitud, para que ya no sean llevados
por todo viento de doctrina.
Por consiguiente, cuando dice: Por quienes
sufro de nuevo dolores de parto, hasta ver a Cristo formado en vosotros, no se
refiere al inicio de su fe, por el cual ya habían nacido, sino al
robustecimiento y perfeccionamiento de la misma. En este mismo sentido habla en
otro lugar, con palabras distintas, de este parto doloroso, cuando dice: La
responsabilidad que pesa sobre mí diariamente, mi preocupación por todas las
Iglesias. ¿Quién sufre angustias sin que yo las comparta? ¿Quién es impugnado
por el enemigo sin que esté yo en ascuas?
RESPONSORIO Ef 4, 15; Pr 4, 18
R. Siendo sinceros en la caridad, *
crezcamos en todo hacia Cristo, que es la cabeza.
V. La senda de los justos es como la luz
del alba, cuyo esplendor va creciendo hasta el pleno día.
R. Crezcamos en todo hacia Cristo, que es
la cabeza.
*Lecturas del jueves 06 de junio
2024, de la IX Semana del Tiempo Ordinario,
ciclo B*
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Marcos (12,28b-34)*
En
aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es
el primero de todos?»
Respondió Jesús: «El primero es: «Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es
el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu
alma, con toda tu mente, con todo tu ser.» El segundo es éste: «Amarás a tu
prójimo como a ti mismo.» No hay mandamiento mayor que éstos.»
El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor
es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con
todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo
vale más que todos los holocaustos y sacrificios.»
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del
reino de Dios.»
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Sirvamos al Señor con santidad y nos librará de la mano de
nuestros enemigos.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sirvamos al Señor con santidad y
nos librará de la mano de nuestros enemigos.
PRECES
Demos gracias a Cristo que nos ha dado la luz del día y
supliquémosle diciendo:
Bendícenos y santifícanos, Señor.
Tú que te entregaste como víctima por nuestros pecados,
acepta los deseos y las acciones de este día.
Tú que nos alegras con la claridad del nuevo día,
sé tú mismo el lucero brillante de nuestros corazones.
Haz que seamos bondadosos y comprensivos con los que nos rodean
para que logremos así ser imágenes de tu bondad.
En la mañana haznos escuchar tu gracia
y que tu gozo sea hoy nuestra fortaleza.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Fieles a la recomendación del salvador, digamos llenos de confianza filial:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, humildemente acudimos a ti, al empezar
el día, a media jornada y al atardecer, para pedirte que, alejando de nosotros
las tinieblas del pecado, nos hagas alcanzar la luz verdadera que es Cristo.
Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
JUEVES SEMANA
I
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: VENGO, SEÑOR, CANSADO.
Vengo, Señor, cansado;
¡cuánta fatiga
van cargando mis hombros
al fin del día!
Dame tu fuerza
y una caricia tuya
para mis penas.
Salí por la mañana
Entre los hombres,
¡y encontré tantos ricos
que estaban pobres!
La tierra llora,
porque sin ti la vida
es poca cosa.
¡Tantos hombres maltrechos,
sin ilusiones!;
en ti buscan asilo
sus manos torpes.
Tu amor amigo,
todo tu santo fuego,
para su frío.
Yo roturé la tierra
y puse trigo;
tú diste el crecimiento
para tus hijos.
Así, en la tarde,
con el cansancio a cuestas,
te alabo, Padre.
Quiero todos los días
salir contigo,
y volver a la tarde
siendo tu amigo.
Volver a casa
y extenderte las manos,
dándote gracias. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste; te daré gracias por
siempre.
Salmo 29 - ACCIÓN DE GRACIAS POR LA CURACIÓN DE UN ENFERMO EN
PELIGRO DE MUERTE
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, Dios mío, a ti grité,
y tú me sanaste.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.
Tañed para el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante;
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto,
por la mañana, el júbilo.
Yo pensaba muy seguro:
«No vacilaré jamás.»
Tu bondad, Señor, me aseguraba
el honor y la fuerza;
pero escondiste tu rostro,
y quedé desconcertado.
A ti, Señor, llamé,
supliqué a mi Dios:
«¿Qué ganas con mi muerte,
con que yo baje a la fosa?
¿Te va a dar gracias el polvo,
o va a proclamar tu lealtad?
Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.»
Cambiaste mi luto en danzas,
me desataste el sayal y me has vestido de fiesta;
te cantará mi alma sin callarse.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Señor, Dios mío, a ti grité, y tú
me sanaste; te daré gracias por siempre.
Ant 2. Dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito.
Salmo 31 - ACCIÓN DE GRACIAS DE UN PECADOR PERDONADO
Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito.
Mientras callé se consumían mis huesos,
rugiendo todo el día,
porque día y noche tu mano
pesaba sobre mí;
mi savia se me había vuelto
un fruto seco.
Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»,
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.
Por eso, que todo fiel te suplique
en el momento de la desgracia:
la crecida de las aguas caudalosas
no lo alcanzará.
Tú eres mi refugio, me libras del peligro,
me rodeas de cantos de liberación.
Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir,
fijaré en ti mis ojos.
No seáis irracionales como caballos y mulos,
cuyo brío hay que domar con freno y brida;
si no, no puedes acercarte.
Los malvados sufren muchas penas;
al que confía en el Señor,
la misericordia lo rodea.
Alegraos, justos, y gozad con el Señor,
aclamadlo, los de corazón sincero.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito.
Ant 3. El Señor le dio el poder, el honor
y el reino, y todos los pueblos le servirán.
Cántico: EL JUICIO DE DIOS Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.
Se encolerizaron las naciones,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.
Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.
Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor le dio el poder, el honor
y el reino, y todos los pueblos le servirán.
LECTURA BREVE 1Pe 1, 6-9
Saltad de júbilo, aunque de momento tengáis que sufrir un poco en diversas
pruebas. Así la pureza de vuestra fe resultará más preciosa que el oro (que,
aun después de acrisolado por el fuego, perece) y será para vuestra alabanza y
gloria y honor en el día de la manifestación de Jesucristo. A él no lo habéis
visto, y lo amáis; en él creéis ahora, aunque no lo veis; y os regocijaréis con
un gozo inefable y radiante, al recibir el fruto de vuestra fe, la salud de
vuestras almas.
RESPONSORIO BREVE
V. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
R. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
V. Nos sació con miel silvestre.
R. Con flor de harina.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los
humildes.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
+Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor derriba del trono a los
poderosos y enaltece a los humildes.
PRECES
Invoquemos a Dios, nuestro refugio y nuestra fortaleza, y
digámosle:
Escucha, Señor, nuestra oración.
Dios de amor que has hecho alianza con tu pueblo,
haz que recordemos siempre tus maravillas.
Que los sacerdotes, Señor, crezcan en la caridad
y que los fieles vivan en la unidad del Espíritu y en el vínculo de la paz.
Que el mundo prospere y avance según tus designios
y que los que lo construyen no trabajen en vano.
Envía, Señor, operarios a tu mies
para que tu nombre sea conocido en el mundo.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
A nuestros familiares y bienhechores difuntos dales un lugar entre los santos
y haz que nosotros un día nos encontremos con ellos en tu reino.
Ya que por Jesucristo hemos llegado a ser hijos de Dios, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Tú, Señor, que iluminas la noche y haces que después de las
tinieblas amanezca nuevamente la luz, haz que, durante la noche que ahora
comienza, nos veamos exentos de toda culpa y que, al clarear el nuevo día,
podamos reunirnos otra vez en tu presencia para darte gracias nuevamente. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL JUEVES 6 DE JUNIO 2024
*Lecturas del jueves 06 de junio
2024, de la IX Semana del Tiempo
Ordinario, ciclo B*
Primera Lectura
Lectura de la segunda carta de
san Pablo a Timoteo (2,8-15):
Haz
memoria de Jesucristo el Señor, resucitado de entre los muertos, nacido del
linaje de David. Este ha sido mi Evangelio, por el que sufro hasta llevar
cadenas, como un malhechor. Pero la Palabra de Dios no está encadenada. Por eso
lo aguanto todo por los elegidos, para que ellos también alcancen la salvación,
lograda por Cristo Jesús, con la gloria eterna. Es doctrina segura: «Si morimos
con él, viviremos con él. Si perseveramos, reinaremos con él. Si lo negamos,
también él nos negará. Si somos infieles, él permanece fiel, porque no puede
negarse a sí mismo.» Sígueles recordando todo esto, avisándoles seriamente en
nombre de Dios que no disputen sobre palabras: no sirve para nada y es
catastrófico para los oyentes. Esfuérzate por presentarte ante Dios y merecer
su aprobación como un obrero irreprensible que predica la verdad sin
desviaciones.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 24
R/. Señor, enséñame tus caminos
Señor,
enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas,
haz que camine con lealtad;
enséñame porque tú eres mi Dios y Salvador. R/.
El Señor
es bueno y recto
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R/.
Las
sendas del Señor son misericordia y lealtad
para los que guardan su alianza y sus mandatos.
El Señor se confía con los fieles
y les da a conocer su alianza. R/.
*Lecturas del jueves 06 de junio
2024, de la IX Semana del Tiempo
Ordinario, ciclo B*
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Marcos (12,28b-34)*
En
aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es
el primero de todos?»
Respondió Jesús: «El primero es: «Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es
el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu
alma, con toda tu mente, con todo tu ser.» El segundo es éste: «Amarás a tu
prójimo como a ti mismo.» No hay mandamiento mayor que éstos.»
El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor
es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con
todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo
vale más que todos los holocaustos y sacrificios.»
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del
reino de Dios.»
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
*Para llegar y entrar al amor verdadero, tenemos 4 herramientas
que nos llenan de una capacidad especial, claro si les damos el uso correspondiente,
estas herramientas son: El corazón, el alma, la mente y el ser. Aunque
ocasiones le podemos dar mal uso, ej. El Corazón en ocasiones lo usamos como baúl,
donde guardamos cosas innecesarias como, basura, odio, resentimientos, miedos,
y algunas cosas más. David en muchas ocasiones lo podemos encontrar hablando
con su alma. El Alma, ¿dónde está nuestra alma? Pareciese que no tenemos alma, porque
en tantas ocasiones somos tan indiferente frente al dolor y al sufrimiento de
los demás. La Mente, últimamente nuestra mente, pasa más tiempo, pensando y
analizando cosas que no vienen de Dios. El Ser, en algunas ocasiones, podemos
caer en la tentación de construirnos una figura farsa, no podemos permitir que
nuestro ser caiga en la tentación de caer en la moda de ser, seres muy light.
Nuestra meta, con la ayuda del Señor, es saber utilizar: El Corazón, El Alma,
La Mente y El ser, para que nuestro amor a Dios y al prójimo crezca cada día
más*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.