Musica Para el Alma
lunes, 24 de noviembre de 2025
LUCAS 21,5-11 CICLO C
Lecturas
del Martes de la XXXIV Semana del Tiempo Ordinario
25 Nov 2025
Evangelio de hoy
*Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,5-11)*
En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza
del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos.
Jesús les dijo: «Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra
sobre piedra: todo será destruido.»
Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de
que todo eso está para suceder?»
Él contestó: «Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando
mi nombre, diciendo: «Yo soy», o bien «El momento está cerca»; no vayáis tras
ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico.
Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida.»
Luego les dijo: «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá
grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre. Habrá también
espantos y grandes signos en el cielo.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(Cuidado
con que nadie os engañe).
*Hoy Jesús el gran maestro, con
esta palabra me hace una invitación a la perseverancia en la fe y la perseverancia en la fe, es la capacidad de seguir
adelante a pesar de los obstáculos o de las cosas que me quieran impidan avanzar
hacia la fe, teniendo siempre en cuenta que encontrare dificultades y
situaciones difíciles que trataran de que no pueda avanzar. Es bueno recordar que “La obligación del
cristiano no es más que la de estar en constante preparación para la muerte”. Jesús el buen pastor, me ofrece la palabra perseverar y esto me estimula
a continuar y a sacar de abajo para lograr lo que tanto deseo ser y lo que
deseo ser, es un auténtico amigo de Jesús, un auténtico cristiano. Jesús el
amigo fiel, me regala la oportunidad de ser su amigo, es por eso que me dice,
que sea cuidadoso de que nadie me vaya a engañar diciéndome los lugares
equivocados donde él no está*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAUDES Y VISPERAS DEL MARTES 25
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar
este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
MARTES SEMANA
II
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Al Señor, al Dios grande, venid,
adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Al Señor, al Dios grande, venid,
adorémosle.
Himno: TE DAMOS GRACIAS, SEÑOR
Te damos gracias, Señor,
porque has depuesto la ira
y has detenido ante el pueblo
la mano que lo castiga.
Tú eres el Dios que nos salva,
la luz que nos ilumina,
la mano que nos sostiene
y el techo que nos cobija.
Y sacaremos con gozo
del manantial de la Vida
las aguas que dan al hombre
la fuerza que resucita.
Entonces proclamaremos:
«¡Cantadle con alegría!
¡El nombre de Dios es grande!
¡Su caridad infinita!
¡Que alabe al Señor la tierra!
Cantemos sus maravillas.
¡Qué grande, en medio del pueblo
el Dios que nos justifica!». Amén.
SALMODIA
Ant 1. Envíame, Señor, tu luz y tu verdad.
Salmo 42 - DESEO DEL TEMPLO
Hazme justicia, ¡oh Dios!, defiende mi causa
contra gente sin piedad,
sálvame del hombre traidor y malvado.
Tú eres mi Dios y protector,
¿por qué me rechazas?
¿Por qué voy andando sombrío,
hostigado por mi enemigo?
Envía tu luz y tu verdad:
que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada.
Que yo me acerque al altar de Dios,
al Dios de mi alegría;
que te dé gracias al son de la cítara,
Señor, Dios mío.
¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Envíame, Señor, tu luz y tu verdad.
Ant 2. Protégenos, Señor, todos los días
de nuestra vida.
Cántico: ANGUSTIA DE UN MORIBUNDO Y ALEGRÍA DE LA CURACIÓN Is 38,
10-14. 17-20
Yo pensé: «En medio de mis días
tengo que marchar hacia las puertas del abismo;
me privan del resto de mis años.»
Yo pensé: «Ya no veré más al Señor
en la tierra de los vivos,
ya no miraré a los hombres
entre los habitantes del mundo.
Levantan y enrollan mi vida
como una tienda de pastores.
Como un tejedor devanaba yo mi vida,
y me cortan la trama.»
Día y noche me estás acabando,
sollozo hasta el amanecer.
Me quiebras los huesos como un león,
día y noche me estas acabando.
Estoy piando como una golondrina,
gimo como una paloma.
Mis ojos mirando al cielo se consumen:
¡Señor, que me oprimen, sal fiador por mí!
Me has curado, me has hecho revivir,
la amargura se me volvió paz
cuando detuviste mi alma ante la tumba vacía
y volviste la espalda a todos mis pecados.
El abismo no te da gracias,
ni la muerte te alaba,
ni esperan en tu fidelidad
los que bajan a la fosa.
Los vivos, los vivos son quienes te alaban:
como yo ahora.
El Padre enseña a sus hijos tu fidelidad.
Sálvame, Señor, y tocaremos nuestras arpas
todos nuestros días en la casa del Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Protégenos, Señor, todos los días
de nuestra vida.
Ant 3. ¡Oh Dios!, tu mereces un himno en
Sión.
Salmo 64 - SOLEMNE ACCIÓN DE GRACIAS.
¡Oh Dios!, tú mereces un himno en Sión,
y a ti se te cumplen los votos,
porque tú escuchas las súplicas.
A ti acude todo mortal
a causa de sus culpas;
nuestros delitos nos abruman,
pero tú los perdonas.
Dichoso el que tú eliges y acercas
para que viva en tus atrios:
que nos saciemos de los bienes de tu casa,
de los dones sagrados de tu templo.
Con portentos de justicia nos respondes,
Dios, salvador nuestro;
tú, esperanza del confín de la tierra
y del océano remoto;
Tú que afianzas los montes con tu fuerza,
ceñido de poder;
tú que reprimes el estruendo del mar,
el estruendo de las olas
y el tumulto de los pueblos.
Los habitantes del extremo del orbe
se sobrecogen ante tus signos,
y a las puertas de la aurora y del ocaso
las llenas de júbilo.
Tú cuidas de la tierra, la riegas
y la enriqueces sin medida;
la acequia de Dios va llena de agua,
preparas los trigales;
riegas los surcos, igualas los terrones,
tu llovizna los deja mullidos,
bendices sus brotes;
coronas el año con tus bienes,
las rodadas de tu carro rezuman abundancia;
rezuman los pastos del páramo,
y las colinas se orlan de alegría;
las praderas se cubren de rebaños,
y los valles se visten de mieses,
que aclaman y cantan.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. ¡Oh Dios!, tu mereces un himno en
Sión.
LECTURA BREVE 1Ts 5, 4-5
No viváis, hermanos, en tinieblas para que el día del Señor no os sorprenda
como ladrón; porque todos sois hijos de la luz e hijos del día. No somos de la
noche ni de las tinieblas.
RESPONSORIO BREVE
V. Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra.
R. Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra.
V. Me adelanto a la aurora pidiendo auxilio.
R. Espero en tu palabra.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra.
V. Enséñame Señor, a gustar y a comprender.
R. Porque me fío de tus mandatos.
PRIMERA
LECTURA
Del
libro del profeta Ezequiel 37, 1-14
VISIÓN SOBRE LA RESURRECCIÓN DEL PUEBLO DE DIOS
En aquellos días, la mano del Señor se posó
sobre mí y su espíritu me trasladó y me dejó en un valle que estaba lleno de
huesos. Me hizo pasar entre ellos en todas direcciones; eran muchísimos los que
había en la cuenca del valle y estaban completamente secos. Entonces me dijo:
«Hijo de hombre, ¿podrán revivir esos huesos?»
Contesté:
«Tú lo sabes, Señor.»
Me ordenó:
«Conjura así a esos huesos: "Huesos calcinados, escuchad la palabra del
Señor: Esto dice el Señor a esos huesos: Yo os voy a infundir espíritu para que
reviváis. Os injertaré tendones, haré crecer carne sobre vosotros, os cubriré
de piel y os infundiré espíritu para que reviváis. Así sabréis que yo soy el
Señor."»
Pronuncié el conjuro que me había mandado; y mientras lo pronunciaba, resonó un
trueno, luego hubo un terremoto, y los huesos se ensamblaron, hueso con hueso.
Vi que habían prendido en ellos los tendones, que crecía la carne y la piel se
extendía por encima; pero no había en ellos espíritu. Entonces me dijo:
«Conjura al espíritu, conjura, hijo de hombre, diciéndole al espíritu:
"Esto dice el Señor: Ven, espíritu, desde los cuatro vientos y sopla en
estos cadáveres para que revivan."»
Pronuncié el conjuro que se me había mandado. Penetró en ellos el espíritu,
revivieron y se pusieron en pie: era una muchedumbre inmensa. Entonces me dijo:
«Hijo de hombre, esos huesos son toda la casa de Israel. Ahí los tienes
diciendo: "Se han secado nuestros huesos, se ha desvanecido nuestra
esperanza; estamos perdidos." Por eso profetiza diciéndoles: "Esto
dice el Señor: Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os haré salir de vuestros
sepulcros, pueblo mío, y os traeré a la tierra de Israel. Y cuando abra
vuestros sepulcros y os saque de vuestros sepulcros, pueblo mío, sabréis que yo
soy el Señor: os infundiré mi espíritu y viviréis, os colocaré en vuestra
tierra y sabréis que yo, el Señor, lo digo y lo hago. —Oráculo del
Señor—."»
RESPONSORIO Ez 37, 12. 13; Jn 11, 25
R. Yo mismo abriré vuestros sepulcros,
pueblo mío, y os haré salir de vuestros sepulcros, * y sabréis que yo soy el Señor.
V. Yo soy la resurrección y la vida;
quien a mí se una con viva fe, aunque muera, vivirá.
R. Y sabréis que yo soy el Señor.
SEGUNDA
LECTURA
De los
Tratados de san Agustín, obispo, sobre el evangelio de san Juan
(Tratado 35,
8-9: CCL 36, 321-323)
LLEGARAS A LA
FUENTE, VERÁS LA LUZ
Nosotros los cristianos, en comparación con los
infieles, somos ya luz, como dice el Apóstol: Un tiempo erais tinieblas, pero
ahora sois luz en el Señor. Caminad como hijos de la luz. Y en otro lugar dice:
La noche va pasando, el día está encima; desnudémonos, pues, de las obras de
las tinieblas y vistámonos la armadura de la luz. Andemos como en pleno día,
con dignidad.
No obstante, porque el día en que vivimos es
todavía noche en comparación con aquella luz a la que esperamos llegar, oigamos
lo que dice el apóstol Pedro. Nos dice que vino sobre Cristo, el Señor, desde
la sublime gloria, aquella voz que decía: «Este es mi Hijo muy amado, en quien
tengo mis complacencias.» Y nosotros mismos -dice- oímos esta voz venida del
cielo, cuando estábamos con él en el monte santo. Pero, como nosotros no
estábamos allí y no oímos esta voz del cielo, nos dice el mismo Pedro: Y así
tenemos confirmada la palabra profética, a la que hacéis bien en prestar
atención, como a lámpara que brilla en lugar oscuro, hasta que despunte el día
y salga el lucero de la mañana en vuestro corazón.
Por lo tanto, cuando vendrá nuestro Señor
Jesucristo y -como dice también el apóstol Pablo- sacará a la luz lo que está
oculto en las tinieblas, y pondrá al descubierto las intenciones del corazón, y
vendrá a cada uno su alabanza de parte de Dios, entonces, con la presencia de
este día, ya no tendremos necesidad de lámparas: no será necesario que se nos
lean los libros proféticos ni los escritos del Apóstol, ya no tendremos que
indagar el testimonio de Juan, y el mismo Evangelio dejará de sernos necesario.
Ya no tendrán razón de ser todas las Escrituras que en la noche de este mundo
se nos encendían a modo de lámparas, para que no quedásemos en tinieblas.
Suprimido, pues, todo esto, que ya no nos será
necesario, cuando los mismos hombres de Dios por quienes fueron escritas estas
cosas verán, junto con nosotros, aquella verdadera y clara luz, sin la ayuda de
sus escritos, ¿qué es lo que veremos? ¿Con qué se alimentará nuestro espíritu?
¿De qué se alegrará nuestra mirada? ¿De dónde procederá aquel gozo que ni el
ojo vio, ni el oído oyó, ni vino a la mente del hombre? Qué es lo que veremos?
Os lo ruego, amemos juntos, corramos juntos el
camino de nuestra fe; deseemos la patria celestial, suspiremos por ella,
sintámonos peregrinos en este mundo. ¿Qué es lo que veremos entonces? Que nos
lo diga ahora el Evangelio: Ya al comienzo de las cosas existía la Palabra, y
la Palabra estaba con Dios y la Palabra era Dios. Entonces llegarás a la fuente
con cuya agua has sido rociado; entonces verás al descubierto la luz cuyos
rayos, por caminos oblicuos y sinuosos, fueron enviados a las tinieblas de tu
corazón, y para ver y soportar la cual eres entretanto purificado. Queridos
hermanos -dice el mismo Juan-, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha
manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos
semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
Noto cómo vuestros sentimientos se elevan junto
con los míos hacia las cosas celestiales; pero un cuerpo corruptible hace
pesada el alma y esta mansión de tierra oprime el espíritu fecundo en
pensamientos. Ha llegado ya el momento en que yo tengo que dejar el libro santo
y vosotros tenéis que regresar cada uno a sus ocupaciones. Hemos pasado un buen
rato disfrutando de una luz común, nos hemos llenado de gozo y alegría; pero,
aunque nos separemos ahora unos de otros, procuremos no separarnos de él.
RESPONSORIO
Ap 22, 5. 4
R. No habrá más noche, y no necesitarán luz de
lámpara ni de sol, * porque el Señor Dios alumbrará sobre ellos, y reinarán por
los siglos de los siglos.
V. Verán el rostro del Señor, y tendrán su
nombre en la frente.
R. El Señor Dios alumbrará sobre ellos, y
reinarán por los siglos de los siglos.
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas
(21,5-11)*
En aquel tiempo, como algunos
hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad
y exvotos, Jesús les dijo:
«Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que
no sea destruida».
Ellos le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está
para suceder?».
Él dijo:
«Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo
soy”, o bien: “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis
noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario
que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida».
Entonces les decía:
«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos,
y en diversos países, hambres y pestes. Habrá también fenómenos espantosos y
grandes signos en el cielo».
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. De la mano de nuestros enemigos, líbranos, Señor.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. De la mano de nuestros enemigos,
líbranos, Señor.
PRECES
Bendigamos a nuestro Salvador, que con su resurrección ha
iluminado el mundo, y digámosle suplicantes:
Haz, Señor, que caminemos por tu senda.
Señor Jesús, al consagrar nuestra oración matinal en memoria de tu santa resurrección,
te pedimos que la esperanza de participar de tu gloria ilumine todo nuestro
día.
Te ofrecemos, Señor, los deseos y proyectos de nuestra jornada:
dígnate aceptarlos y bendecirlos como primicia de nuestro día.
Concédenos crecer hoy en tu amor,
a fin de que todo concurra para nuestro bien y el de nuestros hermanos.
Haz, Señor, que el ejemplo de nuestra vida resplandezca como una luz ante los
hombres,
para que todos den gloria al Padre que está en los cielos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Porque deseamos que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al
Padre que su reino llegue a nosotros:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Jesucristo, luz verdadera que alumbras a todo hombre y le
muestras el camino de la salvación: concédenos la abundancia de tu gracia para
que preparemos, delante de ti, sendas de justicia y de paz. Tú que vives y
reinas con el Padre, en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por los
siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
MARTES SEMANA
II
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: MENTES CANSADAS.
Mentes cansadas,
manos encallecidas,
labriegos al fin de la jornada,
jornaleros de tu viña,
venimos, Padre,
atardecidos de cansancio,
agradecidos por la lucha,
a recibir tu denario.
Llenos de polvo,
el alma hecha girones,
romeros al filo de la tarde,
peregrinos de tus montes,
venimos, Padre,
heridos por los desengaños,
contentos por servir a tu mesa,
a recibir tu denario.
Hartos de todo,
llenos de nada,
sedientos al brocal de tus pozos
y hambrientos de tu casa,
venimos, Padre,
el corazón entre tus brazos,
la frente humilde de delitos,
a recibir tu denario. Amén.
SALMODIA
Ant 1. No podéis servir a Dios y al dinero.
Salmo 48 I - VANIDAD DE LAS RIQUEZAS
Oíd esto, todas las naciones,
escuchadlo, habitantes del orbe:
plebeyos y nobles, ricos y pobres;
mi boca hablará sabiamente,
y serán muy sensatas mis reflexiones;
prestaré oído al proverbio
y propondré mi problema al son de la cítara.
¿Por qué habré de temer los días aciagos,
cuando me cerquen y me acechen los malvados,
que confían en su opulencia
y se jactan de sus inmensas riquezas,
si nadie puede salvarse
ni dar a Dios un rescate?
Es tan caro el rescate de la vida,
que nunca les bastará
para vivir perpetuamente
sin bajar a la fosa.
Mirad: los sabios mueren,
lo mismo que perecen los ignorantes y necios,
y legan sus riquezas a extraños.
El sepulcro es su morada perpetua
y su casa de edad en edad,
aunque hayan dado nombre a países.
El hombre no perdura en la opulencia,
sino que perece como los animales.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. No podéis servir a Dios y al
dinero.
Ant 2. «Atesorad tesoros en el cielo»,
dice el Señor.
Salmo 48 II
Éste es el camino de los confiados,
el destino de los hombres satisfechos:
son un rebaño para el abismo,
la muerte es su pastor,
y bajan derechos a la tumba;
se desvanece su figura
y el abismo es su casa.
Pero a mí, Dios me salva,
me saca de las garras del abismo
y me lleva consigo.
No te preocupes si se enriquece un hombre
y aumenta el fasto de su casa:
cuando muera, no se llevará nada,
su fasto no bajará con él.
Aunque en vida se felicitaba:
«Ponderan lo bien que lo pasas»,
irá a reunirse con sus antepasados,
que no verán nunca la luz.
El hombre rico e inconsciente
es como un animal que perece.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. «Atesorad tesoros en el cielo»,
dice el Señor.
Ant 3. Digno es el Cordero degollado de
recibir el honor y la gloria.
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap 4, 11; 5, 9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Digno es el Cordero degollado de
recibir el honor y la gloria.
LECTURA BREVE Rm 3, 23-25a
Todos pecaron y se hallan privados de la gloria de Dios; son justificados
gratuitamente, mediante la gracia de Cristo, en virtud de la redención
realizada en él, a quien Dios ha propuesto como instrumento de propiciación.
RESPONSORIO BREVE
V. Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.
R. Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.
V. De alegría perpetua a tu derecha.
R. En tu presencia, Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Haz, Señor, obras grandes por nosotros, porque tú eres poderoso y
tu nombre es santo.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
+Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Haz, Señor, obras grandes por
nosotros, porque tú eres poderoso y tu nombre es santo.
PRECES
Alabemos a Cristo, pastor y obispo de nuestras vidas, que vela
siempre con amor por su pueblo, y digámosle suplicantes:
Protege, Señor, a tu pueblo.
Pastor eterno, protege a nuestro obispo N.
y a todos los pastores de la Iglesia.
Mira con bondad a los que sufren persecución
y líbralos de todas sus angustias.
Compadécete de los pobres y necesitados
y da pan a los hambrientos.
Ilumina a los que tienen la misión de gobernar a los pueblos
y dales sabiduría y prudencia.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
No olvides, Señor, a los difuntos redimidos por tu sangre
y admítelos en el festín de las bodas eternas.
Unidos fraternalmente como hermanos de una misma familia, invoquemos al Padre
común:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, Señor del día y de la noche,
humildemente te pedimos que la luz de Cristo, verdadero sol de justicia,
ilumine siempre nuestras vidas para que así merezcamos gozar un día de aquella
luz en la que tú habitas eternamente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos
de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL MARTES 25 DE NOBIEMBRE 2025
Lecturas
del Martes de la XXXIV Semana del Tiempo Ordinario
25 Nov 2025
Primera Lectura
Lectura de la profecía de Daniel (2,31-45):
En aquellos días, dijo Daniel a Nabucodonosor:
«Tú, rey, viste una visión: una estatua majestuosa, una estatua gigantesca y de
un brillo extraordinario; su aspecto era impresionante. Tenla la cabeza de oro
fino, el pecho y los brazos de plata, el vientre y los muslos de bronce, las
piernas de hierro y los pies de hierro mezclado con barro. En tu visión, una
piedra se desprendió sin intervención humana, chocó con los pies de hierro y
barro de la estatua y la hizo pedazos. Del golpe, se hicieron pedazos el hierro
y el barro, el bronce, la plata y el oro, triturados como tamo de una era en
verano, que el viento arrebata y desaparece sin dejar rastro. Y la piedra que
deshizo la estatua creció hasta convertirse en una montaña enorme que ocupaba
toda la tierra. Éste era el sueño; ahora explicaremos al rey su sentido: Tú,
majestad, rey de reyes, a quien el Dios del cielo ha concedido el reino y el
poder, el dominio y la gloria, a quien ha dado poder sobre los hombres,
dondequiera que vivan, sobre las bestias del campo y las aves del cielo, para
que reines sobre ellos, tú eres la cabeza de oro. Te sucederá un reino de
plata, menos poderoso. Después un tercer reino, de bronce, que dominará todo el
orbe. Vendrá después un cuarto reino, fuerte como el hierro. Como el hierro
destroza y machaca todo, así destrozará y triturará a todos. Los pies y los
dedos que viste, de hierro mezclado con barro de alfarero, representan un reino
dividido; conservará algo del vigor del hierro, porque viste hierro mezclado
con arcilla. Los dedos de los pies, de hierro y barro, son un reino a la vez
poderoso y débil. Como viste el hierro mezclado con la arcilla, así se
mezclarán los linajes, pero no llegarán a fundirse, lo mismo que no se puede
alear el hierro con el barro. Durante ese reinado, el Dios del cielo suscitará
un reino que nunca será destruido ni su dominio pasará a otro, sino que
destruirá y acabará con todos los demás reinos, pero él durará por siempre; eso
significa la piedra que viste desprendida del monte sin intervención humana y
que destrozó el barro, el hierro, el bronce, la plata y el oro. Éste es el
destino que el Dios poderoso comunica a su majestad. El sueño tiene sentido, la
interpretación es cierta.»
Palabra de Dios
Salmo
Dn 3,57.58.59.60.61
R/. Ensalzadlo con himnos por los
siglos
Criaturas todas del Señor,
bendecid al Señor. R/.
Ángeles del Señor,
bendecid al Señor. R/.
Cielos, bendecid al Señor. R/.
Aguas del espacio,
bendecid al Señor. R/.
Ejércitos del Señor,
bendecid al Señor. R/.
Lecturas
del Martes de la XXXIV Semana del Tiempo Ordinario
25 Nov 2025
Evangelio de hoy
*Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,5-11)*
En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza
del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos.
Jesús les dijo: «Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra
sobre piedra: todo será destruido.»
Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de
que todo eso está para suceder?»
Él contestó: «Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando
mi nombre, diciendo: «Yo soy», o bien «El momento está cerca»; no vayáis tras
ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico.
Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida.»
Luego les dijo: «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá
grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre. Habrá también
espantos y grandes signos en el cielo.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(Cuidado
con que nadie os engañe).
*Hoy Jesús el gran maestro, con
esta palabra me hace una invitación a la perseverancia en la fe y la perseverancia en la fe, es la capacidad de seguir
adelante a pesar de los obstáculos o de las cosas que me quieran impidan avanzar
hacia la fe, teniendo siempre en cuenta que encontrare dificultades y
situaciones difíciles que trataran de que no pueda avanzar. Es bueno recordar que “La obligación del
cristiano no es más que la de estar en constante preparación para la muerte”. Jesús el buen pastor, me ofrece la palabra perseverar y esto me estimula
a continuar y a sacar de abajo para lograr lo que tanto deseo ser y lo que
deseo ser, es un auténtico amigo de Jesús, un auténtico cristiano. Jesús el
amigo fiel, me regala la oportunidad de ser su amigo, es por eso que me dice,
que sea cuidadoso de que nadie me vaya a engañar diciéndome los lugares
equivocados donde él no está*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.




