Musica Para el Alma
martes, 8 de febrero de 2022
MARCOS 7,14-23 CICLO C
*Lecturas del Miércoles de la 5ª Semana del
Tiempo Ordinario*
Miércoles, 9 de febrero de 2022
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Marcos (7,14-23)*
En aquel tiempo, llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo: «Escuchad y
entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que
sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. El que tenga oídos para oír,
que oiga.»
Cuando dejó a la gente y entró en casa, le pidieron sus discípulos que les
explicara la parábola. Él les dijo: «¿Tan torpes sois también vosotros? ¿No
comprendéis? Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre, porque no
entra en el corazón, sino en el vientre, y se echa en la letrina.»
Con esto declaraba puros todos los alimentos. Y siguió: «Lo que sale de dentro,
eso sí mancha al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los
malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias,
injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad.
Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.»
Palabra del Señor
*(Lo que sale del
hombre, eso es lo que contamina al hombre)*
*El Señor quiere colocar mi corazón dentro de su
palabra para sacar todo tipo de sucio y de impureza. El Señor me demuestra de
una forma tan pedagógica que no es lo que entra por mi boca, por mis oídos, por
mis ojos, lo que me hace daño, lo que me hace daño son los malos pensamiento
que hago en mi interior en contra de otras persona, es la forma descompuesta de
hablar que en ocasiones utilizo con las personas, que les pueden causar
heridas. La buena noticia es que el Señor ha venido para ser mi maestro para
que pueda cambiar y ser más humano con todos y en todo*
*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a
ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a
la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL MIERCOLES 9
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*TIEMPO ORDINARIO LIBRO III.
SEMANA 5*
MIERCOLES SEMANA I
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Adoremos a Dios, porque él nos ha creado.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Adoremos a Dios, porque él nos ha creado.
Himno: SENTENCIA DE DIOS AL HOMBRE
Sentencia de Dios al hombre
antes que el día comience:
«Que el pan no venga a tu mesa
sin el sudor de tu frente.
Ni el sol se te da de balde,
ni el aire por ser quien eres:
las cosas son herramientas
y buscan quien las maneje.
El mar les pone corazas
de sal amarga a los peces;
el hondo sol campesino
madura a fuego las mieses.
La piedra, con ser la piedra,
guarda una chispa caliente;
y en el rumor de la nube
combaten el rayo y la nieve.
A ti te inventé las manos
y un corazón que no duerme;
puse en tu boca palabras
y pensamiento en tu frente.
No basta con dar las gracias
sin dar lo que las merece:
a fuerza de gratitudes
se vuelve la tierra estéril.» Amén.
SALMODIA
Ant 1. Tu luz, Señor, nos hace ver la luz.
Salmo 35 - DEPRAVACIÓN DEL MALVADO Y BONDAD DE DIOS
El malvado escucha en su interior
un oráculo del pecado:
«No tengo miedo a Dios,
ni en su presencia.»
Porque se hace la ilusión de que su culpa
no será descubierta ni aborrecida.
Las palabras de su boca son maldad y traición,
renuncia a ser sensato y a obrar bien;
acostado medita el crimen,
se obstina en el mal camino,
no rechaza la maldad.
Señor, tu misericordia llega al cielo,
tu fidelidad hasta las nubes,
tu justicia hasta las altas cordilleras;
tus sentencias son como el océano inmenso.
Tú socorres a hombres y animales;
¡qué inapreciable es tu misericordia, oh Dios!;
los humanos se acogen a la sombra de tus alas;
se nutren de lo sabroso de tu casa,
les das a beber del torrente de tus delicias,
porque en ti está la fuente viva
y tu luz nos hace ver la luz.
Prolonga tu misericordia con los que te reconocen,
tu justicia con los rectos de corazón;
que no me pisotee el pie del soberbio,
que no me eche fuera la mano del malvado.
Han fracasado los malhechores;
derribados, no se pueden levantar.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tu luz, Señor, nos hace ver la luz.
Ant 2. Señor, tú eres grande, tu fuerza es invencible.
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR DEL MUNDO Y PROTECTOR DE SU PUEBLO Jdt
16, 2-3. 15-19
¡Alabad a mi Dios con tambores,
elevad cantos al Señor con cítaras,
ofrecedle los acordes de un salmo de alabanza,
ensalzad e invocad su nombre!
porque el Señor es un Dios quebrantador de guerras,
su nombre es el Señor.
Cantaré a mi Dios un cántico nuevo:
Señor, tú eres grande y glorioso,
admirable en tu fuerza, invencible.
Que te sirva toda la creación,
porque tú lo mandaste y existió;
enviaste tu aliento y la construiste,
nada puede resistir a tu voz.
Sacudirán las olas los cimientos de los montes,
las peñas en tu presencia se derretirán como cera,
pero tú serás propicio a tus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Señor, tú eres grande, tu fuerza es invencible.
Ant 3. Aclamad a Dios con gritos de júbilo.
Salmo 46 - ENTRONIZACIÓN DEL DIOS DE ISRAEL
Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo;
porque el Señor es sublime y terrible,
emperador de toda la tierra.
El nos somete los pueblos
y nos sojuzga las naciones;
El nos escogió por heredad suya:
gloria de Jacob, su amado.
Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas:
tocad para Dios, tocad,
tocad para nuestro Rey, tocad.
Porque Dios es el rey del mundo:
tocad con maestría.
Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su trono sagrado.
Los príncipes de los gentiles se reúnen
con el pueblo del Dios de Abraham;
porque de Dios son los grandes de la tierra,
y él es excelso.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aclamad a Dios con gritos de júbilo.
LECTURA BREVE Tb 4, 16-17. 19-20
No hagas a nadie lo que no quieras que te hagan. Da de tu pan al hambriento y
da tus vestidos al desnudo. Busca el consejo de los prudentes. Bendice al Señor
en toda circunstancia, pídele que sean rectos todos tus caminos y que lleguen a
buen fin todas tus sendas y proyectos.
RESPONSORIO BREVE
V. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
V. Dame vida con tu palabra.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
PRIMERA LECTURA
Del libro del Génesis
43, 1-11a. 13-17. 26-34
LOS HERMANOS DE JOSÉ
BAJAN DE NUEVO A EGIPTO
En aquellos días, el hambre apretaba en el país; cuando se terminaron los
víveres que habían traído de Egipto, su padre les dijo:
«Volved a comprarnos provisiones.»
Judá le contestó:
«Aquel hombre nos ha jurado: —No os presentéis ante mí si no me traéis a
vuestro hermano"; si permites a nuestro hermano venir con nosotros,
bajaremos a comprarte provisiones; si no lo dejas, no bajaremos; pues aquel
hombre nos dijo: "No os presentéis ante mí si no me traéis a vuestro
hermano."»
Israel les dijo:
«¿Por qué me habéis dado ese disgusto: decirle que teníais otro hermano?»
Contestaron:
«Aquel hombre nos preguntaba por nosotros y por nuestra familia: "¿Vive
todavía vuestro padre?, ¿tenéis más hermanos?" Y nosotros, respondimos a
sus preguntas. ¿Cómo íbamos a suponer que nos iba a decir: "Traedme a
vuestro hermano"?»
Judá dijo a su padre, Israel:
«Deja que el muchacho venga conmigo, así iremos y salvaremos la vida; de lo
contrario, moriremos, tú y nosotros y los niños. Yo salgo fiador por él; a mí
me pedirás cuentas de él: si no te lo traigo y lo pongo delante de ti, rompes
conmigo para siempre. Si no hubiéramos dado largas, ya estaríamos de vuelta la
segunda vez.»
Israel, su padre, les respondió:
«Si no hay más remedio, hacedlo: tomad productos del país en vuestras vasijas y
llevádselos como regalo a aquel hombre. Tomad a vuestro hermano y volved a
visitar a aquel hombre. Dios Todopoderoso lo haga compadecerse de vosotros, y
os suelte a vuestro hermano y deje a Benjamín. Si tengo que quedarme solo, me
quedaré.»
Ellos tomaron consigo los regalos, doble cantidad de dinero y a Benjamín; se
encaminaron a Egipto y se presentaron a José. Cuando José vio con ellos a
Benjamín, dijo a su mayordomo:
«Hazlos entrar en casa; que maten y guisen, pues al mediodía comerán conmigo.»
El mayordomo hizo lo que mandó José, y los hizo entrar en casa de José. Cuando
José entró en casa, ellos le presentaron los regalos que habían traído y se
postraron en tierra. El les preguntó:
«¿Qué tal estáis?, ¿qué tal está vuestro viejo padre, del que me hablasteis?,
¿vive todavía?» Contestaron:
«Tu siervo, nuestro padre, está bien, vive todavía.»
Y se inclinaron y se postraron. Alzando la vista, vio José a Benjamín, su
hermano, hijo de su madre, y preguntó:
«¿Es éste el hermano menor de quien me hablasteis?» Y añadió:
«Dios te dé su favor, hijo mío.»
En seguida, conmovido por su hermano, le vinieron ganas de llorar; y, entrando
en la alcoba, lloró allí. Después, se lavó la cara, salió, dominándose, y
mandó:
«Servid la comida.»
Le sirvieron a él por un lado, a ellos por otro y a los egipcios convidados por
otro; pues los egipcios no pueden comer con los hebreos, pues sería sacrilegio.
Se sentaron frente a él, empezando por el primogénito y terminando por el
menor, y se miraban asombrados. José les hacía pasar porciones de su mesa, y la
porción de Benjamín era cinco veces mayor. Así comieron y bebieron con él.
RESPONSORIO Cf. Gn 42,
36; cf. 43, 14
R. Se lamentaba Jacob a causa de sus
dos hijos: «Desgraciado de mí, aún lloro a José, desaparecido, y estoy muy
triste a causa de Benjamín, que os llevasteis para obtener provisiones; * pido
al Dios Todopoderoso que, apiadado de mis lágrimas, me permita contemplarlos de
nuevo.»
V. Postrándose Jacob sobre
la tierra, y adorando, dijo con lágrimas en los ojos:
R. «Pido al Dios
Todopoderoso que, apiadado de mis lágrimas, me permita contemplarlos de nuevo.»
SEGUNDA LECTURA
De las cartas de san
Ambrosio, obispo
(Carta 35, 4-6. 13: PL 16 [edición 1845], 1078-1079. 1081)
SOMOS HEREDEROS DE DIOS Y
COHEREDEROS DE CRISTO
Dice el Apóstol que el que, por el espíritu, hace morir las malas pasiones del
cuerpo vivirá. Y ello nada tiene de extraño, ya que el que posee el Espíritu de
Dios se convierte en hijo de Dios. Y hasta tal punto es hijo de Dios, que no
recibe ya espíritu de esclavitud, sino espíritu de adopción filial, al extremo
de que el Espíritu Santo se une a nuestro espíritu para testificar que somos
hijos de Dios. Este testimonio del Espíritu Santo consiste en que él mismo
clama en nuestros corazones: ¡Padre!, como leemos en la carta a los Gálatas.
Pero existe otro importante testimonio de que somos hijos de Dios: el hecho de
que somos herederos de Dios y coherederos de Cristo; es coheredero de Cristo el
que es glorificado juntamente con él, y es glorificado juntamente con él aquel
que, padeciendo por él, realmente padece con él.
Y, para animarnos a este padecimiento, añade que todos nuestros padecimientos
son inferiores y desproporcionados a las magnitud de los bienes futuros, que se
nos darán como premio de nuestras fatigas, premio que se ha de revelar en
nosotros cuando, restaurados plenamente a imagen de Dios, podremos contemplar
su gloria cara a cara. Y, para encarecer la magnitud de esta revelación futura,
añade que la misma creación entera está en expectación de esa manifestación
gloriosa de los hijos de Dios, ya que las creaturas todas están ahora sometidas
al desorden, a pesar suyo, pero conservando la esperanza, ya que esperan de
Cristo la gracia de su ayuda para quedar ellas a su vez libres de la esclavitud
de la corrupción, para tomar parte en la libertad que con la gloria han de
recibir los hijos de Dios; de este modo, cuando se ponga de manifiesto la
gloria de los hijos de Dios, será una misma realidad la libertad de las
creaturas y la de los hijos de Dios. Mas ahora, mientras esta manifestación no
es todavía un hecho, la creación entera gime en la expectación de la gloria de
nuestra adopción y redención, y sus gemidos son como dolores de parto, que van
engendrando ya aquel espíritu de salvación, por su deseo de verse libre de la
esclavitud del desorden.
Está claro que los que gimen anhelando la adopción filial lo hacen porque
poseen las primicias del Espíritu; y esta adopción filial consiste en la
redención del cuerpo entero, cuando el que posee las primicias del Espíritu,
como hijo adoptivo de Dios, verá cara a cara el bien divino y eterno; porque
ahora la Iglesia del Señor posee ya la adopción filial, puesto que el Espíritu clama:
¡Padre!, como dice la carta a los Gálatas. Pero esta adopción será perfecta
cuando resucitarán, dotados de incorrupción, de honor y de gloria, todos
aquellos que hayan merecido contemplar la faz de Dios; entonces la condición
humana habrá alcanzado la redención en su sentido pleno. Por esto el Apóstol
afirma, lleno de confianza, que en esperanza poseemos esta salvación. La
esperanza, en efecto, es causa de salvación, como lo es también la fe, de la
cual se dice en el Evangelio: Tu fe te ha salvado.
RESPONSORIO Rm 8, 17; 5,
9
R. Somos herederos de Dios y
coherederos de Cristo, * si es que padecemos juntamente con Cristo, para ser
glorificados juntamente con él.
V. Justificados por su
sangre, seremos salvados por él de la cólera divina.
R. Si es que padecemos
juntamente con Cristo, para ser glorificados juntamente con él.
*Lecturas del Miércoles de la 5ª Semana del
Tiempo Ordinario*
Miércoles, 9 de febrero de 2022
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Marcos (7,14-23)*
En aquel tiempo, llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo: «Escuchad y
entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que
sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. El que tenga oídos para oír,
que oiga.»
Cuando dejó a la gente y entró en casa, le pidieron sus discípulos que les
explicara la parábola. Él les dijo: «¿Tan torpes sois también vosotros? ¿No
comprendéis? Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre, porque no
entra en el corazón, sino en el vientre, y se echa en la letrina.»
Con esto declaraba puros todos los alimentos. Y siguió: «Lo que sale de dentro,
eso sí mancha al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los
malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias,
fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas
maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.»
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Realiza, Señor, con nosotros la misericordia y recuerda tu santa alianza.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Realiza, Señor, con nosotros la misericordia y recuerda tu santa
alianza.
PRECES
Demos gracias a Cristo y alabémoslo porque ha querido
santificarnos y llamarnos hermanos suyos; digámosle, pues, confiados:
Santifica, Señor, a tus hermanos.
Concédenos, Señor, consagrar el principio de este día en honor de tu
resurrección
y haz que todos los trabajos que realicemos durante esta jornada te sean
agradables.
Haz que sepamos descubrirte a ti en todos nuestros hermanos,
sobre todo en los tristes, en los más pobres y en los que son menos útiles a
los ojos del mundo.
Tú que para aumentar nuestra alegría y afianzar nuestra salvación nos das el
nuevo día, signo de tu amor,
renuévanos hoy y siempre para gloria de tu nombre.
Haz que durante este día estemos en paz con todo el mundo
y que a nadie devolvamos mal por mal.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tal como Cristo nos enseñó, terminemos nuestra oración diciendo:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, salvador nuestro, danos tu ayuda para que siempre
deseemos las obras de la luz y realicemos la verdad: así, los que de ti hemos
nacido en el bautismo, seremos tus testigos ante los hombres. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
MIERCOLES SEMANA I
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: HORA DE LA TARDE.
Hora de la tarde,
fin de las labores.
Amo de las viñas,
paga los trabajos
de tus viñadores.
Al romper el día
nos apalabraste.
Cuidamos tu viña
del alba a la tarde.
Ahora que nos pagas,
nos lo das de balde,
que a jornal de gloria
no hay trabajo grande.
Das al de la tarde
lo que al mañanero.
Son tuyas las horas
y tuyo el viñedo.
A lo que sembramos
dale crecimiento.
Tú que eres la viña,
cuida los sarmientos. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?
Salmo 26 I - CONFIANZA ANTE EL PELIGRO
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?
Cuando me asaltan los malvados
para devorar mi carne,
ellos, enemigos y adversarios,
tropiezan y caen.
Si un ejército acampa contra mí,
mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra,
me siento tranquilo.
Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor
contemplando su templo.
Él me protegerá en su tienda
el día del peligro;
me esconderá en lo escondido de su morada,
me alzará sobre la roca;
y así levantaré la cabeza
sobre el enemigo que me cerca;
en su tienda sacrificaré
sacrificios de aclamación:
cantaré y tocaré para el Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?
Ant 2. Tu rostro buscaré Señor, no me escondas tu rostro.
Salmo 26 II
Escúchame, Señor, que te llamo;
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro.»
Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio;
no me deseches, no me abandones,
Dios de mi salvación.
Si mi padre y mi madre me abandonan,
el Señor me recogerá.
Señor, enséñame tu camino,
guíame por la senda llana,
porque tengo enemigos.
No me entregues a la saña de mi adversario,
porque se levantan contra mí testigos falsos,
que respiran violencia.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tu rostro buscaré Señor, no me escondas tu rostro.
Ant 3. Él es el primogénito de toda creatura, es el primero en todo.
Cántico: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA CREATURA Y PRIMER
RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS. Cf. Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda creatura;
pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz
con todos los seres, así del cielo como de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Él es el primogénito de toda creatura, es el primero en todo.
LECTURA BREVE St 1, 22. 25
Llevad a la práctica la palabra y no os limitéis a escucharla, engañándoos a
vosotros mismos. El que se concentra en el estudio de la ley perfecta (la que
hace libre) y es constante no como oyente olvidadizo, sino para ponerla por
obra, éste encontrará la felicidad en practicarla.
RESPONSORIO BREVE
V. Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí.
R. Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí.
V. No arrebates mi alma con los pecadores.
R. Ten misericordia de mí.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
+Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo.
PRECES
Oremos, hermanos, a Dios Padre, que en su amor nos mira como
hijos, y digámosle:
Muéstranos, Señor, la abundancia de tu amor.
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia: guárdala de todo mal
y haz que crezca en tu amor.
Que todos los pueblos, Señor, te reconozcan como al único Dios verdadero,
y a Jesucristo como al Salvador que tú has enviado.
A nuestros parientes y bienhechores concédeles tus bienes
y que tu bondad les dé la vida eterna.
Te pedimos, Señor, por los trabajadores que sufren: alivia sus dificultades
y haz que todos los hombres reconozcan su dignidad.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
En tu misericordia acoge a los que hoy han muerto
y dales posesión de tu reino.
Unidos fraternalmente como hermanos de una misma familia, invoquemos a nuestro
Padre común:
Padre nuestro...
ORACION
Escucha, Señor, nuestras súplicas y protégenos durante el día y
durante la noche: tú que eres siempre inmutable, da firmeza a los que vivimos
sujetos a la sucesión de los tiempos y de las horas. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL MIERCOLES 9 DE FEBRERO 2022
*Lecturas del Miércoles de la 5ª Semana del
Tiempo Ordinario*
Miércoles, 9 de febrero de 2022
Primera
lectura
Lectura del
primer libro de los Reyes (10,1-10):
En aquellos días, la reina de Sabá oyó la fama de Salomón y fue a desafiarle
con enigmas. Llegó a Jerusalén con una gran caravana de camellos cargados de
perfumes y oro en gran cantidad y piedras preciosas. Entró en el palacio de
Salomón y le propuso todo lo que pensaba. Salomón resolvió todas sus consultas;
no hubo una cuestión tan oscura que el rey no pudiera resolver.
Cuando la reina de Sabá vio la sabiduría de Salomón, la casa que había
construido, los manjares de su mesa, toda la corte sentada a la mesa, los
camareros con sus uniformes sirviendo, las bebidas, los holocaustos que ofrecía
en el templo del Señor, se quedó asombrada y dijo al rey: «¡Es verdad lo que me
contaron en mi país de ti y tu sabiduría! Yo no quería creerlo; pero ahora que
he venido y lo veo con mis propios ojos, resulta que no me habían dicho ni la
mitad. En sabiduría y riquezas superas todo lo que yo había oído. ¡Dichosa tu
gente, dichosos los cortesanos que están siempre en tu presencia, aprendiendo
de tu sabiduría! ¡Bendito sea el Señor, tu Dios, que, por el amor eterno que
tiene a Israel, te ha elegido para colocarte en el trono de Israel y te ha
nombrado rey para que gobiernes con justicia!»
La reina regaló al rey cuatro mil quilos de oro, gran cantidad de perfumes y
piedras preciosas; nunca llegaron tantos perfumes como los que la reina de Saba
regaló al rey Salomón.
Palabra de Dios
Salmo
Sal
36,5-6.30-31.39-40
R/. La boca del justo
expone la sabiduría
Encomienda tu camino al Señor,
confía en él, y él actuará:
hará tu justicia como el amanecer,
tu derecho, como el mediodía. R/.
La boca del justo expone la sabiduría,
su lengua explica el derecho:
porque lleva en el corazón la ley de su Dios,
y sus pasos no vacilan. R/.
El Señor es quien salva a los justos,
él es su alcázar en el peligro;
el Señor los protege y los libra,
los libra de los malvados y los salva,
porque se acogen a él. R/.
*Lecturas del Miércoles de la 5ª Semana del
Tiempo Ordinario*
Miércoles, 9 de febrero de 2022
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Marcos (7,14-23)*
En aquel tiempo, llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo: «Escuchad y
entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que
sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. El que tenga oídos para oír,
que oiga.»
Cuando dejó a la gente y entró en casa, le pidieron sus discípulos que les
explicara la parábola. Él les dijo: «¿Tan torpes sois también vosotros? ¿No
comprendéis? Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre, porque no
entra en el corazón, sino en el vientre, y se echa en la letrina.»
Con esto declaraba puros todos los alimentos. Y siguió: «Lo que sale de dentro,
eso sí mancha al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los
malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias,
injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad.
Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.»
Palabra del Señor
*(Lo que sale del
hombre, eso es lo que contamina al hombre)*
*El Señor quiere colocar mi corazón dentro de su
palabra para sacar todo tipo de sucio y de impureza. El Señor me demuestra de
una forma tan pedagógica que no es lo que entra por mi boca, por mis oídos, por
mis ojos, lo que me hace daño, lo que me hace daño son los malos pensamiento
que hago en mi interior en contra de otras persona, es la forma descompuesta de
hablar que en ocasiones utilizo con las personas, que les pueden causar
heridas. La buena noticia es que el Señor ha venido para ser mi maestro para
que pueda cambiar y ser más humano con todos y en todo*
*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a
ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a
la vida eterna.
R. Amén.