Musica Para el Alma
sábado, 14 de agosto de 2021
EVANGELIO DE LUCAS 1,39-56 CICLO B
*Lecturas
del Asunción de la Virgen María*
Domingo, 15
de agosto de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (1,39-56)*
39 En aquellos días, se levantó María y se fue con
prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá;
40 entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
41 Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de
María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu
Santo;
42 y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú
entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno;
43 y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a
mí?
44 Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu
saludo, saltó de gozo el niño en mi seno.
45 ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las
cosas que le fueron dichas de parte del Señor!»
46 Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor
47 y mi espíritu = se alegra en Dios mi salvador =
48 porque = ha puesto los ojos en la humildad de su
esclava, = por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán
bienaventurada,
49 porque ha hecho en mi favor maravillas el
Poderoso, = Santo es su nombre
50 = y su misericordia alcanza de generación en
generación a los que le temen. =
51 Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los
que son soberbios en su propio corazón.
52 = Derribó a los potentados = de sus tronos = y
exaltó a los humildes. =
53 = A los hambrientos colmó de bienes = y despidió
a los ricos sin nada.
54 = Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la
misericordia =
55 - Como había anunciado a nuestros padres - en
favor de Abraham y de su linaje por los siglos.»
56 María permaneció con ella unos tres meses, y se
volvió a su casa.
Palabra del Señor
(En cuanto Isabel
oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del
Espíritu Santo)
*Tratar de imaginarme el sonido de las palabras que
dijo “María” cuando entro a casa de Zacarías e Isabel, no llegan a mi mente
todavía, y como podría yo sentir el impacto y la fuerza de aquel saludo, que
cuando Isabel lo escuchó “Se llenó Isabel
del Espíritu Santo” y “saltó
la criatura en su vientre” yo he recibido noticia o he tenido
acontecimiento que se me ruboriza toda la piel o como decimos aquí, se me pone
la piel de gallina: A mí me gustaría que mi corazón sea sensible a
“La Palabra del Señor”, que al escuchar un saludo como escucho Isabel de María,
todo mi ser, también quede lleno del Espíritu Santo. Así quiero que llegue
a mí vida, ese saludo de María, y que mi alma y todo mi ser “quede llenó del Espíritu Santo”. Y que pueda hacer mías esas palabras dicha por
los labios de Isabel « ¡Bendita tú entre las mujeres, y
bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi
Señor?*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón según el
Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo
mal y nos lleve a la vida eterna.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL DOMINGO 15. LA ASUNCION DE VIRGEN MARIA
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
15 de agosto
*LA ASUNCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA. (Solemnidad)*.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Rey de reyes, cuya Madre
ha sido elevada a lo más alto del cielo.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos al Rey de reyes, cuya Madre
ha sido elevada a lo más alto del cielo.
Himno: SÓLO LA NIÑA AQUELLA.
Sólo la Niña aquella, la Niña inmaculada,
la Madre que del hijo recibió su hermosura,
la Virgen que le dice a su Creador criatura,
sólo esa Niña bella al cielo fue elevada.
Los luceros formaron innumerables filas,
tapizaron las nubes el cielo en su grandeza;
y aquella Niña dulce de sin igual belleza
llenaba todo el cielo con sus claras pupilas.
Nuestro barro pequeño, de nostalgia extasiado,
ardientemente quiere subir un día cualquiera
al cielo, donde el barro de nuestra Niña espera
purificar en gracia nuestro barro manchado. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Dichosa eres, María, porque de ti vino la salvación del mundo; tú
ahora vives ya en la gloria del Señor.
SALMO 62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dichosa eres, María, porque de ti vino la
salvación del mundo; tú ahora vives ya en la gloria del Señor.
Ant 2. La Virgen María ha sido glorificada sobre los
coros de los ángeles; que se alegren los fieles y bendigan todos al Señor.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria al Padre.
Ant. La Virgen María ha sido glorificada sobre los
coros de los ángeles; que se alegren los fieles y bendigan todos al Señor.
Ant 3. El Señor ha glorificado tanto tu nombre, que
tu alabanza no se apartará de la boca de los hombres.
Salmo 149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor ha glorificado tanto tu nombre, que
tu alabanza no se apartará de la boca de los hombres.
LECTURA BREVE Is 61, 10
Desbordo de gozo en el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un
traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como a una novia que se
adorna con sus joyas.
RESPONSORIO BREVE
V. Hoy la Virgen María ha subido al cielo.
R. Hoy la Virgen María ha subido al cielo.
V. Y con Cristo reina eternamente.
R. Ha subido al cielo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Hoy la Virgen María ha subido al cielo.
V. Dichosa
tú, María, que has creído al Señor.
R. Porque se ha cumplido en ti lo que se te
había dicho.
PRIMERA LECTURA
De la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1, 16—2, 10
DIOS NOS HIZO SENTAR EN LOS CIELOS CON CRISTO JESÚS
Hermanos: No ceso de dar gracias por vosotros, y siempre os recuerdo en mis
oraciones. Quiera el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria,
concedernos el don de sabiduría y de revelación, para que lleguemos al pleno
conocimiento de él e, iluminados así los ojos de nuestra mente, conozcamos cuál
es la esperanza a que nos ha llamado y cuáles las riquezas de gloria otorgadas
por él como herencia a su pueblo santo.
Y ¡qué soberana grandeza despliega su poder en nosotros, los creyentes, según
la eficacia de su fuerza poderosa! Este poder lo ejercitó en Cristo,
resucitándolo de entre los muertos y constituyéndolo a su diestra en los
cielos, por encima de todo principado, potestad, virtud y dominación, y de todo
ser que exista no sólo en el mundo presente, sino también en el futuro. Puso
todas las cosas bajo sus pies y lo dio como cabeza a la Iglesia, que es su
cuerpo, es decir, la plenitud de aquel que lo llena todo en todo.
Y Dios también os vivificó a vosotros, que estabais muertos por vuestros
delitos y pecados, en los cuales vivisteis en otro tiempo, siguiendo el
proceder de este mundo, sometidos al príncipe que tiene su imperio en el aire,
el espíritu que actúa ahora en los rebeldes a la fe, entre los cuales vivíamos
también nosotros, siguiendo las apetencias de nuestra carne, poniendo por obra
sus deseos y sentimientos, y éramos por nuestro natural hijos de cólera, como
los demás.
Pero Dios, que es rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, aun
cuando estábamos muertos por nuestros pecados, nos vivificó con Cristo -por
pura gracia habéis sido salvados- y nos resucitó con él, y nos hizo sentar en
los cielos con Cristo Jesús. Así Dios, en su bondad para con nosotros en Cristo
Jesús, quiso mostrar en los siglos venideros la sublime riqueza de su gracia.
Estáis salvados por la gracia y mediante la fe. Y no se debe a vosotros, sino
que es un don de Dios; y tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda
presumir. Somos obra de Dios. Dios nos ha creado en Cristo Jesús, para que nos
dediquemos a las buenas obras, que él determinó que practicásemos.
RESPONSORIO
R. ¡Qué hermosa y bella es la Virgen María, que
emigró de este mundo para ir hacia Cristo! * Resplandece
entre los coros de los santos como el sol cuando brilla en el cielo con todo su
esplendor.
V. Los ángeles se alegran, los arcángeles se
regocijan, al contemplar la gloria inmensa de la Virgen María.
R. Resplandece entre los coros de los santos
como el sol cuando brilla en el cielo con todo su esplendor.
SEGUNDA LECTURA
De la Constitución apostólica Munificentissimus Deus del papa Pío
doce
(AAS 42 [1950], 760-762. 767-769)
TU CUERPO ES SANTO Y SOBREMANERA GLORIOSO
Los santos Padres y grandes doctores, en las homilías y
disertaciones dirigidas al pueblo en la fiesta de la Asunción de la Madre de
Dios, hablan de este hecho como de algo ya conocido y aceptado por los fieles y
lo explican con toda precisión, procurando sobre todo hacerles comprender que
lo que se conmemora en esta festividad es no sólo el hecho de que el cuerpo sin
vida de la Virgen María no estuvo sujeto a la corrupción, sino también su
triunfo sobre la muerte y su glorificación en el cielo, a imitación de su Hijo
único Jesucristo.
Y, así, san Juan Damasceno, el más ilustre transmisor de esta tradición, comparando
la asunción de la santa Madre de Dios con sus demás dotes y privilegios,
afirma, con elocuencia vehemente:
«Convenía que aquella que en el parto había conservado intacta su virginidad
conservara su cuerpo también después de la muerte libre de la corruptibilidad.
Convenía que aquella que había llevado al Creador como un niño en su seno
tuviera después su mansión en el cielo. Convenía que la esposa que el Padre
había desposado habitara en el tálamo celestial. Convenía que aquella que había
visto a su Hijo en la cruz y cuya alma había sido atravesada por la espada del
dolor, del que se había visto libre en el momento del parto, lo contemplara
sentado a la derecha del Padre. Convenía que la Madre de Dios poseyera lo mismo
que su Hijo y que fuera venerada por toda creatura como Madre y esclava de
Dios.»
Según el punto de vista de san Germán de Constantinopla, el cuerpo de la Virgen
María, la Madre de Dios, se mantuvo incorrupto y fue llevado al cielo, porque
así lo pedía no sólo el hecho de su maternidad divina, sino también la peculiar
santidad de su cuerpo virginal:
«Tú, según está escrito, te muestras con belleza; y tu cuerpo virginal es todo
él santo, todo él casto, todo él morada de Dios, todo lo cual hace que esté
exento de disolverse y convertirse en polvo, y que, sin perder su condición
humana, sea transformado en cuerpo celestial e incorruptible, lleno de vida y
sobremanera glorioso, incólume y partícipe de la vida perfecta.»
Otro antiquísimo escritor afirma:
«La gloriosa Madre de Cristo, nuestro Dios y salvador, dador de la vida y de la
inmortalidad, por él es vivificada, con un cuerpo semejante al suyo en la
incorruptibilidad, ya que él la hizo salir del sepulcro y la elevó hacia sí
mismo, del modo que él solo conoce.»
Todos estos argumentos y consideraciones de los santos Padres se apoyan, como
en su último fundamento, en la sagrada Escritura; ella, en efecto, nos hace ver
a la santa Madre de Dios unida estrechamente a su Hijo divino y solidaria
siempre de su destino.
Y sobre todo hay que tener en cuenta que, ya desde el siglo segundo, los santos
Padres presentan a la Virgen María como la nueva Eva asociada al nuevo Adán,
íntimamente unida a él, aunque de modo subordinado, en la lucha contra el
enemigo infernal, lucha que, como se anuncia en el protoevangelio, había de
desembocar en una victoria absoluta sobre el pecado y la muerte, dos realidades
inseparables en los escritos del Apóstol de los gentiles. Por lo cual, así como
la gloriosa resurrección de Cristo fue la parte esencial y el último trofeo de
esta victoria, así también la participación que tuvo la santísima Virgen en
esta lucha de su Hijo había de concluir con la glorificación de su cuerpo
virginal, ya que, como dice el mismo Apóstol: Cuando esto mortal se vista de
inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra escrita: «La muerte ha sido
absorbida en la victoria.»
Por todo ello, la augusta Madre de Dios, unida a Jesucristo de modo arcano,
desde toda la eternidad, por un mismo y único decreto de predestinación,
inmaculada en su concepción, virgen integérrima en su divina maternidad,
asociada generosamente a la obra del divino Redentor, que obtuvo un pleno
triunfo sobre el pecado y sus consecuencias, alcanzó finalmente, como suprema
coronación de todos sus privilegios, el ser preservada inmune de la corrupción
del sepulcro y, a imitación de su Hijo, vencida la muerte, ser llevada en
cuerpo y alma a la gloria celestial, para resplandecer allí como reina a la
derecha de su Hijo, el rey inmortal de los siglos.
RESPONSORIO
R. Éste es el día glorioso en que la Virgen
Madre de Dios subió a los cielos; todos la aclamamos, tributándole nuestras
alabanzas: * Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu
vientre.
V. Dichosa eres, santa Virgen María, y digna de
toda alabanza; de ti nació el sol de justicia, Cristo, nuestro Dios.
R. Bendita tú entre las mujeres y bendito el
fruto de tu vientre.
Lecturas del Asunción de la Virgen
María
Domingo, 15 de agosto de 2021
Evangelio
Lectura del santo evangelio según
san Lucas (1,39-56):
39 En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la
región montañosa, a una ciudad de Judá;
40 entró en casa
de Zacarías y saludó a Isabel.
41 Y sucedió que,
en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel
quedó llena de Espíritu Santo;
42 y exclamando
con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu
seno;
43 y ¿de dónde a
mí que la madre de mi Señor venga a mí?
44 Porque, apenas
llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno.
45 ¡Feliz la que
ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!»
46 Y dijo María:
«Engrandece mi alma al Señor
47 y mi espíritu =
se alegra en Dios mi salvador =
48 porque = ha puesto
los ojos en la humildad de su esclava, = por eso desde ahora todas las
generaciones me llamarán bienaventurada,
49 porque ha hecho
en mi favor maravillas el Poderoso, = Santo es su nombre =
50 = y su
misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. =
51 Desplegó la
fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón.
52 = Derribó a los
potentados = de sus tronos = y exaltó a los humildes. =
53 = A los
hambrientos colmó de bienes = y despidió a los ricos sin nada.
54 = Acogió a
Israel, su siervo, acordándose de la misericordia =
55 - como había
anunciado a nuestros padres - en favor de Abraham y de su linaje por los
siglos.»
56 María
permanceció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa.
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Eres bella y hermosa, Hija de Jerusalén; subes al cielo,
resplandeciente como la aurora cuando amanece.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Eres bella y hermosa, Hija de Jerusalén;
subes al cielo, resplandeciente como la aurora cuando amanece.
PRECES
Elevemos nuestras súplicas al Salvador, que quiso nacer de María
Virgen y digámosle:
Mira a la llena de gracia y escúchanos.
Palabra eterna del Padre, tú que elegiste a María como arca de tu morada,
líbranos de toda ocasión de pecado.
Redentor nuestro, tú que hiciste de la inmaculada Virgen María tabernáculo
purísimo de tu presencia y sagrario del Espíritu Santo,
haz también de nosotros templos de tu Espíritu.
Rey de reyes, que elevaste contigo a tu Madre en cuerpo y alma al cielo,
haz que aspiremos siempre a los bienes celestiales.
Señor del cielo y de la tierra, que has colocado a tu derecha a María reina,
danos el gozo de tener parte en su gloria.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Según el mandato del Señor, digamos confiadamente:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, que has elevado en cuerpo y alma a los
cielos a la inmaculada Virgen María, madre de tu Hijo, haz que nosotros, ya
desde este mundo, tengamos todo nuestro ser totalmente orientado hacia el
cielo, para que podamos llegar a participar de su misma gloria. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
I VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: HOY ROMPE LA CLAUSURA
Hoy rompe la clausura
del surco empedernido
el grano en él hundido
por nuestra mano dura;
y hoy da su flor primera
la rama sin pecado
del árbol mutilado
por nuestra mano fiera.
Hoy triunfa el buen Cordero
que, en esta tierra impía,
se dio con alegría
por el rebaño entero;
y hoy junta su extraviada
majada y la conduce
al sitio en que reluce
la luz resucitada.
Hoy surge, viva y fuerte,
segura y vencedora,
la Vida que hasta ahora
yacía en honda muerte;
y hoy alza del olvido
sin fondo y de la nada
al alma rescatada
y al mundo redimido. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Desead la paz a Jerusalén.
Salmo 121 LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN
¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.
Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia
en el palacio de David.
Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios.»
Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo.»
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Desead la paz a Jerusalén.
Ant 2. Desde la aurora hasta la noche mi alma
aguarda al Señor.
Salmo 129 - DESDE LO HONDO A TI GRITO, SEÑOR.
Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto.
Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Desde la aurora hasta la noche mi alma
aguarda al Señor.
Ant 3. Al nombre de Jesús toda rodilla se doble en
el cielo y en la tierra. Aleluya.
Cántico: CRISTO, SIERVO DE DIOS, EN SU MISTERIO PASCUAL - Flp 2, 6-11
Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios,
al contrario, se anonadó a sí mismo,
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Al nombre de Jesús toda rodilla se doble en
el cielo y en la tierra. Aleluya.
LECTURA BREVE 2Pe 1, 19-21
Tenemos confirmada la palabra profética, a la que hacéis bien en prestar
atención, como a lámpara que brilla en lugar oscuro, hasta que despunte el día
y salga el lucero de la mañana en vuestro corazón. Ante todo habéis de saber que
ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada; pues nunca fue
proferida alguna por voluntad humana, sino que, llevados del Espíritu Santo,
hablaron los hombres de parte de Dios.
RESPONSORIO BREVE
V. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor.
R. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado
sea el nombre del Señor.
V. Su gloria se eleva sobre los cielos.
R. Alabado sea el nombre del Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo
R. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado
sea el nombre del Señor.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Mi casa es casa de oración y así la llamarán todos los pueblos; a
ella los traeré y en ella los alegraré.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Mi casa es casa de oración y así la llamarán
todos los pueblos; a ella los traeré y en ella los alegraré.
PRECES
Invoquemos a Cristo, alegría de cuantos se refugian en él, y
digámosle:
Míranos y escúchanos, Señor.
Testigo fiel y primogénito de entre los muertos, tú que nos purificaste con tu
sangre
no permitas que olvidemos nunca tus beneficios.
Haz que aquellos a quienes elegiste como ministros de tu Evangelio
sean siempre fieles y celosos dispensadores de los misterios del reino.
Rey de la paz, concede abundantemente tu Espíritu a los que gobiernan las
naciones
para que cuiden con interés de los pobres y postergados.
Sé ayuda para cuantos son víctimas de cualquier segregación por causa de su
raza, color, condición social, lengua o religión
y haz que todos reconozcan su dignidad y respeten sus derechos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
A los que han muerto en tu amor dales también parte en tu felicidad
con María y con todos tus santos.
Porque Jesús ha resucitado, todos somos hijos de Dios; por eso nos atrevemos a
decir:
Padre nuestro...
ORACION
Oh Dios, que has preparado bienes invisibles para los que te aman,
infunde el amor de tu nombre en nuestros corazones, para que, amándote en todo
y sobre todas las cosas, consigamos tus promesas que superan todo deseo. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DE LA ASUNCION DE LA VIRGEN MARIA
*Lecturas
de La Asunción de la Virgen María*
Domingo, 15
de agosto de 2021
Primera lectura
Lectura del
libro del Apocalipsis (11,19a;12,1.3-6a.10ab):
Se abrió en el cielo el santuario de Dios y en su santuario apareció el arca de
su alianza. Después apareció una figura portentosa en el cielo: Una mujer
vestida de sol, la luna por pedestal, coronada con doce estrellas. Apareció
otra señal en el cielo: Un enorme dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos
y siete diademas en las cabezas. Con la cola barrió del cielo un tercio de las
estrellas, arrojándolas a la tierra. El dragón estaba enfrente de la mujer que
iba a dar a luz, dispuesto a tragarse el niño en cuanto naciera. Dio a luz un
varón, destinado a gobernar con vara de hierro a los pueblos. Arrebataron al
niño y lo llevaron junto al trono de Dios. La mujer huyó al desierto, donde
tiene un lugar reservado por Dios.
Se oyó una gran voz en el cielo: «Ahora se estableció la salud y el poderío, y
el reinado de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo.»
Palabra de
Dios
Salmo
Sal
44,10bc.11-12ab.16
R/. De
pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir
Hijas de reyes salen a tu encuentro,
de pie a tu derecha está la reina,
enjoyada con oro de Ofir. R/.
R/. De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir
Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna;
prendado está el rey de tu belleza:
póstrate ante él, que él es tu señor. R/.
R/. De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir
Las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real. R/.
R/. De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir
Segunda lectura
Lectura de
la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (15,20-27a):
Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de
todos. Si por un hombre vino la muerte, por un hombre ha venido la
resurrección. Si por Adán murieron todos, por Cristo todos volverán a la vida.
Pero cada uno en su puesto: primero Cristo, como primicia; después, cuando él
vuelva, todos los que son de Cristo; después los últimos, cuando Cristo
devuelva a Dios Padre su reino, una vez aniquilado todo principado, poder y
fuerza. Cristo tiene que reinar hasta que Dios haga de sus enemigos estrado de
sus pies. El último enemigo aniquilado será la muerte. Porque Dios ha sometido
todo bajo sus pies.
*Lecturas del Asunción de la Virgen María*
Domingo, 15
de agosto de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (1,39-56)*
39 En aquellos días, se levantó María y se fue con
prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá;
40 entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
41 Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de
María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu
Santo;
42 y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú
entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno;
43 y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a
mí?
44 Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu
saludo, saltó de gozo el niño en mi seno.
45 ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las
cosas que le fueron dichas de parte del Señor!»
46 Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor
47 y mi espíritu = se alegra en Dios mi salvador =
48 porque = ha puesto los ojos en la humildad de su
esclava, = por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada,
49 porque ha hecho en mi favor maravillas el
Poderoso, = Santo es su nombre
50 = y su misericordia alcanza de generación en
generación a los que le temen. =
51 Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los
que son soberbios en su propio corazón.
52 = Derribó a los potentados = de sus tronos = y
exaltó a los humildes. =
53 = A los hambrientos colmó de bienes = y despidió
a los ricos sin nada.
54 = Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la
misericordia =
55 - Como había anunciado a nuestros padres - en
favor de Abraham y de su linaje por los siglos.»
56 María permaneció con ella unos tres meses, y se
volvió a su casa.
Palabra del Señor
(En cuanto Isabel
oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del
Espíritu Santo)
*Tratar de imaginarme el sonido de las palabras que
dijo “María” cuando entro a casa de Zacarías e Isabel, no llegan a mi mente
todavía, y como podría yo sentir el impacto y la fuerza de aquel saludo, que
cuando Isabel lo escuchó “Se llenó Isabel
del Espíritu Santo” y “saltó
la criatura en su vientre” yo he recibido noticia o he tenido
acontecimiento que se me ruboriza toda la piel o como decimos aquí, se me pone
la piel de gallina: A mí me gustaría que mi corazón sea sensible a
“La Palabra del Señor”, que al escuchar un saludo como escucho Isabel de María,
todo mi ser, también quede lleno del Espíritu Santo. Así quiero que llegue
a mí vida, ese saludo de María, y que mi alma y todo mi ser “quede llenó del Espíritu Santo”. Y que pueda hacer mías esas palabras dicha por
los labios de Isabel « ¡Bendita tú entre las mujeres, y
bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi
Señor?*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón según el
Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo
mal y nos lleve a la vida eterna.