VIERNES DE LA SEMANA III
9 de marzo
COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
EXAMEN DE CONCIENCIA
Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Himno: CUANDO LLEGÓ EL INSTANTE DE TU MUERTE
Cuando llegó el instante de tu muerte
inclinaste la frente hacia la tierra,
como todos los mortales;
mas no eras tú el hombre derribado,
sino el Hijo que muerto nos contempla.
Cuando me llegue el tránsito esperado
y siga sin retorno por mi senda,
como todos los mortales,
el sueño de tu rostro será lumbre
y tu gloria mi gloria venidera.
El silencio sagrado de la noche
tu paz y tu venida nos recuerdan,
Cristo, luz de los mortales;
acepta nuestro sueño necesario
como secreto amor que a ti se llega. Amén
SALMODIA
Ant 1. Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia.
Salmo 87 - ORACIÓN DE UN HOMBRE GRAVEMENTE ENFERMO
Señor, Dios mío, de día te pido auxilio,
de noche grito en tu presencia;
llegue hasta ti mi súplica,
inclina tu oído a mi clamor.
Porque mi alma está colmada de desdichas,
y mi vida está al borde del abismo;
ya me cuentan con los que bajan a la fosa,
soy como un inválido.
Tengo mi cama entre los muertos,
como los caídos que yacen en el sepulcro,
de los cuales ya no guardas memoria,
porque fueron arrancados de tu mano.
Me has colocado en lo hondo de la fosa,
en las tinieblas del fondo;
tu cólera pesa sobre mí,
me echas encima todas tus olas.
Has alejado de mí a mis conocidos,
me has hecho repugnante para ellos:
encerrado, no puedo salir,
y los ojos se me nublan de pesar.
Todo el día te estoy invocando,
tendiendo las manos hacia ti.
¿Harás tú maravillas por los muertos?
¿Se alzarán las sombras para darte gracias?
¿Se anuncia en el sepulcro tu misericordia,
o tu fidelidad en el reino de la muerte?
¿Se conocen tus maravillas en la tiniebla
o tu justicia en el país del olvido?
Pero yo te pido auxilio,
por la mañana irá a tu encuentro mi súplica.
¿Por qué, Señor, me rechazas
y me escondes tu rostro?
Desde niño fui desgraciado y enfermo,
me doblo bajo el peso de tus terrores,
pasó sobre mí tu incendio,
tus espantos me han consumido:
me rodean como las aguas todo el día,
me envuelven todos a una;
alejaste de mí amigos y compañeros:
mi compañía son las tinieblas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia.
LECTURA BREVE Jr 14, 9
Tú estás en medio de nosotros, Señor, tu nombre ha sido invocado sobre nosotros: no nos abandones, Señor Dios nuestro.
RESPONSORIO BREVE
V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
CÁNTICO DE SIMEÓN Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,
porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
ORACION
OREMOS,
Señor, Dios todopoderoso: ya que con nuestro descanso vamos a imitar a tu Hijo que reposó en el sepulcro, te pedimos que, al levantarnos mañana, lo imitemos también resucitando a una vida nueva. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
BENDICIÓN
V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. Amén.
ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN
Madre del Redentor, Virgen fecunda,
puerta del cielo siempre abierta,
estrella del mar,
ven a librar al pueblo que tropieza
y se quiere levantar.
Ante la admiración de cielo y tierra,
engendraste a tu santo Creador,
y permaneces siempre virgen.
Recibe el saludo del ángel Gabriel,
y ten piedad de nosotros, pecadores.
Musica Para el Alma
jueves, 8 de marzo de 2018
ORACION DE LA NOCHE
VIERNES DE LA SEMANA III
Propio del Tiempo. Salterio III
9 de marzo
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: MUERE LA VIDA Y VIVO YO SIN VIDA.
Muere la vida y vivo yo sin vida
ofendiendo la vida de mi muerte;
sangre divina de las venas vierte
y mi diamante su dureza olvida.
Está la majestad de Dios tendida
en una dura cruz, y yo de suerte
que soy de sus dolores el más fuerte
y de su cuerpo la mayor herida.
¡Oh duro corazón de mármol frío!
¿Tiene tu Dios abierto el lado izquierdo
y no te vuelves un copioso río?
Morir por él será divino acuerdo,
mas eres tú mi vida, Cristo mío,
y, como no la tengo, no la pierdo. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor es grande, nuestro dueño más que todos los dioses.
Salmo 134 I - HIMNO A DIOS POR SUS MARAVILLAS
Alabad el nombre del Señor,
alabadlo, siervos del Señor,
que estáis en la casa del Señor,
en los atrios de la casa de nuestro Dios.
Alabad al Señor porque es bueno,
tañed para su nombre, que es amable.
Porque él se escogió a Jacob,
a Israel en posesión suya.
Yo sé que el Señor es grande,
nuestro dueño más que todos los dioses.
El Señor todo lo que quiere lo hace:
en el cielo y en la tierra,
en los mares y en los océanos.
Hace subir las nubes desde el horizonte,
con los relámpagos desata la lluvia,
suelta a los vientos de sus silos.
Él hirió a los primogénitos de Egipto,
desde los hombres hasta los animales.
Envió signos y prodigios
-en medio de ti, Egipto-
contra el Faraón y sus ministros.
Hirió de muerte a pueblos numerosos,
mató a reyes poderosos:
a Sijón, rey de los amorreos;
a Hog, rey de Basán,
y a todos los reyes de Canaán.
Y dio su tierra en heredad,
en heredad a Israel, su pueblo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor es grande, nuestro dueño más que todos los dioses.
Ant 2. Casa de Israel, bendice al Señor; tañed para su nombre, que es amable.
Salmo 134 II.
Señor, tu nombre es eterno;
Señor, tu recuerdo de edad en edad.
Porque el Señor gobierna a su pueblo
y se compadece de sus siervos.
Los ídolos de los gentiles son oro y plata,
hechura de manos humanas:
tienen boca y no hablan,
tienen ojos y no ven,
tienen orejas y no oyen,
no hay aliento en sus bocas.
Sean lo mismo los que los hacen,
cuantos confían en ellos.
Casa de Israel, bendice al Señor;
casa de Aarón, bendice al Señor;
casa de Leví, bendice al Señor;
fieles del Señor, bendecid al Señor.
Bendito en Sión el Señor,
que habita en Jerusalén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Casa de Israel, bendice al Señor; tañed para su nombre, que es amable.
Ant 3. Vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento, Señor.
Cántico: CANTO DE LOS VENCEDORES Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento, Señor.
LECTURA BREVE St 5, 16. 19-20
Confesaos mutuamente vuestros pecados y rogad unos por otros, para alcanzar vuestra curación, pues la oración ferviente del justo tiene gran eficacia. Hermanos, si alguno de entre vosotros se desvía de la verdad y otro logra convertirlo, sepa que quien convierte a un pecador de su camino equivocado salvará su alma de la muerte y cubrirá la multitud de sus pecados.
RESPONSORIO BREVE
V. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
R. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
V. Sáname, porque he pecado contra ti.
R. Señor, ten misericordia.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Amar al prójimo como a sí mismo vale más que todos los sacrificios.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Amar al prójimo como a sí mismo vale más que todos los sacrificios.
PRECES
Oremos a Jesús, el Señor, que santificó por su propia sangre al pueblo, y digámosle:
Compadécete, Señor, de tu pueblo.
Redentor nuestro, por tu pasión, concede a tus fieles la fuerza necesaria para mortificar sus cuerpos, ayúdalos en su lucha contra el mal y fortalece su esperanza,
para que se dispongan a celebrar santamente tu resurrección.
Haz que los cristianos cumplan con su misión profética anunciando al mundo tu Evangelio
y dando testimonio de él por su fe, esperanza y caridad.
Conforta, Señor, a los que están tristes,
y otórganos a nosotros el poder consolar a nuestros hermanos.
Haz que tus fieles aprendan a participar en tu pasión con sus propios sufrimientos,
para que sus vidas manifiesten tu salvación a los hombres.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que eres autor de la vida, acuérdate de los difuntos
y dales parte en tu gloriosa resurrección.
Con el gozo de sabernos hijos de Dios, acudamos a nuestro Padre, diciendo:
Padre nuestro...
ORACION
Infunde, Señor, tu gracia en nuestros corazones, para que sepamos refrenar nuestros excesos mundanos y seguir fielmente las inspiraciones que nos vienen de ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Propio del Tiempo. Salterio III
9 de marzo
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: MUERE LA VIDA Y VIVO YO SIN VIDA.
Muere la vida y vivo yo sin vida
ofendiendo la vida de mi muerte;
sangre divina de las venas vierte
y mi diamante su dureza olvida.
Está la majestad de Dios tendida
en una dura cruz, y yo de suerte
que soy de sus dolores el más fuerte
y de su cuerpo la mayor herida.
¡Oh duro corazón de mármol frío!
¿Tiene tu Dios abierto el lado izquierdo
y no te vuelves un copioso río?
Morir por él será divino acuerdo,
mas eres tú mi vida, Cristo mío,
y, como no la tengo, no la pierdo. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor es grande, nuestro dueño más que todos los dioses.
Salmo 134 I - HIMNO A DIOS POR SUS MARAVILLAS
Alabad el nombre del Señor,
alabadlo, siervos del Señor,
que estáis en la casa del Señor,
en los atrios de la casa de nuestro Dios.
Alabad al Señor porque es bueno,
tañed para su nombre, que es amable.
Porque él se escogió a Jacob,
a Israel en posesión suya.
Yo sé que el Señor es grande,
nuestro dueño más que todos los dioses.
El Señor todo lo que quiere lo hace:
en el cielo y en la tierra,
en los mares y en los océanos.
Hace subir las nubes desde el horizonte,
con los relámpagos desata la lluvia,
suelta a los vientos de sus silos.
Él hirió a los primogénitos de Egipto,
desde los hombres hasta los animales.
Envió signos y prodigios
-en medio de ti, Egipto-
contra el Faraón y sus ministros.
Hirió de muerte a pueblos numerosos,
mató a reyes poderosos:
a Sijón, rey de los amorreos;
a Hog, rey de Basán,
y a todos los reyes de Canaán.
Y dio su tierra en heredad,
en heredad a Israel, su pueblo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor es grande, nuestro dueño más que todos los dioses.
Ant 2. Casa de Israel, bendice al Señor; tañed para su nombre, que es amable.
Salmo 134 II.
Señor, tu nombre es eterno;
Señor, tu recuerdo de edad en edad.
Porque el Señor gobierna a su pueblo
y se compadece de sus siervos.
Los ídolos de los gentiles son oro y plata,
hechura de manos humanas:
tienen boca y no hablan,
tienen ojos y no ven,
tienen orejas y no oyen,
no hay aliento en sus bocas.
Sean lo mismo los que los hacen,
cuantos confían en ellos.
Casa de Israel, bendice al Señor;
casa de Aarón, bendice al Señor;
casa de Leví, bendice al Señor;
fieles del Señor, bendecid al Señor.
Bendito en Sión el Señor,
que habita en Jerusalén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Casa de Israel, bendice al Señor; tañed para su nombre, que es amable.
Ant 3. Vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento, Señor.
Cántico: CANTO DE LOS VENCEDORES Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento, Señor.
LECTURA BREVE St 5, 16. 19-20
Confesaos mutuamente vuestros pecados y rogad unos por otros, para alcanzar vuestra curación, pues la oración ferviente del justo tiene gran eficacia. Hermanos, si alguno de entre vosotros se desvía de la verdad y otro logra convertirlo, sepa que quien convierte a un pecador de su camino equivocado salvará su alma de la muerte y cubrirá la multitud de sus pecados.
RESPONSORIO BREVE
V. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
R. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
V. Sáname, porque he pecado contra ti.
R. Señor, ten misericordia.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Amar al prójimo como a sí mismo vale más que todos los sacrificios.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Amar al prójimo como a sí mismo vale más que todos los sacrificios.
PRECES
Oremos a Jesús, el Señor, que santificó por su propia sangre al pueblo, y digámosle:
Compadécete, Señor, de tu pueblo.
Redentor nuestro, por tu pasión, concede a tus fieles la fuerza necesaria para mortificar sus cuerpos, ayúdalos en su lucha contra el mal y fortalece su esperanza,
para que se dispongan a celebrar santamente tu resurrección.
Haz que los cristianos cumplan con su misión profética anunciando al mundo tu Evangelio
y dando testimonio de él por su fe, esperanza y caridad.
Conforta, Señor, a los que están tristes,
y otórganos a nosotros el poder consolar a nuestros hermanos.
Haz que tus fieles aprendan a participar en tu pasión con sus propios sufrimientos,
para que sus vidas manifiesten tu salvación a los hombres.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que eres autor de la vida, acuérdate de los difuntos
y dales parte en tu gloriosa resurrección.
Con el gozo de sabernos hijos de Dios, acudamos a nuestro Padre, diciendo:
Padre nuestro...
ORACION
Infunde, Señor, tu gracia en nuestros corazones, para que sepamos refrenar nuestros excesos mundanos y seguir fielmente las inspiraciones que nos vienen de ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
ORACION DE LA TARDE
VIERNES DE LA SEMANA III
Del Propio. Salmodia Complementaria.
9 de marzo
HORA NONA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: OJOS DE AQUEL PUBLICANO
Ojos de aquel publicano
hasta la tierra caídos,
el Dios de la luz os mira,
miradle con regocijo.
Mano que pide clemencia
hiriendo el pecho contrito,
el Señor te abre la puerta
de su pecho compasivo.
Lengua que en bajo murmullo
dices tu dolor sentido,
el Juez que sabe juzgar
ha escuchado complacido.
Padre del octavo día,
glorioso siendo propicio,
perdónanos, purifícanos,
por el honor de tu Hijo. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Acreditémonos ante Dios por nuestra constancia en las tribulaciones, por nuestra sed de ser justos.
Salmo 125 - DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
Al ir, iban llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 126 - EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.
Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.
Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
los que coméis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!
La herencia que da el Señor son los hijos;
una recompensa es el fruto de las entrañas:
son saetas en mano de un guerrero
los hijos de la juventud.
Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 127 - PAZ DOMÉSTICA EN EL HOGAR DEL JUSTO
¡Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos!
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien;
tu mujer, como una vid fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa:
ésta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida;
que veas a los hijos de tus hijos.
¡Paz a Israel!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Acreditémonos ante Dios por nuestra constancia en las tribulaciones, por nuestra sed de ser justos.
LECTURA BREVE St 1, 27
La religión pura y sin mancha ante Dios, nuestro Padre, consiste en esto: en visitar a los huérfanos y a las viudas en su aflicción, y en conservarse limpio de toda mancha en este mundo.
V. Mi sacrificio es un espíritu contrito.
R. Un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias.
ORACIÓN
OREMOS,
Infunde, Señor, tu gracia en nuestros corazones, para que sepamos refrenar nuestros excesos mundanos y seguir fielmente las inspiraciones que nos vienen de ti. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
Del Propio. Salmodia Complementaria.
9 de marzo
HORA NONA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: OJOS DE AQUEL PUBLICANO
Ojos de aquel publicano
hasta la tierra caídos,
el Dios de la luz os mira,
miradle con regocijo.
Mano que pide clemencia
hiriendo el pecho contrito,
el Señor te abre la puerta
de su pecho compasivo.
Lengua que en bajo murmullo
dices tu dolor sentido,
el Juez que sabe juzgar
ha escuchado complacido.
Padre del octavo día,
glorioso siendo propicio,
perdónanos, purifícanos,
por el honor de tu Hijo. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Acreditémonos ante Dios por nuestra constancia en las tribulaciones, por nuestra sed de ser justos.
Salmo 125 - DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
Al ir, iban llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 126 - EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.
Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.
Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
los que coméis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!
La herencia que da el Señor son los hijos;
una recompensa es el fruto de las entrañas:
son saetas en mano de un guerrero
los hijos de la juventud.
Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 127 - PAZ DOMÉSTICA EN EL HOGAR DEL JUSTO
¡Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos!
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien;
tu mujer, como una vid fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa:
ésta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida;
que veas a los hijos de tus hijos.
¡Paz a Israel!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Acreditémonos ante Dios por nuestra constancia en las tribulaciones, por nuestra sed de ser justos.
LECTURA BREVE St 1, 27
La religión pura y sin mancha ante Dios, nuestro Padre, consiste en esto: en visitar a los huérfanos y a las viudas en su aflicción, y en conservarse limpio de toda mancha en este mundo.
V. Mi sacrificio es un espíritu contrito.
R. Un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias.
ORACIÓN
OREMOS,
Infunde, Señor, tu gracia en nuestros corazones, para que sepamos refrenar nuestros excesos mundanos y seguir fielmente las inspiraciones que nos vienen de ti. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
EL ROSARIO
EL SANTO ROSARIO
.
Misterios Dolorosos (MARTES Y VIERNES)
.
Por la señal de la Santa
Cruz, de nuestros enemigos…
.
.1º La oración del huerto. (LUCAS 22,39-46)
.
.2º La Flagelación de nuestro Señor. (Jn 18,33-19,1)
.
.3º La Coronación de espinas. (MARCOS 15,16-20)
.
. 4º Jesús con la
Cruz a cuestas. (LUCAS 23,26-32)
.
.5º La Crucifixión y muerte. (MARCOS 15,22-39)
.
Oremos:
Señor, tú has querido que la Madre compartiera los dolores
de tu Hijo al pie de la cruz; haz que la Iglesia, asociándose con María a la
pasión de Cristo, merezca participar de su resurrección. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
《 *El que DESEA y QUIERE amar, con el corazón según EL SEÑOR:
llegará a ser, SANTO* 》
MARCOS 12, 28b-34 LO QUE ME DICE EL EVANGELIO
Lo
que me dice: El Santo Evangelio:
Viernes, 9 de marzo de 2018 (Marcos
12, 28b-34). («“Escucha,
Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios,
con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”.») *Esta lectura me la sé muy
bien, pero ponerla en práctica es muy difícil, porque siempre vivo
justificándolo todo, siempre tengo una excusa, una respuesta adecuada, para
defender lo injustificado, en mi mente están las ideas muy clara de esta
palabra, más lo importante no es la información que yo tenga de muchos
versículo de la biblia, lo verdaderamente importante, es que yo llegue a poner en practicar los versículo que me sé de
la SANTA BIBLIA, y deje de estar aplicándosela a otro que me deje de tontería y
de pensar en paisajes bonito, que el Señor me dice muy claro que lo más
importante de toda la biblia es la palabra AMOR y es para que YO la ponga
en práctica, no para que los demás la practiquen con migo. SI YO NO TENGO AMOR
YO NADA SOY SEÑOR*.
《 *El que DESEA y QUIERE amar, con el
corazón según EL SEÑOR: llegará a ser, SANTO* 》
EVANGELIO
Viernes, 9 de marzo de 2018
Evangelio
Lectura del santo
evangelio según san Marcos (12,28b-34):
En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:
«¿Qué mandamiento es el primero de todos?».
Respondió Jesús:
«El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que estos».
El escriba replicó:
«Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios».
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo:
«No estás lejos del reino de Dios».
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Palabra del Señor
En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:
«¿Qué mandamiento es el primero de todos?».
Respondió Jesús:
«El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que estos».
El escriba replicó:
«Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios».
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo:
«No estás lejos del reino de Dios».
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Palabra del Señor
SALMO
Viernes, 9 de marzo de 2018
Salmo
Sal
80,6c-8a.8bc-9.10-11ab.14.17
R/. Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz
V/. Oigo un lenguaje desconocido:
«Retiré sus hombros de la carga,
y sus manos dejaron la espuerta.
Clamaste en la aflicción, y te libré. R/.
V/. Te respondí oculto entre los truenos,
te puse a prueba junto a la fuente de Meribá.
Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti;
¡ojalá me escuchases, Israel! R/.
V/. No tendrás un dios extraño,
no adorarás un dios extranjero;
yo soy el Señor, Dios tuyo,
que te saqué del país de Egipto. R/.
V/. ¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!
Los alimentaría con flor de harina,
los saciaría con miel silvestre». R/.
R/. Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz
V/. Oigo un lenguaje desconocido:
«Retiré sus hombros de la carga,
y sus manos dejaron la espuerta.
Clamaste en la aflicción, y te libré. R/.
V/. Te respondí oculto entre los truenos,
te puse a prueba junto a la fuente de Meribá.
Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti;
¡ojalá me escuchases, Israel! R/.
V/. No tendrás un dios extraño,
no adorarás un dios extranjero;
yo soy el Señor, Dios tuyo,
que te saqué del país de Egipto. R/.
V/. ¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!
Los alimentaría con flor de harina,
los saciaría con miel silvestre». R/.
Gloria al Padre y al
Hijo y al Espíritu Santo.
PRIMERA LECTURA
Viernes, 9 de marzo de 2018
Primera
lectura
Lectura de la profecía
de Oseas (14,2-10):
ESTO dice el Señor:
«Vuelve, Israel, al Señor tu Dios,
porque tropezaste por tu falta.
Tomad vuestras promesas con vosotros,
y volved al Señor.
Decidle: “Tú quitas toda falta,
acepta el pacto.
Pagaremos con nuestra confesión:
Asiria no nos salvará,
no volveremos a montar a caballo,
y no llamaremos ya ‘nuestro Dios’
a la obra de nuestras manos.
En ti el huérfano encuentra compasión”.
“Curaré su deslealtad,
los amaré generosamente,
porque mi ira se apartó de ellos.
Seré para Israel como el rocío,
florecerá como el lirio,
echará sus raíces como los cedros del Líbano.
Brotarán sus retoños
y será su esplendor como el olivo,
y su perfume como el del Líbano.
Regresarán los que habitaban a su sombra,
revivirán como el trigo,
florecerán como la viña,
será su renombre como el del vino del Líbano.
Efraín, ¿qué tengo que ver con los ídolos?
Yo soy quien le responde y lo vigila.
Yo soy como un abeto siempre verde,
de mí procede tu fruto”.
¿Quién será sabio, para comprender estas cosas,
inteligente, para conocerlas?
Porque los caminos del Señor son rectos:
los justos los transitan,
pero los traidores tropiezan en ellos».
Palabra de Dios
ESTO dice el Señor:
«Vuelve, Israel, al Señor tu Dios,
porque tropezaste por tu falta.
Tomad vuestras promesas con vosotros,
y volved al Señor.
Decidle: “Tú quitas toda falta,
acepta el pacto.
Pagaremos con nuestra confesión:
Asiria no nos salvará,
no volveremos a montar a caballo,
y no llamaremos ya ‘nuestro Dios’
a la obra de nuestras manos.
En ti el huérfano encuentra compasión”.
“Curaré su deslealtad,
los amaré generosamente,
porque mi ira se apartó de ellos.
Seré para Israel como el rocío,
florecerá como el lirio,
echará sus raíces como los cedros del Líbano.
Brotarán sus retoños
y será su esplendor como el olivo,
y su perfume como el del Líbano.
Regresarán los que habitaban a su sombra,
revivirán como el trigo,
florecerán como la viña,
será su renombre como el del vino del Líbano.
Efraín, ¿qué tengo que ver con los ídolos?
Yo soy quien le responde y lo vigila.
Yo soy como un abeto siempre verde,
de mí procede tu fruto”.
¿Quién será sabio, para comprender estas cosas,
inteligente, para conocerlas?
Porque los caminos del Señor son rectos:
los justos los transitan,
pero los traidores tropiezan en ellos».
Palabra de Dios
LECTURAS LARGAS
PRIMERA LECTURA
Del libro del Éxodo 35, 30-36, 1; 37, 1-9
CONSTRUCCIÓN DEL SANTUARIO Y DEL ARCA
En aquellos días, dijo Moisés a los hijos de Israel:
«El Señor ha escogido a Besalel, hijo de Urí, hijo de Jur, de la tribu de Judá, y lo ha llenado de un espíritu de sabiduría, de prudencia y de habilidad para toda clase de trabajos, para concebir y realizar proyectos labrando el oro, la plata y el bronce, para tallar piedras y engastarlas, para labrar madera y realizar cualquier otra labor de artesanía. También le ha dado talento para enseñar a otros, lo mismo que a Ohliab, hijo de Ajisamac, de la tribu de Dan. Los ha llenado de habilidad para llevar a cabo toda clase de labores en recamado de púrpura violeta, escarlata o carmesí y en trabajos de lino. Son capaces de idear toda clase de proyectos y de ejecutar toda clase de trabajos.»
Besalel, Ohliab y todos los artesanos, a quienes el Señor había dotado de habilidad y destreza para ejecutar las diversas obras del santuario, realizaron lo que el Señor había ordenado.
Besalel hizo el arca de madera de acacia, de dos codos y medio de largo por uno y medio de ancho y uno y medio de alto. La revistió de oro puro por dentro y por fuera, y le aplicó alrededor una moldura de oro. Fundió oro para hacer cuatro anillas que colocó en los cuatro ángulos. Hizo luego unas barras de madera de acacia y las revistió de oro, y pasó las barras a través de las anillas laterales del arca, para poder transportarla.
Hizo también una placa de oro puro de dos codos y medio de largo por uno y medio de ancho. En sus dos extremos hizo dos querubines cincelados en oro, cada uno a un extremo de la placa; la cubrían con sus alas extendidas hacia arriba y estaban uno frente al otro, mirando al centro de la placa.
RESPONSORIO Sal 83, 2-3; 45, 5b-6a
R. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos! Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor, * mi corazón y mi carne se alegran por el Dios vivo.
V. El Altísimo consagra su morada; teniendo a Dios en medio de él, su pueblo no vacila.
R. Mi corazón y mi carne se alegran por el Dios vivo.
SEGUNDA LECTURA
De los libros de las Morales de san Gregorio Magno, papa, sobre el libro de Job
(Libro 13, 21-23: PL 75, 1028.1029)
EL MISTERIO DE NUESTRA VIVIFICACIÓN
El venerable Job, figura de la Iglesia, unas veces habla en nombre del cuerpo, otras en nombre de la cabeza; y, así, a veces está hablando de los miembros y, súbitamente, toma las palabras de la cabeza. Por esto dice: Todo esto lo he sufrido aunque en mis manos no hay violencia y es sincera mi oración.
Sin que hubiera violencia en sus manos, en efecto, sufrió aquel que no cometió pecado, ni se halló engaño en su boca, y sin embargo padeció por nuestra redención los dolores de la cruz. Él fue el único que dirigió a Dios una oración sincera, ya que en medio de los sufrimientos de su pasión oró al Padre, diciendo: Padre, perdónalos; porque no saben lo que hacen.
¿Se puede, en efecto, pronunciar o pensar una oración más sincera que ésta, por la cual intercede por los mismos que lo atormentan? De ahí deriva el hecho de que la sangre de nuestro Redentor, derramada por la furia de sus perseguidores, se convirtiera luego en fuente de vida para los creyentes, los cuales lo proclamarían Hijo de Dios.
Con respecto a esta sangre, añade con razón el libro santo: ¡Tierra, no cubras mi sangre, no encierres mi demanda de justicia! Al hombre pecador se le había dicho: Eres tierra y a la tierra volverás.
Pero esta tierra no sorbió la sangre de nuestro Redentor, pues cualquier pecador, al beber el precio de su redención, lo confiesa y proclama, y así se hace patente a todos su valor.
La tierra no sorbió su sangre, pues la santa Iglesia ha predicado ya en todas partes el misterio de su redención. Es digno de notarse también lo que sigue: No encierres mi demanda de justicia. La misma sangre redentora que bebemos, en efecto, es la demanda de justicia de nuestro Redentor. Por eso dice Pablo: Os habéis acercado a la aspersión de una sangre que habla mejor que la de Abel. De la sangre de Abel se había dicho: La sangre de tu hermano está clamando a mí desde la tierra.
Pero la sangre de Jesús habla mejor que la de Abel, pues la sangre de Abel pedía la muerte del hermano fratricida, mientras que la sangre del Señor impetró la vida para sus perseguidores.
Por tanto, para que dé su fruto en nosotros el sacramento de la pasión del Señor, debemos imitar aquello que bebemos, y anunciar a los demás aquello que veneramos.
Pues su demanda de justicia quedaría oculta en nosotros, si nuestra lengua callara lo que cree nuestra mente. Para que su demanda de justicia no quede oculta en nosotros, sólo falta que cada uno de nosotros, a medida de sus posibilidades, dé a conocer a los demás el misterio de su vivificación.
RESPONSORIO Cf. Gn 4, 10. 11; cf. Hb 12, 24
R. La sangre de tu Hijo, nuestro hermano, está clamando a ti desde la tierra, Señor. * Bendita sea esta tierra que abrió su boca para recibir la sangre del Redentor.
V. Ésta es la aspersión purificadora de una sangre que habla mejor que la de Abel.
R. Bendita sea esta tierra que abrió su boca para recibir la sangre del Redentor.
ORACIÓN.
OREMOS,
Infunde, Señor, tu gracia en nuestros corazones, para que sepamos refrenar nuestros excesos mundanos y seguir fielmente las inspiraciones que nos vienen de ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
Del libro del Éxodo 35, 30-36, 1; 37, 1-9
CONSTRUCCIÓN DEL SANTUARIO Y DEL ARCA
En aquellos días, dijo Moisés a los hijos de Israel:
«El Señor ha escogido a Besalel, hijo de Urí, hijo de Jur, de la tribu de Judá, y lo ha llenado de un espíritu de sabiduría, de prudencia y de habilidad para toda clase de trabajos, para concebir y realizar proyectos labrando el oro, la plata y el bronce, para tallar piedras y engastarlas, para labrar madera y realizar cualquier otra labor de artesanía. También le ha dado talento para enseñar a otros, lo mismo que a Ohliab, hijo de Ajisamac, de la tribu de Dan. Los ha llenado de habilidad para llevar a cabo toda clase de labores en recamado de púrpura violeta, escarlata o carmesí y en trabajos de lino. Son capaces de idear toda clase de proyectos y de ejecutar toda clase de trabajos.»
Besalel, Ohliab y todos los artesanos, a quienes el Señor había dotado de habilidad y destreza para ejecutar las diversas obras del santuario, realizaron lo que el Señor había ordenado.
Besalel hizo el arca de madera de acacia, de dos codos y medio de largo por uno y medio de ancho y uno y medio de alto. La revistió de oro puro por dentro y por fuera, y le aplicó alrededor una moldura de oro. Fundió oro para hacer cuatro anillas que colocó en los cuatro ángulos. Hizo luego unas barras de madera de acacia y las revistió de oro, y pasó las barras a través de las anillas laterales del arca, para poder transportarla.
Hizo también una placa de oro puro de dos codos y medio de largo por uno y medio de ancho. En sus dos extremos hizo dos querubines cincelados en oro, cada uno a un extremo de la placa; la cubrían con sus alas extendidas hacia arriba y estaban uno frente al otro, mirando al centro de la placa.
RESPONSORIO Sal 83, 2-3; 45, 5b-6a
R. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos! Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor, * mi corazón y mi carne se alegran por el Dios vivo.
V. El Altísimo consagra su morada; teniendo a Dios en medio de él, su pueblo no vacila.
R. Mi corazón y mi carne se alegran por el Dios vivo.
SEGUNDA LECTURA
De los libros de las Morales de san Gregorio Magno, papa, sobre el libro de Job
(Libro 13, 21-23: PL 75, 1028.1029)
EL MISTERIO DE NUESTRA VIVIFICACIÓN
El venerable Job, figura de la Iglesia, unas veces habla en nombre del cuerpo, otras en nombre de la cabeza; y, así, a veces está hablando de los miembros y, súbitamente, toma las palabras de la cabeza. Por esto dice: Todo esto lo he sufrido aunque en mis manos no hay violencia y es sincera mi oración.
Sin que hubiera violencia en sus manos, en efecto, sufrió aquel que no cometió pecado, ni se halló engaño en su boca, y sin embargo padeció por nuestra redención los dolores de la cruz. Él fue el único que dirigió a Dios una oración sincera, ya que en medio de los sufrimientos de su pasión oró al Padre, diciendo: Padre, perdónalos; porque no saben lo que hacen.
¿Se puede, en efecto, pronunciar o pensar una oración más sincera que ésta, por la cual intercede por los mismos que lo atormentan? De ahí deriva el hecho de que la sangre de nuestro Redentor, derramada por la furia de sus perseguidores, se convirtiera luego en fuente de vida para los creyentes, los cuales lo proclamarían Hijo de Dios.
Con respecto a esta sangre, añade con razón el libro santo: ¡Tierra, no cubras mi sangre, no encierres mi demanda de justicia! Al hombre pecador se le había dicho: Eres tierra y a la tierra volverás.
Pero esta tierra no sorbió la sangre de nuestro Redentor, pues cualquier pecador, al beber el precio de su redención, lo confiesa y proclama, y así se hace patente a todos su valor.
La tierra no sorbió su sangre, pues la santa Iglesia ha predicado ya en todas partes el misterio de su redención. Es digno de notarse también lo que sigue: No encierres mi demanda de justicia. La misma sangre redentora que bebemos, en efecto, es la demanda de justicia de nuestro Redentor. Por eso dice Pablo: Os habéis acercado a la aspersión de una sangre que habla mejor que la de Abel. De la sangre de Abel se había dicho: La sangre de tu hermano está clamando a mí desde la tierra.
Pero la sangre de Jesús habla mejor que la de Abel, pues la sangre de Abel pedía la muerte del hermano fratricida, mientras que la sangre del Señor impetró la vida para sus perseguidores.
Por tanto, para que dé su fruto en nosotros el sacramento de la pasión del Señor, debemos imitar aquello que bebemos, y anunciar a los demás aquello que veneramos.
Pues su demanda de justicia quedaría oculta en nosotros, si nuestra lengua callara lo que cree nuestra mente. Para que su demanda de justicia no quede oculta en nosotros, sólo falta que cada uno de nosotros, a medida de sus posibilidades, dé a conocer a los demás el misterio de su vivificación.
RESPONSORIO Cf. Gn 4, 10. 11; cf. Hb 12, 24
R. La sangre de tu Hijo, nuestro hermano, está clamando a ti desde la tierra, Señor. * Bendita sea esta tierra que abrió su boca para recibir la sangre del Redentor.
V. Ésta es la aspersión purificadora de una sangre que habla mejor que la de Abel.
R. Bendita sea esta tierra que abrió su boca para recibir la sangre del Redentor.
ORACIÓN.
OREMOS,
Infunde, Señor, tu gracia en nuestros corazones, para que sepamos refrenar nuestros excesos mundanos y seguir fielmente las inspiraciones que nos vienen de ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
VIERNES 9 ORACION PARA INICIAR EL DIA
VIERNES DE LA SEMANA III
Propio del Tiempo. Salterio III
9 de marzo
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, venid, adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, venid, adorémosle.
Himno: DELANTE DE LA CRUZ LOS OJOS MÍOS
Delante de la cruz los ojos míos
quédenseme, Señor, así mirando,
y sin ellos quererlo estén llorando,
porque pecaron mucho y están fríos.
Y estos labios que dicen mis desvíos,
quédenseme, Señor, así cantando,
y sin ellos quererlo estén rezando,
porque pecaron mucho y son impíos.
Y así con la mirada en vos prendida,
y así con la palabra prisionera,
como la carne a vuestra cruz asida,
quédeseme, Señor, el alma entera;
y así clavada en vuestra cruz mi vida,
Señor, así, cuando queráis me muera. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Contra ti, contra ti solo pequé, Señor; ten misericordia de mí.
Salmo 50 - CONFESIÓN DEL PECADOR ARREPENTIDO
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio brillará tu rectitud.
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado
tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Contra ti, contra ti solo pequé, Señor; ten misericordia de mí.
Ant 2. Reconocemos, Señor, nuestra impiedad; hemos pecado contra ti.
Cántico: LAMENTACIÓN DEL PUEBLO EN TIEMPO DE HAMBRE Y DE GUERRA - Jr 14,17-21
Mis ojos se deshacen en lágrimas,
día y noche no cesan:
por la terrible desgracia de la doncella de mi pueblo,
una herida de fuertes dolores.
Salgo al campo: muertos a espada;
entro en la ciudad: desfallecidos de hambre;
tanto el profeta como el sacerdote
vagan sin sentido por el país.
¿Por qué has rechazado del todo a Judá?
¿tiene asco tu garganta de Sión?
¿Por que nos has herido sin remedio?
Se espera la paz, y no hay bienestar,
al tiempo de la cura sucede la turbación.
Señor, reconocemos nuestra impiedad,
la culpa de nuestros padres,
porque pecamos contra ti.
No nos rechaces, por tu nombre,
no desprestigies tu trono glorioso;
recuerda y no rompas tu alianza con nosotros.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Reconocemos, Señor, nuestra impiedad; hemos pecado contra ti.
Ant 3. El Señor es Dios y nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño.
Salmo 99 - ALEGRÍA DE LOS QUE ENTRAN EN EL TEMPLO.
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con aclamaciones.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:
«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor es Dios y nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño.
LECTURA BREVE Is 53, 11b-12
Mi siervo justificará a muchos, porque cargó sobre sí los crímenes de ellos. Le daré una multitud como parte, y tendrá como despojo una muchedumbre, porque se entregó a sí mismo a la muerte y fue contado entre los malhechores; él tomó sobre sí el pecado de las multitudes e intercedió por los pecadores.
RESPONSORIO BREVE
V. Él me librará de la red del cazador.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Me cubrirá con su plumaje.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Él me librará de la red del cazador.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Uno de los escribas se acercó a Jesús para preguntarle cuál era el primero de todos los mandamientos. Jesús le respondió: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón.»
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Uno de los escribas se acercó a Jesús para preguntarle cuál era el primero de todos los mandamientos. Jesús le respondió: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón.»
PRECES
Demos gracias a Cristo, el Señor, que al morir en cruz nos dio la vida, y digámosle con fe:
Tú que por nosotros moriste, escúchanos, Señor.
Maestro y Salvador nuestro, tú que nos revelaste con tu palabra el designio de Dios y nos renovaste con tu gloriosa pasión,
no permitas que nuestros días transcurran entre vicios y pecados.
Que sepamos, Señor, mortificarnos hoy al tomar los manjares del cuerpo,
para ayudar con nuestra abstinencia a los hambrientos y necesitados.
Que vivamos santamente este día de penitencia cuaresmal
y lo consagremos a tu servicio mediante obras de misericordia.
Sana, Señor, nuestras voluntades rebeldes
y llénanos de tu gracia y de tus dones.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Que el Espíritu que habita en nosotros y nos une en su amor nos ayude a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Infunde, Señor, tu gracia en nuestros corazones, para que sepamos refrenar nuestros excesos mundanos y seguir fielmente las inspiraciones que nos vienen de ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Propio del Tiempo. Salterio III
9 de marzo
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, venid, adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, venid, adorémosle.
Himno: DELANTE DE LA CRUZ LOS OJOS MÍOS
Delante de la cruz los ojos míos
quédenseme, Señor, así mirando,
y sin ellos quererlo estén llorando,
porque pecaron mucho y están fríos.
Y estos labios que dicen mis desvíos,
quédenseme, Señor, así cantando,
y sin ellos quererlo estén rezando,
porque pecaron mucho y son impíos.
Y así con la mirada en vos prendida,
y así con la palabra prisionera,
como la carne a vuestra cruz asida,
quédeseme, Señor, el alma entera;
y así clavada en vuestra cruz mi vida,
Señor, así, cuando queráis me muera. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Contra ti, contra ti solo pequé, Señor; ten misericordia de mí.
Salmo 50 - CONFESIÓN DEL PECADOR ARREPENTIDO
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio brillará tu rectitud.
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado
tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Contra ti, contra ti solo pequé, Señor; ten misericordia de mí.
Ant 2. Reconocemos, Señor, nuestra impiedad; hemos pecado contra ti.
Cántico: LAMENTACIÓN DEL PUEBLO EN TIEMPO DE HAMBRE Y DE GUERRA - Jr 14,17-21
Mis ojos se deshacen en lágrimas,
día y noche no cesan:
por la terrible desgracia de la doncella de mi pueblo,
una herida de fuertes dolores.
Salgo al campo: muertos a espada;
entro en la ciudad: desfallecidos de hambre;
tanto el profeta como el sacerdote
vagan sin sentido por el país.
¿Por qué has rechazado del todo a Judá?
¿tiene asco tu garganta de Sión?
¿Por que nos has herido sin remedio?
Se espera la paz, y no hay bienestar,
al tiempo de la cura sucede la turbación.
Señor, reconocemos nuestra impiedad,
la culpa de nuestros padres,
porque pecamos contra ti.
No nos rechaces, por tu nombre,
no desprestigies tu trono glorioso;
recuerda y no rompas tu alianza con nosotros.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Reconocemos, Señor, nuestra impiedad; hemos pecado contra ti.
Ant 3. El Señor es Dios y nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño.
Salmo 99 - ALEGRÍA DE LOS QUE ENTRAN EN EL TEMPLO.
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con aclamaciones.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:
«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor es Dios y nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño.
LECTURA BREVE Is 53, 11b-12
Mi siervo justificará a muchos, porque cargó sobre sí los crímenes de ellos. Le daré una multitud como parte, y tendrá como despojo una muchedumbre, porque se entregó a sí mismo a la muerte y fue contado entre los malhechores; él tomó sobre sí el pecado de las multitudes e intercedió por los pecadores.
RESPONSORIO BREVE
V. Él me librará de la red del cazador.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Me cubrirá con su plumaje.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Él me librará de la red del cazador.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Uno de los escribas se acercó a Jesús para preguntarle cuál era el primero de todos los mandamientos. Jesús le respondió: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón.»
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Uno de los escribas se acercó a Jesús para preguntarle cuál era el primero de todos los mandamientos. Jesús le respondió: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón.»
PRECES
Demos gracias a Cristo, el Señor, que al morir en cruz nos dio la vida, y digámosle con fe:
Tú que por nosotros moriste, escúchanos, Señor.
Maestro y Salvador nuestro, tú que nos revelaste con tu palabra el designio de Dios y nos renovaste con tu gloriosa pasión,
no permitas que nuestros días transcurran entre vicios y pecados.
Que sepamos, Señor, mortificarnos hoy al tomar los manjares del cuerpo,
para ayudar con nuestra abstinencia a los hambrientos y necesitados.
Que vivamos santamente este día de penitencia cuaresmal
y lo consagremos a tu servicio mediante obras de misericordia.
Sana, Señor, nuestras voluntades rebeldes
y llénanos de tu gracia y de tus dones.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Que el Espíritu que habita en nosotros y nos une en su amor nos ayude a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Infunde, Señor, tu gracia en nuestros corazones, para que sepamos refrenar nuestros excesos mundanos y seguir fielmente las inspiraciones que nos vienen de ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
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