Musica Para el Alma

viernes, 29 de mayo de 2020

ORACIONES AL FINAL DEL DÍA. LAS VÍSPERAS SÁBADO 30


Primeras Vísperas
Inicio
(Se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V/. -Dios mío, ven en mi auxilio.
R/. -Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya


Himno
Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde
calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno. Amén.

Primer Salmo
Salmo 112: Alabado sea el nombre de Dios
Ant: Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. Aleluya.

Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes (Lc 1,52)
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.

El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?

Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. Aleluya
.
Segundo Salmo
Salmo 146: Poder y bondad de Dios
Ant: Los apóstoles vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, y se posó encima de cada uno de ellos el Espíritu Santo. Aleluya.

A ti, oh Dios, te alabamos; a ti, Señor, te reconocemos.
Alabad al Señor, que la música es buena;
nuestro Dios merece una alabanza armoniosa.

El Señor reconstruye Jerusalén,
reúne a los deportados de Israel;
él sana los corazones destrozados,
venda sus heridas.

Cuenta el número de las estrellas,
a cada una la llama por su nombre.
Nuestro Señor es grande y poderoso,
su sabiduría no tiene medida.
El Señor sostiene a los humildes,
humilla hasta el polvo a los malvados.

Entonad la acción de gracias al Señor,
tocad la cítara para nuestro Dios,
que cubre el cielo de nubes,
preparando la lluvia para la tierra;

que hace brotar hierba en los montes,
para los que sirven al hombre;
que da su alimento al ganado
y a las crías de cuervo que graznan.

No aprecia el vigor de los caballos,
no estima los jarretes del hombre:
el Señor aprecia a sus fieles,
que confían en su misericordia.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Los apóstoles vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, y se posó encima de cada uno de ellos el Espíritu Santo. Aleluya.

Cántico NT
Apocalipsis 15, 3-4: Himno de adoración
Ant: El Espíritu que procede del Padre, él me glorificará. Aleluya.

Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!

¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: El Espíritu que procede del Padre, él me glorificará. Aleluya.

Lectura Bíblica
Rm 8,11
Si el Espíritu de Dios, que resucitó a Jesús de entre los muertos, habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros.
     V/. El Espíritu Santo. Aleluya, aleluya.
      R/. El Espíritu Santo. Aleluya, aleluya.
     V/. Será quien os lo enseñe todo.
    R/. Aleluya, aleluya.
    V/. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
    R/. El Espíritu Santo. Aleluya, aleluya.

Cántico Evangélico

Ant: Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos la llama de tu amor, tú que congregaste a los pueblos de todas las lenguas en la confesión de una sola fe. Aleluya.
(se hace la señal de la cruz mientras se comienza a recitar)
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos la llama de tu amor, tú que congregaste a los pueblos de todas las lenguas en la confesión de una sola fe. Aleluya.

Preces

Celebremos la gloria de Dios, quien, al llegar a su término en Pentecostés los cincuenta días de Pascua, llenó a los apóstoles del Espíritu Santo y, con ánimo gozoso y confiado, supliquémosle, diciendo:

Envía tu Espíritu, Señor, y renueva el mundo

·     - Tú que al principio creaste el cielo y la tierra y, al llegar el momento culminante, recapitulaste en Cristo todas las cosas,
por tu Espíritu renueva la faz de la tierra y conduce a los hombres a la salvación
·     - Tú que soplaste un aliento de vida en el rostro de Adán,
envía tu Espíritu a la Iglesia, para que, vivificada y rejuvenecida, comunique tu vida al mundo

·     - Ilumina a todos los hombres con la luz de tu Espíritu y disipa las tinieblas de nuestro mundo, para que el odio se convierta en amor, el sufrimiento en gozo y la guerra en paz

·     - Fecunda el mundo con tu Espíritu, agua viva que mana del costado de Cristo, para que la tierra entera se vea libre de las espinas de todo mal

- Tú que por obra del Espíritu Santo conduces sin césar a los hombres a la vida eterna, dígnate llevar, por este mismo Espíritu, a los difuntos al gozo eterno de tu presencia

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Porque Jesús ha resucitado, todos somos hijos de Dios; por eso nos atrevemos a decir:

     Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

Final

Dios todopoderoso y eterno, que has querido que celebráramos el misterio pascual durante cincuenta días, renueva entre nosotros el prodigio de Pentecostés, para que los pueblos divididos por el odio y el pecado se congreguen por medio de tu Espíritu y, reunidos, confiesen tu nombre en la diversidad de sus lenguas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

Amén.
Si el que preside no es un ministro ordenado, o en el rezo individual:
(Se hace la señal de la cruz mientras se dice:)

V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.


ORARIO PARA EL MEDIO DÍA. REINA DEL CIELO

Regina Coeli o Reina del Cielo

*Benedicto XIV estableció, en 1742, que durante el tiempo Pascual (desde la Resurrección del Señor hasta el día de Pentecostés) se sustituyera el rezo del Ángelus por la antífona "Regina Coeli"*.


G: Reina del cielo, alégrate, aleluya.
T: Porque el Señor, a quien has llevado en tu vientre, aleluya.

G: Ha resucitado según su palabra, aleluya.
T: Ruega al Señor por nosotros, aleluya.

G: Goza y alégrate Virgen María, aleluya.
T: Porque en verdad ha resucitado el Señor, aleluya.

Oremos:

Oh Dios, que por la resurrección de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a los gozos eternos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amen.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amen. (Tres veces)



EL SANTO ROSARIO
.Misterios Gloriosos (MIERCOLES Y DOMINGOS)
.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…
.1º La Resurrección del Señor (MATEO  28,1-10)
.2º La Ascensión de Nuestro Señor a los cielos (HECHOS 1,3-11)
.3º La Venida del Espíritu Santo (HECHOS  2,1-13)
4º La Asunción de Nuestra Señora (De la Constitución Apostólica Deus del papa Pío XXII )
.5º La Coronación de Nuestra Señora, como Reina de cielo y tierra. (Constitución Dogmática Sobre la Iglesia. Lumen Gentium 59)
.
Oremos:
Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a alcanzar los gozos eternos. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


Misterios Gozosos (LUNES Y SABADOS)

.Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…
.1º La Encarnación del Hijo de Dios. (Lc 1, 26-38)
 2º La Visitación de María a su prima Isabel. (Lc 1, 39-56)
 3º El Nacimiento del niño Dios.  (Lc 2, 1-20)
 4º Presentación del Niño en el Templo. (Lc 2,21-35)
 5º El niño perdido y hallado en el templo. (Lc 2,41-52)

.Oremos:  
Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud de alma y cuerpo; y por la intercesión de santa María, la Virgen, líbranos de las tristezas de este mundo y concédenos las alegrías del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


.Misterios Dolorosos (MARTES Y VIERNES)

.Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…
.1º La oración del huerto. (LUCAS  22,39-46)
.2º La Flagelación de nuestro Señor. (Jn 18,33-19,1)
.3º La Coronación de espinas. (MARCOS 15,16-20)
.4º Jesús con la Cruz a cuestas. (LUCAS  23,26-32)
.5º La Crucifixión y muerte. (MARCOS 15,22-39)

Oremos:
Señor, tú has querido que la Madre compartiera los dolores de tu Hijo al pie de la cruz; haz que la Iglesia, asociándose con María a la pasión de Cristo, merezca participar de su resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén

.Misterios Luminosos (JUEVES)
.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…
.1º El Bautismo del Señor (MATEO  3, 13-17)  
.2º La Boda de Caná (JUAN  2,1-11)
.3º La Proclamación del Reino de Dios (MARCOS  1, 14-15)
.4º La Transfiguración (MATEO  17,1-5)
.5º La Institución de la Eucaristía (MATEO  26, 26-28)
.
Oremos:  
Dios todopoderoso y eterno, luz de los que en ti creen, que la tierra se llene de tu gloria y que te reconozcan los pueblos por el esplendor de tu luz. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

GOTAS DE MISERICORDIA


EVANGELIO DE JUAN 21,20-25 CICLO A


Sábado, 30 de mayo de 2020
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan (21,20-25):

En aquel tiempo, Pedro, volviéndose, vio que los seguía el discípulo a quien Jesús tanto amaba, el mismo que en la cena se había apoyado en su pecho y le había preguntado: «Señor, ¿quién es el que te va a entregar?»
Al verlo, Pedro dice a Jesús: «Señor, y éste ¿qué?»
Jesús le contesta: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú sígueme.»
Entonces se empezó a correr entre los hermanos el rumor de que ese discípulo no moriría. Pero no le dijo Jesús que no moriría, sino: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué?» Éste es el discípulo que da testimonio de todo esto y lo ha escrito; y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero. Muchas otras cosas hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que los libros no cabrían ni en todo el mundo.

Palabra del Señor

(«Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú sígueme.»)

*Ver la belleza en este evangelio es importante para mí. Pedro va caminado con el Señor y Juan en lo más profundo de su alma escucha este llamado, ahí se inicia una buena enseñase para mí, de Pedro puedo aprender: la fuerza, la valentía, la impronta en el trabajo, la enorme valentía de reconocer sus errores. De Juan puedo aprender: el amor, la paciencia, el descanso. El Señor me invita a pedir el don de entendimiento para entender a Pedro y Juan. De Pedro a enfrentar las cosas sin miedo porque es el Señor quien me ha elegido. De Juan el amor, si alguien me insulta que pueda responder con amor, si alguien habla mal de mí, tener la fuerza y el amor de orar por esa persona. Porque es entregándome cómo voy a recibir. El Señor me regala la oportunidad de llegar al desprendimiento de mí mismo. Es perdonando, como seré perdonado. Es pasando por la cruz donde puedo llegar a la resurrección*.

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.

R. Amén.

LAS LAUDES DEL SÁBADO 30 ORACIONES PARA INICIAR EL DÍA


Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro Señor. Amén


Sábado 30 de mayo: Año litúrgico 2019 ~ 2020
Tiempo Pascual ~ Ciclo A ~ Año Par


Sábado, VII semana de Pascua, feria
Salterio: sábado de la tercera semana

Laudes
Inicio
(Se hace la señal de la cruz sobre los labios mientras se dice:)
V/. -Señor, Ábreme los labios.
R/. -Y mi boca proclamará tu alabanza.

Salmo 94: Invitación a la alabanza divina

Ant: Venid, adoremos a Cristo, el Señor, que nos prometió el Espíritu Santo. Aleluya.

Animaos los unos a los otros, día tras día, mientras dure este «hoy» (Hb 3,13)

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

-se repite la antífona

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

-se repite la antífona

Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

-se repite la antífona

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.

-se repite la antífona

Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
"Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso."»

-se repite la antífona

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Venid, adoremos a Cristo, el Señor, que nos prometió el Espíritu Santo. Aleluya.


Himno

¡El mundo brilla de alegría!
¡Se renueva la faz de la tierra!
¡Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo!

Ésta es la hora
en que rompe el Espíritu
el techo de la tierra,
y una lengua de fuego innumerable
purifica, renueva, enciende, alegra
las entrañas del mundo.

Ésta es la fuerza
que pone en pie a la Iglesia
en medio de las plazas
y levanta testigos en el pueblo,
para hablar con palabras como espadas
delante de los jueces.

Llama profunda,
que escrutas e iluminas
el corazón del hombre:
restablece la fe con tu noticia,
y el amor ponga en vela la esperanza
hasta que el Señor vuelva.

Primer Salmo
Salmo 118,145-152: XIX (Coph)
Ant: Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Aleluya.

Te invoco de todo corazón:
respóndeme, Señor, y guardaré tus leyes;
a ti grito: sálvame,
y cumpliré tus decretos;
me adelanto a la aurora pidiendo auxilio,
esperando tus palabras.

Mis ojos se adelantan a las vigilias,
meditando tu promesa;
escucha mi voz por tu misericordia,
con tus mandamientos dame vida;
ya se acercan mis inicuos perseguidores,
están lejos de tu voluntad.

Tú, Señor, estás cerca,
y todos tus mandatos son estables;
hace tiempo comprendí que tus preceptos
los fundaste para siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Aleluya.

Cántico AT
Sabiduría 9,1-6.9-11: Dame, Señor, la sabiduría
Ant: Edificaste, Señor, un templo y un altar en tu monte santo. Aleluya.

Os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente... ningún adversario vuestro (Lc 21,15)

Dios de los padres, y Señor de la misericordia,
que con tu palabra hiciste todas las cosas,
y en tu sabiduría formaste al hombre,
para que dominase sobre tus criaturas,
y para regir el mundo con santidad y justicia,
y para administrar justicia con rectitud de corazón.

Dame la sabiduría asistente de tu trono
y no me excluyas del número de tus siervos,
porque siervo tuyo soy, hijo de tu sierva,
hombre débil y de pocos años,
demasiado pequeño para conocer el juicio y las leyes.

Pues, aunque uno sea perfecto
entre los hijos de los hombres,
sin la sabiduría, que procede de ti,
será estimado en nada.

Contigo está la sabiduría, conocedora de tus obras,
que te asistió cuando hacías el mundo,
y que sabe lo que es grato a tus ojos
y lo que es recto según tus preceptos.

Mándala de tus santos cielos,
y de tu trono de gloria envíala,
para que me asista en mis trabajos
y venga yo a saber lo que te es grato.

Porque ella conoce y entiende todas las cosas,
y me guiará prudentemente en mis obras,
y me guardará en su esplendor.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Edificaste, Señor, un templo y un altar en tu monte santo. Aleluya.

Segundo Salmo
Salmo 116: Invitación universal a la alabanza divina
Ant: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Aleluya.

Los gentiles alaban a Dios por su misericordia (cf. Rm 15,9)

Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos.

Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Aleluya.


Lectura Bíblica

Rm 14,7-9
Ninguno de nosotros vive para sí mismo, y ninguno muere para sí mismo. Si vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor. En la vida y en la muerte somos del Señor. Para esto murió y resucitó Cristo: para ser Señor de vivos y muertos.

       V/. El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
       R/. El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
       V/. El que por nosotros colgó del madero.
      R/. Aleluya, aleluya.
      V/. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
      R/. El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.


Lectura Bíblica

   V/. Dios nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva. Aleluya.
    R/. Por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos. Aleluya.


    PRIMERA LECTURA

De los Hechos de los apóstoles 28, 15-31

PABLO EN ROMA

En aquellos días, los hermanos de Roma, que tenían referencias de nuestro viaje, nos salieron al encuentro en el Foro de Apio y Tres Tabernas. A su vista, Pablo dio gracias a Dios y cobró ánimo. Cuando entramos en Roma, dieron permiso a Pablo para alojarse en una casa particular, con un soldado para su custodia. Al cabo de tres días convocó Pablo a los notables de los judíos y, cuando estuvieron reunidos, les habló así:

«Aunque yo, hermanos, no he hecho nada malo contra nuestro pueblo ni contra las costumbres patrias, fui detenido en Jerusalén y puesto en manos de las autoridades romanas. Éstas, después de haberme tomado declaración, quisieron ponerme en libertad, porque no había en mI causa alguna que mereciese la muerte. Pero, como los judíos se oponían a ello, me vi obligado a apelar al Cesar, pero sin intención alguna de acusar a mi pueblo. Por este motivo os he llamado para veros y hablar con vosotros. Sabed que por defender la esperanza de Israel llevo estas cadenas.»

Ellos le contestaron:

«Nosotros, por nuestra parte, no hemos recibido de Judea ninguna carta referente a tu persona; ni nos ha llegado ningún hermano, contándonos o hablando algo malo contra ti. Tendremos sumo gusto en escuchar te y saber lo que piensas; pues, por lo que a esta secta se refiere, sabemos que en todas partes encuentra oposición.»

Le señalaron día, y acudieron en gran número a la casa donde se hospedaba. Pablo les expuso el reino de Dios, asegurando firmemente su advenimiento; e intentó convencerlos de todo lo referente a Jesús, a base de la ley de Moisés y de los profetas. Esto duró desde la mañana hasta la tarde. Unos se convencían de sus palabras; otros, en cambio, continuaban incrédulos. Y así se retiraban sin ponerse de acuerdo, cuando Pablo les dirigió últimamente estas palabras:

«Bien habló el Espíritu Santo a nuestros padres por el profeta Isaías: "Dirígete a este pueblo y diles: Oiréis con vuestros oídos, pero no lo entenderéis; miraréis con vuestros ojos, pero no lo veréis. Porque se ha embotado la inteligencia de este pueblo; sus oídos se han vuelto torpes para oír, y sus ojos se han cerrado. No sea que lo vean con sus ojos, y lo oigan con sus oídos, y lo entiendan con su inteligencia y se conviertan; y yo los tenga que salvar." Sabed, pues, que esta salvación de Dios ha sido enviada a los gentiles, y ciertamente que lo escucharán.»

Pablo permaneció dos años enteros en una casa que había alquilado; y recibía a cuantos acudían a él. Predicaba el reino de Dios, y con toda franqueza y libertad y sin obstáculo ninguno enseñaba lo referente a Jesucristo, el Señor.

RESPONSORIO    Hch 2, 39; 28, 28

R. La promesa vale para vosotros y para vuestros hijos y * para todos los que llame el Señor, aunque estén lejos. Aleluya.
V. Esta salvación de Dios ha sido enviada a los gentiles.
R. Para todos los que llame el Señor, aunque estén lejos. Aleluya.


Lectura Patrística
De los Sermones de un autor africano del siglo sexto
(Sermón 8, 1-3: PL 65, 743-744)

LA UNIDAD DE LA IGLESIA SE MANIFIESTA EN LA PLURALIDAD DE LENGUAS

Los apóstoles se pusieron a hablar en todas las lenguas. Así quiso Dios, por aquel entonces, significar la presencia del Espíritu Santo, haciendo que todo el que lo recibía hablase en todas las lenguas. Hay que entender, queridos hermanos, que se trata del Espíritu Santo por el cual el amor de Dios se derrama en nuestros corazones.

Y, ya que el amor había de congregar a la Iglesia de Dios, extendida por todo el orbe de la tierra, del mismo modo que entonces cada persona que recibía el Espíritu Santo podía hablar en todas las lenguas, así ahora la unidad de la Iglesia, congregada por el Espíritu Santo, se manifiesta en la pluralidad de lenguas.

Por tanto, si alguien nos dice: «Has recibido el Espíritu Santo, ¿por qué no hablas en todas las lenguas?», debemos responderle: «Hablo ciertamente en todas las lenguas, ya que pertenezco al cuerpo de Cristo, esto es, a la Iglesia, que habla en todas las lenguas. Lo que Dios quiso entonces significar por la presencia del Espíritu era que la Iglesia, en el futuro, hablaría en todas las lenguas.» De este modo se cumplió lo que había prometido el Señor: Nadie echa el vino nuevo en odres viejos, sino que se ha de echar en odres nuevos; así se conservan las dos cosas.

Con razón algunos, al oír que los apóstoles hablaban en todas las lenguas, decían: Están llenos de mosto. Es que se habían convertido ya en odres nuevos, renovados por la gracia santificadora, para que, llenos del vino nuevo, esto es, del Espíritu Santo, hablaran llenos de ardor en todas las lenguas, prefigurando así, por aquel evidentísimo milagro, la catolicidad de la Iglesia, que había de abarcar a los hombres de toda lengua.

Celebrad, pues, este día, conscientes de que sois miembros del único cuerpo de Cristo. No lo celebraréis en vano, si procuráis ser lo que celebráis, viviendo unidos a la Iglesia, a la cual el Señor, llenándola del Espíritu Santo, reconoce como suya, a medida que se va esparciendo por todo el mundo, Iglesia que, a su vez, lo reconoce a él como su Señor. Como el esposo no abandona a su propia esposa ni admite que sea sustituida por otra. A vosotros, hombres de todas las naciones, que sois miembros de Cristo, que constituís el cuerpo de Cristo, la Iglesia de Cristo, la esposa de Cristo, os dice el Apóstol: Sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos por mantener la unidad del Espíritu, con el vinculo de la paz.

Fijaos que al precepto de la mutua tolerancia añade la mención del amor, y cuando habla de la solicitud por la unidad hace referencia al vínculo de la paz. Tal ha de ser la casa de Dios, edificada con piedras vivas, para que el padre de familia se complazca en habitar en ella, y sus ojos no tengan que contemplar con disgusto su división y su ruina.

RESPONSORIO    Hch 15, 8-9; 11, 18

R. Dios, que conoce los corazones, ha dado su Espíritu a todos los pueblos, igual que a nosotros; * y no ha establecido diferencia alguna entre ellos y nosotros, pues ha purificado sus corazones por la fe. Aleluya.
V. Así, pues, Dios ha concedido también a los demás pueblos la conversión que conduce a la vida.
R. y no ha establecido diferencia alguna entre ellos y nosotros, pues ha purificado sus corazones por la fe. Aleluya.

Sábado, 30 de mayo de 2020
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan (21,20-25):

En aquel tiempo, Pedro, volviéndose, vio que los seguía el discípulo a quien Jesús tanto amaba, el mismo que en la cena se había apoyado en su pecho y le había preguntado: «Señor, ¿quién es el que te va a entregar?»
Al verlo, Pedro dice a Jesús: «Señor, y éste ¿qué?»
Jesús le contesta: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú sígueme.»
Entonces se empezó a correr entre los hermanos el rumor de que ese discípulo no moriría. Pero no le dijo Jesús que no moriría, sino: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué?» Éste es el discípulo que da testimonio de todo esto y lo ha escrito; y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero. Muchas otras cosas hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que los libros no cabrían ni en todo el mundo.

Palabra del Señor


Cántico Evangélico

Ant: Sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Aleluya.
(Se hace la señal de la cruz mientras se comienza a recitar)
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Aleluya.


Preces
      Nosotros, que hemos sido bautizados en el Espíritu Santo, glorifiquemos al Señor junto con todos los bautizados y roguémosle:

     Señor, Jesús, santifícanos en el Espíritu

 - Envía Señor, tu Espíritu Santo, para que ante los hombres te confesemos como Señor y rey nuestro.

- Danos una caridad sin hipocresía,  para que seamos cariñosos unos con otros, como buenos hermanos.

- Dispón con tu gracia el corazón de los fieles,  para que acojan con amor, y alegría los dones del Espíritu.

 - Danos la fortaleza del Espíritu Santo,  y haz que sane y vigorice lo que en nosotros está enfermo y débil.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Ver las intenciones del Santo Padre para este mes de mayo
 (Por la Evangelización) Por los diáconos. Recemos para que los diáconos, fieles al servicio de la Palabra y de los pobres, sean un signo vivificante para toda la Iglesia.

Concluyamos nuestras súplicas con la oración que el mismo Señor nos enseñó:

        Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.


Final
Dios todopoderoso, concédenos conservar siempre en nuestra vida y en nuestras costumbres la alegría de estas fiestas de Pascua que nos disponemos a clausurar. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.

Si el que preside no es un ministro ordenado, o en el rezo individual:
(Se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.