Musica Para el Alma
domingo, 7 de agosto de 2022
MATEO 17,22-27 CICLO C
*Lecturas del Lunes de la 19ª semana del
Tiempo Ordinario*
Lunes, 8 de agosto
de 2022
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (17,22-27):
En aquel tiempo, mientras Jesús y los discípulos recorrían juntos Galilea, les
dijo Jesús: «Al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres, lo
matarán, pero resucitará al tercer día.» Ellos se pusieron muy tristes.
Cuando llegaron a Cafarnaún, los que cobraban el impuesto de las dos dracmas se
acercaron a Pedro y le preguntaron: «¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas?»
Contestó: «Sí.»
Cuando llegó a casa, Jesús se adelantó a preguntarle: «¿Qué te parece, Simón?
Los reyes del mundo, ¿a quién le cobran impuestos y tasas, a sus hijos o a los
extraños?»
Contestó: «A los extraños.»
Jesús le dijo: «Entonces, los hijos están exentos. Sin embargo, para no escandalizarlos,
ve al lago, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y
encontrarás una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros
corazones antes que mis palabras*
(«Al
Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres, lo matarán, pero
resucitará al tercer día)
*La palabra “Resurrección” solo la pueden entenderla
las personas que han sido testigos oculares. Por eso los discípulos al principio
estaban tristes porque no conocían el sentido, ni el significado de esa
palabra. Pero esa tristeza, luego se convirtió en la alegría que no tiene fin,
la alegría infinita, y la fiesta que nunca termina “La fiesta de la Resurrección”
La buena noticia es que también estoy llamado, y estoy invitado a disfruta para
siempre de esa gran fiesta “La Fiesta De La Resurrección”*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a
la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL LUNES 8
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
TIEMPO
ORDINARIO
LUNES DE LA SEMANA XIX
Del Común de los santos varones: para los santos religiosos. Salterio III
8 de agosto
*SANTO DOMINGO, presbítero. (MEMORIA)*.
Nació en Caleruega (España), alrededor del año 1170. Estudió teología en
Palencia y fue nombrado canónigo de la Iglesia de Osma. Con su predicación y
con su vida ejemplar, combatió con éxito la herejía albigense. Con los
compañeros que se le adhirieron en esta empresa, fundó la Orden de
Predicadores. Murió en Bolonia el día 6 de agosto del año 1221.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus
santos.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus
santos.
Himno: VOSOTROS SOIS LUZ DEL MUNDO.
Vosotros sois luz del mundo
y ardiente sal de la tierra,
ciudad esbelta en el monte,
fermento en la masa nueva.
Vosotros sois los sarmientos,
y yo la Vid verdadera;
si el Padre poda las ramas,
más fruto llevan las cepas.
Vosotros sois la abundancia
del reino que ya está cerca,
los doce mil señalados
que no caerán en la siega.
Dichosos, porque sois limpios
y ricos en la pobreza,
y es vuestro el reino que sólo
se gana con la violencia. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Dichosos los que viven en tu casa, Señor.
Salmo 83 - AÑORANZA DEL TEMPLO
¡Qué deseables son tus moradas,
Señor de los ejércitos!
Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne
se alegran por el Dios vivo.
Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
la golondrina, un nido
donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor de los ejércitos,
Rey mío y Dios mío.
Dichosos los que viven en tu casa
alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza
al preparar su peregrinación:
cuando atraviesan áridos valles,
los convierten en oasis,
como si la lluvia temprana
los cubriera de bendiciones;
caminan de altura en altura
hasta ver a Dios en Sión.
Señor de los ejércitos, escucha mi súplica;
atiéndeme, Dios de Jacob.
Fíjate, ¡oh Dios!, en nuestro Escudo,
mira el rostro de tu Ungido.
Un solo día en tu casa
vale más que otros mil,
y prefiero el umbral de la casa de Dios
a vivir con los malvados.
Porque el Señor es sol y escudo,
él da la gracia y la gloria,
el Señor no niega sus bienes
a los de conducta intachable.
¡Señor de los ejércitos, dichoso el hombre
que confía en ti!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dichosos los que viven en tu casa, Señor.
Ant 2. Venid, subamos al monte del Señor.
Cántico: EL MONTE DE LA CASA DEL SEÑOR EN LA CIMA DE LOS MONTES Is
2, 2-5
Al final de los días estará firme
el monte de la casa del Señor,
en la cima de los montes,
encumbrado sobre las montañas.
Hacia él confluirán los gentiles,
caminarán pueblos numerosos.
Dirán : «Venid, subamos al monte del Señor,
a la casa del Dios de Jacob:
Él nos instruirá en sus caminos,
y marcharemos por sus sendas;
porque de Sión saldrá la Ley,
de Jerusalén la palabra del Señor.»
Será el árbitro de las naciones,
el juez de pueblos numerosos.
De las espadas forjarán arados,
de las lanzas, podaderas.
No alzará la espada pueblo contra pueblo,
no se adiestrarán para la guerra.
Casa de Jacob, ven;
caminemos a la luz del Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, subamos al monte del Señor.
Ant 3. Cantad al Señor, bendecid su nombre.
Salmo 95 - EL SEÑOR, REY Y JUEZ DEL MUNDO.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre,
proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones;
porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.
Pues los dioses de los gentiles son apariencia,
mientras que el Señor ha hecho el cielo;
honor y majestad lo preceden,
fuerza y esplendor están en su templo.
Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
entrad en sus atrios trayéndole ofrendas.
Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda;
decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente.»
Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,
aclamen los árboles del bosque,
delante del Señor, que ya llega,
ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Cantad al Señor, bendecid su nombre.
LECTURA BREVE Rm 12, 1-2
Os exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como
hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable. Y no os
ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para
que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que agrada, lo
perfecto.
RESPONSORIO BREVE
V. Lleva en el corazón la ley de su Dios.
R. Lleva en el corazón la ley de su Dios.
V. Y sus pasos no vacilan.
R. Lleva en el corazón la ley de su Dios.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Lleva en el corazón la ley de su Dios.
V. Escucha, pueblo mío, que voy a hablarte.
R. Yo, el Señor, tu Dios.
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Jonás 3, 1-4, 11
CONVERSIÓN DE LOS NINIVITAS, Y QUEJAS DE JONAS
ANTE DIOS
En aquellos días, el Señor dirigió otra vez la
palabra a Jonás:
«Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predícale el mensaje que te
digo.»
Se levantó Jonás y fue a Nínive, como le mandó el Señor. Nínive era una gran
ciudad, tres días hacían falta para recorrerla. Comenzó Jonás a entrar por la
ciudad y caminó durante un día proclamando:
«¡Dentro de cuarenta días, Nínive será destruida!»
Creyeron a Dios los ninivitas; proclamaron el ayuno y se vistieron de saco,
grandes y pequeños. Cuando el mensaje llegó al rey de Nínive, se levantó del
trono, dejó el manto, se cubrió de saco, se sentó en el polvo y mandó al
heraldo a proclamar en su nombre a Nínive:
«Hombres y animales, vacas y ovejas no prueben bocado, no pasten ni beban;
vístanse de saco hombres y animales; invoquen fervientemente a Dios; que cada
cual se convierta de su mala vida y de la violencia de sus manos. A ver si Dios
se arrepiente, cesa el incendio de su ira, y no perecemos.»
Vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida; y se arrepintió Dios de la
catástrofe con que había amenazado a Nínive, y no la ejecutó.
Jonás sintió un disgusto enorme, y estaba irritado. Oró al Señor en estos
términos:
«Señor, ¿no es esto lo que me temía yo en mi tierra?
Por eso me adelanté a huir a Tarsis, porque sé que eres compasivo y
misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad, que te arrepientes de las
amenazas. Ahora, Señor, quítame la vida; más vale morir que vivir.»
Respóndióle el Señor:
«¿Y tienes tú derecho a irritarte?»
Jonás había salido de la ciudad, y estaba sentado al oriente. Allí se había
hecho una choza y se sentaba a la sombra, esperando el destino de la ciudad.
Entonces el Señor hizo crecer un ricino, alzándose por encima de Jonás, para
darle sombra y resguardarle del ardor del sol. Jonás se alegró mucho de aquel
ricino. Pero el Señor envió un gusano, cuando el sol salía al día siguiente, el
cual dañó al ricino, que se secó. Y, cuando el sol apretaba, envió el Señor un
viento solano bochornoso; el sol hería la cabeza de Jonás y lo hacía
desfallecer. Jonás se deseó la muerte y dijo:
«Más me vale morir que vivir.»
Respondió Dios a Jonás:
«¿Crees que tienes derecho a irritarte por el ricino?» Contestó él:
«Con razón siento un disgusto mortal.» El Señor le replicó:
«Tú te lamentas por el ricino, que no cultivaste con tu trabajo, y que brota
una noche y perece la otra. Y yo, ¿no voy a sentir la suerte de Nínive, la gran
ciudad, que habitan más de ciento veinte mil hombres, que no distinguen la
derecha de la izquierda, y gran cantidad de ganado?»
RESPONSORIO Mt 12, 41; cf. Jon
3, 5. 10
R. Los habitantes de Nínive
resucitarán junto con esta generación en el día del juicio y la
condenarán, * pues ellos, por la sola predicación de Jonás, se
arrepintieron.
V. Creyeron a Dios, se vistieron de saco y se convirtieron de su mala
vida.
R. Pues ellos, por la sola predicación de Jonás, se arrepintieron.
SEGUNDA LECTURA
De varios escritos de la Historia de la Orden de
los Predicadores
(Libellus de principiis Ordinis Praedicatorum; Acta canonizationis sancti
Dominici: Monumenta Ordinis Praedicatorum historica 16, Roma 1935, pp. 30ss.
146-147)
HABLABA CON DIOS O DE DIOS
La vida de Domingo era tan virtuosa y el fervor de
su espíritu tan grande, que todos veían en él un instrumento elegido de la
gracia divina. Estaba dotado de una firme ecuanimidad de espíritu, ecuanimidad
que sólo lograban perturbar los sentimientos de compasión o de misericordia; y,
como es norma constante que un corazón alegre se refleja en la faz, su porte
exterior, siempre gozoso y afable, revelaba la placidez y armonía de su
espíritu. En todas partes, se mostraba, de palabra y de obra, como hombre
evangélico. De día, con sus hermanos y compañeros, nadie más comunicativo y
alegre que él. De noche, nadie más constante que él en vigilias y oraciones de
todo género. Raramente hablaba, a no ser con Dios, en la oración, o de Dios, y
esto mismo aconsejaba a sus hermanos.
Con frecuencia pedía a Dios una cosa: que le concediera una auténtica caridad,
que le hiciera preocuparse de un modo efectivo en la salvación de los hombres,
consciente de que la primera condición para ser verdaderamente miembro de
Cristo era darse totalmente y con todas sus energías a ganar almas para Cristo,
del mismo modo que el Señor Jesús, salvador de todos, ofreció toda su persona
por nuestra salvación. Con este fin instituyó la Orden de Predicadores,
realizando así un proyecto sobre el que había reflexionado profundamente desde
hacia ya tiempo.
Con frecuencia exhortaba, de palabra o por carta, a los hermanos de la
mencionada Orden, a que estudiaran constantemente el nuevo y el antiguo
Testamento. Llevaba siempre consigo el evangelio de san Mateo y las cartas de
san Pablo, y las estudiaba intensamente, de tal modo que casi las sabía de
memoria.
Dos o tres veces fue elegido obispo, pero siempre rehusó, prefiriendo vivir en
la pobreza, junto con sus hermanos, que poseer un obispado. Hasta el fin de su
vida conservó intacta la gloria de la virginidad. Deseaba ser flagelado,
despedazado y morir por la fe cristiana. De él afirmó el papa Gregorio noveno:
«Conocí a un hombre tan fiel seguidor de las normas apostólicas, que no dudo
que en el cielo ha sido asociado a la gloria de los mismos apóstoles.»
RESPONSORIO Cf. Sir 48, 1; Ml 2,
6
R. Surgió como un fuego un nuevo
heraldo de la salvación, * y sus palabras eran como un
horno encendido.
V. Una doctrina auténtica llevaba en su boca, y en sus labios no se
hallaba maldad.
R. Y sus palabras eran como un horno encendido.
*Lecturas del Lunes de la 19ª semana del
Tiempo Ordinario*
Lunes, 8 de agosto
de 2022
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (17,22-27):
En aquel tiempo, mientras Jesús y los discípulos recorrían juntos Galilea, les
dijo Jesús: «Al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres, lo
matarán, pero resucitará al tercer día.» Ellos se pusieron muy tristes.
Cuando llegaron a Cafarnaún, los que cobraban el impuesto de las dos dracmas se
acercaron a Pedro y le preguntaron: «¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas?»
Contestó: «Sí.»
Cuando llegó a casa, Jesús se adelantó a preguntarle: «¿Qué te parece, Simón?
Los reyes del mundo, ¿a quién le cobran impuestos y tasas, a sus hijos o a los
extraños?»
Contestó: «A los extraños.»
Jesús le dijo: «Entonces, los hijos están exentos. Sin embargo, para no escandalizarlos,
ve al lago, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y
encontrarás una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti.»
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Mi porción es el Señor; bueno es el Señor para el alma que lo
busca.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Mi porción es el Señor; bueno es el Señor para el alma que lo
busca.
PRECES
Adoremos, hermanos, a Cristo, el Dios santo, y, pidiéndole que nos
enseñe a servirle con santidad y justicia en su presencia todos nuestros días,
aclamémosle diciendo:
Tú solo eres santo, Señor.
Señor Jesús, probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado,
compadécete de nuestras debilidades.
Señor Jesús, que a todos nos llamas a la perfección del amor,
danos el progresar por caminos de santidad.
Señor Jesús, que nos quieres sal de la tierra y luz del mundo,
ilumina nuestras vidas con tu propia luz.
Señor Jesús, que viniste al mundo no para que te sirvieran, sino para servir,
haz que sepamos servir con humildad a ti y a nuestros hermanos.
Señor Jesús, reflejo de la gloria del Padre e impronta de su ser,
haz que un día podamos contemplar la claridad de tu gloria.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Oremos ahora al Padre, como nos enseñó el mismo Jesús:
Padre nuestro...
ORACION
Que tu Iglesia, Señor, encuentre siempre luz en las enseñanzas de
santo Domingo y protección en sus méritos: que él, que durante su vida fue
predicador insigne de la verdad, sea ahora para nosotros un eficaz intercesor
ante ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: FELIZ QUIEN HA ESCUCHADO LA LLAMADA
Feliz quien ha escuchado la llamada
al pleno seguimiento del Maestro,
feliz porque él, con su mirada,
lo eligió como amigo y compañero.
Feliz el que ha abrazado la pobreza
para llenar de Dios su vida toda,
para servirlo a él con fortaleza,
con gozo y con amor a todas horas.
Feliz el mensajero de verdades
que marcha por caminos de la tierra,
predicando bondad contra maldades,
pregonando la paz contra las guerras. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Nuestros ojos están fijos en el Señor, esperando su misericordia.
Salmo 122 - EL SEÑOR, ESPERANZA DEL PUEBLO
A ti levanto mis ojos,
a ti que habitas en el cielo.
Como están los ojos de los esclavos
fijos en las manos de sus señores,
como están los ojos de la esclava
fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos
en el Señor, Dios nuestro,
esperando su misericordia.
Misericordia, Señor, misericordia,
que estamos saciados de desprecios;
nuestra alma está saciada
del sarcasmo de los satisfechos,
del desprecio de los orgullosos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Nuestros ojos están fijos en el Señor, esperando su misericordia.
Ant 2. Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la
tierra.
Salmo 123 - NUESTRO AUXILIO ES EL NOMBRE DEL SEÑOR
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte
—que lo diga Israel—,
si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres,
nos habrían tragado vivos:
tanto ardía su ira contra nosotros.
Nos habrían arrollado las aguas,
llegándonos el torrente hasta el cuello;
nos habrían llegado hasta el cuello
las aguas espumantes.
Bendito el Señor, que no nos entregó
como presa a sus dientes;
hemos salvado la vida como un pájaro
de la trampa del cazador:
la trampa se rompió y escapamos.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la
tierra.
Ant 3. Dios nos ha destinado en la persona de Cristo a ser sus hijos.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dios nos ha destinado en la persona de Cristo a ser sus hijos.
LECTURA BREVE Rm 8, 28-30
Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve
para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio. A los que había
escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el
primogénito de muchos hermanos. A los que predestinó, los llamó; a los que
llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.
RESPONSORIO BREVE
V. El Señor es justo y ama la justicia.
R. El Señor es justo y ama la justicia.
V. Los buenos verán su rostro.
R. El Señor es justo y ama la justicia.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El Señor es justo y ama la justicia.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Vosotros, los que lo habéis dejado todo y me habéis seguido,
recibiréis cien veces más y heredaréis la vida eterna.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Vosotros, los que lo habéis dejado todo y me habéis seguido,
recibiréis cien veces más y heredaréis la vida eterna.
PRECES
Pidamos a Dios Padre, fuente de toda santidad, que con la
intercesión y el ejemplo de los santos nos ayude, y digamos:
Haz que seamos santos, porque tú, Señor, eres santo.
Padre santo, que has querido que nos llamemos y seamos hijos tuyos,
haz que la Iglesia santa, extendida por los confines de la tierra, cante tus
grandezas.
Padre santo, que deseas que vivamos de una manera digna, buscando siempre tu
beneplácito,
ayúdanos a dar fruto de buenas obras.
Padre santo, que nos reconciliaste contigo por medio de Cristo,
guárdanos en tu nombre para que todos seamos uno.
Padre santo, que nos convocas al banquete de tu reino,
haz que comiendo el pan que ha bajado del cielo alcancemos la perfección del
amor.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Padre santo, perdona a los pecadores sus delitos
y admite a los difuntos en tu reino para que puedan contemplar tu rostro.
Porque nos llamamos y somos hijos de Dios, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Que tu Iglesia, Señor, encuentre siempre luz en las enseñanzas de
santo Domingo y protección en sus méritos: que él, que durante su vida fue
predicador insigne de la verdad, sea ahora para nosotros un eficaz intercesor
ante ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL LUNES 8 DE AGOSTO 2022
*Lecturas del Lunes de la 19ª semana del
Tiempo Ordinario*
Lunes, 8 de agosto de 2022
Primera lectura
Lectura de la profecía de Ezequiel (1,2-5.24–2,1a):
El año quinto de la deportación del rey Joaquín, el día cinco del mes cuarto,
vino la palabra del Señor a Ezequíel, hijo de Buzi, sacerdote, en tierra de los
caldeos, a orillas del río Quebar.
Entonces se apoyó sobre mí la mano del Señor, y vi que venia del norte un
viento huracanado, una gran nube y un zigzagueo de relámpagos. Nube nimbada de
resplandor, y, entre el relampagueo, como el brillo del electro. En medio de
éstos aparecia la figura de cuatro seres vivientes; tenían forma humana. Y oí
el rumor de sus alas, como estruendo de aguas caudalosas, como la voz del
Todopoderoso, cuando caminaban; griterío de multitudes, como estruendo de
tropas; cuando se detenían, abatían las alas. También se oyó un estruendo sobre
la plataforma que estaba encima de sus cabezas; cuando se detenían, abatían las
alas. Y por encima de la plataforma, que estaba sobre sus cabezas, había una
especie de zafiro en forma de trono; sobre esta especie de trono sobresalía una
figura que parecia un hombre. Y vi un brillo como de electro (algo así como
fuego lo enmarcaba) de lo que parecía su cintura para arriba, y de lo que
parecía su cintura para abajo vi algo así como fuego. Estaba nimbado de
resplandor. El resplandor que lo nimbaba era como el arco que aparece en las
nubes cuando llueve. Era la apariencia visible de la gloria del Señor. Al
contemplarla, caí rostro en tierra.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 148,1-2.11-12.13.14
R/. Llenos
están el cielo y la tierra de tu gloria
Alabad al Señor en el cielo,
alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo, todos sus ángeles;
alabadlo, todos sus ejércitos. R/.
Reyes y pueblos del orbe,
príncipes y jefes del mundo,
los jóvenes y también las doncellas,
los viejos junto con los niños. R/.
Alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime.
Su majestad sobre el cielo y la tierra. R/.
Él acrece el vigor de su pueblo.
Alabanza de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo escogido. R/.
*Lecturas del Lunes de la 19ª semana del
Tiempo Ordinario*
Lunes, 8 de agosto
de 2022
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (17,22-27):
En aquel tiempo, mientras Jesús y los discípulos recorrían juntos Galilea, les
dijo Jesús: «Al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres, lo
matarán, pero resucitará al tercer día.» Ellos se pusieron muy tristes.
Cuando llegaron a Cafarnaún, los que cobraban el impuesto de las dos dracmas se
acercaron a Pedro y le preguntaron: «¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas?»
Contestó: «Sí.»
Cuando llegó a casa, Jesús se adelantó a preguntarle: «¿Qué te parece, Simón?
Los reyes del mundo, ¿a quién le cobran impuestos y tasas, a sus hijos o a los
extraños?»
Contestó: «A los extraños.»
Jesús le dijo: «Entonces, los hijos están exentos. Sin embargo, para no escandalizarlos,
ve al lago, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y
encontrarás una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros
corazones antes que mis palabras*
(«Al
Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres, lo matarán, pero
resucitará al tercer día)
*La palabra “Resurrección” solo la pueden entenderla
las personas que han sido testigos oculares. Por eso los discípulos al principio
estaban tristes porque no conocían el sentido, ni el significado de esa
palabra. Pero esa tristeza, luego se convirtió en la alegría que no tiene fin,
la alegría infinita, y la fiesta que nunca termina “La fiesta de la Resurrección”
La buena noticia es que también estoy llamado, y estoy invitado a disfruta para
siempre de esa gran fiesta “La Fiesta De La Resurrección”*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a
la vida eterna.
R. Amén.