Musica Para el Alma

domingo, 6 de junio de 2021

GOTAS DE MISERICORDIA


 

EVANGELIO DE MATEO 5,1-12 CICLO B




 

*Lecturas de la 10ª Semana del Tiempo Ordinario Ciclo B*

Lunes, 7 de junio de 2021

Evangelio

*Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,1-12)*

Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron.
Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.»

Palabra del Señor

 

*(Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios)*.

 

*Ciento que esta palabra me quiere decir: Que si mi corazón está limpio tengo muchas posibilidades de ver al Señor. Muchas cosas de este mundo están sufriendo, porque no quieren que mi corazón este limpio y por eso siempre me ofrecerán lo que sea, para que mi corazón se ensucie. Trataran de que mis ojos vean lo malo como bueno y lo bueno como malo. Todas esas cosas tienen la misión de seducirme y arrastrarme, al pecado. Pero la buena noticia para mí, es que el Señor, me muestra claramente los beneficio que puedo obtener si mi corazón permanece y se mantiene limpio. Ser limpio de corazón me hace ser una persona libre, sin ataduras, ni miedo, y lo más importante el gran premio de ver al Señor*.

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.

LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL LUNES 7. BEATA ANA DE SAN BARTOLOMÉ


 

*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*

 

Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro Señor. Amén

 

*Beata Ana de San Bartolomé*

 

 

LUNES SEMANA II

LAUDES
(Oración de la mañana)

INVITATORIO

V. 
Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

Ant. Demos vítores al Señor, aclamándolo con cantos.

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Demos vítores al Señor, aclamándolo con cantos.

Himno: ALFARERO DEL HOMBRE, MANO TRABAJADORA

Alfarero del hombre, mano trabajadora
que, de los hondos limos iniciales,
convocas a los pájaros a la primera aurora,
al pasto los primeros animales.

De mañana te busco, hecho de luz concreta,
de espacio puro y tierra amanecida.
De mañana te encuentro, vigor, origen, meta
de los profundos ríos de la vida.

El árbol toma cuerpo, y el agua melodía;
tus manos son recientes en la rosa;
se espesa la abundancia del mundo a mediodía,
y estás de corazón en cada cosa.

No hay brisa si no alientas, monte si no estás dentro,
ni soledad en que no te hagas fuerte.
Todo es presencia y gracia; vivir es este encuentro:
tú, por la luz; el hombre, por la muerte.

¡Que se acabe el pecado! ¡Mira que es desdecirte
dejar tanta hermosura en tanta guerra!
Que el hombre no te obligue, Señor, a arrepentirte
de haberle dado un día las llaves de la tierra. Amén.

SALMODIA

Ant 1. 
¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?

Salmo 41 - DESEO DEL SEÑOR Y ANSIAS DE CONTEMPLAR EL TEMPLO

Como busca la cierva
corrientes de agua,
así mi alma te busca
a ti, Dios mío;

tiene sed de Dios,
del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver
el rostro de Dios?

Las lágrimas son mi pan
noche y día,
mientras todo el día me repiten:
«¿Dónde está tu Dios?»

Recuerdo otros tiempos,
y mi alma desfallece de tristeza:
cómo marchaba a la cabeza del grupo,
hacia la casa de Dios,
entre cantos de júbilo y alabanza,
en el bullicio de la fiesta.

¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.»

Cuando mi alma se acongoja,
te recuerdo,
desde el Jordán y el Hermón
y el Monte Menor.

Una sima grita a otra sima
con voz de cascadas:
tus torrentes y tus olas
me han arrollado.

De día el Señor
me hará misericordia,
de noche cantaré la alabanza
del Dios de mi vida.

Diré a Dios: Roca mía,
¿por qué me olvidas?
¿Por qué voy andando sombrío,
hostigado por mi enemigo?

Se me rompen los huesos
por las burlas del adversario;
todo el día me preguntan:
«¿Dónde está tu Dios?»

¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?

Ant 2. Muéstranos, Señor, tu gloria y tu compasión.

Cántico: SÚPLICA EN FAVOR DE LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN Sir. 36, 1-7. 13-16

Sálvanos, Dios del universo,
infunde tu terror a todas las naciones;
amenaza con tu mano al pueblo extranjero,
para que sienta tu poder.

Como les mostraste tu santidad al castigarnos,
muéstranos así tu gloria castigándolos a ellos:
para que sepan, como nosotros lo sabemos,
que no hay Dios fuera de ti.

Renueva los prodigios, repite los portentos,
exalta tu mano, robustece tu brazo.

Reúne a todas las tribus de Jacob
y dales su heredad como antiguamente.

Ten compasión del pueblo que lleva tu nombre,
de Israel, a quien nombraste tu primogénito.
Ten compasión de tu ciudad santa,
de Jerusalén, lugar de tu reposo.

Llena a Sión de tu majestad
y al templo de tu gloria.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Muéstranos, Señor, tu gloria y tu compasión.

Ant 3. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.

SALMO 18 A - ALABANZA AL DIOS CREADOR DEL UNIVERSO.

El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo murmura.

Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje.

Allí le ha puesto su tienda al sol:
él sale como el esposo de su alcoba,
contento como un héroe, a recorrer su camino.

Asoma por un extremo del cielo,
y su órbita llega al otro extremo:
nada se libra de su calor.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.

LECTURA BREVE   Jr 15, 16

Cuando encontraba palabras tuyas las devoraba; tus palabras eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque tu nombre fue pronunciado sobre mí, ¡Señor, Dios de los ejércitos!

RESPONSORIO BREVE

V. 
Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos.
R. Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos.

V. Cantadle un cántico nuevo.
R. Que merece la alabanza de los buenos.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos.

 

 

Primera Lectura

 

Comienza el libro de Josué 1, 1-18

 

JOSUÉ, LLAMADO POR DIOS, EXHORTA AL PUEBLO A LA UNIDAD

 

Sucedió después de la muerte de Moisés, siervo de Yahvé, que habló Yahveh a Josué, hijo de Nun, y ayudante de Moisés, y le dijo: «Moisés, mi siervo, ha muerto; arriba, pues; pasa ese Jordán, tú con todo este pueblo, hacia la tierra que yo les doy (a los israelitas). Os doy todo lugar que sea hollado por la planta de vuestros pies, según declaré a Moisés. Desde el desierto y el Líbano hasta el Río grande, el Éufrates, (toda la tierra de los hititas) y hasta el mar Grande de poniente, será vuestro territorio. Nadie podrá mantenerse delante de ti en todos los días de tu vida: lo mismo que estuve con Moisés estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré. «Sé valiente y firme, porque tú vas a dar a este pueblo la posesión del país que juré dar a sus padres.
Sé, pues, valiente y muy firme, teniendo cuidado de cumplir toda la Ley que te dio mi siervo Moisés. No te apartes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito dondequiera que vayas. No se aparte el libro de esta Ley de tus labios: medítalo día ynoche; así procurarás obrar en todo conforme a lo que en él está escrito, y tendrás suerte y éxito en tus empresas. ¿No te he mandado que seas valiente y firme? No tengas miedo ni te acobardes, porque Yahveh tu Dios estará contigo dondequiera que vayas.» Josué, pues, dio a los escribas del pueblo la orden siguiente: «Pasad por medio del campamento y dad esta orden al pueblo: Haced provisiones, porque dentro de tres días pasaréis ese Jordán, para entrar a poseer la tierra que Yahveh vuestro Dios os da en posesión.» A los rubenitas, a los gaditas y a la medio tribu de Manasés les habló así: «Recordad la orden que os dio Moisés, siervo de Yahveh: Yahveh vuestro Dios os ha concedido descanso, dándoos esta tierra. Vuestras mujeres, vuestros pequeños y vuestros rebaños se quedarán en la tierra que os ha dado Moisés al otro lado del Jordán. Pero vosotros, todos los guerreros esforzados, pasaréis en orden de batalla al frente de vuestros hermanos y les ayudaréis hasta que Yahveh conceda descanso a vuestros hermanos igual que a vosotros, y también ellos tomen posesión de la tierra que Yahveh vuestro Dios les da. Entonces volveréis al país que os pertenece, el que os dio Moisés, siervo de Yahveh, al lado oriental del Jordán.» Ellos respondieron a Josué: «Todo lo que nos has mandado, lo haremos; dondequiera que nos envíes, iremos. Lo mismo que obedecimos en todo a Moisés, te obedeceremos a ti. Basta con que Yahveh tu Dios esté contigo como estuvo con Moisés. A todo el que sea rebelde a tu voz y no obedezca tus órdenes, en cualquier cosa que le mandes, se le hará morir. Tú, sé valiente y firme.»

 

Responsorio Jos 1, 5. 6. 9; Dt 31, 20

R. Como estuve con Moisés, así estaré contigo -dice el Señor-. * Sé valiente y firme, pues tú vas a introducir a mi pueblo en una tierra que mana leche y miel.
V. No temas ni te acobardes, porque yo estaré contigo dondequiera que vayas; no te dejaré ni te abandonaré.
R. Sé valiente y firme, pues tú vas a introducir a mi pueblo en una tierra que mana leche y miel.

 

Segunda Lectura

 

De la carta de san Ignacio de Antioquía, obispo y mártir, a los Romanos
(Caps. 3,1-5, 3: Funk 1, 215-219)

 

SER CRISTIANO NO SÓLO DE NOMBRE, SINO TAMBIÉN DE HECHO

 

Nunca tuvisteis envidia de nadie, y así lo habéis enseñado a los demás. Lo que yo ahora deseo es que lo que enseñéis y mandéis a otros lo mantengáis con firmeza y lo practiquéis en esta ocasión. Lo único que para mí habéis de pedir es que tenga fortaleza interior y exterior, para que no sólo hable, sino que esté también interiormente decidido, a fin de que sea cristiano no sólo de nombre, sino también de hecho. Si me porto como cristiano, tendré también derecho a este nombre y, entonces, seré de verdad fiel a Cristo, cuando haya desaparecido ya del mundo. Nada es bueno sólo por lo que aparece al exterior. El mismo Jesucristo, nuestro Dios, ahora que está con su Padre, es cuando mejor se manifiesta: Lo que necesita el cristianismo, cuando es odiado por el mundo, no son palabras persuasivas, sino grandeza de alma.
Yo voy escribiendo a todas las Iglesias, y a todas les encarezco lo mismo: que moriré de buena gana por Dios, con tal que vosotros no me lo impidáis. Os lo pido por favor: no me demostréis una benevolencia inoportuna. Dejad que sea pasto de las fieras, ya que ello me hará posible alcanzar a Dios. Soy trigo dé Dios y he de ser molido por los dientes de las fieras, para llegar a ser pan limpio de Cristo.
Halagad, más bien, a las fieras, para que sean mi sepulcro y no dejen nada de micuerpo; así, después de muerto, no seré gravoso a nadie. Entonces seré de verdad discípulo de Cristo, cuando el mundo no vea ya ni siquiera mi cuerpo. Rogad por mí a Cristo, para que, por medio de esos instrumentos, llegue a ser una víctima para Dios. No os doy yo mandatos como Pedro y Pablo. Ellos eran apóstoles, yo no soy más que un condenado a muerte; ellos eran libres, yo no soy al presente más que un esclavo. Pero, si logro sufrir el martirio, entonces seré liberto de Jesucristo y resucitaré libre con él. Ahora, en medio de mis cadenas, es cuando aprendo a no desear nada.
Desde Siria hasta Roma vengo luchando ya con las fieras, por tierra y por mar, de noche y de día, atado como voy a diez leopardos, es decir, a un pelotón de soldados que, cuantos más beneficios se les hace, peores se vuelven. Pero sus malos tratos me ayudan a ser mejor, aunque tampoco por eso quedo absuelto. Quiera Dios que tenga yo el gozo de ser devorado por las fieras que me están destinadas; lo que deseo es que no se muestren remisas; yo las azuzaré para que me devoren pronto, no suceda como en otras ocasiones que, atemorizadas, no se han atrevido a tocar a sus víctimas. Si se resisten, yo mismo las obligaré.
Perdonadme lo que os digo; es que yo sé bien lo que me conviene. Ahora es cuando empiezo a ser discípulo. Ninguna cosa, visible o invisible, me prive por envidia de la posesión de Jesucristo. Vengan sobre mí el fuego, la cruz, manadas de fieras, desgarramientos, amputaciones, descoyuntamiento de huesos, seccionamiento de miembros, trituración de todo mi cuerpo, todos los crueles tormentos del demonio, con tal de que esto me sirva para alcanzar a Jesucristo.

 

Responsorio Ga 2, 19-20

R. En virtud de la misma ley he muerto a la ley, a fin de vivir para Dios. Y, mientras vivo en esta carne, vivo de la fe en el Hijo de Dios, * que me amó hasta entregarse por mí.
V. Estoy crucificado con Cristo; vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí.
R. Que me amó hasta entregarse por mí.




*Lecturas de la 10ª Semana del Tiempo Ordinario Ciclo B*

Lunes, 7 de junio de 2021

Evangelio

*Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,1-12)*

Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron.
Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.»

Palabra del Señor

 

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. 
Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR      Lc 1, 68-79

+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.

PRECES

Demos gracias a nuestro salvador que ha hecho de nosotros un pueblo de reyes y sacerdotes, y digámosle:

Consérvanos, Señor, en tu servicio.

Señor Jesús, sacerdote eterno, que has querido que tu pueblo participara de tu sacerdocio:
haz que ofrezcamos siempre sacrificios espirituales, agradables al Padre.

Danos, Señor, la abundancia de los frutos del Espíritu Santo:
comprensión, bondad, amabilidad.

Que la luz de la fe ilumine este nuevo día
y que durante el mismo caminemos por las sendas del amor.

Haz que busquemos siempre el bien de nuestros hermanos
y les ayudemos a progresar en su salvación.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Con el gozo que nos da el sabernos hijos de Dios, digamos confiadamente:

Padre nuestro...

ORACION

Señor, Dios todopoderoso, que nos has hecho llegar al comienzo de este día: danos tu ayuda para que no caigamos hoy en pecado, sino que nuestras palabras, pensamientos y acciones sigan el camino de tus mandatos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

V. 
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

 

 

*Beata Ana de San Bartolomé*

La Beata Ana de San Bartolomé (7 de junio) es uno de los pilares del carmelo teresiano, a la que debemos mucho los que amamos este carisma. De las monjas fieles, luchadoras, impregnadas del espíritu teresiano, que se enfrentaron a frailes, generales y obispos para conservar el espíritu de Nuestra Madre. De las santas, en fin. Lega, fundadora, priora, mística, intuitiva, consejera de gobernantes, libertadora de los cristianos... Muchas cosas podríamos decir de ella, leyendo sus cartas y su autobiografía, escrita por obediencia a los superiores. Por falta de tiempo no puedo hacer un artículo como se merece (suponiendo que pudiera hacerlo yo), sino que os brindo un sencillo resumen del libro "La Beata Sor Ana de San Bartolomé. Una maravilla de Dios", del agustino recoleto P. Ángel Peña. 

 

Enterrada la Santa en Alba, quiso Ana quedarse a la vera de su cuerpo, pero fue enviada a Ávila, su verdadero convento. Fue testigo entre 1583 y 1588 de las desastrosas e indignas traslaciones del cuerpo de Santa Teresa, de Alba a Ávila y viceversa. Tuvo, como otras religiosas, apariciones de la santa, ya fuera bendiciendo a la priora, en el coro sentada entre las demás monjas, o sintiendo el mismo olor que expedía su cuerpo incorrupto en varias estancias del convento de Ávila.

En 1591 María de San Jerónimo es nombrada priora del convento de Madrid para atajar un atisbo de separación de las monjas de dicho convento, y llevó consigo a nuestra beata a dicha ciudad. En 1595 la llevaría consigo a la fundación de Ocaña, donde permaneció hasta 1598 y se fraguó la tercera y definitiva parte de su vida. Ella lo cuenta: 

"Estando en esta fundación de Ocaña, la noche de Navidad, después de los Maitines, me quedé recogida y en sueños me mostraron la venida que había de hacer a la Francia. Entráronme en un mar muy oscuro que me daba temor y me enviaron con unas compañeras que no eran mis conocidas, sino una conocí después en este recogimiento. Me hallé forzada mi espíritu antes de esta vista en un vivo deseo de ser mártir, y aunque algunas veces se me han apretado estos deseos, no tan perfectos como esta vez, que me hallaba con una conformidad y gozo, tomándolo por Dios con el más encendido amor que en esta parte he tenido (...) Se me mostró Nuestro Señor como cuando andaba por el mundo, mas con grandísima hermosura y Majestad, pero por otra parte afligido, dándome a entender la mucha pena que tenía y tocándome en el hombro, me dijo: “Hija, ayúdame. Mira las almas que se me pierden en Francia”. Y fuéme mostrando todo el reino y estas tierras de por acá cómo se están abrasando en herejías y grandes pecados. Y de aquel tocarme en el hombro me parece descargó su pena y me la dio a mí tan grande y sentí tan gran dolor que me parece me moría. Los efectos con que quedé de este arrobamiento y visión fue un amor tan abrasado con aquellas almas y las de todos mis prójimos que me parece me iba secando". 

 

En 1571, siendo novicia aún, conoce a la Santa Madre Teresa de Jesús (15 de octubre y 26 de agosto), que al verla, dice: "Aunque sea novicia, llévenla a mi celda, que quiero que sea mi compañera". Siendo priora la santa en la Encarnación le dará permiso para la profesión, que ocurrió el 15 de agosto de 1572. Fue tornera y enfermera. Jamás estaba ociosa y aún de priora, si iba al locutorio, hilaba, cosía, escribía o rezaba el rosario.

En 1574 enferma de cuidado, por lo que la Santa no puede llevarla consigo, como quería, a las fundaciones de Beas de Segura y Sevilla. Vuelta la santa de Sevilla, encuentra gran pobreza en el monasterio, y varias enfermas por el hambre que pasaban. Pone a Ana de enfermera y esta, por obediencia, arrastrando su enfermedad, consuela a las otras y mejora su salud. Desde ese momento, comienza a atender a la Santa y no se separará de ella hasta ayudarla a morir en sus brazos. Juntas vivieron los caminos calurosos o fríos, secos o húmedos; los desplantes de Burgos y las alegrías de Palencia. Juntas por esos mundos: 

Valladolid, Salamanca, Villanueva de la Jara. Juntas padeciendo, riendo, enfermando y sanando. Juntas temieron la persecución de los "calzados", la angustia por la prisión del Santo Padre, los ataques a Gracián y el casi derrumbe de la obra teresiana. Juntas agradecieron a Dios por el Capítulo de Alcalá de Henares. Juntas, en fin, llegaron a Alba de Tormes el 20 de septiembre de 1582, para morir la santa el 4 de octubre del mismo año, sostenida por Ana de San Bartolomé.

 

 

 

 

LUNES SEMANA II

VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL

V. 
Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: PRESENTEMOS A DIOS NUESTRAS TAREAS.

Presentemos a Dios nuestras tareas,
levantemos orantes nuestras manos,
porque hemos realizado nuestras vidas
por el trabajo.

Cuando la tarde pide ya descanso
y Dios está más cerca de nosotros,
es hora de encontrarnos en sus manos,
llenos de gozo.

En vano trabajamos la jornada,
hemos corrido en vano hora tras hora,
si la esperanza no enciende sus rayos
en nuestra sombra.

Hemos topado a Dios en el bullicio,
Dios se cansó conmigo en el trabajo;
es hora de buscar a Dios adentro,
enamorado.

La tarde es un trisagio de alabanza,
la tarde tiene fuego del Espíritu:
adoremos al Padre en nuestras obras,
adoremos al Hijo. Amén.

SALMODIA

Ant 1. 
Eres el más bello de los hombres, en tus labios se derrama la gracia.

Salmo 44 I - LAS NUPCIAS DEL REY.

Me brota del corazón un poema bello,
recito mis versos a un rey;
mi lengua es ágil pluma de escribano.

Eres el más bello de los hombres,
en tus labios se derrama la gracia,
el Señor te bendice eternamente.

Cíñete al flanco la espada, valiente:
es tu gala y tu orgullo;
cabalga victorioso por la verdad y la justicia,
tu diestra te enseñe a realizar proezas.
Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden,
se acobardan los enemigos del rey.

Tu trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre;
cetro de rectitud es tu cetro real;
has amado la justicia y odiado la impiedad:
por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido
con aceite de júbilo entre todos tus compañeros.

A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,
desde los palacios de marfiles te deleitan las arpas.
Hijas de reyes salen a tu encuentro,
de pie a tu derecha está la reina
enjoyada con oro de Ofir.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Eres el más bello de los hombres, en tus labios se derrama la gracia.

Ant 2. Llega el esposo, salid a recibirlo.

Salmo 44 II

Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna:
prendado está el rey de tu belleza,
póstrate ante él, que él es tu señor.
La ciudad de Tiro viene con regalos,
los pueblos más ricos buscan tu favor.

Ya entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,
la siguen sus compañeras:
las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.

«A cambio de tus padres tendrás hijos,
que nombrarás príncipes por toda la tierra.»

Quiero hacer memorable tu nombre
por generaciones y generaciones,
y los pueblos te alabarán
por los siglos de los siglos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Llega el esposo, salid a recibirlo.

Ant 3. Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento culminante.

Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento culminante.

LECTURA BREVE   1Ts 2, 13

Nosotros continuamente damos gracias a Dios; porque habiendo recibido la palabra de Dios predicada por nosotros, la acogisteis, no como palabra humana, sino - como es en realidad- como palabra de Dios, que ejerce su acción en vosotros, los creyentes.

RESPONSORIO BREVE

V. 
Suba, Señor, a ti mi oración.
R. Suba, Señor, a ti mi oración.

V. Como incienso en tu presencia.
R. A ti mi oración.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Suba, Señor, a ti mi oración.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. 
Proclame mi alma tu grandeza, Dios mío.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

+Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Proclame mi alma tu grandeza, Dios mío.

PRECES

Alabemos a Cristo, que ama a la Iglesia y le da alimento y calor, y roguémosle confiados diciendo:

Atiende, Señor, los deseos de tu pueblo.

Haz, Señor, que todos los hombres se salven
y lleguen al conocimiento de la verdad.

Guarda con tu protección al papa Francisco y a nuestro obispo 
N.,
ayúdalos con el poder de tu brazo.

Ten compasión de los que no encuentran trabajo
y haz que consigan un empleo digno y estable.

Señor, sé refugio de los oprimidos
y protégelos en todas sus necesidades.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Te pedimos por el eterno descanso de los que durante su vida ejercieron el ministerio para el bien de tu iglesia:
que también te celebren eternamente en tu reino.

Fieles a la recomendación del Salvador nos atrevemos a decir:

Padre nuestro...

ORACION

Dios todopoderoso y eterno, que has querido asistirnos en el trabajo que nosotros, tus siervos inútiles, hemos realizado hoy, te pedimos que, al llegar al término de este día, acojas benignamente nuestro sacrificio vespertino de acción de gracias y recibas con bondad la alabanza que te dirigimos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

V. 
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

 

LAS LECTURAS DEL LUNES 7 DE JUNIO 2021


 

*Lecturas de la 10ª Semana del Tiempo Ordinario Ciclo B*

Lunes, 7 de junio de 2021

Primera lectura

Comienzo de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (1,1-7):

Pablo, apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, y el hermano Timoteo, a la Iglesia de Dios que está en Corinto y a todos los santos que residen en toda Acaya: os deseamos la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo. ¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y Dios del consuelo! Él nos alienta en nuestras luchas hasta el punto de poder nosotros alentar a los demás en cualquier lucha, repartiendo con ellos el ánimo que nosotros recibimos de Dios. Si los sufrimientos de Cristo rebosan sobre nosotros, gracias a Cristo rebosa en proporción nuestro ánimo. Si nos toca luchar, es para vuestro aliento y salvación; si recibimos aliento, es para comunicaros un aliento con el que podáis aguantar los mismos sufrimientos que padecemos nosotros. Nos dais firmes motivos de esperanza, pues sabemos que si sois compañeros en el sufrir, también lo sois en el buen ánimo.

Palabra de Dios

 

Salmo

Sal 33,2-3.4-5.6-7.8-9

R/.
 Gustad y ved qué bueno es el Señor

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloria en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R/.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor,
él lo escucha y lo salva de sus angustias. R/.

El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R/.

 

*Lecturas de la 10ª Semana del Tiempo Ordinario Ciclo B*

Lunes, 7 de junio de 2021

Evangelio

*Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,1-12)*

Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron.
Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.»

Palabra del Señor

 

*(Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios)*.

 

*Ciento que esta palabra me quiere decir: Que si mi corazón está limpio tengo muchas posibilidades de ver al Señor. Muchas cosas de este mundo están sufriendo, porque no quieren que mi corazón este limpio y por eso siempre me ofrecerán lo que sea, para que mi corazón se ensucie. Trataran de que mis ojos vean lo malo como bueno y lo bueno como malo. Todas esas cosas tienen la misión de seducirme y arrastrarme, al pecado. Pero la buena noticia para mí, es que el Señor, me muestra claramente los beneficio que puedo obtener si mi corazón permanece y se mantiene limpio. Ser limpio de corazón me hace ser una persona libre, sin ataduras, ni miedo, y lo más importante el gran premio de ver al Señor*.

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.