Musica Para el Alma
jueves, 18 de septiembre de 2025
LUCAS 8,1-3 CICLO C
Lecturas
del Viernes de la XXIV Semana del Tiempo Ordinario
19 Sep 2025
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Lucas (8,1-3)*
En aquel tiempo, Jesús
iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, predicando el
Evangelio del reino de Dios; lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que
él había curado de malos espíritus y enfermedades: María la Magdalena, de la
que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes;
Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes.
Palabra del Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
(Jesús iba caminando de
ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio del reino de Dios).
*Jesús siempre está en camino
buscando por todos los lugares, de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo, a las
personas que quieran recibirlo, para él, entregarle una vida con capacidad de
amar y perdonar. Jesús me está invitando a que sea parte del grupo que le
acompañan en esa misio de anunciar la Gloria del Padre y la salvación de las
almas. Para esta en el grupo que acompaña a Jesús tengo primero que abrir mi corazón
a él, para que entre en mi y saque todo aquello que hay dañado y sucio dentro
de mi vida. Que hermosa esta palabra, (Las mujeres que
acompañaban y le ayudaban a Jesús) Las mujeres son más cercanas al corazón de Jesús,
desde antiguo y hasta el día de hoy; son fieles colaboradoras con la misión de
la evangelización, y son más desprendidas con sus bienes y con su tiempo de oración.
Señor por amor a esas santas mujeres, regálame el don de la humildad y la
oportunidad de hacer tu voluntad*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAUDES Y VISPERAS DEL VIERNES 19
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar
este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
Laudes - VIERNES XXIV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO 2025
19 de septiembre de 2025.
Invitatorio
V. Señor,
ábreme los labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
Antifona: El Señor es bueno, bendecid su nombre.
Salmo 94
Invitación a la alabanza divina
Animaos los unos a los otros, día tras día, mientras dure este «hoy».
(Hb 3,13)
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
(Se repite la antífona)
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
(Se repite la antífona)
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
(Se repite la antífona)
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.
(Se repite la antífona)
Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
“Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso.”»
(Se repite la antífona)
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
(Se repite la antífona)
Himno
Eres la luz y siembras claridades;
abres los anchos cielos, que sostiene
como columna el brazo de tu Padre.
Arrebatada en rojos torbellinos,
el alba apaga estrellas lejanísimas;
la tierra se estremece de rocío.
Mientras la noche cede y se disuelve,
la estrella matinal, signo de Cristo,
levanta el nuevo día y lo establece.
Eres la luz total, día del día,
el Uno en todo, el Trino todo en Uno:
¡gloria a tu misteriosa teofanía! Amén.
Salmodia
Antífona 1: Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu
firme.
Salmo 50
Misericordia, Dios mío
Renovaos en la mente y en el espíritu y vestíos de la nueva condición
humana. (Ef 4,23-24)
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente.
Mira, en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
Oh, Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios, Salvador mío,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
Antífona 2: Alégrate, Jerusalén, porque en ti se reunirán todos los pueblos.
Tb 13,10-13.15.16b-17a
Acción de gracias por la liberación del
pueblo
Me enseñó la ciudad santa, Jerusalén, que traía la gloria de Dios. (Ap
21,10.11)
Que todos alaben al Señor
y le den gracias en Jerusalén.
Jerusalén, ciudad santa,
él te castigó por las obras de tus hijos,
pero volverá a apiadarse del pueblo justo.
Da gracias al Señor como es debido
y bendice al rey de los siglos,
para que su templo
sea reconstruido con júbilo,
para que él alegre en ti
a todos los desterrados,
y ame en ti a todos los desgraciados,
por los siglos de los siglos.
Una luz esplendente iluminará
a todas las regiones de la tierra.
Vendrán a ti de lejos muchos pueblos,
y los habitantes del confín de la tierra
vendrán a visitar al Señor, tu Dios,
con ofrendas para el rey del cielo.
Generaciones sin fin
cantarán vítores en tu recinto,
y el nombre de la elegida
durará para siempre.
Saldrás entonces con júbilo
al encuentro del pueblo justo,
porque todos se reunirán
para bendecir al Señor del mundo.
Dichosos los que te aman,
dichosos los que te desean la paz.
Bendice, alma mía, al Señor,
al rey soberano,
porque Jerusalén será reconstruida,
y, allí, su templo para siempre.
Antífona 3: Sión, alaba a tu Dios, que envía su mensaje a la tierra.
Salmo 147,12-20
Acción de gracias por la restauración de
Jerusalén
Ven acá, voy a mostrarte a la novia, a la esposa del Cordero (Ap 21,9)
Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;
hace caer el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.
Lectura Breve
Ga 2,19b-20
Estoy crucificado con Cristo: vivo yo, pero no soy
yo, es Cristo quien vive en mí. Y, mientras vivo en esta carne, vivo de la fe
en el Hijo de Dios, que me amó hasta entregarse por mí.
Responsorio Breve
R. Invoco
al Dios Altísimo, * Al Dios que hace tanto por mí. Invoco.
V. Desde el cielo me enviará la salvación. * Al Dios que hace tanto
por mí. Gloria al Padre. Invoco.
Primera Lectura
Del libro del profeta Oseas 14, 2-10
LLAMAMIENTO A LA CONVERSIÓN, PROMESA DE SALUD
Esto dice el Señor:
«Israel, conviértete al Señor tu Dios, pues por tu pecado has sucumbido.
Preparad vuestro discurso, volved al Señor y decidle: "Perdona del todo la
iniquidad, recibe benévolo el sacrificio de nuestros labios. No nos salvará
Asiria, no montaremos ya a caballo, no volveremos a llamar Dios a la obra de nuestras
manos. En ti encuentra piedad el huérfano."
Yo curaré sus extravíos, los amaré con largueza, mi cólera se apartará de
ellos. Seré para Israel como rocío, florecerá como azucena, arraigará sus
raíces como el Líbano. Brotarán sus vástagos, será su esplendor como un olivo,
su aroma como el Líbano.
Volverán a descansar a mi sombra, harán brotar el trigo, florecerán como la
viña; será su fama como la del vino del Líbano. Efraín, ¿qué te importan ya los
ídolos? Yo lo atiendo y lo miro: yo soy como un ciprés siempre verde, de mí
proceden tus frutos.
¿Quién es el sabio que lo comprenda, el prudente que lo entienda? Rectos son
los caminos del Señor: los justos andan por ellos, mas los pecadores en ellos
tropiezan.»
Responsorio Os 14, 5;
J1 3, 21
R. Yo
curaré sus extravíos, los amaré con largueza, * y mi cólera se apartará de ellos.
V. Yo vengaré su sangre, no quedará impune; el Señor establecerá su
morada en Sión.
R. Y mi cólera se apartará de ellos.
Segunda Lectura
Del sermón de san Agustín, obispo, sobre los pastores
(Sermón 46,10-I 1: CCL. 41, 536-538)
PREPÁRATE PARA LAS PRUEBAS
Ya habéis oído lo que los malos pastores aman. Ved
ahora lo que descuidan. No fortalecéis a las débiles, ni curáis a las enfermas,
ni vendáis a las heridas, es decir, a las que sufren; no recogéis a las
descarriadas, ni buscáis a las perdidas; y maltratáis brutalmente a las
fuertes, destrozándolas y llevándolas a la muerte. Decir que una oveja ha
enfermado quiere significar que su corazón es débil de tal manera que puede
ceder ante las tentaciones en cuanto sobrevengan y la sorprendan desprevenida.
El pastor negligente, cuando recibe en la fe a
alguna de estas ovejas débiles, no le dice: Hijo mío, cuando te acerques al
temor de Dios, prepárate para las pruebas; mantén el corazón firme, sé
valiente. Porque quien dice tales cosas, ya está confortando al débil, ya está
fortaleciéndole, de forma que, al abrazar la fe, dejará de esperar en las
prosperidades de este siglo. Ya que, si se le induce a esperar en la prosperidad,
esta misma prosperidad será la que le corrompa; y, cuando sobrevengan las
adversidades, lo derribarán y hasta acabarán con él. Así, pues, el que de esa
manera lo edifica, no lo edifica sobre piedra, sino sobre arena.
Y la roca era Cristo. Los cristianos tienen que imitar los sufrimientos de
Cristo, y no tratar de alcanzar los placeres. Se conforta a un pusilánime cuando
se le dice: "Aguarda las tentaciones de este siglo, que de todas ellas te
librará el Señor, si tu corazón no se aparta lejos de él. Porque precisamente
para fortalecer tu corazón vino él a sufrir, vino él a morir, a ser escupido y
coronado de espinas, a escuchar oprobios, a ser, por último, clavado en una
cruz. Todo esto lo hizo él por ti, mientras que tú no has sido capaz de hacer
nada, no ya por él, sino por ti mismo."
¿Y cómo definir a los que, por temor de
escandalizar a aquellos a los que se dirigen, no sólo no los preparan para las
tentaciones inminentes, sino que incluso les prometen la felicidad en este
mundo, siendo así que Dios mismo no la prometió? Dios predice al mismo mundo
que vendrán sobre él trabajos y más trabajos hasta el final, ¿y quieres tú que
el cristiano se vea libre de ellos? Precisamente por ser cristiano tendrá que
pasar más trabajos en este mundo.
Lo dice el Apóstol: Todo el que se proponga vivir
piadosamente en Cristo será perseguido. Y tú, pastor que tratas de buscar tu
interés en vez del de Cristo, por más que aquél diga: Todo el que se proponga
vivir piadosamente en Cristo será perseguido, tú insistes en decir: "Si
vives piadosamente en Cristo, abundarás en toda clase de bienes. Y, si no
tienes hijos, los engendrarás y sacarás adelante a todos, y ninguno se te morirá."
¿Es ésta tu manera de edificar? Mira lo que haces, y dónde construyes. Aquel a quien
tú levantas está sobre arena. Cuando vengan las lluvias y los aguaceros, cuando
sople el viento harán fuerza sobre su casa, se derrumbará, y su ruina será
total.
Sácalo de la arena, ponlo sobre la roca; aquel que tú deseas que sea cristiano,
que se apoye en Cristo. Que piense en los inmerecidos tormentos de Cristo, que
piense en Cristo, pagando sin pecado lo que otros cometieron, que escuche la
Escritura que le dice: El Señor castiga a sus hijos preferidos. Que se prepare
a ser castigado, o que renuncie a ser hijo preferido.
Responsorio 1 Ts 2, 4.
3
R. Así
como hemos sido juzgados aptos por Dios para confiarnos el Evangelio, así lo predicamos.* No
buscamos agradar a los hombres, sino a Dios.
V. Nuestra exhortación no procede del error, ni de la impureza, ni
con engaño.
R. No buscamos agradar a los hombres, sino a Dios.
Lecturas del Viernes de la XXIV
Semana del Tiempo Ordinario
19
Sep 2025
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas (8,1-3)*
En
aquel tiempo, Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo,
predicando el Evangelio del reino de Dios; lo acompañaban los Doce y algunas
mujeres que él había curado de malos espíritus y enfermedades: María la
Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa,
intendente de Herodes; Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes.
Palabra
del Señor
Canto Evangélico
Antifona: Por
la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el Sol que nace de lo
alto.
Benedictus Lc 1, 68-79
El Mesías y su precursor
+ Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Preces
Confiados en Dios, que cuida con solicitud de todos
los que ha creado y redimido con la sangre de su Hijo, invoquémosle, diciendo:
'Escucha, Señor, y ten piedad'.
Dios misericordioso, asegura nuestros pasos en el camino de la verdadera
santidad, —y haz que busquemos siempre todo lo que es verdadero, justo y
amable.
Por el honor de tu nombre, no nos desampares para siempre, —no rompas tu
alianza, Señor.
Acepta nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde, —porque los que en
ti confían no quedan defraudados.
Tú que has querido que participáramos en la misión profética de Cristo, —haz
que proclamemos ante el mundo tus hazañas.
Dirijámonos al Padre con las mismas palabras que nos enseñó el Señor: Padre
nuestro.
Padre Nuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en tentación,
y líbranos del mal.
Oración
Oremos:
Te pedimos, Señor, tu gracia abundante, para que
nos ayude a seguir el camino de tus mandatos, y así gocemos de tu consuelo en
esta vida y alcancemos la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por
los siglos de los siglos.
Amén.
Conclusión
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Vísperas - VIERNES XXIV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO 2025
19 de septiembre de 2025.
Invitatorio
Vísperas
Invocación
V. Dios
mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno
Te damos gracias, Señor,
porque has depuesto la ira
y has detenido ante el pueblo
la mano que lo castiga.
Tú eres el Dios que nos salva,
la luz que nos ilumina,
la mano que nos sostiene
y el techo que nos cobija.
Y sacaremos con gozo
del manantial de la Vida
las aguas que dan al hombre
la fuerza que resucita.
Entonces proclamaremos:
"¡Cantadle con alegría!
¡El nombre de Dios es grande;
su caridad, infinita!
¡Que alabe al Señor la tierra!
Contadle sus maravillas.
¡Qué grande, en medio del pueblo,
el Dios que nos justifica!". Amén.
Salmodia
Antífona 1: Día tras día, te bendeciré, Señor, y narraré tus maravillas.
Salmo 144,1-13a
Himno a la grandeza de Dios
Tú,
Señor, el que eras y eres, el Santo, eres justo. (Ap 16,5)
Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;
bendeciré tu nombre por siempre jamás.
Día tras día te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza;
una generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta tus hazañas.
Alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas;
encarecen ellos tus temibles proezas,
y yo narro tus grandes acciones;
difunden la memoria de tu inmensa bondad,
y aclaman tus victorias.
El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas;
explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad.
Antífona 2: Los ojos de todos te están aguardando, Señor; tú estás cerca de los que
te invocan.
Salmo 144,13b-21
El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan.
Los ojos de todos te están aguardando,
tú les das la comida a su tiempo;
abres tú la mano,
y sacias de favores a todo viviente.
El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente.
Satisface los deseos de sus fieles,
escucha sus gritos, y los salva.
El Señor guarda a los que lo aman,
pero destruye a los malvados.
Pronuncie mi boca la alabanza del Señor,
todo viviente bendiga su santo nombre
por siempre jamás.
Antífona 3: Justos y verdaderos son tus caminos, ¡oh Rey de los siglos!
Ap 15,3-4
Himno de adoración
Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.
Lectura Breve
Rm 8,1-2
Ahora no pesa condena alguna sobre los que están unidos
a Cristo Jesús, pues, por la unión con Cristo Jesús, la ley del Espíritu de
vida me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Responsorio Breve
R. Cristo
murió por los pecados, * Para conducirnos a Dios. Cristo.
V. Como era hombre, lo mataron; pero, como poseía el Espíritu, fue
devuelto a la vida. * Para conducirnos a Dios. Gloria al Padre. Cristo.
Canto Evangélico
Antifona: Acuérdate
de tu misericordia, Señor, como lo habías prometido a nuestros padres.
Magnificat Lc 1, 46-55
Alegría del alma en el Señor
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Preces
Invoquemos a Cristo, en quien confían los que
conocen su nombre, diciendo:
'Señor, ten piedad'.
Señor Jesucristo, consuelo de los humildes, —dígnate sostener con tu gracia nuestra
fragilidad, siempre inclinada al pecado.
Que los que por nuestra debilidad estamos inclinados al mal —por tu
misericordia obtengamos el perdón.
Señor, a quien ofende el pecado y aplaca la penitencia, —aparta de nosotros el
azote de tu ira, merecido por nuestros pecados.
Tú que perdonaste a la mujer arrepentida y cargaste sobre los hombros la oveja
descarriada, —no apartes de nosotros tu misericordia.
Tú que por nosotros aceptaste el suplicio de la cruz, —abre las puertas del
cielo a todos los difuntos que en ti confiaron.
Siguiendo las enseñanzas de Jesucristo, digamos al Padre celestial: Padre
nuestro.
Padre Nuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en tentación,
y líbranos del mal.
Oración
Dios omnipotente y eterno, que quisiste que tu Hijo
sufriese por la salvación de todos, haz que, inflamados en tu amor, sepamos
ofrecernos a ti como hostia viva. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos
de los siglos.
Amén.
Conclusión
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL VIERNES 19 DE SEPTIEMBRE 2025
Lecturas del Viernes de la XXIV
Semana del Tiempo Ordinario
19 Sep 2025
Primera Lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo
(6,2c-12):
Esto es lo que tienes que enseñar y recomendar.
Si alguno enseña otra cosa distinta, sin atenerse a las sanas palabras de
nuestro Señor Jesucristo y a la doctrina que armoniza con la piedad, es un
orgulloso y un ignorante, que padece la enfermedad de plantear cuestiones
inútiles y discutir atendiendo sólo a las palabras. Esto provoca envidias,
polémicas, difamaciones, sospechas maliciosas, controversias propias de
personas tocadas de la cabeza, sin el sentido de la verdad, que se han creído
que la piedad es un medio de lucro. Es verdad que la piedad es una ganancia,
cuando uno se contenta con poco. Sin nada vinimos al mundo, y sin nada nos
iremos de él. Teniendo qué comer y qué vestir nos basta. En cambio, los que
buscan riquezas caen en tentaciones, trampas y mil afanes absurdos y nocivos,
que hunden a los hombres en la perdición y la ruina. Porque la codicia es la
raíz de todos los males, y muchos, arrastrados por ella, se han apartado de la
fe y se han acarreado muchos sufrimientos. Tú, en cambio, hombre de Dios, huye
de todo esto; practica la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la
delicadeza. Combate el buen combate de la fe. Conquista la vida eterna a la que
fuiste llamado, y de la que hiciste noble profesión ante muchos testigos.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 48
R/. Dichosos los pobres en el
espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos
¿Por qué habré de temer los días aciagos,
cuando me cerquen y acechen los malvados,
que confían en su opulencia
y se jactan de sus inmensas riquezas,
si nadie puede salvarse ni dar a Dios un rescate? R/.
Es tan caro el rescate de la vida,
que nunca les bastará
para vivir perpetuamente
sin bajar a la fosa. R/.
No te preocupes si se enriquece un hombre
y aumenta el fasto de su casa:
cuando muera, no se llevará nada,
su fasto no bajará con él. R/.
Aunque en vida se felicitaba:
«Ponderan lo bien que lo pasas»,
irá a reunirse con sus antepasados,
que no verán nunca la luz. R/
Lecturas
del Viernes de la XXIV Semana del Tiempo Ordinario
19 Sep 2025
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Lucas (8,1-3)*
En aquel tiempo, Jesús
iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, predicando el
Evangelio del reino de Dios; lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que
él había curado de malos espíritus y enfermedades: María la Magdalena, de la
que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes;
Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes.
Palabra del Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
(Jesús iba caminando de
ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio del reino de Dios).
*Jesús siempre está en camino
buscando por todos los lugares, de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo, a las
personas que quieran recibirlo, para él, entregarle una vida con capacidad de
amar y perdonar. Jesús me está invitando a que sea parte del grupo que le
acompañan en esa misio de anunciar la Gloria del Padre y la salvación de las
almas. Para esta en el grupo que acompaña a Jesús tengo primero que abrir mi corazón
a él, para que entre en mi y saque todo aquello que hay dañado y sucio dentro
de mi vida. Que hermosa esta palabra, (Las mujeres que
acompañaban y le ayudaban a Jesús) Las mujeres son más cercanas al corazón de Jesús,
desde antiguo y hasta el día de hoy; son fieles colaboradoras con la misión de
la evangelización, y son más desprendidas con sus bienes y con su tiempo de oración.
Señor por amor a esas santas mujeres, regálame el don de la humildad y la
oportunidad de hacer tu voluntad*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.