Musica Para el Alma
martes, 18 de abril de 2023
JUAN 3,16-21 CICLO A
*Lecturas del Miércoles de
la 2ª semana de Pascua*
Miércoles,
19 de abril de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Juan (3,16-21)*
Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree
en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha
creído en el nombre del Unigénito de Dios.
Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la
tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal
detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.
En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus
obras están hechas según Dios.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
(Tanto
amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él
no perezca, sino que tenga vida eterna)
*Ha
sido dicho que, si todos los Evangelios se perdieran, excepto el primer verso
de este pasaje, tendríamos suficiente para sobrevivir. ‘¡Dios amó tanto al
mundo que entregó a su único Hijo!’ Este es el centro de la Buena Nueva, y yo
debo estar eternamente agradecido por ello. Otra
forma de sumarle al Nuevo Testamento es con la pequeña palabra ‘Por’. Dios está
totalmente ‘Por’ nosotros, y nos pide que estemos totalmente ‘Por’ él y ‘Por’
los demás. No hay ataduras ni restricciones al amor incondicional de Dios. Ni
debe haber ataduras o restricciones en el nivel de mi amor*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL MIERCOLES 19
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
MIERCOLES
SEMANA II DE PASCUA
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVOCACIÓN
INICIAL
V. Señor abre
mis labios
R. Y mi boca
proclamará tu alabanza
INVITATORIO
Ant.
Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Salmo 94
INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
Himno:
GLORIOSA AURORA DE ESTE NUEVO DÍA
Gloriosa aurora de este nuevo día,
despierta en nuestras almas la alegría
de ver nuestro Señor glorificado,
vencidos ya la muerte y el pecado.
Jesús llena de luz el mundo entero;
de cuantos vivirán, él el primero
entró en la luz de eternas claridades,
glorioso ya sin fin de eternidades.
Torrente de alegría, salte y fluya
el grito jubiloso de aleluya,
los hombres y los pueblos lo repitan,
sus vidas en el Cristo resucitan.
Jesús, presente y vivo en tus hermanos,
acoge nuestras manos en tus manos,
conduce el caminar de nuestras vidas
por sendas de vivir ya redimidas.
Recibe, Padre santo, la alabanza
del pueblo que te aclama en la esperanza
de ser junto a tu Hijo eternamente
reunido por tu Espíritu clemente. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Te vio
el mar, ¡oh Dios!, te vio el mar mientras guiabas a tu pueblo por las aguas
caudalosas. Aleluya.
Salmo 76 -
RECUERDO DEL PASADO GLORIOSO DE ISRAEL.
Alzo mi voz a Dios gritando,
Alzo mi voz a Dios para que me oiga.
En mi angustia te busco, Señor mío;
de noche extiendo las manos sin descanso,
y mi alma rehúsa el consuelo.
Cuando me acuerdo de Dios, gimo,
y meditando me siento desfallecer.
Sujetas los párpados de mis ojos,
y la agitación no me deja hablar.
Repaso los días antiguos,
recuerdo los años remotos;
de noche lo pienso en mis adentros,
y meditándolo me pregunto:
¿Es que el Señor nos rechaza para siempre
y ya no volverá a favorecernos?
¿Se ha agotado ya su misericordia,
se ha terminado para siempre su promesa?
¿Es que Dios se ha olvidado de su bondad,
o la cólera cierra sus entrañas?
Y me digo: ¡Qué pena la mía!
¡Se ha cambiado la diestra del Altísimo!
Recuerdo las proezas del Señor;
sí, recuerdo tus antiguos portentos,
medito todas tus obras
y considero tus hazañas.
Dios mío, tus caminos son santos:
¿qué dios es grande como nuestro Dios?
Tú, ¡oh Dios!, haciendo maravillas,
mostraste tu poder a los pueblos;
con tu brazo rescataste a tu pueblo,
a los hijos de Jacob y de José.
Te vio el mar, ¡oh Dios!,
te vio el mar y tembló,
las olas se estremecieron.
Las nubes descargaban sus aguas,
retumbaban los nubarrones,
tus saetas zigzagueaban.
Rodaba el fragor de tu trueno,
los relámpagos deslumbraban el orbe,
la tierra retembló estremecida.
Tú te abriste camino por las aguas,
un vado por las aguas caudalosas,
y no quedaba rastro de tus huellas:
mientras guiabas a tu pueblo, como a un rebaño,
por la mano de Moisés y de Aarón.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant. Te vio
el mar, ¡oh Dios!, te vio el mar mientras guiabas a tu pueblo por las aguas
caudalosas. Aleluya.
Ant 2. El
Señor da la muerte y la vida. Aleluya.
Cántico:
ALEGRIA DE LOS HUMILDES EN DIOS 1S 2,1-10
Mi corazón se regocija por el Señor,
mi poder se exalta por Dios;
mi boca se ríe de mis enemigos,
porque gozo con tu salvación.
No hay santo como el Señor,
no hay roca como nuestro Dios.
No multipliquéis discursos altivos,
no echéis por la boca arrogancias,
porque el Señor es un Dios que sabe;
él es quien pesa las acciones.
Se rompen los arcos de los valientes,
mientras los cobardes se ciñen de valor;
los hartos se contratan por el pan,
mientras los hambrientos no tienen ya que trabajar;
la mujer estéril da a luz siete hijos,
mientras la madre de muchos se marchita.
El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el abismo y levanta;
da la pobreza y la riqueza,
humilla y enaltece.
Él levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre príncipes
y que herede un trono de gloria;
pues del Señor son los pilares de la tierra,
y sobre ellos afianzó el orbe.
Él guarda los pasos de sus amigos,
mientras los malvados perecen en las tinieblas,
porque el hombre no triunfa por su fuerza.
El Señor desbarata a sus contrarios,
el Altísimo truena desde el cielo,
el Señor juzga hasta el confín de la tierra.
él da fuerza a su Rey,
exalta el poder de su Ungido.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant. El Señor
da la muerte y la vida. Aleluya.
Ant 3.
Amanece la luz para el justo y la alegría para los rectos de corazón. Aleluya.
Salmo 96 - EL
SEÑOR ES UN REY MAYOR QUE TODOS LOS DIOSES.
El Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
Tiniebla y nube lo rodean,
justicia y derecho sostienen su trono.
Delante de él avanza fuego
abrasando en torno a los enemigos;
sus relámpagos deslumbran el orbe,
y, viéndolos, la tierra se estremece.
Los montes se derriten como cera
ante el dueño de toda la tierra;
los cielos pregonan su justicia,
y todos los pueblos contemplan su gloria.
Los que adoran estatuas se sonrojan,
los que ponen su orgullo en los ídolos;
ante él se postran todos los dioses.
Lo oye Sión, y se alegra,
se regocijan las ciudades de Judá
por tus sentencias, Señor;
porque tú eres, Señor,
altísimo sobre toda la tierra,
encumbrado sobre todos los dioses.
El Señor ama al que aborrece el mal,
protege la vida de sus fieles
y los libra de los malvados.
Amanece la luz para el justo,
y la alegría para los rectos de corazón.
Alegraos, justos, con el Señor,
celebrad su santo nombre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant. Amanece la luz para el justo y la alegría para los rectos de
corazón. Aleluya.
LECTURA
BREVE Rm 6, 8-11
Si verdaderamente hemos muerto con Cristo, tenemos fe de que
también viviremos con él, pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre
los muertos, ya no muere; la muerte no tiene ya poder sobre él. Su muerte fue
un morir al pecado de una vez para siempre, mas su vida es un vivir para Dios.
Así también, considerad vosotros que estáis muertos al pecado, pero que vivís
para Dios en unión con Cristo Jesús.
RESPONSORIO
BREVE
V. El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
R. El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
V. El que por nosotros colgó del madero.
R. Aleluya, aleluya.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
V. Dios resucitó a Cristo de entre los muertos.
Aleluya.
R. Para que nuestra fe y esperanza se centren en
Dios. Aleluya.
PRIMERA
LECTURA AÑO (I)
Del libro del Apocalipsis 2, 12-29
EXHORTACIÓN A LAS IGLESIAS DE PÉRGAMO y TIATIRA
Yo, Juan, oí que el Señor me decía:
«Escribe al ángel de la Iglesia de Pérgamo:
"Esto dice el que tiene la espada aguda, la de dos filos: Sé dónde
habitas, como que vives donde está el trono de Satanás. Sé que te mantienes
firme en mi nombre y que no renegaste de mi fe ni siquiera en los días en que
Antipas, mi fiel testigo, fue muerto entre vosotros, ahí donde habita Satanás.
Pero tengo algo contra ti: Toleras ahí a seguidores de la doctrina de Balaam,
el que inducía a Balac a poner tropiezos ante los hijos de Israel, a que
comiesen lo inmolado a los ídolos y a que fornicasen.
Así también toleras tú a quienes siguen la doctrina de los nicolaítas.
Arrepiéntete, pues. Si no, mira que iré en seguida hacia ti y lucharé contra
ellos con la espada de mi boca.
El que tenga oídos oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias: Al vencedor le
daré del maná escondido y una piedrecita blanca con un nombre nuevo escrito en
ella, que nadie conoce sino aquel que lo recibe."»
Y al ángel de la Iglesia de Tiatira escribe:
"Esto dice el Hijo de Dios, el que tiene sus ojos como llamas de fuego y
sus pies semejantes al bronce:
Conozco tus obras, tu caridad y fidelidad, tus servicios y tu constancia en
esperarme y tus últimas obras que superan a las primeras. Pero tengo algo
contra ti: Que toleras a Jezabel, esa mujer que se dice a sí misma profetisa,
que extravía con su doctrina a mis siervos para que forniquen y coman de lo
ofrecido a los ídolos. Yo le he dado tiempo para arrepentirse; pero no quiere
arrepentirse de su prostitución. Voy a postrarla en el lecho del dolor, y a los
que adulteran con ella los sumergiré en una gran tribulación, si no se
arrepienten de sus obras. Y a sus hijos los haré morir sin piedad. Así
conocerán todas las Iglesias que yo soy quien escudriña las entrañas y los
corazones, y el que os dará a cada uno según sus obras.
Pero a los demás que quedáis en Tiatira, a los que no seguís semejante
doctrina, a los que no conocisteis las profundidades de Satanás, como dicen
ellos, yo os digo: No arrojaré sobre vosotros otra carga. Mantened sólo la que
tenéis, hasta que yo vaya.
Y al que salga vencedor y me sea fiel hasta el fin le daré potestad sobre las
naciones, y las gobernará con cetro de hierro, como se quiebran los jarros de
loza, así como he recibido yo de mi Padre esta potestad, y le daré, además, el
lucero del alba. El que tenga oídos oiga lo que el Espíritu dice a las
Iglesias."»
RESPONSORIO Ap 2, 18. 23; 22, 12a
R. Esto dice el Hijo de Dios, el que tiene sus
ojos como llamas de fuego: «Yo soy quien escudriña las entrañas y los
corazones, * y daré a cada uno según sus
obras.» Aleluya.
V. Mira, llego en seguida y traigo conmigo mi
salario.
R. y daré a cada uno según sus obras. Aleluya.
SEGUNDA
LECTURA
De los
Sermones de san León Magno, papa
(Sermón 12
Sobre la pasión del Señor, 3, 6-7: PL 54, 355-357)
CRISTO VIVE
EN SU IGLESIA
No hay duda, amadísimos hermanos, que el Hijo de Dios, habiendo
tomado la naturaleza humana, se unió a ella tan íntimamente, que no sólo en
aquel hombre que es el primogénito de toda creatura, sino también en todos sus
santos, no hay más que un solo y único Cristo; y, del mismo modo que no puede
separarse la cabeza de los miembros, así tampoco los miembros pueden separarse
de la cabeza.
Aunque no pertenece a la vida presente, sino a la eterna, el que
Dios sea todo en todos, sin embargo, ya ahora, él habita de manera inseparable
en su templo, que es la Iglesia, tal como prometió él mismo con estas palabras:
Mirad, yo estaré siempre con vosotros hasta el fin del mundo.
Por tanto, todo lo que el Hijo de Dios hizo y enseñó con miras a
la reconciliación del mundo no sólo lo conocemos por el relato de sus hechos
pretéritos, sino que también lo experimentamos por la eficacia de sus obras
presentes.
Él mismo, nacido de la Virgen Madre por obra del Espíritu Santo,
es quien fecunda con el mismo Espíritu a su Iglesia incontaminada, para que,
mediante la regeneración bautismal, una multitud Innumerable de hijos sea
engendrada para Dios, de los cuales se afirma que traen su origen no de la
sangre ni del deseo carnal ni de la voluntad del hombre, sino del mismo Dios.
Es en él mismo en quien es bendecida la posteridad de Abraham por
la adopción del mundo entero, y en quien el patriarca se convierte en padre de
las naciones, cuando los hijos de la promesa nacen no de la carne, sino de la
fe.
Él mismo es quien, sin exceptuar pueblo alguno, constituye, de
cuantas naciones hay bajo el cielo, un solo rebaño de ovejas santas, cumpliendo
así día tras día lo que antes había prometido: Tengo otras ovejas que no son de
este redil; es necesario que las recoja, y oirán mi voz, para que se forme un
solo rebaño y un solo pastor.
Aunque dijo a Pedro, en su calidad de jefe: Apacienta mis ovejas,
en realidad es él solo, el Señor, quien dirige a todos los pastores en su
ministerio; y a los que se acercan a la piedra espiritual él los alimenta con
un pasto tan abundante y jugoso, que un número Incontable de ovejas,
fortalecidas por la abundancia de su amor, están dispuestas a morir por el
nombre de su pastor, como él, el buen Pastor, se dignó dar la propia vida por
sus ovejas.
Y no sólo la gloriosa fortaleza de los mártires, sino también la
fe de todos los que renacen en el bautismo, por el hecho mismo de su
regeneración, participan en sus sufrimientos.
Así es como celebramos de manera adecuada la Pascua del Señor, con
ázimos de pureza y de verdad: cuando, rechazando la antigua levadura de maldad,
la nueva creatura se embriaga y se alimenta del Señor en persona.
La participación del cuerpo y de la sangre del Señor, en efecto,
nos convierte en lo mismo que tomamos y hace que llevemos siempre en nosotros,
en el espíritu y en la carne, a aquel junto con el cual hemos muerto, bajado al
sepulcro y resucitado.
RESPONSORIO
Jn 10, 14; Ez 34, 11. 13
R. Yo soy el buen Pastor, * y conozco a mis ovejas y ellas me
conocen a mí. Aleluya.
V. Yo mismo buscaré mis ovejas y seguiré sus huellas, y las sacaré
de entre los pueblos y las apacentaré.
R. Yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. Aleluya.
*Lecturas del Miércoles de
la 2ª semana de Pascua*
Miércoles,
19 de abril de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Juan
(3,16-21)*
Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree
en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha
creído en el nombre del Unigénito de Dios.
Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la
tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal
detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.
En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus
obras están hechas según Dios.
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Tanto
amó Dios al mundo que le entregó su Hijo único, para que todo el que crea en él
no perezca, sino que tenga vida eterna. Aleluya.
Cántico de
Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant. Tanto amó Dios al mundo que le entregó su Hijo único, para
que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Aleluya.
PRECES
Dirijámonos a Dios, que quiso manifestar a Jesús resucitado a los
apóstoles, y digámosle suplicantes:
*Ilumínanos,
Señor, con la claridad de tu Cristo*.
Señor, fuente de toda luz, te aclamamos con acción de gracias en
esta mañana, porque nos has llamado a participar de tu luz admirable
y nos has querido dar la salvación.
Haz, Señor, que la fuerza del Espíritu Santo nos purifique y nos
fortalezca,
para que con nuestro trabajo hagamos más humana la vida de los
hombres.
Haz que nos entreguemos de tal modo al servicio de nuestros
hermanos,
que logremos hacer de la familia humana una ofrenda agradable a
tus ojos.
Llénanos, desde el principio de este nuevo día, de tu
misericordia,
para que en toda nuestra jornada nos gocemos en tu alabanza.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Concluyamos nuestra oración, diciendo juntos las palabras de
Jesús, nuestro maestro:
Padre
nuestro...
ORACION
Señor, al renovar en este año el recuerdo del misterio pascual,
que restituyó a la naturaleza humana en su primitiva dignidad y le trajo la
esperanza de la resurrección, te pedimos que nos enseñes a recibir con un amor
constante y fiel este misterio que con fe celebramos. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la
vida eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y
al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén. Aleluya.
Himno: HOY ROMPE LA CLAUSURA
Hoy rompe la clausura
del surco empedernido
el grano en él hundido
por nuestra mano dura;
y hoy da su flor primera
la rama sin pecado
del árbol mutilado
por nuestra mano fiera.
Hoy triunfa el buen Cordero
que, en esta tierra impía,
se dio con alegría
por el rebaño entero;
y hoy junta su extraviada
majada y la conduce
al sitio en que reluce
la luz resucitada.
Hoy surge, viva y fuerte,
segura y vencedora,
la Vida que hasta ahora
yacía en honda muerte;
y hoy alza del olvido
sin fondo y de la nada
al alma rescatada
y al mundo redimido. Amén.
SALMODIA
Ant 1. No se turbe vuestro corazón; tan sólo creed en mí. Aleluya.
Salmo 61 - DIOS, ÚNICA ESPERANZA DEL JUSTO.
Sólo en Dios descansa mi alma,
porque de él viene mi salvación;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.
¿Hasta cuándo arremeteréis contra un hombre
todos juntos, para derribarlo
como a una pared que cede
o a una tapia ruinosa?
Sólo piensan en derribarme de mi altura,
y se complacen en la mentira:
con la boca bendicen,
con el corazón maldicen.
Descansa sólo en Dios, alma mía,
porque él es mi esperanza;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.
De Dios viene mi salvación y mi gloria,
él es mi roca firme,
Dios es mi refugio.
Pueblo suyo, confiad en él,
desahogad ante él vuestro corazón,
que Dios es nuestro refugio.
Los hombres no son más que un soplo,
los nobles son apariencia:
todos juntos en la balanza subirían
más leves que un soplo.
No confiéis en la opresión,
no pongáis ilusiones en el robo;
y aunque crezcan vuestras riquezas,
no les deis el corazón.
Dios ha dicho una cosa,
y dos cosas que he escuchado:
«Que Dios tiene el poder
y el Señor tiene la gracia;
que tú pagas a cada uno
según sus obras.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant. No se turbe vuestro corazón; tan sólo creed en mí. Aleluya.
Ant 2. ¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos, que se alegren por tu
salvación. Aleluya.
Salmo 66 - QUE TODOS LOS PUEBLOS ALABEN AL SEÑOR.
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant. ¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos, que se alegren por tu
salvación. Aleluya.
Ant 3. Su resplandor eclipsa el cielo, la tierra se llena de su
alabanza. Aleluya.
Cántico: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA CREATURA Y PRIMER
RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS. Cf. Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda creatura;
pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz
con todos los seres, así del cielo como de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant. Su resplandor eclipsa el cielo, la tierra se llena de su
alabanza. Aleluya.
LECTURA BREVE Hb 7, 24-27
Jesús, como permanece para siempre, tiene un sacerdocio eterno. De
aquí que tiene poder para llevar a la salvación definitiva a cuantos por él se
vayan acercando a Dios, porque vive para siempre para interceder por ellos. Y
tal era precisamente el sumo sacerdote que nos convenía: santo, sin maldad, sin
mancha, excluido del número de los pecadores y exaltado más alto que los
cielos. No tiene necesidad, como los sumos sacerdotes, de ofrecer víctimas cada
día, primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo. Esto lo hizo
una vez por todas, ofreciéndose a sí mismo.
RESPONSORIO BREVE
V. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
R. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
V. Al ver al Señor.
R. Aleluya, aleluya.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El que obra la verdad viene a la luz y manifiesta que sus
obras han sido hechas según Dios. Aleluya.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant. El que obra la verdad viene a la luz y manifiesta que sus
obras han sido hechas según Dios. Aleluya.
PRECES
Imploremos a Dios Padre, que por la resurrección de su Hijo de
entre los muertos nos ha abierto el camino de la vida eterna, y digámosle:
Por la victoria de Cristo, salva, Señor, a tus redimidos.
Dios de nuestros padres, que has glorificado a tu Hijo Jesús,
resucitándolo de entre los muertos,
convierte nuestros corazones, para que vivamos la nueva vida de tu
Hijo resucitado.
Tú que nos has devuelto al Pastor y guardián de nuestras vidas,
cuando éramos ovejas descarriadas,
consérvanos en fidelidad a tu Evangelio, bajo la guía de los
obispos de tu Iglesia.
Tú que elegiste a los primeros discípulos de tu Hijo de entre el
pueblo de Israel,
revela a los hijos de este pueblo el cumplimiento de las promesas
que hiciste a sus padres.
Acuérdate, Señor, de los huérfanos, de las viudas, de los esposos
que viven separados y de todos nuestros hermanos abandonados,
y no permitas que vivan en la soledad los que fueron reconciliados
por la muerte de tu Hijo.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que llamaste a ti a Esteban, el cual confesó que Jesús estaba a
tu derecha,
recibe a nuestros hermanos difuntos que esperaron tu venida en la
fe y en el amor.
Digamos ahora todos juntos la oración que nos enseñó el mismo
Jesús:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, al renovar en este año el recuerdo del misterio pascual,
que restituyó a la naturaleza humana en su primitiva dignidad y le trajo la
esperanza de la resurrección, te pedimos que nos enseñes a recibir con un amor
constante y fiel este misterio que con fe celebramos. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la
vida eterna.
R. Amén.
COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y
al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén. Aleluya.
EXAMEN DE CONCIENCIA
Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos
ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone
nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Himno: EN TI, SEÑOR, REPOSAN NUESTRAS VIDAS
En ti, Señor, reposan nuestras vidas
en el descanso santo de la noche;
tú nos preparas para la alborada
y en el Espíritu Santo nos acoges.
En apartadas y lejanas tierras
el sol ha despertado las ciudades;
amigo de los hombres, ve sus penas
y ensancha de tu amor los manantiales.
Vencedor de la muerte y de las sombras,
Hijo eterno de Dios, resucitado,
líbranos del peligro de la noche
al dormirnos confiados en tus brazos. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Aleluya, aleluya, aleluya.
Salmo 30 - SÚPLICA CONFIADA Y ACCIÓN DE GRACIAS.
A ti, Señor, me acojo:
no quede yo nunca defraudado;
tú, que eres justo, ponme a salvo,
inclina tu oído hacia mí;
ven aprisa a librarme,
sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú que eres mi roca y mi baluarte;
por tu nombre dirígeme y guíame:
sácame de la red que me han tendido,
porque tú eres mi amparo.
En tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
Salmo 129 - DESDE LO HONDO A TI GRITO, SEÑOR.
Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto.
Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
LECTURA BREVE Ef 4,26-27
No lleguéis a pecar; que la puesta del sol no os sorprenda en
vuestro enojo. No dejéis lugar al diablo.
RESPONSORIO BREVE
V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.
V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Aleluya, aleluya.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos,
para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya.
CÁNTICO DE SIMEÓN Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,
porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos,
para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya.
ORACION
OREMOS,
Señor Jesucristo, tú que eres manso y humilde de corazón ofreces a
los que vienen a ti un yugo llevadero y una carga ligera; dígnate, pues,
aceptar los deseos y las acciones del día que hemos terminado: que podamos
descansar durante la noche para que así, renovado nuestro cuerpo y nuestro
espíritu, perseveremos constantes en tu servicio. Tú que vives y reinas por los
siglos de los siglos.
Amén.
BENDICIÓN
V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una
santa muerte.
R. Amén.
ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN
Reina del cielo, alégrate, aleluya,
porque Cristo,
a quien llevaste en tu seno, aleluya,
ha resucitado, según su palabra, aleluya.
Ruega al Señor por nosotros, aleluya.