Musica Para el Alma
sábado, 5 de junio de 2021
EVANGELIO DE MARCOAS 3,20-35 CICLO B
*Lecturas del Domingo X del Tiempo Ordinario - Ciclo B*
Domingo, 6
de junio de 2021
Evangelio
*Lectura del santo Evangelio según san Marcos 3, 20-35*
En aquel tiempo, Jesús llegó a
casa con sus discípulos y de nuevo se juntó tanta gente que no los dejaban ni
comer. Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque se decía que
estaba fuera de sí.
Y los escribas que habían bajado de Jerusalén decían:
«Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los
demonios».
El los invitó a acercarse y les hablaba en parábolas:
«¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? Un reino dividido internamente no puede
subsistir; una familia dividida no puede subsistir. Si Satanás se rebela contra
sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido. Nadie puede
meterse en casa de un hombre forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no
lo ata; entonces podrá arramblar con la casa.
En verdad os digo, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y
cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no
tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre».
Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo.
Llegan su madre y sus hermanos y, desde fuera, lo mandaron llamar.
La gente que tenía sentada alrededor le dice:
«Mira, tu madre y tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan».
Él les pregunta:
«Quiénes son mi madre y mis hermanos?».
Y mirando a los que estaban sentados alrededor, dice:
«Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de Dios, ese es mi
hermano y mi hermana y mi madre».
Palabra del Señor.
(« ¿Quiénes son mi
madre y mis hermanos?») (El que cumple la voluntad de Dios, ése es
mi hermano y mi hermana y mi madre).
*Según esta palabra los familiares de Jesús son los que cumplen la
voluntad de Dios. Pero algo me llena de alegría y es que la mirada de Jesús, va
enfocada sobre todo el que desea escuchar sus palabras. Y el Señor me lanza una
invitación personal a que pueda ver con mis propios ojos que estoy llamado a
estar inscrito en el libro de la vida y a pertenecer de una manera especial al
albor genealógico del Jesús. El Señor de una manera muy particular me dice lo
fácil que es pertenecer a su familia, que todo depende de mí. Que no depende ni
de él, que todo de pende exclusivamente de mí. Tremenda sorpresa con esta
respuesta salida de los labios del Señor. Donde quiere incluirme a como dé
lugar dentro de su familia. Y lo único que me pide a cabio es que yo escuche su
palabra y la ponga en práctica. El más beneficiado en esta lectura de hoy soy
yo pertenecer a la familia de Jesús. Eso es a lo que yo llamo un milagro*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL DOMINGO 6. SAN NORBERTO, ARZOBISPO DE MAGDEBURGO, FUNDADOR
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*San Norberto,
Arzobispo de Magdeburgo, Fundador*
6 de Junio
DOMINGO SEMANA II
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Pueblo del Señor, rebaño que él guía, bendice a tu Dios. Aleluya.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Pueblo del Señor, rebaño que él guía, bendice a tu Dios. Aleluya.
Himno: CRISTO, EL SEÑOR
Cristo, el Señor,
como la primavera,
como una nueva aurora,
resucitó.
Cristo, nuestra Pascua,
es nuestro rescate,
nuestra salvación.
Es grano en la tierra,
muerto y florecido,
tierno pan de amor.
Se rompió el sepulcro,
se movió la roca,
y el fruto brotó.
Dueño de la muerte,
en el árbol grita
su resurrección.
Humilde en la tierra,
Señor de los cielos,
su cielo nos dio.
Ábranse de gozo
las puertas del Hombre,
que al hombre salvó.
Gloria para siempre
al Cordero humilde
que nos redimió. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Bendito el que viene en nombre del Señor. Aleluya.
Salmo 117 - HIMNO DE ACCIÓN DE GRACIAS DESPUÉS DE LA VICTORIA.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Diga la casa de Aarón:
eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia.
En el peligro grité al Señor,
y me escuchó, poniéndome a salvo.
El Señor está conmigo: no temo;
¿qué podrá hacerme el hombre?
El Señor está conmigo y me auxilia,
veré la derrota de mis adversarios.
Mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los hombres,
mejor es refugiarse en el Señor
que confiar en los magnates.
Todos los pueblos me rodeaban,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban cerrando el cerco,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban como avispas,
ardiendo como fuego en las zarzas,
en el nombre del Señor los rechacé.
Empujaban y empujaban para derribarme,
pero el Señor me ayudó;
el Señor es mi fuerza y mi energía,
él es mi salvación.
Escuchad: hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos:
«La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa,
la diestra del Señor es poderosa.»
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
Me castigó, me castigó el Señor,
pero no me entregó a la muerte.
Abridme las puertas del triunfo,
y entraré para dar gracias al Señor.
Esta es la puerta del Señor:
los vencedores entrarán por ella.
Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación.
La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Éste es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios: él nos ilumina.
Ordenad una procesión con ramos
hasta los ángulos del altar.
Tú eres mi Dios, te doy gracias;
Dios mío, yo te ensalzo.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Bendito el que viene en nombre del Señor. Aleluya.
Ant 2. Cantemos un himno al Señor nuestro Dios. Aleluya.
Cántico: QUE LA CREACIÓN ENTERA ALABE AL SEÑOR Dn 3, 52-57
Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres:
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito tu nombre, Santo y glorioso:
a él gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres en el templo de tu santa gloria:
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres sobre el trono de tu reino:
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres tú, que sentado sobre querubines sondeas los abismos:
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres en la bóveda del cielo:
a ti honor y alabanza por los siglos.
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Cantemos un himno al Señor nuestro Dios. Aleluya.
Ant 3. Alabad al Señor por su inmensa grandeza. Aleluya.
Salmo 150 - ALABAD AL SEÑOR.
Alabad al Señor en su templo,
alabadlo en su augusto firmamento.
Alabadlo por sus obras magníficas,
alabadlo por su inmensa grandeza.
Alabadlo tocando trompetas,
alabadlo con arpas y cítaras,
Alabadlo con tambores y danzas,
alabadlo con trompas y flautas,
alabadlo con platillos sonoros,
alabadlo con platillos vibrantes.
Todo ser que alienta, alabe al Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alabad al Señor por su inmensa grandeza. Aleluya.
LECTURA BREVE Ez 36, 25-27
Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará: de todas vuestras
inmundicias e idolatrías os he de purificar; y os daré un corazón nuevo, y os
infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra, y
os daré un corazón de carne. Os infundiré mi espíritu, y haré que caminéis
según mis preceptos, y que guardéis y cumpláis mis mandatos.
RESPONSORIO BREVE
V. Te damos gracias, ¡oh Dios!, invocando tú nombre.
R. Te damos gracias, ¡oh Dios!, invocando tú nombre.
V. Pregonando tus maravillas.
R. Invocando tú nombre.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Te damos gracias, ¡oh Dios!, invocando tú nombre.
VERSÍCULO
V. Dichosos vuestros ojos porque ven.
R. Y vuestros oídos porque oyen.
PRIMERA LECTURA
Del libro del Génesis 9, 1-19
Dios bendijo a Noé y a sus hijos, diciéndoles: «Creced,
multiplicaos y llenad la tierra. Todos los animales de la tierra os temerán y
respetarán: aves del cielo, reptiles del suelo, peces del mar están en vuestro poder.
Todo lo que vive y se mueve os servirá de alimento: os lo entrego lo mismo que los
vegetales. Pero no comáis carne con sangre, que es su vida. Pediré cuentas de
vuestra sangre y vida, se las pediré a cualquier animal; y al hombre le pediré
cuentas de la vida de su hermano. Si uno derrama la sangre de un hombre, otro derramará
la suya; porque Dios hizo al hombre a su imagen. Vosotros, creced y
multiplicaos, moveos por la tierra y dominadla.»
Dios dijo a Noé y a sus hijos:
«Yo hago un pacto con vosotros y con vuestros descendientes, con
todos los animales que os acompañaron, aves, ganado y fieras, con todos los que
salieron del arca y ahora viven en la tierra. Hago un pacto con vosotros: El
diluvio no volverá a destruir la vida ni habrá otro diluvio que devaste la
tierra.»
Y Dios añadió:«Ésta es la señal del pacto que hago con vosotros y con
todo lo que vive con vosotros, para todas las edades: Pondré mi arco en el
cielo, como señal de mi pacto con la tierra. Cuando traiga nubes sobre la
tierra, aparecerá en las nubes el arco y recordaré mi pacto con vosotros y con
todos los animales, y el diluvio no volverá a destruir los vivientes. Saldrá el
arco en las nubes y, al verlo, recordaré mi pacto perpetuo: Pacto de Dios con los
animales, con lo que vive en la tierra.»
Dios dijo a Noé:
«Ésta es la señal del pacto que hago con todo lo que vive en la
tierra.»
Los hijos de Noé que salieron del arca fueron: Sem, Cam y Jafet;
Cam es el padre de Canaán. Son los tres hijos de Noé que se propagaron por toda
la tierra.
Responsorio
R. Me sucede como en tiempo de Noé: Juré que las
aguas del diluvio no volverían a cubrir la tierra: así juro no airarme contra
ti; * mi alianza de paz no vacilará.
V. Aunque se retiren los montes y vacilen las colinas,
no se retirará de ti mi misericordia.
R. Mi alianza de paz no vacilará.
SEGUNDA LECTURA
De la carta de san Ignacio de Antioquía, obispo y mártir, a los Efesios
Es justo que vosotros glorifiquéis de todas las maneras a
Jesucristo, que os ha glorificado a vosotros, de modo que, unidos en una
perfecta obediencia, sumisos a vuestro obispo y al colegio presbiteral, seáis
en todo santificados. No os hablo con autoridad, como si fuera alguien. Pues,
aunque estoy encarcelado por el nombre de Cristo, todavía no he llegado a la
perfección en Jesucristo. Ahora, precisamente, es cuando empiezo a ser discípulo
suyo y os hablo como a mis condiscípulos. Porquelo que necesito más bien es ser
fortalecido por vuestra fe, por vuestras exhortaciones, vuestra paciencia,
vuestra ecuanimidad. Pero, como el amor que os tengo me obliga a hablaros
también acerca de vosotros, por esto me adelanto a exhortaros a que viváis
unidos en el sentir de Dios. En efecto, Jesucristo, nuestra vida inseparable,
expresa el sentir del Padre, como también los obispos, esparcidos por el mundo,
son la expresión del sentir de Jesucristo.
Por esto debéis estar acordes con el sentir de vuestro obispo, como
ya lo hacéis. Y en cuanto a vuestro colegio presbiteral, digno de Dios y del
nombre que lleva, está armonizado con vuestro obispo como las cuerdas de una
lira. Este vuestro acuerdo y concordia en el amor es como un himno a Jesucristo.
Procurad todos vosotros formar parte de este coro, de modo que, por vuestra unión
y concordia en el amor, seáis como una melodía que se eleva a una sola voz por
Jesucristo al Padre, para que os escuche y os reconozca, por vuestras buenas obras,
como miembros de su Hijo. Os conviene, por tanto, manteneros en una unidad
perfecta, para que seáis siempre partícipes de Dios.
Si yo, en tan breve espacio de tiempo, contraje con vuestro obispo
tal familiaridad, no humana, sino espiritual, ¿cuánto más dichosos debo
consideraros a vosotros, que estáis unidos a él como la Iglesia a Jesucristo y
como Jesucristo al Padre, resultando así en todo un consentimiento unánime?
Nadie se engañe: quien no está unido al altar se priva del pan de Dios. Si
tanta fuerza tiene la oración de cada uno en particular, ¿cuánto más la que se
hace presidida por el obispo y en unión con toda la Iglesia?
Responsorio
R. Os ruego, por el Señor, que andéis como pide la vocación a
la que habéis sido convocados. * Esforzaos por mantener la unidad del Espíritu,
con el vínculo de la paz.
V. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la meta
de la esperanza en la vocación a la que habéis sido convocados.
R. Esforzaos por mantener la unidad del Espíritu, con
el vínculo de la paz.
*Lecturas del Domingo X del Tiempo Ordinario
- Ciclo B*
Domingo, 6 de junio de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo Evangelio según san Marcos 3, 20-35*
En aquel tiempo, Jesús llegó a casa con sus discípulos y de
nuevo se juntó tanta gente que no los dejaban ni comer. Al enterarse su
familia, vinieron a llevárselo, porque se decía que estaba fuera de sí.
Y los escribas que habían bajado de Jerusalén decían:
«Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los
demonios».
El los invitó a acercarse y les hablaba en parábolas:
«¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? Un reino dividido internamente no puede
subsistir; una familia dividida no puede subsistir. Si Satanás se rebela contra
sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido. Nadie puede
meterse en casa de un hombre forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no
lo ata; entonces podrá arramblar con la casa.
En verdad os digo, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y
cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no
tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre».
Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo.
Llegan su madre y sus hermanos y, desde fuera, lo mandaron llamar.
La gente que tenía sentada alrededor le dice:
«Mira, tu madre y tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan».
Él les pregunta:
«Quiénes son mi madre y mis hermanos?».
Y mirando a los que estaban sentados alrededor, dice:
«Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de Dios, ese es mi
hermano y mi hermana y mi madre».
Palabra del Señor.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
PRECES
Invoquemos, hermanos, a nuestro Salvador, que ha venido al mundo
para ser «Dios-con-nosotros», y digámosle confiadamente:
Señor Jesús, rey de la gloria, sé tú nuestra luz y nuestro gozo.
Señor Jesús, sol que nace de lo alto y primicia de la humanidad resucitada,
haz que siguiéndote a ti no caminemos nunca en sombras de muerte, sino que
tengamos siempre la luz de la vida.
Que sepamos descubrir, Señor, cómo todas las creaturas están llenas de tus
perfecciones,
para que así, en todas ellas, sepamos contemplarte a ti.
No permitas, Señor, que hoy nos dejemos vencer por el mal,
antes danos tu fuerza para que venzamos al mal a fuerza del bien.
Tú que, bautizado por Juan en el Jordán, fuiste ungido con el Espíritu Santo,
asístenos durante este día para que actuemos movidos por este mismo Espíritu.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Por Jesús nos llamamos y somos hijos de Dios; por ello nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Oh Dios, que por medio de la humillación de tu Hijo levantaste a
la humanidad caída, conserva a tus fieles en continua alegría y concede los
gozos del cielo a quienes has librado de la muerte eterna. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
*San Norberto, Arzobispo de Magdeburgo, Fundador*
Nació en Xanten y desde joven abrazó la vida religiosa, recibiendo
las órdenes menores, incluyendo el subdiaconato. Fue convertido cuando
caminando por un sendero un rayo asustó a su caballo e hizo que lo derribara al
suelo, dejándolo sin conocimiento por más de una hora. Lo primero que dijo al
volver en sí, fueron las palabras de San Pablo: "¿Señor, que quieres que
yo haga?" y por respuesta oyó las palabras del salmo 37: "Apártate
del mal y haz el bien". La conversión fue tan repentina y tan completa
como la del apóstol Pablo; se retiró a una casa de oración a meditar y a hacer
penitencia y se puso bajo la dirección de un santo director espiritual. Después
de hacer los debidos estudios fue ordenado sacerdote en el año 1115.
Uno de sus propósitos fue cumplir y seguir fielmente el Evangelio,
y difundirlo por todo el mundo. El Pontífice Gelasio II le concedió licencia
para predicar por todos los paises, fundando una comunidad en una zona
desértica llamada "Premonstré".
Los monjes, con el santo a la cabeza, se dedicaron a vivir el
Evangelio lo mejor posible, y pronto San Norberto tuvo nueve conventos en
diversas partes del país. El Papa Honorio II aprobó la nueva comunidad, la cual
se extendió por varios países.
Fue nombrado Arzobispo de Magdeburgo, y San Norberto se dedicó con
todas sus energías a poner orden en su arquidiócesis, ya que muchos laicos se
estaban apoderando de los bienes de la Iglesia y algunos sacerdotes no tenían
el debido comportamiento. Sus reformas tuvieron una fuerte oposición. Le
inventaron toda clase de calumnias y trataron de levantar al pueblo en su
contra. Dos o tres veces el santo obispo estuvo a punto de ser asesinado. La
rebelión llegó a tal extremo que San Norberto tuvo que salirse de Magdeburgo,
pero entonces empezaron a suceder tan terribles males en la ciudad, que los
ciudadanos fueron a pedirle que regresara y le prometieron ser más obedientes a
sus mandatos e instrucciones. A los pocos años, en el clero se notaba ya un
cambio muy consolador y un gran progreso en el fervor y en las buenas
costumbres.
En Roma, los enemigos del Papa Inocencio II eligieron un antipapa,
llamado Anacleto, expulsando a Inocencio II de la ciudad eterna. San Norberto
convenció al emperador Lotario para que con un gran ejército, fuera a Italia a
defender al Pontífice, el cual sin ayuda militar del exterior no podía entrar a
Roma. El emperador Lotario, por influencia de nuestro santo, se dirigió con su
ejército hacia Italia y en mayo del año 1133 entró a Roma, acompañado de San
Norberto y de San Bernardo, y posesionó de nuevo al Pontífice.
Terminada esta su última gran acción, el santo se sintió ya sin
fuerzas; en 20 años de episcopado había hecho un trabajo como de sesenta años.
Murió en Magdeburgo, el 6 de junio de 1134, a los 53 años.
DOMINGO SEMANA II
II VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: ¿DONDE ESTÁ MUERTE, TU VICTORIA?
¿Dónde está muerte, tu victoria?
¿Dónde está muerte, tu aguijón?
Todo es destello de su gloria,
clara luz, resurrección.
Fiesta es la lucha terminada,
vida es la muerte del Señor,
día la noche engalanada,
gloria eterna de su amor.
Fuente perenne de la vida,
luz siempre viva de su don,
Cristo es ya vida siempre unida
a toda vida en aflicción.
Cuando la noche se avecina,
noche del hombre y su ilusión,
Cristo es ya luz que lo ilumina,
Sol de su vida y corazón.
Demos al Padre la alabanza,
por Jesucristo, Hijo y señor,
denos su espíritu esperanza
viva y eterna de su amor. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Cristo es sacerdote eterno según el rito de Melquisedec. Aleluya.
Salmo 109, 1-5. 7 - EL MESÍAS, REY Y SACERDOTE.
Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.»
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora.»
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno
según el rito de Melquisedec.»
El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente,
por eso levantará la cabeza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Cristo es sacerdote eterno según el rito de Melquisedec. Aleluya.
Ant 2. Nuestro Dios está en el cielo, y lo que quiere lo hace. Aleluya.
Salmo 113 B - HIMNO AL DIOS VERDADERO.
No a nosotros, Señor, no a nosotros,
sino a tu nombre da la gloria;
por tu bondad, por tu lealtad.
¿Por qué han de decir las naciones:
«Dónde está su Dios»?
Nuestro Dios está en el cielo,
lo que quiere lo hace.
Sus ídolos, en cambio, son plata y oro,
hechura de manos humanas:
tienen boca, y no hablan;
tienen ojos, y no ven;
tienen orejas, y no oyen;
tienen nariz, y no huelen;
tienen manos, y no tocan;
tienen pies, y no andan;
no tiene voz su garganta:
que sean igual los que los hacen,
cuantos confían en ellos.
Israel confía en el Señor:
él es su auxilio y su escudo.
La casa de Aarón confía en el Señor:
él es su auxilio y su escudo.
Los fieles del Señor confían en el Señor:
él es su auxilio y su escudo.
Que el Señor se acuerde de nosotros y nos bendiga,
bendiga a la casa de Israel,
bendiga a la casa de Aarón;
bendiga a los fieles del Señor,
pequeños y grandes.
Que el Señor os acreciente,
a vosotros y a vuestros hijos;
benditos seáis del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
El cielo pertenece al Señor,
la tierra se la ha dado a los hombres.
Los muertos ya no alaban al Señor,
ni los que bajan al silencio.
Nosotros, sí, bendeciremos al Señor
ahora y por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Nuestro Dios está en el cielo, y lo que quiere lo hace. Aleluya.
Ant 3. Alabad al Señor sus siervos todos, pequeños y grandes. Aleluya.
Cántico: LAS BODAS DEL CORDERO - Cf. Ap 19,1-2, 5-7
El cántico siguiente se dice con todos los Aleluya intercalados
cuando el oficio es cantado. Cuando el Oficio se dice sin canto es suficiente
decir el Aleluya sólo al principio y al final de cada estrofa.
Aleluya.
La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios
(R. Aleluya)
porque sus juicios son verdaderos y justos.
R. Aleluya, (aleluya).
Aleluya.
Alabad al Señor sus siervos todos.
(R. Aleluya)
Los que le teméis, pequeños y grandes.
R. Aleluya, (aleluya).
Aleluya.
Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo.
(R. Aleluya)
Alegrémonos y gocemos y démosle gracias.
R. Aleluya, (aleluya).
Aleluya.
Llegó la boda del cordero.
(R. Aleluya)
Su esposa se ha embellecido.
R. Aleluya, (aleluya).
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alabad al Señor sus siervos todos, pequeños y grandes. Aleluya.
LECTURA BREVE 2Ts 2, 13-14
Nosotros debemos dar continuamente gracias a Dios por vosotros, hermanos, a
quienes tanto ama el Señor. Dios os eligió desde toda la eternidad para daros
la salud por la santificación que obra el Espíritu y por la fe en la verdad.
Con tal fin os convocó por medio del mensaje de la salud, anunciado por
nosotros, para daros la posesión de la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
RESPONSORIO BREVE
V. Nuestro Señor es grande y poderoso.
R. Nuestro Señor es grande y poderoso.
V. Su sabiduría no tiene medida.
R. Nuestro Señor es grande y poderoso.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Nuestro Señor es grande y poderoso.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Venid a mí todos los que andáis rendidos y agobiados, que yo os
daré descanso.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
+Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid a mí todos los que andáis rendidos y agobiados, que yo os
daré descanso.
PRECES
Demos gloria y honor a Cristo, que puede salvar definitivamente a
los que por medio de él se acercan a Dios, porque vive para interceder en su
favor, y digámosle con plena confianza:
Acuérdate, Señor, de tu pueblo.
Señor Jesús, sol de justicia que iluminas nuestras vidas, al llegar al umbral
de la noche te pedimos por todos los hombres,
que todos lleguen a gozar eternamente de tu luz.
Guarda, Señor, la alianza sellada con tu sangre
y santifica a tu iglesia para que sea siempre inmaculada y santa.
Acuérdate de esta comunidad aquí reunida,
que tú elegiste como morada de tu gloria.
Que los que están en camino tengan un viaje feliz
y regresen a sus hogares con salud y alegría.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Acoge, Señor, a tus hijos difuntos
y concédeles tu perdón y la vida eterna.
Terminemos nuestras preces con la oración que Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Oh Dios, que por medio de la humillación de tu Hijo levantaste a
la humanidad caída, conserva a tus fieles en continua alegría y concede los
gozos del cielo a quienes has librado de la muerte eterna. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL DOMINGO 6 DE JUNIO 2021
Lecturas
del Domingo X del Tiempo Ordinario - Ciclo B
Domingo, 6 de junio de 2021
Primera lectura
Lectura del
libro del Génesis 3,9-15
Cuando Adán comió del árbol, el Señor Dios lo llamó y le dijo:
«¿Dónde estás?».
Él contestó:
«Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí».
El Señor Dios le replicó:
«¿Quién te informó de que estabas desnudo?, ¿es que has comido del árbol del
que te prohibí comer?».
Adán respondió:
«La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto y comí».
El Señor Dios dijo a la mujer:
«¿Qué has hecho?».
La mujer respondió:
«La serpiente me sedujo y comí».
El Señor Dios dijo a la serpiente:
«Por haber hecho eso, maldita tú
entre todo el ganado y todas las fieras del campo;
te arrastrarás sobre el vientre
y comerás polvo toda tu vida;
pongo hostilidad entre ti y la mujer,
entre tu descendencia y su descendencia;
esta te aplastará la cabeza cuando tú la hieras en el talón».
Palabra de Dios.
Salmo
Salmo
responsorial: Sal 129, 1b-2. 3-4. 5-7ab. 7cd-8 (R/.: 7cd)
R/. Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.
V/. Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi Voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica. R/.
V/. Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes temor. R/.
V/. Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora. R/.
V/. Porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos. R/.
Segunda
lectura
Lectura de
la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios. 4, 13 — 5, 1
Hermanos:
Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: «Creí, por eso
hablé», también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien
resucitó al Señor Jesús también nos resucitará a nosotros con Jesús y nos
presentará con vosotros ante él.
Pues todo esto es para vuestro bien, a fin de que cuantos más reciban la
gracia, mayor sea el agradecimiento, para gloria de Dios.
Por eso, no nos acobardamos, sino que, aun cuando nuestro hombre exterior se
vaya desmoronando, nuestro hombre interior se va renovando día a día.
Pues la leve tribulación presente nos proporciona una inmensa e incalculable
carga de gloria, ya que no nos fijamos en lo que se ve, sino en lo que no se
ve; en efecto, lo que se ve es transitorio; lo que no se ve es eterno.
Porque sabemos que si se destruye esta nuestra morada terrena, tenemos un
sólido edificio que viene de Dios, una morada que no ha sido construida por
manos humanas, es eterna y está en los cielos.
Palabra de Dios.
*Lecturas del Domingo X del Tiempo Ordinario - Ciclo B*
Domingo, 6
de junio de 2021
Evangelio
*Lectura del santo Evangelio según san Marcos 3, 20-35*
En aquel tiempo, Jesús llegó a
casa con sus discípulos y de nuevo se juntó tanta gente que no los dejaban ni
comer. Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque se decía que
estaba fuera de sí.
Y los escribas que habían bajado de Jerusalén decían:
«Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los
demonios».
El los invitó a acercarse y les hablaba en parábolas:
«¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? Un reino dividido internamente no puede
subsistir; una familia dividida no puede subsistir. Si Satanás se rebela contra
sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido. Nadie puede
meterse en casa de un hombre forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no
lo ata; entonces podrá arramblar con la casa.
En verdad os digo, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y
cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no
tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre».
Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo.
Llegan su madre y sus hermanos y, desde fuera, lo mandaron llamar.
La gente que tenía sentada alrededor le dice:
«Mira, tu madre y tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan».
Él les pregunta:
«Quiénes son mi madre y mis hermanos?».
Y mirando a los que estaban sentados alrededor, dice:
«Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de Dios, ese es mi
hermano y mi hermana y mi madre».
Palabra del Señor.
(« ¿Quiénes son mi
madre y mis hermanos?») (El que cumple la voluntad de Dios, ése es
mi hermano y mi hermana y mi madre).
*Según esta palabra los familiares de Jesús son los que cumplen la
voluntad de Dios. Pero algo me llena de alegría y es que la mirada de Jesús, va
enfocada sobre todo el que desea escuchar sus palabras. Y el Señor me lanza una
invitación personal a que pueda ver con mis propios ojos que estoy llamado a
estar inscrito en el libro de la vida y a pertenecer de una manera especial al
albor genealógico del Jesús. El Señor de una manera muy particular me dice lo
fácil que es pertenecer a su familia, que todo depende de mí. Que no depende ni
de él, que todo de pende exclusivamente de mí. Tremenda sorpresa con esta
respuesta salida de los labios del Señor. Donde quiere incluirme a como dé
lugar dentro de su familia. Y lo único que me pide a cabio es que yo escuche su
palabra y la ponga en práctica. El más beneficiado en esta lectura de hoy soy
yo pertenecer a la familia de Jesús. Eso es a lo que yo llamo un milagro*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.