Musica Para el Alma
lunes, 7 de octubre de 2024
LUCAS 10,38-42 CICLO B
*Martes, 8 de octubre de 2024*
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según
san Lucas (10, 38-42)*
38
Yendo ellos de camino, entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le
recibió en su casa.
39
Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor,
escuchaba su Palabra,
40
mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo:
«Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues,
que me ayude.»
41
Le respondió el Señor: «Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas
cosas;
42
y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte
buena, que no le será quitada.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones
antes que mis palabras*
(En aquel
tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su
casa).
*Me hago
una pregunta ¿se sentirá a gusto el Señor, en mi casa? Pienso que el Señor ya
se enteró, que paso mucho tiempo afanándome por cosas que no tienen nada que
ver con él. Él quiere que elija la parte que no mesera quitada, esa partes es,
escuchar su palabra, porque su palabra es lo único que me puede unir a él y al
Padre. Solo atreves de la escucha de la palabra, puedo ser liberado de
todas mis esclavitudes. El Señor, quiere enseñarme como debo tener mi casa
limpia y organizada, para recibirle; para que él, pueda estar a gusto dentro de
mí*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL MARTES 8
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar
este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*TIEMPO ORDINARIO*
MARTES
DE LA SEMANA XXVII
De la Feria. Salterio III
8 de octubre
*LAUDES*
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Al Señor, al gran Rey, venid,
adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Al Señor, al gran Rey, venid,
adorémosle.
Himno: GRACIAS, SEÑOR POR EL DÍA
Gracias, Señor, por el día,
por tu mensaje de amor
que nos das en cada flor;
por esta luz de alegría,
te doy las gracias, Señor.
Gracias, Señor, por la espina
que encontraré en el sendero,
donde marcho pregonero
de tu esperanza divina;
gracias, por ser compañero.
Gracias, Señor, porque dejas
que abrase tu amor mi ser,
porque haces aparecer
tus flores a mis abejas,
tan sedientas de beber.
Gracias por este camino,
donde caigo y me levanto,
donde te entrego mi canto
mientras marcho peregrino,
Señor, a tu monte santo.
Gracias, Señor, por la luz
que ilumina mi existir;
por este dulce dormir
que me devuelve a tu cruz.
¡Gracias, Señor, por vivir! Amén.
SALMODIA
Ant 1. Señor, has sido bueno con tu tierra, has perdonado la culpa de tu
pueblo.
Salmo 84 - NUESTRA SALVACIÓN ESTA CERCA
Señor, has sido bueno con tu tierra,
has restaurado la suerte de Jacob,
has perdonado la culpa de tu pueblo,
has sepultado todos sus pecados,
has reprimido tu cólera,
has frenado el incendio de tu ira.
Restáuranos, Dios salvador nuestro;
cesa en tu rencor contra nosotros.
¿Vas a estar siempre enojado,
o a prolongar tu ira de edad en edad?
¿No vas a devolvernos la vida,
para que tu pueblo se alegre contigo?
Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación.
Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos
y a los que se convierten de corazón.»
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra;
la misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo;
el Señor dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Señor, has sido bueno con tu
tierra, has perdonado la culpa de tu pueblo.
Ant 2. Mi alma te ansía de noche, Señor;
mi espíritu madruga por ti.
Cántico: HIMNO DESPUÉS DE LA VICTORIA SOBRE EL ENEMIGO Is 26, 1-4.
7-9. 12
Tenemos una ciudad fuerte,
ha puesto para salvarla murallas y baluartes:
Abrid las puertas para que entre un pueblo justo,
que observa la lealtad;
su ánimo está firme y mantiene la paz,
porque confía en ti.
Confiad siempre en el Señor,
porque el Señor es la Roca perpetua:
La senda del justo es recta.
Tú allanas el sendero del justo;
en la senda de tus juicios, Señor, te esperamos,
ansiando tu nombre y tu recuerdo.
Mi alma te ansía de noche,
mi espíritu en mi interior madruga por ti,
porque tus juicios son luz de la tierra,
y aprenden justicia los habitantes del orbe.
Señor, tú nos darás la paz,
porque todas nuestras empresas
nos las realizas tú.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Mi alma te ansía de noche, Señor;
mi espíritu madruga por ti.
Ant 3. Ilumina, Señor, tu rostro sobre
nosotros.
Salmo 66 - QUE TODOS LOS PUEBLOS ALABEN AL SEÑOR.
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ilumina, Señor, tu rostro sobre
nosotros.
LECTURA BREVE 1Jn 4, 14-15
Nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para
ser Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios
permanece en él y él en Dios.
RESPONSORIO BREVE
V. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
R. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
V. Mi alcázar, mi libertador.
R. En que me amparo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
V. Voy
a escuchar lo que dice el Señor.
R. Dios anuncia la paz a su pueblo.
PRIMERA LECTURA
Del libro de Ben Sirá 3, 1-18
DEBERES DE LOS HIJOS PARA CON SUS PADRES
Hijos míos, escuchad a vuestro padre, obrad como os digo, y os salvaréis. Dios
hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre
sobre su prole. El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su
madre acumula tesoros; el que honra a su padre se alegrará de sus hijos y,
cuando rece, será escuchado; el que respeta a su madre tendrá larga vida, al
que honra a su madre el Señor lo escucha; el que teme al Señor honra a los
padres y sirve a sus padres como a señores.
Hijo mío, en palabra y obra honra a tu padre, y vendrán sobre ti toda clase de
bendiciones; la bendición del padre hace echar raíces, la maldición de la madre
arranca lo plantado. No busques honra en la humillación de tu padre, porque no
sacarás honra de ella; la honra de un hombre es la honra de su padre, y la
deshonra de la madre es vergüenza de los hijos.
Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas;
aunque haya perdido la cabeza, ten indulgencia, no lo abochornes mientras
vivas. El servicio hecho al padre no se olvidará, será tenido en cuenta para
pagar tus pecados; el día del peligro el Señor se acordará de ti y deshará tus
pecados como el calor disuelve la escarcha. Quien desprecia a su padre es un
blasfemo, quien insulta a su madre irrita a su Creador.
RESPONSORIO Lc 2, 51. 52
R. Jesús bajó a Nazaret con sus padres, * y
vivía sumiso a ellos.
V. Fue progresando en perfección intelectual y
física, y en gracia ante Dios y ante los hombres.
R. Y vivía sumiso a ellos.
SEGUNDA LECTURA
Comienza la carta de san Ignacio de Antioquía, obispo y mártir, a
los Tralianos
(Cap. 1, 1—3, 2; 4, 1-2; 6, 1; 7, 1—8, 1: Funk 1, 203-209)
OS QUIERO PREVENIR COMO A HIJOS MÍOS AMADÍSIMOS
Ignacio, por sobrenombre Teóforo, es decir, Portador de Dios, a la amada de
Dios, Padre de Jesucristo, la Iglesia santa que habita en Trales del Asia,
digna de Dios y escogida, que goza de paz, tanto en el cuerpo como en el
espíritu, a causa de la pasión de Jesucristo, el que nos da una esperanza de
resucitar como él; mi mejor saludo apostólico y mis mejores deseos de que
viváis en la alegría.
Sé que tenéis sentimientos irreprochables e inconmovibles, a pesar de vuestros
sufrimientos, y ello no sólo por vuestro esfuerzo, sino también por vuestro
buen natural: así me lo ha manifestado vuestro obispo Polibio, quien por
voluntad de Dios y de Jesucristo ha venido a Esmirna y se ha congratulado
conmigo, que estoy encadenado por Cristo Jesús; en él me ha sido dado
contemplar a toda vuestra comunidad y por él he recibido una prueba de cómo
vuestro amor para conmigo es según Dios, y he dado gracias al Señor, pues de
verdad he conocido que, como ya me habían contado, sois auténticos imitadores
de Dios.
En efecto, al vivir sometidos a vuestro obispo como si se tratara del mismo
Jesucristo, sois, a mis ojos, como quien anda no según la carne, sino según
Cristo Jesús, que por nosotros murió a fin de que, creyendo en su muerte,
escapéis de la muerte. Es necesario, por tanto, que, como ya lo venís
practicando, no hagáis nada sin el obispo; someteos también a los presbíteros
como a los apóstoles de Jesucristo, nuestra esperanza, para que de esta forma
nuestra vida esté unida a la de él.
También es preciso que los diáconos, como ministros que son de los misterios de
Jesucristo, procuren, con todo interés, hacerse gratos a todos, pues no son
ministros de los manjares y de las bebidas, sino de la Iglesia de Dios. Es, por
tanto, necesario que eviten, como si se tratara de fuego, toda falta que
pudiera echárseles en cara.
De manera semejante, que todos reverencien a los diáconos como a Jesucristo, al
obispo como si fuera la imagen del Padre, y a los presbíteros como si fueran el
senado de Dios y el colegio apostólico. Sin ellos no existe la Iglesia. Creo
que estáis bien persuadidos de todo esto. En vuestro obispo, a quien recibí y a
quien tengo aún a mi lado, contemplo como una imagen de vuestra caridad; su
misma manera del vivir es una magnífica lección, y su mansedumbre una fuerza.
Mis pensamientos en Dios son muy elevados, pero me pongo a raya a mí mismo, no
sea que perezca por mi vanagloria. Pues ahora sobre todo tengo motivos para
temer y me es necesario no prestar oído a quienes podrían tentarme de orgullo.
Porque cuantos me alaban en realidad me dañan. Es cierto que deseo sufrir el
martirio, pero ignoro si soy digno de él. Mi impaciencia, en efecto, quizá pasa
desapercibida a muchos, pero en cambio a mí me da gran guerra. Por ello
necesito adquirir una gran mansedumbre, pues ella desbaratará al príncipe de
este mundo.
Os exhorto, no yo, sino la caridad de Jesucristo, a que uséis solamente el
alimento cristiano y a que os abstengáis de toda hierba extraña a vosotros, es
decir, de toda herejía.
Esto lo realizaréis si os alejáis del orgullo y permanecéis íntimamente unidos
a nuestro Dios, Jesucristo, y a vuestro obispo, sin apartaros de las enseñanzas
de los apóstoles. El que está en el interior del santuario es puro, pero el que
está fuera no es puro: quiero decir con ello que el que actúa a espaldas del
obispo y de los presbíteros y diáconos no es puro ni tiene limpia su
conciencia.
No os escribo esto porque me haya enterado que tales cosas se den entre
vosotros, sino porque os quiero prevenir como a hijos míos amadísimos.
RESPONSORIO Ef 4, 3-6; 1Co 3, 11
R. Esforzaos por mantener la unidad del Espíritu,
con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es
la meta de la esperanza a la que habéis sido convocados. * Un
Señor, una fe, un bautismo.
V. Nadie puede poner otro cimiento sino el que ya
está puesto: Jesucristo.
R. Un Señor, una fe, un bautismo.
*Martes, 8 de octubre de 2024*
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según
san Lucas (10, 38-42)*
38
Yendo ellos de camino, entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le
recibió en su casa.
39
Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor,
escuchaba su Palabra,
40
mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo:
«Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues,
que me ayude.»
41
Le respondió el Señor: «Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas
cosas;
42
y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte
buena, que no le será quitada.»
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Nos ha suscitado el Señor una fuerza de salvación, según lo había
predicho por boca de sus santos profetas.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Nos ha suscitado el Señor una
fuerza de salvación, según lo había predicho por boca de sus santos profetas.
PRECES
Adoremos a Cristo, que con su sangre ha adquirido el pueblo de la
nueva alianza, y digámosle suplicantes:
Acuérdate, Señor, de tu pueblo.
Rey y redentor nuestro, escucha la alabanza que te dirige tu Iglesia en el
comienzo de este día,
y haz que no deje nunca de glorificarte.
Que nunca, Señor, quedemos confundidos
los que en ti ponemos nuestra fe y nuestra esperanza.
Mira compasivo nuestra debilidad y ven en ayuda nuestra,
ya que sin ti nada podemos hacer.
Acuérdate de los pobres y desvalidos;
que este día que comienza les traiga solaz y alegría.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Ya que deseamos que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al
Padre que a todos llegue el reino de su Hijo:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso, de quien dimana la bondad y hermosura de todo
lo creado; haz que comencemos este día con ánimo alegre, y que realicemos
nuestras obras movidos por el amor a ti y a los hermanos. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: COMO EL NIÑO QUE NO SABE DORMIRSE
Como el niño que no sabe dormirse
sin cogerse a la mano de su madre,
así mi corazón viene a ponerse
sobre tus manos, al caer la tarde.
Como el niño que sabe que alguien vela
su sueño de inocencia y esperanza,
así descansará mi alma segura
sabiendo que eres tú quien nos aguarda.
Tú endulzarás mi última amargura,
tú aliviarás el último cansancio,
tú cuidarás los sueños de la noche,
tú borrarás las huellas de mi llanto.
Tú nos darás mañana nuevamente
la antorcha de la luz y la alegría,
y, por las horas que te traigo muertas,
tú me darás una mañana viva. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor rodea a su pueblo.
Salmo 124 - EL SEÑOR VELA POR SU PUEBLO.
Los que confían en el Señor son como el monte Sión:
no tiembla, está asentado para siempre.
Jerusalén está rodeada de montañas,
y el Señor rodea a su pueblo
ahora y por siempre.
No pesará el cetro de los malvados
sobre el lote de los justos,
no sea que los justos extiendan
su mano a la maldad.
Señor, concede bienes a los buenos,
a los sinceros de corazón;
y a los que se desvían por sendas tortuosas,
que los rechace el Señor con los malhechores.
¡Paz a Israel!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor rodea a su pueblo.
Ant 2. Si no volvéis a ser como niños, no
entraréis en el reino de los cielos.
Salmo 130 - COMO UN NIÑO, ISRAEL SE ABANDONÓ EN LOS BRAZOS DE DIOS
Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad;
sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre.
Espere Israel en el Señor
ahora y por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Si no volvéis a ser como niños, no
entraréis en el reino de los cielos.
Ant 3. Has hecho de nosotros, Señor, un
reino de sacerdotes para nuestro Dios.
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap 4, 11; 5, 9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Has hecho de nosotros, Señor, un
reino de sacerdotes para nuestro Dios.
LECTURA BREVE Rm 12, 9-12
Que vuestra caridad sea sincera. Aborreced el mal y aplicaos al bien. En punto
a caridad fraterna, amaos entrañablemente unos a otros. En cuanto a la mutua
estima, tened por más dignos a los demás. Nada de pereza en vuestro celo,
sirviendo con fervor de espíritu al Señor. Que la esperanza os tenga alegres;
estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración.
RESPONSORIO BREVE
V. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo.
R. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que
el cielo.
V. Tu fidelidad de generación en generación.
R. Más estable que el cielo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que
el cielo.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Se alegra mi espíritu en Dios mi
salvador.
PRECES
Invoquemos a Dios, esperanza de su pueblo, diciendo:
Escúchanos, Señor.
Te damos gracias, Señor, porque hemos sido enriquecidos en todo por Cristo, tu
Hijo;
haz que por él crezcamos en todo conocimiento.
En tus manos, Señor, están el corazón y la mente de los que gobiernan;
dales, pues, acierto en sus decisiones para que te sean gratos en su pensar y
obrar.
Tú que a los artistas concedes inspiración para plasmar la belleza que de ti
procede,
haz que con sus obras aumente el gozo y la esperanza de los hombres.
Tú que no permites que seamos tentados por encima de nuestras fuerzas,
da fortaleza a los débiles, levanta a los caídos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que nos has prometido la resurrección en el último día,
no te olvides de tus hijos que ya han dejado el cuerpo mortal.
Unidos fraternalmente como hermanos de una misma familia, invoquemos al Padre
común:
Padre nuestro...
ORACION
Nuestra oración vespertina suba hasta ti, Padre de clemencia, y
descienda sobre nosotros tu bendición; así, con tu ayuda seremos salvados ahora
y por siempre. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL MARTES 8 DE OCTUBRE 2024
*Lecturas de
la 27º Semana del Tiempo Ordinario - Ciclo B*
Martes, 8 de octubre de 2024
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol Pablo
a los Gálatas (1,13-24):
Habéis oído hablar de mi conducta
pasada en el judaísmo: con qué saña perseguía a la Iglesia de Dios y la
asolaba, y me señalaba en el judaísmo más que muchos de mi edad y de mi raza,
como partidario fanático de las tradiciones de mis antepasados. Pero, cuando
aquel que me escogió desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia se
dignó revelar a su Hijo en mí, para que yo lo anunciara a los gentiles, en
seguida, sin consultar con hombres, sin subir a Jerusalén a ver a los apóstoles
anteriores a mí, me fui a Arabia, y después volví a Damasco. Más tarde, pasados
tres años, subí a Jerusalén para conocer a Pedro, y me quedé quince días con
él. Pero no vi a ningún otro apóstol, excepto a Santiago, el pariente del
Señor. Dios es testigo de que no miento en lo que os escribo. Fui después a
Siria y a Cilicia. Las Iglesias cristianas de Judea no me conocían
personalmente; sólo habían oído decir que el antiguo perseguidor predicaba
ahora la fe que antes intentaba destruir, y alababan a Dios por causa mía.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 138
R/. Guíame, Señor, por el camino eterno
Señor, tú me sondeas y me conoces;
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares. R/.
R/. Guíame, Señor, por el camino
eterno
Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias,
porque me has escogido portentosamente,
porque son admirables tus obras. R/.
R/. Guíame, Señor, por el camino
eterno
Conocías hasta el fondo de mi alma,
no desconocías mis huesos.
Cuando, en lo oculto, me iba formando,
y entretejiendo en lo profundo de la tierra. R/.
R/. Guíame,
Señor, por el camino eterno
*Martes, 8 de octubre de 2024*
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según
san Lucas (10, 38-42)*
38
Yendo ellos de camino, entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le
recibió en su casa.
39
Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor,
escuchaba su Palabra,
40
mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo:
«Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues,
que me ayude.»
41
Le respondió el Señor: «Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas
cosas;
42
y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte
buena, que no le será quitada.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones
antes que mis palabras*
(En aquel
tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su
casa).
*Me hago
una pregunta ¿se sentirá a gusto el Señor, en mi casa? Pienso que el Señor ya
se enteró, que paso mucho tiempo afanándome por cosas que no tienen nada que
ver con él. Él quiere que elija la parte que no mesera quitada, esa partes es,
escuchar su palabra, porque su palabra es lo único que me puede unir a él y al
Padre. Solo atreves de la escucha de la palabra, puedo ser liberado de
todas mis esclavitudes. El Señor, quiere enseñarme como debo tener mi casa
limpia y organizada, para recibirle; para que él, pueda estar a gusto dentro de
mí*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.