Musica Para el Alma
viernes, 16 de octubre de 2020
EVANGELIO DE LUCAS 12,8-12 CICLO A
Sábado, 17 de octubre de 2020
Evangelio
Lectura del santo evangelio según
san Lucas (12,8-12):
8 «Yo os digo: Por todo el que se
declare por mí ante los hombres, también el Hijo del hombre se declarará por él
ante los ángeles de Dios.
9 Pero
el que me niegue delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de
Dios.
10
«A todo el que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará;
pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará.
11
Cuando os lleven a las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no os
preocupéis de cómo o con qué os defenderéis, o qué diréis,
12
porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel mismo momento lo que conviene
decir.»
Palabra del Señor
(Por
todo el que se declare por mí ante los hombres, también el Hijo del hombre se
declarará por él ante los ángeles de Dios.)
*El Señor de una manera especial me hace una invitación para
que sea hacer del equipo que está dispuesto a bien hablar de él, entre las
personas. Ponerme de parte del Señor en esta vida, es estar dispuesto a no
cansarme de hacer el bien. Estar de parte del Señor implica excusar a todas las
persona a un en medio de algunos acontecimientos que no sean de mi agrado.
Estar departe del Señor es dejar que el Señor, rompas mis cadenas, desate mis
ataduras y cure mis heridas. Estar departe del Señor es pedirle al Señor que me
derrote y que gane él, porque es perdiendo como puedo ganar. Estar departe del
Señor es imitarlo, imitar su manera de hablar, imitar su manera de escuchar,
imitar su forma de acoger a todos por igual, imitar sus gestos, es hacer mío su estilo de
vida. Si me acojo al estilo de vida del Señor, él declarará por mí, ante los ángeles de
Dios*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
ORACION AL MEDIODIA EL ANGELUS
LAS LAUDES Y LAS VÍSPERAS DEL SÁBADO 17. SAN IGNACIO DE ANTIOQUIA OBISPO Y MÁRTIR (MEMORIA)
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
TIEMPO
ORDINARIO
SÁBADO DE LA SEMANA
XXVIII
Del común de un mártir. Salterio IV.
17 de octubre
SAN IGNACIO DE ANTIOQUÍA, obispo y mártir. (MEMORIA)
Ignacio fue el segundo sucesor de Pedro en el gobierno de la Iglesia de
Antioquía. Condenado a morir devorado por las fieras, fue trasladado a Roma y
allí, bajo el imperio de Trajano, recibió la corona de su glorioso martirio el
año 107. En su viaje a Roma escribió siete cartas, dirigidas a varias Iglesias,
en las que trata sabia y eruditamente de Cristo, de la constitución de la
Iglesia y de la vida cristiana. Ya en el siglo IV se celebraba en Antioquía su
memoria el mismo día de hoy.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Señor, rey de los mártires.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos al Señor, rey de los mártires.
Himno: PALABRA DEL SEÑOR YA RUBRICADA
Palabra del Señor ya rubricada
es la vida del mártir ofrecida
como prueba fiel de que la espada
no puede ya truncar la fe vivida.
Fuente de fe y de luz es su memoria,
coraje para el justo en la batalla
del bien, de la verdad, siempre victoria
que, en vida y muerte, el justo en Cristo halla.
Martirio es el dolor de cada día,
si en Cristo y con amor es aceptado,
fuego lento de amor que, en la alegría
de servir al Señor, es consumado.
Concédenos, oh Padre, sin medida,
y tú, Señor Jesús crucificado,
el fuego del Espíritu de vida
para vivir el don que nos has dado. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Es bueno tocar para tu nombre, oh altísimo, y proclamar por la
mañana tu misericordia.
Salmo 91 - ALABANZA A DIOS QUE CON SABIDURÍA Y JUSTICIA DIRIGE LA
VIDA DE LOS HOMBRES.
Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia
y de noche tu fidelidad,
con arpas de diez cuerdas y laúdes
sobre arpegios de cítaras.
Tus acciones, Señor, son mi alegría,
y mi júbilo, las obras de tus manos.
¡Qué magníficas son tus obras, Señor,
qué profundos tus designios!
El ignorante no los entiende
ni el necio se da cuenta.
Aunque germinen como hierba los malvados
y florezcan los malhechores,
serán destruidos para siempre.
Tú, en cambio, Señor,
eres excelso por los siglos.
Porque tus enemigos, Señor, perecerán,
los malhechores serán dispersados;
pero a mí me das la fuerza de un búfalo
y me unges con aceite nuevo.
Mis ojos no temerán a mis enemigos,
mis oídos escucharán su derrota.
El justo crecerá como una palmera
y se alzará como un cedro del Líbano:
plantado en la casa del Señor,
crecerá en los atrios de nuestro Dios;
en la vejez seguirá dando fruto
y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo,
que en mi Roca no existe la maldad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Es bueno tocar para tu nombre, oh altísimo, y proclamar por la
mañana tu misericordia.
Ant 2. Os daré un corazón nuevo y os infundiré un espíritu nuevo.
Cántico: DIOS RENOVARÁ A SU PUEBLO - Ez 36, 24-28
Os recogeré de entre las naciones,
os reuniré de todos los países,
y os llevaré a vuestra tierra.
Derramaré sobre vosotros un agua pura
que os purificará:
de todas vuestras inmundicias e idolatrías
os he de purificar;
y os daré un corazón nuevo,
y os infundiré un espíritu nuevo;
arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra,
y os daré un corazón de carne.
Os infundiré mi espíritu,
y haré que caminéis según mis preceptos,
y que guardéis y cumpláis mis mandatos.
Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres.
Vosotros seréis mi pueblo
y yo seré vuestro Dios.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Os daré un corazón nuevo y os infundiré un espíritu nuevo.
Ant 3. De la boca de los niños de pecho, Señor, has sacado una alabanza.
Salmo 8 MAJESTAD DEL SEÑOR Y DIGNIDAD DEL HOMBRE.
Señor, dueño nuestro,
¡que admirable es tu nombre
en toda la tierra!
Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.
De la boca de los niños de pecho
has sacado una alabanza contra tus enemigos,
para reprimir al adversario y al rebelde.
Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos;
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él;
el ser humano, para darle poder?
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies:
rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por las aguas.
Señor, dueño nuestro,
¡que admirable es tu nombre
en toda la tierra!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. De la boca de los niños de pecho, Señor, has sacado una alabanza.
LECTURA BREVE 2Co 1, 3-5
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y
Dios de todo consuelo; él nos consuela en todas nuestras luchas, para poder
nosotros consolar a los que están en toda tribulación, mediante el consuelo con
que nosotros somos consolados por Dios. Porque si es cierto que los
sufrimientos de Cristo rebosan sobre nosotros, también por Cristo rebosa
nuestro consuelo.
RESPONSORIO BREVE
V. El Señor es mi fuerza y mi energía.
R. El Señor es mi fuerza y mi energía.
V. Él es mi salvación.
R. Y mi energía.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El Señor es mi fuerza y mi energía.
V. No dejamos de orar y pedir por vosotros.
R. Que lleguéis al pleno conocimiento de la voluntad de Dios.
PRIMERA LECTURA
Del libro de Ben Sirá 24, 1-33
LA SABIDURÍA EN LA CREACIÓN Y EN LA HISTORIA DE ISRAEL
La sabiduría hace su propio elogio, en medio de su pueblo se gloría, abre su
boca en la asamblea del Altísimo y se gloría delante de sus huestes:
«Yo salí de la boca del Altísimo y como niebla cubrí la tierra; habité en el
cielo y puse mi trono sobre columna de nubes. Yo sola recorrí la redondez del
cielo y me paseé por la hondura del abismo; regí las olas del mar y los continentes
y todos los pueblos y naciones.
Por todas estas partes busqué reposo y una heredad para instalarme. Entonces el
Creador del universo me dio una orden, el Hacedor estableció el lugar de mi
morada: "Habita en Jacob, sea Israel tu heredad."
Yo fui creada por él desde el principio, desde antes de los siglos, y jamás
dejaré de existir. En la mansión sagrada, en su presencia, ofrecí el culto y,
así, en Sión me establecí; en la ciudad predilecta me hizo descansar, en
Jerusalén reside mi poder.
Eché raíces entre un pueblo glorioso, en la porción del Señor, en su heredad.
Crecí como cedro del Líbano y como ciprés del monte Hermón, me he elevado como
palmera de Engadí y como rosal de Jericó, como gallardo olivo en la llanura y
como plátano junto al agua.
Exhalé fragancia como el cinamomo y la retama y di aroma como mirra exquisita,
como resina perfumada, como el ámbar y el bálsamo, como nube de incienso en el
santuario. Yo extendí mis ramas como el terebinto, un ramaje bello y frondoso.
Como vid hermosa retoñé, haciendo brotar sarmientos floridos, y mis flores y
frutos son bellos y abundantes.
Yo soy la madre del amor hermoso, del temor de Dios, del conocimiento y de la
santa esperanza. Yo he sido dada a todos mis hijos desde la eternidad, a
aquellos que han sido por él designados.
Venid a mí los que me amáis, y saciaos de mis frutos; mi nombre es más dulce
que la miel, y mi herencia mejor que los panales. El que me come tendrá más
hambre de mí, el que me bebe tendrá más sed de mí, el que me escucha no fracasará,
el que me pone en práctica no llegará a pecar.»
Todo esto no es otra cosa que el libro de la alianza del Altísimo, la ley que
nos dio Moisés como herencia para la comunidad de Jacob.
RESPONSORIO Jn 14, 6; Sir 24, 14
R. Yo soy el camino, la verdad y la vida. * Nadie
va al Padre sino por mí.
V. Yo, la sabiduría, fui creada por Dios desde el principio, desde
antes de los siglos, y jamás dejaré de existir.
R. Nadie va al Padre sino por mí.
SEGUNDA LECTURA
De la carta de san Ignacio de Antioquía, obispo y mártir, a los
Romanos
(Cap. 4. 1-2; 6, 1—8, 3: Funk 1, 217-223)
SOY TRIGO DE DIOS Y HE DE SER MOLIDO POR LOS DIENTES DE LAS FIERAS
Yo voy escribiendo a todas las Iglesias, y a todas les encarezco lo mismo: que
moriré de buena gana por Dios, con tal que vosotros no me lo impidáis. Os lo
pido por favor: no me demostréis una benevolencia inoportuna. Dejad que sea
pasto de las fieras, ya que ello me hará posible alcanzar a Dios. Soy trigo de
Dios y he de ser molido por los dientes de las fieras, para llegar a ser pan
limpio de Cristo. Rogad por mí a Cristo, para que, por medio de esos
instrumentos, llegue a ser una víctima para Dios.
De nada me servirán los placeres terrenales ni los reinos de este mundo.
Prefiero morir en Cristo Jesús que reinar en los confines de la tierra. Todo mi
deseo y mi voluntad están puestos en aquel que por nosotros murió y resucitó.
Se acerca ya el momento de mi nacimiento a la vida nueva. Por favor, hermanos,
no me privéis de esta vida, no queráis que muera; si lo que yo anhelo es
pertenecer a Dios, no me entreguéis al mundo ni me seduzcáis con las cosas
materiales; dejad que pueda contemplar la luz pura; entonces seré hombre en
pleno sentido. Permitid que imite la pasión de mi Dios. El que tenga a Dios en
si entenderá lo que quiero decir y se compadecerá de mi, sabiendo cuál es el
deseo que me apremia.
El príncipe de este mundo me quiere arrebatar y pretende arruinar mi deseo que
tiende hacia Dios. Que nadie de vosotros, los aquí presentes, lo ayude; poneos
más bien de mi parte, esto es, de parte de Dios. No queráis a un mismo tiempo
tener a Jesucristo en la boca y los deseos mundanos en el corazón. Que no
habite la envidia entre vosotros. Ni me hagáis caso si, cuando esté aquí, os
suplicare en sentido contrario; haced más bien caso de lo que ahora os escribo.
Porque os escribo en vida, pero deseando morir. Mi amor está crucificado y ya
no queda en mí el fuego de los deseos terrenos; únicamente siento en mi
interior la voz de una agua viva que me habla y me dice: «Ven al Padre.» No
encuentro ya deleite en el alimento material ni en los placeres de este mundo.
Lo que deseo es el pan de Dios, que es la carne de Jesucristo, de la
descendencia de David, y la bebida de su sangre, que es la caridad
incorruptible.
No quiero ya vivir más la vida terrena. Y este deseo será realidad si vosotros
lo queréis. Os pido que lo queráis, y así vosotros hallaréis también
benevolencia. En dos palabras resumo mi súplica: hacedme caso. Jesucristo os
hará ver que digo la verdad, él, que es la boca que no engaña, por la que el
Padre ha hablado verdaderamente. Rogad por mí, para que llegue a la meta. Os he
escrito no con criterios humanos, sino conforme a la mente de Dios. Si sufro el
martirio, es señal de que me queréis bien; de lo contrario, es que me habéis
aborrecido.
RESPONSORIO S. Ignacio de Antioquia, Efesios, 14,
1; Tralianos, 8, 1
R. Nada os es desconocido si mantenéis de un modo perfecto, en
Jesucristo, la fe y la caridad, que son el principio y el fin de la vida: * el
principio es la fe, el fin la caridad.
V. Revestíos de mansedumbre y convertíos en creaturas nuevas por
medio de la fe, que es como la carne del Señor, y por medio de la caridad, que
es como su sangre.
R. El principio es la fe, el fin la caridad.
Sábado, 17 de octubre de 2020
Evangelio
Lectura del santo evangelio según
san Lucas (12,8-12):
8 «Yo os digo: Por todo el que se
declare por mí ante los hombres, también el Hijo del hombre se declarará por él
ante los ángeles de Dios.
9
Pero el que me niegue delante de los hombres, será negado delante de los
ángeles de Dios.
10
«A todo el que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará;
pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará.
11
Cuando os lleven a las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no os
preocupéis de cómo o con qué os defenderéis, o qué diréis,
12
porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel mismo momento lo que conviene
decir.»
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Todo mi deseo y mi voluntad están puestos en aquel que por
nosotros murió y resucitó.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Todo mi deseo y mi voluntad están puestos en aquel que por
nosotros murió y resucitó.
PRECES
Celebremos, amados hermanos, a Jesús, el testigo fiel, y al
recordar hoy a los santos mártires sacrificados a causa de la palabra de Dios,
aclamémosle diciendo:
Nos has comprado, Señor, con tu sangre.
Por la intercesión de los santos mártires que entregaron libremente su vida
como testimonio de la fe,
concédenos, Señor, la verdadera libertad de espíritu.
Por la intercesión de los santos mártires que proclamaron la fe hasta derramar
su sangre,
concédenos, Señor, la integridad y constancia de la fe.
Por la intercesión de los santos mártires que soportando la cruz siguieron tus
pasos,
concédenos, Señor, soportar con generosidad las contrariedades de la vida.
Por la intercesión de los santos mártires que blanquearon su manto en la sangre
del Cordero,
concédenos, Señor, vencer las obras del mundo y de la carne.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Dirijamos ahora nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, que has querido que el testimonio de
los mártires sea el honor de todo el cuerpo de tu Iglesia, concédenos que el
martirio de san Ignacio de Antioquia, que hoy conmemoramos, así como le mereció
a él una gloria eterna, así también nos dé a nosotros valor en el combate de la
fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
I VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: LOS PUEBLOS QUE MARCHAN Y LUCHAN
Los pueblos que marchan y luchan
con firme tesón
aclamen al Dios de la vida.
Cantemos hosanna que viene el Señor.
Agiten laureles y olivos,
es Pascua de Dios,
mayores y niños repitan:
«Cantemos hosanna que viene el Señor.»
Jesús victorioso y presente
ofrece su don
a todos los justos del mundo.
Cantemos hosanna que viene el Señor.
Resuenen en todo camino
de paz y de amor
alegres canciones que digan:
«Cantemos hosanna que viene el Señor.»
Que Dios, Padre nuestro amoroso,
el Hijo y su Don
a todos protejan y acojan.
Cantemos hosanna que viene el Señor. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Suba mi oración, Señor, como incienso en tu presencia.
Salmo 140, 1-9 - ORACIÓN ANTE EL PELIGRO
Señor, te estoy llamando, ven de prisa,
escucha mi voz cuando te llamo.
Suba mi oración como incienso en tu presencia,
el alzar de mis manos como ofrenda de la tarde.
Coloca, Señor, una guardia en mi boca,
un centinela a la puerta de mis labios;
no dejes inclinarse mi corazón a la maldad,
a cometer crímenes y delitos;
ni que con los hombres malvados
participe en banquetes.
Que el justo me golpee, que el bueno me reprenda,
pero que el ungüento del impío no perfume mi cabeza;
yo opondré mi oración a su malicia.
Sus jefes cayeron despeñados,
aunque escucharon mis palabras amables;
como una piedra de molino, rota por tierra,
están esparcidos nuestros huesos a la boca de la tumba.
Señor, mis ojos están vueltos a ti,
en ti me refugio, no me dejes indefenso;
guárdame del lazo que me han tendido,
de la trampa de los malhechores.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Suba mi oración, Señor, como incienso en tu presencia.
Ant 2. Tú eres mi refugio y mi heredad, Señor, en el país de la vida.
Salmo 141 - ORACIÓN DEL HOMBRE ABANDONADO: TU ERES MI REFUGIO
A voz en grito clamo al Señor,
a voz en grito suplico al Señor;
desahogo ante él mis afanes,
expongo ante él mi angustia,
mientras me va faltando el aliento.
Pero tú conoces mis senderos,
y que en el camino por donde avanzo
me han escondido una trampa.
Me vuelvo a la derecha y miro:
nadie me hace caso;
no tengo adónde huir,
nadie mira por mi vida.
A ti grito, Señor;
te digo: «Tú eres mi refugio
y mi heredad en el país de la vida.»
Atiende a mis clamores,
que estoy agotado;
líbrame de mis perseguidores,
que son más fuertes que yo.
Sácame de la prisión,
y daré gracias a tu nombre:
me rodearán los justos
cuando me devuelvas tu favor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tú eres mi refugio y mi heredad, Señor, en el país de la vida.
Ant 3. El Señor Jesús se rebajó; por eso Dios lo levantó sobre todo, por
los siglos de los siglos.
Cántico: CRISTO, SIERVO DE DIOS, EN SU MISTERIO PASCUAL - Flp 2,
6-11
Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios,
al contrario, se anonadó a sí mismo,
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor Jesús se rebajó; por eso Dios lo levantó sobre todo, por
los siglos de los siglos.
LECTURA BREVE Rm 11, 33-36
¡Qué abismo de riqueza es la sabiduría y ciencia de Dios! ¡Qué insondables son
sus juicios y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién ha conocido jamás la mente
del Señor? ¿Quién ha sido su consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que él
le devuelva? Él es origen, camino y término de todo. A él la gloria por los
siglos. Amén.
RESPONSORIO BREVE
V. Cuántas son tus obras, Señor.
R. Cuántas son tus obras, Señor.
V. Y todas las hiciste con sabiduría.
R. Tus obras, Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Cuántas son tus obras, Señor.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. De oriente a occidente no hay otro dios fuera de mí. Yo soy el
Señor y no hay otro.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. De oriente a occidente no hay otro dios fuera de mí. Yo soy el
Señor y no hay otro.
PRECES
Glorifiquemos a Dios, Padre, Hijo, y Espíritu Santo, y
supliquémosle diciendo:
Escucha a tu pueblo, Señor.
Padre todopoderoso, haz que abunde en la tierra la justicia
y que tu pueblo se alegre en la paz.
Que todos los pueblos entren a formar parte de tu reino
y que el pueblo judío sea salvado.
Que los esposos cumplan tu voluntad, vivan en concordia
y que sean siempre fieles a su mutuo amor.
Recompensa, Señor, a nuestros bienhechores
y concédeles la vida eterna.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Acoge con amor a los que han muerto víctimas del odio, de la violencia o de la
guerra
y dales el descanso eterno.
Movidos por el Espíritu Santo, dirijamos al Padre la oración que Cristo nos
enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, haz que nuestra voluntad sea siempre
dócil a la tuya y que te sirvamos con un corazón sincero. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL SÁBADO 17 DE OCTUBRE 2020
Lecturas de la28º Semana del Tiempo Ordinario - Ciclo A
Sábado, 17 de octubre de 2020
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san
Pablo a los Efesios (1,15-23):
Yo, que he oído hablar de vuestra fe en el Señor Jesús y de vuestro amor a
todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, recordándoos en mi oración,
a fin de que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé
espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro
corazón, para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la
riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál la extraordinaria
grandeza de su poder para nosotros, los que creemos, según la eficacia de su
fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y
sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, potestad,
fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo en este
mundo, sino en el futuro. Y todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia,
como cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que lo acaba todo en
todos.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 8,2-3a.4-5.6-7a
R/. Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos
Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!
Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.
De la boca de los niños de pecho
has sacado una alabanza. R/.
R/. Diste
a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos
Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder? R/.
R/. Diste
a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos. R/.
R/. Diste
a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos
Sábado, 17 de octubre de 2020
Evangelio
Lectura del santo evangelio según
san Lucas (12,8-12):
8 «Yo os digo: Por todo el que se
declare por mí ante los hombres, también el Hijo del hombre se declarará por él
ante los ángeles de Dios.
9 Pero
el que me niegue delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de
Dios.
10
«A todo el que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará;
pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará.
11
Cuando os lleven a las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no os
preocupéis de cómo o con qué os defenderéis, o qué diréis,
12
porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel mismo momento lo que conviene
decir.»
Palabra del Señor
(Por
todo el que se declare por mí ante los hombres, también el Hijo del hombre se
declarará por él ante los ángeles de Dios.)
*El Señor de una manera especial me hace una invitación para
que sea hacer del equipo que está dispuesto a bien hablar de él, entre las
personas. Ponerme de parte del Señor en esta vida, es estar dispuesto a no
cansarme de hacer el bien. Estar de parte del Señor implica excusar a todas las
persona a un en medio de algunos acontecimientos que no sean de mi agrado.
Estar departe del Señor es dejar que el Señor, rompas mis cadenas, desate mis
ataduras y cure mis heridas. Estar departe del Señor es pedirle al Señor que me
derrote y que gane él, porque es perdiendo como puedo ganar. Estar departe del
Señor es imitarlo, imitar su manera de hablar, imitar su manera de escuchar,
imitar su forma de acoger a todos por igual, imitar sus gestos, es hacer mío su estilo de
vida. Si me acojo al estilo de vida del Señor, él declarará por mí, ante los ángeles de
Dios*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.