Musica Para el Alma
jueves, 6 de octubre de 2022
LUCAS 11,15-26 CICLO C
*Lecturas del Viernes de la
27ª semana del Tiempo Ordinario*
Viernes, 7 de octubre de 2022
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas
(11,15-26)*
En aquel tiempo, habiendo echado Jesús un demonio, algunos de entre la multitud
dijeron: «Si echa los demonios es por arte de Belzebú, el príncipe de los
demonios.» Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo.
Él, leyendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino en guerra civil va a la
ruina y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil,
¿cómo mantendrá su reino? Vosotros decís que yo echo los demonios con el poder
de Belzebú; y, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos,
¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces.
Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de
Dios ha llegado a vosotros. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su
palacio, sus bienes están seguros. Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo
vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín. El que no está
conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama. Cuando un espíritu
inmundo sale de un hombre, da vueltas por el desierto, buscando un sitio para
descansar; pero, como no lo encuentra, dice: “Volveré a la casa de donde salí.”
Al volver, se la encuentra barrida y arreglada. Entonces va a coger otros siete
espíritus peores que él, y se mete a vivir allí. Y el final de aquel hombre
resulta peor que el principio.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
(Si
yo echo los demonios con el dedo de Dios)
*Es confortable saber que un solo dedo de mi Señor,
tiene mayor poder que todas las tinieblas del dueño del mal. El Señor me pide
que haga mío un viejo refrán que dice: Que al que buen albor se arrima, buena
sobra le da. Con sus palabras me está mostrando que si hay en mí un hombre
fuerte que está sujetando mi alma, llenándola de tristeza, angustia y miedo que
no tema; porque vendrá otro mucho más fuerte que él, y viene vestido y
ceñido de majestad, con la fuerza de un búfalo, y con el poder de cambiar mi
tristeza, en danza, con el poder de cambiar mi luto, en alegría y con el poder
de cambiar mi miedo, en seguridad*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL VIERNES 7
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
TIEMPO
ORDINARIO
VIERNES DE LA SEMANA XXVII
Del Común de la Santísima Virgen María.
7 de octubre
*NUESTRA SEÑORA DEL
ROSARIO. (MEMORIA)*
Esta conmemoración fue instituida por el papa san Pío V en el día aniversario
de la victoria obtenida por los cristianos en la batalla naval de Lepanto
(1571), victoria atribuida a la Madre de Dios, invocada por la oración del
rosario. La celebración de este día es una invitación para todos a meditar los
misterios de Cristo, en compañía de la Virgen María, que estuvo asociada de un
modo especialísimo a la encarnación, la pasión y la gloria de la resurrección
del Hijo de Dios.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
INVITATORIO
Ant. Venid, adoremos a Cristo, Hijo de María Virgen.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: RESPLANDECIENTE DE ALEGRÍA.
Resplandeciente de alegría,
amargo mar de los pesares,
vestida de gracia y de gloria,
te cantamos, oh Virgen María.
Gozosa cuando a Dios concibes,
cuando anhelante das el fruto,
cuando lo ofreces y lo pierdes,
al Hijo, que es la luz del mundo.
Salve, primera de los mártires,
en el dolor de tu martirio;
tu corazón supo de espinas.
tu alma de cruces y de lirios.
Reina de gloria refulgente,
Madre fecunda de la Iglesia,
cuando las llamas del Paráclito
del mundo ardieron las tristezas.
Recoged las Aves Marías
para un rosario de azucenas;
cantad a María alabanzas,
que es Madre de eterna belleza. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Contra ti, contra ti solo pequé, Señor; ten misericordia de mí.
Salmo 50 - CONFESIÓN DEL PECADOR ARREPENTIDO
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio brillará tu rectitud.
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado
tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Contra ti, contra ti solo pequé,
Señor; ten misericordia de mí.
Ant 2. Reconocemos, Señor, nuestra
impiedad; hemos pecado contra ti.
Cántico: LAMENTACIÓN DEL PUEBLO EN TIEMPO DE HAMBRE Y DE GUERRA - Jr
14,17-21
Mis ojos se deshacen en lágrimas,
día y noche no cesan:
por la terrible desgracia de la doncella de mi pueblo,
una herida de fuertes dolores.
Salgo al campo: muertos a espada;
entro en la ciudad: desfallecidos de hambre;
tanto el profeta como el sacerdote
vagan sin sentido por el país.
¿Por qué has rechazado del todo a Judá?
¿tiene asco tu garganta de Sión?
¿Por que nos has herido sin remedio?
Se espera la paz, y no hay bienestar,
al tiempo de la cura sucede la turbación.
Señor, reconocemos nuestra impiedad,
la culpa de nuestros padres,
porque pecamos contra ti.
No nos rechaces, por tu nombre,
no desprestigies tu trono glorioso;
recuerda y no rompas tu alianza con nosotros.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Reconocemos, Señor, nuestra
impiedad; hemos pecado contra ti.
Ant 3. El Señor es Dios y nosotros somos
su pueblo y ovejas de su rebaño.
Salmo 99 - ALEGRÍA DE LOS QUE ENTRAN EN EL TEMPLO.
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con aclamaciones.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:
«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor es Dios y nosotros somos
su pueblo y ovejas de su rebaño.
LECTURA BREVE Is 61,10
Desbordo de gozo en el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un
traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como a una novia que se
adorna con sus joyas.
RESPONSORIO BREVE
V. Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo.
R. Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está
contigo.
V. Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto
de tu vientre.
R. El Señor está contigo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está
contigo.
V. El
Señor nos instruirá en sus caminos.
R. Y marcharemos por sus sendas.
PRIMERA LECTURA
Del libro de Ben Sirá 6, 5-37
LA AMISTAD. EL APRENDIZAJE DE LA SABIDURÍA
Una voz suave aumenta los amigos, unos labios amables aumentan los saludos.
Sean muchos los que te saludan, pero confidente, uno entre mil; si adquieres un
amigo, hazlo con tiento, no te fíes en seguida de él; porque hay amigos de un
momento que no duran en tiempo de peligro; hay amigos que se vuelven enemigos y
te afrentan descubriendo tus riñas; hay amigos que acompañan en la mesa y no
aparecen a la hora de la desgracia; cuando te va bien, están contigo, cuando te
va mal, huyen de ti; si te alcanza la desgracia, cambian de actitud y se
esconden de tu vista. Apártate de tu enemigo y sé cauto con tu amigo.
Al amigo fiel, tenlo por amigo; el que lo encuentra encuentra un tesoro; un
amigo fiel no tiene precio ni se puede pagar su valor; un amigo fiel es un talismán:
el que teme a Dios lo alcanza; su camarada será como él, y sus acciones como su
fama.
Hijo mío, desde la juventud busca la instrucción, y hasta la vejez encontrarás
sabiduría. Acércate a ella como quien ara y siega, esperando abundante cosecha;
cultivándola trabajarás un poco, y en seguida comerás sus frutos. Al necio le
resulta fatigosa, y el insensato no puede con ella; lo oprime como piedra
pesada, y no tarda en sacudírsela.
Porque la instrucción es como su nombre indica: no se manifiesta a muchos.
Escucha, hijo mío, mi opinión y no rechaces mi consejo: mete los pies en su
cepo y ofrece el cuello a su yugo, arrima el hombro para cargar con ella y no
te irrites con sus cadenas; con toda el alma acude a ella, con todas tus
fuerzas sigue sus caminos; rastréala, búscala, y la alcanzarás; cuando la
poseas, ya no la sueltes; al fin alcanzarás su descanso, y se te convertirá en
placer; sus cadenas se volverán baluarte, su coyunda, traje de gala; su yugo
será joya de oro, y sus correas, cintas de púrpura; como traje de gala la
llevarás, te la pondrás como corona festiva.
Si quieres, hijo mío, llegarás a sabio, si te empeñas, llegarás a sagaz; si te
gusta escuchar, aprenderás, si prestas oído, te instruirás. Procura escuchar
las explicaciones, no se te escape un proverbio sensato; observa quién es
inteligente, y madruga para visitarlo, que tus pies desgasten sus umbrales.
Reflexiona sobre el temor del Altísimo y medita sin cesar sus mandamientos: él
te dará la inteligencia y, según tus deseos, te hará sabio.
RESPONSORIO Cf. Sir 6, 37. 23
R. Reflexiona sobre el temor del Altísimo y medita
sin cesar sus mandamientos: * él,
según tus deseos, te hará sabio.
V. La sabiduría, con los que la conocen, persevera
hasta la presencia de Dios.
R. Él, según tus deseos, te hará sabio.
SEGUNDA LECTURA
De los Sermones de san Bernardo, abad
(Sermón sobre el Acueducto: Opera omnia, edición cisterciense, 5 [1968],
282-283)
CONVIENE MEDITAR LOS MISTERIOS DE SALVACIÓN
El hijo, en ti engendrado, será santo, será Hijo de Dios. ¡La fuente de la
sabiduría, la Palabra del Padre en las alturas! Esta Palabra, por tu mediación,
Virgen santa, se hará carne, de manera que el mismo que afirma: Yo estoy en el
Padre y el Padre está en mí podrá afirmar igualmente: Procedo y vengo del Padre.
Ya al comienzo de las cosas —dice el Evangelio— existía la Palabra. Manaba ya
la fuente, pero hasta entonces sólo dentro de sí misma. Y continúa el texto
Sagrado: Y la Palabra estaba con Dios, es decir, morando en la luz inaccesible;
y el Señor decía desde el principio: Mis designios son de paz y no de
aflicción. Pero tus designios están escondidos en ti, y nosotros no los
conocemos; porque, ¿quién había penetrado la mente del Señor?, o ¿quién había
sido su consejero?
Pero llegó el momento en que estos designios de paz se convirtieron en obra de
paz: La Palabra se hizo carne y ha puesto ya su morada entre nosotros; ha
puesto ciertamente su morada por la fe en nuestros corazones, ha puesto su
morada en nuestra memoria, ha puesto su morada en nuestro pensamiento y
desciende hasta la misma imaginación. En efecto, ¿qué idea de Dios hubiera
podido antes formarse el hombre, que no fuese un ídolo fabricado por su
corazón? Era incomprensible e inaccesible, invisible y superior a todo
pensamiento humano; pero ahora ha querido ser comprendido, visto, accesible a
nuestra inteligencia.
¿De qué modo?, te preguntarás. Pues yaciendo en un pesebre, reposando en el
regazo virginal, predicando en la montaña, pasando la noche en oración; o bien
pendiente de la cruz, en la lividez de la muerte, libre entre los muertos y
dominando sobre el poder de la muerte, como también resucitando al tercer día y
mostrando a los apóstoles la marca de los clavos, como signo de victoria, y
subiendo finalmente ante la mirada de ellos hasta lo más íntimo de los cielos.
¿Hay algo de esto que no sea objeto de una verdadera, piadosa y santa
meditación? Cuando medito en cualquiera de estas cosas, mi pensamiento va hasta
Dios y, a través de todas ellas, llego hasta mi Dios. A esta meditación la llamo
sabiduría, y para mí la prudencia consiste en ir saboreando en la memoria la
dulzura que la vara sacerdotal infundió tan abundantemente en estos frutos,
dulzura de la que María disfruta con toda plenitud en el cielo y la derrama
abundantemente sobre nosotros.
RESPONSORIO
R. Virgen María, no hay quien se asemeje a ti
entre las hijas de Jerusalén: tú eres la madre del Rey de los reyes, tú la
señora de los ángeles, tú la reina de los cielos. * Bendita
tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre.
V. Alégrate, llena de gracia, el Señor está
contigo.
R. Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto
de tu vientre.
*Lecturas del Viernes de la
27ª semana del Tiempo Ordinario*
Viernes, 7 de octubre de 2022
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas
(11,15-26)*
En aquel tiempo, habiendo echado Jesús un demonio, algunos de entre la multitud
dijeron: «Si echa los demonios es por arte de Belzebú, el príncipe de los
demonios.» Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo.
Él, leyendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino en guerra civil va a la
ruina y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil,
¿cómo mantendrá su reino? Vosotros decís que yo echo los demonios con el poder
de Belzebú; y, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos,
¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces.
Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de
Dios ha llegado a vosotros. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su
palacio, sus bienes están seguros. Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo
vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín. El que no está
conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama. Cuando un espíritu
inmundo sale de un hombre, da vueltas por el desierto, buscando un sitio para
descansar; pero, como no lo encuentra, dice: “Volveré a la casa de donde salí.”
Al volver, se la encuentra barrida y arreglada. Entonces va a coger otros siete
espíritus peores que él, y se mete a vivir allí. Y el final de aquel hombre
resulta peor que el principio.»
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Madre dichosa, Virgen intacta, Reina gloriosa del mundo: haz que
sintamos tu protección los que hoy celebramos esta fiesta en tu honor.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Madre dichosa, Virgen intacta,
Reina gloriosa del mundo: haz que sintamos tu protección los que hoy celebramos
esta fiesta en tu honor.
PRECES
Elevemos nuestras súplicas al Salvador, que quiso nacer de María
Virgen, y digámosle:
Que tu santa Madre, Señor, interceda por nosotros.
Sol de justicia, a quien María Virgen precedía cual aurora luciente,
haz que vivamos siempre iluminados por la claridad de tu presencia.
Palabra eterna del Padre, tú que elegiste a María como arca de tu morada,
líbranos de toda ocasión de pecado.
Salvador del mundo, que quisiste que tu Madre estuviera junto a tu cruz,
por su intercesión concédenos compartir con alegría tus padecimientos.
Señor Jesús, que colgado en la cruz entregaste María a Juan como madre,
haz que nosotros vivamos también como hijos suyos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Según el mandato del Señor, digamos confiadamente:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, que por el anuncio del ángel nos has hecho conocer la
encarnación de tu Hijo, infunde tu gracia en nosotros y concédenos, por la
intercesión de la Santísima Virgen María, que podamos alcanzar, por la virtud
de la pasión y de la cruz de tu Hijo Jesucristo, la gloria de su resurrección.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre,
y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: RESPLANDECIENTE DE ALEGRÍA.
Resplandeciente de alegría,
amargo mar de los pesares,
vestida de gracia y de gloria,
te cantamos, oh Virgen María.
Gozosa cuando a Dios concibes,
cuando anhelante das el fruto,
cuando lo ofreces y lo pierdes,
al Hijo, que es la luz del mundo.
Salve, primera de los mártires,
en el dolor de tu martirio;
tu corazón supo de espinas.
tu alma de cruces y de lirios.
Reina de gloria refulgente,
Madre fecunda de la Iglesia,
cuando las llamas del Paráclito
del mundo ardieron las tristezas.
Recoged las Aves Marías
para un rosario de azucenas;
cantad a María alabanzas,
que es Madre de eterna belleza. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor es grande, nuestro dueño más que todos los dioses.
Salmo 134 I - HIMNO A DIOS POR SUS MARAVILLAS
Alabad el nombre del Señor,
alabadlo, siervos del Señor,
que estáis en la casa del Señor,
en los atrios de la casa de nuestro Dios.
Alabad al Señor porque es bueno,
tañed para su nombre, que es amable.
Porque él se escogió a Jacob,
a Israel en posesión suya.
Yo sé que el Señor es grande,
nuestro dueño más que todos los dioses.
El Señor todo lo que quiere lo hace:
en el cielo y en la tierra,
en los mares y en los océanos.
Hace subir las nubes desde el horizonte,
con los relámpagos desata la lluvia,
suelta a los vientos de sus silos.
Él hirió a los primogénitos de Egipto,
desde los hombres hasta los animales.
Envió signos y prodigios
—en medio de ti, Egipto—
contra el Faraón y sus ministros.
Hirió de muerte a pueblos numerosos,
mató a reyes poderosos:
a Sijón, rey de los amorreos;
a Hog, rey de Basán,
y a todos los reyes de Canaán.
Y dio su tierra en heredad,
en heredad a Israel, su pueblo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor es grande, nuestro dueño
más que todos los dioses.
Ant 2. Casa de Israel, bendice al Señor;
tañed para su nombre, que es amable.
Salmo 134 II.
Señor, tu nombre es eterno;
Señor, tu recuerdo de edad en edad.
Porque el Señor gobierna a su pueblo
y se compadece de sus siervos.
Los ídolos de los gentiles son oro y plata,
hechura de manos humanas:
tienen boca y no hablan,
tienen ojos y no ven,
tienen orejas y no oyen,
no hay aliento en sus bocas.
Sean lo mismo los que los hacen,
cuantos confían en ellos.
Casa de Israel, bendice al Señor;
casa de Aarón, bendice al Señor;
casa de Leví, bendice al Señor;
fieles del Señor, bendecid al Señor.
Bendito en Sión el Señor,
que habita en Jerusalén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Casa de Israel, bendice al Señor; tañed
para su nombre, que es amable.
Ant 3. Vendrán todas las naciones y se
postrarán en tu acatamiento, Señor.
Cántico: CANTO DE LOS VENCEDORES Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Vendrán todas las naciones y se
postrarán en tu acatamiento, Señor.
LECTURA BREVE Ga 4, 4-5
Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido
bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos
el ser hijos por adopción.
RESPONSORIO BREVE
V. Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo.
R. Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está
contigo.
V. Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto
de tu vientre.
R. El Señor está contigo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está
contigo.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. María conservaba todas estas cosas,
meditándolas en su corazón.
PRECES
Proclamemos las grandezas de Dios Padre todopoderoso, que quiso
que todas las generaciones felicitaran a María, la madre de su Hijo, y
supliquémosle diciendo:
Mira a la llena de gracia y escúchanos.
Señor, Dios nuestro, admirable siempre en tus obras que has querido que la
inmaculada Virgen María participara en cuerpo y alma de la gloria de
Jesucristo,
haz que todos tus hijos deseen y caminen hacia esta misma gloria.
Tú que nos diste a María por Madre, concede por su mediación salud a los
enfermos, consuelo a los tristes, perdón a los pecadores,
y a todos abundancia de salud y de paz.
Tú que hiciste de María la llena de gracia,
concede la abundancia de tu gracia a todos los hombres.
Haz, Señor, que tu Iglesia tenga un solo corazón y una sola alma por el amor,
y que todos los fieles perseveren unánimes en la oración con María, la madre de
Jesús.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que coronaste a María como reina del cielo,
haz que los difuntos puedan alcanzar con todos los santos la felicidad de tu
reino.
Confiando en el Señor que hizo obras grandes en María, pidamos al Padre que
colme también de bienes al mundo hambriento:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, que por el anuncio del ángel nos has hecho conocer la
encarnación de tu Hijo, infunde tu gracia en nosotros y concédenos, por la
intercesión de la Santísima Virgen María, que podamos alcanzar, por la virtud
de la pasión y de la cruz de tu Hijo Jesucristo, la gloria de su resurrección.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL VIERNES 7 DE OCTUBRE 2022
*Lecturas del Viernes de la
27ª semana del Tiempo Ordinario*
Viernes, 7 de octubre de 2022
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los
Gálatas (3,7-14):
Comprended de una vez que hijos de Abrahán son los hombres de fe. Además, la
Escritura, previendo que Dios justificaría a los gentiles por la fe, le
adelantó a Abrahán la buena noticia: «Por ti serán benditas todas las
naciones.» Así que son los hombres de fe los que reciben la bendición con
Abrahán, el fiel. En cambio, los que se apoyan en la observancia de la ley
tienen encima una maldición, porque dice la Escritura: «Maldito el que no cumple
todo lo escrito en el libro de la ley.» Que en base a la ley nadie se justifica
ante Dios es evidente, porque lo que está dicho es que «el justo vivirá por su
fe», y la ley no arranca de la fe, sino que «el que la cumple vivirá por ella.»
Cristo nos rescató de la maldición de la ley, haciéndose por nosotros un
maldito, porque dice la Escritura: «Maldito todo el que cuelga de un árbol.»
Esto sucedió para que, por medio de Jesucristo, la bendición de Abrahán
alcanzase a los gentiles, y por la fe recibiéramos el Espíritu prometido.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 110,1-2.3-4.5-6
R/. El Señor recuerda siempre su alianza
Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman. R/.
Esplendor y belleza son su obra,
su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente. R/.
Él da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,
dándoles la heredad de los gentiles. R/.
*Lecturas del Viernes de la
27ª semana del Tiempo Ordinario*
Viernes, 7 de octubre de 2022
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas
(11,15-26)*
En aquel tiempo, habiendo echado Jesús un demonio, algunos de entre la multitud
dijeron: «Si echa los demonios es por arte de Belzebú, el príncipe de los
demonios.» Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo.
Él, leyendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino en guerra civil va a la
ruina y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil,
¿cómo mantendrá su reino? Vosotros decís que yo echo los demonios con el poder
de Belzebú; y, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos,
¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces.
Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de
Dios ha llegado a vosotros. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su
palacio, sus bienes están seguros. Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo
vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín. El que no está
conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama. Cuando un espíritu
inmundo sale de un hombre, da vueltas por el desierto, buscando un sitio para
descansar; pero, como no lo encuentra, dice: “Volveré a la casa de donde salí.”
Al volver, se la encuentra barrida y arreglada. Entonces va a coger otros siete
espíritus peores que él, y se mete a vivir allí. Y el final de aquel hombre
resulta peor que el principio.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
(Si
yo echo los demonios con el dedo de Dios)
*Es confortable saber que un solo dedo de mi Señor,
tiene mayor poder que todas las tinieblas del dueño del mal. El Señor me pide
que haga mío un viejo refrán que dice: Que al que buen albor se arrima, buena
sobra le da. Con sus palabras me está mostrando que si hay en mí un hombre
fuerte que está sujetando mi alma, llenándola de tristeza, angustia y miedo que
no tema; porque vendrá otro mucho más fuerte que él, y viene vestido y
ceñido de majestad, con la fuerza de un búfalo, y con el poder de cambiar mi
tristeza, en danza, con el poder de cambiar mi luto, en alegría y con el poder
de cambiar mi miedo, en seguridad*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.