Musica Para el Alma
martes, 22 de junio de 2021
EVANGELIO DE MATEO 7,15-20 CICLO B
*Lecturas
de la 12ª Semana del Tiempo Ordinario Ciclo B*
Miércoles, 23 de junio de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (7,15-20)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuidado con los
falsos profetas; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos
rapaces. Por sus frutos los conoceréis. A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las
zarzas o higos de los cardos? Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles
dañados dan frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol
dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al
fuego. Es decir, que por sus frutos los conoceréis.
Palabra del Señor
(«Por
sus frutos los conocerán»).
*El
Señor me hace una invitación especial a la sinceridad y a la fidelidad de su
Palabra. Puedo ver que el miedo es como una excusa en muchas ocasiones para no
decir la verdad, para no dar fruto o para esconder los frutos que tal vez pueda
haber en mí. Me cuesta y me da miedo de decirles a mis hijos lo importante que
ellos son para mí. La buena noticia para mí en esta palabra es, que el Señor me
invita a romper con el miedo porque él me dará la fuerza y la valentía de decir
la verdad y me invita a que mis frutos se puedan ver, que lo que yo diga con mi
boca sea testificado con mis hechos*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VÍSPERAS DEL MIÉRCOLES 23. SAN JOSÉ CAFASSO
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*San José Cafasso*
MIERCOLES 23 DE LA SEMANA IV
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Aclama al Señor, tierra entera, servid al Señor con alegría.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aclama al Señor, tierra entera, servid al Señor con alegría.
Himno: AL RETORNAR ESTE DÍA.
Al retornar este día,
con voz alegre y canora,
celebrando al Redentor,
cantemos de Dios la gloria.
Por Cristo, el Creador inmenso
hizo la noche y la aurora,
con inmóvil ley fijando
la sucesión de las horas.
La luz eterna eres tú,
la antigua ley perfeccionas,
y no conoces crepúsculo,
y no te apagan las sombras.
Concédenos, Padre eterno,
que vivamos hoy con loa,
con que agrademos a Cristo,
si tu Espíritu nos colma. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Mi corazón está firme, Dios mío, mi corazón está firme.
Salmo 107 - ALABANZA AL SEÑOR Y PETICIÓN DE AUXILIO.
Dios mío, mi corazón está firme,
para tí cantaré y tocaré, gloria mía.
Despertad, cítara y arpa,
despertaré a la aurora.
Te daré gracias ante los pueblos, Señor,
tocaré para ti ante las naciones:
por tu bondad, que es más grande que los cielos;
por tu fidelidad, que alcanza a las nubes.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria;
para que se salven tus predilectos,
que tu mano salvadora nos responda.
Dios habló en su santuario:
«Triunfante ocuparé Siquén,
parcelaré el valle de Sucot;
mío es Galaad, mío Manasés,
Efraín es yelmo de mi cabeza,
Judá es mi cetro;
Moab, una jofaina para lavarme,
sobre Edom echo mi sandalia,
sobre Filistea canto victoria.»
Pero ¿quién me guiará a la plaza fuerte,
quién me conducirá a Edom,
si tú, ¡oh Dios!, nos has rechazado
y no sales ya con nuestras tropas?
Auxílianos contra el enemigo,
que la ayuda del hombre es inútil;
con Dios haremos proezas,
El pisoteará a nuestros enemigos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Mi corazón está firme, Dios mío, mi corazón está firme.
Ant 2. El Señor me ha revestido de justicia y santidad.
Cántico: ALEGRIA DEL PROFETA ANTE LA NUEVA JERUSALÉN Is 61, 10—62, 5
Desbordo de gozo en el Señor,
y me alegro con mi Dios:
porque me ha vestido un traje de gala
y me ha envuelto en un manto de triunfo,
como a un novio que se pone la corona,
o a una novia que se adorna con sus joyas.
Como el suelo echa sus brotes,
como un jardín hace brotar sus semillas,
así el Señor hará brotar la justicia
y los himnos, ante todos los pueblos.
Por amor de Sión no callaré,
por amor de Jerusalén no descansaré,
hasta que despunte la aurora de su justicia
y su salvación llamee como antorcha.
Los pueblos verán tu justicia,
y los reyes, tu gloria;
te pondrán un nombre nuevo
pronunciado por la boca del Señor.
Serás corona fúlgida en la mano del Señor
y diadema real en la palma de tu Dios.
Ya no te llamarán «Abandonada»;
ni a tu tierra, «Devastada»;
a ti te llamarán «Mi favorita»,
y a tu tierra, «Desposada»,
porque el Señor te prefiere a ti,
y tu tierra tendrá marido.
Como un joven se casa con su novia,
así te desposa el que te construyó;
la alegría que encuentra el marido con su esposa,
la encontrará tu Dios contigo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor me ha revestido de justicia y santidad.
Ant 3. Alabaré al Señor mientras viva.
Salmo 145 - FELICIDAD DE LOS QUE ESPERAN EN DIOS.
Alaba, alma mía, al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista.
No confiéis en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
ese día perecen sus planes.
Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él;
que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos,
el Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos;
sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alabaré al Señor mientras viva.
LECTURA BREVE Dt 4, 39-40a
Has de reconocer hoy y recordar que el Señor es Dios, en lo alto del cielo y
abajo en la tierra, y que no hay otro. Guarda los mandatos y preceptos que te
voy a dar hoy.
RESPONSORIO BREVE
V. Bendigo al Señor en todo momento.
R. Bendigo al Señor en todo momento.
V. Su alabanza está siempre en mi boca.
R. En todo momento.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Bendigo al Señor en todo momento.
PRIMERA LECTURA
Del primer libro de Samuel 1, 20-28; 2, 11-21
NACIMIENTO Y CONSAGRACIÓN DE SAMUEL
En aquellos días, Ana concibió, dio a luz un hijo, y le puso de nombre Samuel,
diciendo:
«¡Al Señor se lo pedí! »
Pasado un año, su marido Elcaná subió, con toda la familia, para hacer el
sacrificio anual al Señor y cumplir la promesa. Ana se excusó para no subir,
diciendo a, su marido:
«Cuando destete al niño, entonces lo llevaré para presentárselo al Señor y que
se quede allí para siempre.»
Su marido Elcaná le respondió:
«Haz lo que te parezca mejor; quédate hasta que lo destetes. Y que el Señor te
conceda cumplir tu promesa.»
Ana se quedó en casa y crió a su hijo hasta que lo destetó. Entonces, subió con
él al templo del Señor de Siló, llevando un novillo de tres años, una fanega de
harina y un odre de vino. Cuando mataron el novillo, Ana presentó el niño a
Elí, diciendo:
«Señor, por tu vida, yo soy la mujer que estuvo aquí, junto a ti, rezando al
Señor. Este niño es lo que yo pedía; el Señor me ha concedido mi petición. Por
eso, yo se lo cedo al Señor de por vida, para que sea suyo.»
Después, se postraron ante el Señor. Ana volvió a su casa de Ramá; y el niño
estaba al servicio del Señor a las órdenes del sacerdote Elí.
En cambio, los hijos de Elí eran unos desalmados: no respetaban al Señor ni las
obligaciones de los sacerdotes con la gente. Cuando una persona ofrecía un
sacrificio; mientras se guisaba la carne, venía el ayudante del sacerdote,
empuñando un tenedor, lo clavaba dentro de la olla o caldero o puchero o
barreño, y todo lo que enganchaba el tenedor se lo llevaba el sacerdote. Así
hacían con todos los israelitas que acudían a Siló. Incluso antes de quemar la
grasa, iba el ayudante del sacerdote y decía al que iba a ofrecer el
sacrificio:
«Dame la carne para el asado del sacerdote. Tiene que ser cruda, no te aceptaré
carne cocida.»
Y si el otro respondía:
«Primero hay que quemar la grasa, luego puedes llevarte lo que se te antoje.»
Le replicaba:
«No. O me la das ahora o me la llevo por las malas.»
Aquel pecado de los ayudantes era grave a los ojos del Señor, porque
desacreditaban las ofrendas al Señor.
Por su parte, Samuel seguía al servicio del Señor y llevaba puesto un roquete
de lino. Su madre solía hacerle una túnica, y cada año se la llevaba cuando
subía con su marido a ofrecer el sacrificio anual. Y Elí bendecía a Elcaná y a
su mujer:
«El Señor te dé un descendiente de esta mujer, en compensación por el préstamo
que ella hizo al Señor.»
Luego se volvían a casa. El Señor se cuidó de Ana, que concibió y dio a luz
tres niños y dos niñas. El niño Samuel crecía en el templo del Señor.
RESPONSORIO 1S 2, 1. 2;
Lc 1, 46-47
R. Mi corazón se regocija por el
Señor, porque gozo con tu salvación. * No hay santo como el Señor, no hay roca
como nuestro Dios.
V. Proclama mi alma la grandeza del
Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.
R. No hay santo como el Señor, no hay
roca como nuestro Dios.
SEGUNDA LECTURA
Del Tratado del beato Elredo, abad, Sobre la amistad espiritual.
(Libro 3: PL 195, 692-693)
LA AMISTAD VERDADERA ES PERFECTA Y CONSTANTE
Jonatán, aquel excelente joven, sin atender a su estirpe regia y a su futura
sucesión en el trono, hizo un pacto con David y, equiparando el siervo al
señor, precisamente cuando huía de su padre, cuando estaba escondido en el
desierto, cuando estaba condenado a muerte, destinado a la ejecución, lo
antepuso a sí mismo, abajándose a sí mismo y ensalzándolo a él: Tú -le dice-
serás el rey, y yo seré tu segundo.
¡Oh preclarísimo espejo de amistad verdadera! ¡Cosa admirable! El rey estaba
enfurecido con su siervo y concitaba contra él a todo el país, como a un rival
de su reino; asesina a los sacerdotes, basándose en la sola sospecha de
traición; inspecciona los bosques, busca por los valles, asedia con su ejército
los montes y peñascos, todos se comprometen a vengar la indignación regia; sólo
Jonatán, el único que podía tener algún motivo de envidia, juzgó que tenía que
oponerse a su padre y ayudar a su amigo, aconsejarlo en tan gran adversidad y,
prefiriendo la amistad al reino, le dice: Tú serás el rey, y yo seré tu
segundo. Y fíjate cómo el padre de este adolescente lo provocaba a envidia
contra su amigo, agobiándolo con reproches, atemorizándolo con amenazas,
recordándole que se vería despojado del reino y privado de los honores.
Y, habiendo pronunciado Saúl sentencia de muerte contra David, Jonatán no
traicionó a su amigo. ¿Por qué ha de morir David? ¿Qué ha hecho? Él puso su
vida en peligro, mató al filisteo, y tú te alegraste. ¿Por qué ha de morir? El
rey, fuera de sí al oír estas palabras, intenta clavar a Jonatán en la pared
con su lanza, llenándolo además de improperios: ¡Hijo perverso y contumaz! -le
dice-; sé muy bien que lo amas, para vergüenza tuya y vergüenza de la desnudez
de tu madre. Y, a continuación, vomita todo el veneno que llevaba dentro,
intentando salpicar con él el pecho del joven, añadiendo aquellas palabras
capaces de incitar su ambición, de fomentar su envidia, de provocar su
emulación y su amargor: Mientras viva sobre el suelo el hijo de Jesé, no
estarás a salvo ni tú ni tu realeza.
¿A quién no hubieran impresionado estas palabras? ¿A quién no le hubiesen
provocado a envidia? Dichas a cualquier otro, estas palabras hubiesen
corrompido, disminuido y hecho olvidar el amor, la benevolencia y la amistad.
Pero aquel joven, lleno de amor, no cejó en su amistad, y permaneció fuerte
ante las amenazas, paciente ante las injurias, despreciando, por su amistad, el
reino, olvidándose de los honores, pero no de su benevolencia. Tú -dice- serás
el rey, y yo seré tu segundo.
Ésta es la verdadera, la perfecta, la estable y constante amistad: la que no se
deja corromper por la envidia; la que no se enfría por las sospechas; la que no
se disuelve por la ambición; la que, puesta a prueba de esta manera, no cede;
la que, a pesar de tantos golpes, no cae; la que, batida por tantas injurias,
se muestra inflexible; la que, provocada por tantos ultrajes, permanece
inmóvil. Ve, pues, y haz tú lo mismo.
RESPONSORIO Sir 6, 14. 17
R. El amigo fiel es un refugio seguro;
* el que lo encuentra, encuentra un tesoro.
V. El que teme a Dios encontrará al
amigo fiel: según es él, así será su amigo.
R. El que lo encuentra, encuentra un
tesoro.
*Lecturas
de la 12ª Semana del Tiempo Ordinario Ciclo B*
Miércoles, 23 de junio de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (7,15-20)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuidado con los
falsos profetas; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos
rapaces. Por sus frutos los conoceréis. A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las
zarzas o higos de los cardos? Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles
dañados dan frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol
dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al
fuego. Es decir, que por sus frutos los conoceréis.
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Sirvamos al Señor con santidad todos nuestros días.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sirvamos al Señor con santidad todos nuestros días.
PRECES
Cristo, reflejo de la gloria del Padre, nos ilumina con su
palabra; acudamos pues a él diciendo:
Rey de la gloria, escúchanos.
Te bendecimos, Señor, autor y consumador de nuestra fe,
porque de las tinieblas nos has trasladado a tu luz admirable.
Tú que abriste los ojos de los ciegos y diste oído a los sordos,
aumenta nuestra fe.
Haz, Señor, que permanezcamos siempre en tu amor,
y que este amor nos guarde fraternalmente unidos.
Ayúdanos para que resistamos a la tentación, aguantemos en la tribulación
y te demos gracias en la prosperidad.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Dejemos que el espíritu de Dios, que ha sido derramado en nuestros corazones,
se una a nuestro espíritu, para clamar:
Padre nuestro...
ORACION
Recuerda, Señor, tu santa alianza consagrada con el nuevo
sacramento de la sangre del Cordero, para que tu pueblo obtenga el perdón de
sus pecados, y un aumento constante de salvación. Por nuestro Señor Jesucristo,
tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios,
por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
*San José Cafasso*
Este humilde sacerdote fue quizás
el más grande amigo y benefactor de San Juan Bosco y, de muchos seminaristas
pobres más, uno de los mejores formadores de sacerdotes del siglo XIX. Nació en
1811 en el mismo pueblo donde nació San Juan Bosco. Una hermana suya fue la
mamá de otro santo: San José Alamano, fundador de la comunidad de los Padres de
la Consolata. Desde niño sobresalió por su gran inclinación a la piedad y a
repartir ayudas a los pobres. En el año 1827, siendo Caffaso seminarista se
encontró por primera vez con Juan Bosco. Cafasso era de familia acomodada del
pueblo y Bosco provenía de una familia humilde y absolutamente pobre.
*Biografía de San José
Cafasso*
Este humilde sacerdote fue quizás
el más grande amigo y benefactor de San Juan Bosco y, de muchos seminaristas
pobres más, uno de los mejores formadores de sacerdotes
del siglo XIX. Nació en 1811 en el mismo pueblo donde nació San Juan Bosco. Una
hermana suya fue la mamá de otro santo: San José Alamano, fundador de la
comunidad de los Padres de la Consolata. Desde niño sobresalió por su gran
inclinación a la piedad y a repartir ayudas a los pobres. En el año 1827,
siendo Caffaso seminarista se encontró por primera vez con Juan Bosco. Cafasso
era de familia acomodada del pueblo y Bosco provenía de una familia humilde y
absolutamente pobre.
Tras ordenarse como sacerdote, a
la edad de 21 años, el santo viajó a Turín, a perfeccionar sus estudios en el
instituto "El Convictorio". Sus habilidades estudiantiles fueron
premiadas al ser nombrado como profesor de la institución académica, y luego
como rector por doce años. San José Cafasso formó más de cien sacerdotes en
Turín, y entre sus alumnos tuvo varios santos.
En Turín, que era la capital del
reino de Saboya, las cárceles estaban llenas de terribles criminales,
abandonados por todos. Sin embargo, San José Cafasso decidió evangelizar ese
lugar, y con infinita paciencia y amabilidad se fue ganando los presos uno por
uno, los hacía confesarse y empezar una vida santa. Además, el santo acompañó
hasta la horca a más de 68 condenados a muerte, y aunque habían sido terribles
criminales, ni uno sólo murió sin confesarse y arrepentirse.
La primera cualidad que todos
notaban en este santo era "el don de consejo", cualidad que el
Espíritu Santo le había dado para saber aconsejar lo que más le convenía a cada
uno. Otra gran cualidad que lo hizo muy popular fue su calma y su serenidad.
Algo encorvado (desde joven) y pequeño de estatura, pero en el rostro siempre
una sonrisa amable. Su voz sonora, y encantadora, y de su conversación
irradiaba una alegría contagiosa.
Falleció un sábado 23 de junio de
1860, a la edad de sólo 49 años. Su oración fúnebre la hizo su discípulo
preferido: San Juan Bosco. Antes de morir escribió esta estrofa: "No será
muerte sino un dulce sueño para ti, alma mía, si al morir te asiste Jesús, y te
recibe la Virgen María". Fue canonizado por el Papa Pío XII en 1947.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: TE BENDECIMOS, CRISTO, EN ESTA NOCHE.
Te bendecimos, Cristo, en esta noche:
Verbo de Dios y Luz de Luz eterna,
emisor del Espíritu Paráclito;
te bendecimos porque nos revelas
la triple luz de una indivisa gloria
y libras nuestras almas de tinieblas.
A la noche y al día has ordenado
que se releven siempre en paz fraterna;
la noche compasiva pone término
a nuestras aflicciones y tareas,
y, para comenzar el nuevo surco,
el día alegremente nos despierta.
Da un sueño muy ligero a nuestros párpados,
para que nuestra voz no permanezca
muda por mucho tiempo en tu alabanza;
mientras dormimos se mantenga en vela
toda tu creación, cantando salmos
en compañía de la turba angélica.
Y, mientras duerme nuestro humilde cuerpo,
nuestro espíritu cante a su manera:
«Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu,
en el día sin noche donde reinan;
al Uno y Trino, honor, poder, victoria,
por edades y edades sempiternas.» Amén.
SALMODIA
Ant 1. Señor, tu saber me sobrepasa.
Salmo 138, 1-18. 23-24 - I TODO ESTÁ PRESENTE A LOS OJOS DE DIOS.
Señor, tú me sondeas y me conoces;
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares.
No ha llegado la palabra a mi lengua,
y ya, Señor, te la sabes toda.
Me envuelves por doquier,
me cubres con tu mano.
Tanto saber me sobrepasa,
es sublime, y no lo abarco.
¿Adónde iré lejos de tu aliento,
adónde escaparé de tu mirada?
Si escalo el cielo, allí estás tú;
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro;
si vuelo hasta el margen de la aurora,
si emigro hasta el confín del mar,
allí me alcanzará tu izquierda,
tu diestra llegará hasta mí.
Si digo: «Que al menos la tiniebla me encubra,
que la luz se haga noche en torno a mí»,
ni la tiniebla es oscura para ti,
la noche es clara como el día.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Señor, tu saber me sobrepasa.
Ant 2. Yo, el Señor, penetro el corazón, sondeo las entrañas, para dar al
hombre según su conducta.
Salmo 138 II
Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias,
porque me has formado portentosamente,
porque son admirables tus obras;
conocías hasta el fondo de mi alma,
no desconocías mis huesos.
Cuando, en lo oculto, me iba formando,
y entretejiendo en lo profundo de la tierra,
tus ojos veían mis acciones,
se escribían todas en tu libro,
calculados estaban mis días
antes que llegase el primero.
¡Qué incomparables encuentro tus designios,
Dios mío, qué inmenso es su conjunto!
Si me pongo a contarlos, son más que arena;
si los doy por terminados, aún me quedas tú.
Señor, sondéame y conoce mi corazón,
ponme a prueba y conoce mis sentimientos,
mira si mi camino se desvía,
guíame por el camino eterno.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Yo, el Señor, penetro el corazón, sondeo las entrañas, para dar al
hombre según su conducta.
Ant 3. Todo fue creado por él y para él.
Cántico: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA CREATURA Y PRIMER
RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS. Cf. Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda creatura;
pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz
con todos los seres, así del cielo como de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Todo fue creado por él y para él.
LECTURA BREVE 1Jn 2, 3-6
Sabemos que hemos llegado a conocer a Cristo si guardamos sus mandamientos.
Quien dice: «Yo lo conozco», y no guarda sus mandamientos, miente; y la verdad
no está en él. Pero quien guarda su palabra posee el perfecto amor de Dios. En
esto conocemos que estamos en él. Quien dice que está siempre en él debe andar
de continuo como él anduvo.
RESPONSORIO BREVE
V. Guárdanos, Señor, como a las niñas de tus ojos.
R. Guárdanos, Señor, como a las niñas de tus ojos.
V. A las sombras de tus alas escóndenos.
R. Como a las niñas de tus ojos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Guárdanos, Señor, como a las niñas de tus ojos.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Haz, Señor, proezas con tu brazo, dispersa a los soberbios y
enaltece a los humildes.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
+Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Haz, Señor, proezas con tu brazo, dispersa a los soberbios y
enaltece a los humildes.
PRECES
Invoquemos a Dios, cuya bondad para con su pueblo es más grande
que los cielos, y digámosle:
Que se alegren los que se acogen a ti, Señor.
Acuérdate, Señor, que enviaste a tu Hijo al mundo, no para condenarlo, sino
para salvarlo;
haz que su muerte gloriosa nos traiga la salvación.
Tú que constituiste a tus sacerdotes servidores de Cristo y administradores de
tus misterios,
concédeles un corazón fiel, ciencia abundante y caridad intensa.
Tú que desde el principio creaste hombre y mujer,
guarda a todas las familias unidas en el verdadero amor.
Haz que los que has llamado a la castidad perfecta por el reino de los cielos,
sigan con fidelidad a tu Hijo.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que enviaste a Jesucristo al mundo para salvar a los pecadores,
Concede a todos los difuntos el perdón de sus faltas.
Movidos por el Espíritu Santo y llenos de su amor, dirijamos al Padre nuestra
oración:
Padre nuestro...
ORACION
Acuérdate, Señor, de tu misericordia, y, ya que a los hambrientos
los colmas de bienes, socorre nuestra indigencia con la abundancia de tus
riquezas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL MIÉRCOLES 23 DE JUNIO 2021
*Lecturas
de la 12ª Semana del Tiempo Ordinario Ciclo B*
Miércoles, 23 de junio de 2021
Primera
lectura
Lectura del
libro del Génesis (15,1-12.17-18):
En aquellos días, Abrán recibió en una visión la palabra del
Señor: «No temas, Abrán, yo soy tu escudo, y tu paga será abundante.»
Abrán contestó: «Señor, ¿de qué me sirven tus dones, si soy estéril, y Eliezer
de Damasco será el amo de mi casa?»
Y añadió: «No me has dado hijos, y un criado de casa me heredará.»
La palabra del Señor le respondió: «No te heredará ése, sino uno salido de tus
entrañas.»
Y el Señor lo sacó afuera y le dijo: «Mira al cielo; cuenta las estrellas, si
puedes.»
Y añadió: «Así será tu descendencia.» Abran creyó al Señor, y se le contó en su
haber.
El Señor le dijo: «Yo soy el Señor, que te sacó de Ur de los Caldeos, para
darte en posesión esta tierra.»
Él replicó: «Señor Dios, ¿cómo sabré que yo voy a poseerla?»
Respondió el Señor: «Tráeme una ternera de tres años, una cabra de tres años,
un carnero de tres años, una tórtola y un pichón.»
Abrán los trajo y los cortó por el medio, colocando cada mitad frente a la
otra, pero no descuartizó las aves. Los buitres bajaban a los cadáveres, y
Abrán los espantaba. Cuando iba a ponerse el sol, un sueño profundo invadió a
Abrán, y un terror intenso y oscuro cayó sobre él. El sol se puso, y vino la
oscuridad; una humareda de horno y una antorcha ardiendo pasaban entre los
miembros descuartizados.
Aquel día el Señor hizo alianza con Abrán en estos términos: «A tus
descendientes les daré esta tierra, desde el río de Egipto al Gran Río
Eufrates.»
Palabra de Dios
Salmo
Sal
104,1-2.3-4.6-7.8-9
R/. El Señor se acuerda
de su alianza eternamente
Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
dad a conocer sus hazañas a los pueblos.
Cantadle al son de instrumentos,
hablad de sus maravillas. R/.
Gloriaos de su nombre santo,
que se alegren los que buscan al Señor.
Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro. R/.
¡Estirpe de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra. R/.
Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a Isaac. R/.
*Lecturas
de la 12ª Semana del Tiempo Ordinario Ciclo B*
Miércoles, 23 de junio de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (7,15-20)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuidado con los
falsos profetas; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos
rapaces. Por sus frutos los conoceréis. A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las
zarzas o higos de los cardos? Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles
dañados dan frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol
dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al
fuego. Es decir, que por sus frutos los conoceréis.
Palabra del Señor
(«Por
sus frutos los conocerán»).
*El
Señor me hace una invitación especial a la sinceridad y a la fidelidad de su
Palabra. Puedo ver que el miedo es como una excusa en muchas ocasiones para no
decir la verdad, para no dar fruto o para esconder los frutos que tal vez pueda
haber en mí. Me cuesta y me da miedo de decirles a mis hijos lo importante que
ellos son para mí. La buena noticia para mí en esta palabra es, que el Señor me
invita a romper con el miedo porque él me dará la fuerza y la valentía de decir
la verdad y me invita a que mis frutos se puedan ver, que lo que yo diga con mi
boca sea testificado con mis hechos*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.