COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
EXAMEN DE CONCIENCIA
Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Himno: CUANDO ACABAMOS EL DÍA
Cuando acabamos el día
te suplicamos, Señor,
nos hagas de centinela
y otorgues tu protección.
Que te sintamos: contigo
sueñe nuestro corazón
para cantar tus loores
de nuevo al salir el sol.
Danos vida saludable,
alienta nuestro calor,
tu claridad ilumine
la oscuridad que llegó.
Dánoslo, Padre piadoso,
por Jesucristo, el Señor,
que reina con el Espíritu
Santo vivificador. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Sé tú, Señor, la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve.
Salmo 30, 2-6 - SÚPLICA CONFIADA Y ACCIÓN DE GRACIAS.
A ti, Señor, me acojo:
no quede yo nunca defraudado;
tú, que eres justo, ponme a salvo,
inclina tu oído hacia mí;
ven aprisa a librarme,
sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú que eres mi roca y mi baluarte;
por tu nombre dirígeme y guíame:
sácame de la red que me han tendido,
porque tú eres mi amparo.
En tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sé tú, Señor, la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve.
Ant 2. Desde lo hondo a ti grito, Señor.
Salmo 129 - DESDE LO HONDO A TI GRITO, SEÑOR.
Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto.
Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Desde lo hondo a ti grito, Señor.
LECTURA BREVE Ef 4, 26-27
No lleguéis a pecar; que la puesta del sol no os sorprenda en vuestro enojo. No dejéis lugar al diablo.
RESPONSORIO BREVE
V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
CÁNTICO DE SIMEÓN Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,
porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
ORACION
OREMOS,
Señor Jesucristo, tú que eres manso y humilde de corazón ofreces a los que vienen a ti un yugo llevadero y una carga ligera; dígnate, pues, aceptar los deseos y las acciones del día que hemos terminado: que podamos descansar durante la noche para que así, renovado nuestro cuerpo y nuestro espíritu, perseveremos constantes en tu servicio. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
BENDICIÓN
V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. Amén.
ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN
Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios,
no desprecies las oraciones
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro,
oh Virgen gloriosa y bendita.
Musica Para el Alma
martes, 11 de diciembre de 2018
VÍSPERAS ORACIÓN AL FINAL DE LA TARDE
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: MORENEZ DE MORENA HERMOSURA.
Morenez de morena hermosura,
no nevado candor de jazmín;
sí amalgama, crisol que madura
nuestra sed del Amor, mar sin fin.
Ella es reina, nosotros vasallos;
ella es río, nosotros la sed;
ella estrella, nosotros los rayos;
ella nave, nosotros la red.
Sobre el surco del llanto, sus ojos,
sobre el hambre de Madre, su amor;
sus dos manos, un viento de rezos,
en la noche de América, sol.
Cuando el valle se viste de sombras
y el silencio es la voz del hogar,
te loamos, Señor, que te nombras
el Amor no agotado de amar. Amén.
SALMODIA
Ant 1. He elegido y santificado este lugar, para que en él permanezca mi nombre para siempre y estén fijos en él mis ojos y mi corazón.
Salmo 121 LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN
¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.
Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia
en el palacio de David.
Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios.»
Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo.»
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. He elegido y santificado este lugar, para que en él permanezca mi nombre para siempre y estén fijos en él mis ojos y mi corazón.
Ant 2. Reconozcan, Señor, que aquí está tu mano, que eres tú quien lo ha hecho.
Salmo 126 - EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.
Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.
Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
los que coméis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!
La herencia que da el Señor son los hijos;
una recompensa es el fruto de las entrañas:
son saetas en mano de un guerrero
los hijos de la juventud.
Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Reconozcan, Señor, que aquí está tu mano, que eres tú quien lo ha hecho.
Ant 3. El gorrión ha encontrado una casa, y la tórtola ha hallado un nido para colocar a sus polluelos.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El gorrión ha encontrado una casa, y la tórtola ha hallado un nido para colocar a sus polluelos.
LECTURA BREVE Ap 21, 2-3
Vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo. Y escuché una voz potente que decía desde el trono: «Ésta es la morada de Dios con los hombres, y acampará entre ellos. Ellos serán su pueblo y Dios estará con ellos.»
RESPONSORIO BREVE
V. Se levantaron sus hijos, y la proclamaron bienaventurada.
R. Se levantaron sus hijos, y la proclamaron bienaventurada.
V. Ella abrió sus labios con sabiduría y su lengua pronunció palabras de amor.
R. Y la proclamaron bienaventurada.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Se levantaron sus hijos, y la proclamaron bienaventurada.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Las aguas torrenciales no han podido apagar el amor, ni los ríos extinguirlo.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Las aguas torrenciales no han podido apagar el amor, ni los ríos extinguirlo.
PRECES
Elevemos nuestras súplicas a Dios, que quiso enviarnos a la Santísima Virgen María para darnos consuelo en nuestras penas y llevarnos hacia él; pidámosle confiadamente:
Concédenos su amor, auxilio y defensa.
Tú que has hecho surgir a la Santísima Virgen María como el sol sobre los montes para iluminar a tu Iglesia, haz que, bajo el influjo de su belleza y de su amor, reine la justicia y la paz en todo el mundo.
Señor, Dios nuestro, que quisiste que la Madre de tu Hijo imprimiera su figura en el ayate del indio Juan Diego y tomara nuestros rasgos, haz que copiemos en nosotros sus virtudes y su amor hacia los pobres y desamparados.
Tú que, por medio de María, convertiste la aridez del Tepeyac en jardín florido y perfumado, trasforma a nuestro pueblo, por medio de ella, en un plantío fecundo de verdaderos cristianos.
Haz que aprendamos de Juan Diego la sencillez y la humildad, la constancia en el sufrimiento y la fidelidad a tu santísima Madre.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que has constituido a la Virgen María como protectora de todos los que la invoquen y en ella confíen,
haz llegar la luz de su consuelo hasta los miembros de tu pueblo santo que ya han salido de este mundo.
Unidos fraternalmente bajo la protección maternal de María, digamos a Dios con profunda confianza filial:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, Dios nuestro, que has concedido a tu pueblo la protección maternal de la siempre Virgen María, Madre de tu Hijo, concédenos, por su intercesión, permanecer siempre firmes en la fe y servir con sincero amor a nuestros hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: MORENEZ DE MORENA HERMOSURA.
Morenez de morena hermosura,
no nevado candor de jazmín;
sí amalgama, crisol que madura
nuestra sed del Amor, mar sin fin.
Ella es reina, nosotros vasallos;
ella es río, nosotros la sed;
ella estrella, nosotros los rayos;
ella nave, nosotros la red.
Sobre el surco del llanto, sus ojos,
sobre el hambre de Madre, su amor;
sus dos manos, un viento de rezos,
en la noche de América, sol.
Cuando el valle se viste de sombras
y el silencio es la voz del hogar,
te loamos, Señor, que te nombras
el Amor no agotado de amar. Amén.
SALMODIA
Ant 1. He elegido y santificado este lugar, para que en él permanezca mi nombre para siempre y estén fijos en él mis ojos y mi corazón.
Salmo 121 LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN
¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.
Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia
en el palacio de David.
Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios.»
Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo.»
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. He elegido y santificado este lugar, para que en él permanezca mi nombre para siempre y estén fijos en él mis ojos y mi corazón.
Ant 2. Reconozcan, Señor, que aquí está tu mano, que eres tú quien lo ha hecho.
Salmo 126 - EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.
Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.
Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
los que coméis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!
La herencia que da el Señor son los hijos;
una recompensa es el fruto de las entrañas:
son saetas en mano de un guerrero
los hijos de la juventud.
Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Reconozcan, Señor, que aquí está tu mano, que eres tú quien lo ha hecho.
Ant 3. El gorrión ha encontrado una casa, y la tórtola ha hallado un nido para colocar a sus polluelos.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El gorrión ha encontrado una casa, y la tórtola ha hallado un nido para colocar a sus polluelos.
LECTURA BREVE Ap 21, 2-3
Vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo. Y escuché una voz potente que decía desde el trono: «Ésta es la morada de Dios con los hombres, y acampará entre ellos. Ellos serán su pueblo y Dios estará con ellos.»
RESPONSORIO BREVE
V. Se levantaron sus hijos, y la proclamaron bienaventurada.
R. Se levantaron sus hijos, y la proclamaron bienaventurada.
V. Ella abrió sus labios con sabiduría y su lengua pronunció palabras de amor.
R. Y la proclamaron bienaventurada.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Se levantaron sus hijos, y la proclamaron bienaventurada.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Las aguas torrenciales no han podido apagar el amor, ni los ríos extinguirlo.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Las aguas torrenciales no han podido apagar el amor, ni los ríos extinguirlo.
PRECES
Elevemos nuestras súplicas a Dios, que quiso enviarnos a la Santísima Virgen María para darnos consuelo en nuestras penas y llevarnos hacia él; pidámosle confiadamente:
Concédenos su amor, auxilio y defensa.
Tú que has hecho surgir a la Santísima Virgen María como el sol sobre los montes para iluminar a tu Iglesia, haz que, bajo el influjo de su belleza y de su amor, reine la justicia y la paz en todo el mundo.
Señor, Dios nuestro, que quisiste que la Madre de tu Hijo imprimiera su figura en el ayate del indio Juan Diego y tomara nuestros rasgos, haz que copiemos en nosotros sus virtudes y su amor hacia los pobres y desamparados.
Tú que, por medio de María, convertiste la aridez del Tepeyac en jardín florido y perfumado, trasforma a nuestro pueblo, por medio de ella, en un plantío fecundo de verdaderos cristianos.
Haz que aprendamos de Juan Diego la sencillez y la humildad, la constancia en el sufrimiento y la fidelidad a tu santísima Madre.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que has constituido a la Virgen María como protectora de todos los que la invoquen y en ella confíen,
haz llegar la luz de su consuelo hasta los miembros de tu pueblo santo que ya han salido de este mundo.
Unidos fraternalmente bajo la protección maternal de María, digamos a Dios con profunda confianza filial:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, Dios nuestro, que has concedido a tu pueblo la protección maternal de la siempre Virgen María, Madre de tu Hijo, concédenos, por su intercesión, permanecer siempre firmes en la fe y servir con sincero amor a nuestros hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
NONA ORACION DE MEDIA TARDE
HORA NONA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: OH DIOS, TENAZ VIGOR DE TODA COSA
Oh Dios, tenaz vigor de toda cosa,
que inmóvil en ti mismo permaneces,
y que el orden del tiempo determinas
por medio de la luz que nace y muere.
Dígnate concedernos, en la tarde,
Luz con que nuestra vida nunca cese,
y haz que el bien infinito de la gloria
siga a la gracia de una santa muerte.
Glorificado seas, Jesucristo,
nacido del más puro y santo vientre,
y que sean también glorificados
el Padre y el Espíritu por siempre. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Pondré en ellos mi morada, y enjugaré toda lágrima de sus ojos.
Salmo 125 - DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
Al ir, iban llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 130 - COMO UN NIÑO, ISRAEL SE ABANDONÓ EN LOS BRAZOS DE DIOS
Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad;
sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre.
Espere Israel en el Señor
ahora y por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 127 - PAZ DOMÉSTICA EN EL HOGAR DEL JUSTO
¡Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos!
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien;
tu mujer, como una vid fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa:
ésta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida;
que veas a los hijos de tus hijos.
¡Paz a Israel!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Pondré en ellos mi morada, y enjugaré toda lágrima de sus ojos.
LECTURA BREVE Is 9, 2
Acrecentaste su gozo, hiciste inmensa su alegría: se han regocijado al verte como se alegran en la siega, como se gozan los que reparten el botín.
V. El pueblo que caminaba en tinieblas vio una grande luz.
R. Sobre los que vivían en tierra de sombras brilló un intenso resplandor.
ORACIÓN
OREMOS,
Señor, Dios nuestro, que has concedido a tu pueblo la protección maternal de la siempre Virgen María, Madre de tu Hijo, concédenos, por su intercesión, permanecer siempre firmes en la fe y servir con sincero amor a nuestros hermanos. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: OH DIOS, TENAZ VIGOR DE TODA COSA
Oh Dios, tenaz vigor de toda cosa,
que inmóvil en ti mismo permaneces,
y que el orden del tiempo determinas
por medio de la luz que nace y muere.
Dígnate concedernos, en la tarde,
Luz con que nuestra vida nunca cese,
y haz que el bien infinito de la gloria
siga a la gracia de una santa muerte.
Glorificado seas, Jesucristo,
nacido del más puro y santo vientre,
y que sean también glorificados
el Padre y el Espíritu por siempre. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Pondré en ellos mi morada, y enjugaré toda lágrima de sus ojos.
Salmo 125 - DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
Al ir, iban llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 130 - COMO UN NIÑO, ISRAEL SE ABANDONÓ EN LOS BRAZOS DE DIOS
Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad;
sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre.
Espere Israel en el Señor
ahora y por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 127 - PAZ DOMÉSTICA EN EL HOGAR DEL JUSTO
¡Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos!
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien;
tu mujer, como una vid fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa:
ésta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida;
que veas a los hijos de tus hijos.
¡Paz a Israel!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Pondré en ellos mi morada, y enjugaré toda lágrima de sus ojos.
LECTURA BREVE Is 9, 2
Acrecentaste su gozo, hiciste inmensa su alegría: se han regocijado al verte como se alegran en la siega, como se gozan los que reparten el botín.
V. El pueblo que caminaba en tinieblas vio una grande luz.
R. Sobre los que vivían en tierra de sombras brilló un intenso resplandor.
ORACIÓN
OREMOS,
Señor, Dios nuestro, que has concedido a tu pueblo la protección maternal de la siempre Virgen María, Madre de tu Hijo, concédenos, por su intercesión, permanecer siempre firmes en la fe y servir con sincero amor a nuestros hermanos. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
EL ÁNGELUS. EL ROSARIO. LA CORONILLA
MIERCOLES Y DOMINGOS
El
Ángelus. El Santo Rosario. La Coronilla
de la Divina Misericordia.
El Ángelus
V/. El ángel del Señor anunció a María.
R/. Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.
Dios te salve, María…
V/. He aquí la esclava del Señor.
R/. Hágase en mí según tu palabra.
Dios te salve, María…
V/. Y el Verbo de Dios se hizo carne.
R/. Y habitó entre nosotros.
Dios te salve, María…
V/. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R/. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor
Jesucristo.
Oración
Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas, para
que los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la Encarnación de tu Hijo
Jesucristo, por su Pasión y Cruz, seamos llevados a la gloria de su
resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor.
R/. Amén.
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios: no desprecies las
súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos siempre
de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita.
EL SANTO ROSARIO
.Misterios Gloriosos (MIERCOLES Y DOMINGOS)
.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…
.1º La Resurrección del Señor (MATEO
28,1-10)
.2º La Ascensión de Nuestro Señor a los cielos (HECHOS 1,3-11)
.3º La Venida del Espíritu Santo (HECHOS 2,1-13)
4º La Asunción de Nuestra Señora (De la Constitución Apostólica Deus
del papa Pío XXII )
.5º La Coronación de Nuestra Señora, como Reina de cielo y tierra.
(Constitución Dogmática Sobre la Iglesia. Lumen Gentium 59)
.
Oremos:
Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor
Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su
Madre, la Virgen María, llegar a alcanzar los gozos eternos. Por el mismo
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
.
La Coronilla de la Divina Misericordia
Se utiliza un rosario común de cinco
decenas.
1 Comenzar con un Padre
Nuestro, Avemaría, y Credo.
2 Al comenzar cada decena (cuentas
grandes del Padre Nuestro) decir:
"Padre Eterno, te ofrezco el
Cuerpo,
la Sangre, el Alma y la Divinidad
de Tu Amadísimo Hijo,
Nuestro Señor Jesucristo,
para el perdón de nuestros
pecados y los del mundo entero."
la Sangre, el Alma y la Divinidad
de Tu Amadísimo Hijo,
Nuestro Señor Jesucristo,
para el perdón de nuestros
pecados y los del mundo entero."
.
3. En las cuentas pequeñas del
Ave María:
"Por Su dolorosa Pasión,
ten misericordia de nosotros
y del mundo entero."
ten misericordia de nosotros
y del mundo entero."
veces:
"Santo Dios, Santo Fuerte,
Santo Inmortal, ten piedad de
nosotros y del mundo entero."
《 *El que DESEA y QUIERE amar, con el corazón según EL SEÑOR: llegará
a ser, SANTO* 》
MATEO 11,28-30 LO QUE ME DICE EL EVANGELIO
Miércoles, 12 de diciembre de 2018
Lo
que me dice: El Evangelio de: (Mateo
11,28-30). (Soy manso y
humilde de corazón). *Me llega a la mente Noé y el arca, Noé solo quería
salvarles la vida las personas. El Señor solo me hace una invitación, a que me
acerque a él, con mi cansancio y con mis agobios, y esto me lleva a preguntarme
¿de qué estoy cansado? ¿De qué estoy agobiado? Y el solo me ofrece un
alivio, y cargar con un yugo, y aprender a caminar y vivir con un yugo, porque
ese yugo me enseñará, a ser manso y humilde de corazón. Es como contradictorio,
que cargando un yugo, encontrare descanso, y que su yugo, es llevadero, no es
doloroso, no cansa, no agota, y no pesa. Humanamente no entiendo este yugo, si
muchas veces, mi matrimonio que recibo tanta felicidad, en ocasiones lo siento
como un yugo, en ocasiones el trabajo lo siento como un yugo, en ocasione
he sentido mi vida como un yugo. Pero qué alegría sentí, cunda una gran Mujer y
excelente Madre, me explicó cómo es que puedo cargar con mi yugo, solo tengo
que hacer mía estas palabras: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según
tu palabra*.
《 *El que DESEA y QUIERE amar, con el
corazón según EL SEÑOR: llegará a ser, SANTO* 》
EVANGELIO
Miércoles, 12 de diciembre de 2018
Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Mateo (11,28-30):
EN aquel tiempo, Jesús tomó la palabra y dijo:
«Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.
Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».
Palabra del Señor
EN aquel tiempo, Jesús tomó la palabra y dijo:
«Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.
Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».
Palabra del Señor
LAUDES. MIÉRCOLES 12 ORACIÓN PARA INICIAR EL DIA
TIEMPO DE ADVIENTO
MIÉRCOLES DE LA SEMANA II
Del Común de la Santísima Virgen María.
12 de diciembre
NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE. (FIESTA)
Según una constante y sólida tradición, la imagen de la Virgen de Guadalupe, a raíz de su impresión en la tilma del indio Juan Diego en 1531, en la ciudad de México, permaneció algunos días en la capilla episcopal del obispo fray Juan de Zumárraga, y luego en el templo mayor. El 26 de diciembre de ese mismo año fue trasladada solemnemente a una ermita construida al pie del cerro del Tepeyac. Su culto se propagó rápidamente e influyó mucho para la difusión de la fe entre los indígenas. Después de habérsele construido sucesivamente otros tres templos al pie del cerro, se construyó el actual, que fue terminado en 1709 y elevado a la categoría de basílica por san Pio X en 1904. En 1754, Benedicto XIV confirmó el patronato de la Virgen de Guadalupe sobre toda la Nueva España (desde Arizona hasta Costa Rica) y concedió la primera misa y Oficio propios. Puerto Rico la proclamó su Patrona en 1758. El 12 de octubre de 1895 tuvo lugar la coronación pontificia de la imagen, concedida por León XIII, el cual había aprobado un año antes un nuevo Oficio propio. En 1910, san Pio X la proclamó Patrona de la América Latina; en 1935, Pio XI la nombró Patrona de las Islas Filipinas; y, en 1945, Pio XII le dio el título de Emperatríz de América.
La veneración a la Virgen de Guadalupe despierta en el pueblo una grande confianza filial hacia ella, ya que se presenta solícita para dar auxilio y defensa en las tribulaciones; es, además, un impulso hacia la práctica de la caridad cristiana, al mostrar la predilección de María por los humildes y necesitados, y su disposición por remediar sus angustias.
MIÉRCOLES DE LA SEMANA II
Del Común de la Santísima Virgen María.
12 de diciembre
NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE. (FIESTA)
Según una constante y sólida tradición, la imagen de la Virgen de Guadalupe, a raíz de su impresión en la tilma del indio Juan Diego en 1531, en la ciudad de México, permaneció algunos días en la capilla episcopal del obispo fray Juan de Zumárraga, y luego en el templo mayor. El 26 de diciembre de ese mismo año fue trasladada solemnemente a una ermita construida al pie del cerro del Tepeyac. Su culto se propagó rápidamente e influyó mucho para la difusión de la fe entre los indígenas. Después de habérsele construido sucesivamente otros tres templos al pie del cerro, se construyó el actual, que fue terminado en 1709 y elevado a la categoría de basílica por san Pio X en 1904. En 1754, Benedicto XIV confirmó el patronato de la Virgen de Guadalupe sobre toda la Nueva España (desde Arizona hasta Costa Rica) y concedió la primera misa y Oficio propios. Puerto Rico la proclamó su Patrona en 1758. El 12 de octubre de 1895 tuvo lugar la coronación pontificia de la imagen, concedida por León XIII, el cual había aprobado un año antes un nuevo Oficio propio. En 1910, san Pio X la proclamó Patrona de la América Latina; en 1935, Pio XI la nombró Patrona de las Islas Filipinas; y, en 1945, Pio XII le dio el título de Emperatríz de América.
La veneración a la Virgen de Guadalupe despierta en el pueblo una grande confianza filial hacia ella, ya que se presenta solícita para dar auxilio y defensa en las tribulaciones; es, además, un impulso hacia la práctica de la caridad cristiana, al mostrar la predilección de María por los humildes y necesitados, y su disposición por remediar sus angustias.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos a Cristo, hijo de la siempre Virgen María.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos a Cristo, hijo de la siempre Virgen María.
Himno: AYER, ALBA EN EL ALBA, SUBISTE PRESUROSA.
Ayer, alba en el alba, subiste presurosa
por servir a tu prima, cual sierva ante los siervos.
Hoy a México bajas, cual Rosa misteriosa,
para anuciar al indio que en sus ratos acervos
jamás estará solo; porque jamás, oh Madre,
has sido en nuestra historia cobarde subterfugio;
porque tú eres la escala ante el Hijo del Padre:
¡tú el regazo y el puente; tú, defensa y refugio!
Eres cifra y compendio de nuestra patria suave;
eres signo y substancia de nuestra nueva raza;
eres lámpara y cuna, eres báculo y ave,
eres vínculo y nudo, eres tilma, eres casa.
Por tus manos en hueco, patena de ternura,
consagramos al Padre de todos los consuelos,
por el Hijo, en la Llama quemaste la amargura
del sudor hecho lágrimas y el júbilo hecho anhelos.
Amén.
SALMODIA
Ant 1. ¿Quién es esa que surge como el alba, hermosa como la luna y límpida como el sol, imponente como escuadrón a banderas desplegadas?
SALMO 62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. ¿Quién es esa que surge como el alba, hermosa como la luna y límpida como el sol, imponente como escuadrón a banderas desplegadas?
Ant 2. Yo soy la siempre Virgen santa María, Madre del verdadero Dios por quien se vive.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria al Padre.
Ant. Yo soy la siempre Virgen santa María, Madre del verdadero Dios por quien se vive.
Ant 3. Como el águila incita a volar a sus polluelos y revolotea sobre el nido, así extendió ella sus alas y los llevó sobre su plumaje.
Salmo 149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Como el águila incita a volar a sus polluelos y revolotea sobre el nido, así extendió ella sus alas y los llevó sobre su plumaje.
LECTURA BREVE Cf. Sir 50, 5-10
¡Qué majestuosa cuando salía detrás del velo! Como estrella matutina en medio de las nubes, como la luna en los días de plenilunio, como el sol cuando brilla sobre el templo del Altísimo, como el arco iris que ilumina las nubes de gloria, como flor de rosal en primavera, como lirio junto a un manantial, como vaso de oro macizo adornado con piedras preciosas.
RESPONSORIO BREVE
V. Levanto mis ojos a los montes, ¿de dónde me vendrá el auxilio?
R. Levanto mis ojos a los montes, ¿de dónde me vendrá el auxilio?
V. Señor, por ti madrugo, dame una señal propicia.
R. ¿De dónde me vendrá el auxilio?
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Levanto mis ojos a los montes, ¿de dónde me vendrá el auxilio?
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos a Cristo, hijo de la siempre Virgen María.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos a Cristo, hijo de la siempre Virgen María.
Himno: AYER, ALBA EN EL ALBA, SUBISTE PRESUROSA.
Ayer, alba en el alba, subiste presurosa
por servir a tu prima, cual sierva ante los siervos.
Hoy a México bajas, cual Rosa misteriosa,
para anuciar al indio que en sus ratos acervos
jamás estará solo; porque jamás, oh Madre,
has sido en nuestra historia cobarde subterfugio;
porque tú eres la escala ante el Hijo del Padre:
¡tú el regazo y el puente; tú, defensa y refugio!
Eres cifra y compendio de nuestra patria suave;
eres signo y substancia de nuestra nueva raza;
eres lámpara y cuna, eres báculo y ave,
eres vínculo y nudo, eres tilma, eres casa.
Por tus manos en hueco, patena de ternura,
consagramos al Padre de todos los consuelos,
por el Hijo, en la Llama quemaste la amargura
del sudor hecho lágrimas y el júbilo hecho anhelos.
Amén.
SALMODIA
Ant 1. ¿Quién es esa que surge como el alba, hermosa como la luna y límpida como el sol, imponente como escuadrón a banderas desplegadas?
SALMO 62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. ¿Quién es esa que surge como el alba, hermosa como la luna y límpida como el sol, imponente como escuadrón a banderas desplegadas?
Ant 2. Yo soy la siempre Virgen santa María, Madre del verdadero Dios por quien se vive.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria al Padre.
Ant. Yo soy la siempre Virgen santa María, Madre del verdadero Dios por quien se vive.
Ant 3. Como el águila incita a volar a sus polluelos y revolotea sobre el nido, así extendió ella sus alas y los llevó sobre su plumaje.
Salmo 149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Como el águila incita a volar a sus polluelos y revolotea sobre el nido, así extendió ella sus alas y los llevó sobre su plumaje.
LECTURA BREVE Cf. Sir 50, 5-10
¡Qué majestuosa cuando salía detrás del velo! Como estrella matutina en medio de las nubes, como la luna en los días de plenilunio, como el sol cuando brilla sobre el templo del Altísimo, como el arco iris que ilumina las nubes de gloria, como flor de rosal en primavera, como lirio junto a un manantial, como vaso de oro macizo adornado con piedras preciosas.
RESPONSORIO BREVE
V. Levanto mis ojos a los montes, ¿de dónde me vendrá el auxilio?
R. Levanto mis ojos a los montes, ¿de dónde me vendrá el auxilio?
V. Señor, por ti madrugo, dame una señal propicia.
R. ¿De dónde me vendrá el auxilio?
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Levanto mis ojos a los montes, ¿de dónde me vendrá el auxilio?
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Isaías 52, 7. 9-10; 54, 10a. 11b-14a. 15; 55, 3b. 12b-13
SOBRE LOS MONTES SE ANUNCIÓ LA PAZ
¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae la dicha, que anuncia la salvación, que dice a Sión: «Ya reina tu Dios»!
Prorrumpid a una en gritos de júbilo, soledades de Jerusalén, porque el Señor ha consolado a su pueblo, ha rescatado a Jerusalén. Ha descubierto el Señor su santo brazo a la vista de todas las naciones y han contemplado los confines de la tierra la salvación de nuestro Dios.
«Podrán correrse los montes -dice el Señor-, podrán moverse las colinas, pero mi amor nunca se apartará de ti. Yo asentaré tus piedras sobre jaspe y tus cimientos sobre zafiro. Te pondré almenas de rubíes y puertas de esmeralda, y haré tus murallas con piedras preciosas. Todos tus hijos serán discípulos del Señor y su dicha será inmensa. Serás consolidada en la justicia. Si alguien te ataca, no será de parte mía; cualquiera que te ataque, contra ti se estrellará. Pues voy a firmar con vosotros una alianza eterna.»
Los montes y colinas romperán a cantar ante vosotros con gritos de alegría, y aplaudirán los árboles del campo. En lugar del espino crecerá el ciprés, en lugar de la ortiga crecerán los mirtos.
Será esto para gloria del Señor, para señal eterna que jamás se borrará.
RESPONSORIO Sal 22, 4; 108, 22; Is 66, 13; Sal 120, 6
R. No se turbe tu corazón ni te inquiete cosa alguna: aunque camines por cañadas oscuras, aunque te sientas pobre y desdichado y lleves traspasado el corazón. * Como una madre acaricia a su hijo, así yo os consolaré.
V. De día el sol no te hará daño, ni la luna de noche.
R. Como una madre acaricia a su hijo, así yo os consolaré.
SEGUNDA LECTURA
Del Mensaje del papa Pablo sexto al pueblo mexicano
(L 'Osservatore Romano, 18 de octubre de 1970)
EL MEJOR HOMENAJE A MARÍA: AMAR A DIOS Y AL PRÓJIMO
Amadísimos hijos, deseamos unir nuestra voz a ese himno filial que el pueblo mexicano eleva hoy a la Madre de Dios. La devoción a la Virgen Santísima de Guadalupe debe ser para todos vosotros una constante y particular exigencia de auténtica renovación cristiana. La corona que ella espera de todos vosotros no es tanto una corona material, sino una preciosa corona espiritual, formada por un profundo amor a Cristo y por un sincero amor a todos los hombres: los dos mandamientos que resumen el mensaje evangélico. La misma Virgen Santísima, con su ejemplo, nos guía en estos dos caminos.
En primer lugar, nos pide que hagamos de Cristo el centro y la cumbre de toda nuestra vida cristiana. Ella misma se oculta, con suprema humildad, para que la figura de su Hijo aparezca a los hombres con todo su incomparable fulgor. Por eso, la misma devoción mariana alcanza su plenitud y su expresión más exacta cuando es un camino hacia el Señor y dirige todo el amor hacia él, como ella supo hacerlo, al entrelazar en un mismo impulso la ternura de madre y la piedad de creatura.
Pero además, y precisamente porque amaba tan entrañablemente a Cristo, nuestra Madre cumplió cabalmente ese segundo mandamiento que debe ser la norma de todas las relaciones humanas: el amor al prójimo. ¡Qué bella y delicada intervención de María en las bodas de Caná, cuando mueve a su Hijo a realizar el primer milagro de convertir el agua en vino, sólo para ayudar a aquellos jóvenes esposos! Es todo un signo del constante amor de la Virgen Santísima por la humanidad necesitada y debe ser un ejemplo para todos los que quieren considerarse verdaderamente hijos suyos.
Un cristiano no puede menos que demostrar su solidaridad para solucionar la situación de aquellos a quienes aún no ha llegado el pan de la cultura o la oportunidad de un trabajo honorable y justamente remunerado; no puede quedar insensible mientras las nuevas generaciones no encuentren el cauce para hacer realidad sus legítimas aspiraciones, y mientras una parte de la humanidad siga estando marginada a las ventajas de la civilización y del progreso. Por ese motivo, en esta fiesta tan señalada os exhortamos de corazón a dar a vuestra vida cristiana un marcado sentido social -como pide el Concilio-, que os haga estar siempre en primera línea en todos los esfuerzos para el progreso y en todas las iniciativas para mejorar la situación de los que sufren necesidad. Ved en cada hombre un hermano, y en cada hermano, a Cristo, de manera que el amor a Dios y el amor al prójimo se unan en un mismo amor, vivo y operante, que es lo único que puede redimir las miserias del mundo, renovándolo en su raíz más honda: el corazón del hombre.
El que tiene mucho que sea consciente de su obligación de servir y de contribuir con generosidad para el bien de todos. El que tiene poco o no tiene nada que, mediante la ayuda de una sociedad justa, se esfuerce en superarse y en elevarse a sí mismo y aun en cooperar al progreso de los que sufren su misma situación. Y, todos, sentid el deber de uniros fraternalmente para ayudar a forjar ese mundo nuevo que anhela la humanidad.
Esto es lo que hoy os pide la Virgen de Guadalupe, ésta la fidelidad al Evangelio, de la que ella supo ser el ejemplo eminente.
Sobre vosotros, muy queridos hijos, imploramos confiado la maternal benevolencia de la Madre de Dios y Madre de la Iglesia, para que siga protegiendo a vuestra nación y la dirija e impulse cada vez más por los caminos del progreso, del amor fraterno y de la pacífica convivencia.
RESPONSORIO Mt 22, 37-38; 1Jn 4, 20; cf. Mt 25, 40
R. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente: éste es el principal y el primero de los mandamientos. Pero * si alguno dice: «Yo amo a Dios», y no ama a su hermano, está mintiendo.
V. Todo lo que hacéis a uno de estos mis humildes hermanos, a mí me lo hacéis.
R. Si alguno dice: «Yo amo a Dios», y no ama a su hermano, está mintiendo.
Del libro del profeta Isaías 52, 7. 9-10; 54, 10a. 11b-14a. 15; 55, 3b. 12b-13
SOBRE LOS MONTES SE ANUNCIÓ LA PAZ
¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae la dicha, que anuncia la salvación, que dice a Sión: «Ya reina tu Dios»!
Prorrumpid a una en gritos de júbilo, soledades de Jerusalén, porque el Señor ha consolado a su pueblo, ha rescatado a Jerusalén. Ha descubierto el Señor su santo brazo a la vista de todas las naciones y han contemplado los confines de la tierra la salvación de nuestro Dios.
«Podrán correrse los montes -dice el Señor-, podrán moverse las colinas, pero mi amor nunca se apartará de ti. Yo asentaré tus piedras sobre jaspe y tus cimientos sobre zafiro. Te pondré almenas de rubíes y puertas de esmeralda, y haré tus murallas con piedras preciosas. Todos tus hijos serán discípulos del Señor y su dicha será inmensa. Serás consolidada en la justicia. Si alguien te ataca, no será de parte mía; cualquiera que te ataque, contra ti se estrellará. Pues voy a firmar con vosotros una alianza eterna.»
Los montes y colinas romperán a cantar ante vosotros con gritos de alegría, y aplaudirán los árboles del campo. En lugar del espino crecerá el ciprés, en lugar de la ortiga crecerán los mirtos.
Será esto para gloria del Señor, para señal eterna que jamás se borrará.
RESPONSORIO Sal 22, 4; 108, 22; Is 66, 13; Sal 120, 6
R. No se turbe tu corazón ni te inquiete cosa alguna: aunque camines por cañadas oscuras, aunque te sientas pobre y desdichado y lleves traspasado el corazón. * Como una madre acaricia a su hijo, así yo os consolaré.
V. De día el sol no te hará daño, ni la luna de noche.
R. Como una madre acaricia a su hijo, así yo os consolaré.
SEGUNDA LECTURA
Del Mensaje del papa Pablo sexto al pueblo mexicano
(L 'Osservatore Romano, 18 de octubre de 1970)
EL MEJOR HOMENAJE A MARÍA: AMAR A DIOS Y AL PRÓJIMO
Amadísimos hijos, deseamos unir nuestra voz a ese himno filial que el pueblo mexicano eleva hoy a la Madre de Dios. La devoción a la Virgen Santísima de Guadalupe debe ser para todos vosotros una constante y particular exigencia de auténtica renovación cristiana. La corona que ella espera de todos vosotros no es tanto una corona material, sino una preciosa corona espiritual, formada por un profundo amor a Cristo y por un sincero amor a todos los hombres: los dos mandamientos que resumen el mensaje evangélico. La misma Virgen Santísima, con su ejemplo, nos guía en estos dos caminos.
En primer lugar, nos pide que hagamos de Cristo el centro y la cumbre de toda nuestra vida cristiana. Ella misma se oculta, con suprema humildad, para que la figura de su Hijo aparezca a los hombres con todo su incomparable fulgor. Por eso, la misma devoción mariana alcanza su plenitud y su expresión más exacta cuando es un camino hacia el Señor y dirige todo el amor hacia él, como ella supo hacerlo, al entrelazar en un mismo impulso la ternura de madre y la piedad de creatura.
Pero además, y precisamente porque amaba tan entrañablemente a Cristo, nuestra Madre cumplió cabalmente ese segundo mandamiento que debe ser la norma de todas las relaciones humanas: el amor al prójimo. ¡Qué bella y delicada intervención de María en las bodas de Caná, cuando mueve a su Hijo a realizar el primer milagro de convertir el agua en vino, sólo para ayudar a aquellos jóvenes esposos! Es todo un signo del constante amor de la Virgen Santísima por la humanidad necesitada y debe ser un ejemplo para todos los que quieren considerarse verdaderamente hijos suyos.
Un cristiano no puede menos que demostrar su solidaridad para solucionar la situación de aquellos a quienes aún no ha llegado el pan de la cultura o la oportunidad de un trabajo honorable y justamente remunerado; no puede quedar insensible mientras las nuevas generaciones no encuentren el cauce para hacer realidad sus legítimas aspiraciones, y mientras una parte de la humanidad siga estando marginada a las ventajas de la civilización y del progreso. Por ese motivo, en esta fiesta tan señalada os exhortamos de corazón a dar a vuestra vida cristiana un marcado sentido social -como pide el Concilio-, que os haga estar siempre en primera línea en todos los esfuerzos para el progreso y en todas las iniciativas para mejorar la situación de los que sufren necesidad. Ved en cada hombre un hermano, y en cada hermano, a Cristo, de manera que el amor a Dios y el amor al prójimo se unan en un mismo amor, vivo y operante, que es lo único que puede redimir las miserias del mundo, renovándolo en su raíz más honda: el corazón del hombre.
El que tiene mucho que sea consciente de su obligación de servir y de contribuir con generosidad para el bien de todos. El que tiene poco o no tiene nada que, mediante la ayuda de una sociedad justa, se esfuerce en superarse y en elevarse a sí mismo y aun en cooperar al progreso de los que sufren su misma situación. Y, todos, sentid el deber de uniros fraternalmente para ayudar a forjar ese mundo nuevo que anhela la humanidad.
Esto es lo que hoy os pide la Virgen de Guadalupe, ésta la fidelidad al Evangelio, de la que ella supo ser el ejemplo eminente.
Sobre vosotros, muy queridos hijos, imploramos confiado la maternal benevolencia de la Madre de Dios y Madre de la Iglesia, para que siga protegiendo a vuestra nación y la dirija e impulse cada vez más por los caminos del progreso, del amor fraterno y de la pacífica convivencia.
RESPONSORIO Mt 22, 37-38; 1Jn 4, 20; cf. Mt 25, 40
R. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente: éste es el principal y el primero de los mandamientos. Pero * si alguno dice: «Yo amo a Dios», y no ama a su hermano, está mintiendo.
V. Todo lo que hacéis a uno de estos mis humildes hermanos, a mí me lo hacéis.
R. Si alguno dice: «Yo amo a Dios», y no ama a su hermano, está mintiendo.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo
(11,28-30):
EN aquel tiempo, Jesús tomó la palabra y dijo:
«Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.
Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».
Palabra del Señor
EN aquel tiempo, Jesús tomó la palabra y dijo:
«Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.
Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Sube a un alto monte, alegre mensajero de Jerusalén, di a las ciudades de Judá: «¡Aquí está vuestro Dios! Como un pastor pastorea a su pueblo.»
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sube a un alto monte, alegre mensajero de Jerusalén, di a las ciudades de Judá: «¡Aquí está vuestro Dios! Como un pastor pastorea a su pueblo.»
PRECES
Alabemos a Dios Padre todopoderoso, el Creador por quien se vive, y digámosle:
Señor, por quien vivimos, escucha nuestras plegarias.
Bendito seas, Señor del universo, que en tu inmensa piedad nos enviaste a la Madre de tu Hijo,
para llamarnos a la fe y hacernos ingresar a tu pueblo santo.
Te bendecimos, Señor, porque ocultaste tu mensaje a los sabios y prudentes según el mundo
y lo revelaste a los pequeños, a los que son tenidos por insignificantes y despreciables.
Concédenos ser, como Juan Diego, embajadores tuyos muy dignos de confianza,
que llevemos a todos los hombres y a todas las naciones tu mensaje de amor y de paz.
Tú que, con la presencia de María, haces brillar los riscos como perlas y las espinas como el oro,
haz que el amor de la Santísima Virgen María nos transforme en otros Cristos.
Haz que , como Juan Diego, seamos siempre fieles al culto divino y a tus mandatos,
para que merezcamos, también nosotros, que la Virgen María nos salga al paso en el camino de nuestra vida.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Con la confianza que nos da la predilección mostrada por la santa Madre de Dios hacia nosotros, digámosle al Padre de los Cielos, con profundo amor filial:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, Dios nuestro, que has concedido a tu pueblo la protección maternal de la siempre Virgen María, Madre de tu Hijo, concédenos, por su intercesión, permanecer siempre firmes en la fe y servir con sincero amor a nuestros hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LECTURAS DEL MIÉRCOLES 12 DE DICIEMBRE
Lecturas del día.
La Romana R. D.
Miércoles, 12 de diciembre de 2018
Primera lectura
Lectura del
libro de Isaías (40,25-31):
« ¿CON quién podréis compararme,
quién es semejante a mí?», dice el Santo.
Alzad los ojos a lo alto y mirad:
¿quién creó esto?
Es él, que despliega su ejército al completo
y a cada uno convoca por su nombre.
Ante su grandioso poder, y su robusta fuerza,
ninguno falta a su llamada.
¿Por qué andas diciendo, Jacob,
y por qué murmuras, Israel:
«Al Señor no le importa mi destino,
mi Dios pasa por alto mis derechos»?
¿Acaso no lo sabes, es que no lo has oído?
El Señor es un Dios eterno
que ha creado los confines de la tierra.
No se cansa, no se fatiga,
es insondable su inteligencia.
Fortalece a quien está cansado,
acrecienta el vigor del exhausto.
Se cansan los muchachos, se fatigan,
los jóvenes tropiezan y vacilan;
pero los que esperan en el Señor
renuevan sus fuerzas,
echan alas como las águilas,
corren y no se fatigan,
caminan y no se cansan.
Palabra de Dios
« ¿CON quién podréis compararme,
quién es semejante a mí?», dice el Santo.
Alzad los ojos a lo alto y mirad:
¿quién creó esto?
Es él, que despliega su ejército al completo
y a cada uno convoca por su nombre.
Ante su grandioso poder, y su robusta fuerza,
ninguno falta a su llamada.
¿Por qué andas diciendo, Jacob,
y por qué murmuras, Israel:
«Al Señor no le importa mi destino,
mi Dios pasa por alto mis derechos»?
¿Acaso no lo sabes, es que no lo has oído?
El Señor es un Dios eterno
que ha creado los confines de la tierra.
No se cansa, no se fatiga,
es insondable su inteligencia.
Fortalece a quien está cansado,
acrecienta el vigor del exhausto.
Se cansan los muchachos, se fatigan,
los jóvenes tropiezan y vacilan;
pero los que esperan en el Señor
renuevan sus fuerzas,
echan alas como las águilas,
corren y no se fatigan,
caminan y no se cansan.
Palabra de Dios
Salmo
Sal
102,1-2.3-4.8.10
R/. Bendice, alma mía, al Señor
V/. Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.
R/. Bendice, alma mía, al Señor
V/. Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.
R/. Bendice, alma mía, al Señor
V/. Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa,
y te colma de gracia y de ternura. R/.
R/. Bendice, alma mía, al Señor
V/. El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia.
No nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas. R/.
R/. Bendice,
alma mía, al Señor
Miércoles, 12 de diciembre de 2018
Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Mateo (11,28-30):
EN aquel tiempo, Jesús tomó la palabra y dijo:
«Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.
Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».
Palabra del Señor
EN aquel tiempo, Jesús tomó la palabra y dijo:
«Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.
Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».
Palabra del Señor
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