Musica Para el Alma
viernes, 24 de octubre de 2025
LUCAS 13,1-9 CICLO C
Lecturas
del Sábado de la XXIX Semana del Tiempo Ordinario
25 Oct 2025
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Lucas (13,1-9)*
En una ocasión, se presentaron algunos a contar
a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios
que ofrecían.
Jesús les contestó: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los
demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís,
todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la
torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de
Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma
manera.»
Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a
buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: «Ya ves: tres
años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala.
¿Para qué va a ocupar terreno en balde?» Pero el viñador contestó: «Señor,
déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da
fruto. Si no, la cortas.»
Palabra del Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
(Si no os convertís, todos pereceréis del mismo
modo)
*Algunos noticieros tratan de hacer ver las noticias
lo más trágicas posible, por lo que les inyectan un poco de morbo para causar
un mayor impacto. Estas personas piensan que le están dando una noticia muy
trágica a Jesús. Y Jesús utiliza estas mismas noticias para corregirles (Si no os convertís, todos pereceréis del mismo
modo). Esta palabra me hace
ver y descubrir que, en algunas ocasiones, cuando he dado alguna mala noticia,
le he puesto un poco de morbo para hacerla sentir más trágica. Y sin saberlo en
esa ignorancia, me he puesto al servicio del príncipe de las tinieblas. Es por
eso que Jesús me reprende para ayudarme, y me hace ver que lo más importante es
hablar con la verdad, porque todo lo que sucede en esta tierra es porque Dios
lo permite. Por eso Jesús viñador, le pide un tiempo, un
año de gracia al dueño de la vida, para trabajarme interiormente, y sacar,
tirar fuera toda cosa que impide que yo pueda dar buenos frutos, ese tiempo se
llama: El tiempo de la Misericordia de Dios*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAUDES Y VISPERAS DEL SABADO 25
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar
este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
SABADO SEMANA
I
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Del Señor es la tierra y cuanto la
llena; venid, adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Del Señor es la tierra y cuanto la
llena; venid, adorémosle.
Himno: EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu,
salimos de la noche y estrenamos la aurora;
saludamos el gozo de la luz que nos llega
resucitada y resucitadora.
Tu mano acerca el fuego a la tierra sombría,
y el rostro de las cosas se alegra en tu presencia;
silabeas el alba igual que una palabra,
tú pronuncias el mar como sentencia.
Regresa, desde el sueño, el hombre a su memoria,
acude a su trabajo, madruga a sus dolores;
le confías la tierra, y a la tarde la encuentras
rica de pan y amarga de sudores.
Y tú te regocijas, oh Dios, y tu prolongas
en sus pequeñas manos tus manos poderosas,
y estáis de cuerpo entero los dos así creando,
los dos así velando por las cosas.
¡Bendita la mañana que trae la noticia
de tu presencia joven, en gloria y poderío,
la serena certeza con que el día proclama
que el sepulcro de Cristo está vacío! Amén.
SALMODIA
Ant 1. Me adelanto a la aurora pidiendo auxilio.
Salmo 118, 145-152 TE INVOCO DE TODO CORAZÓN
Te invoco de todo corazón;
respóndeme, Señor, y guardaré tus leyes;
a ti grito: sálvame,
y cumpliré tus decretos;
me adelanto a la aurora pidiendo auxilio,
esperando tus palabras.
Mis ojos se adelantan a las vigilias de la noche,
meditando tu promesa;
escucha mi voz por tu misericordia,
con tus mandamientos dame vida;
ya se acercan mis inicuos perseguidores,
están lejos de tu voluntad.
Tú, Señor, estás cerca,
y todos tus mandatos son estables;
hace tiempo comprendí que tus preceptos
los fundaste para siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Me adelanto a la aurora pidiendo
auxilio.
Ant 2. Mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Cántico: HIMNO A DIOS, DESPUÉS DE LA VICTORIA DEL MAR ROJO Ex 15,
1-4. 8-13. 17-18
Cantaré al Señor, sublime es su victoria,
caballos y carros ha arrojado en el mar.
Mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Él es mi Dios: yo lo alabaré;
el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré.
El Señor es un guerrero,
su nombre es «El Señor».
Los carros del faraón los lanzó al mar,
ahogó en el mar rojo a sus mejores capitanes.
Al soplo de tu ira se amontonaron las aguas,
las corrientes se alzaron como un dique,
las olas se cuajaron en el mar.
Decía el enemigo: «Los perseguiré y alcanzaré,
repartiré el botín, se saciará mi codicia,
empuñaré la espada, los agarrará mi mano.»
Pero sopló tu aliento y los cubrió el mar,
se hundieron como plomo en las aguas formidables.
¿Quién como tú, Señor, entre los dioses?
¿Quién como tú, terrible entre los santos,
temibles por tus proezas, autor de maravillas?
Extendiste tu diestra: se los tragó la tierra;
guiaste con misericordia a tu pueblo rescatado,
los llevaste con tu poder hasta tu santa morada.
Lo introduces y lo plantas en el monte de tu heredad,
lugar del que hiciste tu trono, Señor;
santuario, Señor, que fundaron tus manos.
El Señor reina por siempre jamás.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Ant 3. Alabad al Señor, todas las
naciones.
Salmo 116 - INVITACIÓN UNIVERSAL A LA ALABANZA DIVINA.
Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos:
Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alabad al Señor, todas las
naciones.
LECTURA BREVE 2Pe 1, 10-11
Hermanos, poned más empeño todavía en consolidar vuestra vocación y elección.
Si hacéis así, nunca jamás tropezaréis; de este modo se os concederá
generosamente la entrada en el reino eterno de nuestro Señor y salvador
Jesucristo.
RESPONSORIO BREVE
V. A ti grito, Señor, tú eres mi refugio.
R. A ti grito, Señor, tú eres mi refugio.
V. Mi heredad en el país de la vida.
R. Tú eres mi refugio.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. A ti grito, Señor, tú eres mi refugio.
V. Venid
a ver las obras del Señor.
R. Las maravillas que hace en la tierra.
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Jeremías 19, 1-5. 10—20, 6
ACCIÓN SIMBÓLICA DE LA JARRA ROTA
Esto dijo el Señor a Jeremías:
«Vete y compra una jarra de barro, y lleva luego contigo a algunos de los
ancianos del pueblo y a algunos sacerdotes. Sal al valle de Ben Hinnom, que
está junto a la puerta de los Cascotes, y proclama allí las palabras que te
diré. Les dirás:
"Escuchad la palabra del Señor, reyes de Judá y habitantes de Jerusalén:
Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Yo haré venir sobre este
lugar una catástrofe, que a quien la oiga le zumbarán los oídos; porque me
abandonaron e hicieron extraño este lugar, quemando en él incienso a dioses
extranjeros, que ni ellos ni sus padres conocían; y los reyes de Judá llenaron
este lugar de sangre inocente. Construyeron altozanos a Baal, para quemar en su
honor a sus propios hijos, cosa que yo no les mandé ni dije, ni me pasó por la
cabeza."
Romperás luego la jarra en presencia de los que van contigo, y les dirás:
"Así dice el Señor de los ejércitos: Así romperé yo a este pueblo y a esta
ciudad, como se rompe un cacharro de alfarero que ya no tiene arreglo. En el
Tofet enterrarán, a falta de sitio para enterrar. Así trataré a este lugar
—dice el Señor— y a los que lo habitan; y convertiré esta ciudad en un Tofet.
Las casas de Jerusalén y los palacios reales serán inmundos como el Tofet;
todas las casas en cuyas azoteas quemaban incienso al escuadrón de los astros
del cielo y hacían libaciones a dioses extranjeros."»
Volvió Jeremías del Tofet, adonde lo había enviado el Señor a proclamar, y se
plantó en el atrio del templo, diciendo a todo el pueblo:
«Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: "Yo haré venir sobre
esta ciudad y todas sus poblaciones los males con que la he amenazado; porque
endurecieron la cerviz y no escucharon mis palabras."»
Pasjur, hijo de Immer, sacerdote comisario del templo del Señor, escuchó a
Jeremías profetizar estas palabras y lo hizo azotar y lo metió en el cepo que
se encuentra en la puerta alta de Benjamín, en el templo del Señór. A la mañana
siguiente, cuando Pasjur sacó a Jeremías del cepo, Jeremías le dijo:
«El Señor ya no te llama Pasjur, sino Pavor. Porque así dice el Señor: "Te
haré el pavor tuyo y de tus amigos, que caerán en manos del enemigo: tus ojos
lo verán; y entregaré toda Judá en manos del rey de Babilonia, que la llevará
cautiva a Babilonia y la pasará a espada. Entregaré todas las riquezas de esta
ciudad, sus posesiones y objetos preciosos, los tesoros de los reyes de Judá en
manos de sus enemigos: los saquearán, los tomarán y se los llevarán a
Babilonia. Y tú, Pasjur, y todos los que habitan en tu casa, iréis al
destierro. Irás a Babilonia, allí morirás y serás enterrado, tú con todos tus
amigos a quienes profetizabas en falso."»
RESPONSORIO Mt 23, 37; cf. Jr
19, 15
R. Jerusalén,
que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados. * ¡Cuántas
veces he querido agrupar a tus hijos como la gallina cobija a los polluelos
bajo las alas, y tú no has querido!
V. Endureciste tú cerviz y no escuchaste mis
palabras.
R. ¡Cuántas veces he querido agrupar a tus hijos
como la gallina cobija a los polluelos bajo las alas, y tú no has querido!
SEGUNDA LECTURA
De los Sermones de san Pedro Crisólogo, obispo
(Sermón 117: PL 52, 520-521)
EL VERBO, SABIDURÍA DE DIOS, SE HIZO HOMBRE
El apóstol san Pablo nos dice que dos hombres dieron origen al género humano, a
saber, Adán y Cristo. Dos hombres semejantes en su cuerpo, pero muy diversos en
su obrar; totalmente iguales por el número y orden de sus miembros, pero
totalmente distintos por su respectivo origen. Dice, en efecto, la Escritura:
El primer hombre, Adán, se convirtió en ser vivo; el último Adán, en espíritu
que da vida.
Aquel primer Adán fue creado por el segundo, de quien recibió el alma con la
cual empezó a vivir; el último Adán, en cambio, se configuró a sí mismo y fue
su propio autor, pues no recibió la vida de nadie, sino que fue el único de
quien procede la vida de todos. Aquel primer Adán fue plasmado del barro
deleznable; el último Adán se formó en las entrañas preciosas de la Virgen. En
aquél, la tierra se convierte en carne; en éste, la carne llega a ser Dios.
Y ¿qué más podemos añadir? Éste es aquel Adán que, cuando creó al primer Adán,
colocó en él su divina imagen. De aquí que recibiera su naturaleza y adoptara
su mismo nombre, para que aquel a quien había formado a su misma imagen no
pereciera. El primer Adán es, en realidad, el nuevo Adán; aquel primer Adán
tuvo principio, pero este último Adán no tiene fin. Por lo cual, este último
es, realmente, también el primero, como él mismo afirma: Yo soy el primero y yo
soy el último.
«Yo soy el primero, es decir, no tengo principio. Yo soy el último, porque
ciertamente no tengo fin. El espíritu no fue lo primero —dice—, primero vino la
vida y después el espíritu.» Antes, sin duda, es la tierra que el fruto, pero
la tierra no es tan preciosa como el fruto; aquélla exige lágrimas y trabajo,
éste, en cambio, nos proporciona alimento y vida. Con razón el profeta se
gloría de tal fruto, cuando dice: Nuestra tierra ha dado su fruto. ¿Qué fruto?
Aquel del que se afirma en otro lugar: A un fruto de tus entrañas lo pondré
sobre tu trono. Y también: El primer hombre, hecho de tierra, era terreno; el
segundo es del cielo.
Igual que el hombre terreno, son los hombres terrenos, igual que el celestial
son los hombres celestiales. ¿Cómo, pues, los que no nacieron con tal
naturaleza celestial llegaron a ser de esta naturaleza y no permanecieron tal
cual habían nacido, sino que perseveraron en la condición en que habían
renacido? Esto se debe, hermanos, a la acción misteriosa del Espíritu, el cual
fecunda con su luz el seno materno de la fuente virginal, para que aquellos a
quienes el origen terreno de su raza da a luz en condición terrena y miserable
vuelvan a nacer en condición celestial, y lleguen a ser semejantes a su mismo
Creador. Por tanto, renacidos ya, recreados según la imagen de nuestro Creador,
realizamos lo que nos dice el Apóstol: Nosotros, que somos imagen del hombre
terreno, seremos también imagen del hombre celestial.
Renacidos ya, como hemos dicho, a semejanza de nuestro Señor, adoptados como
verdaderos hijos de Dios, llevemos íntegra y con plena semejanza la imagen de
nuestro Creador: no imitándolo en su soberanía, que sólo a él corresponde, sino
siendo su imagen por nuestra inocencia, simplicidad, mansedumbre, paciencia,
humildad, misericordia y concordia, virtudes todas por las que el Señor se ha
dignado hacerse uno de nosotros y ser semejante a nosotros.
RESPONSORIO Rm 5, 18. 12
R. Como el delito de uno solo atrajo sobre todos
los hombres la condenación, * así
también la obra de justicia de uno solo procura a todos la justificación que da
la vida.
V. Y como por un solo hombre entró el pecado en el
mundo y, por el pecado, la muerte.
R. Así también la obra de justicia de uno solo
procura a todos la justificación que da la vida.
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas
(13,1-9)*
En una ocasión, se presentaron
algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de
los sacrificios que ofrecían.
Jesús les contestó: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los
demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís,
todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la
torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de
Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma
manera.»
Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a
buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: "Ya ves:
tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro.
Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?" Pero el viñador
contestó: "Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré
estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas."»
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Ilumina, Señor, a los que viven en tiniebla y en sombra de muerte.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ilumina, Señor, a los que viven en
tiniebla y en sombra de muerte.
PRECES
Bendigamos a Cristo que para ser ante Dios el pontífice
misericordioso y fiel de los hombres se hizo en todo semejante a nosotros, y
supliquémosle diciendo:
Muéstranos, Señor, los tesoros de tu amor.
Señor, sol de justicia, que nos iluminaste en el bautismo,
te consagramos este nuevo día.
Que sepamos bendecirte en cada uno de los momentos de nuestra jornada
y glorifiquemos tu nombre con cada una de nuestras acciones.
Tú que tuviste por madre a María, siempre dócil a tu palabra,
encamina hoy nuestros pasos para que obremos también como ella según tu
voluntad.
Haz que mientras vivimos aún en este mundo que pasa anhelemos la vida eterna
y por la fe, la esperanza y el amor vivamos ya contigo en tu reino.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Con la misma confianza que tienen los hijos con su padre, acudamos nosotros a
nuestro Dios, diciéndole:
Padre nuestro...
ORACION
Te pedimos, Señor, que la claridad de la resurrección de tu Hijo
ilumine las dificultades de nuestra vida; que no temamos ante la oscuridad de
la muerte y podamos llegar un día a la luz que no tiene fin. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
I VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: ¿QUIÉN ES ÉSTE QUE VIENE?
¿Quién es éste que viene,
recién atardecido,
cubierto por su sangre
como varón que pisa los racimos?
Éste es Cristo, el Señor,
que venció nuestra muerte
con su resurrección.
¿Quién es este que vuelve,
glorioso y malherido,
y, a precio de su muerte,
compra la paz y libra a los cautivos?
Éste es Cristo, el Señor,
que venció nuestra muerte
con su resurrección.
Se durmió con los muertos,
y reina entre los vivos;
no le venció la fosa,
porque el Señor sostuvo a su elegido.
Este es Cristo, el Señor,
que venció nuestra muerte
con su resurrección.
Anunciad a los pueblos
qué habéis visto y oído;
aclamad al que viene
como la paz, bajo un clamor de olivos.
Este es Cristo, el Señor,
que venció nuestra muerte
con su resurrección. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero. Aleluya.
Salmo 118, 105-112 - HIMNO A LA LEY DIVINA
Lámpara es tu palabra para mis pasos,
luz en mi sendero;
lo juro y lo cumpliré:
guardaré tus justos mandamientos;
¡estoy tan afligido!
Señor, dame vida según tu promesa.
Acepta, Señor, los votos que pronuncio,
enséñame tus mandatos;
mi vida está siempre en peligro,
pero no olvido tu voluntad;
los malvados me tendieron un lazo,
pero no me desvié de tus decretos.
Tus preceptos son mi herencia perpetua,
la alegría de mi corazón;
inclino mi corazón a cumplir tus leyes,
siempre y cabalmente.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Lámpara es tu palabra para mis
pasos, luz en mi sendero. Aleluya.
Ant 2. Me saciarás de gozo en tu
presencia, Señor. Aleluya.
Salmo 15 - CRISTO Y SUS MIEMBROS ESPERAN LA RESURRECCIÓN.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»
Los dioses y señores de la tierra
no me satisfacen.
Multiplican las estatuas
de dioses extraños;
no derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios.
El Señor es mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano:
me ha tocado un lote hermoso,
me encanta mi heredad.
Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.
Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Me saciarás de gozo en tu
presencia, Señor. Aleluya.
Ant 3. Al nombre de Jesús toda rodilla se
doble en el cielo y en la tierra. Aleluya.
Cántico: CRISTO, SIERVO DE DIOS, EN SU MISTERIO PASCUAL - Flp 2,
6-11
Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios,
al contrario, se anonadó a sí mismo,
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Al nombre de Jesús toda rodilla se
doble en el cielo y en la tierra. Aleluya.
LECTURA BREVE Col 1, 3-6a
Damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, en todo momento,
rezando por vosotros, al oír hablar de vuestra fe en Jesucristo y del amor que
tenéis a todos los santos, por la esperanza que os está reservada en los
cielos, sobre la cual oísteis hablar por la palabra verdadera de la Buena
Noticia, que se os hizo presente, y está dando fruto y prosperando en todo el
mundo igual que entre vosotros.
RESPONSORIO BREVE
V. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del
Señor.
R. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado
sea el nombre del Señor.
V. Su gloria se eleva sobre los cielos.
R. Alabado sea el nombre del Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado
sea el nombre del Señor.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí que soy manso y
humilde de corazón.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
+Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tomad sobre vosotros mi yugo, y
aprended de mí que soy manso y humilde de corazón.
PRECES
Demos gracias al Señor que ayuda y protege al pueblo que se ha
escogido como heredad, y recordando su amor para con nosotros supliquémosle
diciendo:
Escúchanos, Señor, que confiamos en ti.
Padre lleno de amor, te pedimos por el papa Francisco y por nuestro
obispo N.;
protégelos con tu fuerza y santifícalos con tu gracia.
Que los enfermos vean en sus dolores una participación de la pasión de tu Hijo,
para que así tengan también parte en su consuelo.
Mira con piedad a los que no tienen techo donde cobijarse
y haz que encuentren pronto el hogar que desean.
Dígnate dar y conservar los frutos de la tierra
para que a nadie falte el pan de cada día.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Señor, ten piedad de los difuntos
y ábreles la puerta de tu mansión eterna.
Movidos por el Espíritu Santo, dirijamos al Padre la oración que Cristo nos
enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Oh Dios, que por medio de la humillación de tu Hijo levantaste a
la humanidad caída, conserva a tus fieles en continua alegría y concede los
gozos del cielo a quienes has librado de la muerte eterna. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL SABADO 25 DE OCTUBRE 2025
Lecturas
del Sábado de la XXIX Semana del Tiempo Ordinario
25 Oct 2025
Primera Lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,1-11):
Ahora no pesa condena alguna sobre los que están
unidos a Cristo Jesús, pues, por la unión con Cristo Jesús, la ley del Espíritu
de vida me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Lo que no pudo hacer
la Ley, reducida a la impotencia por la carne, lo ha hecho Dios: envió a su
Hijo encarnado en una carne pecadora como la nuestra, haciéndolo víctima por el
pecado, y en su carne condenó el pecado. Así, la justicia que proponía la Ley
puede realizarse en nosotros, que ya no procedemos dirigidos por la carne, sino
por el Espíritu. Porque los que se dejan dirigir por la carne tienden a lo
carnal; en cambio, los que se dejan dirigir por el Espíritu tienden a lo espiritual.
Nuestra carne tiende a la muerte; el Espíritu, a la vida y a la paz. Porque la
tendencia de la carne es rebelarse contra Dios; no sólo no se somete a la ley
de Dios, ni siquiera lo puede. Los que viven sujetos a la carne no pueden
agradar a Dios. Pero vosotros no estáis sujetos a la carne, sino al espíritu,
ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de
Cristo no es de Cristo. Pues bien, si Cristo está en vosotros, el cuerpo está
muerto por el pecado, pero el espíritu vive por la justificación obtenida. Si
el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros,
el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros
cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 23,1-2.3-4ab.5-6
R/. Éste es el grupo que viene a tu
presencia, Señor
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R/.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R/.
Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R/.
Lecturas
del Sábado de la XXIX Semana del Tiempo Ordinario
25 Oct 2025
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Lucas (13,1-9)*
En una ocasión, se presentaron algunos a contar
a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios
que ofrecían.
Jesús les contestó: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los
demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís,
todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la
torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de
Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma
manera.»
Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a
buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: «Ya ves: tres
años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala.
¿Para qué va a ocupar terreno en balde?» Pero el viñador contestó: «Señor,
déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da
fruto. Si no, la cortas.»
Palabra del Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
(Si no os convertís, todos pereceréis del mismo
modo)
*Algunos noticieros tratan de hacer ver las noticias
lo más trágicas posible, por lo que les inyectan un poco de morbo para causar
un mayor impacto. Estas personas piensan que le están dando una noticia muy
trágica a Jesús. Y Jesús utiliza estas mismas noticias para corregirles (Si no os convertís, todos pereceréis del mismo
modo). Esta palabra me hace
ver y descubrir que, en algunas ocasiones, cuando he dado alguna mala noticia,
le he puesto un poco de morbo para hacerla sentir más trágica. Y sin saberlo en
esa ignorancia, me he puesto al servicio del príncipe de las tinieblas. Es por
eso que Jesús me reprende para ayudarme, y me hace ver que lo más importante es
hablar con la verdad, porque todo lo que sucede en esta tierra es porque Dios
lo permite. Por eso Jesús viñador, le pide un tiempo, un
año de gracia al dueño de la vida, para trabajarme interiormente, y sacar,
tirar fuera toda cosa que impide que yo pueda dar buenos frutos, ese tiempo se
llama: El tiempo de la Misericordia de Dios*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.



