Musica Para el Alma

miércoles, 5 de febrero de 2025

GOTAS DE MISERICORDIA


 

MARCOS 6,7-13 CICLO C


 

Lecturas del Jueves de la IV Semana del Tiempo Ordinario

06 Feb 2025

Evangelio

*Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,7-13)*

 

En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y añadió: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.»
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

 

Palabra del Señor

 

*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*

 

*(Y llama a los Doce y comenzó a enviarlos)*

*El Señor me hace un llamado para trabajar en la misión. Está palabra me invita a tener confianza porque, si el Señor me ha elegido y me manda a una misión es porque él entiende que tengo la capacidad necesaria para representarlo a donde él me envía. Y me hace una invitación a no llevar nada para el camino, porque él me dará y me sostendrá en todo lo que necesite para llevar a feliz término la misión. Esta palabra me fortalece y me deja ver claramente que solo tengo que confiar plenamente en él, porque él es mi Señor*   

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.

LAUDES Y VISPERAS DEL JUEVES 6


 

*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*

 

Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro Señor. Amén

 

*Oficio de Lectura - SAN PABLO MIKI Y COMPAÑEROS, MÁRTIRES 2025*

 

Memoria

Pablo nació en Japón entre los años 1564 y 1566. Ingresó en la Compañía de Jesús y predicó con mucho fruto el Evangelio entre sus conciudadanos. Al arreciar la persecución contra los católicos, fue encarcelado junto con otros veinticinco, entre ellos san Pedro Bautista, franciscano español, con cinco hermanos de hábito. Después de soportar graves ultrajes, fueron crucificados en Nagasaki el 5 de febrero de 1597.

 

Laudes - JUEVES IV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO 2025

El siguiente es el formulario que corresponde a laudes de la liturgia de las horas para el día, jueves, 6 de febrero de 2025. Otras celebraciones del día: SAN PABLO MIKI Y COMPAÑEROS, MÁRTIRES .

Invitatorio

 

V. Señor, ábreme los labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

 

Antifona: Entrad en la presencia del Señor con vítores.

·         Salmo 94

Invitación a la alabanza divina

Animaos los unos a los otros, día tras día, mientras dure este «hoy». (Hb 3,13)

 

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

(Se repite la antífona)

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

(Se repite la antífona)

Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

(Se repite la antífona)

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.

(Se repite la antífona)

Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
“Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso.”»

(Se repite la antífona)

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.

(Se repite la antífona)

 

Laudes

 

Invocación

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

 

Himno

 

¡Nacidos de la luz!, ¡hijos del día!
Vamos hacia el Señor de la mañana;
su claridad disipa nuestras sombras
y llena el corazón de regocijo.
Que nuestro Dios, el Padre de la gloria,
limpie la oscuridad de nuestros ojos
y nos revele, al fin, cuál es la herencia
que nos legó en el Hijo Primogénito.
¡Honor y gloria a Dios, Padre celeste,
por medio de su Hijo Jesucristo
y el don de toda luz, el Santo Espíritu,
que vive por los siglos de los siglos! Amén.

 

Salmodia

 

Antífona 1: En la mañana, Señor, hazme escuchar tu gracia.

 

Salmo 142,1-11

Lamentación y súplica ante la angustia

El hombre no se justifica por cumplir la ley, sino por creer en Cristo Jesús. (Ga 2,16)

 

Señor, escucha mi oración;
tú, que eres fiel, atiende a mi súplica;
tú, que eres justo, escúchame.
No llames a juicio a tu siervo,
pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti.

El enemigo me persigue a muerte,
empuja mi vida al sepulcro,
me confina a las tinieblas
como a los muertos ya olvidados.
Mi aliento desfallece,
mi corazón dentro de mí está yerto.

Recuerdo los tiempos antiguos,
medito todas tus acciones,
considero las obras de tus manos
y extiendo mis brazos hacia ti:
tengo sed de ti como tierra reseca.

Escúchame en seguida, Señor,
que me falta el aliento.
No me escondas tu rostro,
igual que a los que bajan a la fosa.

En la mañana hazme escuchar tu gracia,
ya que confío en ti.
Indícame el camino que he de seguir,
pues levanto mi alma a ti.

Líbrame del enemigo, Señor,
que me refugio en ti.
Enséñame a cumplir tu voluntad,
ya que tú eres mi Dios.
Tu espíritu, que es bueno,
me guíe por tierra llana.

Por tu nombre, Señor, consérvame vivo;
por tu clemencia, sácame de la angustia.

 

Antífona 2: El Señor hará derivar hacia Jerusalén, como un río, la paz.

 

Is 66,10-14a

Consuelo y gozo para la ciudad santa

La Jerusalén de arriba es libre; ésa es nuestra madre. (Ga 4,26)

 

Festejad a Jerusalén, gozad con ella,
todos los que la amáis,
alegraos de su alegría,
los que por ella llevasteis luto;
mamaréis a sus pechos
y os saciaréis de sus consuelos,
y apuraréis las delicias
de sus ubres abundantes.

Porque así dice el Señor:
«Yo haré derivar hacia ella,
como un río, la paz,
como un torrente en crecida,
las riquezas de las naciones.

Llevarán en brazos a sus criaturas
y sobre las rodillas las acariciarán;
como a un niño a quien su madre consuela,
así os consolaré yo,
y en Jerusalén seréis consolados.

Al verlo, se alegrará vuestro corazón,
y vuestros huesos florecerán como un prado.»

 

Antífona 3: Nuestro Dios merece una alabanza armoniosa.

 

Salmo 146 (1-11)

Poder y bondad de Dios

A ti, oh Dios, te alabamos; a ti, Señor, te reconocemos.

 

Alabad al Señor, que la música es buena;
nuestro Dios merece una alabanza armoniosa.

El Señor reconstruye Jerusalén,
reúne a los deportados de Israel;
él sana los corazones destrozados,
venda sus heridas.

Cuenta el número de las estrellas,
a cada una la llama por su nombre.
Nuestro Señor es grande y poderoso,
su sabiduría no tiene medida.
El Señor sostiene a los humildes,
humilla hasta el polvo a los malvados.

Entonad la acción de gracias al Señor,
tocad la cítara para nuestro Dios,
que cubre el cielo de nubes,
preparando la lluvia para la tierra;

que hace brotar hierba en los montes,
para los que sirven al hombre;
que da su alimento al ganado
y a las crías de cuervo que graznan.

No aprecia el vigor de los caballos,
no estima los jarretes del hombre:
el Señor aprecia a sus fieles,
que confían en su misericordia.

 

Lectura Breve

Rm 8,18-21

Los sufrimientos de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá. Porque la creación, expectante, está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios; ella fue sometida a la frustración, no por su voluntad, sino por uno que la sometió; pero fue con la esperanza de que la creación misma se vería liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios.

 

Responsorio Breve

 

R. Velando * Medito en ti, Señor. Velando.
V. Porque fuiste mi auxilio. * Medito en ti, Señor. Gloria al Padre. Velando.

 

 

Primera Lectura

De la carta a los Romanos 15, 1-13

CADA UNO CUIDE DE COMPLACER AL PRÓJIMO PARA SU BIEN

Nosotros, los fuertes, debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles y no buscar
nuestro propio agrado. Que cada uno de nosotros trate de agradar a su prójimo para el
bien, buscando su edificación; pues tampoco Cristo buscó su propio agrado, antes bien,
como dice la Escritura: Los ultrajes de los que te ultrajaron cayeron sobre mí. En efecto
todo cuanto fue escrito en el pasado, se escribió para enseñanza nuestra, para que con la
paciencia y el consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza. Y el Dios de la
paciencia y del consuelo os conceda tener los unos para con los otros los mismos
sentimientos, según Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y
Padre de nuestro Señor Jesucristo. Por tanto, acogeos mutuamente como os acogió Cristo
para gloria de Dios. Pues afirmo que Cristo se puso al servicio de los circuncisos a favor de
la veracidad de Dios, para dar cumplimiento a las promesas hechas a los patriarcas, y para
que los gentiles glorificasen a Dios por su misericordia, como dice la Escritura: Por eso te
bendeciré entre los gentiles y ensalzaré tu nombre. Y en otro lugar: Gentiles, regocijaos
juntamente con vuestro pueblo; y de nuevo: Alabad, gentiles todos, al Señor y cantadle
himnos todos los pueblos. Y a su vez Isaías dice: Aparecerá el retoño de Jesé, el que se
levanta para imperar sobre los gentiles. En él pondrán los gentiles su esperanza. El Dios
de la esperanza os colme de todo gozo y paz en vuestra fe, hasta rebosar de esperanza
por la fuerza del Espíritu Santo.

 

Responsorio Rm 15, 12; Sal 71, 17; Is 52, 15

 

R. Se mostrará el renuevo de Jesé, que se alzará a imperar a las naciones; en él pondrán
los pueblos su esperanza. 
* Que su nombre sea eterno, que él sea la bendición de todos
los pueblos.
V. A su vista, los reyes enmudecerán, y muchos pueblos se admirarán de él.
R. Que su nombre sea eterno, que él sea la bendición de todos los pueblos.

 

 

Segunda Lectura

 

De las catequesis de san Cirilo de Jerusalén, obispo
(Catequesis 13,1. 3. 6. 23: PG 33, 771-774. 779. 799. 802)

QUE LA CRUZ SEA TU GOZO TAMBIÉN EN TIEMPO DE PERSECUCIÓN

 

Cualquier acción de Cristo es motivo de gloria para la Iglesia universal; pero el máximo
motivo de gloria es la cruz. Así lo expresa con acierto Pablo, que tan bien sabía de ello: Lo
que es a mí, Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de Cristo.
Fue, ciertamente, digno de admiración el hecho de que el ciego de nacimiento
recobrara la vista en Siloé; pero, ¿en qué benefició esto a todos los ciegos del mundo? Fue
algo grande y preternatural la resurrección de Lázaro, cuatro días después de muerto;
pero este beneficio lo afectó a él únicamente, pues, ¿en qué benefició a los que en todo el
mundo estaban muertos por el pecado? Fue cosa admirable el que cinco panes, como una
fuente inextinguible, bastaran para alimentar a cinco mil hombres; pero, ¿en qué benefició
a los que en todo el mundo se hallaban atormentados por el hambre de la ignorancia? Fue
maravilloso el hecho de que fuera liberada aquella mujer a la que Satanás tenía ligada por
la enfermedad desde hacía dieciocho años; pero, ¿de qué nos sirvió a nosotros, que
estábamos ligados con las cadenas de nuestros pecados?
En cambio, el triunfo de la cruz iluminó a todos los que padecían la ceguera del pecado,
nos liberó a todos de las ataduras del pecado, redimió a todos los hombres.
Por consiguiente, no hemos de avergonzarnos de la cruz del Salvador, sino más bien
gloriarnos de ella. Porque el mensaje de la cruz es escándalo para los judíos, necedad
para los gentiles, mas para nosotros salvación. Para los que están en vías de perdición es
necedad, mas para nosotros, que estamos en vías de salvación, es fuerza de Dios. Porque
el que moría por nosotros no era un hombre cualquiera, sino el Hijo de Dios, Dios hecho
hombre.
En otro tiempo, aquel cordero sacrificado por orden de Moisés alejaba al exterminador;
con mucha más razón, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo nos librará del
pecado. Si la sangre de una oveja irracional fue signo de salvación, ¿cuánto más salvadora
no será la sangre del Unigénito?
Él no perdió la vida coaccionado ni fue muerto a la fuerza, sino voluntariamente. Oye lo
que dice: Soy libre para dar mi vida y libre para volverla a tomar. Tengo poder para
entregar mi vida y tengo poder para recuperarla. Fue, pues, a la pasión por su libre
determinación, contento con la gran obra que iba a realizar, consciente del triunfo que iba
a obtener, gozoso por la salvación de los hombres; al no rechazar la cruz, daba la
salvación al mundo. El que sufría no era un hombre vil, sino el Dios humanado, que
luchaba por el premio de su obediencia.
Por lo tanto, que la cruz sea tu gozo no sólo en tiempo de paz; también en tiempo de
persecución has de tener la misma confianza, de lo contrario, serías amigo de Jesús en
tiempo de paz y enemigo suyo en tiempo de guerra. Ahora recibes el perdón de tus
pecados y las gracias que te otorga la munificencia de tu rey; cuando sobrevenga la lucha,
pelea denodadamente por tu rey.
Jesús, que en nada había pecado, fue crucificado por ti; y tú, ¿no te crucificarás por él,
que fue clavado en la cruz por amor a ti? No eres tú quien le haces un favor a él, ya que
tú has recibido primero; lo que haces es devolverle el favor, saldando la deuda que tienes
con aquel que por ti fue crucificado en el Gólgota.

 

Responsorio 1 Co 1, 18. 23

 

R. El mensaje de la cruz es necedad para los que están en vías de perdición; * pero para
los que están en vías de salvación, para nosotros, es fuerza de Dios.
V. Nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los
gentiles.
R. Pero para los que están en vías de salvación, para nosotros, es fuerza de Dios.

 

 

Lecturas del Jueves de la IV Semana del Tiempo Ordinario

06 Feb 2025

Evangelio

*Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,7-13)*

 

En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y añadió: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.»
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

 

Palabra del Señor

 

Canto Evangélico

Antifona: Anuncia a tu pueblo, Señor, la salvación, y perdónanos nuestros pecados.

 

Benedictus Lc 1, 68-79

El Mesías y su precursor

 

+ Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

 

Preces

 

Invoquemos a Dios, de quien viene la salvación para su pueblo, diciendo:


'Escúchanos, Señor'.



Bendito seas Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que, en tu gran misericordia, nos has hecho nacer de nuevo para una esperanza viva,
—por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos.

Tú que en Cristo renovaste al hombre, creado a imagen tuya,
—haz que seamos imagen de tu Hijo.

Derrama en nuestros corazones, lastimados por el odio y la envidia,
—tu Espíritu de amor.

Concede hoy trabajo a quienes lo buscan, pan a los hambrientos, alegría a los tristes,
—a todos la gracia y la salvación.

Por Jesús hemos sido hechos hijos de Dios; por esto, nos atrevemos a decir: Padre nuestro.

 

Padre Nuestro

 

Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en tentación,
y líbranos del mal.

 

Oración

Oremos:

 

Concédenos, Señor, que nos sea siempre anunciada la salvación, para que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos te sirvamos fielmente con santidad y justicia todos nuestros días. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

 

Amén.

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

 

 

 

 

Vísperas - JUEVES IV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO 2025

El siguiente es el formulario que corresponde a vísperas de la liturgia de las horas para el día, jueves, 6 de febrero de 2025. Otras celebraciones del día: SAN PABLO MIKI Y COMPAÑEROS, MÁRTIRES .

Invitatorio

Vísperas

Invocación

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén. Aleluya.

Himno

·         Himno 1

Porque anochece ya,
porque es tarde, Dios mío,
porque temo perder
las huellas del camino,
no me dejes tan solo
y quédate conmigo.
Porque he sido rebelde
y he buscado el peligro
y escudriñé curioso
las cumbres y el abismo,
perdóname, Señor,
y quédate conmigo.
Porque ardo en sed de ti
y en hambre de tu trigo,
ven, siéntate a mi mesa,
bendice el pan y el vino.
¡Qué aprisa cae la tarde!
¡Quédate al fin conmigo! Amén.

Salmodia

Antífona 1: Tú eres, Señor, mi bienhechor, mi refugio donde me pongo a salvo.

Salmo 143,1-8

Oración por la victoria y la paz

Su brazo se adiestró en la pelea cuando venció al mundo; dijo, en efecto: «Yo he vencido al mundo». (S. Hilario)

Bendito el Señor, mi Roca,
que adiestra mis manos para el combate,
mis dedos para la pelea;

mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo,
mi escudo y mi refugio,
que me somete los pueblos.

Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él?;
¿qué los hijos de Adán para que pienses en ellos?
El hombre es igual que un soplo;
sus días, una sombra que pasa.

Señor, inclina tu cielo y desciende;
toca los montes, y echarán humo;
fulmina el rayo y dispérsalos;
dispara tus saetas y desbarátalos.

Extiende la mano desde arriba:
defiéndeme, líbrame de las aguas caudalosas,
de la mano de los extranjeros,
cuya boca dice falsedades,
cuya diestra jura en falso.

Antífona 2: Dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor.

Salmo 143,9-15

Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,
tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:
para ti que das la victoria a los reyes,
y salvas a David, tu siervo.

Defiéndeme de la espada cruel,
sálvame de las manos de extranjeros,
cuya boca dice falsedades,
cuya diestra jura en falso.

Sean nuestros hijos un plantío,
crecidos desde su adolescencia;
nuestras hijas sean columnas talladas,
estructura de un templo.

Que nuestros silos estén repletos
de frutos de toda especie;
que nuestros rebaños a millares
se multipliquen en las praderas,
y nuestros bueyes vengan cargados;
que no haya brechas ni aberturas,
ni alarma en nuestras plazas.

Dichoso el pueblo que esto tiene,
dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor.

Antífona 3: Ahora se estableció la salud y el reinado de nuestro Dios.

Ap 11, 17-18;12,10b-12a

El juicio de Dios

Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.

Se encolerizaron las gentes,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos, los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.

Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.

Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.

Lectura Breve

Cf. Col 1,23

Permaneced cimentados y estables en la fe, e inamovibles en la esperanza del Evangelio que escuchasteis. Es el mismo que se proclama en la creación entera bajo el cielo.

Responsorio Breve

R. El Señor es mi pastor, * Nada me falta. El Señor.
V. En verdes praderas me hace recostar. * Nada me falta. Gloria al Padre. El Señor.

Canto Evangélico

Antifona: A los hambrientos de justicia, el Señor los sacia y colma de bienes.

Magnificat Lc 1, 46-55

Alegría del alma en el Señor

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Preces

Invoquemos a Cristo, luz del mundo y alegría de todo ser viviente, y digámosle confiados:
'Concédenos, Señor, la salud y la paz'.

Luz indeficiente y Palabra eterna del Padre, que has venido a salvar a todos los hombres,
—ilumina a los catecúmenos de la Iglesia con la luz de tu verdad.

No lleves cuenta de nuestros delitos, Señor,
—pues de ti procede el perdón.

Señor, que has querido que la inteligencia del hombre investigara los secretos de la naturaleza,
—haz que la ciencia y las artes contribuyan a tu gloria y al bienestar de todos los hombres.

Protege, Señor, a los que se han consagrado en el mundo al servicio de sus hermanos;
—que, con libertad de espíritu y sin desánimos, puedan realizar su ideal.

Señor, que abres y nadie cierra,
—lleva a tu luz a los que han muerto con la esperanza de la resurrección.

Porque todos nos sabemos hermanos, hijos de un mismo Dios, confiadamente nos atrevemos a decir: Padre nuestro.

Padre Nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en tentación,
y líbranos del mal.

Oración

Acoge benigno, Señor, nuestra súplica vespertina y haz que, siguiendo las huellas de tu Hijo, fructifiquemos con perseverancia en buenas obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.

Conclusión

Si preside el obispo, es conveniente que éste bendiga al pueblo con la bendición solemne:

V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Que la paz de Dios, que sobrepasa todo anhelo y esfuerzo humano, custodie vuestro corazón y vuestra inteligencia en el amor y conocimiento de Dios y de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
V. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros.
R. Amén.

Si preside un presbítero o un diácono, bendice al pueblo como el obispo, o bien con la bendición común:

V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros.
R. Amén.

Si se despide a la comunidad, se añade la invitación:

V. Podéis ir en paz.
R. Demos gracias a Dios.

En el rezo individual o en una celebración comunitaria presidida por un ministro no ordenado, se dice:

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

LAS LECTURAS DEL JUEVES 6 DE FEBRERO 2025


 

Lecturas del Jueves de la IV Semana del Tiempo Ordinario

06 Feb 2025

Primera Lectura

Lectura de la carta a los Hebreos (12,18-19.21-24):

 

Vosotros no os habéis acercado a un monte tangible, a un fuego encendido, a densos nubarrones, a la tormenta, al sonido de la trompeta; ni habéis oído aquella voz que el pueblo, al oírla, pidió que no les siguiera hablando. Y tan terrible era el espectáculo, que Moisés exclamó: «Estoy temblando de miedo.» Vosotros os habéis acercado al monte Sión, ciudad del Dios vivo, Jerusalén del cielo, a millares de ángeles en fiesta, a la asamblea de los primogénitos inscritos en el cielo, a Dios, juez de todos, a las almas de los justos que han llegado a su destino y al Mediador de la nueva alianza, Jesús, y a la aspersión purificadora de una sangre que habla mejor que la de Abel.

 

Palabra de Dios

 

Salmo

Sal 47

 

R/. Oh Dios, meditamos tu misericordia
en medio de tu templo

 

Grande es el Señor y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios,
su monte santo, altura hermosa,
alegría de toda la tierra. R/.

 

El monte Sión, vértice del cielo,
ciudad del gran rey;
entre sus palacios,

Dios descuella como un alcázar. R/.

 

Lo que habíamos oído lo hemos visto
en la ciudad del Señor de los ejércitos,
en la ciudad de nuestro Dios:
que Dios la ha fundado para siempre. R/.

 

Oh Dios, meditamos tu misericordia
en medio de tu templo:
como tu renombre, oh Dios, tu alabanza
llega al confín de la tierra;
tu diestra está llena de justicia. R/.

 

Lecturas del Jueves de la IV Semana del Tiempo Ordinario

06 Feb 2025

Evangelio

*Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,7-13)*

 

En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y añadió: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.»
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

 

Palabra del Señor

 

*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*

 

*(Y llama a los Doce y comenzó a enviarlos)*

*El Señor me hace un llamado para trabajar en la misión. Está palabra me invita a tener confianza porque, si el Señor me ha elegido y me manda a una misión es porque él entiende que tengo la capacidad necesaria para representarlo a donde él me envía. Y me hace una invitación a no llevar nada para el camino, porque él me dará y me sostendrá en todo lo que necesite para llevar a feliz término la misión. Esta palabra me fortalece y me deja ver claramente que solo tengo que confiar plenamente en él, porque él es mi Señor*   

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.