Musica Para el Alma
viernes, 6 de septiembre de 2024
LUCAS 6,1-5 CICLO B
*Lecturas del Sábado de la 22ª semana del Tiempo
Ordinario*
Sábado, 7 de septiembre de 2024
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (6,1-5)*
Un sábado, Jesús atravesaba un sembrado; sus discípulos arrancaban espigas y,
frotándolas con las manos, se comían el grano. Unos fariseos les preguntaron:
«¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?»
Jesús les replicó: «¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres
sintieron hambre? Entró en la casa de Dios, tomó los panes presentados, que
sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y les dio a sus compañeros.»
Y añadió: «El Hijo del hombre es señor del sábado.»
Palabra del Señor
*Que
la Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
《El Hijo del hombre es señor también
del sábado》
*La santificación se hizo para mí, así que el Hijo
del Hombre es Señor, que me da la Santificación. La santidad se hizo para mí,
para que no sea agresivo, egoísta, e insolente. El Hijo del Hombre, el Señor,
quiere llevarme a la santidad. El amor se hizo para que pueda amar a
otras personas sin buscarle los errores o los defectos. El Señor me revela algo
muy importante y es que el ama a los demás así como me ama a mí. El Señor, me
invita a llevar su ley y preceptos en mi corazón, grabado como un tatuaje*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL SABADO 7
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*SABADO
SEMANA II*
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
INVITATORIO
Ant. Escuchemos la voz del Señor y entremos
en su descanso.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: SEÑOR YO SÉ QUE EN LA MAÑANA PURA.
Señor, yo sé que, en la mañana pura
de este mundo, tu diestra generosa
hizo la luz antes que toda cosa,
porque todo tuviera su figura.
Yo sé que te refleja la segura
línea inmortal del lirio y de la rosa
mejor que la embriagada y temerosa
música de los vientos de la altura.
Por eso te celebro yo en el frío
pensar exacto a la verdad sujeto,
y en la ribera sin temblor del río;
por eso yo te adoro, mudo y quieto,
y por eso, Señor, el dolor mío
para llegar hasta ti se hizo soneto. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Por la mañana proclamamos, Señor, tu
misericordia y de noche tu fidelidad.
Salmo 91 - ALABANZA A DIOS QUE CON
SABIDURÍA Y JUSTICIA DIRIGE LA VIDA DE LOS HOMBRES.
Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia
y de noche tu fidelidad,
con arpas de diez cuerdas y laúdes
sobre arpegios de cítaras.
Tus acciones, Señor, son mi alegría,
y mi júbilo, las obras de tus manos.
¡Qué magníficas son tus obras, Señor,
qué profundos tus designios!
El ignorante no los entiende
ni el necio se da cuenta.
Aunque germinen como hierba los malvados
y florezcan los malhechores,
serán destruidos para siempre.
Tú, en cambio, Señor,
eres excelso por los siglos.
Porque tus enemigos, Señor, perecerán,
los malhechores serán dispersados;
pero a mí me das la fuerza de un búfalo
y me unges con aceite nuevo.
Mis ojos no temerán a mis enemigos,
mis oídos escucharán su derrota.
El justo crecerá como una palmera
y se alzará como un cedro del Líbano:
plantado en la casa del Señor,
crecerá en los atrios de nuestro Dios;
en la vejez seguirá dando fruto
y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo,
que en mi Roca no existe la maldad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Por la mañana proclamamos, Señor, tu misericordia y de noche tu
fidelidad.
Ant 2. Dad gloria a nuestro Dios.
Cántico: BENEFICIOS DE DIOS PARA CON SU
PUEBLO Dt 32, 1-12
Escuchad, cielos, y hablaré;
oye, tierra, los dichos de mi boca;
descienda como lluvia mi doctrina,
destile como rocío mi palabra;
como llovizna sobre la hierba,
como sereno sobre el césped;
voy a proclamar el nombre del Señor:
dad gloria a nuestro Dios.
Él es la Roca, sus obras son perfectas,
sus caminos son justos,
es un Dios fiel, sin maldad;
es justo y recto.
Hijos degenerados, se portaron mal con él,
generación malvada y pervertida.
¿Así le pagas al Señor,
pueblo necio e insensato?
¿no es él tu padre y tu creador,
el que te hizo y te constituyó?
Acuérdate de los días remotos,
considera las edades pretéritas,
pregunta a tu padre y te lo contará,
a tus ancianos y te lo dirán:
Cuando el Altísimo daba a cada pueblo su heredad,
y distribuía a los hijos de Adán,
trazando las fronteras de las naciones,
según el número de los hijos de Dios,
la porción del Señor fue su pueblo,
Jacob fue la parte de su heredad.
Lo encontró en una tierra desierta,
en una soledad poblada de aullidos:
lo rodeó cuidando de él,
lo guardó como a las niñas de sus ojos.
Como el águila incita a su nidada,
revolando sobre los polluelos,
así extendió sus alas, los tomó
y los llevó sobre sus plumas.
El Señor solo los condujo
no hubo dioses extraños con él.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dad gloria a nuestro Dios.
Ant 3. ¡Qué admirable es tu nombre, Señor, en toda la tierra!
Salmo 8 - MAJESTAD DEL SEÑOR Y DIGNIDAD
DEL HOMBRE.
Señor, dueño nuestro,
¡que admirable es tu nombre
en toda la tierra!
Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.
De la boca de los niños de pecho
has sacado una alabanza contra tus enemigos,
para reprimir al adversario y al rebelde.
Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos;
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él;
el ser humano, para darle poder?
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies:
rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por las aguas.
Señor, dueño nuestro,
¡que admirable es tu nombre
en toda la tierra!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. ¡Qué admirable es tu nombre, Señor, en toda la tierra!
LECTURA BREVE Rm 12, 14-16a
Bendecid a los que os persiguen, no maldigáis. Alegraos con los que se alegran;
llorad con los que lloran. Tened un mismo sentir entre vosotros, sin apetecer
grandezas; atraídos más bien por lo humilde.
RESPONSORIO BREVE
V. Te aclamarán mis labios, Señor, cuando
salmodie para ti.
R. Te aclamarán mis labios, Señor, cuando salmodie para ti.
V. Mi lengua recitará tu auxilio.
R. Cuando salmodie para ti.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Te aclamarán mis labios, Señor, cuando salmodie para ti.
V. Señor, enséñame tus caminos.
R. Instrúyeme en tus sendas.
PRIMERA LECTURA
De la segunda carta a Timoteo 4, 1-22
ÚLTIMAS EXHORTACIONES DE PABLO
Querido hermano: Ante Dios y
ante Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, te conjuro por su
parusía y por su reino: proclama la palabra, insiste con oportunidad o sin
ella, persuade, reprende, exhorta, armado de toda paciencia y doctrina. Porque vendrá
un tiempo en que los hombres no soportarán el saludable magisterio, sino que,
esclavos de sus caprichos y ávidos de novedades, se rodearán de una turbamulta
de maestros; apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a las fábulas. Tú,
en cambio, estáte atento en todo, arrostra los trabajos, realiza la función de
proclamar la Buena Nueva, cumple tu ministerio con perfección.
Por lo que a mí se refiere,
ya estoy para ofrecer mi sangre como libación a Dios, y el tiempo de mi partida
es inminente. He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he
mantenido la fe. Ahora me aguarda la corona merecida, que el Señor, justo juez,
me otorgará aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que hayan
esperado con amor su venida.
Date prisa en venir a verme,
porque Demas, prefiriendo el amor de este mundo, me ha abandonado y se ha
marchado a Tesalónica; Crescente, a Galacia; Tito, a Dalmacia. Sólo Lucas está
conmigo. Toma a Marcos y tráelo contigo, porque me puede ayudar en el
ministerio. A Tíquico lo mandé a Éfeso. Cuando vengas, tráeme el manto que dejé
en Tróade, en casa de Carpo, y también los rollos de papiro y, sobre todo, los
pergaminos. Alejandro, el herrero, me ha hecho mucho mal. El Señor le dará su
merecido, según sus obras. Tú, guárdate de él, porque se ha opuesto tenazmente
a nuestra predicación.
En mi primera comparecencia,
no me asistió nadie; todos me abandonaron. Que no les tome Dios en cuenta. Pero
el Señor me asistió y me dio fuerzas para llevar a feliz término la predicación
del mensaje de salvación y hacer que lo escuchen todos los gentiles. El Señor
me libró de la boca del león; él me librará de todos los asaltos del maligno y
me salvará, llevándome a su reino celestial. A él sea la gloria por los siglos
de los siglos. Amén.
Saludos a Prisca, a Áquila y
a la familia de Onesíforo. Erasto se quedó en Corinto. A Trófimo lo dejé
enfermo en Mileto. Date prisa en venir antes del invierno. Te envían saludos
Eubulo, Pudente, Lino, Claudia y todos los hermanos. El Señor sea con tu espíritu.
La gracia sea con vosotros.
RESPONSORIO 2Tm 4, 2. 5; Flp 1, 18
R. Proclama la palabra,
insiste con oportunidad o sin ella, persuade, reprende, exhorta, armado de toda
paciencia y doctrina; * arrostra los trabajos, realiza la función de proclamar
la Buena Nueva.
V. Como quiera que sea, con
malas o buenas intenciones, Cristo es predicado.
R. Arrostra los trabajos,
realiza la función de proclamar la Buena Nueva.
SEGUNDA LECTURA
Del Sermón de san León Magno, papa, Sobre las bienaventuranzas
(Sermón 95, 4-6: PL 54, 462-464)
FELICIDAD DEL REINO DE CRISTO
Después de haber encomiado
el Señor la bienaventuranza de la pobreza, prosiguió diciendo: Dichosos los que
lloran, porque ellos serán consolados. El llanto al que aquí se promete el
consuelo eterno nada tiene que ver con la tristeza de este mundo, ni hay que
creer que las lágrimas que derraman los hijos de los hombres, cuando en su
tristeza lloran, a nadie hagan feliz. Es muy distinta la razón de las lágrimas
de las que aquí se habla, muy otra la causa de este llanto de los santos. La
tristeza religiosa es la que llora los pecados propios o bien las faltas
ajenas; esta tristeza no es ni tan sólo la que se lamenta ante el castigo con
que Dios nos amenaza, sino que se duele simplemente ante la iniquidad que los
hombres cometen, pues sabe que es mucho más digno de compasión el que hace el
mal que quien lo sufre, porque el inicuo, con su pecado, se hace reo de
castigo, en cambio, el justo, con su paciencia, merece la gloria.
A continuación el Señor
añadió: Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Aquí se
promete la posesión de la tierra a los sufridos y mansos, a los humildes y
modestos, y a los que están dispuestos a soportar toda clase de injurias. No se
debe estimar pequeña o de baja calidad esta herencia, como si fuera algo
diverso del reino de los cielos, pues, en realidad, aquí se trata de aquellos
que van a entrar en el reino de Dios. En efecto, la tierra prometida a los
sufridos, y cuya posesión se dará a los mansos, no es otra sino los propios
cuerpos de los santos, los cuales, como premio de su humildad, serán
transformados en la resurrección feliz y se verán revestidos de una gloriosa
inmortalidad. Esta carne, revestida así de inmortalidad, en nada contrariará ya
al espíritu, antes bien, vivirá siempre en unidad perfecta y en consentimiento
pleno con el querer del alma. Entonces realmente el hombre exterior será la
posesión pacífica e inmutable del hombre interior.
Esta tierra, pues, la
poseerán los sufridos con una paz perfecta y sin que nada disminuya nunca el
gozo de esta posesión, pues, entonces, esto corruptible se vestirá de
incorrupción, y esto mortal se vestirá de inmortalidad; de este modo el castigo
se habrá convertido en premio y lo que era carga se habrá tornado honor.
RESPONSORIO Mt 5, 5-6. 4
R. Dichosos los que lloran,
porque ellos serán consolados. * Dichosos los que tienen hambre y sed de ser
justos, porque ellos quedarán saciados.
V. Dichosos los sufridos,
porque ellos heredarán la tierra.
R. Dichosos los que tienen
hambre y sed de ser justos, porque ellos quedarán saciados.
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (6,1-5)*
Un sábado, Jesús atravesaba un sembrado; sus discípulos arrancaban espigas y,
frotándolas con las manos, se comían el grano. Unos fariseos les preguntaron:
«¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?»
Jesús les replicó: «¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres
sintieron hambre? Entró en la casa de Dios, tomó los panes presentados, que
sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y les dio a sus compañeros.»
Y añadió: «El Hijo del hombre es señor del sábado.»
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Guía nuestros pasos, Dios de Israel, por
el camino de la paz.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU
PRECURSOR Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Guía nuestros pasos, Dios de Israel, por el camino de la paz.
PRECES
Celebremos la sabiduría y la bondad de
Cristo, que ha querido ser amado y servido en los hermanos, especialmente en
los que sufren, y supliquémosle insistentemente diciendo:
Señor, acrecienta nuestro amor.
Al recordar esta mañana tu santa resurrección,
te pedimos, Señor, que extiendas los beneficios de tu redención a todos los
hombres.
Que todo el día de hoy sepamos dar buen testimonio del nombre cristiano
y ofrezcamos nuestra jornada como un culto espiritual agradable al Padre.
Enséñanos, Señor, a descubrir tu imagen en todos los hombres
y a saberte servir a ti en cada uno de ellos.
Cristo, Señor nuestro, vid verdadera de la que nosotros somos sarmientos,
haz que permanezcamos en ti y demos fruto abundante para que con ello sea
glorificado nuestro Padre que está en el cielo.
Se pueden añadir algunas intenciones
libres
Con la confianza que nos da nuestra fe, acudamos ahora al Padre, diciendo como
Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Que nuestra voz, Señor, nuestro espíritu
y toda nuestra vida sean una continua alabanza en tu honor, y ya que toda
nuestra existencia es un don gratuito de tu liberalidad, haz que también cada
una de nuestras acciones te esté plenamente dedicada. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo
mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
I VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: ÉSTE ES EL TIEMPO EN QUE LLEGAS
Éste es el tiempo en que llegas,
Esposo, tan de repente,
que invitas a los que velan
y olvidas a los que duermen.
Salen cantando a tu encuentro
doncellas con ramos verdes
y lámparas que guardaron
copioso y claro el aceite.
¡Cómo golpean las necias
las puertas de tu banquete!
¡Y cómo lloran a oscuras
los ojos que no han de verte!
Mira que estamos alerta,
Esposo, por si vinieres,
y está el corazón velando
mientras los ojos se duermen.
Danos un puesto a tu mesa,
Amor que a la noche vienes,
antes que la noche acabe
y que la puerta se cierre. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Anunciad a los pueblos y decidles: «Mirad, viene Dios, nuestro
Salvador.»
Salmo 140, 1-9 - ORACIÓN ANTE EL PELIGRO
Señor, te estoy llamando, ven de prisa,
escucha mi voz cuando te llamo.
Suba mi oración como incienso en tu presencia,
el alzar de mis manos como ofrenda de la tarde.
Coloca, Señor, una guardia en mi boca,
un centinela a la puerta de mis labios;
no dejes inclinarse mi corazón a la maldad,
a cometer crímenes y delitos;
ni que con los hombres malvados
participe en banquetes.
Que el justo me golpee, que el bueno me reprenda,
pero que el ungüento del impío no perfume mi cabeza;
yo opondré mi oración a su malicia.
Sus jefes cayeron despeñados,
aunque escucharon mis palabras amables;
como una piedra de molino, rota por tierra,
están esparcidos nuestros huesos a la boca de la tumba.
Señor, mis ojos están vueltos a ti,
en ti me refugio, no me dejes indefenso;
guárdame del lazo que me han tendido,
de la trampa de los malhechores.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Anunciad a los pueblos y decidles:
«Mirad, viene Dios, nuestro Salvador.»
Ant 2. Mirad: el Señor vendrá y todos sus
santos vendrán con él; en aquel día habrá una gran luz. Aleluya.
Salmo 141 - ORACIÓN DEL HOMBRE ABANDONADO: TU ERES MI REFUGIO
A voz en grito clamo al Señor,
a voz en grito suplico al Señor;
desahogo ante él mis afanes,
expongo ante él mi angustia,
mientras me va faltando el aliento.
Pero tú conoces mis senderos,
y que en el camino por donde avanzo
me han escondido una trampa.
Me vuelvo a la derecha y miro:
nadie me hace caso;
no tengo adónde huir,
nadie mira por mi vida.
A ti grito, Señor;
te digo: «Tú eres mi refugio
y mi heredad en el país de la vida.»
Atiende a mis clamores,
que estoy agotado;
líbrame de mis perseguidores,
que son más fuertes que yo.
Sácame de la prisión,
y daré gracias a tu nombre:
me rodearán los justos
cuando me devuelvas tu favor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Mirad: el Señor vendrá y todos sus
santos vendrán con él; en aquel día habrá una gran luz. Aleluya.
Ant 3. Vendrá el Señor con gran poder y lo
contemplarán todos los hombres.
Cántico: CRISTO, SIERVO DE DIOS, EN SU MISTERIO PASCUAL - Flp 2,
6-11
Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios,
al contrario, se anonadó a sí mismo,
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Vendrá el Señor con gran poder y lo
contemplarán todos los hombres.
LECTURA BREVE 1Ts 5, 23-24
Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente y que todo vuestro ser
-espíritu, alma y cuerpo- sea custodiado sin reproche hasta la Parusía de
nuestro Señor Jesucristo. Fiel es a sus promesas el que os ha convocado; y él
las cumplirá.
RESPONSORIO BREVE
V. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
V. Y danos tu salvación.
R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Mirad: el Señor viene de lejos y su resplandor ilumina toda la
tierra.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Mirad: el Señor viene de lejos y su
resplandor ilumina toda la tierra.
PRECES
Invoquemos a Cristo, alegría y júbilo de cuantos esperan su
llegada, y digámosle:
Ven, Señor, y no tardes más.
Esperamos alegres tu venida,
ven, Señor Jesús.
Tú que existes antes de los tiempos,
ven y salva a los que viven en el tiempo.
Tú que creaste el mundo y a todos los que en él habitan,
ven a restaurar la obra de tus manos.
Tú que no despreciaste nuestra naturaleza mortal,
ven y arráncanos del dominio de la muerte.
Tú que viniste para que tuviéramos vida abundante,
ven y danos tu vida eterna.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que quieres congregar a todos los hombres en tu reino,
ven y reúne a cuantos desean contemplar tu rostro.
Pidamos ahora con grande confianza la venida del reino de Dios, con las
palabras que Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, despierta en tus fieles el deseo de prepararse a la venida
de Cristo por la práctica de las buenas obras, para que, colocados un día a su
derecha, merezcan poseer el reino celestial. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por
los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL SABADO 7 DE SEPTIEMBRE 2024
*Lecturas del Sábado de la 22ª semana del Tiempo
Ordinario*
Sábado, 7 de septiembre de 2024
Primera
lectura
Lectura
de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (4,6b-15):
Aprended de Apolo y de mí a jugar limpio y no os engriáis el uno contra el
otro. A ver, ¿quién te hace tan importante? ¿Tienes algo que no hayas recibido?
Y, si lo has recibido, ¿a qué tanto orgullo, como si nadie te lo hubiera dado?
Ya tenéis todo lo que ansiabais, ya sois ricos, habéis conseguido un reino sin
nosotros. ¿Qué más quisiera yo? Así reinaríamos juntos. Por lo que veo, a
nosotros, los apóstoles, Dios nos coloca los últimos; parecemos condenados a
muerte, dados en espectáculo público para ángeles y hombres. Nosotros, unos
locos por Cristo, vosotros, ¡qué cristianos tan sensatos! Nosotros débiles,
vosotros fuertes; vosotros célebres, nosotros despreciados; hasta ahora hemos
pasado hambre y sed y falta de ropa; recibimos bofetadas, no tenemos domicilio,
nos agotamos trabajando con nuestras propias manos; nos insultan, y les
deseamos bendiciones; nos persiguen, y aguantamos; nos calumnian, y respondemos
con buenos modos; nos tratan como a la basura del mundo, el deshecho de la
humanidad, y así hasta el día de hoy. No os escribo esto para avergonzaros,
sino para haceros recapacitar, porque os quiero como a hijos; ahora que sois cristianos
tendréis mil tutores, pero padres no tenéis muchos; por medio del Evangelio soy
yo quien os ha engendrado para Cristo Jesús.
Palabra de Dios
Salmo
Sal
144,17-18.19-20.21
R/. Cerca
está el Señor de los que lo invocan
El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R/.
Satisface los deseos de sus fieles,
escucha sus gritos, y los salva.
El Señor guarda a los que lo aman,
pero destruye a los malvados. R/.
Pronuncie mi boca la alabanza del Señor,
todo viviente bendiga su santo nombre
por siempre jamás. R/.
*Lecturas del Sábado de la 22ª semana del Tiempo
Ordinario*
Sábado, 7 de septiembre de 2024
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (6,1-5)*
Un sábado, Jesús atravesaba un sembrado; sus discípulos arrancaban espigas y,
frotándolas con las manos, se comían el grano. Unos fariseos les preguntaron:
«¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?»
Jesús les replicó: «¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres
sintieron hambre? Entró en la casa de Dios, tomó los panes presentados, que
sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y les dio a sus compañeros.»
Y añadió: «El Hijo del hombre es señor del sábado.»
Palabra del Señor
*Que
la Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
《El Hijo del hombre es señor también
del sábado》
*La santificación se hizo para mí, así que el Hijo
del Hombre es Señor, que me da la Santificación. La santidad se hizo para mí,
para que no sea agresivo, egoísta, e insolente. El Hijo del Hombre, el Señor,
quiere llevarme a la santidad. El amor se hizo para que pueda amar a
otras personas sin buscarle los errores o los defectos. El Señor me revela algo
muy importante y es que el ama a los demás así como me ama a mí. El Señor, me
invita a llevar su ley y preceptos en mi corazón, grabado como un tatuaje*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.