Musica Para el Alma
domingo, 27 de septiembre de 2020
EVANGELIO DE LUCAS 9,46-50 CICLO A
Lunes, 28 de septiembre de 2020
Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Lucas (9,46-50):
46 Se suscitó una
discusión entre ellos sobre quién de ellos sería el mayor.
47 Conociendo Jesús lo que pensaban en su
corazón, tomó a un niño, le puso a su lado,
48 y les dijo: «El que reciba a este niño en
mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, recibe a Aquel que me ha
enviado; pues el más pequeño de entre vosotros, ése es mayor.»
49 Tomando Juan la palabra, dijo: «Maestro,
hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, y tratamos de
impedírselo, porque no viene con nosotros.»
50 Pero Jesús le dijo: «No se lo impidáis,
pues el que no está contra vosotros, está por vosotros.»
Palabra del Señor
(El que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y el que
me reciba a mí, recibe a Aquel que me ha enviado)
*Los discípulos en medio de su discusión tenía en su mente
en ese momento que lo más importante era decidir quién era el primero. Ellos
tenían muy claro que lo más importante era ser el primero. Y el Señor que
estaba muy pendiente de la discusión interviene como un gran maestro y les
demuestra que lo más importante no es “ser” sino “Recibir”. En pocas palabras
le dice que lo más importante para el Señor es que el ser humano se sienta recibido.
El Señor tienes los brazos abiertos para recibir a todos sus hijos. La buena
noticia para mi es que el Señor me invita a no perder el tiempo en querer ser,
que lo más importante es que haga todo lo posible de hacerme pequeño, porque para
él los pequeños son de gran valor. El Señor me llama a sentirme recibido que él
no me rechaza porque soy importante para él*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
ORACION AL MEDIO DIA EL ANGELUS
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL LUNES 28. ORACIONES DEL DIA
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
LUNES SEMANA II
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Demos vítores al Señor, aclamándolo con cantos.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Demos vítores al Señor, aclamándolo con cantos.
Himno: ALFARERO DEL HOMBRE, MANO TRABAJADORA
Alfarero del hombre, mano trabajadora
que, de los hondos limos iniciales,
convocas a los pájaros a la primera aurora,
al pasto los primeros animales.
De mañana te busco, hecho de luz concreta,
de espacio puro y tierra amanecida.
De mañana te encuentro, vigor, origen, meta
de los profundos ríos de la vida.
El árbol toma cuerpo, y el agua melodía;
tus manos son recientes en la rosa;
se espesa la abundancia del mundo a mediodía,
y estás de corazón en cada cosa.
No hay brisa si no alientas, monte si no estás dentro,
ni soledad en que no te hagas fuerte.
Todo es presencia y gracia; vivir es este encuentro:
tú, por la luz; el hombre, por la muerte.
¡Que se acabe el pecado! ¡Mira que es desdecirte
dejar tanta hermosura en tanta guerra!
Que el hombre no te obligue, Señor, a arrepentirte
de haberle dado un día las llaves de la tierra. Amén.
SALMODIA
Ant 1. ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?
Salmo 41 - DESEO DEL SEÑOR Y ANSIAS DE CONTEMPLAR EL TEMPLO
Como busca la cierva
corrientes de agua,
así mi alma te busca
a ti, Dios mío;
tiene sed de Dios,
del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver
el rostro de Dios?
Las lágrimas son mi pan
noche y día,
mientras todo el día me repiten:
«¿Dónde está tu Dios?»
Recuerdo otros tiempos,
y mi alma desfallece de tristeza:
cómo marchaba a la cabeza del grupo,
hacia la casa de Dios,
entre cantos de júbilo y alabanza,
en el bullicio de la fiesta.
¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.»
Cuando mi alma se acongoja,
te recuerdo,
desde el Jordán y el Hermón
y el Monte Menor.
Una sima grita a otra sima
con voz de cascadas:
tus torrentes y tus olas
me han arrollado.
De día el Señor
me hará misericordia,
de noche cantaré la alabanza
del Dios de mi vida.
Diré a Dios: Roca mía,
¿por qué me olvidas?
¿Por qué voy andando sombrío,
hostigado por mi enemigo?
Se me rompen los huesos
por las burlas del adversario;
todo el día me preguntan:
«¿Dónde está tu Dios?»
¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?
Ant 2. Muéstranos, Señor, tu gloria y tu compasión.
Cántico: SÚPLICA EN FAVOR DE LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN Sir. 36,
1-7. 13-16
Sálvanos, Dios del universo,
infunde tu terror a todas las naciones;
amenaza con tu mano al pueblo extranjero,
para que sienta tu poder.
Como les mostraste tu santidad al castigarnos,
muéstranos así tu gloria castigándolos a ellos:
para que sepan, como nosotros lo sabemos,
que no hay Dios fuera de ti.
Renueva los prodigios, repite los portentos,
exalta tu mano, robustece tu brazo.
Reúne a todas las tribus de Jacob
y dales su heredad como antiguamente.
Ten compasión del pueblo que lleva tu nombre,
de Israel, a quien nombraste tu primogénito.
Ten compasión de tu ciudad santa,
de Jerusalén, lugar de tu reposo.
Llena a Sión de tu majestad
y al templo de tu gloria.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Muéstranos, Señor, tu gloria y tu compasión.
Ant 3. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.
SALMO 18 A - ALABANZA AL DIOS CREADOR DEL UNIVERSO.
El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo murmura.
Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje.
Allí le ha puesto su tienda al sol:
él sale como el esposo de su alcoba,
contento como un héroe, a recorrer su camino.
Asoma por un extremo del cielo,
y su órbita llega al otro extremo:
nada se libra de su calor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.
LECTURA BREVE Jr 15, 16
Cuando encontraba palabras tuyas las devoraba; tus palabras eran mi gozo y la
alegría de mi corazón, porque tu nombre fue pronunciado sobre mí, ¡Señor, Dios
de los ejércitos!
RESPONSORIO BREVE
V. Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos.
R. Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos.
V. Cantadle un cántico nuevo.
R. Que merece la alabanza de los buenos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos.
Primera Lectura
Del libro de Judit 5, 1-25
AJIOR, EL AMONITA, INFORMA A HOLOFERNES SOBRE EL PUEBLO DE ISRAEL
En aquellos días, a Holofernes, generalísimo del ejército asirio,
le llegó el aviso de que los israelitas se estaban preparando para la guerra: habían
cerrado los puertos de la sierra, habían fortificado las cumbres de los montes
más altos y llenado de obstáculos las llanuras. Holofernes montó en cólera.
Convocó a todos los jefes moabitas, a los generales amonitas y a todos los
gobernadores del litoral, y les habló así: «Cananeos: decidme qué gente es ésa
de la sierra, qué ciudades tienen, con qué fuerzas cuentan y en qué basan su
poder y su fuerza, qué rey les gobierna y manda su ejército, y por qué no se
han dignado venir a mi encuentro, a diferencia de lo que han hecho todos los
pueblos de occidente.» Ajior, jefe de todos los amonitas, le respondió: «Escucha,
alteza, lo que dice tu siervo. Te diré la verdad sobre ese pueblo que vive en la
sierra, ahí cerca. Tu siervo no mentirá. Esa gente desciende de los caldeos. Al
principio, estuvieron en Mesopotamia, por no querer seguir a los dioses de sus
antepasados que residían en Caldea. Abandonaron la religión de sus padres y adoraron
al Dios del cielo, al que ellos reconocían por Dios; pero los caldeos los expulsaron
de la presencia de sus dioses, y tuvieron que huir a Mesopotamia. Allí
residieron mucho tiempo; pero su Dios les mandó salir de allí y marchar al país
de Canaán, donde se establecieron y abundaron en oro, plata y muchísimo ganado.
Después, bajaron a Egipto a causa de un hambre que se abatió sobre el país de Canaán,
y allí se estuvieron mientras encontraron alimento. Allí crecieron mucho, hasta
ser un pueblo innumerable. Pero el rey de Egipto la emprendió contra ellos y
los explotó en el trabajo de las tejeras, humillándolos y esclavizándolos.
Ellos gritaron a su Dios, y él castigó a todo el país de Egipto con plagas
incurables; así, los egipcios los expulsaron de su presencia. Dios secó ante
ellos el mar Rojo y los condujo por el camino del Sinaí y de Cadés Barnea.
Expulsaron a todos los moradores de la estepa, se asentaron en el país amorreo
y exterminaron por la fuerza a todos los de Jesebón. Luego, pasaron el Jordán y
tomaron posesión de toda la sierra, después de expulsar a los cananeos,
fereceos, jebuseos, a los de Siquem y a todos los guirgaseos; y residieron allí
mucho tiempo.
Mientras no pecaron contra su Dios, prosperaron, porque estaba con ellos un
Dios que odia la injusticia. Pero, cuando se apartaron del camino que les había
señalado, fueron destrozados con muchas guerras y deportados a un país extranjero;
el templo de su Dios fue arrasado, y sus ciudades conquistadas por el enemigo.
Pero ahora se han convertido a su Dios; han vuelto de la dispersión, han
ocupado Jerusalén, donde está su templo, y repoblado la sierra que había
quedado desierta.
Así que, alteza, si esa gente se ha desviado pecando contra su Dios,
comprobemos esa caída y subamos a luchar contra ellos. Pero, si no han pecado,
déjalos, no sea que su Dios y Señor los proteja y quedemos mal ante todo el
mundo.»
Responsorio Cf. Jdt 5, 17. 21; Sal
33, 16-17a
R. No hubo quien hiciese daño al pueblo de Israel, sino cuando
él se desvió del culto del Señor, su Dios; mientras no pecaron,
prosperaron, * porque estaba con ellos un Dios que odia la injusticia.
V. Los ojos del Señor miran a los justos, sus oídos escuchan
sus gritos; pero el Señor se enfrenta con los malhechores.
R. Porque estaba con ellos un Dios que odia la injusticia.
Segunda Lectura
De la carta de san Policarpo, obispo y mártir, a los Filipenses
(Caps. 3,1-5,2: Funk 1,269-273)
ARMÉMONOS CON LAS ARMAS DE LA JUSTICIA
No es por propia iniciativa mía, hermanos, que os escribo estas
cosas referentes a la justicia, sino que lo hago porque vosotros mismos me
habéis incitado a ello. Porque ni yo ni persona alguna semejante a mí puede
competir con la sabiduría del bienaventurado y glorioso apóstol Pablo, el cual,
viviendo entre vosotros y hablando cara a cara con los hombres que vivían en
aquel entonces en vuestra Iglesia, enseñó con exactitud y con fuerza la palabra
de verdad y, después de su partida, os escribió una carta, que, si estudiáis
con atención, os edificará en aquella fe, madre de todos nosotros, que va seguida
de la esperanza y precedida del amor a Dios, a Cristo y al prójimo. El que permanece
en estas virtudes cumple los mandamientos de la justicia, porque quien posee la
caridad está muy lejos de todo pecado.
La codicia es la raíz de todos los males. Sabiendo, pues, que sin nada vinimos
al mundo y sin nada nos iremos de él, armémonos con las armas de la justicia e
instruyámonos primero a nosotros mismos a caminar según los mandamientos del
Señor. Enseñad también a vuestras esposas a caminar en la fe que les fue dada,
en la caridad y en la castidad; que aprendan a ser fieles y cariñosas con sus
maridos, a amar castamente a todos y a educar a sus hijos en el temor de Dios.
Que las viudas sean prudentes en la fe del Señor y que oren sin cesar por
todos, apartándose de toda calumnia, maledicencia, falso testimonio, amor al
dinero, y alejándose de todo mal. Que piensen que ellas son como altar de Dios
y que el Señor lo escudriña todo, pues nada se le oculta de nuestros pensamientos
ni de nuestros sentimientos ni de los secretos más íntimos de nuestro corazón.
Y, ya que sabemos que con Dios no se juega, nuestro deber es caminar de una
manera digna de sus mandamientos y de su voluntad. De una manera semejante, que
los diáconos sean irreprochables ante la santidad de Dios, como ministros que
son del Señor y de Cristo, no de los hombres: que no sean calumniadores ni
dobles en sus palabras ni amantes del dinero, sino castos en todo, compasivos,
caminando conforme a la verdad del Señor, que quiso ser el servidor de todos.
Si le somos agradables en esta vida, recibiremos, como premio, la vida futura,
tal como nos lo ha prometido el Señor al decirnos que nos resucitará de entre
los muertos y que, si nuestra conducta es digna de él y conservamos la fe,
reinaremos también con él.
Responsorio Flp 4, 8. 9
R. Tomad en consideración todo lo que es verdadero y noble,
justo y amable, * tened en cuenta todo lo que es virtud y mérito.
V. Seguid practicando lo que habéis recibido y aprendido, y el
Dios de la paz estará con vosotros.
R. Tened en cuenta todo lo que es virtud y mérito.
Lunes, 28 de septiembre de 2020
Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Lucas (9,46-50):
46 Se suscitó una
discusión entre ellos sobre quién de ellos sería el mayor.
47 Conociendo Jesús lo que pensaban en su
corazón, tomó a un niño, le puso a su lado,
48 y les dijo: «El que reciba a este niño en
mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, recibe a Aquel que me ha
enviado; pues el más pequeño de entre vosotros, ése es mayor.»
49 Tomando Juan la palabra, dijo: «Maestro,
hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, y tratamos de
impedírselo, porque no viene con nosotros.»
50 Pero Jesús le dijo: «No se lo impidáis,
pues el que no está contra vosotros, está por vosotros.»
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y
redimido a su pueblo.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y
redimido a su pueblo.
PRECES
Demos gracias a nuestro salvador que ha hecho de nosotros un
pueblo de reyes y sacerdotes, y digámosle:
Consérvanos, Señor, en tu servicio.
Señor Jesús, sacerdote eterno, que has querido que tu pueblo participara de tu sacerdocio:
haz que ofrezcamos siempre sacrificios espirituales, agradables al Padre.
Danos, Señor, la abundancia de los frutos del Espíritu Santo:
comprensión, bondad, amabilidad.
Que la luz de la fe ilumine este nuevo día
y que durante el mismo caminemos por las sendas del amor.
Haz que busquemos siempre el bien de nuestros hermanos
y les ayudemos a progresar en su salvación.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Con el gozo que nos da el sabernos hijos de Dios, digamos confiadamente:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, Dios todopoderoso, que nos has hecho llegar al comienzo de
este día: danos tu ayuda para que no caigamos hoy en pecado, sino que nuestras
palabras, pensamientos y acciones sigan el camino de tus mandatos. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LUNES SEMANA II
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: PRESENTEMOS A DIOS NUESTRAS TAREAS.
Presentemos a Dios nuestras tareas,
levantemos orantes nuestras manos,
porque hemos realizado nuestras vidas
por el trabajo.
Cuando la tarde pide ya descanso
y Dios está más cerca de nosotros,
es hora de encontrarnos en sus manos,
llenos de gozo.
En vano trabajamos la jornada,
hemos corrido en vano hora tras hora,
si la esperanza no enciende sus rayos
en nuestra sombra.
Hemos topado a Dios en el bullicio,
Dios se cansó conmigo en el trabajo;
es hora de buscar a Dios adentro,
enamorado.
La tarde es un trisagio de alabanza,
la tarde tiene fuego del Espíritu:
adoremos al Padre en nuestras obras,
adoremos al Hijo. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Eres el más bello de los hombres, en tus labios se derrama la
gracia.
Salmo 44 I - LAS NUPCIAS DEL REY.
Me brota del corazón un poema bello,
recito mis versos a un rey;
mi lengua es ágil pluma de escribano.
Eres el más bello de los hombres,
en tus labios se derrama la gracia,
el Señor te bendice eternamente.
Cíñete al flanco la espada, valiente:
es tu gala y tu orgullo;
cabalga victorioso por la verdad y la justicia,
tu diestra te enseñe a realizar proezas.
Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden,
se acobardan los enemigos del rey.
Tu trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre;
cetro de rectitud es tu cetro real;
has amado la justicia y odiado la impiedad:
por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido
con aceite de júbilo entre todos tus compañeros.
A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,
desde los palacios de marfiles te deleitan las arpas.
Hijas de reyes salen a tu encuentro,
de pie a tu derecha está la reina
enjoyada con oro de Ofir.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Eres el más bello de los hombres, en tus labios se derrama la
gracia.
Ant 2. Llega el esposo, salid a recibirlo.
Salmo 44 II
Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna:
prendado está el rey de tu belleza,
póstrate ante él, que él es tu señor.
La ciudad de Tiro viene con regalos,
los pueblos más ricos buscan tu favor.
Ya entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,
la siguen sus compañeras:
las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.
«A cambio de tus padres tendrás hijos,
que nombrarás príncipes por toda la tierra.»
Quiero hacer memorable tu nombre
por generaciones y generaciones,
y los pueblos te alabarán
por los siglos de los siglos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Llega el esposo, salid a recibirlo.
Ant 3. Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por
cabeza, cuando llegase el momento culminante.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por
cabeza, cuando llegase el momento culminante.
LECTURA BREVE 1Ts 2, 13
Nosotros continuamente damos gracias a Dios; porque habiendo recibido la
palabra de Dios predicada por nosotros, la acogisteis, no como palabra humana,
sino - como es en realidad- como palabra de Dios, que ejerce su acción en
vosotros, los creyentes.
RESPONSORIO BREVE
V. Suba, Señor, a ti mi oración.
R. Suba, Señor, a ti mi oración.
V. Como incienso en tu presencia.
R. A ti mi oración.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Suba, Señor, a ti mi oración.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Proclame mi alma tu grandeza, Dios mío.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
+Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Proclame mi alma tu grandeza, Dios mío.
PRECES
Alabemos a Cristo, que ama a la Iglesia y le da alimento y calor,
y roguémosle confiados diciendo:
Atiende, Señor, los deseos de tu pueblo.
Haz, Señor, que todos los hombres se salven
y lleguen al conocimiento de la verdad.
Guarda con tu protección al papa Francisco y a nuestro obispo N.,
ayúdalos con el poder de tu brazo.
Ten compasión de los que no encuentran trabajo
y haz que consigan un empleo digno y estable.
Señor, sé refugio de los oprimidos
y protégelos en todas sus necesidades.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Te pedimos por el eterno descanso de los que durante su vida ejercieron el
ministerio para el bien de tu iglesia:
que también te celebren eternamente en tu reino.
Fieles a la recomendación del Salvador nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, que has querido asistirnos en el
trabajo que nosotros, tus siervos inútiles, hemos realizado hoy, te pedimos
que, al llegar al término de este día, acojas benignamente nuestro sacrificio
vespertino de acción de gracias y recibas con bondad la alabanza que te
dirigimos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL LUNES 28 DE SEPTIEMBRE 2020
Lecturas de la 26º Semana del Tiempo Ordinario - Ciclo A
Lunes, 28 de septiembre de 2020
Primera lectura
Lectura del
libro de Job (1,6-22):
Un día, fueron los ángeles y se presentaron al Señor; entre
ellos llegó también Satanás.
El Señor le preguntó: «¿De dónde vienes?»
Él respondió: «De dar vueltas por la tierra.»
El Señor le dijo: «¿Te has fijado en mi siervo Job? En la tierra no hay otro
como él: es un hombre justo y honrado, que teme a Dios y se aparta del mal.»
Satanás le respondió: «¿Y crees que teme a Dios de balde? ¡Si tú mismo lo has
cercado y protegido, a él, a su hogar y todo lo suyo! Has bendecido sus
trabajos, y sus rebaños se ensanchan por el país. Pero extiende la mano, daña
sus posesiones, y te apuesto a que te maldecirá en tu cara.»
El Señor le dijo: «Haz lo que quieras con sus cosas, pero a él no lo toques.»
Y Satanás se marchó.
Un día que sus hijos e hijas comían y bebían en casa del hermano mayor, llegó
un mensajero a casa de Job y le dijo: «Estaban los bueyes arando y las burras
pastando a su lado, cuando cayeron sobre ellos unos sabeos, apuñalaron a ¡os
mozos y se llevaron el ganado. Sólo yo pude escapar para contártelo.»
No había acabado de hablar, cuando llegó otro y dijo: «Ha caído un rayo del
cielo que ha quemado y consumido tus ovejas y pastores. Sólo yo pude escapar
para contártelo.»
No había acabado de hablar, cuando llegó otro y dijo: «Una banda de caldeos,
dividiéndose en tres grupos, se echó sobre los camellos y se los llevó, y
apuñaló a los mozos. Sólo yo pude escapar para contártelo.»
No había acabado de hablar, cuando llegó otro y dijo: «Estaban tus hijos y tus
hijas comiendo y bebiendo en casa del hermano mayor, cuando un huracán cruzó el
desierto y embistió por los cuatro costados la casa, que se derrumbó y los
mató. Sólo yo pude escapar para contártelo.»
Entonces Job se levantó, se rasgó el manto, se rapó la cabeza, se echó por
tierra y dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré a él.
El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó, bendito sea el nombre del Señor.»
A pesar de todo, Job no protestó contra Dios.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 16,1.2-3.6-7
R/. Inclina el oído y escucha mis palabras
Señor, escucha mi apelación,
atiende a mis clamores,
presta oído a mi súplica,
que en mis labios no hay engaño. R/.
R/. Inclina el oído y escucha mis palabras
Emane de ti la sentencia,
miren tus ojos la rectitud.
Aunque sondees mi corazón,
visitándolo de noche,
aunque me pruebes al fuego,
no encontrarás malicia en mí. R/.
R/. Inclina el oído y escucha mis palabras
Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío;
inclina el oído y escucha mis palabras.
Muestra las maravillas de tu misericordia,
tú que salvas de los adversarios
a quien se refugia a tu derecha. R/.
R/. Inclina
el oído y escucha mis palabras
Lunes, 28 de septiembre de 2020
Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Lucas (9,46-50):
46 Se suscitó una
discusión entre ellos sobre quién de ellos sería el mayor.
47 Conociendo Jesús lo que pensaban en su
corazón, tomó a un niño, le puso a su lado,
48 y les dijo: «El que reciba a este niño en
mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, recibe a Aquel que me ha
enviado; pues el más pequeño de entre vosotros, ése es mayor.»
49 Tomando Juan la palabra, dijo: «Maestro,
hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, y tratamos de
impedírselo, porque no viene con nosotros.»
50 Pero Jesús le dijo: «No se lo impidáis,
pues el que no está contra vosotros, está por vosotros.»
Palabra del Señor
(El que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y el que
me reciba a mí, recibe a Aquel que me ha enviado)
*Los discípulos en medio de su discusión tenía en su mente
en ese momento que lo más importante era decidir quién era el primero. Ellos
tenían muy claro que lo más importante era ser el primero. Y el Señor que
estaba muy pendiente de la discusión interviene como un gran maestro y les
demuestra que lo más importante no es “ser” sino “Recibir”. En pocas palabras
le dice que lo más importante para el Señor es que el ser humano se sienta recibido.
El Señor tienes los brazos abiertos para recibir a todos sus hijos. La buena
noticia para mi es que el Señor me invita a no perder el tiempo en querer ser,
que lo más importante es que haga todo lo posible de hacerme pequeño, porque para
él los pequeños son de gran valor. El Señor me llama a sentirme recibido que él
no me rechaza porque soy importante para él*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.