Musica Para el Alma
miércoles, 4 de agosto de 2021
EVANGELIO DE MATEO 16,13-23 CICLO B
*Lecturas del Jueves de la 18 Semana del Tiempo Ordinario*
Jueves, 5 de agosto de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (16,13-23)*
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo,
Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del
hombre?»
Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías
o uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»
Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha
revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.
Ahora te digo yo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el
poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos;
lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la
tierra, quedará desatado en el cielo.»
Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías. Desde
entonces empezó Jesús a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén
y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y
que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día.
Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: «¡No lo permita Dios, Señor!
Eso no puede pasarte.»
Jesús se volvió y dijo a Pedro: «Quítate de mi vista, Satanás, que me haces
tropezar; tú piensas como los hombres, no como Dios.»
Palabra del Señor
« Jesús
preguntó a sus discípulos: « ¿Quién dice la gente que es el Hijo del
hombre?»
*El
Señor me hace una invitación a no sembrar la duda entre las personas; una
persona podrá decir del Señor, cosas buenas o cosas malas, podrá creer o podrá
dudar todo de penderá de: mi forma de comportarme, mi forma de hablar, lo que
digo y hago tienen que corresponden a la vida que estoy llevando. Pero cuándo
no actuó según la palabra del Señor, la gente lo que dice es ("y eso que
va a la iglesia y dice que es cristianos, que si no lo fuera sería un demonio,
yo soy más cristiano que él"). La buena noticia es que el Señor me quiere
usar, para que pueda llegar en su nombre a las personas que están un poco
distante de él y muy cerca de mi*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VÍSPERAS DEL JUEVES 5. FIESTA DE LA BASÍLICA DE SANTA MARÍA LA MAYOR
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*Fiesta de la Basílica
de Santa María la Mayor*
5 de Agosto
JUEVES SEMANA II
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Entrad en la presencia del Señor con aclamaciones.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Entrad en la presencia del Señor con aclamaciones.
Himno: SEÑOR, TÚ ME LLAMASTE.
Señor, tú me llamaste
para ser instrumento de tu gracia,
para anunciar la buena nueva,
para sanar las almas.
Instrumento de paz y de justicia,
pregonero de todas tus palabras,
agua para calmar la sed hiriente,
mano que bendice y que ama.
Señor, tú me llamaste
para curar los corazones heridos,
para gritar, en medio de las plazas,
que el Amor está vivo,
para sacar del sueño a los que duermen
y liberar al cautivo.
Soy cera blanda entre tus dedos,
haz lo que quieras conmigo.
Señor, tú me llamaste
para salvar al mundo ya cansado,
para amar a los hombres
que tú, Padre, me diste como hermanos.
Señor, me quieres para abolir las guerras,
y aliviar la miseria y el pecado;
hacer temblar las piedras
y ahuyentar a los lobos del rebaño. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Despierta tu poder, Señor, y ven a salvarnos.
Salmo 79 - VEN A VISITAR TU VIÑA
Pastor de Israel, escucha,
tú que guías a José como a un rebaño;
tú que te sientas sobre querubines, resplandece
ante Efraím, Benjamín y Manasés;
despierta tu poder y ven a salvarnos.
¡Oh Dios!, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.
Señor Dios de los ejércitos,
¿hasta cuándo estarás airado
mientras tu pueblo te suplica?
Le diste a comer llanto,
a beber lágrimas a tragos;
nos entregaste a las disputas de nuestros vecinos,
nuestros enemigos se burlan de nosotros.
Dios de los ejércitos, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.
Sacaste una vid de Egipto,
expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste;
le preparaste el terreno y echó raíces
hasta llenar el país;
su sombra cubría las montañas,
y sus pámpanos, los cedros altísimos;
extendió sus sarmientos hasta el mar,
y sus brotes hasta el Gran Río.
¿Por qué has derribado su cerca
para que la saqueen los viandantes,
la pisoteen los jabalíes
y se la coman las alimañas?
Dios de los ejércitos, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra plantó,
y que tú hiciste vigorosa.
La han talado y le han prendido fuego:
con un bramido hazlos perecer.
Que tu mano proteja a tu escogido,
al hombre que tú fortaleciste.
No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que invoquemos tu nombre.
Señor Dios de los ejércitos, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Despierta tu poder, Señor, y ven a salvarnos.
Ant 2. Anunciad a toda la tierra que el señor hizo proezas.
Cántico: ACCION DE GRACIAS DEL PUEBLO SALVADO - Is 12, 1-6
Te doy gracias, Señor,
porque estabas airado contra mí,
pero ha cesado tu ira
y me has consolado.
Él es mi Dios y salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación.
Aquel día, diréis:
Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso.
Tañed para el Señor, que hizo proezas;
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
«¡Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel!».
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Anunciad a toda la tierra que el señor hizo proezas.
Ant 3. Aclamad a Dios, nuestra fuerza.
Salmo 80 - SOLEMNE RENOVACIÓN DE LA ALIANZA
Aclamad a Dios, nuestra fuerza;
dad vítores al Dios de Jacob:
acompañad, tocad los panderos,
las cítaras templadas y las arpas;
tocad la trompeta por la luna nueva,
por la luna llena, que es nuestra fiesta;
porque es una ley de Israel,
un precepto del Dios de Jacob,
una norma establecida para José
al salir de Egipto.
Oigo un lenguaje desconocido:
«Retiré sus hombros de la carga,
y sus manos dejaron la espuerta.
Clamaste en la aflicción, y te libré,
te respondí oculto entre los truenos,
te puse a prueba junto a la fuente de Meribá.
Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti;
¡ojalá me escuchases, Israel!
No tendrás un dios extraño,
no adorarás un dios extranjero;
yo soy el Señor Dios tuyo,
que te saqué del país de Egipto;
abre tu boca y yo la saciaré.
Pero mi pueblo no escuchó mi voz,
Israel no quiso obedecer:
los entregué a su corazón obstinado,
para que anduviesen según sus antojos.
¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!:
en un momento humillaría a sus enemigos
y volvería mi mano contra sus adversarios;
los que aborrecen al Señor te adularían,
y su suerte quedaría fijada;
te alimentaría con flor de harina,
te saciaría con miel silvestre.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aclamad a Dios, nuestra fuerza.
LECTURA BREVE Rm 14, 17-19
El reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el
Espíritu Santo, pues el que en esto sirve a Cristo es grato a Dios y acepto a
los hombres. Por tanto, trabajemos por la paz y por nuestra mutua edificación.
RESPONSORIO BREVE
V. Velando medito en ti, Señor.
R. Velando medito en ti, Señor.
V. Porque fuiste mí auxilio.
R. Medito en ti, Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Velando medito en ti, Señor.
Primera Lectura
Del segundo libro de los Reyes 2, 1-15
ASUNCIÓN DE ELÍAS
Esto pasó cuando el Señor arrebató a Elías en el torbellino al
cielo. Elías y Eliseo partieron de Guilgal. Dijo Elías a Eliseo: «Quédate aquí,
porque el Señor me envía a Betel.»,
Eliseo dijo: «Vive el Señor y vive tu alma que no te dejaré.»
Y bajaron a Betel. Salió la comunidad de los profetas que había en Betel al encuentro
de Eliseo y le dijeron: «¿No sabes que el Señor arrebatará a tu señor por encima
de tu cabeza?»
Respondió: «También yo lo sé. ¡Callad!»
Elías dijo a Eliseo: «Quédate aquí, porque el Señor me envía a Jericó.»
Pero él respondió: Vive el Señor y vive tu alma que no te dejaré.»
Y siguieron hacia Jericó. Se acercó a Eliseo la comunidad de los profetas que
había en Jericó y le dijeron: «¿No sabes que el Señor arrebatará hoy a tu señor
por encima de tu cabeza?»
Respondió: «También yo lo sé. ¡Callad!»
Le dijo Elías: «Quédate aquí, porque el Señor me envía al Jordán.»
Respondió: «Vive el Señor y vive tu alma que no te dejaré.»
Y fueron los dos. Cincuenta hombres de la comunidad de los profetas vinieron y
se quedaron enfrente, a cierta distancia; ellos dos se detuvieron junto al
Jordán. Tomó Elías su manto, lo enrolló y golpeó las aguas, que se dividieron de
un lado y de otro, y pasaron ambos a pie enjuto. Cuando hubieron pasado, dijo
Elías a Eliseo: «Pídeme lo que quieras que haga por ti antes de ser arrebatado
de tu lado.»
Dijo Eliseo: «Que tenga doble porción de tu espíritu.»
Respondió Elías: «Pides una cosa difícil; si alcanzas a verme cuando sea llevado
de tu lado, lo tendrás; si no, no lo tendrás.»
Iban caminando mientras hablaban, cuando un carro de fuego con caballos de
fuego se interpuso entre ellos; y Elías subió al cielo en un torbellino. Eliseo
lo veía y clamaba: «¡Padre mío, padre mío! ¡Carro y caballos de Israel! ¡Auriga
suyo!»
Y no lo vio más. Asió sus vestidos y los desgarró en dos. Recogió el manto que
se le había caído a Elías y se volvió, parándose en la orilla del Jordán. Tomó
el manto de Elías y golpeó las aguas, diciendo: «¿Dónde está el Señor, el Dios
de Elías?»
Golpeó las aguas, que se dividieron de un lado y de otro, y pasó Eliseo.
Habiéndole visto la comunidad de los profetas que estaban enfrente, dijeron: «El
espíritu de Elías reposa sobre Eliseo.»
Fueron a su encuentro y se postraron ante él en tierra.
Responsorio Ml 4, 5; Lc 1, 15. 17
R. Yo os enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día
del Señor, grande y terrible. * Él hará volver el
corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres.
V. Juan Bautista será grande a los ojos del Señor, y lo
precederá en su venida con el espíritu y el poder de Elías.
R. Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y
el corazón de los hijos hacia los padres.
Segunda Lectura
De los tratados de Balduino de Cantorbery, obispo
(Tratado 10: PL 204, 513-514. 516)
ES FUERTE EL AMOR COMO LA MUERTE
Es fuerte la muerte, que puede privarnos del don de la vida. Es
fuerte el amor, que puede restituirnos a una vida mejor.
Es fuerte la muerte, que tiene poder para desposeernos de los, despojos de este
cuerpo.
Es fuerte el amor, que tiene poder para arrebatar a la muerte su presa y
devolvérnosla.
Es fuerte la muerte, a la que nadie puede resistir. Es fuerte el amor, capaz de
vencerla, de embotar su aguijón, de reprimir sus embates, de confundir su victoria.
Lo cual tendrá lugar cuando podamos apostrofarla, diciendo: ¿Dónde están tus
pestes, muerte? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón?
Es fuerte el amor como la muerte, porque el amor de Cristo da muerte a la misma
muerte. Por esto dice: Oh muerte, yo seré tu muerte; país de los muertos, yo
seré tu aguijón. También el amor con que nosotros amamos a Cristo es fuerte
como la muerte, ya que viene a ser él mismo como una muerte, en cuanto que es
el aniquilamiento de la vida anterior, la abolición de las malas costumbres y
el sepelio de las obras muertas.
Este nuestro amor para con Cristo es como un intercambio de dos cosas
semejantes, aunque su amor hacia nosotros supera al nuestro. Porque él nos amó
primero y, con el ejemplo de amor que nos dio, se ha hecho para nosotros como
un sello, mediante el cual nos hacemos conformes a su imagen, abandonando la
imagen del hombre terreno y llevando la imagen del hombre celestial, por el
hecho de amarlo como él nos ha amado.
Porque en esto nos ha dejado un ejemplo para que sigamos sus huellas.
Por esto dice: Grábame como un sello en tu corazón. Es como si dijera: “Ámame,
como yo te amo. Tenme en tu pensamiento, en tu recuerdo, en tu deseo, en tus
suspiros, en tus gemidos y sollozos. Acuérdate, hombre, qué tal te he hecho,
cuán por encima te he puesto de las demás criaturas, con qué dignidad te he ennoblecido,
cómo te he coronado de gloria y de honor, cómo te he hecho un poco inferior a
los ángeles, cómo he puesto bajo tus pies todas las cosas. Acuérdate no sólo de
cuán grandes cosas he hecho para ti, sino también de cuán duras y humillantes
cosas he sufrido por ti; y dime si no obras perversamente cuando dejas de amarme.
¿Quién te ama como yo? ¿Quién te ha creado sino yo? ¿Quién te ha redimido sino
yo?”
Quita de mí, Señor, este corazón de piedra, quita de mí este corazón
endurecido, incircunciso. Tú que purificas los corazones y amas los corazones
puros, toma posesión de mi corazón y habita en él, llénalo con tu presencia, tú
que eres superior a lo más grande que hay en mí y que estás más dentro de mí
que mi propia intimidad. Tú que eres el modelo perfecto de la belleza y el
sello de la santidad, sella mi corazón con la impronta de tu imagen; sella mi
corazón, por tu misericordia, tú, Dios por quien se consume mi corazón, mi lote
perpetuo. Amén.
Responsorio Ct 8, 6-7; Jn 15, 13
R. El amor es fuerte como la muerte; es centella de fuego,
llamarada divina. * Las aguas torrenciales no podrían apagar el amor, ni
anegarlo los ríos.
V. Nadie tiene más amor que el que da la vida por sus amigos.
R. Las aguas torrenciales no podrían apagar el amor, ni
anegarlo los ríos.
*Lecturas del Jueves de la 18 Semana del Tiempo Ordinario*
Jueves, 5 de agosto de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (16,13-23)*
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo,
Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del
hombre?»
Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías
o uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»
Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha
revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.
Ahora te digo yo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el
poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos;
lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la
tierra, quedará desatado en el cielo.»
Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías. Desde
entonces empezó Jesús a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén
y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y
que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día.
Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: «¡No lo permita Dios, Señor!
Eso no puede pasarte.»
Jesús se volvió y dijo a Pedro: «Quítate de mi vista, Satanás, que me haces
tropezar; tú piensas como los hombres, no como Dios.»
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Anuncia, Señor, la salvación a tu pueblo y perdónanos nuestros
pecados.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Anuncia, Señor, la salvación a tu pueblo y perdónanos nuestros
pecados.
PRECES
Bendigamos a Dios, nuestro Padre, que mira siempre con amor a sus
hijos y nunca desatiende sus súplicas, y digámosle con humildad:
Ilumínanos, Señor.
Te damos gracias, Señor, porque nos has iluminado con la luz de Jesucristo;
que esta claridad ilumine hoy todos nuestros actos.
Que tu sabiduría nos dirija en nuestra jornada;
así andaremos por sendas de vida nueva.
Ayúdanos a superar con fortaleza las adversidades
y haz que te sirvamos con generosidad de espíritu.
Dirige y santifica los pensamientos, palabras y obras de nuestro día
y danos un espíritu dócil a tus inspiraciones.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Dirijamos ahora, todos juntos, nuestra oración al Padre y digámosle:
Padre nuestro...
ORACION
A ti, Señor, que eres la luz verdadera y la fuente misma de toda
luz, te pedimos humildemente que meditando fielmente tu palabra vivamos siempre
en la claridad de tu luz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
*Fiesta de la Basílica de Santa María la Mayor*
Hoy 5 de agosto, se celebra la consagración de esta famosa
Basílica construida por el Papa Sixto III, en el año 432, en recuerdo del
Concilio de Efeso que en el año 431 había definido que María sí es Madre de
Dios. Esta basílica ha sido remodelada y hermoseada durante siglos y su torre
fue por mucho tiempo la más alta de Roma.
Los inicios de esta famosa basílica se remontan a una antigua
leyenda. Ésta señala que por revelación divina, un matrimonio italiano,
profundamente piadoso y solidario, llegaron a un paraje del Monte Esquilino el
cual está cubierto de nieve. El monte blanco era el lugar donde ellos debían
elegir un templo dedicado a la Madre de Dios.
Pronto, el templo mariano fue una instancia donde miles de
feligreses de todas partes del mundo acudían para venerar y honrar con
oraciones y cantos a la Virgen Madre que tomó el nombre de Virgen de las
Nieves.
Los católicos han tenido siempre mucha veneración por la Basílica
de Santa María la Mayor, por haber sido el primer templo dedicado a Nuestra
Señora en Roma, y porque la antigua leyenda de las nieves que cayeron en el
sitio donde iba a ser construida, recuerda a los fieles que cuando lleguen los
ardores de las pasiones y el fuego de las adversidades, la Madre de Dios puede
traer desde el cielo las nieves de las bendiciones divinas que apaguen las
llamas de nuestras malas inclinaciones y calmen la sed de los que ansían tener
paz, santidad y salvación.
JUEVES SEMANA II
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: CUANDO LA LUZ SE HACE VAGA
Cuando la luz se hace vaga
y está cayendo la tarde,
venimos a ti, Señor,
para cantar tus bondades.
Los pájaros se despiden
piadosamente en los árboles,
y buscan calor de nido
y blandura de plumajes.
Así vuelven fatigados
los hombres a sus hogares,
cargando sus ilusiones
o escondiendo sus maldades.
Quieren olvidar la máquina,
olvidar sus vanidades;
descansar de tanto ruido
y morir a sus pesares.
Ya todo pide silencio,
se anuncia la noche amable:
convierte, Padre, sus penas
en abundancia de panes.
Alivie tu mano pródiga,
tu mano buena de Padre,
el cansancio de sus cuerpos,
sus codicias y sus males. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Te hago luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta el
fin de la tierra.
Salmo 71 I - PODER REAL DEL MESÍAS
Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud.
Que los montes traigan paz,
y los collados justicia;
que él defienda a los humildes del pueblo,
socorra a los hijos del pobre
y quebrante al explotador.
Que dure tanto como el sol,
como la luna, de edad en edad;
que baje como lluvia sobre el césped,
como llovizna que empapa la tierra.
Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna.
Que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra.
Que en su presencia se inclinen sus rivales;
que sus enemigos muerdan el polvo;
que los reyes de Tarsis y de las islas
le paguen tributo.
Que los reyes de Saba y de Arabia
le ofrezcan sus dones;
que se postren ante él todos los reyes,
y que todos los pueblos le sirvan.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Te hago luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta el
fin de la tierra.
Ant 2. Socorrerá el Señor a los hijos del pobre; rescatará sus vidas de
la violencia.
Salmo 71 II
Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres;
él rescatará sus vidas de la violencia,
su sangre será preciosa a sus ojos.
Que viva y que le traigan el oro de Saba;
él intercederá por el pobre
y lo bendecirá.
Que haya trigo abundante en los campos,
y ondee en lo alto de los montes,
den fruto como el Líbano,
y broten las espigas como hierba del campo.
Que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el sol;
que él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
el único que hace maravillas;
bendito por siempre su nombre glorioso,
que su gloria llene la tierra.
¡Amén, amén!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Socorrerá el Señor a los hijos del pobre; rescatará sus vidas de
la violencia.
Ant 3. Ahora se estableció la salud y el reinado de nuestro Dios.
Cántico: EL JUICIO DE DIOS Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.
Se encolerizaron las naciones,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.
Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.
Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ahora se estableció la salud y el reinado de nuestro Dios.
LECTURA BREVE 1Pe 1, 22-23
Por la obediencia a la verdad habéis purificado vuestras almas para un amor fraternal
no fingido; amaos, pues, con intensidad y muy cordialmente unos a otros, como
quienes han sido engendrados no de semilla corruptible, sino incorruptible, por
la palabra viva y permanente de Dios.
RESPONSORIO BREVE
V. El Señor es mi pastor, nada me falta.
R. El Señor es mi pastor, nada me falta.
V. En verdes praderas me hace recostar.
R. Nada me falta.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El Señor es mi pastor, nada me falta.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. A los que tienen hambre de ser justos el Señor los colma de
bienes.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
+ Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. A los que tienen hambre de ser justos el Señor los colma de
bienes.
PRECES
Elevemos a Dios nuestros corazones agradecidos porque ha bendecido
a su pueblo con toda clase de bienes espirituales y digámosle con fe:
Bendice, Señor, a tu pueblo.
Dios todopoderoso y lleno de misericordia, protege al Papa Francisco y a
nuestro obispo N.,
que tú mismo has elegido para guiar a la Iglesia.
Protege, Señor, a nuestros pueblos y ciudades
y aleja de ellos todo mal.
Multiplica como renuevos de olivo alrededor de tu mesa hijos que se consagren a
tu reino,
siguiendo a Jesucristo en pobreza, castidad y obediencia.
Conserva el propósito de aquellas de tus hijas que han consagrado a ti su
virginidad,
para que, en la integridad de su cuerpo y de su espíritu, sigan al cordero
donde quiera que vaya.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Da la paz a los difuntos
y permítenos encontrarlos nuevamente un día en tu reino.
Ya que por Jesucristo hemos llegado a ser hijos de Dios, acudamos con confianza
a nuestro Padre:
Padre nuestro...
ORACION
Al ofrecerte, Señor, nuestro sacrificio vespertino de alabanza, te
pedimos humildemente que, meditando día y noche en tu palabra, consigamos un
día la luz y el premio de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por
los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURA DEL JUEVES 5 DE AGOSTO 2021
*Lecturas del Jueves de la 18 Semana del Tiempo Ordinario*
Jueves, 5 de agosto de 2021
Primera lectura
Lectura del
libro de los Números (20,1-13):
En aquellos días, la comunidad entera de los israelitas llegó al desierto de
Sin el mes primero, y el pueblo se instaló en Cadés. Allí murió María y allí la
enterraron.
Faltó agua al pueblo, y se amotinaron contra Moisés y Aarón. El pueblo riñó con
Moisés, diciendo: «¡Ojalá hubiéramos muerto como nuestros hermanos, delante del
Señor! ¿Por qué has traído a la comunidad del Señor a este desierto, para que
muramos en él, nosotros y nuestras bestias? ¿Por qué nos has sacado de Egipto
para traernos a este sitio horrible, que no tiene grano ni higueras ni viñas ni
granados ni agua para beber?»
Moisés y Aarón se apartaron de la comunidad y se dirigieron a la tienda del
encuentro y, delante de ella, se echaron rostro en tierra.
La gloria del Señor se les apareció, y el Señor dijo a Moisés: «Coge el bastón,
reúne la asamblea, tú con tu hermano Aarón, y, en presencia de ellos, ordenad a
la roca que dé agua. Sacarás agua de la roca para darles de beber a ellos y a
sus bestias.»
Moisés retiró la vara de la presencia del Señor, como se lo mandaba; ayudado de
Aarón, reunió la asamblea delante de la roca, y les dijo: «Escuchad, rebeldes:
¿Creéis que podemos sacaros agua de esta roca?»
Moisés alzó la mano y golpeó la roca con el bastón dos veces, y brotó agua tan
abundantemente que bebió toda la gente y las bestias.
El Señor dijo a Moisés y a Aarón: «Por no haberme creído, por no haber
reconocido mi santidad en presencia de los israelitas, no haréis entrar a esta
comunidad en la tierra que les voy a dar.»
(Ésta es la fuente de Meribá, donde los israelitas disputaron con el Señor, y
él les mostró su santidad.)
Palabra de Dios
Salmo
Sal
94,1-2.6-7.8-9
R/. Ojalá escuchéis hoy
la voz del Señor:
«No endurezcáis vuestro corazón.»
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos. R/.
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía. R/.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.» R/.
*Lecturas del Jueves de la 18 Semana del Tiempo Ordinario*
Jueves, 5 de agosto de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (16,13-23)*
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo,
Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del
hombre?»
Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías
o uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»
Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha
revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.
Ahora te digo yo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el
poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos;
lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la
tierra, quedará desatado en el cielo.»
Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías. Desde
entonces empezó Jesús a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén
y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y
que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día.
Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: «¡No lo permita Dios, Señor!
Eso no puede pasarte.»
Jesús se volvió y dijo a Pedro: «Quítate de mi vista, Satanás, que me haces
tropezar; tú piensas como los hombres, no como Dios.»
Palabra del Señor
« Jesús
preguntó a sus discípulos: « ¿Quién dice la gente que es el Hijo del
hombre?»
*El
Señor me hace una invitación a no sembrar la duda entre las personas; una
persona podrá decir del Señor, cosas buenas o cosas malas, podrá creer o podrá
dudar todo de penderá de: mi forma de comportarme, mi forma de hablar, lo que
digo y hago tienen que corresponden a la vida que estoy llevando. Pero cuándo
no actuó según la palabra del Señor, la gente lo que dice es ("y eso que
va a la iglesia y dice que es cristianos, que si no lo fuera sería un demonio,
yo soy más cristiano que él"). La buena noticia es que el Señor me quiere
usar, para que pueda llegar en su nombre a las personas que están un poco
distante de él y muy cerca de mi*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.