Musica Para el Alma

lunes, 11 de marzo de 2019

COMPLETA ORACIÓN ANTES DE IR A LA CAMA

COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)

INVOCACIÓN INICIAL
 
V. Dios mío, ven en mi auxilioR. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
EXAMEN DE CONCIENCIA 

Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.

Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.R. Amén.
Himno: CUANDO LLEGÓ EL INSTANTE DE TU MUERTE
Cuando llegó el instante de tu muerte
inclinaste la frente hacia la tierra,
como todos los mortales;
mas no eras tú el hombre derribado,
sino el Hijo que muerto nos contempla.

Cuando me llegue el tránsito esperado
y siga sin retorno por mi senda,
como todos los mortales,
el sueño de tu rostro será lumbre
y tu gloria mi gloria venidera.

El silencio sagrado de la noche
tu paz y tu venida nos recuerdan,
Cristo, luz de los mortales;
acepta nuestro sueño necesario
como secreto amor que a ti se llega. Amén
SALMODIA

Ant 1. 
No me escondas tu rostro, ya que confío en ti.
Salmo 142, 1-11 - LAMENTACIÓN Y SÚPLICA ANTE LA ANGUSTIA
Señor, escucha mi oración;
tú que eres fiel, atiende a mi súplica;
tú que eres justo, escúchame.
No llames a juicio a tu siervo,
pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti.

El enemigo me persigue a muerte,
empuja mi vida al sepulcro,
me confina a las tinieblas
como a los muertos ya olvidados.
mi aliento desfallece,
mi corazón dentro de mí está yerto.

Recuerdo los tiempos antiguos,
medito todas tus acciones,
considero las obras de tus manos
y extiendo mis brazos hacia ti:
tengo sed de ti como tierra reseca.

Escúchame en seguida, Señor,
que me falta el aliento.
No me escondas tu rostro,
igual que a los que bajan a la fosa.

En la mañana hazme escuchar tu gracia,
ya que confío en ti;
indícame el camino que he de seguir,
pues levanto mi alma a ti.

Líbrame del enemigo, Señor,
que me refugio en ti.
Enséñame a cumplir tu voluntad,
ya que tú eres mi Dios.
Tu espíritu, que es bueno,
me guíe por tierra llana.

Por tu nombre, Señor, consérvame vivo;
por tu clemencia, sácame de la angustia.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. No me escondas tu rostro, ya que confío en ti.
LECTURA BREVE   1Pe 5, 8-9
Sed sobrios, estad despiertos: vuestro enemigo, el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quien devorar; resistidle, firmes en la fe.
RESPONSORIO BREVE

V. 
En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
V. Tú, el Dios leal, nos librarás.R. Te encomiendo mi espíritu.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. 
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
CÁNTICO DE SIMEÓN       Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,

porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos

luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
ORACION
OREMOS,
Ilumina, Señor, nuestra noche y concédenos un descanso tranquilo; que mañana nos levantemos en tu nombre y podamos contemplar, con salud y gozo, el clarear del nuevo día. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
BENDICIÓN

V. 
El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.R. Amén.
ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra,
Dios te salve.

A ti llamamos los desterrados hijos de Eva,
a ti suspiramos , gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas.

Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.

¡Oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!

VÍSPERAS ORACIÓN AL FINAL DE LA TARDE

TIEMPO DE CUARESMA
MARTES DE LA SEMANA I
Propio del Tiempo. Salterio I

12 de marzo

VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL

V. 
Dios mío, ven en mi auxilioR. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: NO ME PESA, SEÑOR, HABER FALTADO.
No me pesa, Señor, haber faltado
por el eterno mal que he merecido,
ni me pesa tampoco haber perdido
el cielo como pena a mi pecado.

Pésame haber tus voces despreciado
y tus justos mandatos infringido,
porque con mis errores he ofendido
tu corazón, Señor, por mí llagado.

Llorar quiero mis culpas humillado,
y buscar a mis males dulce olvido
en la herida de amor de tu costado.

Quiero tu amor pagar, agradecido,
amándote cual siempre me has amado
y viviendo contigo arrepentido. Amén.
SALMODIA

Ant 1. 
El Señor da la victoria a su Ungido.
Salmo 19 - ORACIÓN POR LA VICTORIA DEL REY.
Que te escuche el Señor el día del peligro,
que te sostenga el nombre del Dios de Jacob;
que te envíe auxilio desde el santuario,
que te apoye desde el monte Sión;

que se acuerde de todas tus ofrendas,
que le agraden tus sacrificios;
que cumpla el deseo de tu corazón,
que dé éxito a todos tus planes.

Que podamos celebrar tu victoria
y en el nombre de nuestro Dios alzar estandartes;
que el Señor te conceda todo lo que pides.

Ahora reconozco que el Señor
da la victoria a su Ungido,
que lo ha escuchado desde su santo cielo,
con los prodigios de su mano victoriosa.

Unos confían en sus carros,
otros en su caballería;
nosotros invocamos el nombre
del Señor, Dios nuestro.

Ellos cayeron derribados,
nosotros nos mantenemos en pie.

Señor, da la victoria al rey
y escúchanos cuando te invocamos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor da la victoria a su Ungido.
Ant 2. Al son de instrumentos cantaremos tu poder.
Salmo 20, 2-8. 14 - ACCIÓN DE GRACIAS POR LA VICTORIA DEL REY.
Señor, el rey se alegra por tu fuerza,
¡y cuánto goza con tu victoria!
Le has concedido el deseo de su corazón,
no le has negado lo que pedían sus labios.

Te adelantaste a bendecirlo con el éxito,
y has puesto en su cabeza una corona de oro fino.
Te pidió vida, y se la has concedido,
años que se prolongan sin término.

Tu victoria ha engrandecido su fama,
lo has vestido de honor y majestad.
Le concedes bendiciones incesantes,
lo colmas de gozo en tu presencia;
porque el rey confía en el Señor,
y con la gracia del Altísimo no fracasará.

Levántate, Señor, con tu fuerza,
y al son de instrumentos cantaremos tu poder.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Al son de instrumentos cantaremos tu poder.
Ant 3. Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios.
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap 4, 11; 5, 9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.

Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.

Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios.
LECTURA BREVE   St 2, 14. 17. 18b
Hermanos, ¿qué provecho saca uno con decir: «Yo tengo fe», si no tiene obras? ¿Podrá acaso salvarlo la fe? La fe, si no va acompañada de las obras, está muerta en su soledad. Pruébame tu fe sin obras que yo por mis obras te probaré mi fe.
RESPONSORIO BREVE

V. 
Yo dije: «Señor, ten misericordia.»R. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
V. Sáname, porque he pecado contra ti.R. Señor, ten misericordia.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.R. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. 
Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y ora a tu Padre.
Los santos tienen su morada en el reino de Dios, y allí han encontrado descanso eterno.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y ora a tu Padre.
Los santos tienen su morada en el reino de Dios, y allí han encontrado descanso eterno.
PRECES
A Cristo, el Señor, que nos mandó velar y orar a fin de no sucumbir en la tentación, digámosle confiadamente:

Señor, escucha y ten piedad.

Señor, tú que prometiste estar presente cuando tus discípulos se reúnen en tu nombre para orar,
haz que oremos siempre unidos a ti en el Espíritu Santo, a fin de que tu reino llegue a todos los hombres.

Purifica de todo pecado a la Iglesia penitente
y haz que viva siempre en la esperanza y el gozo del Espíritu Santo.

Amigo del hombre, haz que estemos siempre atentos, como tú nos mandaste, al bien del prójimo,
para que la luz de tu amor brille a través de nosotros ante todos los hombres.

Rey pacífico, haz que tu paz reine en el mundo
y que nosotros trabajemos sin cesar para conseguirla.
Se pueden añadir algunas intenciones libres

Tú que has muerto para que nosotros tengamos vida,
da la vida eterna a los que han muerto.

Terminemos nuestra oración diciendo juntos las palabras del Señor y pidiendo al Padre que nos libre de todo mal:
Padre nuestro...

ORACION
Señor, mira con amor a tu pueblo, que trata de purificar su espíritu en estos días cuaresmales con la moderación en el uso de las cosas terrenas, y haz que esta sobriedad alimente en él el deseo de poseerte. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN

V. 
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.R. Amén.

NONA. ORACIÓN DE MEDIA TARDE

TIEMPO DE CUARESMA
MARTES DE LA SEMANA I
Propio del Tiempo. Salterio I

12 de marzo

HORA NONA

INVOCACIÓN INICIAL

V. 
Dios mío, ven en mi auxilioR. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: OJOS DE AQUEL PUBLICANO
Ojos de aquel publicano
hasta la tierra caídos,
el Dios de la luz os mira,
miradle con regocijo.

Mano que pide clemencia
hiriendo el pecho contrito,
el Señor te abre la puerta
de su pecho compasivo.

Lengua que en bajo murmullo
dices tu dolor sentido,
el Juez que sabe juzgar
ha escuchado complacido.

Padre del octavo día,
glorioso siendo propicio,
perdónanos, purifícanos,
por el honor de tu Hijo. Amén.
SALMODIA

Ant 1. 
Acreditémonos ante Dios por nuestra constancia en las tribulaciones, por nuestra sed de ser justos.

Salmo 118, 1-8 HIMNO A LA REVELACIÓN DE LA LEY
Dichoso el que, con vida intachable,
camina en la voluntad del Señor;
dichoso el que, guardando sus preceptos,
lo busca de todo corazón;
el que, sin cometer iniquidad,
anda por sus senderos.

Tú promulgas tus decretos
para que se observen exactamente.
Ojalá esté firme mi camino,
para cumplir tus consignas;
entonces no sentiré vergüenza
al mirar tus mandatos.

Te alabaré con sincero corazón
cuando aprenda tus justos mandamientos.
Quiero guardar tus leyes exactamente,
tú no me abandones.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 12 - SÚPLICA DEL JUSTO EN SUS DIFICULTADES COTIDIANAS

¿Hasta cuándo, Señor, seguirás olvidándome?
¿Hasta cuándo me esconderás tu rostro?
¿Hasta cuándo he de estar preocupado,
con el corazón apenado todo el día?
¿Hasta cuándo va a triunfar mi enemigo?

Atiende y respóndeme, Señor, Dios mío;
da luz a mis ojos
para que no me duerma en la muerte,
para que no diga mi enemigo: «lo he vencido»,
ni se alegre mi adversario de mi fracaso.

Porque yo confío en tu misericordia:
alegra mi corazón con tu auxilio,
y cantaré al Señor por el bien que me ha hecho.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo 13 - CORRUPCIÓN Y NECEDAD DEL IMPÍO.

Dice el necio para sí:
«No hay Dios.»
Se han corrompido cometiendo abominaciones,
no hay quien obre bien.

El Señor observa desde el cielo
a los hijos de Adán,
para ver si hay alguno sensato
que busque a Dios.

Todos se extravían
igualmente obstinados,
no hay uno que obre bien,
ni uno solo.

Pero ¿no aprenderán los malhechores
que devoran a mi pueblo como pan
y no invocan al Señor?

Pues temblarán de espanto,
porque Dios está con los justos.
Podéis burlaros de los planes del desvalido,
pero el Señor es su refugio.

¡Ojalá venga desde Sión
la salvación de Israel!
Cuando el Señor cambie la suerte de su pueblo,
se alegrará Jacob y gozará Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Acreditémonos ante Dios por nuestra constancia en las tribulaciones, por nuestra sed de ser justos.

LECTURA BREVE   Is 58, 1-2a
Grita a voz en cuello, sin cejar, alza la voz como una trompeta, denuncia a mi pueblo sus delitos, a la casa de Jacob sus pecados. Consultan mi oráculo a diario, muestran afan de saber mis caminos, como si fueran un pueblo que practicara la justicia y no hubiesen abandonado los preceptos de Dios.

V. Mi sacrificio es un espíritu contrito.
R. Un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias.

ORACIÓN

OREMOS,
Señor, mira con amor a tu pueblo, que trata de purificar su espíritu en estos días cuaresmales con la moderación en el uso de las cosas terrenas, y haz que esta sobriedad alimente en él el deseo de poseerte. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.

CONCLUSIÓN

V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.

EL ÁNGELUS


MARTES Y VIERNES
El Ángelus. El Santo Rosario. La Coronilla de la Divina Misericordia
.
El Ángelus

V/. El ángel del Señor anunció a María.
R/. Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.
Dios te salve, María…

V/. He aquí la esclava del Señor.
R/. Hágase en mí según tu palabra.
Dios te salve, María…

V/. Y el Verbo de Dios se hizo carne.
R/. Y habitó entre nosotros.
Dios te salve, María…

V/. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R/. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

Oración

Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas, para que los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz, seamos llevados a la gloria de su re­su­rrección. Por Jesucristo nuestro Señor.

R/. Amén.

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios: no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos siempre de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita.


EL SANTO ROSARIO

.Misterios Dolorosos (MARTES Y VIERNES)
.Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…
.1º La oración del huerto. (LUCAS  22,39-46)
.2º La Flagelación de nuestro Señor. (Jn 18,33-19,1)
.3º La Coronación de espinas. (MARCOS 15,16-20)
.4º Jesús con la Cruz a cuestas. (LUCAS  23,26-32)
.5º La Crucifixión y muerte. (MARCOS 15,22-39)

Oremos:
Señor, tú has querido que la Madre compartiera los dolores de tu Hijo al pie de la cruz; haz que la Iglesia, asociándose con María a la pasión de Cristo, merezca participar de su resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

La Coronilla de la Divina Misericordia

Se utiliza un rosario común de cinco decenas.
1 Comenzar con un Padre Nuestro, Avemaría, y Credo.

2 Al comenzar cada decena (cuentas grandes del Padre Nuestro) decir:
"Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo,
la Sangre, el Alma y la Divinidad
de Tu Amadísimo Hijo,
Nuestro Señor Jesucristo,
para el perdón de nuestros
pecados y los del mundo entero."
.
3. En las cuentas pequeñas del Ave María:
"Por Su dolorosa Pasión,
ten misericordia de nosotros
y del mundo entero."

Al finalizar las cinco decenas de la coronilla se repite tres
veces
: "Santo Dios, Santo Fuerte,
Santo Inmortal, ten piedad de
nosotros y del mundo entero."


. *El que DESEA y QUIERE amar, con el corazón según EL SEÑOR: llegará a ser,  SANTO*

GOTAS DE MISERICORDIA


MATEO 6,7-15 CICLO C. LO QUE ME DICE EL EVANGELIO

Martes, 12 de marzo de 2019
Lo que me dice el Evangelio de Mateo 6,7-15. Ciclo C. (Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso)  *Esta oración me muestra lo lejano y lo distante que yo  estoy del Señor. Y al mismo tiempo lo cerca que él está de mí. Y me lo hace ver con esta oración. Cuando digo Padre Nuestro: “Es una comprobación muy cierta, que las de más personas si importar, el credo que profesen, la clase social a la que pertenecen, ni el color de la piel, son hechos a imagen y semejanza del Creador igual que yo, por lo que son mis hermanos, hijos de mi Padre, que hizo el cielo y la tierra y todo aquello que contiene”. El Señor desea que, deje de estar mirando las faltas del otro, porque yo también tengo las mías, me está invitando a que de una manera especial yo haga un poco más de esfuerzo para que mis ojos y mis oídos puedan ver y escuchar lo bueno que hay en las demás personas. Porque el Señor ama profundamente y de una manera especial a esas personas y también a mí. Puedo ver que el Señor quiere que yo pueda llegar a experimentar y sentir la ternura de Dios como mi Padre*. 


*El que DESEA y QUIERE amar, con el corazón según EL SEÑOR: llegará a ser, SANTO*

EVANGELIO


Martes, 12 de marzo de 2019
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,7-15):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros orad así:
“Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo,
danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden,
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal”.
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas».

Palabra del Señor

LAUDES MARTES 12 ORACIÓN PARA INICIAR EL DÍA


TIEMPO DE CUARESMA
MARTES DE LA SEMANA I
Propio del Tiempo. Salterio I

12 de marzo
 
LAUDES
(Oración de la mañana)

INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)


V. 
Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

Ant. A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, venid, adorémosle. 

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, venid, adorémosle.


Himno: EDIFICASTE UNA TORRE

Edificaste una torre
para tu huerta florida;
un lagar para tu vino
y, para el vino, una viña.

Y la viña no dio uvas,
ni el lagar buena bebida:
sólo racimos amargos
y zumos de amarga tinta.

Edificaste una torre,
Señor, para tu guarida;
un huerto de dulces frutos,
una noria de aguas limpias,
un blanco silencio de horas
y un verde beso de brisas.

Y esta casa que es tu torre,
este mi cuerpo de arcilla,
esta sangre que es tu sangre
y esta herida que es tu herida
te dieron frutos amargos,
amargas uvas y espinas.

¡Rompe, Señor, tu silencio,
rompe tu silencio y grita!
Que mi lagar enrojezca
cuando tu planta lo pise,
y que tu mesa se endulce
con el vino de tu viña. Amén.


SALMODIA

Ant 1. 
El hombre de manos inocentes y puro corazón subirá al monte del Señor.

Salmo 23 - ENTRADA SOLEMNE DE DIOS EN SU TEMPLO.

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
El la fundó sobre los mares,
El la afianzó sobre los ríos.

¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?

El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos
ni jura contra el prójimo en falso.
Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.

Este es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob.

¡Portones!, alzad los dinteles,
levantaos, puertas antiguas:
va a entrar el Rey de la gloria.

¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra.

¡Portones!, alzad los dinteles,
levantaos, puertas antiguas:
va a entrar el Rey de la gloria.

¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El hombre de manos inocentes y puro corazón subirá al monte del Señor.


Ant 2. Ensalzad con vuestras obras al rey de los siglos.

Cántico: ESPERANZA DE ISRAEL EN BABILONIA Tb 13, 1-10

Bendito sea Dios, que vive eternamente,
y cuyo reino dura por los siglos:
él azota y se compadece,
hunde hasta el abismo y saca de él,
y no hay quien escape de su mano.

Dadle gracias, israelitas, ante los gentiles,
porque él nos dispersó entre ellos.
Proclamad allí su grandeza,
ensalzadlo ante todos los vivientes:
que él es nuestro Dios y Señor,
nuestro Padre por todos los siglos.

Él nos azota por nuestros delitos,
pero se compadecerá de nuevo,
y os congregará de entre todas las naciones
por donde estáis dispersados.

Si volvéis a él de todo corazón
y con toda el alma,
siendo sinceros con él,
él volverá a vosotros
y no os ocultará su rostro.

Veréis lo que hará con vosotros,
le daréis gracias a boca llena,
bendeciréis al Señor de la justicia
y ensalzaréis al rey de los siglos.

Yo le doy gracias en mi cautiverio,
anuncio su grandeza y su poder
a un pueblo pecador.

Convertíos, pecadores,
obrad rectamente en su presencia:
quizá os mostrará benevolencia
y tendrá compasión.

Ensalzaré a mi Dios, al rey del cielo,
y me alegraré de su grandeza.
Anuncien todos los pueblos sus maravillas
y alábenle sus elegidos en Jerusalén.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Ensalzad con vuestras obras al rey de los siglos.


Ant 3. El Señor merece la alabanza de los buenos.

Salmo 32 - HIMNO AL PODER Y A LA PROVIDENCIA DE DIOS

Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.

Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;
cantadle un cántico nuevo,
acompañando vuestra música con aclamaciones:

que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales,
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra.

La palabra del Señor hizo el cielo;
el aliento de su boca, sus ejércitos;
encierra en un odre las aguas marinas,
mete en un depósito el océano.

Tema al Señor la tierra entera,
tiemblen ante él los habitantes del orbe:
porque él lo dijo, y existió;
él lo mandó, y surgió.

El Señor deshace los planes de las naciones,
frustra los proyectos de los pueblos;
pero el plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad.

Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad.

El Señor mira desde el cielo,
se fija en todos los hombres;
desde su morada observa
a todos los habitantes de la tierra:
él modeló cada corazón,
y comprende todas sus acciones.

No vence el rey por su gran ejército,
no escapa el soldado por su mucha fuerza,
nada valen sus caballos para la victoria,
ni por su gran ejército se salva.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre.

Nosotros esperamos en el Señor:
él es nuestro auxilio y escudo,
con él se alegra nuestro corazón,
en su santo nombre confiamos.

Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El Señor merece la alabanza de los buenos.


LECTURA BREVE   Jl 2, 12-13

Convertíos a mí de todo corazón con ayuno, con llanto, con luto. Rasgad vuestros corazones y no vuestras vestiduras, y convertíos al Señor, vuestro Dios, porque es compasivo y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; y se arrepiente de las amenazas.

RESPONSORIO BREVE

V. 
Él me librará de la red del cazador.
R. Él me librará de la red del cazador.

V. Me cubrirá con su plumaje.
R. Él me librará de la red del cazador.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Él me librará de la red del cazador.


PRIMERA LECTURA

Del libro del Deuteronomio 9, 7-21. 25-29

PECADOS DEL PUEBLO E INTERCESIÓN DE MOISÉS

En aquellos días, dijo Moisés al pueblo estas palabras:
«Recuerda y no olvides que provocaste al Señor, tu Dios, en el desierto; desde el día que salisteis de Egipto hasta que llegasteis a este lugar, habéis sido rebeldes al Señor: en el Horeb provocasteis al Señor, y el Señor se irritó con vosotros y os quiso destruir.

Cuando yo subí al monte a recibir las losas de piedra, las tablas de la alianza que concertó el Señor con vosotros, me quedé en el monte cuarenta días y cuarenta noches, sin comer pan ni beber agua. Luego, el Señor me entregó las dos losas de piedra, escritas de la mano de Dios: en ellas estaban todas las palabras que os dijo el Señor en la montaña, desde el fuego, el día de la asamblea. Pasados los cuarenta días y cuarenta noches, me entregó el Señor las dos losas de piedra, las tablas de la alianza, y me dijo:

"Levántate, baja de aquí en seguida, que se ha pervertido tu pueblo, el que tú sacaste de Egipto. Pronto se han apartado del camino que les marcaste: se han fundido un ídolo."

El Señor me añadió:

"He visto que este pueblo es un pueblo terco. Déjame destruirlos y borrar su nombre bajo el cielo; de ti haré un pueblo más fuerte y numeroso que él."

Yo me puse a bajar de la montaña, mientras la montaña ardía; llevaba en las manos las dos tablas de la alianza. Miré, y era verdad: Habíais pecado contra el Señor, vuestro Dios, os habíais hecho un becerro de fundición. Pronto os apartasteis del camino que el Señor os había marcado. Entonces cogí las tablas, las arrojé con las dos manos y las estrellé ante vuestros ojos. Luego me postré ante el Señor cuarenta noches, como la vez anterior, sin comer pan ni beber agua, pidiendo perdón por el pecado que habíais cometido al hacer lo que parece mal al Señor hasta el punto de irritarlo; porque tenía miedo que la ira y la cólera del Señor contra vosotros os destruyese. También aquella vez me escuchó el Señor.

Con Aarón se irritó tanto el Señor, que quería destruirlo, y entonces tuve que interceder también por Aarón. Después tomé el objeto de pecado que os habíais fabricado, el becerro, y lo quemé; lo machaqué, lo trituré hasta pulverizarlo como ceniza y arrojé la ceniza en el torrente que baja de la montaña.

Me postré ante el Señor, estuve postrado cuarenta días y cuarenta noches, porque el Señor pensaba destruiros; oré al Señor diciendo:

"Señor mío, no destruyas a tu pueblo, la heredad que redimiste con tu grandeza, que sacaste de Egipto con mano fuerte. Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob, no te fijes en la terquedad de este pueblo, en su crimen y su pecado, no sea que digan en la tierra de donde nos sacaste: 'No pudo el Señor introducirlos en la tierra que les había prometido', o: 'Los sacó por odio, para matarlos en el desierto'. Son tu pueblo, la heredad que sacaste con tu mano poderosa y con tu brazo extendido."»

RESPONSORIO    Cf. Ex 32, 11. 12. 13. 14; 33, 17

R. Moisés suplicó al Señor, su Dios, diciendo: «¿Por qué, Señor, se ha de encender tu ira contra tu pueblo? Abandona el ardor de tu cólera; acuérdate de Abraham, Isaac y Jacob, a quienes juraste dar una tierra que mana leche y miel.» * Y el Señor renunció a la amenaza que había lanzado contra su pueblo.
V. Dijo el Señor a Moisés: «Has hallado gracia ante mis ojos, pues te he conocido más que a todos.»
R. y el Señor renunció a la amenaza que había lanzado contra su pueblo.


SEGUNDA LECTURA

Del Tratado de san Cipriano, obispo y mártir, Sobre la oración del Señor
(Cap. 1-3: CSEL 3, 267-268)

QUIEN NOS DIO LA VIDA NOS ENSEÑÓ TAMBIÉN A ORAR

Los preceptos evangélicos, hermanos muy amados, no son sino enseñanzas divinas, fundamentos para edificar la esperanza, medios para consolidar la fe, alimento para inflamar el corazón, guía para indicar el camino, amparo para obtener la salvación; ellos, instruyendo las mentes dóciles de los creyentes en la tierra, los conducen a la vida eterna.

Ya por los profetas, sus siervos, Dios quiso hablar y hacerse oír de muchas maneras; pero mucho más es lo que nos dice el Hijo, lo que la Palabra de Dios, que estuvo en los profetas, atestigua ahora con su propia voz, pues ya no manda preparar el camino para el que ha de venir, sino que viene él mismo, nos abre y muestra el camino, a fin de que, los que antes errábamos ciegos y a tientas en las tinieblas de la muerte, iluminados ahora por la luz de la gracia, sigamos la senda de la vida, bajo la tutela y dirección de Dios.

A más de otras enseñanzas y preceptos divinos, con los cuales encaminó a su pueblo a la salvación, Cristo nos enseñó también la forma de orar, él mismo nos inculcó y enseñó las cosas que hemos de pedir. Quien nos dio la vida nos enseñó también a orar, con aquella misma benignidad con que se dignó dar y conferir los demás dones, para que, al hablar ante el Padre con la misma oración que el Hijo enseñó, más fácilmente seamos escuchados.

El Señor había ya predicho que se acercaba la hora en que los verdaderos adoradores adorarían al Padre en espíritu y en verdad; y cumplió lo que antes había prometido, de manera que nosotros, que por su santificación hemos recibido el espíritu y la verdad, también por su enseñanza podamos adorar en verdad y en espíritu.

¿Pues qué otra oración en espíritu puede haber fuera de la que nos fue dada por Cristo, el mismo que nos envió el Espíritu Santo? ¿Qué otra plegaria puede haber que sea en verdad ante el Padre, sino la pronunciada por boca del Hijo, que es la misma verdad? Hasta tal punto, que orar de manera distinta de la que él nos enseñó no sólo es ignorancia, sino también culpa, ya que él mismo dijo: Anuláis el mandamiento de Dios por seguir vuestras tradiciones.

Oremos, pues, hermanos muy amados, tal como Dios, nuestro maestro, nos enseñó. A Dios le resulta familiar y aceptable la oración, cuando oramos con la que es suya, cuando llega a sus oídos la oración del mismo Cristo.

Reconozca el Padre las palabras del Hijo, cuando hacemos oración; el mismo que habita en nuestro interior esté también en nuestra voz y, puesto que es abogado de nuestros pecados ante el Padre, pronunciemos las palabras de este abogado nuestro cuando nosotros, pecadores, pidamos por nuestros delitos.

Pues, si dice que cuanto pidamos al Padre en su nombre nos lo concederá, ¿con cuánta mayor eficacia no obtendremos lo que pedimos en el nombre de Cristo, si lo pedimos con su propia oración?

RESPONSORIO    Jn 16, 24; 14, 13

R. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre. * Pedid y recibiréis, y vuestra alegría será completa.
V. Cuanto pidáis en mi nombre yo lo concederé, para que el Padre sea glorificado en él Hijo.
R. Pedid y recibiréis, y vuestra alegría será completa.


Martes, 12 de marzo de 2019
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,7-15):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros orad así:
“Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo,
danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden,
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal”.
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas».

Palabra del Señor


CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. 
Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos.

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR      Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos.

PRECES

Bendigamos a Cristo, pan vivo bajado del cielo, y digámosle:

Cristo, pan de las almas y salvación de los hombres, fortalece nuestra debilidad.

Señor, sacia nuestra hambre en el banquete de tu eucaristía
y danos participar plenamente de los bienes de tu sacrificio pascual.

Cristo, pan de las almas y salvación de los hombres, fortalece nuestra debilidad

Concédenos, Maestro bueno, escuchar tu palabra con un corazón noble
y haz que perseveremos hasta dar fruto.

Cristo, pan de las almas y salvación de los hombres, fortalece nuestra debilidad

Que con nuestro trabajo, Señor, cooperemos contigo para mejorar el mundo,
para que así, por la acción de tu Iglesia, reine en él la paz.

Cristo, pan de las almas y salvación de los hombres, fortalece nuestra debilidad

Reconocemos, Señor, que hemos pecado;
perdona nuestras faltas por tu gran misericordia.

Cristo, pan de las almas y salvación de los hombres, fortalece nuestra debilidad

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Unidos fraternalmente, acudamos ahora al Padre de todos:

Padre nuestro...

ORACION

Señor, mira con amor a tu pueblo, que trata de purificar su espíritu en estos días cuaresmales con la moderación en el uso de las cosas terrenas, y haz que esta sobriedad alimente en él el deseo de poseerte. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

CONCLUSIÓN

V. 
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

LAS LECTURAS DEL MARTES 12 DE MARZO 2019


Lecturas del ciclo C. Tiempo Ordinario
La Romana R. D.
Martes, 12 de marzo de 2019

Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (55,10-11):

ESTO dice el Señor:
«Como bajan la lluvia y la nieve desde el cielo,
y no vuelven allá sino después de empapar la tierra,
de fecundarla y hacerla germinar,
para que dé semilla al sembrador
y pan al que come,
así será mi palabra que sale de mi boca:
no volverá a mí vacía,
sino que cumplirá mi deseo
y llevará a cabo mi encargo».

Palabra de Dios

Salmo
Sal 33,4-5.6-7.16-17.18-19

R/.
 El Señor libra de sus angustias a los justos

V/. Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R/.

R/. El Señor libra de sus angustias a los justos

V/. Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
El afligido invocó al Señor,
él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R/.

R/. El Señor libra de sus angustias a los justos

V/. Los ojos del Señor miran a los justos,
sus oídos escuchan sus gritos;
pero el Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria. R/.

R/. El Señor libra de sus angustias a los justos

V/. Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias;
el Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos. R/.

R/. El Señor libra de sus angustias a los justos

Martes, 12 de marzo de 2019
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,7-15):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros orad así:
“Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo,
danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden,
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal”.
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas».

Palabra del Señor