Musica Para el Alma
lunes, 19 de octubre de 2020
EVANGELIO DE LUCAS 12,35-38 CICLO A
Martes, 20 de octubre de 2020
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,35-38):
35 «Estén ceñidos vuestros lomos y las
lámparas encendidas,
36 y sed como hombres que esperan a que su
señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le
abran.
37 Dichosos los siervos, que el señor al
venir encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la
mesa y, yendo de uno a otro, les servirá.
38 Que venga en la segunda vigilia o en la
tercera, si los encuentra así, ¡dichosos de ellos!
Palabra del Señor
*(Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas)*
*El Señor me hace una invitación a estar alerta, a estar
preparado, porque no se en que momento tengo que abrir al Señor para que entre.
Algo que me gusta es que él no quiere llegar como un inoportuno, por eso siempre
me está avisando que esté preparado, que este pendiente. La buena noticia para
mi es que el Señor se alegra cuando encuentra en mí el deseo de estar pendiente
de él. Para mi estar pendiente es: Estar siempre dispuesto y preparado para
hacer el bien, tener en mi cuerpo la disposición y el deseo de obedecer a la
palabra del Señor, y que mi corazón siempre este a disposición para dar razón
de mi fe en cualquier momento y en cualquier lugar*
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
ORACION AL MEDIODIA EL ANGELUS
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL MARTES 20. ORACIONES DEL DIA
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
MARTES SEMANA I
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Al Señor, al gran Rey, venid, adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Al Señor, al gran Rey, venid, adorémosle.
Himno: AL CANTO DE LOS GALLOS.
Al canto de los gallos
viene la aurora;
los temores se alejan
como las sombras.
¡Dios, Padre nuestro,
en tu nombre dormimos
y amanecemos!
Como luz nos visitas,
Rey de los hombres,
como amor que vigila
siempre de noche;
cuando el que duerme
bajo el signo del sueño
prueba la muerte.
Del sueño del pecado
nos resucitas,
y es señal de tu gracia
la luz amiga.
¡Dios que nos velas!,
tú nos sacas por gracia
de las tinieblas.
Gloria al Padre y al Hijo,
gloria al Espíritu,
al que es paz, luz y vida,
al Uno y Trino;
gloria a su nombre
y al misterio divino
que nos lo esconde. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El hombre de manos inocentes y puro corazón subirá al monte del
Señor.
Salmo 23 - ENTRADA SOLEMNE DE DIOS EN SU TEMPLO.
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
El la fundó sobre los mares,
El la afianzó sobre los ríos.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos
ni jura contra el prójimo en falso.
Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Este es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob.
¡Portones!, alzad los dinteles,
levantaos, puertas antiguas:
va a entrar el Rey de la gloria.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra.
¡Portones!, alzad los dinteles,
levantaos, puertas antiguas:
va a entrar el Rey de la gloria.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El hombre de manos inocentes y puro corazón subirá al monte del
Señor.
Ant 2. Ensalzad con vuestras obras al rey de los siglos.
Cántico: ESPERANZA DE ISRAEL EN BABILONIA Tb 13, 1-10
Bendito sea Dios, que vive eternamente,
y cuyo reino dura por los siglos:
él azota y se compadece,
hunde hasta el abismo y saca de él,
y no hay quien escape de su mano.
Dadle gracias, israelitas, ante los gentiles,
porque él nos dispersó entre ellos.
Proclamad allí su grandeza,
ensalzadlo ante todos los vivientes:
que él es nuestro Dios y Señor,
nuestro Padre por todos los siglos.
Él nos azota por nuestros delitos,
pero se compadecerá de nuevo,
y os congregará de entre todas las naciones
por donde estáis dispersados.
Si volvéis a él de todo corazón
y con toda el alma,
siendo sinceros con él,
él volverá a vosotros
y no os ocultará su rostro.
Veréis lo que hará con vosotros,
le daréis gracias a boca llena,
bendeciréis al Señor de la justicia
y ensalzaréis al rey de los siglos.
Yo le doy gracias en mi cautiverio,
anuncio su grandeza y su poder
a un pueblo pecador.
Convertíos, pecadores,
obrad rectamente en su presencia:
quizá os mostrará benevolencia
y tendrá compasión.
Ensalzaré a mi Dios, al rey del cielo,
y me alegraré de su grandeza.
Anuncien todos los pueblos sus maravillas
y alábenle sus elegidos en Jerusalén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ensalzad con vuestras obras al rey de los siglos.
Ant 3. El Señor merece la alabanza de los buenos.
Salmo 32 - HIMNO AL PODER Y A LA PROVIDENCIA DE DIOS
Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;
cantadle un cántico nuevo,
acompañando vuestra música con aclamaciones:
que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales,
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra.
La palabra del Señor hizo el cielo;
el aliento de su boca, sus ejércitos;
encierra en un odre las aguas marinas,
mete en un depósito el océano.
Tema al Señor la tierra entera,
tiemblen ante él los habitantes del orbe:
porque él lo dijo, y existió;
él lo mandó, y surgió.
El Señor deshace los planes de las naciones,
frustra los proyectos de los pueblos;
pero el plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad.
El Señor mira desde el cielo,
se fija en todos los hombres;
desde su morada observa
a todos los habitantes de la tierra:
él modeló cada corazón,
y comprende todas sus acciones.
No vence el rey por su gran ejército,
no escapa el soldado por su mucha fuerza,
nada valen sus caballos para la victoria,
ni por su gran ejército se salva.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre.
Nosotros esperamos en el Señor:
él es nuestro auxilio y escudo,
con él se alegra nuestro corazón,
en su santo nombre confiamos.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor merece la alabanza de los buenos.
LECTURA BREVE Rm 13, 11b. 12-13a
Ya es hora que despertéis del sueño. La noche va pasando, el día está encima;
desnudémonos, pues, de las obras de las tinieblas y vistámonos de las armas de
la luz. Andemos como en pleno día, con dignidad.
RESPONSORIO BREVE
V. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
R. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
V. Mi alcázar, mi libertador.
R. En que me amparo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
V. El Señor
hace caminar a los humildes con rectitud.
R. Enseña su camino a los humildes.
PRIMERA LECTURA
Del libro de Ben Sirá 29, 1-16; 31, 1.4
PRÉSTAMO, LIMOSNA Y RIQUEZA
El hombre compasivo presta a su prójimo, el que le echa una mano guarda el
mandamiento. Presta a tu prójimo cuando lo necesita, y paga pronto lo que debes
al prójimo; cumple la palabra y séle fiel, y en todo momento obtendrás lo que
necesitas.
Muchos procuraron obtener un préstamo y perjudicaron al que les prestó: hasta
conseguirlo le besan las manos, ante las riquezas del prójimo humillan la voz;
a la hora de devolver dan largas y piden una prórroga. Importunando apenas
recobrará la mitad, y lo considerará un hallazgo; en otro caso se quedará sin
dinero y habrá conseguido un enemigo de balde, que le pagará con maldiciones e
insultos, con injurias, en vez de honor. Muchos se retraen no por maldad, sino
temiendo que los despojen sin razón.
Con todo, sé generoso con el pobre, no le des largas en la limosna; por amor a
la ley recibe al menesteroso, y en su indigencia no lo despidas vacío; pierde
tu dinero por el hermano y el prójimo, no lo eches a perder bajo una piedra;
dispón de tus tesoros según el mandato del Altísimo, y te aprovecharán más que
el oro; guarda limosnas en tu despensa, y ellas te librarán de todo mal; mejor
que escudo resistente o poderosa lanza, lucharán contra el enemigo a tu favor.
Las vigilias del rico acaban con su salud, la preocupación por el sustento
aleja el sueño, la enfermedad grave no le deja dormir. El rico trabaja por
amasar una fortuna, y descansa acumulando lujos; el pobre trabaja, y le faltan
las fuerzas, y, si descansa, pasa necesidad.
RESPONSORIO Sir 29, 15; 3,33; Lc 11, 41
R. Guarda limosnas en tu despensa, y ellas te librarán de todo
mal; * porque el agua apaga el fuego ardiente y la limosna expía el
pecado.
V. Dad de limosna lo que poseéis, y con eso lo tendréis todo
purificado.
R. Porque el agua apaga el fuego 1y la limosna expía el pecado.
SEGUNDA LECTURA
De las Instrucciones de san Columbano, abad
(Instrucción 12, Sobre la compunción, 2-3: Opera, Dublín 1957, pp. 112-114)
LUZ PERENNE EN EL TEMPLO DEL PONTÍFICE ETERNO
¡Cuán dichosos son aquellos siervos, a quienes el amo a su llegada encuentra
velando! Feliz aquella vigilia en la cual se espera al mismo Dios y Creador del
universo, que todo lo llena y todo lo supera.
¡Ojalá se dignara el Señor despertarme del sueño de mi desidia, a mí, que, aun
siendo vil, soy su siervo! ¡Ojalá me inflamara en el deseo de su amor
inconmensurable y me encendiera con el fuego de su divina caridad!;
resplandeciente con ella, brillaría más que los astros y todo mi interior
ardería continuamente con este divino fuego.
¡Ojalá mis méritos fueran tan abundantes que mi lámpara ardiera sin cesar,
durante la noche, en el templo de mi Señor e iluminara a cuantos penetran en la
casa de mi Dios! Concédeme, Señor, te lo suplico en nombre de Jesucristo, tu
Hijo y mi Dios, un amor que nunca mengüe, para que con él brille siempre mi
lámpara y no se apague nunca y sus llamas sean para mí fuego ardiente y para
los demás luz brillante.
Señor Jesucristo, dulcísimo Salvador nuestro, dígnate encender tú mismo
nuestras lámparas para que brillen sin cesar en tu templo y de ti, que eres la
luz perenne, reciban ellas la luz indeficiente con la cual se ilumine nuestra
oscuridad y se alejen de nosotros las tinieblas del mundo. Te ruego, Jesús mío,
que enciendas tan intensamente mi lámpara con tu resplandor que, a la luz de
una claridad tan intensa, pueda contemplar el santo de los santos que está en
el interior de aquel gran templo, en el cual tú, Pontífice eterno de los bienes
eternos, has penetrado; que allí, Señor, te contemple continuamente y pueda así
desearte, amarte y quererte solamente a ti, para que mi lámpara, en tu
presencia, esté siempre luciente y ardiente.
Te pido, Salvador amantísimo, que te manifiestes a nosotros, que llamamos a tu
puerta, para que, conociéndote, te amemos sólo a ti y únicamente a ti; que seas
tú nuestro único deseo, que día y noche meditemos sólo en ti y en ti únicamente
pensemos. Alumbra en nosotros un amor inmenso hacia ti, cual corresponde a la
caridad con la que Dios debe ser amado y querido; que esta nuestra dilección
hacia ti invada todo nuestro interior y nos penetre totalmente, y hasta tal
punto inunde todos nuestros sentimientos que nada podamos ya amar fuera de ti,
el único eterno. Así, por muchas que sean las aguas de la tierra y del
firmamento nunca llegarán a extinguir en nosotros la caridad, según aquello que
dice la Escritura: Las aguas torrenciales no podrían apagar el amor.
Que esto llegue a realizarse, al menos parcialmente, por don tuyo, Señor
Jesucristo, a quien pertenece la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
RESPONSORIO Is 60, 19-20
R. Ya no será el sol tu luz en el día, ni te alumbrará en la noche la
claridad de la luna; * porque el Señor será tu luz
perenne, y tu Dios será tu esplendor.
V. Tu sol ya no se pondrá, ni menguará tu luna.
R. Porque el Señor será tu luz perenne, y tu Dios será tu esplendor.
Martes, 20 de octubre de 2020
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,35-38):
35 «Estén ceñidos vuestros lomos y las
lámparas encendidas,
36 y sed como hombres que esperan a que su
señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le
abran.
37 Dichosos los siervos, que el señor al
venir encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la
mesa y, yendo de uno a otro, les servirá.
38 Que venga en la segunda vigilia o en la
tercera, si los encuentra así, ¡dichosos de ellos!
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Nos ha suscitado el Señor una fuerza de salvación, según lo había
predicho por boca de sus santos profetas.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Nos ha suscitado el Señor una fuerza de salvación, según lo había
predicho por boca de sus santos profetas.
PRECES
Ya que hemos sido llamados a participar de una vocación celestial,
bendigamos por ello a Jesús, el pontífice de nuestra fe, y supliquémosle
diciendo:
Escúchanos, Señor.
Señor Jesús, que por el bautismo has hecho de nosotros un sacerdocio real,
haz que nuestra vida sea un continuo sacrificio de alabanza.
Ayúdanos, Señor, a guardar tus mandatos
para que por la fuerza del Espíritu Santo nosotros permanezcamos en ti y tú en
nosotros.
Danos tu sabiduría eterna
para que permanezca con nosotros y con nosotros trabaje.
Concédenos ser la alegría de cuantos nos rodean
y fuente de esperanza para los decaídos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Como hijos que somos de Dios, dirijámonos a nuestro Padre con la oración que
Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Escucha, Señor, nuestra oración matutina y con la luz de tu
misericordia alumbra la oscuridad de nuestro corazón: para que, habiendo sido
iluminados por tu claridad, no andemos nunca tras las obras de las tinieblas.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
MARTES SEMANA I
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: NOS DIJERON DE NOCHE.
Nos dijeron de noche
que estabas muerto,
y la fe estuvo en vela
junto a tu cuerpo;
La noche entera,
la pasamos queriendo
mover la piedra.
Con la vuelta del sol,
volverá a ver la tierra
la gloria del Señor.
No supieron contarlo
los centinelas,
nadie supo la hora
ni la manera;
antes del día,
se cubrieron de gloria
tus cinco heridas.
Con la vuelta del sol,
volverá a ver la tierra
la gloria del Señor.
Si los cinco sentidos
buscan el sueño,
que la fe tenga el suyo
vivo y despierto;
la fe velando,
para verte de noche
resucitando.
Con la vuelta del sol,
volverá a ver la tierra
la gloria del Señor. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor da la victoria a su Ungido.
Salmo 19 - ORACIÓN POR LA VICTORIA DEL REY.
Que te escuche el Señor el día del peligro,
que te sostenga el nombre del Dios de Jacob;
que te envíe auxilio desde el santuario,
que te apoye desde el monte Sión;
que se acuerde de todas tus ofrendas,
que le agraden tus sacrificios;
que cumpla el deseo de tu corazón,
que dé éxito a todos tus planes.
Que podamos celebrar tu victoria
y en el nombre de nuestro Dios alzar estandartes;
que el Señor te conceda todo lo que pides.
Ahora reconozco que el Señor
da la victoria a su Ungido,
que lo ha escuchado desde su santo cielo,
con los prodigios de su mano victoriosa.
Unos confían en sus carros,
otros en su caballería;
nosotros invocamos el nombre
del Señor, Dios nuestro.
Ellos cayeron derribados,
nosotros nos mantenemos en pie.
Señor, da la victoria al rey
y escúchanos cuando te invocamos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor da la victoria a su Ungido.
Ant 2. Al son de instrumentos cantaremos tu poder.
Salmo 20, 2-8. 14 - ACCIÓN DE GRACIAS POR LA VICTORIA DEL REY.
Señor, el rey se alegra por tu fuerza,
¡y cuánto goza con tu victoria!
Le has concedido el deseo de su corazón,
no le has negado lo que pedían sus labios.
Te adelantaste a bendecirlo con el éxito,
y has puesto en su cabeza una corona de oro fino.
Te pidió vida, y se la has concedido,
años que se prolongan sin término.
Tu victoria ha engrandecido su fama,
lo has vestido de honor y majestad.
Le concedes bendiciones incesantes,
lo colmas de gozo en tu presencia;
porque el rey confía en el Señor,
y con la gracia del Altísimo no fracasará.
Levántate, Señor, con tu fuerza,
y al son de instrumentos cantaremos tu poder.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Al son de instrumentos cantaremos tu poder.
Ant 3. Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro
Dios.
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap 4, 11; 5, 9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro
Dios.
LECTURA BREVE 1Jn 3, 1a. 2
Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo
somos! Queridos hermanos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado
lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él,
porque lo veremos tal cual es.
RESPONSORIO BREVE
V. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo.
R. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo.
V. Tu fidelidad de generación en generación.
R. Más estable que el cielo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
+Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.
PRECES
Alabemos a Cristo, que mora en medio de nosotros, su pueblo
adquirido, y supliquémosle diciendo:
Por el honor de tu nombre, escúchanos, Señor.
Dueño y Señor de los pueblos, acude en ayuda de todas las naciones y de los que
las gobiernan:
que todos los hombres sean fieles a tu voluntad y trabajen por el bien y la
paz.
Tú que al subir al cielo llevaste contigo una gran multitud de cautivos,
devuelve la libertad de los hijos de Dios a nuestros hermanos que sufren
esclavitud en el cuerpo o en el espíritu.
Concede, Señor, a los jóvenes la realización de sus esperanzas
y que sepan responder a tus llamadas en el transcurso de su vida.
Que los niños imiten tu ejemplo
y crezcan siempre en sabiduría y en gracia.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Acoge a los difuntos en tu reino,
donde también nosotros esperamos reinar un día contigo.
Con el gozo de sabernos hijos de Dios, acudamos a nuestro Padre:
Padre nuestro...
ORACION
Te damos gracias, Señor Dios todopoderoso, porque has permitido
que lleguemos a esta noche; te pedimos aceptes con agrado el alzar de nuestras
manos como ofrenda de la tarde. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive
y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de
los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL MARTES 20 DE OCTUBRE 2020
Lecturas de la 29º Semana del Tiempo Ordinario - Ciclo A
Martes, 20 de octubre de 2020
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (2,12-22):
Antes no teníais un Mesías, erais extranjeros a la ciudadanía de Israel y
ajenos a las instituciones portadoras de la promesa. En el mundo no teníais ni
esperanza ni Dios. Ahora, en cambio, estáis en Cristo Jesús. Ahora, por la
sangre de Cristo, estáis cerca los que antes estabais lejos. Él es nuestra paz.
Él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa, derribando con su carne el muro
que los separaba: el odio. Él ha abolido la Ley con sus mandamientos y reglas,
haciendo las paces, para crear con los dos, en él, un solo hombre nuevo.
Reconcilió con Dios a los dos pueblos, uniéndolos en un solo cuerpo mediante la
cruz, dando muerte, en él, al odio. Vino y trajo la noticia de la paz: paz a
vosotros, los de lejos; paz también a los de cerca. Así, unos y otros, podemos
acercarnos al Padre con un mismo Espíritu. Por lo tanto, ya no sois extranjeros
ni forasteros, sino que sois ciudadanos de los santos y miembros de la familia
de Dios. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el
mismo Cristo. Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda
ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por
él también vosotros os vais integrando en la construcción, para ser morada de
Dios, por el Espíritu.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 84,9ab-10.11-12.13-14
R/. Dios anuncia la paz a su pueblo
Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos.»
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R/.
R/. Dios anuncia la paz a su
pueblo
La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R/.
R/. Dios anuncia la paz a su
pueblo
El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos. R/.
R/. Dios anuncia la paz a su pueblo
Martes, 20 de octubre de 2020
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,35-38):
35 «Estén ceñidos vuestros lomos y las
lámparas encendidas,
36 y sed como hombres que esperan a que su
señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le
abran.
37 Dichosos los siervos, que el señor al
venir encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la
mesa y, yendo de uno a otro, les servirá.
38 Que venga en la segunda vigilia o en la
tercera, si los encuentra así, ¡dichosos de ellos!
Palabra del Señor
(Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas)
*El Señor me hace una invitación a estar alerta, a estar
preparado, porque no se en que momento tengo que abrir al Señor para que entre.
Algo que me gusta es que él no quiere llegar como un inoportuno, por eso
siempre me está avisando que esté preparado, que este pendiente. La buena
noticia para mi es que el Señor se alegra cuando encuentra en mí el deseo de
estar pendiente de él. Para mi estar pendiente es: Estar siempre dispuesto y
preparado para hacer el bien, tener en mi cuerpo la disposición y el deseo de
obedecer a la palabra del Señor, y que mi corazón siempre este a disposición
para dar razón de mi fe en cualquier momento y en cualquier lugar*
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.