V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
EXAMEN DE CONCIENCIA
Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Himno: CUANDO LA LUZ DEL SOL ES YA PONIENTE
Cuando la luz del sol es ya poniente,
gracias, Señor, es nuestra melodía;
recibe, como ofrenda, amablemente,
nuestro dolor, trabajo y alegría.
Si poco fue el amor en nuestro empeño
de darle vida al día que fenece,
convierta en realidad lo que fue un sueño
tu gran amor que todo lo engrandece.
Tu cruz, Señor, redime nuestra suerte
de pecadora en justa, e ilumina
la senda de la vida y de la muerte
del hombre que en la fe lucha y camina.
Jesús, Hijo del Padre, cuando avanza
la noche oscura sobre nuestro día,
concédenos la paz y la esperanza
de esperar cada noche tu gran día. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Mi carne descansa serena.
Salmo 15 - CRISTO Y SUS MIEMBROS ESPERAN LA RESURRECCIÓN.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»
Los dioses y señores de la tierra
no me satisfacen.
Multiplican las estatuas
de dioses extraños;
no derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios.
El Señor es mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano:
me ha tocado un lote hermoso,
me encanta mi heredad.
Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.
Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Mi carne descansa serena.
LECTURA BREVE 1Ts 5, 23
Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente y que todo vuestro ser, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la Parusía de nuestro Señor Jesucristo.
RESPONSORIO BREVE
V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
CÁNTICO DE SIMEÓN Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,
porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
ORACION
OREMOS,
Señor, Dios nuestro, concédenos un descanso tranquilo que restaure nuestras fuerzas, desgastadas ahora por el trabajo del día; así, fortalecidos con tu ayuda, te serviremos siempre con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
BENDICIÓN
V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. Amén.
ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN
Madre del Redentor, Virgen fecunda,
puerta del cielo siempre abierta,
estrella del mar,
ven a librar al pueblo que tropieza
y se quiere levantar.
Ante la admiración de cielo y tierra,
engendraste a tu santo Creador,
y permaneces siempre virgen.
Recibe el saludo del ángel Gabriel,
y ten piedad de nosotros, pecadores.
Musica Para el Alma
miércoles, 8 de febrero de 2017
visperas
JUEVES DE LA SEMANA V
De la Feria. Salterio I
9 de febrero
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: VENGO, SEÑOR, CANSADO.
Vengo, Señor, cansado;
¡cuánta fatiga
van cargando mis hombros
al fin del día!
Dame tu fuerza
y una caricia tuya
para mis penas.
Salí por la mañana
Entre los hombres,
¡y encontré tantos ricos
que estaban pobres!
La tierra llora,
porque sin ti la vida
es poca cosa.
¡Tantos hombres maltrechos,
sin ilusiones!;
en ti buscan asilo
sus manos torpes.
Tu amor amigo,
todo tu santo fuego,
para su frío.
Yo roturé la tierra
y puse trigo;
tú diste el crecimiento
para tus hijos.
Así, en la tarde,
con el cansancio a cuestas,
te alabo, Padre.
Quiero todos los días
salir contigo,
y volver a la tarde
siendo tu amigo.
Volver a casa
y extenderte las manos,
dándote gracias. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre.
Salmo 29 - ACCIÓN DE GRACIAS POR LA CURACIÓN DE UN ENFERMO EN PELIGRO DE MUERTE
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, Dios mío, a ti grité,
y tú me sanaste.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.
Tañed para el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante;
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto,
por la mañana, el júbilo.
Yo pensaba muy seguro:
«No vacilaré jamás.»
Tu bondad, Señor, me aseguraba
el honor y la fuerza;
pero escondiste tu rostro,
y quedé desconcertado.
A ti, Señor, llamé,
supliqué a mi Dios:
«¿Qué ganas con mi muerte,
con que yo baje a la fosa?
¿Te va a dar gracias el polvo,
o va a proclamar tu lealtad?
Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.»
Cambiaste mi luto en danzas,
me desataste el sayal y me has vestido de fiesta;
te cantará mi alma sin callarse.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre.
Ant 2. Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito.
Salmo 31 - ACCIÓN DE GRACIAS DE UN PECADOR PERDONADO
Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito.
Mientras callé se consumían mis huesos,
rugiendo todo el día,
porque día y noche tu mano
pesaba sobre mí;
mi savia se me había vuelto
un fruto seco.
Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»,
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.
Por eso, que todo fiel te suplique
en el momento de la desgracia:
la crecida de las aguas caudalosas
no lo alcanzará.
Tú eres mi refugio, me libras del peligro,
me rodeas de cantos de liberación.
Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir,
fijaré en ti mis ojos.
No seáis irracionales como caballos y mulos,
cuyo brío hay que domar con freno y brida;
si no, no puedes acercarte.
Los malvados sufren muchas penas;
al que confía en el Señor,
la misericordia lo rodea.
Alegraos, justos, y gozad con el Señor,
aclamadlo, los de corazón sincero.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito.
Ant 3. El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán.
Cántico: EL JUICIO DE DIOS Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.
Se encolerizaron las naciones,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.
Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.
Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán.
LECTURA BREVE 1Pe 1, 6-9
Saltad de júbilo, aunque de momento tengáis que sufrir un poco en diversas pruebas. Así la pureza de vuestra fe resultará más preciosa que el oro (que, aun después de acrisolado por el fuego, perece) y será para vuestra alabanza y gloria y honor en el día de la manifestación de Jesucristo. A él no lo habéis visto, y lo amáis; en él creéis ahora, aunque no lo veis; y os regocijaréis con un gozo inefable y radiante, al recibir el fruto de vuestra fe, la salud de vuestras almas.
RESPONSORIO BREVE
V. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
R. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
V. Nos sació con miel silvestre.
R. Con flor de harina.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes.
PRECES
Invoquemos a Dios, nuestro refugio y nuestra fortaleza, y digámosle:
Escucha, Señor, nuestra oración.
Dios de amor que has hecho alianza con tu pueblo,
haz que recordemos siempre tus maravillas.
Que los sacerdotes, Señor, crezcan en la caridad
y que los fieles vivan en la unidad del Espíritu y en el vínculo de la paz.
Que el mundo prospere y avance según tus designios
y que los que lo construyen no trabajen en vano.
Envía, Señor, operarios a tu mies
para que tu nombre sea conocido en el mundo.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
A nuestros familiares y bienhechores difuntos dales un lugar entre los santos
y haz que nosotros un día nos encontremos con ellos en tu reino.
Ya que por Jesucristo hemos llegado a ser hijos de Dios, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Tú, Señor, que iluminas la noche y haces que después de las tinieblas amanezca nuevamente la luz, haz que, durante la noche que ahora comienza, nos veamos exentos de toda culpa y que, al clarear el nuevo día, podamos reunirnos otra vez en tu presencia para darte gracias nuevamente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
De la Feria. Salterio I
9 de febrero
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: VENGO, SEÑOR, CANSADO.
Vengo, Señor, cansado;
¡cuánta fatiga
van cargando mis hombros
al fin del día!
Dame tu fuerza
y una caricia tuya
para mis penas.
Salí por la mañana
Entre los hombres,
¡y encontré tantos ricos
que estaban pobres!
La tierra llora,
porque sin ti la vida
es poca cosa.
¡Tantos hombres maltrechos,
sin ilusiones!;
en ti buscan asilo
sus manos torpes.
Tu amor amigo,
todo tu santo fuego,
para su frío.
Yo roturé la tierra
y puse trigo;
tú diste el crecimiento
para tus hijos.
Así, en la tarde,
con el cansancio a cuestas,
te alabo, Padre.
Quiero todos los días
salir contigo,
y volver a la tarde
siendo tu amigo.
Volver a casa
y extenderte las manos,
dándote gracias. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre.
Salmo 29 - ACCIÓN DE GRACIAS POR LA CURACIÓN DE UN ENFERMO EN PELIGRO DE MUERTE
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, Dios mío, a ti grité,
y tú me sanaste.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.
Tañed para el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante;
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto,
por la mañana, el júbilo.
Yo pensaba muy seguro:
«No vacilaré jamás.»
Tu bondad, Señor, me aseguraba
el honor y la fuerza;
pero escondiste tu rostro,
y quedé desconcertado.
A ti, Señor, llamé,
supliqué a mi Dios:
«¿Qué ganas con mi muerte,
con que yo baje a la fosa?
¿Te va a dar gracias el polvo,
o va a proclamar tu lealtad?
Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.»
Cambiaste mi luto en danzas,
me desataste el sayal y me has vestido de fiesta;
te cantará mi alma sin callarse.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre.
Ant 2. Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito.
Salmo 31 - ACCIÓN DE GRACIAS DE UN PECADOR PERDONADO
Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito.
Mientras callé se consumían mis huesos,
rugiendo todo el día,
porque día y noche tu mano
pesaba sobre mí;
mi savia se me había vuelto
un fruto seco.
Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»,
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.
Por eso, que todo fiel te suplique
en el momento de la desgracia:
la crecida de las aguas caudalosas
no lo alcanzará.
Tú eres mi refugio, me libras del peligro,
me rodeas de cantos de liberación.
Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir,
fijaré en ti mis ojos.
No seáis irracionales como caballos y mulos,
cuyo brío hay que domar con freno y brida;
si no, no puedes acercarte.
Los malvados sufren muchas penas;
al que confía en el Señor,
la misericordia lo rodea.
Alegraos, justos, y gozad con el Señor,
aclamadlo, los de corazón sincero.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito.
Ant 3. El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán.
Cántico: EL JUICIO DE DIOS Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.
Se encolerizaron las naciones,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.
Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.
Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán.
LECTURA BREVE 1Pe 1, 6-9
Saltad de júbilo, aunque de momento tengáis que sufrir un poco en diversas pruebas. Así la pureza de vuestra fe resultará más preciosa que el oro (que, aun después de acrisolado por el fuego, perece) y será para vuestra alabanza y gloria y honor en el día de la manifestación de Jesucristo. A él no lo habéis visto, y lo amáis; en él creéis ahora, aunque no lo veis; y os regocijaréis con un gozo inefable y radiante, al recibir el fruto de vuestra fe, la salud de vuestras almas.
RESPONSORIO BREVE
V. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
R. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
V. Nos sació con miel silvestre.
R. Con flor de harina.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes.
PRECES
Invoquemos a Dios, nuestro refugio y nuestra fortaleza, y digámosle:
Escucha, Señor, nuestra oración.
Dios de amor que has hecho alianza con tu pueblo,
haz que recordemos siempre tus maravillas.
Que los sacerdotes, Señor, crezcan en la caridad
y que los fieles vivan en la unidad del Espíritu y en el vínculo de la paz.
Que el mundo prospere y avance según tus designios
y que los que lo construyen no trabajen en vano.
Envía, Señor, operarios a tu mies
para que tu nombre sea conocido en el mundo.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
A nuestros familiares y bienhechores difuntos dales un lugar entre los santos
y haz que nosotros un día nos encontremos con ellos en tu reino.
Ya que por Jesucristo hemos llegado a ser hijos de Dios, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Tú, Señor, que iluminas la noche y haces que después de las tinieblas amanezca nuevamente la luz, haz que, durante la noche que ahora comienza, nos veamos exentos de toda culpa y que, al clarear el nuevo día, podamos reunirnos otra vez en tu presencia para darte gracias nuevamente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
el rosario
EL SANTO ROSARIO
.Misterios Luminosos (JUEVES)
.1º El Bautismo del Señor (MATEO 3, 13-17)
.2º La Boda de Caná (JUAN
2,1-11)
3º La Proclamación del Reino de Dios (MARCOS 1, 14-15)
4º La Transfiguración (MATEO
17,1-5)
5º La Institución de la Eucaristía (MATEO 26, 26-28)
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, luz de los que en ti creen, que
la tierra se llene de tu gloria y que te reconozcan los pueblos por el
esplendor de tu luz. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
《 El que DESEA y QUIERE amar, con el corazón según EL
SEÑOR: llegará a ser, SANTO 》
el angelus
El Ángelus
V/. El ángel del Señor anunció a
María.
R/. Y concibió por obra y gracia del
Espíritu Santo.
Dios te salve, María…
V/. He aquí la esclava del Señor.
R/. Hágase en mí según tu palabra.
Dios te salve, María…
V/. Y el Verbo de Dios se hizo
carne.
R/. Y habitó entre nosotros.
Dios te salve, María…
V/. Ruega por nosotros, Santa Madre
de Dios.
R/. Para que seamos dignos de
alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Oración
Te suplicamos, Señor, que derrames
tu gracia en nuestras almas, para que los que, por el anuncio del Ángel, hemos
conocido la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz, seamos
llevados a la gloria de su resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor.
R/. Amén.
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa
Madre de Dios: no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras
necesidades, antes bien, líbranos siempre de todos los peligros, Virgen
gloriosa y bendita.
《 El que DESEA y QUIERE
amar, con el corazón según EL SEÑOR: llegará a ser, SANTO 》
una luz
De las Catequesis de san Cirilo de Jerusalén, obispo
(Catequesis 18, 26-29: PG 33, 1047-1050)
LA IGLESIA ES LA ESPOSA DE CRISTO
«Católica»: éste es el nombre propio de esta Iglesia santa y madre de todos nosotros; ella es en verdad esposa de nuestro Señor Jesucristo, Hijo unigénito de Dios (porque está escrito: Como Cristo amó a su Iglesia y se entregó por ella, y lo que sigue), y es figura y anticipo de la Jerusalén de arriba, que es libre y es nuestra madre, la cual, antes estéril, es ahora madre de una prole numerosa.
En efecto, habiendo sido repudiada la primera, en la segunda Iglesia, esto es, la católica, Dios -como dice Pablo- estableció primero apóstoles, luego profetas, luego doctores, luego el poder de los milagros, las virtudes; después, las gracias de curación, de asistencia, de gobierno, los géneros de lengua, y toda clase de virtudes: la sabiduría y la inteligencia, la templanza y la justicia, la misericordia y el amor a los hombres, y una paciencia insuperable en las persecuciones.
Ella fue la que antes, en tiempo de persecución y de angustia, con armas ofensivas y defensivas, con honra y deshonra, redimió a los santos mártires con coronas de paciencia entretejidas de diversas y variadas flores; pero ahora, en este tiempo de paz, recibe, por gracia de Dios, los honores debidos, de parte de los reyes, de los hombres constituidos en dignidad y de toda clase de hombres. Y la potestad de los reyes sobre sus súbditos está limitada por unas fronteras territoriales; la santa Iglesia católica, en cambio, es la única que goza de una potestad ilimitada en toda la tierra. Tal como está escrito, Dios ha puesto paz en sus fronteras.
En esta santa Iglesia católica, instruidos con esclarecidos preceptos y enseñanzas, alcanzaremos el reino de los cielos y heredaremos la vida eterna, por la cual todo lo toleramos, para que podamos alcanzarla del Señor. Porque la meta que se nos ha señalado no consiste en algo de poca monta, sino que nos esforzamos por la posesión de la vida eterna. Por esto, en la profesión de fe, se nos enseña que, después de aquel artículo: La resurrección de los muertos, de la que ya hemos disertado, creamos en la vida del mundo futuro, por la cual luchamos los cristianos. Por tanto, la vida verdadera y auténtica es el Padre, la fuente de la que, por mediación del Hijo, en el Espíritu Santo, manan sus dones para todos, y, por su benignidad, también a nosotros los hombres se nos han prometido verídicamente los bienes de la vida eterna.
RESPONSORIO Sal 32, 12
R. Digno de alabanza es el pueblo al que el Dios de los ejércitos bendijo, diciendo: * «Tú, Israel, eres la obra de mis manos, tú eres mi heredad.»
V. Dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor, el pueblo que eligió como posesión suya.
R. Tú, Israel, eres la obra de mis manos, tú eres mi heredad.
ORACIÓN.
OREMOS,
Señor, protege a tu pueblo con tu amor siempre fiel y, ya que sólo en ti hemos puesto nuestra esperanza, defiéndenos siempre con tu poder. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
(Catequesis 18, 26-29: PG 33, 1047-1050)
LA IGLESIA ES LA ESPOSA DE CRISTO
«Católica»: éste es el nombre propio de esta Iglesia santa y madre de todos nosotros; ella es en verdad esposa de nuestro Señor Jesucristo, Hijo unigénito de Dios (porque está escrito: Como Cristo amó a su Iglesia y se entregó por ella, y lo que sigue), y es figura y anticipo de la Jerusalén de arriba, que es libre y es nuestra madre, la cual, antes estéril, es ahora madre de una prole numerosa.
En efecto, habiendo sido repudiada la primera, en la segunda Iglesia, esto es, la católica, Dios -como dice Pablo- estableció primero apóstoles, luego profetas, luego doctores, luego el poder de los milagros, las virtudes; después, las gracias de curación, de asistencia, de gobierno, los géneros de lengua, y toda clase de virtudes: la sabiduría y la inteligencia, la templanza y la justicia, la misericordia y el amor a los hombres, y una paciencia insuperable en las persecuciones.
Ella fue la que antes, en tiempo de persecución y de angustia, con armas ofensivas y defensivas, con honra y deshonra, redimió a los santos mártires con coronas de paciencia entretejidas de diversas y variadas flores; pero ahora, en este tiempo de paz, recibe, por gracia de Dios, los honores debidos, de parte de los reyes, de los hombres constituidos en dignidad y de toda clase de hombres. Y la potestad de los reyes sobre sus súbditos está limitada por unas fronteras territoriales; la santa Iglesia católica, en cambio, es la única que goza de una potestad ilimitada en toda la tierra. Tal como está escrito, Dios ha puesto paz en sus fronteras.
En esta santa Iglesia católica, instruidos con esclarecidos preceptos y enseñanzas, alcanzaremos el reino de los cielos y heredaremos la vida eterna, por la cual todo lo toleramos, para que podamos alcanzarla del Señor. Porque la meta que se nos ha señalado no consiste en algo de poca monta, sino que nos esforzamos por la posesión de la vida eterna. Por esto, en la profesión de fe, se nos enseña que, después de aquel artículo: La resurrección de los muertos, de la que ya hemos disertado, creamos en la vida del mundo futuro, por la cual luchamos los cristianos. Por tanto, la vida verdadera y auténtica es el Padre, la fuente de la que, por mediación del Hijo, en el Espíritu Santo, manan sus dones para todos, y, por su benignidad, también a nosotros los hombres se nos han prometido verídicamente los bienes de la vida eterna.
RESPONSORIO Sal 32, 12
R. Digno de alabanza es el pueblo al que el Dios de los ejércitos bendijo, diciendo: * «Tú, Israel, eres la obra de mis manos, tú eres mi heredad.»
V. Dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor, el pueblo que eligió como posesión suya.
R. Tú, Israel, eres la obra de mis manos, tú eres mi heredad.
ORACIÓN.
OREMOS,
Señor, protege a tu pueblo con tu amor siempre fiel y, ya que sólo en ti hemos puesto nuestra esperanza, defiéndenos siempre con tu poder. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
lectura larga
De la primera carta a los Corintios 4, 1-21
EXHORTACIÓN CONTRA EL ORGULLO
Hermanos: Que la gente sólo vea en nosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora, en un administrador lo que se busca es que sea fiel. Por lo que a mí se refiere, me importa muy poco ser juzgado por vosotros o por cualquier tribunal humano. Ni siquiera yo mismo juzgo mi actuación. Cierto que mi conciencia nada me reprocha, mas no por eso me creo justificado. Mi juez será el Señor.
No juzguéis antes de tiempo; dejad que venga el Señor. Él sacará a la luz lo que está oculto en las tinieblas y pondrá al descubierto las intenciones del corazón. Entonces vendrá a cada uno su alabanza de parte de Dios.
Estas verdades, hermanos, las he expuesto por vuestro provecho, aplicándolas a mi persona y a Apolo. Así, por esta aplicación, aprenderéis aquello de: «No más de lo que está escrito», a fin de que nadie se enorgullezca de un apóstol y desprecie a otro. Porque, ¿quién es el que te distingue? ¿Qué tienes que no hayas recibido? Y, si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?
¡Ya estáis satisfechos! ¡Os habéis hecho ya ricos! ¡Habéis ganado un reino sin ayuda nuestra! ¡Ya lo podíais haber ganado! ¡Así tendríamos nosotros parte en vuestro reino!
Por lo que veo, Dios nos ha asignado a los apóstoles el último lugar, como a condenados a muerte; porque hemos venido a ser el espectáculo del mundo, de los ángeles y de los hombres. Nosotros somos insensatos por Cristo, vosotros sensatos en Cristo; nosotros débiles, vosotros fuertes; vosotros estimados, nosotros despreciados.
Todavía ahora pasamos hambre, sed y desnudez. Somos maltratados y arrojados de una parte a otra, y nos fatigamos trabajando con nuestras manos. Cuando nos maldicen, bendecimos; cuando nos persiguen, soportamos; cuando nos injurian, respondemos con dulzura. Hemos venido a ser hasta ahora como basura del mundo, como el desecho de la humanidad.
No os escribo esto para confundiros, sino para amonestaros como a hijos míos carísimos. Aunque tengáis, en efecto, diez mil maestros que os lleven a Cristo, de hecho sólo tenéis un padre. Yo os engendré para Cristo por la predicación del Evangelio. Os exhorto, pues, a que seáis mis imitadores, como yo imito a Cristo. Con este fin, os envío a Timoteo, que es mi muy amado y fiel hijo en el Señor. Él se encargará de recordaros mis normas de conducta en Cristo, según las voy dando por doquier en todas las Iglesias.
Algunos se han hinchado de orgullo, pensando que ya no voy a ir a veros. Pero iré pronto, si el Señor lo quiere. Y entonces conoceré no las palabras de esos presumidos, sino su poder y eficacia. Que el reino de Dios no se prepara con palabras, sino con el poder de Dios. ¿Qué preferís? ¿Que me presente vara en mano o con amor y espíritu de mansedumbre?
RESPONSORIO 1Co 11, 1; 4, 15
R. Seguid mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo; * porque yo os engendré para Cristo por la predicación del Evangelio.
V. Aunque tengáis diez mil maestros que os lleven a Cristo, de hecho sólo tenéis un padre.
R. Porque yo os engendré para Cristo por la predicación del Evangelio.
EXHORTACIÓN CONTRA EL ORGULLO
Hermanos: Que la gente sólo vea en nosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora, en un administrador lo que se busca es que sea fiel. Por lo que a mí se refiere, me importa muy poco ser juzgado por vosotros o por cualquier tribunal humano. Ni siquiera yo mismo juzgo mi actuación. Cierto que mi conciencia nada me reprocha, mas no por eso me creo justificado. Mi juez será el Señor.
No juzguéis antes de tiempo; dejad que venga el Señor. Él sacará a la luz lo que está oculto en las tinieblas y pondrá al descubierto las intenciones del corazón. Entonces vendrá a cada uno su alabanza de parte de Dios.
Estas verdades, hermanos, las he expuesto por vuestro provecho, aplicándolas a mi persona y a Apolo. Así, por esta aplicación, aprenderéis aquello de: «No más de lo que está escrito», a fin de que nadie se enorgullezca de un apóstol y desprecie a otro. Porque, ¿quién es el que te distingue? ¿Qué tienes que no hayas recibido? Y, si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?
¡Ya estáis satisfechos! ¡Os habéis hecho ya ricos! ¡Habéis ganado un reino sin ayuda nuestra! ¡Ya lo podíais haber ganado! ¡Así tendríamos nosotros parte en vuestro reino!
Por lo que veo, Dios nos ha asignado a los apóstoles el último lugar, como a condenados a muerte; porque hemos venido a ser el espectáculo del mundo, de los ángeles y de los hombres. Nosotros somos insensatos por Cristo, vosotros sensatos en Cristo; nosotros débiles, vosotros fuertes; vosotros estimados, nosotros despreciados.
Todavía ahora pasamos hambre, sed y desnudez. Somos maltratados y arrojados de una parte a otra, y nos fatigamos trabajando con nuestras manos. Cuando nos maldicen, bendecimos; cuando nos persiguen, soportamos; cuando nos injurian, respondemos con dulzura. Hemos venido a ser hasta ahora como basura del mundo, como el desecho de la humanidad.
No os escribo esto para confundiros, sino para amonestaros como a hijos míos carísimos. Aunque tengáis, en efecto, diez mil maestros que os lleven a Cristo, de hecho sólo tenéis un padre. Yo os engendré para Cristo por la predicación del Evangelio. Os exhorto, pues, a que seáis mis imitadores, como yo imito a Cristo. Con este fin, os envío a Timoteo, que es mi muy amado y fiel hijo en el Señor. Él se encargará de recordaros mis normas de conducta en Cristo, según las voy dando por doquier en todas las Iglesias.
Algunos se han hinchado de orgullo, pensando que ya no voy a ir a veros. Pero iré pronto, si el Señor lo quiere. Y entonces conoceré no las palabras de esos presumidos, sino su poder y eficacia. Que el reino de Dios no se prepara con palabras, sino con el poder de Dios. ¿Qué preferís? ¿Que me presente vara en mano o con amor y espíritu de mansedumbre?
RESPONSORIO 1Co 11, 1; 4, 15
R. Seguid mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo; * porque yo os engendré para Cristo por la predicación del Evangelio.
V. Aunque tengáis diez mil maestros que os lleven a Cristo, de hecho sólo tenéis un padre.
R. Porque yo os engendré para Cristo por la predicación del Evangelio.
lo que me dice el evangelio
Lo que me dice: El Santo Evangelio: Jueves, 9 de febrero de 2017 («Los perros, debajo de la mesa, comen las
migajas que tiran los niños (Marcos
7,24-30)»). Este lenguaje del Señor suena como duro y fuerte, como
que no se corresponde a la misión sanadora del Señor, pero para mí en el fondo
es todo un lenguaje cargado de amor, de ternura, y de solidaridad, porque puedo ver que el amor del Señor no
tiene distancia, ni barrera, ni color, ni raza, ni frontera, está diseñado,
especialmente para mí. *El Señor se
coloca en un lugar donde yo lo pueda ver, y me muestra lo más importante, que él tiene un punto débil, que se llama la
sinceridad, y me invita a ser sincero con migo mismo y con él, y seguro que
puedo tener paz, en medio de mi tormenta,
porque él, me conoce desde antes
de yo nacer, ya desde el vientre de mi madre él era mi Señor, y cuando me
reconozco, meno que nada, en su presencia, y me hace recordar, que el que se
humilla será ensalzado. Señor dame la oportunidad de caminar en tu presencia.
Amo al Señor porque escucha mi voz suplicante, porque inclina su oído asía mí
el día en que lo invoco, me envolvía redes de muerte, caí en tristeza y
angustia, invoque el nombre del Señor, te ruego salva mi vida, caminare en
presencia del Señor*.
《 El que DESEA y QUIERE amar, con el corazón según EL
SEÑOR: llegará a ser,
SANTO 》
evangelio
Lectura del santo
evangelio según san Marcos (7,24-30):
EN aquel tiempo, Jesús fue a la región de Tiro.
Entró en una casa procurando pasar desapercibido, pero no logró ocultarse.
Una mujer que tenía una hija poseída por un espíritu impuro se enteró enseguida, fue a buscarlo y se le echó a los pies.
La mujer era pagana, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase el demonio de su hija.
Él le dijo:
«Deja que se sacien primero los hijos. No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos».
Pero ella replicó:
«Señor, pero también los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños».
Él le contestó:
«Anda, vete, que por eso que has dicho, el demonio ha salido de tu hija».
Al llegar a su casa, se encontró a la niña echada en la cama; el demonio se había marchado.
Palabra del Señor
EN aquel tiempo, Jesús fue a la región de Tiro.
Entró en una casa procurando pasar desapercibido, pero no logró ocultarse.
Una mujer que tenía una hija poseída por un espíritu impuro se enteró enseguida, fue a buscarlo y se le echó a los pies.
La mujer era pagana, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase el demonio de su hija.
Él le dijo:
«Deja que se sacien primero los hijos. No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos».
Pero ella replicó:
«Señor, pero también los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños».
Él le contestó:
«Anda, vete, que por eso que has dicho, el demonio ha salido de tu hija».
Al llegar a su casa, se encontró a la niña echada en la cama; el demonio se había marchado.
Palabra del Señor
salmo
Salmo
Sal 127,1-2.3.4-5
R/. Dichosos los que temen al Señor
V/. Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. R/.
V/. Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa. R/.
V/. Esta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R/.
R/. Dichosos los que temen al Señor
V/. Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. R/.
V/. Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa. R/.
V/. Esta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R/.
Gloria al Padre y al
Hijo y al Espíritu Santo.
primera lectura
Jueves, 9 de febrero de 2017
Primera lectura
Lectura del libro del
Génesis (2,18-25):
EL Señor Dios se dijo:
«No es bueno que el hombre esté solo; voy a hacerle a alguien como él, que le ayude».
Entonces el Señor Dios modeló de la tierra todas las bestias del campo y todos los pájaros del cielo, y se los presentó a Adán, para ver qué nombre les ponía. Y cada ser vivo llevaría el nombre que Adán le pusiera.
Así Adán puso nombre a todos los ganados, a los pájaros del cielo y a las bestias del campo; pero no encontró ninguno como él, que le ayudase.
Entonces el Señor Dios hizo caer un letargo sobre Adán, que se durmió; le sacó una costilla, y le cerró el sitio con carne.
Y el Señor Dios formó, de la costilla que había sacado de Adán, una mujer, y se la presentó a Adán.
Adán dijo:
«Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Su nombre será mujer ,, porque ha salido del varón».
Por eso abandonará el varón a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.
Los dos estaban desnudos, Adán y su mujer, pero no sentían vergüenza uno de otro.
Palabra de Dios
EL Señor Dios se dijo:
«No es bueno que el hombre esté solo; voy a hacerle a alguien como él, que le ayude».
Entonces el Señor Dios modeló de la tierra todas las bestias del campo y todos los pájaros del cielo, y se los presentó a Adán, para ver qué nombre les ponía. Y cada ser vivo llevaría el nombre que Adán le pusiera.
Así Adán puso nombre a todos los ganados, a los pájaros del cielo y a las bestias del campo; pero no encontró ninguno como él, que le ayudase.
Entonces el Señor Dios hizo caer un letargo sobre Adán, que se durmió; le sacó una costilla, y le cerró el sitio con carne.
Y el Señor Dios formó, de la costilla que había sacado de Adán, una mujer, y se la presentó a Adán.
Adán dijo:
«Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Su nombre será mujer ,, porque ha salido del varón».
Por eso abandonará el varón a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.
Los dos estaban desnudos, Adán y su mujer, pero no sentían vergüenza uno de otro.
Palabra de Dios
jueves 9 laudes
JUEVES DE LA SEMANA V
De la Feria. Salterio I
9 de febrero
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Señor, porque él es nuestro Dios.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos al Señor, porque él es nuestro Dios.
Himno: CRECE LA LUZ BAJO TU HERMOSA MANO.
Crece la luz bajo tu hermosa mano,
Padre celeste, y suben
los hombres matutinos al encuentro
de Cristo Primogénito.
El hizo amanecer ante tus ojos
y enalteció la aurora,
cuando aún no estaba el hombre sobre el mundo
para poder cantarla.
El es principio y fin del universo,
y el tiempo, en su caída,
se acoge al que es la fuerza de las cosas
y en él rejuvenece.
Él es quien nos reanima y fortalece,
y hace posible el himno
que, ante las maravillas de tus manos,
cantamos jubilosos.
He aquí la nueva luz que asciende y busca
su cuerpo misterioso;
he aquí, en la claridad de la mañana,
el signo de tu rostro.
Envía, Padre eterno, sobre el mundo
el soplo de tu Hijo,
potencia de tu diestra y primogénito
de todos los que mueren. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Despertad, cítara y arpa; despertaré a la aurora.
Salmo 56 - ORACIÓN MATUTINA DE UN AFLIGIDO.
Misericordia, Dios mío, misericordia,
que mi alma se refugia en ti;
me refugio a la sombra de tus alas
mientras pasa la calamidad.
Invoco al Dios Altísimo,
al Dios que hace tanto por mí:
desde el cielo me enviará la salvación,
confundirá a los que ansían matarme,
enviará su gracia y su lealtad.
Estoy echado entre leones
devoradores de hombres;
sus dientes son lanzas y flechas,
su lengua es una espada afilada.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.
Han tendido una red a mis pasos
para que sucumbiera;
me han cavado delante una fosa,
pero han caído en ella.
Mi corazón está firme, Dios mío,
mi corazón está firme.
Voy a cantar y a tocar:
despierta, gloria mía;
despertad, cítara y arpa;
despertaré a la aurora.
Te daré gracias ante los pueblos, Señor;
tocaré para ti ante las naciones:
por tu bondad, que es más grande que los cielos;
por tu fidelidad, que alcanza a las nubes.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Despertad, cítara y arpa; despertaré a la aurora.
Ant 2. «Mi pueblo se saciará de mis bienes», dice el Señor.
Cántico: FELICIDAD DEL PUEBLO REDIMIDO Jr 31, 10-14
Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño;
porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte.»
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor:
hacia el trigo y el vino y el aceite,
y los rebaños de ovejas y de vacas;
su alma será como un huerto regado,
y no volverán a desfallecer.
Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas;
alimentaré a los sacerdotes con manjares sustanciosos,
y mi pueblo se saciará de mis bienes.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. «Mi pueblo se saciará de mis bienes», dice el Señor.
Ant 3. Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios.
Salmo 47 - HIMNO A LA GLORIA DE JERUSALÉN
Grande es el Señor y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios,
su monte santo, altura hermosa,
alegría de toda la tierra:
el monte Sión, vértice del cielo,
ciudad del gran rey;
entre sus palacios,
Dios descuella como un alcázar.
Mirad: los reyes se aliaron
para atacarla juntos;
pero, al verla, quedaron aterrados
y huyeron despavoridos;
allí los agarró un temblor
y dolores como de parto;
como un viento del desierto,
que destroza las naves de Tarsis.
Lo que habíamos oído lo hemos visto
en la ciudad del Señor de los ejércitos,
en la ciudad de nuestro Dios:
que Dios la ha fundado para siempre.
¡Oh Dios!, meditamos tu misericordia
en medio de tu templo:
como tu renombre, ¡oh Dios!, tu alabanza
llega al confín de la tierra;
tu diestra está llena de justicia:
el monte Sión se alegra,
las ciudades de Judá se gozan
con tus sentencias.
Dad la vuelta en torno a Sión,
contando sus torreones;
fijaos en sus baluartes,
observad sus palacios,
para poder decirle a la próxima generación:
«Este es el Señor, nuestro Dios.»
Él nos guiará por siempre jamás.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios.
LECTURA BREVE Is 66,1-2
Así dice el Señor: «El cielo es mi trono y la tierra el estrado de mis pies: ¿Qué templo podréis construirme?; ¿o qué lugar para mi descanso? Todo esto lo hicieron mis manos, todo es mío -oráculo del Señor-. En ése pondré mis ojos: en el humilde y el abatido que se estremece ante mis palabras.»
RESPONSORIO BREVE
V. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
R. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
V. Guardaré tus leyes.
R. Respóndeme, Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Sirvamos al Señor con santidad y nos librará de la mano de nuestros enemigos.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sirvamos al Señor con santidad y nos librará de la mano de nuestros enemigos.
PRECES
Demos gracias a Cristo que nos ha dado la luz del día y supliquémosle diciendo:
Bendícenos y santifícanos, Señor.
Tú que te entregaste como víctima por nuestros pecados,
acepta los deseos y las acciones de este día.
Tú que nos alegras con la claridad del nuevo día,
sé tú mismo el lucero brillante de nuestros corazones.
Haz que seamos bondadosos y comprensivos con los que nos rodean
para que logremos así ser imágenes de tu bondad.
En la mañana haznos escuchar tu gracia
y que tu gozo sea hoy nuestra fortaleza.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Fieles a la recomendación del salvador, digamos llenos de confianza filial:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, humildemente acudimos a ti, al empezar el día, a media jornada y al atardecer, para pedirte que, alejando de nosotros las tinieblas del pecado, nos hagas alcanzar la luz verdadera que es Cristo. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
De la Feria. Salterio I
9 de febrero
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Señor, porque él es nuestro Dios.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos al Señor, porque él es nuestro Dios.
Himno: CRECE LA LUZ BAJO TU HERMOSA MANO.
Crece la luz bajo tu hermosa mano,
Padre celeste, y suben
los hombres matutinos al encuentro
de Cristo Primogénito.
El hizo amanecer ante tus ojos
y enalteció la aurora,
cuando aún no estaba el hombre sobre el mundo
para poder cantarla.
El es principio y fin del universo,
y el tiempo, en su caída,
se acoge al que es la fuerza de las cosas
y en él rejuvenece.
Él es quien nos reanima y fortalece,
y hace posible el himno
que, ante las maravillas de tus manos,
cantamos jubilosos.
He aquí la nueva luz que asciende y busca
su cuerpo misterioso;
he aquí, en la claridad de la mañana,
el signo de tu rostro.
Envía, Padre eterno, sobre el mundo
el soplo de tu Hijo,
potencia de tu diestra y primogénito
de todos los que mueren. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Despertad, cítara y arpa; despertaré a la aurora.
Salmo 56 - ORACIÓN MATUTINA DE UN AFLIGIDO.
Misericordia, Dios mío, misericordia,
que mi alma se refugia en ti;
me refugio a la sombra de tus alas
mientras pasa la calamidad.
Invoco al Dios Altísimo,
al Dios que hace tanto por mí:
desde el cielo me enviará la salvación,
confundirá a los que ansían matarme,
enviará su gracia y su lealtad.
Estoy echado entre leones
devoradores de hombres;
sus dientes son lanzas y flechas,
su lengua es una espada afilada.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.
Han tendido una red a mis pasos
para que sucumbiera;
me han cavado delante una fosa,
pero han caído en ella.
Mi corazón está firme, Dios mío,
mi corazón está firme.
Voy a cantar y a tocar:
despierta, gloria mía;
despertad, cítara y arpa;
despertaré a la aurora.
Te daré gracias ante los pueblos, Señor;
tocaré para ti ante las naciones:
por tu bondad, que es más grande que los cielos;
por tu fidelidad, que alcanza a las nubes.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Despertad, cítara y arpa; despertaré a la aurora.
Ant 2. «Mi pueblo se saciará de mis bienes», dice el Señor.
Cántico: FELICIDAD DEL PUEBLO REDIMIDO Jr 31, 10-14
Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño;
porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte.»
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor:
hacia el trigo y el vino y el aceite,
y los rebaños de ovejas y de vacas;
su alma será como un huerto regado,
y no volverán a desfallecer.
Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas;
alimentaré a los sacerdotes con manjares sustanciosos,
y mi pueblo se saciará de mis bienes.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. «Mi pueblo se saciará de mis bienes», dice el Señor.
Ant 3. Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios.
Salmo 47 - HIMNO A LA GLORIA DE JERUSALÉN
Grande es el Señor y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios,
su monte santo, altura hermosa,
alegría de toda la tierra:
el monte Sión, vértice del cielo,
ciudad del gran rey;
entre sus palacios,
Dios descuella como un alcázar.
Mirad: los reyes se aliaron
para atacarla juntos;
pero, al verla, quedaron aterrados
y huyeron despavoridos;
allí los agarró un temblor
y dolores como de parto;
como un viento del desierto,
que destroza las naves de Tarsis.
Lo que habíamos oído lo hemos visto
en la ciudad del Señor de los ejércitos,
en la ciudad de nuestro Dios:
que Dios la ha fundado para siempre.
¡Oh Dios!, meditamos tu misericordia
en medio de tu templo:
como tu renombre, ¡oh Dios!, tu alabanza
llega al confín de la tierra;
tu diestra está llena de justicia:
el monte Sión se alegra,
las ciudades de Judá se gozan
con tus sentencias.
Dad la vuelta en torno a Sión,
contando sus torreones;
fijaos en sus baluartes,
observad sus palacios,
para poder decirle a la próxima generación:
«Este es el Señor, nuestro Dios.»
Él nos guiará por siempre jamás.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios.
LECTURA BREVE Is 66,1-2
Así dice el Señor: «El cielo es mi trono y la tierra el estrado de mis pies: ¿Qué templo podréis construirme?; ¿o qué lugar para mi descanso? Todo esto lo hicieron mis manos, todo es mío -oráculo del Señor-. En ése pondré mis ojos: en el humilde y el abatido que se estremece ante mis palabras.»
RESPONSORIO BREVE
V. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
R. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
V. Guardaré tus leyes.
R. Respóndeme, Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Sirvamos al Señor con santidad y nos librará de la mano de nuestros enemigos.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sirvamos al Señor con santidad y nos librará de la mano de nuestros enemigos.
PRECES
Demos gracias a Cristo que nos ha dado la luz del día y supliquémosle diciendo:
Bendícenos y santifícanos, Señor.
Tú que te entregaste como víctima por nuestros pecados,
acepta los deseos y las acciones de este día.
Tú que nos alegras con la claridad del nuevo día,
sé tú mismo el lucero brillante de nuestros corazones.
Haz que seamos bondadosos y comprensivos con los que nos rodean
para que logremos así ser imágenes de tu bondad.
En la mañana haznos escuchar tu gracia
y que tu gozo sea hoy nuestra fortaleza.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Fieles a la recomendación del salvador, digamos llenos de confianza filial:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, humildemente acudimos a ti, al empezar el día, a media jornada y al atardecer, para pedirte que, alejando de nosotros las tinieblas del pecado, nos hagas alcanzar la luz verdadera que es Cristo. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
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