Musica Para el Alma
lunes, 23 de septiembre de 2019
JUAN 2,1-11 CICLO LO QUE ME DICE EL EVANGELIO
Martes, 24 de septiembre de 2019
Lo que me dice el Evangelio de Juan 2,1-11. Ciclo C («No tienen vino.» «Haced lo que él os diga.») *Puedo ver como María tiene la mira muy bien
puesta sobre los matrimonios, ella se dio cuenta que algo podría traer la
tristeza a este matrimonio. Ella logra con dos palabras que todas las personas
que estaban reunida celebrando este gran acontecimiento en vez de murmurar se pusieran
a bendecir y a bendecir con alegría y si todos bendicen y agradecen por este hermoso
acontecimiento de la unión en matrimonio de los nuevos esposos, ellos serán
bendecidos por siempre. Algo estuvo cerca de dañar esta gran celebración y María
que siempre está pendiente de los matrimonio, va donde su hijo Jesús y le dice
no tienen vino (el vino es signo de fiesta de alegría y esta alegría estuvo a
punto de terminar). Siento mucha alegría porque María sabe perfectamente quien
es su hijo, cuál es su misión y que él tiene el poder de trasformar cuan quien
inconveniente entre las personas que se aman y se desean el bien uno por el
otro*
《
*El que DESEA y QUIERE amar, con el corazón según EL SEÑOR: llegará a ser,
SANTO* 》
EVANGELIO JUAN
Nuestra Señora de las Merced
Martes, 24 de septiembre de 2019
Evangelio Lectura del santo evangelio según
san Juan (2,1-11):
1 Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús.
2 Fue invitado también a la boda Jesús con
sus discípulos.
3 Y, como faltara vino, porque se había
acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: «No tienen vino.»
4 Jesús le responde: « ¿Qué tengo yo
contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.»
5 Dice su madre a los sirvientes: = «Haced
lo que él os diga.» =
6 Había allí seis tinajas de piedra, puestas
para las purificaciones de los judíos, de dos o tres medidas cada una.
7 Les dice Jesús: «Llenad las tinajas de
agua.» Y las llenaron hasta arriba.
8 «Sacadlo ahora, les dice, y llevadlo al
maestresala.» Ellos lo llevaron.
9 Cuando el maestresala probó el agua
convertida en vino, como ignoraba de dónde era (los sirvientes, los que habían
sacado el agua, sí que lo sabían), llama el maestresala al novio
10 y le dice: «Todos sirven primero el vino
bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino
bueno hasta ahora.»
11 Así, en Caná de Galilea, dio Jesús
comienzo a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos.
Palabra del Señor
LAS LAUDES NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED
Abre, Señor, mi boca para
bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los pensamientos vanos,
perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi sentimiento para
que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y merezca ser escuchado
en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro Señor. Amén
TIEMPO ORDINARIO
MARTES DE LA SEMANA XXV
Del Común de la santísima Virgen María. Salterio I
24 de septiembre
NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED. (MEMORIA)
A comienzos del siglo XIII, numerosos cristianos cayeron prisioneros de los sarracenos con peligro de perder su fe. La santísima Virgen María, apareciéndose a san Pedro Nolasco, a san Raimundo de Peñafort y al rey Jacobo de Aragón, les dijo que sería de sumo agrado suyo y de su Hijo la institución de una Orden religiosa en su honor con el fin de liberar a los caídos en poder de los infieles. Así, fundaron la Orden de los cautivos, los miembros de la cual se obligaron con voto a permanecer en poder de los infieles, si ello fuese necesario para la liberación de los cristianos.
MARTES DE LA SEMANA XXV
Del Común de la santísima Virgen María. Salterio I
24 de septiembre
NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED. (MEMORIA)
A comienzos del siglo XIII, numerosos cristianos cayeron prisioneros de los sarracenos con peligro de perder su fe. La santísima Virgen María, apareciéndose a san Pedro Nolasco, a san Raimundo de Peñafort y al rey Jacobo de Aragón, les dijo que sería de sumo agrado suyo y de su Hijo la institución de una Orden religiosa en su honor con el fin de liberar a los caídos en poder de los infieles. Así, fundaron la Orden de los cautivos, los miembros de la cual se obligaron con voto a permanecer en poder de los infieles, si ello fuese necesario para la liberación de los cristianos.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos a Cristo, Hijo de María Virgen.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos a Cristo, Hijo de María Virgen.
Himno: ERES TÚ LA MUJER LLENA DE GLORIA
Eres tú la mujer llena de gloria,
alzada por encima de los astros;
con tu sagrado pecho das la leche
al que en su providencia te ha creado.
Lo que Eva nos perdió tan tristemente,
tú lo devuelves por tu fruto santo;
para que al cielo ingresen los que lloran,
eres tú la ventana del costado.
Tú eres la puerta altísima del Rey
y la entrada fulgente de la luz;
la vida que esta Virgen nos devuelve
aplauda el pueblo que alcanzó salud.
Sea la gloria a ti, Señor Jesús,
que de María Virgen has nacido,
gloria contigo al Padre y al Paráclito,
por sempiternos y gozosos siglos. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El hombre de manos inocentes y puro corazón subirá al monte del Señor.
Salmo 23 - ENTRADA SOLEMNE DE DIOS EN SU TEMPLO.
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
El la fundó sobre los mares,
El la afianzó sobre los ríos.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos
ni jura contra el prójimo en falso.
Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Este es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob.
¡Portones!, alzad los dinteles,
levantaos, puertas antiguas:
va a entrar el Rey de la gloria.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra.
¡Portones!, alzad los dinteles,
levantaos, puertas antiguas:
va a entrar el Rey de la gloria.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El hombre de manos inocentes y puro corazón subirá al monte del Señor.
Ant 2. Ensalzad con vuestras obras al rey de los siglos.
Cántico: ESPERANZA DE ISRAEL EN BABILONIA Tb 13, 1-10
Bendito sea Dios, que vive eternamente,
y cuyo reino dura por los siglos:
él azota y se compadece,
hunde hasta el abismo y saca de él,
y no hay quien escape de su mano.
Dadle gracias, israelitas, ante los gentiles,
porque él nos dispersó entre ellos.
Proclamad allí su grandeza,
ensalzadlo ante todos los vivientes:
que él es nuestro Dios y Señor,
nuestro Padre por todos los siglos.
Él nos azota por nuestros delitos,
pero se compadecerá de nuevo,
y os congregará de entre todas las naciones
por donde estáis dispersados.
Si volvéis a él de todo corazón
y con toda el alma,
siendo sinceros con él,
él volverá a vosotros
y no os ocultará su rostro.
Veréis lo que hará con vosotros,
le daréis gracias a boca llena,
bendeciréis al Señor de la justicia
y ensalzaréis al rey de los siglos.
Yo le doy gracias en mi cautiverio,
anuncio su grandeza y su poder
a un pueblo pecador.
Convertíos, pecadores,
obrad rectamente en su presencia:
quizá os mostrará benevolencia
y tendrá compasión.
Ensalzaré a mi Dios, al rey del cielo,
y me alegraré de su grandeza.
Anuncien todos los pueblos sus maravillas
y alábenle sus elegidos en Jerusalén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ensalzad con vuestras obras al rey de los siglos.
Ant 3. El Señor merece la alabanza de los buenos.
Salmo 32 - HIMNO AL PODER Y A LA PROVIDENCIA DE DIOS
Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;
cantadle un cántico nuevo,
acompañando vuestra música con aclamaciones:
que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales,
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra.
La palabra del Señor hizo el cielo;
el aliento de su boca, sus ejércitos;
encierra en un odre las aguas marinas,
mete en un depósito el océano.
Tema al Señor la tierra entera,
tiemblen ante él los habitantes del orbe:
porque él lo dijo, y existió;
él lo mandó, y surgió.
El Señor deshace los planes de las naciones,
frustra los proyectos de los pueblos;
pero el plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad.
El Señor mira desde el cielo,
se fija en todos los hombres;
desde su morada observa
a todos los habitantes de la tierra:
él modeló cada corazón,
y comprende todas sus acciones.
No vence el rey por su gran ejército,
no escapa el soldado por su mucha fuerza,
nada valen sus caballos para la victoria,
ni por su gran ejército se salva.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre.
Nosotros esperamos en el Señor:
él es nuestro auxilio y escudo,
con él se alegra nuestro corazón,
en su santo nombre confiamos.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor merece la alabanza de los buenos.
LECTURA BREVE Is 61, 10
Desbordo de gozo en el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como a una novia que se adorna con sus joyas.
RESPONSORIO BREVE
V. El Señor la eligió y la predestinó.
R. El Señor la eligió y la predestinó.
V. La hizo morar en su templo santo.
R. Y la predestinó.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El Señor la eligió y la predestinó.
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos a Cristo, Hijo de María Virgen.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos a Cristo, Hijo de María Virgen.
Himno: ERES TÚ LA MUJER LLENA DE GLORIA
Eres tú la mujer llena de gloria,
alzada por encima de los astros;
con tu sagrado pecho das la leche
al que en su providencia te ha creado.
Lo que Eva nos perdió tan tristemente,
tú lo devuelves por tu fruto santo;
para que al cielo ingresen los que lloran,
eres tú la ventana del costado.
Tú eres la puerta altísima del Rey
y la entrada fulgente de la luz;
la vida que esta Virgen nos devuelve
aplauda el pueblo que alcanzó salud.
Sea la gloria a ti, Señor Jesús,
que de María Virgen has nacido,
gloria contigo al Padre y al Paráclito,
por sempiternos y gozosos siglos. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El hombre de manos inocentes y puro corazón subirá al monte del Señor.
Salmo 23 - ENTRADA SOLEMNE DE DIOS EN SU TEMPLO.
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
El la fundó sobre los mares,
El la afianzó sobre los ríos.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos
ni jura contra el prójimo en falso.
Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Este es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob.
¡Portones!, alzad los dinteles,
levantaos, puertas antiguas:
va a entrar el Rey de la gloria.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra.
¡Portones!, alzad los dinteles,
levantaos, puertas antiguas:
va a entrar el Rey de la gloria.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El hombre de manos inocentes y puro corazón subirá al monte del Señor.
Ant 2. Ensalzad con vuestras obras al rey de los siglos.
Cántico: ESPERANZA DE ISRAEL EN BABILONIA Tb 13, 1-10
Bendito sea Dios, que vive eternamente,
y cuyo reino dura por los siglos:
él azota y se compadece,
hunde hasta el abismo y saca de él,
y no hay quien escape de su mano.
Dadle gracias, israelitas, ante los gentiles,
porque él nos dispersó entre ellos.
Proclamad allí su grandeza,
ensalzadlo ante todos los vivientes:
que él es nuestro Dios y Señor,
nuestro Padre por todos los siglos.
Él nos azota por nuestros delitos,
pero se compadecerá de nuevo,
y os congregará de entre todas las naciones
por donde estáis dispersados.
Si volvéis a él de todo corazón
y con toda el alma,
siendo sinceros con él,
él volverá a vosotros
y no os ocultará su rostro.
Veréis lo que hará con vosotros,
le daréis gracias a boca llena,
bendeciréis al Señor de la justicia
y ensalzaréis al rey de los siglos.
Yo le doy gracias en mi cautiverio,
anuncio su grandeza y su poder
a un pueblo pecador.
Convertíos, pecadores,
obrad rectamente en su presencia:
quizá os mostrará benevolencia
y tendrá compasión.
Ensalzaré a mi Dios, al rey del cielo,
y me alegraré de su grandeza.
Anuncien todos los pueblos sus maravillas
y alábenle sus elegidos en Jerusalén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ensalzad con vuestras obras al rey de los siglos.
Ant 3. El Señor merece la alabanza de los buenos.
Salmo 32 - HIMNO AL PODER Y A LA PROVIDENCIA DE DIOS
Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;
cantadle un cántico nuevo,
acompañando vuestra música con aclamaciones:
que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales,
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra.
La palabra del Señor hizo el cielo;
el aliento de su boca, sus ejércitos;
encierra en un odre las aguas marinas,
mete en un depósito el océano.
Tema al Señor la tierra entera,
tiemblen ante él los habitantes del orbe:
porque él lo dijo, y existió;
él lo mandó, y surgió.
El Señor deshace los planes de las naciones,
frustra los proyectos de los pueblos;
pero el plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad.
El Señor mira desde el cielo,
se fija en todos los hombres;
desde su morada observa
a todos los habitantes de la tierra:
él modeló cada corazón,
y comprende todas sus acciones.
No vence el rey por su gran ejército,
no escapa el soldado por su mucha fuerza,
nada valen sus caballos para la victoria,
ni por su gran ejército se salva.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre.
Nosotros esperamos en el Señor:
él es nuestro auxilio y escudo,
con él se alegra nuestro corazón,
en su santo nombre confiamos.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor merece la alabanza de los buenos.
LECTURA BREVE Is 61, 10
Desbordo de gozo en el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como a una novia que se adorna con sus joyas.
RESPONSORIO BREVE
V. El Señor la eligió y la predestinó.
R. El Señor la eligió y la predestinó.
V. La hizo morar en su templo santo.
R. Y la predestinó.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El Señor la eligió y la predestinó.
PRIMERA
LECTURA
Del libro del profeta Isaías 5, 8-13. 17-24
MALDICIONES CONTRA LOS QUE OBRAN EL MAL
¡Ay de los que añaden casas a casas, y juntan campos con campos, hasta no dejar sitio, y vivir ellos solos en medio del país! Lo ha jurado el Señor de los ejércitos: «Sus muchas casas serán arrasadas, sus palacios magníficos quedarán deshabitados, diez yugadas de viña darán un tonel, una carga de simiente dará una canasta.»
¡Ay de los que madrugan en busca de licores, y hasta el crepúsculo los enciende el vino! Todo son cítaras y arpas, panderetas y flautas y vino en sus banquetes, y no atienden a la obra de Dios, ni miran las acciones de su mano. Por eso mi pueblo va deportado cuando menos lo piensa; sus nobles mueren de hambre, y la plebe se abrasa de sed. Corderos pastarán como en sus praderas, chivos tascarán en sus ruinas.
¡Ay de los que arrastran la culpa con cuerdas de bueyes, y el pecado con sogas de carretas! Los que dicen: «Que se dé prisa, que apresure su obra, para que la veamos; que se cumpla en seguida el plan del Santo de Israel, para que lo conozcamos.» ¡Ay de los que llaman al mal bien y al bien mal, que tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas, que tienen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!
¡Ay de los que se tienen por sabios y se creen perspicaces! ¡Ay de los valientes para beber vino y aguerridos para mezclar licores; de los que por soborno absuelven al culpable y niegan justicia al inocente! Como la lengua de fuego devora el rastrojo y-la paja se consume en la llama, su raíz se pudrirá, sus brotes volarán como tamo. Porque rechazaron la ley del Señor de los ejércitos, y despreciaron la palabra del Santo de Israel.
RESPONSORIO Lc 6, 25; St 5, 1
R. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados, porque tendréis hambre!, dice el Señor. * ¡Ay de vosotros, los que ahora reís, porque tendréis duelo y lloraréis!
V. Escuchad, vosotros, los ricos; y romped a llorar a gritos por las calamidades que os van a venir.
R. ¡Ay de vosotros, los que ahora reís, porque tendréis duelo y lloraréis!
SEGUNDA LECTURA
De los Sermones del beato Elredo, abad
(Sermón 20, En la Natividad de la Virgen María: PL 195, 322-324)
MARÍA, MADRE NUESTRA
Acudamos a la que es su esposa, su madre, su perfecta esclava. Todo esto es María.
Pero, ¿qué haremos en su presencia? ¿Qué presentes le ofreceremos? ¡Ojalá pudiéramos, por lo menos, devolverle lo que le debemos en justicia! Le debemos honor, servicio, amor, alabanza. Le debemos honor, porque es madre de nuestro Señor. Pues el que no honra a la madre, sin duda deshonra al hijo. Y la Escritura dice: Honra a tu padre y a tu madre.
¿Qué más diremos, hermanos? ¿No es ella nuestra madre? Ciertamente, hermanos, es realmente madre nuestra, ya que por ella hemos nacido, no para el mundo, sino para Dios.
Nos hallábamos todos, como creéis y sabéis, en la muerte, en la caducidad, en las tinieblas, en la miseria. En la muerte, porque habíamos perdido al Señor; en la caducidad, porque estábamos sometidos a la corrupción; en las tinieblas, porque habíamos perdido la luz de la sabiduría, y así estábamos totalmente perdidos.
Mas, por María, hemos nacido mucho mejor que por Eva, por el hecho de haber nacido de ella Cristo. En vez de la caducidad hemos recobrado la novedad, en vez de la corrupción la incorrupción, en vez de las tinieblas la luz.
Ella es madre nuestra, madre de nuestra vida, de nuestra incorrupción, de nuestra luz. Dice el Apóstol, refiriéndose a nuestro Señor: Dios lo ha hecho para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención.
Ella, pues, por ser madre de Cristo, es madre de nuestra sabiduría, de nuestra justicia, de nuestra santificación, de nuestra redención. Por ello es más madre nuestra que la misma madre carnal, ya que nuestro nacimiento de ella es superior; de ella, en efecto, procede nuestra santidad, nuestra sabiduría, nuestra justicia, nuestra santificación, nuestra redención.
Dice la Escritura: Alabad a Dios por sus santos. Si hemos de alabar a nuestro Señor por sus santos, a través de los cuales realiza portentos y milagros, ¡cuánto más no hemos de alabarlo por aquella en la cual se hizo a sí mismo aquel que es admirable sobre todo lo admirable!
RESPONSORIO
R. Dichosa eres, santa Virgen María, y digna de toda alabanza. * De ti nació el sol de justicia, Cristo, nuestro Dios, por quien hemos sido salvados y redimidos.
V. Celebremos con gozo esta fiesta de santa María Virgen.
R. De ti nació el sol de justicia, Cristo, nuestro Dios, por quien hemos sido salvados y redimidos.
Del libro del profeta Isaías 5, 8-13. 17-24
MALDICIONES CONTRA LOS QUE OBRAN EL MAL
¡Ay de los que añaden casas a casas, y juntan campos con campos, hasta no dejar sitio, y vivir ellos solos en medio del país! Lo ha jurado el Señor de los ejércitos: «Sus muchas casas serán arrasadas, sus palacios magníficos quedarán deshabitados, diez yugadas de viña darán un tonel, una carga de simiente dará una canasta.»
¡Ay de los que madrugan en busca de licores, y hasta el crepúsculo los enciende el vino! Todo son cítaras y arpas, panderetas y flautas y vino en sus banquetes, y no atienden a la obra de Dios, ni miran las acciones de su mano. Por eso mi pueblo va deportado cuando menos lo piensa; sus nobles mueren de hambre, y la plebe se abrasa de sed. Corderos pastarán como en sus praderas, chivos tascarán en sus ruinas.
¡Ay de los que arrastran la culpa con cuerdas de bueyes, y el pecado con sogas de carretas! Los que dicen: «Que se dé prisa, que apresure su obra, para que la veamos; que se cumpla en seguida el plan del Santo de Israel, para que lo conozcamos.» ¡Ay de los que llaman al mal bien y al bien mal, que tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas, que tienen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!
¡Ay de los que se tienen por sabios y se creen perspicaces! ¡Ay de los valientes para beber vino y aguerridos para mezclar licores; de los que por soborno absuelven al culpable y niegan justicia al inocente! Como la lengua de fuego devora el rastrojo y-la paja se consume en la llama, su raíz se pudrirá, sus brotes volarán como tamo. Porque rechazaron la ley del Señor de los ejércitos, y despreciaron la palabra del Santo de Israel.
RESPONSORIO Lc 6, 25; St 5, 1
R. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados, porque tendréis hambre!, dice el Señor. * ¡Ay de vosotros, los que ahora reís, porque tendréis duelo y lloraréis!
V. Escuchad, vosotros, los ricos; y romped a llorar a gritos por las calamidades que os van a venir.
R. ¡Ay de vosotros, los que ahora reís, porque tendréis duelo y lloraréis!
SEGUNDA LECTURA
De los Sermones del beato Elredo, abad
(Sermón 20, En la Natividad de la Virgen María: PL 195, 322-324)
MARÍA, MADRE NUESTRA
Acudamos a la que es su esposa, su madre, su perfecta esclava. Todo esto es María.
Pero, ¿qué haremos en su presencia? ¿Qué presentes le ofreceremos? ¡Ojalá pudiéramos, por lo menos, devolverle lo que le debemos en justicia! Le debemos honor, servicio, amor, alabanza. Le debemos honor, porque es madre de nuestro Señor. Pues el que no honra a la madre, sin duda deshonra al hijo. Y la Escritura dice: Honra a tu padre y a tu madre.
¿Qué más diremos, hermanos? ¿No es ella nuestra madre? Ciertamente, hermanos, es realmente madre nuestra, ya que por ella hemos nacido, no para el mundo, sino para Dios.
Nos hallábamos todos, como creéis y sabéis, en la muerte, en la caducidad, en las tinieblas, en la miseria. En la muerte, porque habíamos perdido al Señor; en la caducidad, porque estábamos sometidos a la corrupción; en las tinieblas, porque habíamos perdido la luz de la sabiduría, y así estábamos totalmente perdidos.
Mas, por María, hemos nacido mucho mejor que por Eva, por el hecho de haber nacido de ella Cristo. En vez de la caducidad hemos recobrado la novedad, en vez de la corrupción la incorrupción, en vez de las tinieblas la luz.
Ella es madre nuestra, madre de nuestra vida, de nuestra incorrupción, de nuestra luz. Dice el Apóstol, refiriéndose a nuestro Señor: Dios lo ha hecho para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención.
Ella, pues, por ser madre de Cristo, es madre de nuestra sabiduría, de nuestra justicia, de nuestra santificación, de nuestra redención. Por ello es más madre nuestra que la misma madre carnal, ya que nuestro nacimiento de ella es superior; de ella, en efecto, procede nuestra santidad, nuestra sabiduría, nuestra justicia, nuestra santificación, nuestra redención.
Dice la Escritura: Alabad a Dios por sus santos. Si hemos de alabar a nuestro Señor por sus santos, a través de los cuales realiza portentos y milagros, ¡cuánto más no hemos de alabarlo por aquella en la cual se hizo a sí mismo aquel que es admirable sobre todo lo admirable!
RESPONSORIO
R. Dichosa eres, santa Virgen María, y digna de toda alabanza. * De ti nació el sol de justicia, Cristo, nuestro Dios, por quien hemos sido salvados y redimidos.
V. Celebremos con gozo esta fiesta de santa María Virgen.
R. De ti nació el sol de justicia, Cristo, nuestro Dios, por quien hemos sido salvados y redimidos.
Nuestra Señora
de las Merced
Martes, 24
de septiembre de 2019
Evangelio Lectura del
santo evangelio según san Juan (2,1-11):
1 Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús.
2 Fue invitado también
a la boda Jesús con sus discípulos.
3 Y, como faltara vino,
porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: «No
tienen vino.»
4 Jesús le responde: «
¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.»
5 Dice su madre a los
sirvientes: = «Haced lo que él os diga.» =
6 Había allí seis
tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los judíos, de dos o tres
medidas cada una.
7 Les dice Jesús:
«Llenad las tinajas de agua.» Y las llenaron hasta arriba.
8 «Sacadlo ahora, les
dice, y llevadlo al maestresala.» Ellos lo llevaron.
9 Cuando el maestresala
probó el agua convertida en vino, como ignoraba de dónde era (los sirvientes,
los que habían sacado el agua, sí que lo sabían), llama el maestresala al novio
10 y le dice: «Todos
sirven primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú
has guardado el vino bueno hasta ahora.»
11 Así, en Caná de
Galilea, dio Jesús comienzo a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en
él sus discípulos.
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Dichosa tú, María, que has creído; porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dichosa tú, María, que has creído; porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.
PRECES
Elevemos nuestras súplicas al Salvador, que quiso nacer de María Virgen, y digámosle:
Que tu santa Madre, Señor, interceda por nosotros.
Salvador del mundo, tú que con la eficacia de tu redención preservaste a tu Madre de toda mancha de pecado,
líbranos también a nosotros de toda culpa.
Redentor nuestro, tú que hiciste de la inmaculada Virgen María tabernáculo purísimo de tu presencia y sagrario del Espíritu Santo,
haz también de nosotros templos de tu Espíritu.
Palabra eterna del Padre, que enseñaste a María a escoger la parte mejor,
ayúdanos a imitarla y a buscar el alimento que perdura hasta la vida eterna.
Rey de reyes, que elevaste contigo a tu Madre en cuerpo y alma al cielo,
haz que aspiremos siempre a los bienes celestiales.
Señor del cielo y de la tierra, que has colocado a tu derecha a María reina,
danos el gozo de tener parte en su gloria.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Según el mandato del Señor, digamos confiadamente:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, Dios nuestro, en tu admirable providencia quisiste que la Madre de tu único Hijo experimentase las angustias y los sufrimientos humanos; por la intercesión de María, consuelo de los afligidos y libertadora de los cautivos, concede a los que sufren cualquier modo de esclavitud la verdadera libertad de los hijos de Dios. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Nuestra Señora de la Merced - España En los
últimos siglos de la Edad Media, los árabes tenían en su poder al sur y el
levante español y sus vidas en vilo. Los turcos y sarracenos habían infestado
el Mediterráneo, y atacaban a los barcos que desembarcaban en las costas
llevándose cautivos; a muchos.
Un alma caritativa, suscitada por Dios, a favor de los cautivos,
fue San Pedro Nolasco, de Barcelona, llamado el Cónsul de la Libertad. Se
preguntaba cómo poner remedio a tan triste situación y le rogaba
insistentemente a la Virgen María.
Pronto empezó a actuar en la compra y rescate de cautivos,
vendiendo cuanto tenía. La noche del 1 de agosto de 1218, Nolasco estando en
oración, se le apareció la Virgen María, le animó en sus intentos y le
transmitió el mandato de fundar la Orden Religiosa de la Merced para redención
de cautivos. Pocos días después, Nolasco cumplía el mandato. Los mercedarios se
comprometían con un cuarto voto: liberar a otros más cebiles en la fe quedando
como rehenes, si fuera necesario.
De este modo, a través de los miembros de la Nueva Orden, la
Virgen María, Madre y Corredentora, Medianera de todas las gracias, aliviaría a
sus hijos cautivos y a todos los que suspiraban a ella, gimiendo y llorando en
este valle de lágrimas. A todos daría la merced de su favor.
La Virgen María tendrá desde ahora la advocación de la Merced, o
más bello todavía en plural: Nuestra Señora de las Mercedes, indicando así la
abundancia incontable de sus gracias. ¡Hermosa advocación y hermoso nombre el
de Mercedes!
Nuestra Señora de las Mercedes concedería a sus hijos la merced de
la liberación. Alfonso X el Sabio decía que "sacar a los hombres de
cautivo es cosa que place mucho a Dios, porque es obra de la Merced".
Bajo la protección de Nuestra Señora de la Merced, los frailes
mercedarios realizaron una labor ingente. Como ingentes fueron los sufrimientos
de San Pedro Nolasco, San Ramón Nonato y San Pedro Armengol. Y no faltaron
mártires como San Serapio, San Pedro Pascual y otros muchos.
El culto a Nuestra Señora de la Merced se extendió muy pronto por
Cataluña y por toda España, por Francia y por Italia, a partir del siglo XIII.
El año 1265 aparecieron las primeras monjas mercedarias. Los mercedarios
estuvieron entre los primeros misioneros de América. En la Española o República
Dominicana, por ejemplo, misionó Fray Gabriel Téllez (Tirso de Molina).
Barcelona se gloría de haber sido escogida por Nuestra Señora de
la Merced como lugar de su aparición y la tiene por celestial patrona.
''Princesa de Barcelona, protegiu nostra ciutat!"
En el museo de Valencia hay un cuadro de Vicente López en el que
varias figuras vuelven su rostro hacia la Virgen de la Merced, como
implorándole, mientras la Virgen abre sus brazos y extiende su manto,
cubriéndolos a todos con amor, reflejando así su título de Santa María de la
Merced.
Nuestra Señora de las Mercedes de
Tucumán - Argentina Tucumán, fue fundada por don Diego de Villarroel en 1565, pero el
día de Nuestra Señora de las Mercedes de 1685 fue trasladada al sitio actual.
El Cabildo en 1687 nombró a Nuestra Señora de las Mercedes como
Patrona y Abogada de la ciudad, por los muchos favores que la Virgen dispensó a
los tucumanos.
La victoria argentina en la batalla de Tucumán del 24 de septiembre
de 1812, es acreditada a Nuestra Señora de las Mercedes. En ella se decidió la
suerte de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Los españoles eran unos
tres mil y los argentinos apenas mil ochocientos. Belgrano, el general
argentino, puso su confianza en Dios y en Nuestra Señora de las Mercedes, a
quien eligió por Patrona de su Ejército.
En la mañana del 24 de septiembre de 1812, día del combate, el
general Belgrano estuvo orando largo rato ante el altar de la Virgen. El
ejército argentino obtuvo la victoria. En el parte que transmitió al Gobierno,
Belgrano hizo resaltar que la victoria se obtuvo el día de Nuestra Señora de
las Mercedes, bajo cuya protección se habían puesto las tropas.
El parte dice textualmente: 'La patria puede gloriarse de la completa
victoria que han tenido sus armas el día 24 del corriente, día de Nuestra
Señora de las Mercedes bajo cuya protección nos pusimos ".
El general Belgrano puso en manos de la imagen de la Virgen su
bastón de mando. La entrega se efectuó durante una solemne procesión con todo
el ejército, que terminó en el Campo de las Carreras, donde se había librado la
batalla.
Belgrano se dirigió hacia las andas en que era conducida la imagen
de Nuestra Señora de las Mercedes, y le entregó el bastón que llevaba, poniéndolo
en las manos de la Virgen y proclamándola como Generala del Ejército.
Al tener conocimiento de estos actos de devoción las religiosas de
Buenos Aires, remitieron a Belgrano cuatro mil escapularios de Nuestra Señora
de la Merced para que los distribuyera a las tropas. El batallón de Tucumán se
congregó antes de partir rumbo a Salta, frente al atrio del templo de Merced,
donde se les entregaron los escapularios, tanto los jefes como oficiales y
tropas los colocaron sobre sus uniformes.
El 20 de febrero de 1813 los argentinos que buscaban su
independencia se enfrentaron nuevamente con los españoles en Salta. Antes de
entrar en combate, Belgrano recordó a sus tropas el poder y valimiento de María
Santísima y les exhortó a poner en Ella su confianza. Formuló también el voto
de ofrendarle los trofeos de la victoria si por su intercesión la obtenía.
Con la ayuda de la Madre de Dios vencieron nuevamente a los
españoles, y de las cinco banderas que cayeron en poder de Belgrano, una la
destinó a Nuestra Señora de las Mercedes de Tucumán, dos a la Virgen de Luján y
dos a la Catedral de Buenos Aires.
A partir del año 1812, el culto a Nuestra Señora de las Mercedes
adquiere una gran solemnidad y popularidad. En 1813, el Cabildo de Tucumán pide
al gobierno eclesiástico la declaración del vicepatronato de Ntra. Sra. de las
Mercedes "que se venera en la Iglesia de su religión" y ordena de su
parte que los poderes públicos celebren anualmente su fiesta el 24 de
septiembre. La Autoridad Eclesiástica, por Decreto especial, declara el 4 de
septiembre de 1813 festivo en homenaje a Nuestra Señora de las Mercedes el 24
de septiembre.
Después del 31 de agosto de 1843, es declarada oficialmente Vice
Patrona, jurando su día por festivo y disponiendo se celebre cada año una Misa
solemne con asistencia del Magistrado y que por la tarde se saque la imagen de
la Santísima Virgen en procesión, como prueba de gratitud por los beneficios
dispensados.
Al cumplirse el centenario de la batalla y victoria de Tucumán, la
imagen de Nuestra Señora de las Mercedes fue coronada solemnemente, en nombre
del Papa San Pio X, en 1912.
El 22 de junio de 1943, el Presidente de la República, General
Pedro P. Ramirez, por decreto aprobado el día anterior con sus ministros,
dispuso por el artículo 1ro:
"Quedan reconocidas con el grado de Generala del Ejército
Argentino: la Santísima Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora de
las Mercedes, y la Santísima Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora
del Carmen".
Los artículos 2,3 y 5 se refieren a la imposición de la banda y
faja que corresponde a los generales de la nación. El gobierno Argentino
proclama así, solemnemente, ante el mundo, su religiosidad.
En 1945, el Gobierno Nacional designó a Nuestra Señora de las
Mercedes Patrona Principal de la Aeronáutica Militar.
En Santa Fe la imagen se venera en el templo del Milagro, Paraná
se venera en la catedral, en Córdoba en la Iglesia de los Padres Mercedarios, y
así en muchos otros lugares.
Nuestra Señora de las Mercedes -
República Dominicana Una de las imágenes de gran devoción en Santo Domingo, y la más
antigua es la de Nuestra Señora de las Mercedes.
En marzo de 1495 Cristóbal Colón, acompañado de unos cuantos
españoles, tuvo que enfrentar a un crecido número de indios acaudillados por un
cacique. Levantaron una trinchera y junto a ella colocaron una gran cruz de
madera.
Los indios lograron desalojar a los españoles, quienes de inmediato
se replegaron a un cerro. Mientras tanto los indios prendieron fuego a la cruz
y con hachas intentaban destruirla, sin poder lograrlo. Ante la agresividad de
los indios, Colón y la mayoría de la tropa decidieron retirarse del lugar. Sin
embargo el mercedario Fray Juan Infante, confesor de Colón, que llevaba consigo
una imagen de Nuestra Señora de las Mercedes, exhortó a los españoles a seguir
combatiendo y les prometió la victoria en nombre de la Virgen.
Al día siguiente ls fuerza de Colón obtuvieron una increíble
victoria frente a los indios, quienes se dispersaron por los montes. Luego de
este suceso se construyó un santuario a Nuestra Señora de las Mercedes en la
misma cumbre del cerro donde Colón colocó la milagrosa cruz.
Nuestra Señora de la Merced - Patrona
de Perú La devoción a Nuestra Señora de las Mercedes en el Perú se
remonta a los tiempos de la fundación de Lima. Consta que los Padres Mercedarios,
que llegaron al Perú junto con los conquistadores, habían edificado ya su
primitiva iglesia conventual hacia 1535, templo que sirvió como la primera
parroquia de Lima hasta la construcción de la Iglesia Mayor en 1540.
Los Mercedarios no sólo evangelizaron a la región sino que fueron
gestores del desarrollo de la ciudad al edificar los hermosos templos que hoy
se conservan como valioso patrimonio histórico, cultural y religioso.
Junto con estos frailes llegó su celestial patrona, la Virgen de
la Merced, advocación mariana del siglo XIII.
Esta Orden de la Merced, aprobada en 1235 como orden militar por
el Papa Gregorio IX, logró liberar a miles de cristianos prisioneros,
convirtiéndose posteriormente en una dedicada a las misiones, la enseñanza y a
las labores en el campo social. Los frailes mercedarios tomaron su hábito de
las vestiduras que llevaba la Virgen en la aparición al fundador de la orden.
La imagen de la Virgen de la Merced viste totalmente de blanco;
sobre su larga túnica lleva un escapulario en el que está impreso, a la altura
del pecho, el escudo de la orden. Un manto blanco cubre sus hombros y su larga
cabellera aparece velada por una fina mantilla de encajes. En unas imágenes se
la representa de pie y en otras, sentada; unas veces se muestra con el Niño en
los brazos y otras los tiene extendidos mostrando un cetro real en la mano
derecha y en la otra unas cadenas abiertas, símbolo de liberación. Esta es la
apariencia de la hermosa imagen que se venera en la Basílica de la Merced, en la
capital limeña, que fue entronizada a comienzos del siglo XVII y que ha sido
considerada como patrona de la capital.
Fue proclamada el 20 de septiembre de 1730 "Patrona de los
Campos del Perú"; "Patrona de las Armas de la República" el 22
de septiembre 1823; y al cumplirse el primer centenario de la independencia de
la nación, la imagen fue solemnemente coronada y recibió el título de
"Gran Mariscala del Perú" el día 24 de septiembre de 1921, solemnidad
de Nuestra Señora de la Merced, desde entonces declarado fiesta nacional,
ocasión en que cada año el ejército le rinde honores a su alta jerarquía
militar de "Mariscala del Ejército del Perú" nombrada el día 22
de setiembre de 1923. La imagen porta numerosas condecoraciones otorgadas por
la república de Perú y sus gobernantes e instituciones nacionales. El 09 de
diciembre de 1954 el Presidente de la República Manuel A. Odría impone la
condecoración: Gran Cruz de la Orden Militar de Ayacucho a la imagen de la
Virgen de las Mercedes y el 23 de Setiembre de 1969 el Gobierno oficializa el
Título honorifico de Gran Mariscala del Perú de la Virgen de las Mercedes
En 1970 el cabildo de Lima le otorgó las "Llaves de la
ciudad" y en 1971 el presidente de la República le impuso la Gran Cruz
Peruana al Mérito Naval, gestos que demuestran el cariño y la devoción del Perú
a esta advocación considerada por muchos como su Patrona Nacional.
LAS LECTURAS DE NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCED
Nuestra Señora de las Merced
Martes, 24 de septiembre de 2019
Primera lectura
Lectura del
profeta Jeremías (30,8-11a):
8 Acontecerá aquel día - oráculo de Yahveh Sebaot - que romperé el yugo de sobre tu cerviz y tus coyundas arrancaré, y no te servirán más los extranjeros,
8 Acontecerá aquel día - oráculo de Yahveh Sebaot - que romperé el yugo de sobre tu cerviz y tus coyundas arrancaré, y no te servirán más los extranjeros,
9 sino que Israel y Judá servirán a Yahveh su
Dios y a David su rey, que yo les suscitaré.)
10 Pero tú no temas, siervo mío Jacob -
oráculo de Yahveh - ni desmayes, Israel, pues mira que yo acudo a salvarte
desde lejos y tu linaje del país de su cautiverio; volverá Jacob, se sosegará y
estará tranquilo, y no habrá quien le inquiete,
11 pues contigo estoy yo - oráculo de Yahveh
- para salvarte: pues acabaré con todas las naciones entre las cuales te
dispersé. Pero contigo no acabaré; aunque sí te corregiré como conviene, ya que
impune no te dejaré.
Palabra de Dios
Palabra de Dios
Nuestra Señora de las Merced
Martes, 24 de septiembre de 2019
Salmo
Sal 125,1-5
R/. El Señor ha estado grande con nosotros.
V/. Los que confían el Señor son como el monte Sion: no tiembla, está sentado para siempre. R/.
R/. El Señor ha estado grande con nosotros.
V/. Los que confían el Señor son como el monte Sion: no tiembla, está sentado para siempre. R/.
R/. El Señor ha estado grande con nosotros
V/. Jerusalén la rodean montañas, a su pueblo lo rodea el Señor, para que los honrados no pongan manos al crimen. R/.
R/. El Señor ha estado grande con nosotros
V/. Señor, concede bienes a los buenos, a los hombres sinceros, y a los que se desvían por sendas tortuosas, que los mande el Señor con los malhechores. Paz a Israel. R/.
R/. El
Señor ha estado grande con nosotros
Nuestra Señora de las Merced
Martes, 24 de septiembre de 2019
Segunda lectura
Lectura de
la primera carta del apóstol san Pablo a los Gálatas (5,1-2;13-25):
1 Para ser libres nos libertó Cristo. Manteneos, pues, firmes y no os dejéis oprimir nuevamente bajo el yugo de la esclavitud.
2 Soy yo, Pablo, quien os lo dice: Si os
dejáis circuncidar, Cristo no os aprovechará nada.
13 Porque, hermanos, habéis sido
llamados a la libertad; sólo que no toméis de esa libertad pretexto para la
carne; antes al contrario, servíos por amor los unos a los otros.
14 Pues toda la ley alcanza su plenitud
en este solo precepto: = Amarás a tu prójimo como a ti mismo. =
15 Pero si os mordéis y os devoráis
mutuamente, ¡mirad no vayáis mutuamente a destruiros!
16
Por mi parte os digo: Si vivís según el Espíritu, no daréis satisfacción a las
apetencias de la carne.
17 Pues la carne tiene apetencias
contrarias al espíritu, y el espíritu contrarias a la carne, como que son entre
sí antagónicos, de forma que no hacéis lo que quisierais.
18 Pero, si sois conducidos por el
Espíritu, no estáis bajo la ley.
19 Ahora bien, las obras de la carne son
conocidas: fornicación, impureza, libertinaje,
20 idolatría, hechicería, odios,
discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones,
21 envidias, embriagueces, orgías y cosas
semejantes, sobre las cuales os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen
tales cosas no heredarán el Reino de Dios.
22 En cambio el fruto del Espíritu es
amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad,
23 mansedumbre, dominio de sí; contra
tales cosas no hay ley.
24 Pues los que son de Cristo Jesús, han
crucificado la carne con sus pasiones y sus apetencias.
25 Si vivimos según el Espíritu, obremos
también según el Espíritu.
Palabra de Dios
Palabra de Dios
Nuestra Señora de las Merced
Martes, 24 de septiembre de 2019
Evangelio Lectura del santo evangelio según
san Juan (2,1-11):
1 Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús.
2 Fue invitado también a la boda Jesús con
sus discípulos.
3 Y, como faltara vino, porque se había
acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: «No tienen vino.»
4 Jesús le responde: « ¿Qué tengo yo
contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.»
5 Dice su madre a los sirvientes: = «Haced
lo que él os diga.» =
6 Había allí seis tinajas de piedra, puestas
para las purificaciones de los judíos, de dos o tres medidas cada una.
7 Les dice Jesús: «Llenad las tinajas de
agua.» Y las llenaron hasta arriba.
8 «Sacadlo ahora, les dice, y llevadlo al
maestresala.» Ellos lo llevaron.
9 Cuando el maestresala probó el agua
convertida en vino, como ignoraba de dónde era (los sirvientes, los que habían
sacado el agua, sí que lo sabían), llama el maestresala al novio
10 y le dice: «Todos sirven primero el vino
bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino
bueno hasta ahora.»
11 Así, en Caná de Galilea, dio Jesús
comienzo a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos.
Palabra del Señor
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