Musica Para el Alma
lunes, 30 de agosto de 2021
EVANGELIO DE LUCAS 4,31-37 CICLO B
*Lecturas del Martes de la 22ª semana del Tiempo Ordinario*
Martes, 31
de agosto de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (4,31-37)*
En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y
los sábados enseñaba a la gente. Se quedaban asombrados de su doctrina, porque
hablaba con autoridad.
Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo, y se puso a gritar
a voces: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con
nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.»
Jesús le intimó: «¡Cierra la boca y sal!»
El demonio tiró al hombre por tierra en medio de la gente, pero salió sin
hacerle daño.
Todos comentaban estupefactos: «¿Qué tiene su palabra? Da órdenes con autoridad
y poder a los espíritus inmundos, y salen.» Noticias de él iban llegando a
todos los lugares de la comarca.
Palabra del Señor
(«Sé quién eres tú:
el Santo de Dios »).
*Yo me puedo preguntar ¿que buscaba un demonio
dentro de la iglesia?, y no cualquier demonio, sino uno que estudiaba las
escrituras. Dice el apóstol san Juan: Quien dice que ama al Señor a quien no ve
y aborrece a sus hermanos a quien puede ver es un mentiroso y la verdad no está
en él. El Señor ha venido acabar, con mis mentiras, con mi odio, con mis
afanes, con mis miedos, en ocasiones he soñado algo malo y paso el día nervioso
y mal, y el miedo me atrapa y me tira por tierra. Pero tengo la esperanza de que
hay uno, que siempre me levanta, no importa cuántas veces caiga, el gozo del
Señor, es siempre levantarme, de todas mis caídas y tropiezos*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VÍSPERAS DEL MARTES 31. SAN JOSE DE ARIMATEA
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*San José de Arimatea*
MARTES SEMANA II
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Al Señor, al Dios grande, venid, adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Al Señor, al Dios grande, venid, adorémosle.
Himno: TE DAMOS GRACIAS, SEÑOR
Te damos gracias, Señor,
porque has depuesto la ira
y has detenido ante el pueblo
la mano que lo castiga.
Tú eres el Dios que nos salva,
la luz que nos ilumina,
la mano que nos sostiene
y el techo que nos cobija.
Y sacaremos con gozo
del manantial de la Vida
las aguas que dan al hombre
la fuerza que resucita.
Entonces proclamaremos:
«¡Cantadle con alegría!
¡El nombre de Dios es grande!
¡Su caridad infinita!
¡Que alabe al Señor la tierra!
Cantemos sus maravillas.
¡Qué grande, en medio del pueblo
el Dios que nos justifica!». Amén.
SALMODIA
Ant 1. Envíame, Señor, tu luz y tu verdad.
Salmo 42 - DESEO DEL TEMPLO
Hazme justicia, ¡oh Dios!, defiende mi causa
contra gente sin piedad,
sálvame del hombre traidor y malvado.
Tú eres mi Dios y protector,
¿por qué me rechazas?
¿Por qué voy andando sombrío,
hostigado por mi enemigo?
Envía tu luz y tu verdad:
que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada.
Que yo me acerque al altar de Dios,
al Dios de mi alegría;
que te dé gracias al son de la cítara,
Señor, Dios mío.
¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Envíame, Señor, tu luz y tu verdad.
Ant 2. Protégenos, Señor, todos los días de nuestra vida.
Cántico: ANGUSTIA DE UN MORIBUNDO Y ALEGRÍA DE LA CURACIÓN Is 38,
10-14. 17-20
Yo pensé: «En medio de mis días
tengo que marchar hacia las puertas del abismo;
me privan del resto de mis años.»
Yo pensé: «Ya no veré más al Señor
en la tierra de los vivos,
ya no miraré a los hombres
entre los habitantes del mundo.
Levantan y enrollan mi vida
como una tienda de pastores.
Como un tejedor devanaba yo mi vida,
y me cortan la trama.»
Día y noche me estás acabando,
sollozo hasta el amanecer.
Me quiebras los huesos como un león,
día y noche me estas acabando.
Estoy piando como una golondrina,
gimo como una paloma.
Mis ojos mirando al cielo se consumen:
¡Señor, que me oprimen, sal fiador por mí!
Me has curado, me has hecho revivir,
la amargura se me volvió paz
cuando detuviste mi alma ante la tumba vacía
y volviste la espalda a todos mis pecados.
El abismo no te da gracias,
ni la muerte te alaba,
ni esperan en tu fidelidad
los que bajan a la fosa.
Los vivos, los vivos son quienes te alaban:
como yo ahora.
El Padre enseña a sus hijos tu fidelidad.
Sálvame, Señor, y tocaremos nuestras arpas
todos nuestros días en la casa del Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Protégenos, Señor, todos los días de nuestra vida.
Ant 3. ¡Oh Dios!, tu mereces un himno en Sión.
Salmo 64 - SOLEMNE ACCIÓN DE GRACIAS.
¡Oh Dios!, tú mereces un himno en Sión,
y a ti se te cumplen los votos,
porque tú escuchas las súplicas.
A ti acude todo mortal
a causa de sus culpas;
nuestros delitos nos abruman,
pero tú los perdonas.
Dichoso el que tú eliges y acercas
para que viva en tus atrios:
que nos saciemos de los bienes de tu casa,
de los dones sagrados de tu templo.
Con portentos de justicia nos respondes,
Dios, salvador nuestro;
tú, esperanza del confín de la tierra
y del océano remoto;
Tú que afianzas los montes con tu fuerza,
ceñido de poder;
tú que reprimes el estruendo del mar,
el estruendo de las olas
y el tumulto de los pueblos.
Los habitantes del extremo del orbe
se sobrecogen ante tus signos,
y a las puertas de la aurora y del ocaso
las llenas de júbilo.
Tú cuidas de la tierra, la riegas
y la enriqueces sin medida;
la acequia de Dios va llena de agua,
preparas los trigales;
riegas los surcos, igualas los terrones,
tu llovizna los deja mullidos,
bendices sus brotes;
coronas el año con tus bienes,
las rodadas de tu carro rezuman abundancia;
rezuman los pastos del páramo,
y las colinas se orlan de alegría;
las praderas se cubren de rebaños,
y los valles se visten de mieses,
que aclaman y cantan.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. ¡Oh Dios!, tu mereces un himno en Sión.
LECTURA BREVE 1Ts 5, 4-5
No viváis, hermanos, en tinieblas para que el día del Señor no os sorprenda
como ladrón; porque todos sois hijos de la luz e hijos del día. No somos de la
noche ni de las tinieblas.
RESPONSORIO BREVE
V. Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra.
R. Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra.
V. Me adelanto a la aurora pidiendo auxilio.
R. Espero en tu palabra.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra.
Primera Lectura
Del libro del profeta Amós 2,4-16
SENTENCIAS DEL SEÑOR SOBRE JUDÁ Y SOBRE ISRAEL
Así dice el Señor: «A Judá, por tres pecados y por cuatro, no le
perdonaré. Porque despreciaron la ley del Señor y no observaron sus
mandamientos; sus mentiras los extraviaron, en las cuales habían caído ya sus
padres. Enviaré fuego a Judá, que devorará los palacios de Jerusalén.»
Así dice el Señor: «A Israel, por tres pecados y por cuatro, no le perdonaré.
Porque venden al justo por dinero, al pobre por un par de sandalias. Oprimen
contra el polvo la cabeza de los pobres y tuercen el camino de los indigentes.
Padre e hijo van juntos a una mujer, infamando mi nombre santo. Se acuestan
sobre ropas dejadas en fianza, junto a cualquier altar, y beben en el templo de
su Dios el vino de los que han multado.
Yo destruí al amorreo al llegar ellos; era alto como los cedros excelsos,
fuerte como las encinas. Destruí por arriba el fruto, la raíz por abajo.
Yo os saqué de Egipto y os conduje por el desierto durante cuarenta años, para
daros en posesión la tierra de los amorreos. Suscité profetas entre vuestros
hijos, nazarenos entre vuestros jóvenes. ¿No es así, hijos de Israel?» -Oráculo
de] Señor-.
«Pero vosotros dabais vino a los nazarenos y mandabais a los profetas: "No
profeticéis." Mirad, yo os aplastaré en el suelo, como aplasta un carro
lleno de gavillas. El veloz no encontrará huida, el fuerte no conservará su
fuerza, el guerrero no salvará la vida. El arquero no se mantendrá en pie, el
hombre ágil no se escapará, el jinete no salvará la vida. El fuerte y valiente
entre los soldados huirá desnudo aquel día.» -Oráculo del Señor-.
Responsorio Cf. Am 2, 10-12; Sal
94, 10. 11
R. Yo os saqué de Egipto y os conduje por el desierto durante
cuarenta años. *Y dije: «Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi
camino.»
V. Suscité profetas entre vuestros hijos, y vosotros ordenabais
a los profetas: «No profeticéis.»
R. Y dije: «Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce
mi camino.»
Segunda Lectura
Del libro de la Imitación de Cristo
(Libro 3, cap. 14)
LA FIDELIDAD DEL SEÑOR DURA POR SIEMPRE
Señor, tus juicios resuenan sobre mí con voz de trueno; el temor y el temblor
agitan con violencia todos mis huesos, y mi alma está sobrecogida de espanto.
Me quedo atónito al considerar que ni el cielo es puro a tus ojos. Y si en los
mismos ángeles descubriste faltas, y no fueron dignos de tu perdón, ¿qué será
de mí? Cayeron las estrellas del cielo, y yo, que soy polvo, ¿qué puedo presumir?
Se precipitaron en la vorágine de los vicios aun aquellos cuyas obras parecían
dignas de elogio; y a los que comían el pan de los ángeles los vi deleitarse
con las bellotas de animales inmundos.
No es posible, pues, la santidad en el hombre, Señor, si retiras el apoyo de tu
mano. No aprovecha sabiduría alguna, si tú dejas de gobernarlo. No hay
fortaleza inquebrantable, capaz de sostenernos, si tú cesas de conservarla.
Porque, abandonados a nuestras propias fuerzas, nos hundimos y perecemos; mas, visitados
por ti, salimos a flote y vivimos.
Y es que somos inestables, pero gracias a ti cobramos firmeza; somos tibios,
pero tú nos inflamas de nuevo.
Toda vanagloria ha sido absorbida en la profundidad de tus juicios sobre mí.
¿Qué es toda carne en tu presencia? ¿Acaso podrá gloriarse el barro contra el
que lo formó? ¿Cómo podrá la vana lisonja hacer que se engría el corazón de
aquel que está verdaderamente sometido a Dios?
No basta el mundo entero para hacer ensoberbecer a quien la verdad hizo que se humillara,
ni la alabanza de todos los hombres juntos hará vacilar a quien puso toda su confianza
en Dios.
Porque los mismos que alaban son nada, y pasarán con el sonido de sus palabras.
En cambio, la fidelidad del Señor dura por siempre.
Responsorio Sal 118, 114-115. 113
R. Tú eres mi refugio y mi escudo, yo espero en tu
palabra. * Apartaos de mí los perversos, cumpliré los mandatos de mi
Dios.
V. Detesto la doblez de corazón y amo tu voluntad.
R. Apartaos de mí los perversos, cumpliré los mandatos de mi
Dios.
*Lecturas del Martes de la 22ª semana del Tiempo Ordinario*
Martes, 31
de agosto de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (4,31-37)*
En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y
los sábados enseñaba a la gente. Se quedaban asombrados de su doctrina, porque
hablaba con autoridad.
Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo, y se puso a gritar
a voces: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con
nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.»
Jesús le intimó: «¡Cierra la boca y sal!»
El demonio tiró al hombre por tierra en medio de la gente, pero salió sin
hacerle daño.
Todos comentaban estupefactos: «¿Qué tiene su palabra? Da órdenes con autoridad
y poder a los espíritus inmundos, y salen.» Noticias de él iban llegando a
todos los lugares de la comarca.
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. De la mano de nuestros enemigos, líbranos, Señor.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. De la mano de nuestros enemigos, líbranos, Señor.
PRECES
Bendigamos a nuestro Salvador, que con su resurrección ha
iluminado el mundo, y digámosle suplicantes:
Haz, Señor, que caminemos por tu senda.
Señor Jesús, al consagrar nuestra oración matinal en memoria de tu santa
resurrección,
te pedimos que la esperanza de participar de tu gloria ilumine todo nuestro
día.
Te ofrecemos, Señor, los deseos y proyectos de nuestra jornada:
dígnate aceptarlos y bendecirlos como primicia de nuestro día.
Concédenos crecer hoy en tu amor,
a fin de que todo concurra para nuestro bien y el de nuestros hermanos.
Haz, Señor, que el ejemplo de nuestra vida resplandezca como una luz ante los
hombres,
para que todos den gloria al Padre que está en los cielos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Porque deseamos que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al
Padre que su reino llegue a nosotros:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Jesucristo, luz verdadera que alumbras a todo hombre y le
muestras el camino de la salvación: concédenos la abundancia de tu gracia para
que preparemos, delante de ti, sendas de justicia y de paz. Tú que vives y
reinas con el Padre, en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por los
siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
*San José de Arimatea*
Todo lo que se sabe a ciencia cierta acerca de él se deriva de los
Evangelios canónicos. Nació en Arimatea ---de ahí su apellido--- "una
ciudad de Judea" (Lc. 23,51), que es muy probable idéntica a Ramá, el
lugar de nacimiento del profeta Samuel, aunque varios estudiosos prefieren
identificarla con la ciudad de Ramleh. Él era un israelita rico (Mt. 27,57),
"un hombre bueno y justo" (Lc. 23,50), "que también esperaba el
Reino de Dios" (Mc. 15,43). San Lucas y San Marcos lo llaman también a
bouleutes, literalmente “un senador”, con lo cual se denota un miembro del
Sanedrín o consejo supremo de los judíos. Era un discípulo de Jesús,
probablemente desde la primera predicación de Cristo en Judea (Jn. 2,23), pero
él no se declaraba como tal "por miedo a los judíos" (Jn. 19,38).
Debido a esta lealtad secreta a Jesús, no consintió en que el Sanedrín le
condenase (Lc. 23,51), y lo más probable es que estuvo ausente a la reunión que
condenó a muerte a Jesús (Cf. Mc. 14,64).
La Crucifixión del Maestro avivó la fe y el amor de José, y le
sugirió que debía tomar las medidas necesarias para el entierro de Cristo antes
de que el sábado comenzara. Sin pensar, por tanto, en todo el peligro personal,
un peligro que era realmente considerable dadas las circunstancias, que con valentía
le pidió a Pilato el cuerpo de Jesús, y tuvo éxito en su petición (Mc.
15,43-45). Una vez en posesión de este tesoro sagrado, ---junto con Nicodemo, a
quien su valor había envalentonado a lo mismo, y quien trajo especias
abundantes--- envolvió el Cuerpo de Cristo en lino fino y bandas mortuorias, lo
puso en su propia tumba, nueva y sin uso, sin embargo, y excavada en una roca
en un jardín vecino, y se retiró después de rodar una gran piedra a la apertura
del sepulcro (Mt. 27,59-60; Mc. 15,46; Lc. 23,53; Jn. 19,38-42). Así se cumplió
la profecía de Isaías de que la tumba del Mesías sería con un hombre rico (Is.
53,9).
La Iglesia griega celebra la fiesta de José de Arimatea el 31 de
julio, y la Iglesia Latina el 17 de marzo. Los detalles adicionales que se
encuentran respecto a él en el apócrifo "Acta Pilati" no son dignos
de credibilidad. Del mismo modo es fabuloso es la leyenda que habla de su
llegada a la Galia en el año 63 d.C., y de allí a Gran Bretaña, donde se supone
que fundó el primer oratorio cristiano en Glastonbury.
MARTES SEMANA II
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: MENTES CANSADAS.
Mentes cansadas,
manos encallecidas,
labriegos al fin de la jornada,
jornaleros de tu viña,
venimos, Padre,
atardecidos de cansancio,
agradecidos por la lucha,
a recibir tu denario.
Llenos de polvo,
el alma hecha girones,
romeros al filo de la tarde,
peregrinos de tus montes,
venimos, Padre,
heridos por los desengaños,
contentos por servir a tu mesa,
a recibir tu denario.
Hartos de todo,
llenos de nada,
sedientos al brocal de tus pozos
y hambrientos de tu casa,
venimos, Padre,
el corazón entre tus brazos,
la frente humilde de delitos,
a recibir tu denario. Amén.
SALMODIA
Ant 1. No podéis servir a Dios y al dinero.
Salmo 48 I - VANIDAD DE LAS RIQUEZAS
Oíd esto, todas las naciones,
escuchadlo, habitantes del orbe:
plebeyos y nobles, ricos y pobres;
mi boca hablará sabiamente,
y serán muy sensatas mis reflexiones;
prestaré oído al proverbio
y propondré mi problema al son de la cítara.
¿Por qué habré de temer los días aciagos,
cuando me cerquen y me acechen los malvados,
que confían en su opulencia
y se jactan de sus inmensas riquezas,
si nadie puede salvarse
ni dar a Dios un rescate?
Es tan caro el rescate de la vida,
que nunca les bastará
para vivir perpetuamente
sin bajar a la fosa.
Mirad: los sabios mueren,
lo mismo que perecen los ignorantes y necios,
y legan sus riquezas a extraños.
El sepulcro es su morada perpetua
y su casa de edad en edad,
aunque hayan dado nombre a países.
El hombre no perdura en la opulencia,
sino que perece como los animales.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. No podéis servir a Dios y al dinero.
Ant 2. «Atesorad tesoros en el cielo», dice el Señor.
Salmo 48 II
Éste es el camino de los confiados,
el destino de los hombres satisfechos:
son un rebaño para el abismo,
la muerte es su pastor,
y bajan derechos a la tumba;
se desvanece su figura
y el abismo es su casa.
Pero a mí, Dios me salva,
me saca de las garras del abismo
y me lleva consigo.
No te preocupes si se enriquece un hombre
y aumenta el fasto de su casa:
cuando muera, no se llevará nada,
su fasto no bajará con él.
Aunque en vida se felicitaba:
«Ponderan lo bien que lo pasas»,
irá a reunirse con sus antepasados,
que no verán nunca la luz.
El hombre rico e inconsciente
es como un animal que perece.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. «Atesorad tesoros en el cielo», dice el Señor.
Ant 3. Digno es el Cordero degollado de recibir el honor y la gloria.
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap 4, 11; 5, 9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Digno es el Cordero degollado de recibir el honor y la gloria.
LECTURA BREVE Rm 3, 23-25a
Todos pecaron y se hallan privados de la gloria de Dios; son justificados
gratuitamente, mediante la gracia de Cristo, en virtud de la redención
realizada en él, a quien Dios ha propuesto como instrumento de propiciación.
RESPONSORIO BREVE
V. Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.
R. Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.
V. De alegría perpetua a tu derecha.
R. En tu presencia, Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Haz, Señor, obras grandes por nosotros, porque tú eres poderoso y
tu nombre es santo.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
+Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Haz, Señor, obras grandes por nosotros, porque tú eres poderoso y
tu nombre es santo.
PRECES
Alabemos a Cristo, pastor y obispo de nuestras vidas, que vela
siempre con amor por su pueblo, y digámosle suplicantes:
Protege, Señor, a tu pueblo.
Pastor eterno, protege a nuestro obispo N.
y a todos los pastores de la Iglesia.
Mira con bondad a los que sufren persecución
y líbralos de todas sus angustias.
Compadécete de los pobres y necesitados
y da pan a los hambrientos.
Ilumina a los que tienen la misión de gobernar a los pueblos
y dales sabiduría y prudencia.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
No olvides, Señor, a los difuntos redimidos por tu sangre
y admítelos en el festín de las bodas eternas.
Unidos fraternalmente como hermanos de una misma familia, invoquemos al Padre
común:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, Señor del día y de la noche,
humildemente te pedimos que la luz de Cristo, verdadero sol de justicia,
ilumine siempre nuestras vidas para que así merezcamos gozar un día de aquella
luz en la que tú habitas eternamente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL MARTES 31 DE AGOSTO 2021
*Lecturas del Martes de la 22ª semana del Tiempo Ordinario*
Martes, 31 de agosto de 2021
Primera lectura
Lectura de
la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (5,1-6.9-11):
En lo referente al tiempo y a las circunstancias no necesitáis, hermanos, que
os escriba. Sabéis perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón en
la noche. Cuando estén diciendo: «Paz y seguridad», entonces, de improviso, les
sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no
podrán escapar. Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, para que ese
día no os sorprenda como un ladrón, porque todos sois hijos de la luz e hijos
del día; no lo sois de la noche ni de las tinieblas. Así, pues, no durmamos
como los demás, sino estemos vigilantes y despejados.
Porque Dios no nos ha destinado al castigo, sino a obtener la salvación por
medio de nuestro Señor Jesucristo; él murió por nosotros para que, despiertos o
dormidos, vivamos con él. Por eso, animaos mutuamente y ayudaos unos a otros a
crecer, como ya lo hacéis.
Palabra de Dios
Salmo
Sal
26,1.4.13-14
R/. Espero gozar de la
dicha del Señor
en el país de la vida
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R/.
Una cosa pido al Señor, eso buscaré:
habitar en la casa del Señor por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R/.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R/.
*Lecturas del Martes de la 22ª semana del Tiempo Ordinario*
Martes, 31
de agosto de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (4,31-37)*
En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y
los sábados enseñaba a la gente. Se quedaban asombrados de su doctrina, porque
hablaba con autoridad.
Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo, y se puso a gritar
a voces: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con
nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.»
Jesús le intimó: «¡Cierra la boca y sal!»
El demonio tiró al hombre por tierra en medio de la gente, pero salió sin
hacerle daño.
Todos comentaban estupefactos: «¿Qué tiene su palabra? Da órdenes con autoridad
y poder a los espíritus inmundos, y salen.» Noticias de él iban llegando a
todos los lugares de la comarca.
Palabra del Señor
(«Sé quién eres tú:
el Santo de Dios »).
*Yo me puedo preguntar ¿que buscaba un demonio
dentro de la iglesia?, y no cualquier demonio, sino uno que estudiaba las
escrituras. Dice el apóstol san Juan: Quien dice que ama al Señor a quien no ve
y aborrece a sus hermanos a quien puede ver es un mentiroso y la verdad no está
en él. El Señor ha venido acabar, con mis mentiras, con mi odio, con mis
afanes, con mis miedos, en ocasiones he soñado algo malo y paso el día nervioso
y mal, y el miedo me atrapa y me tira por tierra. Pero tengo la esperanza de que
hay uno, que siempre me levanta, no importa cuántas veces caiga, el gozo del
Señor, es siempre levantarme, de todas mis caídas y tropiezos*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.