Musica Para el Alma
domingo, 21 de mayo de 2023
JUAN 16,29-33 CICLO A
*Lecturas del Lunes de la 7ª
semana de Pascua*
Lunes, 22
de mayo de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Juan
(16,29-33)*
En aquel tiempo, aquel tiempo, los discípulos dijeron a Jesús:
«Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes
todo y no necesitas que te pregunten; por ello creemos que has salido de Dios».
Les contestó Jesús:
«¿Ahora creéis? Pues mirad: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en
que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy
solo, porque está conmigo el Padre. Os he hablado de esto, para que encontréis
la paz en mí. En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al
mundo».
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
(Os he
hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En el mundo tendréis luchas;
pero tened valor: yo he vencido al mundo».)
*Los
discípulos proclaman su fe en Jesús. Pero estos mismos discípulos se
dispersarán cuando sea arrestado y crucificado. Sin embargo, nunca se desespera
de ellos, ni de mí. Cuando enfrento oposición y
rechazo, es difícil mantener la fe. En tales momentos, Padre, dame tu valor y
tu paz. Siempre estás cuidando de mí en mis luchas*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL LUNES 22
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar
este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*LUNES
DE LA SEMANA VII DE PASCUA*
TIEMPO PASCUAL
LUNES
DE SEMANA VII
Propio del Tiempo.
Salterio III
22 de mayo
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. A Cristo, el Señor, que nos
prometió el Espíritu Santo, venid, adorémosle. Aleluya.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. A Cristo, el Señor, que nos
prometió el Espíritu Santo, venid, adorémosle. Aleluya.
Himno: EMPRENDA LA ESPERANZA RAUDO VUELO
Emprenda la esperanza raudo vuelo
siguiendo los caminos de nuestro Salvador,
y libre de nostalgias, camino de los cielos,
alegre el corazón.
Dijeron que te fuiste a las alturas
juntándote a los coros del «Gloria» de Belén,
acaban hoy su canto en melodías puras
con un solemne «Amén».
Jamás te irás, Señor, porque eres nuestro,
serás Hijo del hombre sin fin de eternidad;
los hombres, por tu nombre, de Dios hijos dilectos,
hermanos te serán.
Asciende victorioso del combate,
derrama sobre el mundo tu Espíritu de amor,
retorna jubiloso al seno de tu Padre,
tú volverás Señor. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Mi corazón y mi carne se alegran por ti, Dios vivo. Aleluya.
Salmo 83 - AÑORANZA DEL TEMPLO
¡Qué deseables son tus moradas,
Señor de los ejércitos!
Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne
se alegran por el Dios vivo.
Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
la golondrina, un nido
donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor de los ejércitos,
Rey mío y Dios mío.
Dichosos los que viven en tu casa
alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza
al preparar su peregrinación:
cuando atraviesan áridos valles,
los convierten en oasis,
como si la lluvia temprana
los cubriera de bendiciones;
caminan de altura en altura
hasta ver a Dios en Sión.
Señor de los ejércitos, escucha mi súplica;
atiéndeme, Dios de Jacob.
Fíjate, ¡oh Dios!, en nuestro Escudo,
mira el rostro de tu Ungido.
Un solo día en tu casa
vale más que otros mil,
y prefiero el umbral de la casa de Dios
a vivir con los malvados.
Porque el Señor es sol y escudo,
él da la gracia y la gloria,
el Señor no niega sus bienes
a los de conducta intachable.
¡Señor de los ejércitos, dichoso el hombre
que confía en ti!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Mi corazón y mi carne se alegran
por ti, Dios vivo. Aleluya.
Ant 2. Pueblos numerosos caminarán hacia
el monte del Señor. Aleluya.
Cántico: EL MONTE DE LA CASA DEL SEÑOR EN LA CIMA DE LOS MONTES Is
2, 2-5
Al final de los días estará firme
el monte de la casa del Señor,
en la cima de los montes,
encumbrado sobre las montañas.
Hacia él confluirán los gentiles,
caminarán pueblos numerosos.
Dirán : «Venid, subamos al monte del Señor,
a la casa del Dios de Jacob:
Él nos instruirá en sus caminos,
y marcharemos por sus sendas;
porque de Sión saldrá la Ley,
de Jerusalén la palabra del Señor.»
Será el árbitro de las naciones,
el juez de pueblos numerosos.
De las espadas forjarán arados,
de las lanzas, podaderas.
No alzará la espada pueblo contra pueblo,
no se adiestrarán para la guerra.
Casa de Jacob, ven;
caminemos a la luz del Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Pueblos numerosos caminarán hacia
el monte del Señor. Aleluya.
Ant 3. Decid a los pueblos: El Señor es
rey. Aleluya.
Salmo 95 - EL SEÑOR, REY Y JUEZ DEL MUNDO.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre,
proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones;
porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.
Pues los dioses de los gentiles son apariencia,
mientras que el Señor ha hecho el cielo;
honor y majestad lo preceden,
fuerza y esplendor están en su templo.
Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
entrad en sus atrios trayéndole ofrendas.
Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda;
decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente.»
Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,
aclamen los árboles del bosque,
delante del Señor, que ya llega,
ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Decid a los pueblos: El Señor es
rey. Aleluya.
LECTURA BREVE Rm 10, 8b-10
«Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón», es decir, el mensaje
de la fe que nosotros predicamos. Porque, si proclamas con tu boca a Jesús como
Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás
salvo. Pues con el corazón creemos para obtener la justificación y con la boca
hacemos profesión de nuestra fe para alcanzar la salvación.
RESPONSORIO BREVE
V. El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya. Aleluya.
R. El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya.
Aleluya.
V. El que por nosotros colgó del madero.
R. Aleluya. Aleluya.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya.
Aleluya.
V. Mi corazón y mi carne. Aleluya.
R. Se alegran por el Dios vivo. Aleluya.
PRIMERA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Juan 4, 1-10
DIOS NOS AMÓ
Queridos hermanos, no os fiéis de cualquier
espíritu. Examinadlos si provienen de Dios, porque se han presentado muchos
falsos profetas en el mundo. En esto podéis conocer el espíritu de Dios: todo
espíritu que reconozca a Jesucristo, que ha venido en la carne, es de Dios.
Pero el espíritu que no reconozca a Jesús no es de Dios, es del anticristo, de
quien habéis oído que estaba por llegar. Pues bien, ya está ahora en el mundo.
Pero vosotros, hijos míos, sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es
el que está en vosotros que el que está en el mundo. Ellos son del mundo; por
eso hablan del mundo y el mundo los escucha. Nosotros, en cambio, somos de
Dios. Quien conoce a Dios nos escucha; quien no es de Dios no nos escucha. En
eso distinguimos al espíritu de la verdad y al espíritu del error.
Queridos hermanos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el
que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios,
porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que
Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él. En esto
consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos
amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados.
RESPONSORIO 1Jn 4, 9; Jn 3, 16
R. En esto se
manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo
único, * para que todo el que crea en él tenga vida eterna. Aleluya.
V. Tanto amó Dios al mundo que le entregó su Hijo
único.
R. Para que todo el que crea en él tenga vida
eterna. Aleluya.
SEGUNDA LECTURA
De las Catequesis de san Cirilo de Jerusalén,
obispo
(Catequesis 16, Sobre el Espíritu Santo, 1, 11-12. 16: PG 33, 931-935. 939-942)
EL AGUA VIVA DEL ESPÍRITU SANTO
El agua que yo le dé se convertirá en él en
manantial de agua viva, que brota para comunicar vida eterna. Se nos habla aquí
de un nuevo género de agua, un agua viva y que brota; pero que brota sólo sobre
los que son dignos de ella. Mas, ¿por qué el Señor da el nombre de agua a la gracia
del Espíritu? Porque el agua es condición necesaria para la pervivencia de
todas las cosas, porque el agua es el origen de las plantas y de los seres
vivos, porque el agua de la lluvia baja del cielo, porque, deslizándose en un
curso siempre igual, produce efectos diferentes. Diversa es, en efecto, su
virtualidad en una palmera o en una vid, aunque en todos es ella quien lo hace
todo; ella es siempre la misma, en cualquiera de sus manifestaciones, pues la
lluvia, aunque cae siempre del mismo modo, se acomoda a la estructura de los
seres que la reciben, dando a cada uno de ellos lo que necesitan.
De manera semejante, el Espíritu Santo, siendo uno solo y siempre el mismo e
indivisible, reparte a cada uno sus gracias según su beneplácito. Y, del mismo
modo que el árbol seco, al recibir el agua, germina, así también el alma
pecadora, al recibir del Espíritu Santo el don del arrepentimiento, produce
frutos de justicia. Siendo él, pues, siempre igual y el mismo, produce diversos
efectos, según el beneplácito de Dios y en el nombre de Cristo.
En efecto, se sirve de la lengua de uno para comunicar la sabiduría; a otro le
ilumina la mente con el don de profecía; a éste le da el poder de ahuyentar los
demonios; a aquél le concede el don de interpretar las Escrituras. A uno lo
confirma en la temperancia; a otro lo instruye en lo pertinente a la
misericordia; a éste le enseña a ayunar y a soportar el esfuerzo de la vida
ascética; a aquél a despreciar las cosas corporales; a otro más lo hace apto
para el martirio. Así, se manifiesta diverso en cada uno, permaneciendo él
siempre igual en sí mismo, tal como está escrito: A cada uno se le otorga la
manifestación del Espíritu para común utilidad.
Su actuación en el alma es suave y apacible, su experiencia es agradable y
placentera y su yugo es levísimo. Su venida va precedida de los rayos
brillantes de su luz y de su ciencia. Viene con la bondad de genuino protector;
pues viene a salvar, a curar, a enseñar, a aconsejar, a fortalecer, a consolar,
a iluminar, en primer lugar, la mente del que lo recibe y, después, por las
obras de éste, la mente de los demás.
Y, del mismo modo que el que se hallaba en tinieblas, al salir el sol, recibe
su luz en los ojos del cuerpo y contempla con toda claridad lo que antes no
veía, así también al que es hallado digno del don del Espíritu Santo se le
ilumina el alma y, levantado por encima de su razón natural, ve lo que antes
ignoraba.
RESPONSORIO 1Co 12, 6-7. 27
R. Hay
diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. * A
cada uno se le otorga la manifestación del Espíritu para común utilidad.
Aleluya.
V. Vosotros sois cuerpo de Cristo, y sois miembros
unos de otros.
R. A cada uno se le otorga la manifestación del
Espíritu para común utilidad. Aleluya.
*Lecturas del Lunes de la 7ª
semana de Pascua*
Lunes, 22
de mayo de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Juan
(16,29-33)*
En aquel tiempo, aquel tiempo, los discípulos dijeron a Jesús:
«Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes
todo y no necesitas que te pregunten; por ello creemos que has salido de Dios».
Les contestó Jesús:
«¿Ahora creéis? Pues mirad: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en
que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy
solo, porque está conmigo el Padre. Os he hablado de esto, para que encontréis
la paz en mí. En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al
mundo».
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. En el mundo tendréis luchas, pero tened valor: Yo he vencido al
mundo. Aleluya.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. En el mundo tendréis luchas, pero
tened valor: Yo he vencido al mundo. Aleluya.
PRECES
Bendigamos a Cristo, que nos prometió enviar el Espíritu Santo que
procede del Padre, y supliquémosle, diciendo:
Señor, danos tu Espíritu.
Te damos gracias, Señor Jesús, y por medio de ti bendecimos también al Padre en
el Espíritu Santo
y te pedimos que hoy todas nuestras palabras y obras sean según tu voluntad.
Concédenos vivir de tu Espíritu,
para ser de verdad miembros vivos de tu cuerpo.
Haz que no juzguemos ni menospreciemos a ninguno de nuestros hermanos,
pues todos tenemos que comparecer para ser juzgados ante tu tribunal.
Cólmanos de alegría y paz en nuestra fe,
hasta que rebosemos de esperanza por la fuerza del Espíritu Santo.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Terminemos nuestra oración con la plegaria que Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Ayúdanos, Señor, Dios nuestro, con la fuerza del Espíritu Santo,
para que podamos mantenernos fieles a tu voluntad y llevar una conducta digna
de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: VEN, CREADOR, ESPÍRITU AMOROSO
Ven, Creador, Espíritu amoroso,
ven y visita el alma que a ti clama
y con tu soberana gracia inflama
los pechos que criaste poderoso.
Tú que abogado fiel eres llamado,
del Altísimo don, perenne fuente
de vida eterna, caridad ferviente,
espiritual unción, fuego sagrado.
Tú te infundes al alma en siete dones,
fiel promesa del Padre soberano;
tú eres el dedo de su diestra mano,
tú nos dictas palabras y razones.
Ilustra con tu luz nuestros sentidos,
del corazón ahuyenta la tibieza,
haznos vencer la corporal flaqueza,
con tu eterna virtud fortalecidos.
Por ti, nuestro enemigo desterrado,
gocemos de paz santa duradera,
y, siendo nuestro guía en la carrera,
todo daño evitemos y pecado.
Por ti al eterno Padre conozcamos,
y al Hijo, soberano omnipotente,
y a ti, Espíritu, de ambos procedente,
con viva fe y amor siempre creamos. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor será tu luz perpetua, y tu Dios será tu esplendor.
Aleluya.
Salmo 122 - EL SEÑOR, ESPERANZA DEL PUEBLO
A ti levanto mis ojos,
a ti que habitas en el cielo.
Como están los ojos de los esclavos
fijos en las manos de sus señores,
como están los ojos de la esclava
fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos
en el Señor, Dios nuestro,
esperando su misericordia.
Misericordia, Señor, misericordia,
que estamos saciados de desprecios;
nuestra alma está saciada
del sarcasmo de los satisfechos,
del desprecio de los orgullosos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor será tu luz perpetua, y tu
Dios será tu esplendor. Aleluya.
Ant 2. La trampa se rompió y escapamos.
Aleluya.
Salmo 123 - NUESTRO AUXILIO ES EL NOMBRE DEL SEÑOR
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte
—que lo diga Israel—,
si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres,
nos habrían tragado vivos:
tanto ardía su ira contra nosotros.
Nos habrían arrollado las aguas,
llegándonos el torrente hasta el cuello;
nos habrían llegado hasta el cuello
las aguas espumantes.
Bendito el Señor, que no nos entregó
como presa a sus dientes;
hemos salvado la vida como un pájaro
de la trampa del cazador:
la trampa se rompió y escapamos.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. La trampa se rompió y escapamos.
Aleluya.
Ant 3. Cuando yo sea elevado sobre la
tierra, atraeré a todos hacia mí. Aleluya.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Cuando yo sea elevado sobre la
tierra, atraeré a todos hacia mí. Aleluya.
LECTURA BREVE Rm 8, 14-17
Todos cuantos se dejan guiar por el Espíritu de
Dios son hijos de Dios. Que no habéis recibido espíritu de esclavitud, para
recaer otra vez en el temor, sino que habéis recibido espíritu de adopción
filial, por el que clamamos: «¡Padre!» este mismo Espíritu se une a nosotros para
testificar que somos hijos de Dios; y, si somos hijos, también somos herederos:
herederos de Dios y coherederos de Cristo, si es que padecemos juntamente con
Cristo, para ser glorificados juntamente con él.
RESPONSORIO BREVE
V. El Espíritu Santo. Aleluya, aleluya.
R. El Espíritu Santo. Aleluya, aleluya.
V. Os lo enseñará todo.
R. Aleluya, aleluya.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. El Espíritu Santo. Aleluya, aleluya.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Abogado, el Espíritu, permanece con vosotros y estará en
vosotros. Aleluya.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Abogado, el Espíritu, permanece
con vosotros y estará en vosotros. Aleluya.
PRECES
Demos gracias a Cristo, que por medio del Espíritu Santo levantó
la esperanza de los apóstoles y llena de dones a la Iglesia, y, unidos a todos
los fieles, supliquémosle, diciendo:
Levanta, Señor, la esperanza de tu Iglesia.
Señor Jesús, mediador entre Dios y los hombres, tú que has elegido a los
sacerdotes como colaboradores tuyos,
haz que por la acción de tus ministros todos los hombres lleguen al Padre.
Haz que los pobres y los ricos se ayuden mutuamente, reconociéndote a ti como
único Señor,
y que los ricos no pongan su gloria en sus bienes.
Revela tu Evangelio a todos los pueblos,
para que todos alcancen el don de la fe.
Envía tu Espíritu consolador a los que viven desconsolados,
para que enjugue las lágrimas de los que lloran.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Purifica a los difuntos de todas sus culpas
y recíbelos en tu reino, junto con tus santos y elegidos.
Concluyamos nuestras súplicas con la oración que el mismo Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Ayúdanos, Señor, Dios nuestro, con la fuerza del Espíritu Santo,
para que podamos mantenernos fieles a tu voluntad y llevar una conducta digna
de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL LUNES 22 DE MAYO 2023
*Lecturas del Lunes de la 7ª
semana de Pascua*
Lunes, 22 de mayo de 2023
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles
(19,1-8):
Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo atravesó la meseta y llegó a Éfeso.
Allí encontró unos discípulos y les preguntó:
«¿Recibisteis el Espíritu Santo al aceptar la fe?».
Contestaron:
«Ni siquiera hemos oído hablar de un Espíritu Santo».
Él les dijo:
«Entonces, ¿qué bautismo habéis recibido?».
Respondieron:
«El bautismo de Juan».
Pablo les dijo:
«Juan bautizó con un bautismo de conversión, diciendo al pueblo que creyesen en
el que iba a venir después de él, es decir, en Jesús».
Al oír esto, se bautizaron en el nombre del Señor Jesús; cuando Pablo les
impuso las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo, y se pusieron a hablar en
lenguas extrañas y a profetizar. Eran en total unos doce hombres.
Pablo fue a la sinagoga y durante tres meses hablaba con toda libertad del
reino de Dios, dialogando con ellos y tratando de persuadirlos.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 67,2-3.4-5ac.6-7ab
R/. Reyes de la tierra, cantad a Dios
Se levanta Dios, y se dispersan sus enemigos,
huyen de su presencia los que lo odian;
como el humo se disipa, se disipan ellos;
como se derrite la cera ante el fuego,
así perecen los impíos ante Dios. R/.
En cambio, los justos se alegran,
gozan en la presencia de Dios,
rebosando de alegría.
Cantad a Dios, tocad a su nombre;
su nombre es el Señor. R/.
Padre de huérfanos, protector de viudas,
Dios vive en su santa morada.
Dios prepara casa a los desvalidos,
libera a los cautivos y los enriquece. R/.
*Lecturas del Lunes de la 7ª
semana de Pascua*
Lunes, 22
de mayo de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Juan
(16,29-33)*
En aquel tiempo, aquel tiempo, los discípulos dijeron a Jesús:
«Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes
todo y no necesitas que te pregunten; por ello creemos que has salido de Dios».
Les contestó Jesús:
«¿Ahora creéis? Pues mirad: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en
que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy
solo, porque está conmigo el Padre. Os he hablado de esto, para que encontréis
la paz en mí. En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al
mundo».
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
(Os he
hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En el mundo tendréis luchas;
pero tened valor: yo he vencido al mundo».)
*Los
discípulos proclaman su fe en Jesús. Pero estos mismos discípulos se
dispersarán cuando sea arrestado y crucificado. Sin embargo, nunca se desespera
de ellos, ni de mí. Cuando enfrento oposición y
rechazo, es difícil mantener la fe. En tales momentos, Padre, dame tu valor y
tu paz. Siempre estás cuidando de mí en mis luchas*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.