Musica Para el Alma

sábado, 21 de noviembre de 2015

Domingo 22 nov. Segunda lectura

Lectura del libro del Apocalipsis 1, 5-8

Jesucristo es el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, el príncipe de
los reyes de la tierra.
Aquel que nos ama, nos ha librado de nuestros pecados por su sangre, nos ha
convertido en un reino y hecho sacerdotes de Dios, su Padre.
A él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
Mirad: El viene en las nubes. Todo ojo lo verá;también los que lo atravesaron.
Todos los pueblos de la tierra se lamentaran por su causa. Sí. Amén.
Dice el Señor Dios: «Yo soy el Alfa y la Omega, el que es, el que era y el que
viene, el Todopoderoso.»

Palabra de DIOS

Domingo 22 nov. Salmo

SALMO RESPONSORIAL

Salmo responsorial Sal 92, 1ab. 1c-2. 5 (R/.: 1a)

R/. El Señor reina, vestido de majestad.
El Señor reina, vestido de majestad, el Señor, vestido y ceñido de poder. R/.
Así está firme el orbe y no vacila. Tu trono está firme desde siempre, y tú eres
eterno. R/.
Tus mandatos son fieles y seguros;la santidad es el adorno de tu casa, Señor,
por días sin término. R/.

Gloria al Padre y al Hijo y el Espíritu Santo

Domingo 22 de nov. Primera lectura

Lectura de la profecía de Daniel 7, 13-14

Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un
hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él.
Le dieron poder real y dominio;todos los pueblos, naciones y lenguas lo
respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.

Palabra de DIOS

Lo que me dice el Evangelio

El evangelio de hoy Juan 18, 33b-37. Yo me cuestiono, cuantas beses he hecho tumulto, para poder agarrar al Señor y llevarlo frente a una autoridad, para que lo castiguen y lo condenen a muerte, simplemente porque lo que el me dice y lo que yo deseo no es lo mismo, y pienso que tengo autoridad mas que suficiente, para cuestionar al Señor, e interrogarlo, y el me dice la verdad mi Reino no es de éste mundo en el que vivo, lleno de iniquidad, odio, malicia, falsedad, ambición, de falsedad, y con todo ésto dentro de mi como puedo recocer que El Señor es Rey. Y el Señor es muy claro con migo y me lo dice, para esto he venido para dar testimonio de la verdad "Todo el que es de la verdad escucha mi voz" Señor se que muchas veces soy un necio, pero por tu amor, por tu misericordia dame la oportunidad de escuchar tu palabra y yo también poder llegar hacer testigo de la verdad, y poder decir con fuerza, coraje y alegría el Señor es el Rey de mi vida y del universo y todo lo verán.

《 El que DESEA y QUIERE amar, con el corazón según EL SEÑOR: llegará a ser,  SANTO 》

dandoyrecibiendord.blogspot.com

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Domingo 22 nov. Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan 18, 33b-37

En aquel tiempo, dijo Pilato a Jesús:
—«¿Eres tú el rey de los judíos?»
Jesús le contestó:
—«¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?»
Pilato replicó:
—«¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes
te han entregado a mí;¿qué has hecho?»
Jesús le contestó:
—«Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia
habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de
aquí.»
Pilato le dijo:
—«Conque, ¿tú eres rey?»
Jesús le contestó:
—«Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo;
para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.»

Palabra del Señor

Sábado 21 nov. Salmo

Salmo Responsorial

9, 2-3. 4 y 6. 16 y 19

R. Gozaré, Señor, de tu salvación.

Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
proclamando todas tus maravillas;
me alegro y exulto contigo
y toco en honor de tu nombre, oh Altísimo. R/

Porque mis enemigos retrocedieron,
cayeron y perecieron ante tu rostro.
Reprendiste a los pueblos, destruiste al impío
y borraste para siempre su apellido. R/

Los pueblos se han hundido en la fosa que hicieron,
su pie quedó prendido en la red que escondieron.
Él no olvida jamás al pobre,
ni la esperanza del humilde perecerá. R/

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo

Sábado 21 primera lectura

Lectura del primer libro de los Macabeos 6, 1-13

En aquellos días, el rey Antioco recorría las provincias del norte, cuando se enteró de que en Persia habla una ciudad llamada Elimaida, famosa por su riqueza en plata y oro, con un templo lleno de tesoros: escudos dorados, lorigas y armas dejadas allí por Alejandro, el de Filipo, rey de Macedonia, que habla sido el primer rey de Grecia. Antioco fue allá e intentó apoderarse de la ciudad y saquearla; pero no pudo, porque los de la ciudad, dándose cuenta de lo que pretendía, salieron a atacarle. Antioco tuvo que huir, y emprendió el viaje de vuelta a Babilonia, apesadumbrado. Entonces llegó a Persia un mensajero, con la noticia de que la expedición militar contra Judá había fracasado: Lisias, que había ido como caudillo de un ejército poderoso, había huido ante el enemigo; los judíos, sintiéndose fuertes con las armas y pertrechos, y el enorme botín de los campamentos saqueados, habían derribado el arca sacrílega construida sobre el altar de Jerusalén, habían levantado en torno al santuario una muralla alta como la de antes, y lo mismo en Betsur, ciudad que pertenecía al rey. Al oír este informe, el rey se asustó y se impresionó de tal forma que cayó en cama con una gran depresión, porque no le habían salido las cosas como quería. Allí pasó muchos días, cada vez más deprimido. Pensó que se moría, llamó a todos sus grandes y les dijo: -«El sueño ha huido de mis ojos; me siento abrumado de pena y me digo: " ¡A qué tribulación he llegado, en qué violento oleaje estoy metido, yo, feliz y querido cuando era poderoso! " Pero ahora me viene a la memoria el daño que hice en Jerusalén, robando el ajuar de plata y oro que había allí, y enviando gente que exterminase a los habitantes de Judá, sin motivo. Reconozco que por eso me han venido estas desgracias. Ya veis, muero de tristeza en tierra extranjera. »

Palabra de DIOS

Sábado 21 nov. Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas 20, 27-40

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, que niegan la resurrección, y le preguntaron: -«Maestro, Moisés nos dejó escrito: Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero sin hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano. Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos. Y el segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete murieron sin dejar hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete han estado casados con ella.» Jesús les contestó: -«En esta vida, hombres y mujeres se casan; pero los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no se casarán. Pues ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios, porque participan en la resurrección. Y que resucitan los muertos, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor "Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob". No es Dios de muertos, sino de vivos; porque para él todos están vivos.» Intervinieron unos escribas: -«Bien dicho, Maestro.» Y no se atrevían a hacerle más preguntas.

Palabra del Señor