Musica Para el Alma
jueves, 20 de junio de 2024
MATEO 6,19-23 CICLO B
*Lecturas de San Luis Gonzaga,
religioso*
*Viernes 21 Jun 2024*
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Mateo (6,19-23)*
En aquel
tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No atesoréis tesoros en la tierra, donde
la polilla y la carcoma los roen, donde los ladrones abren boquetes y los
roban. Atesorad tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni carcoma que se los
coman ni ladrones que abran boquetes y roben. Porque donde está tu tesoro allí
está tu corazón. La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, tu
cuerpo entero tendrá luz; si tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a
oscuras. Y si la única luz que tienes está oscura, ¡cuánta será la oscuridad!»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(«Donde
está tu tesoro, allí está tu corazón»).
*El Señor, ha puesto en mi corazón su tesoro y su
tesoro es el amor. Un tesoro lo más normal es que uno lo guarde en un lugar
seguro. Si las personas se enteran que tengo un tesoro escondido, se pueden
acercar a mí con malas intenciones, con intención de robarme y la forma más
segura de guardar el tesoro que el Señor, me ha regalado, es colocándolo entre
las personas, sin que ellas se enteren, así mi tesoro siempre estará seguro.
También tengo que reconocer que el camino a la felicidad, está lleno de
obstáculo, de sacrificio, de persecución, de humillaciones, y sé que no es
fácil. Pero el Señor, sale en mi ayuda, viene en mi defensa y me invita de una
manera muy especial, a que reconozca, que lo más importante y lo que más me
conviene es vivir, en la sinceridad; ser sincero, conmigo mismo y con los
demás, y pedir al Señor, que me dé la capacidad para reconocer en mi vida, cual
es el verdadero tesoro*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL VIERNES 21
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*TIEMPO ORDINARIO VIERNES DE LA SEMANA XI*
Del Común de santos varones: para los santos religiosos. Salterio III
21 de junio
*SAN LUIS GONZAGA, religioso. (MEMORIA)*.
Nació el año 1568 cerca de Mantua, en Lombardía, hijo de los príncipes de
Castiglione. Su madre lo educó cristianamente y muy pronto dio indicios de su
inclinación a la vida religiosa. Renunció a favor de su hermano al título de
príncipe, que le correspondía por derecho de primogenitura, e ingresó en la
Compañía de Jesús, en Roma. Cuidando enfermos en los hospitales, contrajo él
mismo una enfermedad que lo llevó al sepulcro el año 1591.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Señor, aclamemos
al Dios admirable en sus santos.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos al Señor, aclamemos
al Dios admirable en sus santos.
Himno: VOSOTROS SOIS LUZ DEL MUNDO.
Vosotros sois luz del mundo
y ardiente sal de la tierra,
ciudad esbelta en el monte,
fermento en la masa nueva.
Vosotros sois los sarmientos,
y yo la Vid verdadera;
si el Padre poda las ramas,
más fruto llevan las cepas.
Vosotros sois la abundancia
del reino que ya está cerca,
los doce mil señalados
que no caerán en la siega.
Dichosos, porque sois limpios
y ricos en la pobreza,
y es vuestro el reino que sólo
se gana con la violencia. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Contra ti, contra ti solo pequé, Señor; ten misericordia de mí.
Salmo 50 - CONFESIÓN DEL PECADOR ARREPENTIDO
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio brillará tu rectitud.
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado
tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Contra ti, contra ti solo pequé,
Señor; ten misericordia de mí.
Ant 2. Reconocemos, Señor, nuestra
impiedad; hemos pecado contra ti.
Cántico: LAMENTACIÓN DEL PUEBLO EN TIEMPO DE HAMBRE Y DE GUERRA - Jr
14,17-21
Mis ojos se deshacen en lágrimas,
día y noche no cesan:
por la terrible desgracia de la doncella de mi pueblo,
una herida de fuertes dolores.
Salgo al campo: muertos a espada;
entro en la ciudad: desfallecidos de hambre;
tanto el profeta como el sacerdote
vagan sin sentido por el país.
¿Por qué has rechazado del todo a Judá?
¿tiene asco tu garganta de Sión?
¿Por que nos has herido sin remedio?
Se espera la paz, y no hay bienestar,
al tiempo de la cura sucede la turbación.
Señor, reconocemos nuestra impiedad,
la culpa de nuestros padres,
porque pecamos contra ti.
No nos rechaces, por tu nombre,
no desprestigies tu trono glorioso;
recuerda y no rompas tu alianza con nosotros.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Reconocemos, Señor, nuestra
impiedad; hemos pecado contra ti.
Ant 3. El Señor es Dios y nosotros somos
su pueblo y ovejas de su rebaño.
Salmo 99 - ALEGRÍA DE LOS QUE ENTRAN EN EL TEMPLO.
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con aclamaciones.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:
«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor es Dios y nosotros somos su
pueblo y ovejas de su rebaño.
LECTURA BREVE Rm 12, 1-2
Os exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como
hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable. Y no os
ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para
que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que agrada, lo
perfecto.
RESPONSORIO BREVE
V. Lleva en el corazón la ley de su Dios.
R. Lleva en el corazón la ley de su Dios.
V. Y sus pasos no vacilan.
R. Lleva en el corazón la ley de su Dios.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Lleva en el corazón la ley de su Dios.
V. El
Señor nos instruirá en sus caminos.
R. Y marcharemos por sus sendas.
PRIMERA LECTURA
Comienza el libro del profeta Zacarías 1, 1-21
VISIÓN SOBRE EL RESTABLECIMIENTO DE JERUSALÉN
En el mes octavo del año segundo de Darío, fue
dirigida la palabra del Señor al profeta Zacarías, hijo de Baraquías, hijo de
Guedí, en estos términos:
«El Señor está irritado contra vuestros padres. Les dirás: "Así dice el
Señor de los ejércitos: Convertíos a mí, y me convertiré a vosotros. No seáis
como vuestros padres, a quienes predicaban los antiguos profetas: Así dice el
Señor: 'Convertíos de vuestra mala conducta y de vuestras malas obras', pero no
me obedecieron ni me hicieron caso —oráculo del Señor—. Vuestros padres ¿dónde
están ahora? Vuestros profetas ¿viven eternamente? Pero mis palabras y
preceptos que mandé a mis siervos los profetas ¿no es verdad que alcanzaron a
vuestros padres? Por eso ellos se convirtieron, diciendo: 'Como el Señor de los
ejércitos había dispuesto tratarnos por nuestra conducta y obras, así nos ha
sucedido.'"»
El día veinticuatro del mes undécimo -el mes de Sebat- del año segundo de
Darío, vino el siguiente mensaje del Señor al profeta Zacarías, hijo de
Baraquías, hijo de Guedí:
Tuve una visión nocturna: Vi un jinete sobre un caballo rojo, de pie entre los
mirtos de un valle; detrás de él había caballos rojos, castaños, negros y
blancos; pregunté:
«¿Quiénes son éstos, señor?»
Y me contestó el ángel del Señor que estaba entre los mirtos:
«Te mostraré quiénes son.»
Pero el jinete que estaba entre los mirtos dijo:
«A éstos los ha despachado el Señor para que recorran la tierra.»
Contestaron éstos al ángel del Señor que estaba entre los mirtos:
«Hemos recorrido la tierra, y toda ella está quieta y en paz.»
Preguntó el ángel del Señor:
«¿Hasta cuándo, Señor de los ejércitos, no te compadecerás de Jerusalén y de
las ciudades de Judá, contra las que estás irritado desde hace setenta años?»
Respondió el Señor al ángel que hablaba conmigo palabras buenas, palabras de
consuelo. El ángel que me hablaba me dijo:
«Proclama lo siguiente: "Así dice el Señor de los ejércitos: Siento gran
celo por Jerusalén y por Sión, y una gran cólera contra las naciones confiadas
que contribuyeron a la desgracia durante mi breve cólera. Por eso, así dice el
Señor: Me vuelvo con misericordia a Jerusalén. En ella será reedificado mi
templo —oráculo del Señor de los ejércitos—, el cordel de medir será tendido
sobre Jerusalén." Proclama también: "Así dice el Señor de los ejércitos:
Otra vez rebosarán las ciudades de bienes, el Señor consolará otra vez a Sión y
elegirá de nuevo a Jerusalén."»
Levanté luego los ojos y vi cuatro cuernos. Pregunté al ángel que hablaba
conmigo:
«¿Qué significan?»
Él contestó:
«Éstos son los cuernos que dispersaron a Judá, Israel y Jerusalén.»
Después el Señor me hizo ver cuatro herreros. Pregunté:
«¿Qué han venido a hacer?»
Respondió:
«Aquéllos eran los cuernos que dispersaron a Judá, hasta no dejar alzar cabeza
a un solo hombre; y éstos vinieron a abatirlos, para derribar los cuernos de
las naciones que levantaron su poder contra la tierra de Judá para
dispersarla.»
RESPONSORIO Za 1, 16; Ap 21, 23
R. Me vuelvo
con misericordia a Jerusalén; * en
ella será reedificado mi templo.
V. La ciudad no necesita ni de sol ni de luna,
porque su lámpara es el Cordero.
R. En ella será reedificado mi templo.
SEGUNDA LECTURA
De una Carta de san Luis Gonzaga, dirigida a su
madre
(Acta Sanctorum Iunii 5, 878)
CANTARÉ ETERNAMENTE LAS MISERICORDIAS DEL SEÑOR
Pido para ti, ilustre señora, que goces siempre de
la gracia y del consuelo del Espíritu Santo. Al llegar tu carta, me encuentro
todavía en esta región de los muertos. Pero un día u otro ha de llegar el
momento de volar al cielo, para alabar al Dios eterno en la tierra de los que
viven. Yo esperaba poco ha que habría realizado ya este viaje antes de ahora.
Si la caridad consiste, como dice san Pablo, en alegrarse con los que se
alegran y llorar con los que lloran, ha de ser inmensa tu alegría, madre
ilustre, al pensar que Dios me llama a la verdadera alegría, que pronto poseeré
con la seguridad de no perderla jamás.
Te he de confesar, ilustre señora, que al sumergir mi pensamiento en la
consideración de la divina bondad, que es como un mar sin fondo ni litoral, no
me siento digno de su inmensidad, ya que él, a cambio de un trabajo tan breve y
exiguo, me invita al descanso eterno y me llama desde el cielo a la suprema
felicidad, que con tanta negligencia he buscado, y me promete el premio de unas
lágrimas, que tan parcamente he derramado.
Considéralo una y otra vez, ilustre señora, y guárdate de menospreciar esta
infinita benignidad de Dios, que es lo que harías si lloraras como muerto al
que vive en la presencia de Dios y que con su intercesión puede ayudarte en tus
asuntos mucho más que cuando vivía en este mundo. Esta separación no será muy
larga; volveremos a encontrarnos en el cielo, y todos juntos, unidos a nuestro
Salvador, lo alabaremos con toda la fuerza de nuestro espíritu y cantaremos
eternamente sus misericordias, gozando de una felicidad sin fin. Al morir, nos
quita lo que antes nos había prestado, con el solo fin de guardarlo en un lugar
más inmune y seguro, y para enriquecernos con unos bienes que superan nuestros
deseos.
Todo esto lo digo solamente para expresar mi deseo de que tú, ilustre señora,
así como los demás miembros de mi familia, consideréis mi partida de este mundo
como un motivo de gozo, y para que no me falte tu bendición materna en el
momento de atravesar este mar hasta llegar a la orilla en donde tengo puestas
todas mis esperanzas. Así te escribo, porque estoy convencido de que ésta es la
mejor manera de demostrarte el amor y respeto que te debo como hijo.
RESPONSORIO Sal 40, 13; 83, 11
R. Has
conservado mi inocencia, Señor, * tú me
mantienes siempre en tu presencia.
V. Prefiero el umbral de la casa de Dios a vivir
con los malvados.
R. Tú me mantienes siempre en tu presencia.
*Lecturas de San Luis Gonzaga,
religioso*
*Viernes 21 Jun 2024*
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Mateo (6,19-23)*
En aquel
tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No atesoréis tesoros en la tierra, donde
la polilla y la carcoma los roen, donde los ladrones abren boquetes y los
roban. Atesorad tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni carcoma que se los
coman ni ladrones que abran boquetes y roben. Porque donde está tu tesoro allí
está tu corazón. La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, tu
cuerpo entero tendrá luz; si tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a
oscuras. Y si la única luz que tienes está oscura, ¡cuánta será la oscuridad!»
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. «El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana
y mi madre», dice el Señor.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. «El que cumple la voluntad de Dios,
ése es mi hermano y mi hermana y mi madre», dice el Señor.
PRECES
Adoremos, hermanos, a Cristo, el Dios santo, y, pidiéndole que nos
enseñe a servirle con santidad y justicia en su presencia todos nuestros días,
aclamémosle diciendo:
Tú solo eres santo, Señor.
Señor Jesús, probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado,
compadécete de nuestras debilidades.
Señor Jesús, que a todos nos llamas a la perfección del amor,
danos el progresar por caminos de santidad.
Señor Jesús, que nos quieres sal de la tierra y luz del mundo,
ilumina nuestras vidas con tu propia luz.
Señor Jesús, que viniste al mundo no para que te sirvieran, sino para servir,
haz que sepamos servir con humildad a ti y a nuestros hermanos.
Señor Jesús, reflejo de la gloria del Padre e impronta de su ser,
haz que un día podamos contemplar la claridad de tu gloria.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Oremos ahora al Padre, como nos enseñó el mismo Jesús:
Padre nuestro...
ORACION
Dios nuestro, fuente y origen de todos los dones celestiales, tú
que uniste en San Luis Gonzaga una admirable pureza de vida con la práctica de
la penitencia, concédenos, por sus méritos e intercesión, que los que no hemos
podido imitarlo en la inocencia de su vida lo imitemos en su espíritu de
penitencia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: FELIZ QUIEN HA ESCUCHADO LA LLAMADA
Feliz quien ha escuchado la llamada
al pleno seguimiento del Maestro,
feliz porque él, con su mirada,
lo eligió como amigo y compañero.
Feliz el que ha abrazado la pobreza
para llenar de Dios su vida toda,
para servirlo a él con fortaleza,
con gozo y con amor a todas horas.
Feliz el mensajero de verdades
que marcha por caminos de la tierra,
predicando bondad contra maldades,
pregonando la paz contra las guerras. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor es grande, nuestro dueño más que todos los dioses.
Salmo 134 I - HIMNO A DIOS POR SUS MARAVILLAS
Alabad el nombre del Señor,
alabadlo, siervos del Señor,
que estáis en la casa del Señor,
en los atrios de la casa de nuestro Dios.
Alabad al Señor porque es bueno,
tañed para su nombre, que es amable.
Porque él se escogió a Jacob,
a Israel en posesión suya.
Yo sé que el Señor es grande,
nuestro dueño más que todos los dioses.
El Señor todo lo que quiere lo hace:
en el cielo y en la tierra,
en los mares y en los océanos.
Hace subir las nubes desde el horizonte,
con los relámpagos desata la lluvia,
suelta a los vientos de sus silos.
Él hirió a los primogénitos de Egipto,
desde los hombres hasta los animales.
Envió signos y prodigios
—en medio de ti, Egipto—
contra el Faraón y sus ministros.
Hirió de muerte a pueblos numerosos,
mató a reyes poderosos:
a Sijón, rey de los amorreos;
a Hog, rey de Basán,
y a todos los reyes de Canaán.
Y dio su tierra en heredad,
en heredad a Israel, su pueblo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor es grande, nuestro dueño
más que todos los dioses.
Ant 2. Casa de Israel, bendice al Señor;
tañed para su nombre, que es amable.
Salmo 134 II.
Señor, tu nombre es eterno;
Señor, tu recuerdo de edad en edad.
Porque el Señor gobierna a su pueblo
y se compadece de sus siervos.
Los ídolos de los gentiles son oro y plata,
hechura de manos humanas:
tienen boca y no hablan,
tienen ojos y no ven,
tienen orejas y no oyen,
no hay aliento en sus bocas.
Sean lo mismo los que los hacen,
cuantos confían en ellos.
Casa de Israel, bendice al Señor;
casa de Aarón, bendice al Señor;
casa de Leví, bendice al Señor;
fieles del Señor, bendecid al Señor.
Bendito en Sión el Señor,
que habita en Jerusalén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Casa de Israel, bendice al Señor;
tañed para su nombre, que es amable.
Ant 3. Vendrán todas las naciones y se
postrarán en tu acatamiento, Señor.
Cántico: CANTO DE LOS VENCEDORES Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Vendrán todas las naciones y se
postrarán en tu acatamiento, Señor.
LECTURA BREVE Rm 8, 28-30
Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve
para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio. A los que había
escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el
primogénito de muchos hermanos. A los que predestinó, los llamó; a los que
llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.
RESPONSORIO BREVE
V. El Señor es justo y ama la justicia.
R. El Señor es justo y ama la justicia.
V. Los buenos verán su rostro.
R. El Señor es justo y ama la justicia.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. El Señor es justo y ama la justicia.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Vosotros, los que lo habéis dejado todo y me habéis seguido,
recibiréis cien veces más y heredaréis la vida eterna.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Vosotros, los que lo habéis dejado
todo y me habéis seguido, recibiréis cien veces más y heredaréis la vida
eterna.
PRECES
Pidamos a Dios Padre, fuente de toda santidad, que con la
intercesión y el ejemplo de los santos nos ayude, y digamos:
Haz que seamos santos, porque tú, Señor, eres santo.
Padre santo, que has querido que nos llamemos y seamos hijos tuyos,
haz que la Iglesia santa, extendida por los confines de la tierra, cante tus
grandezas.
Padre santo, que deseas que vivamos de una manera digna, buscando siempre tu
beneplácito,
ayúdanos a dar fruto de buenas obras.
Padre santo, que nos reconciliaste contigo por medio de Cristo,
guárdanos en tu nombre para que todos seamos uno.
Padre santo, que nos convocas al banquete de tu reino,
haz que comiendo el pan que ha bajado del cielo alcancemos la perfección del
amor.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Padre santo, perdona a los pecadores sus delitos
y admite a los difuntos en tu reino para que puedan contemplar tu rostro.
Porque nos llamamos y somos hijos de Dios, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Dios nuestro, fuente y origen de todos los dones celestiales, tú
que uniste en San Luis Gonzaga una admirable pureza de vida con la práctica de
la penitencia, concédenos, por sus méritos e intercesión, que los que no hemos
podido imitarlo en la inocencia de su vida lo imitemos en su espíritu de
penitencia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL VIERNES 21 DE JUNIO 2024
*Lecturas de San Luis Gonzaga,
religioso*
*Viernes 21 Jun 2024*
Primera Lectura
Lectura
del segundo libro de los Reyes (11,1-4.9-18.20):
En
aquellos días, cuando Atalía, madre del rey Ocozías, vio que su hijo había
muerto, empezó a exterminar a toda la familia real. Pero cuando los hijos del
rey estaban siendo asesinados, Josebá, hija del rey Jorán y hermana de Ocozías,
raptó a Joás, hijo de Ocozías, y lo escondió con su nodriza en el dormitorio;
así, se lo ocultó a Atalía y lo libró de la muerte. El niño estuvo escondido
con ella en el templo durante seis años, mientras en el país reinaba Atalía. El
año séptimo, Yehoyadá mandó a buscar a los centuriones de los carios y de la
escolta; los llamó a su presencia, en el templo, se juramentó con ellos y les
presentó al hijo del rey. Los centuriones hicieron lo que les mandó el
sacerdote Yehoyadá; cada uno reunió a sus hombres, los que estaban de servicio
el sábado y los que estaban libres, y se presentaron al sacerdote Yehoyadá. El
sacerdote entregó a los centuriones las lanzas y los escudos del rey David, que
se guardaban en el templo. Los de la escolta empuñaron las armas y se colocaron
entre el altar y el templo, desde el ángulo sur hasta el ángulo norte del
templo, para proteger al rey. Entonces Yehoyadá sacó al hijo del rey, le colocó
la diadema y las insignias, lo ungió rey, y todos aplaudieron, aclamando:
«¡Viva el rey!»
Atalía oyó el clamor de la tropa y se fue hacia la gente, al templo. Pero,
cuando vio al rey en pie sobre el estrado, como es costumbre, y a los oficiales
y la banda cerca del rey, toda la población en fiesta y las trompetas tocando,
se rasgó las vestiduras y gritó: «¡Traición, traición!»
El sacerdote Yehoyadá ordenó a los centuriones que mandaban las fuerzas:
«Sacadla del atrio. Al que la siga lo matáis.» Pues no quería que la matasen en
el templo.
La fueron empujando con las manos y, cuando llegaba a palacio por la puerta de las
caballerizas, allí la mataron. Yehoyadá selló el pacto entre el Señor y el rey
y el pueblo, para que éste fuera el pueblo del Señor. Toda la población se
dirigió luego al templo de Baal; lo destruyeron, derribaron sus altares,
trituraron las imágenes, y a Matán, sacerdote de Baal, lo degollaron ante el
altar. El sacerdote Yehoyadá puso guardias en el templo. Toda la población hizo
fiesta, y la ciudad quedó tranquila. A Atalía la habían matado en el palacio.
Palabra
de Dios
Salmo
Sal
131,11.12.13-14.17-18
R/. El Señor ha elegido a Sión,
ha deseado vivir en ella
El
Señor ha jurado a David
una promesa que no retractará:
«A uno de tu linaje
pondré sobre tu trono.» R/.
«Si tus
hijos guardan mi alianza
y los mandatos que les enseño,
también sus hijos, por siempre,
se sentarán sobre tu trono.» R/.
Porque el
Señor ha elegido a Sión,
ha deseado vivir en ella:
«Ésta es mi mansión por siempre,
aquí viviré porque la deseo.» R/.
«Haré
germinar el vigor de David,
enciendo una lámpara para mi Ungido.
A sus enemigos los vestiré de ignominia,
sobre él brillará mi diadema.» R/.
*Lecturas de San Luis Gonzaga,
religioso*
*Viernes 21 Jun 2024*
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Mateo (6,19-23)*
En aquel
tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No atesoréis tesoros en la tierra, donde
la polilla y la carcoma los roen, donde los ladrones abren boquetes y los
roban. Atesorad tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni carcoma que se los
coman ni ladrones que abran boquetes y roben. Porque donde está tu tesoro allí
está tu corazón. La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, tu
cuerpo entero tendrá luz; si tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a
oscuras. Y si la única luz que tienes está oscura, ¡cuánta será la oscuridad!»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(«Donde
está tu tesoro, allí está tu corazón»).
*El Señor, ha puesto en mi corazón su tesoro y su
tesoro es el amor. Un tesoro lo más normal es que uno lo guarde en un lugar
seguro. Si las personas se enteran que tengo un tesoro escondido, se pueden
acercar a mí con malas intenciones, con intención de robarme y la forma más
segura de guardar el tesoro que el Señor, me ha regalado, es colocándolo entre
las personas, sin que ellas se enteren, así mi tesoro siempre estará seguro.
También tengo que reconocer que el camino a la felicidad, está lleno de
obstáculo, de sacrificio, de persecución, de humillaciones, y sé que no es
fácil. Pero el Señor, sale en mi ayuda, viene en mi defensa y me invita de una
manera muy especial, a que reconozca, que lo más importante y lo que más me
conviene es vivir, en la sinceridad; ser sincero, conmigo mismo y con los
demás, y pedir al Señor, que me dé la capacidad para reconocer en mi vida, cual
es el verdadero tesoro*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.