Musica Para el Alma
jueves, 21 de abril de 2022
JUAN 21,1-14 CICLO C
*Lecturas del Viernes de la Octava de Pascua*
Viernes, 22 de abril de 2022
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Juan (21,1-14)*
En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de
Tiberíades. Y se apareció de esta manera:
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, apodado el Mellizo; Natanael, el de Caná de
Galilea; los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.
Simón Pedro les dice:
«Me voy a pescar».
Ellos contestan:
«Vamos también nosotros contigo».
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya
amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no
sabían que era Jesús.
Jesús les dice:
«Muchachos, ¿tenéis pescado?».
Ellos contestaron:
«No».
Él les dice:
«Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis».
La echaron, y no podían sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo a
quien Jesús amaba le dice a Pedro:
«Es el Señor».
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se
echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque rio
distaban de tierra más que unos doscientos codos, remolcando la red con los
peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan.
Jesús les dice:
«Traed de los peces que acabáis de coger».
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces
grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.
Jesús les dice:
«Vamos, almorzad».
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían
bien que era el Señor.
Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado.
Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos después de
resucitar de entre los muertos.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar». Ellos
contestan: «Vamos también nosotros contigo». Salieron y se embarcaron; y
aquella noche no cogieron nada).
*Estas palabras me dan mucha fuerza, me llenan de
alegría y me ayudan a tener esperanza. Cuando ciento en mi vida, un vacío,
cuando estoy deprimido, triste o abatido, el Señor está pendiente de mí. Él me
deja experimentar, esas angustias, esas dificultades, para que aprenda, que
cuando para mí no hay nada, que todo está agostado, que en mi fuerza me he
pasado la noche sin resolver nada, él es para mí ese nuevo comienzo, ese nuevo
amanecer, y él tiene para mi cosas especiales, solo tengo que entrar en la
oración, en el silencio interior, y él aparecerá, porque él está
resucitado*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a
la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL VIERNES DE LA OCTAVA DE PASCUA
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*VIERNES SEMANA DE LA OCTAVA
DE PASCUA*
LAUDES
(Oración de
la mañana)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
INVITATORIO
Ant. Verdaderamente ha resucitado el Señor.
Aleluya.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid,
aclamemos al Señor,
demos
vítores a la Roca que nos salva;
entremos
a su presencia dándole gracias,
aclamándolo
con cantos.
Porque el
Señor es un Dios grande,
soberano
de todos los dioses:
tiene en
su mano las simas de la tierra,
son suyas
las cumbres de los montes;
suyo es
el mar, porque él lo hizo,
la tierra
firme que modelaron sus manos.
Venid,
postrémonos por tierra,
bendiciendo
al Señor, creador nuestro.
Porque él
es nuestro Dios,
y
nosotros su pueblo,
el rebaño
que él guía.
Ojalá
escuchéis hoy su voz:
«No
endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el
día de Masá en el desierto;
cuando
vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron
de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante
cuarenta años
aquella
generación me repugnó, y dije:
Es un
pueblo de corazón extraviado,
que no
reconoce mi camino;
por eso
he jurado en mi cólera
que no
entrarán en mi descanso»
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: TU CUERPO ES LAZO DE AMORES
Tu cuerpo
es lazo de amores,
de Dios y
el hombre atadura;
amor que
a tu cuerpo acude
como tu
cuerpo perdura.
Tu
cuerpo, surco de penas,
hoy es de
luz y rocío;
que lo
vean los que lloran
con ojos
enrojecidos.
Tu cuerpo
espiritual
es la
Iglesia congregada;
tan
fuerte como tu cruz,
tan bella
como tu Pascua.
Tu cuerpo
sacramental
es de tu
carne y tu sangre,
y la
Iglesia, que es tu Esposa,
se acerca
para abrazarte. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Cristo ha resucitado y con su claridad
ilumina al pueblo rescatado con su sangre. Aleluya.
SALMO 62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh
Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma
está sedienta de ti;
mi carne
tiene ansia de ti,
como
tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te
contemplaba en el santuario
viendo tu
fuerza y tu gloria!
Tu gracia
vale más que la vida,
te
alabarán mis labios.
Toda mi
vida te bendeciré
y alzaré
las manos invocándote.
Me
saciaré de manjares exquisitos,
y mis
labios te alabarán jubilosos.
En el
lecho me acuerdo de ti
y velando
medito en ti,
porque
fuiste mi auxilio,
y a la
sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está
unida a ti,
y tu
diestra me sostiene.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Cristo ha resucitado y con su claridad ilumina al pueblo rescatado con su sangre.
Aleluya.
Ant 2. Ha
resucitado del sepulcro nuestro Redentor; cantemos un himno al Señor, nuestro
Dios. Aleluya.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn
3, 57-88. 56
Creaturas
todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo
con himnos por los siglos.
Ángeles
del Señor, bendecid al Señor;
cielos,
bendecid al Señor.
Aguas del
espacio, bendecid al Señor;
ejércitos
del Señor, bendecid al Señor.
Sol y
luna, bendecid al Señor;
astros
del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y
rocío, bendecid al Señor;
vientos
todos, bendecid al Señor.
Fuego y
calor, bendecid al Señor;
fríos y
heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y
nevadas, bendecid al Señor;
témpanos
y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas
y nieves, bendecid al Señor;
noche y
día, bendecid al Señor.
Luz y
tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y
nubes, bendecid al Señor.
Bendiga
la tierra al Señor,
ensálcelo
con himnos por los siglos.
Montes y
cumbres, bendecid al Señor;
cuanto
germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales,
bendecid al Señor;
mares y
ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos
y peces, bendecid al Señor;
aves del
cielo, bendecid al Señor.
Fieras y
ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo
con himnos por los siglos.
Hijos de
los hombres, bendecid al Señor;
bendiga
Israel al Señor.
Sacerdotes
del Señor, bendecid al Señor;
siervos
del Señor, bendecid al Señor.
Almas y
espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y
humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías,
Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo
con himnos por los siglos.
Bendigamos
al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo
con himnos por los siglos.
Bendito
el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y
glorioso y ensalzado por los siglos.
No se
dice Gloria al Padre.
Ant. Ha
resucitado del sepulcro nuestro Redentor; cantemos un himno al Señor, nuestro
Dios. Aleluya.
Ant 3.
Aleluya. Ha resucitado el Señor, tal como os lo había anunciado. Aleluya.
Salmo 149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al
Señor un cántico nuevo,
resuene
su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se
alegre Israel por su Creador,
los hijos
de Sión por su Rey.
Alabad su
nombre con danzas,
cantadle
con tambores y cítaras;
porque el
Señor ama a su pueblo
y adorna
con la victoria a los humildes.
Que los
fieles festejen su gloria
y canten
jubilosos en filas:
con
vítores a Dios en la boca
y espadas
de dos filos en las manos:
para
tomar venganza de los pueblos
y aplicar
el castigo a las naciones,
sujetando
a los reyes con argollas,
a los
nobles con esposas de hierro.
Ejecutar
la sentencia dictada
es un
honor para todos sus fieles.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Aleluya. Ha resucitado el Señor, tal como os lo había anunciado. Aleluya.
LECTURA BREVE Hch 5, 30-32
El Dios
de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole de
un madero. La diestra de Dios lo exaltó haciéndolo jefe y salvador, para
otorgar a Israel la conversión, el perdón de los pecados. Testigos de esto
somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.
RESPONSORIO BREVE
En lugar
del responsorio breve se dice la siguiente antífona:
Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo.
Aleluya.
PRIMERA LECTURA
De los Hechos de los
apóstoles 3, 12 -- 4, 4
DISCURSO DE PEDRO SOBRE LA
GLORIFICACIÓN DE JESÚS, HIJO DE DIOS
En aquellos días, Pedro dirigió al pueblo este discurso:
«Hombres de Israel, ¿a qué sorprenderos por lo ocurrido? ¿A qué
viene el mirarnos tanto, como si el haber hecho andar a este hombre hubiese
sido por nuestro poder o por nuestra virtud? El Dios de Abraham, de Isaac y de
Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a Jesús, su siervo, a quien
vosotros entregasteis a la muerte y reprobasteis en el tribunal de Pilato,
después que éste había decidido dejarlo en libertad. Vosotros rechazasteis al
santo y al justo y, en cambio, pedisteis que se os dejara en libertad a un
asesino. Disteis muerte al autor de la vida, pero Dios lo ha resucitado de
entre los muertos; nosotros somos testigos de ello. Y a este hombre, que
vosotros veis y conocéis, él le ha dado energía y vitalidad, por haber tenido
fe; es, pues, la fe, que de él viene, la que lo ha restablecido totalmente ante
vuestros mismos ojos.
Ahora bien, hermanos, ya sé que habéis obrado con ignorancia, lo
mismo que vuestros jefes. Pero, de este modo, Dios ha dado cumplimiento a lo
que ya antes había anunciado por boca de todos los profetas: la pasión de su
Mesías. Por lo tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren vuestros
pecados; así llegarán de parte del Señor los tiempos de la consolación
mesiánica, y él os enviará a Jesús, a quien predestinó y constituyó Mesías para
vuestra salud. Él debe quedar en el cielo hasta los tiempos de la restauración
de todas las cosas, de la que Dios habló, ya desde muy antiguo, por boca de sus
santos profetas. Y así, por una parte, dijo Moisés: "El Señor, vuestro
Dios, suscitará de entre vuestros hermanos un profeta, como me suscitó a mí;
daréis oídos a cuanto os dijere. Todo aquel que no escuchare a este profeta
será exterminado del pueblo." Por otra parte, los demás profetas a partir
de Samuel, todos cuantos profetizaron, dieron también uno tras otro el anuncio
de estos días.
Vosotros sois hijos de los profetas y de la alianza que estableció
Dios con vuestros padres, cuando dijo a Abraham: "En tu descendencia serán
bendecidas todas las naciones de la tierra." Para vosotros en primer
lugar, para vuestra salud, suscitó Dios a su siervo y os lo envió para que os
colmara de bendiciones, a la vez que os apartara a todos de vuestras maldades.»
Mientras hablaban ellos al pueblo, se presentaron los sacerdotes,
el prefecto del templo y los saduceos. Todos éstos llevaron muy a mal el que
estuvieran enseñando al pueblo y anunciando que la resurrección de los muertos
se había verificado en Jesús. Los apresaron y los metieron en la cárcel hasta
la mañana siguiente, porque era ya tarde. Muchos de los que habían escuchado el
discurso abrazaron la fe; su número llegó a unos cinco mil hombres.
RESPONSORIO
Hch 3, 18-19; Is 53, 12b
R. Dios ha dado cumplimiento a lo que ya antes había anunciado por
boca de todos los profetas: la pasión de su Mesías. * Por lo tanto, arrepentíos
y convertíos, para que se borren vuestros pecados. Aleluya.
V. Él tomó sobre sí el pecado de las multitudes e intercedió por
los pecadores.
R. Por lo tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren
vuestros pecados. Aleluya.
SEGUNDA LECTURA
De las Catequesis de
Jerusalén
(Catequesis 21 [Mistagógica
3], 1-3: PG 33. 1087-1091)
LA UNCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO
Bautizados en Cristo y habiéndoos revestido de Cristo, habéis
adquirido una condición semejante a la del Hijo de Dios. Pues Dios, que nos
predestinó a la adopción de hijos suyos, nos hizo conformes al cuerpo glorioso
de Cristo. Por esto, hechos partícipes de Cristo (que significa Ungido), no sin
razón sois llamados ungidos; y es refiriéndose a vosotros que dijo el Señor: No
toquéis a mis ungidos.
Fuisteis hechos cristos (o ungidos) cuando recibisteis el signo
del Espíritu Santo; todo se realizó en vosotros en imagen, ya que sois imagen
de Cristo. Él, en efecto, al ser bautizado en el río Jordán, salió del agua,
después de haberle comunicado a ella el efluvio fragante de su divinidad, y
entonces bajó sobre él el Espíritu Santo en persona, y se posó sobre él como
sobre su semejante.
De manera similar vosotros, después que subisteis de la piscina
bautismal, recibisteis el crisma, símbolo del Espíritu Santo con que fue ungido
Cristo. Respecto a lo cual, Isaías, en una profecía relativa a sí mismo, pero
en cuanto que representaba al Señor, dice: El Espíritu del Señor está sobre mi,
porque el Señor me ha ungido; me ha enviado para dar la buena noticia a los
pobres.
Cristo no fue ungido por los hombres con aceite o ungüento
material, sino que el Padre, al señalarlo como salvador de todo el mundo, lo
ungió con el Espíritu Santo. Como dice Pedro: Dios ungió a Jesús de Nazaret con
poder del Espíritu Santo; y en los salmos de David hallamos estas palabras: Tu
trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre; cetro de rectitud es tu cetro real;
has amado la justicia y odiado la impiedad: por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido
con aceite de júbilo entre todos tus compañeros.
El Señor fue ungido con un aceite de júbilo espiritual, esto es,
con el Espíritu Santo, el cual es llamado aceite de júbilo porque es el autor
del júbilo espiritual; pero vosotros, al ser ungidos materialmente, habéis sido
hechos partícipes de la naturaleza de Cristo.
Por lo demás, no pienses que es éste un ungüento común y
corriente. Pues, del mismo modo que el pan eucarístico, después de la
invocación del Espíritu Santo, no es pan corriente, sino el cuerpo de Cristo,
así también este santo ungüento, después de la invocación, ya no es un ungüento
simple o común, sino el don de Cristo y del Espíritu Santo, ya que realiza, por
la presencia de la divinidad, aquello que significa. Tu frente y los sentidos
de tu cuerpo son ungidos simbólicamente y, por esta unción visible de tu
cuerpo, el alma es santificada por el Espíritu Santo, dador de vida.
RESPONSORIO
Ef 1, 13b-14; 2Co 1, 21b-22
R. Al abrazar la fe, habéis sido sellados con el sello del Espíritu
Santo prometido, prenda de nuestra herencia, * para la redención del pueblo que
Dios adquirió para sí. Aleluya.
V. Dios nos ha ungido, él nos ha sellado, y ha puesto en nuestros
corazones, como prenda suya, el Espíritu.
R. Para la redención del pueblo que Dios adquirió para sí.
Aleluya.
Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Juan (21,1-14):
EN aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de
Tiberíades. Y se apareció de esta manera:
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, apodado el Mellizo; Natanael, el de Caná de
Galilea; los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.
Simón Pedro les dice:
«Me voy a pescar».
Ellos contestan:
«Vamos también nosotros contigo».
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya
amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no
sabían que era Jesús.
Jesús les dice:
«Muchachos, ¿tenéis pescado?».
Ellos contestaron:
«No».
Él les dice:
«Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis».
La echaron, y no podían sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo a
quien Jesús amaba le dice a Pedro:
«Es el Señor».
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se
echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque rio
distaban de tierra más que unos doscientos codos, remolcando la red con los
peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan.
Jesús les dice:
«Traed de los peces que acabáis de coger».
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces
grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.
Jesús les dice:
«Vamos, almorzad».
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían
bien que era el Señor.
Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado.
Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos después de
resucitar de entre los muertos.
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Ésta fue la tercera vez que se apareció
Jesús a los discípulos después de su resurrección de entre los muertos.
Aleluya.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU
PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito
sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha
visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos
una fuerza de salvación
en la
casa de David, su siervo,
según lo
había predicho desde antiguo
por boca
de sus santos profetas:
Es la
salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la
mano de todos los que nos odian;
ha
realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando
su santa alianza
y el
juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para
concedernos que, libres de temor,
arrancados
de la mano de los enemigos,
le
sirvamos con santidad y justicia,
en su
presencia, todos nuestros días.
Y a ti,
niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque
irás delante del Señor
a
preparar sus caminos,
anunciando
a su pueblo la salvación,
el perdón
de sus pecados.
Por la
entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos
visitará el sol que nace de lo alto,
para
iluminar a los que viven en tiniebla
y en
sombra de muerte,
para
guiar nuestros pasos
por el
camino de la paz.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ésta
fue la tercera vez que se apareció Jesús a los discípulos después de su
resurrección de entre los muertos. Aleluya.
PRECES
Dirijamos
nuestra oración a Dios Padre, que por la resurrección de Jesucristo nos ha dado
vida nueva, y digámosle:
Ilumínanos, Señor, con la claridad de
Jesucristo.
Señor,
Padre clementísimo, tú que nos has revelado tu plan de salvación, proyectado
desde antes de la creación del mundo y eres fiel en todas tus promesas,
escucha
con amor nuestras plegarias.
Purifícanos
con tu verdad y encamina nuestros pasos por las sendas de la santidad,
para que
hagamos siempre el bien según tu agrado.
Haz
resplandecer tu rostro sobre nosotros,
para que,
libres de todo mal, nos saciemos con los bienes de tu casa.
Tú que
por Cristo nos reconciliaste contigo,
danos la
paz a nosotros y a todos los hombres del mundo.
Se pueden
añadir algunas intenciones libres
Porque
deseamos que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que
su reino llegue a nosotros:
Padre nuestro...
ORACION
Dios
todopoderoso y eterno, que por el misterio pascual restableciste tu alianza con
los hombres, concédenos realizar en nuestra vida lo que en estas fiestas
proclama nuestra fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
HORA TERCIA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por
los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: AL SEÑOR CONFESAMOS, ¡ALELUYA!
Al Señor
confesamos, ¡aleluya!
En la
hora de tercia a la mañana
se
llenaron los suyos de esperanza,
y lejos
de la noche y de la duda
salieron
con la llama y la palabra.
Al Señor
adoramos, ¡aleluya!
Han
marcado sus pies nuestros caminos,
marcó su
nombre el nombre de los siglos,
y en la
tierra su voz cual voz ninguna
convoca
seguidores y testigos.
Al Señor
esperamos, ¡aleluya!
Y ahora
celebramos al Viviente,
a Jesús
victorioso de la muerte;
acéptanos,
oh Cristo, cual liturgia
de gloria
que ganaste y a ti vuelve. Amén.
SALMODIA
Ant 1.
Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere. Aleluya.
Salmo 119
- DESEO DE LA PAZ
En mi
aflicción llamé al Señor,
y él me
respondió.
Líbrame,
Señor, de los labios mentirosos,
de la
lengua traidora.
¿Qué te
va a dar o a mandar Dios,
lengua
traidora?
Flechas
de arquero, afiladas
con
ascuas de retama.
¡Ay de
mí, desterrado en Masac,
acampado
en Cadar!
Demasiado
llevo viviendo
con los
que odian la paz;
cuando yo
digo: «Paz»,
ellos
dicen: «Guerra».
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 120
- EL GUARDIÁN DEL PUEBLO.
Levanto
mis ojos a los montes:
¿de dónde
me vendrá el auxilio?
El
auxilio me viene del Señor,
que hizo
el cielo y la tierra.
No
permitirá que resbale tu pie,
tu
guardián no duerme;
no duerme
ni reposa
el
guardián de Israel.
El Señor
te guarda a su sombra,
está a tu
derecha;
de día el
sol no te hará daño,
ni la
luna de noche.
El Señor
te guarda de todo mal,
él guarda
tu alma;
el Señor
guarda tus entradas y salidas,
ahora y
por siempre.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 121
LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN
¡Qué
alegría cuando me dijeron:
«Vamos a
la casa del Señor»!
Ya están
pisando nuestros pies
tus
umbrales, Jerusalén.
Jerusalén
está fundada
como
ciudad bien compacta.
Allá
suben las tribus,
las
tribus del Señor,
según la
costumbre de Israel,
a
celebrar el nombre del Señor;
en ella
están los tribunales de justicia
en el
palacio de David.
Desead la
paz a Jerusalén:
«Vivan
seguros los que te aman,
haya paz
dentro de tus muros,
seguridad
en tus palacios.»
Por mis
hermanos y compañeros,
voy a
decir: «La paz contigo.»
Por la
casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo
todo bien.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere. Aleluya.
LECTURA
BREVE Hch 2, 32. 36
Dios ha
resucitado a Jesús; testigos somos todos nosotros. Así, pues, que todo el
pueblo de Israel lo sepa con absoluta certeza: Dios ha constituido Señor y
Mesías a este mismo Jesús, a quien vosotros habéis crucificado.
V. Éste
es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R. Sea él
nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
ORACIÓN
OREMOS,
Dios
todopoderoso y eterno, que por el misterio pascual restableciste tu alianza con
los hombres, concédenos realizar en nuestra vida lo que en estas fiestas
proclama nuestra fe. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos al Señor.
R. Demos
gracias a Dios.
HORA SEXTA
INVOCACIÓN
INICIAL
V. Dios
mío, ven en mi auxilio
R. Señor,
date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno:
VERBO DE DIOS, EL SOL DE MEDIODÍA
Verbo de
Dios, el sol de mediodía,
amable
mensajero de tu rostro,
fecunda
nuestra tierra y la hermosea
como
fuente de luz, de vida y gozo.
Más
hermoso tu cuerpo, que es pleroma
del
infinito amor jamás gastado;
y de ese
mar sin fondo ni ribera
la
Iglesia es tu pleroma continuado.
Verbo de
Dios, que reinas sin fatiga,
que
emerges victorioso del trabajo,
reina
dichoso tú que nos esperas
mientras
nosotros vamos caminando. Amén.
SALMODIA
Ant 1.
Fue entregado a la muerte por nuestros pecados, y resucitado para nuestra
justificación. Aleluya.
Salmo 122
- EL SEÑOR, ESPERANZA DEL PUEBLO
A ti
levanto mis ojos,
a ti que
habitas en el cielo.
Como
están los ojos de los esclavos
fijos en
las manos de sus señores,
como
están los ojos de la esclava
fijos en
las manos de su señora,
así están
nuestros ojos
en el
Señor, Dios nuestro,
esperando
su misericordia.
Misericordia,
Señor, misericordia,
que
estamos saciados de desprecios;
nuestra
alma está saciada
del
sarcasmo de los satisfechos,
del
desprecio de los orgullosos.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 123
- NUESTRO AUXILIO ES EL NOMBRE DEL SEÑOR
Si el
Señor no hubiera estado de nuestra parte
-que lo diga
Israel-,
si el
Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando
nos asaltaban los hombres,
nos
habrían tragado vivos:
tanto
ardía su ira contra nosotros.
Nos
habrían arrollado las aguas,
llegándonos
el torrente hasta el cuello;
nos
habrían llegado hasta el cuello
las aguas
espumantes.
Bendito
el Señor, que no nos entregó
como
presa a sus dientes;
hemos
salvado la vida como un pájaro
de la
trampa del cazador:
la trampa
se rompió y escapamos.
Nuestro
auxilio es el nombre del Señor,
que hizo
el cielo y la tierra.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 124
- EL SEÑOR VELA POR SU PUEBLO.
Los que
confían en el Señor son como el monte Sión:
no
tiembla, está asentado para siempre.
Jerusalén
está rodeada de montañas,
y el
Señor rodea a su pueblo
ahora y
por siempre.
No pesará
el cetro de los malvados
sobre el
lote de los justos,
no sea
que los justos extiendan
su mano a
la maldad.
Señor,
concede bienes a los buenos,
a los
sinceros de corazón;
y a los
que se desvían por sendas tortuosas,
que los
rechace el Señor con los malhechores.
¡Paz a
Israel!
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Fue
entregado a la muerte por nuestros pecados, y resucitado para nuestra
justificación. Aleluya.
LECTURA
BREVE Ga 3, 27-28
Todos los
que habéis sido bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo. Ya no hay
distinción entre judío y gentil, ni entre libre y esclavo, ni entre hombre y
mujer: todos sois uno en Cristo Jesús.
V. Éste
es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R. Sea él
nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
ORACIÓN
OREMOS,
Dios todopoderoso
y eterno, que por el misterio pascual restableciste tu alianza con los hombres,
concédenos realizar en nuestra vida lo que en estas fiestas proclama nuestra
fe. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias
a Dios.
HORA NONA
INVOCACIÓN
INICIAL
V. Dios
mío, ven en mi auxilio
R. Señor,
date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno:
REINA EL SEÑOR ALLÍ DONDE NINGUNO
Reina el
Señor allí donde ninguno
ciñe
corona que haya dado el mundo;
reina el
Señor allí donde la vida
sin
lágrimas es río de delicias.
Reina el
Señor, el compasivo siervo,
que en
sus hombros cargó nuestro madero;
vive el
muerto en la cruz, el sepultado
y con
hierro sellado y custodiado.
Cruzó el
oscuro valle de la muerte
hasta
bajar a tumba de rebeldes;
fingía
que era suya nuestra pena,
y en
silencio escuchó nuestra sentencia.
Pero
reina el Señor, la tierra goza,
y ya se
escuchan los cánticos de boda.
¡Gloria
al Señor Jesús resucitado,
nuestra
esperanza y triunfo deseado! Amén.
SALMODIA
Ant 1. Si
habéis sido resucitados con Cristo, buscad las cosas de arriba. Aleluya.
Salmo
118, 25-32
Mi alma está
pegada al polvo:
reanímame
con tus palabras;
te
expliqué mi camino, y me escuchaste:
enséñame
tus leyes;
instrúyeme
en el camino de tus decretos,
y
meditaré tus maravillas.
Mi alma
llora de tristeza,
consuélame
con tus promesas;
apártame
del camino falso,
y dame la
gracia de tu voluntad;
escogí el
camino verdadero,
deseé tus
mandamientos.
Me apegué
a tus preceptos,
Señor, no
me defraudes;
correré
por el camino de tus mandatos
cuando me
ensanches el corazón.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 75
I- ACCIÓN DE GRACIAS POR LA VICTORIA
Dios se
manifiesta en Judá,
su fama
es grande en Israel;
su
tabernáculo está en Jerusalén,
su morada
en Sión:
allí
quebró los relámpagos del arco,
el
escudo, la espada y la guerra.
Tú eres
deslumbrante, magnífico,
con
montones de botín conquistados.
Los
valientes duermen su sueño,
y a los
guerreros no les responden sus brazos.
Con un
bramido, ¡oh Dios de Jacob!,
inmovilizaste
carros y caballos.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 75
- II
Tú eres
terrible: ¿quién resiste frente a ti
al ímpetu
de tu ira?
Desde el
cielo proclamas la sentencia:
la tierra
teme sobrecogida,
cuando
Dios se pone en pie para juzgar,
para
salvar a los humildes de la tierra.
La cólera
humana tendrá que alabarte,
los que
sobrevivan al castigo te rodearán.
Haced
votos al Señor y cumplidlos,
y traigan
los vasallos tributo al Temible:
él deja
sin aliento a los príncipes,
y es
temible para los reyes del orbe.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Si
habéis sido resucitados con Cristo, buscad las cosas de arriba. Aleluya.
LECTURA
BREVE 1Co 5, 7-8
Tirad
fuera la levadura vieja para que seáis una masa nueva, ya que ahora sois panes
ázimos, pues Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado. Así, pues,
celebremos nuestra fiesta no con la vieja levadura ni con levadura de malicia y
perversidad, sino con los panes ázimos de pureza y verdad.
V. Éste
es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R. Sea él
nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
ORACIÓN
OREMOS,
Dios
todopoderoso y eterno, que por el misterio pascual restableciste tu alianza con
los hombres, concédenos realizar en nuestra vida lo que en estas fiestas
proclama nuestra fe. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos al Señor.
R. Demos
gracias a Dios.
VÍSPERAS
(Oración de
la tarde)
INVOCACIÓN
INICIAL
V. Dios
mío, ven en mi auxilio
R. Señor,
date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: TU
CUERPO ES PRECIOSA LÁMPARA
Tu cuerpo
es preciosa lámpara,
llagado y
resucitado,
tu rostro
es la luz del mundo,
nuestra
casa, tu costado.
Tu cuerpo
es ramo de abril
y blanca
flor del espino,
y el
fruto que nadie sabe
tras la
flor eres tú mismo.
Tu cuerpo
es salud sin fin,
joven,
sin daño de días;
para el
que busca vivir
es la
raíz de la vida. Amén.
SALMODIA
Ant 1.
María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Aleluya.
Salmo
109, 1-5. 7 - EL MESÍAS, REY Y SACERDOTE.
Oráculo
del Señor a mi Señor:
«Siéntate
a mi derecha,
y haré de
tus enemigos
estrado
de tus pies.»
Desde
Sión extenderá el Señor
el poder
de tu cetro:
somete en
la batalla a tus enemigos.
«Eres
príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre
esplendores sagrados;
yo mismo
te engendré, como rocío,
antes de
la aurora.»
El Señor
lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres
sacerdote eterno
según el
rito de Melquisedec.»
El Señor
a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará
a los reyes.
En su
camino beberá del torrente,
por eso
levantará la cabeza.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. María
Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Aleluya.
Ant 2.
Venid y ved el lugar donde habían puesto al Señor. Aleluya.
Salmo 113
A - ISRAEL LIBRADO DE EGIPTO; LAS MARAVILLAS DEL ÉXODO.
Cuando
Israel salió de Egipto,
los hijos
de Jacob de un pueblo balbuciente,
Judá fue
su santuario,
Israel
fue su dominio.
El mar,
al verlos, huyó,
el Jordán
se echó atrás;
los
montes saltaron como carneros;
las
colinas, como corderos.
¿Qué te
pasa, mar, que huyes,
y a ti,
Jordán, que te echas atrás?
¿Y a
vosotros, montes, que saltáis como carneros;
colinas,
que saltáis como corderos?
En
presencia del Señor se estremece la tierra,
en
presencia del Dios de Jacob;
que
transforma las peñas en estanques,
el
pedernal en manantiales de agua.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Venid y ved el lugar donde habían puesto al Señor. Aleluya.
Ant 3.
Dijo Jesús: «No temáis. Id a decir a mis hermanos que vayan a Galilea, que allí
me verán.» Aleluya.
Cántico:
LAS BODAS DEL CORDERO - Cf. Ap 19,1-2, 5-7
El
cántico siguiente se dice con todos los Aleluya intercalados cuando el oficio
es cantado. Cuando el Oficio se dice sin canto es suficiente decir el Aleluya
sólo al principio y al final de cada estrofa.
Aleluya.
La
salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios
(R.
Aleluya)
porque
sus juicios son verdaderos y justos.
R.
Aleluya, (aleluya).
Aleluya.
Alabad al
Señor sus siervos todos.
(R.
Aleluya)
Los que
le teméis, pequeños y grandes.
R.
Aleluya, (aleluya).
Aleluya.
Porque
reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo.
(R.
Aleluya)
Alegrémonos
y gocemos y démosle gracias.
R.
Aleluya, (aleluya).
Aleluya.
Llegó la
boda del cordero.
(R.
Aleluya)
Su esposa
se ha embellecido.
R.
Aleluya, (aleluya).
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dijo
Jesús: «No temáis. Id a decir a mis hermanos que vayan a Galilea, que allí me
verán.» Aleluya.
LECTURA
BREVE Hb 5, 8-10
Cristo,
aunque era Hijo, aprendió por experiencia, en sus padecimientos, la obediencia,
y, habiendo así llegado hasta la plena consumación, se convirtió en causa de
salvación para todos los que lo obedecen, proclamado por Dios sumo sacerdote
«según el rito de Melquisedec».
RESPONSORIO
BREVE
En lugar
del responsorio breve se dice la siguiente antífona:
Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo.
Aleluya.
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. El
discípulo predilecto de Jesús dijo: «¡Es el Señor!» Aleluya.
Cántico
de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama
mi alma la grandeza del Señor,
se alegra
mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha
mirado la humillación de su esclava.
Desde
ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el
Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre
es santo,
y su
misericordia llega a sus fieles
de
generación en generación.
El hace
proezas con su brazo:
dispersa
a los soberbios de corazón,
derriba
del trono a los poderosos
y
enaltece a los humildes,
a los
hambrientos los colma de bienes
y a los
ricos los despide vacíos.
Auxilia a
Israel, su siervo,
acordándose
de su misericordia
-como lo
había prometido a nuestros padres-
en favor
de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El
discípulo predilecto de Jesús dijo: «¡Es el Señor!» Aleluya.
PRECES
Invoquemos
a Cristo, camino, verdad y vida, y digámosle:
Hijo de
Dios vivo, bendice a tu pueblo.
Te
rogamos, Señor, por los ministros de tu Iglesia: que, al distribuir entre sus
hermanos el pan de vida,
encuentren
también ellos en el pan que distribuyen su alimento y fortaleza.
Te
pedimos por todo el pueblo cristiano: que viva, Señor, como pide la vocación a
que ha sido convocado
y se
esfuerce por mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.
Te
pedimos por los que rigen los destinos de las naciones: que cumplan su misión
con espíritu de justicia y con amor,
para que
haya paz y concordia entre los pueblos.
Se pueden
añadir algunas intenciones libres
Señor,
que podamos celebrar tu santa resurrección con tus ángeles y tus santos,
y que
nuestros hermanos difuntos, a quienes encomendamos a tu bondad, se alegren
también en tu reino.
Terminemos
nuestra oración con las palabras del Señor:
Padre
nuestro...
ORACION
Dios
todopoderoso y eterno, que por el misterio pascual restableciste tu alianza con
los hombres, concédenos realizar en nuestra vida lo que en estas fiestas
proclama nuestra fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
COMPLETAS
(Oración
antes del descanso nocturno)
INVOCACIÓN
INICIAL
V. Dios
mío, ven en mi auxilio
R. Señor,
date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
EXAMEN DE
CONCIENCIA
Hermanos,
habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos
sinceramente nuestros pecados.
Yo
confieso ante Dios todopoderoso
y ante
vosotros, hermanos,
que he
pecado mucho
de
pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi
culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso
ruego a santa María, siempre Virgen,
a los
ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que
intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. El
Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y
nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Himno: EL
CORAZÓN SE DILATA
El
corazón se dilata
sin noche
en tu santo cuerpo,
oh morada
iluminada,
mansión
de todo consuelo.
Por tu
muerte sin pecado,
por tu
descanso y tu premio,
en ti,
Jesús, confiamos,
y te
miramos sin miedo.
Como
vigilia de amor
te
ofrecemos nuestro sueño;
tú que
eres el paraíso,
danos un
puesto en tu reino. Amén.
SALMODIA
Ant 1.
Aleluya, aleluya, aleluya.
Salmo 4 -
ACCIÓN DE GRACIAS.
Escúchame
cuando te invoco, Dios, defensor mío;
tú que en
el aprieto me diste anchura,
ten piedad
de mí y escucha mi oración.
Y
vosotros, ¿hasta cuándo ultrajaréis mi honor,
amaréis
la falsedad y buscaréis el engaño?
Sabedlo:
el Señor hizo milagros en mi favor,
y el
Señor me escuchará cuando lo invoque.
Temblad y
no pequéis, reflexionad
en el
silencio de vuestro lecho;
ofreced
sacrificios legítimos
y confiad
en el Señor.
Hay
muchos que dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha,
si la luz
de tu rostro ha huido de nosotros?»
Pero tú,
Señor, has puesto en mi corazón más alegría
que si
abundara en trigo y en vino.
En paz me
acuesto y en seguida me duermo,
porque tú
sólo, Señor, me haces vivir tranquilo.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 133
- ORACIÓN VESPERTINA EN EL TEMPLO
Y ahora
bendecid al Señor,
los
siervos del Señor,
los que
pasáis la noche
en la
casa del Señor:
Levantad
las manos hacia el santuario,
y
bendecid al Señor.
El Señor
te bendiga desde Sión:
el que
hizo cielo y tierra.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Aleluya, aleluya, aleluya.
LECTURA
BREVE Dt 6,4-7
Escucha
Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con
todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy
te digo quedarán en tu memoria; se las repetirás a tus hijos y hablarás de
ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado.
RESPONSORIO
BREVE
En lugar
del responsorio breve se dice la siguiente antífona:
Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo.
Aleluya.
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant.
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con
Cristo y descansemos en paz. Aleluya.
CÁNTICO
DE SIMEÓN Lc 2, 29-32
Ahora,
Señor, según tu promesa,
puedes
dejar a tu siervo irse en paz,
porque
mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien
has presentado ante todos los pueblos
luz para
alumbrar a las naciones
y gloria
de tu pueblo Israel.
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era
en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con
Cristo y descansemos en paz. Aleluya.
ORACION
OREMOS,
Guárdanos,
Señor, durante esta noche y haz que mañana, ya al clarear el nuevo día, nos
llene de gozo la celebración de la resurrección de tu Hijo. Que vive y reina
por los siglos de los siglos.
Amén.
BENDICIÓN
V. El
Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. Amén.
ANTIFONA
FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN
Reina del
cielo, alégrate, aleluya,
porque
Cristo,
a quien
llevaste en tu seno, aleluya,
ha
resucitado, según su palabra, aleluya.
Ruega al
Señor por nosotros, aleluya.