Musica Para el Alma

domingo, 28 de agosto de 2022

GOTAS DE MISERICORDIA


 

MARCOS 6,17-29 CICLO C

*Lecturas del Martirio de San Juan Bautista*

Lunes, 29 de agosto de 2022

Evangelio

*Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,17-29)*

En aquel tiempo, Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados.
El rey le dijo a la joven: «Pídeme lo que quieras, que te lo doy.»
Y le juró: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.»
Ella salió a preguntarle a su madre: «¿Qué le pido?»
La madre le contestó: «La cabeza de Juan, el Bautista.»
Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: «Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista.»
El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.

Palabra del Señor

 

*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*

 

(El rey se llenó de tristeza, pero no quiso desairarla a causa del juramento y de los comensales)

*Colocarme en el lugar de Herodes me hace reconocer que también tengo amigos, que no quiero de ninguna manera quedar mal, y menos si he dicho o he prometido que voy hacer algo. Estos amigos que para mí son sagrado, lo respecto más que al Señor, reconocer que me equivoqué y arrepentirme, en ocasiones se me hace muy difícil, inclinar la cabeza y decir tú tenías razón, es duro, me cuesta mucho aceptar y reconocer mis errores. El Señor que me conoce está empeñado en ayudarme por su amor, por su misericordia. Es por eso que me deja que se me presenten acontecimiento para poderme ayudar, para que pueda ver mis errores y debilidades, y tenga el valor y la fuerza de arrepentirme y de pedir perdón cada vez que me equivoco, mis debilidades se fortalecen si me dejo abrasar por el amor del Señor*.

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.

 

LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL LUNES 29


 

*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*

 

Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro Señor. Amén

 

 

 

TIEMPO ORDINARIO
LUNES DE LA SEMANA XXII
De la memoria.

29 de agosto

*EL MARTIRIO DE SAN JUAN BAUTISTA. (MEMORIA)*.

 

 

 

LAUDES
(Oración de la mañana)

INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)


V. 
Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

Ant. Venid, adoremos al Cordero de Dios a quien Juan precedió en el martirio.

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Venid, adoremos al Cordero de Dios a quien Juan precedió en el martirio.

Himno: VARÓN FELIZ DE MÉRITOS EXCELSOS

Varón feliz de méritos excelsos,
que mantienes sin mancha tu pureza,
santo eremita, mártir esforzado,
magno profeta.

Hoy, cuando triunfas valeroso, arranca
de nuestro pecho el corazón de piedra,
el camino torcido guía, allana
las asperezas.

Porque, al venir el Redentor piadoso
y libres ya las mentes de torpeza,
se digne colocar sus plantas límpidas
sobre la tierra.

La corte celestial con alabanzas
a ti, Dios trino y uno, te celebra,
mientras los redimidos imploramos
hoy tu clemencia. Amén.

SALMODIA

Ant 1. 
¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?

Salmo 41 - DESEO DEL SEÑOR Y ANSIAS DE CONTEMPLAR EL TEMPLO

Como busca la cierva
corrientes de agua,
así mi alma te busca
a ti, Dios mío;

tiene sed de Dios,
del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver
el rostro de Dios?

Las lágrimas son mi pan
noche y día,
mientras todo el día me repiten:
«¿Dónde está tu Dios?»

Recuerdo otros tiempos,
y mi alma desfallece de tristeza:
cómo marchaba a la cabeza del grupo,
hacia la casa de Dios,
entre cantos de júbilo y alabanza,
en el bullicio de la fiesta.

¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.»

Cuando mi alma se acongoja,
te recuerdo,
desde el Jordán y el Hermón
y el Monte Menor.

Una sima grita a otra sima
con voz de cascadas:
tus torrentes y tus olas
me han arrollado.

De día el Señor
me hará misericordia,
de noche cantaré la alabanza
del Dios de mi vida.

Diré a Dios: Roca mía,
¿por qué me olvidas?
¿Por qué voy andando sombrío,
hostigado por mi enemigo?

Se me rompen los huesos
por las burlas del adversario;
todo el día me preguntan:
«¿Dónde está tu Dios?»

¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?

Ant 2. Muéstranos, Señor, tu gloria y tu compasión.

Cántico: SÚPLICA EN FAVOR DE LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN Sir. 36, 1-7. 13-16

Sálvanos, Dios del universo,
infunde tu terror a todas las naciones;
amenaza con tu mano al pueblo extranjero,
para que sienta tu poder.

Como les mostraste tu santidad al castigarnos,
muéstranos así tu gloria castigándolos a ellos:
para que sepan, como nosotros lo sabemos,
que no hay Dios fuera de ti.

Renueva los prodigios, repite los portentos,
exalta tu mano, robustece tu brazo.

Reúne a todas las tribus de Jacob
y dales su heredad como antiguamente.

Ten compasión del pueblo que lleva tu nombre,
de Israel, a quien nombraste tu primogénito.
Ten compasión de tu ciudad santa,
de Jerusalén, lugar de tu reposo.

Llena a Sión de tu majestad
y al templo de tu gloria.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Muéstranos, Señor, tu gloria y tu compasión.

Ant 3. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.

SALMO 18 A - ALABANZA AL DIOS CREADOR DEL UNIVERSO.

El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo murmura.

Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje.

Allí le ha puesto su tienda al sol:
él sale como el esposo de su alcoba,
contento como un héroe, a recorrer su camino.

Asoma por un extremo del cielo,
y su órbita llega al otro extremo:
nada se libra de su calor.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.

LECTURA BREVE   Is 49, 1b-2

El Señor me llamó desde el vientre de mi madre, cuando aún estaba yo en el seno materno pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una espada afilada, me escondió en la sombra de su mano; me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba.

RESPONSORIO BREVE

V. 
Vosotros mandasteis preguntar a Juan, y él declaró en favor de la verdad.
R. Vosotros mandasteis preguntar a Juan, y él declaró en favor de la verdad.

V. Juan era la lámpara que arde y que ilumina.
R. Y él declaró en favor de la verdad.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Vosotros mandasteis preguntar a Juan, y él declaró en favor de la verdad.

 

 

 

V. Enséñame, Señor, a caminar con lealtad.
R. Porque tú eres mi Dios y Salvador.

PRIMERA LECTURA

De la primera carta a Timoteo 6, 1-10

TENIENDO CON QUÉ ALIMENTARNOS Y CON QUÉ CUBRIRNOS ESTEMOS CONTENTOS

Hermanos: Los que tienen que prestar servidumbre miren a sus amos como dignos de todo respeto. Así no se hablará mal del nombre de Dios ni de nuestra doctrina. Los que tienen amos cristianos no los tengan en menos por ser hermanos. Al contrario, deben servirlos mejor; porque quienes reciben sus buenos servicios son cristianos y amigos de Dios. Esto debes enseñar e inculcar.

Quien va enseñando doctrinas erróneas y no presta su adhesión a las palabras de salvación de Jesucristo, Señor nuestro, y a la recta doctrina de la fe es un orgulloso que nada sabe, un maniático inclinado a las discusiones inútiles y a los juegos de palabras. De esto no nace otra cosa sino envidias, riñas e insultos, sospechas malignas y continuos altercados propios de personas de mente tarada, faltas de verdad y que consideran la religión sólo como un negocio.

¡Y en verdad que es fuente de ganancias nuestra religión para quien se contenta con lo suyo! Nada trajimos al mundo; de modo que nada podemos llevarnos de él. En teniendo con qué alimentarnos y con qué cubrirnos estemos contentos. Los que a toda costa quieren almacenar riquezas sucumben a la tentación, caen en la trampa, en muchos afanes locos y perniciosos que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición. Raíz de todos los males es el afán del dinero; y algunos, por dejarse llevar de él, se han desviado de la fe y han quedado sumergidos en un mar de tormentos.

RESPONSORIO    Mt 6, 25; cf. 1Tm 6, 8

R. No os apuréis por vuestra vida, pensando si tendréis para comer, ni por vuestro cuerpo, pensando si tendréis con qué vestiros. * ¿No es acaso la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido?
V. Mientras tengáis con qué alimentaros y con qué cubriros estad contentos con eso.
R. ¿No es acaso la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido?

SEGUNDA LECTURA

De las Homilías de san Beda el Venerable, presbítero
(Homilía 23: CCL 122, 354. 356-357)

PRECURSOR DEL NACIMIENTO Y DE LA MUERTE DE CRISTO

El santo Precursor del nacimiento, de la predicación y de la muerte del Señor mostró en el momento de la lucha suprema una fortaleza digna de atraer la mirada de Dios, ya que, como dice la Escritura, aunque, a juicio de los hombres, haya sufrido castigos, su esperanza estaba llena de inmortalidad. Con razón celebramos su día natalicio, que él ha solemnizado con su martirio y adornado con el fulgor purpúreo de su sangre; con razón veneramos con gozo espiritual la memoria de aquel que selló con su martirio el testimonio que había dado del Señor.

No debemos poner en duda que san Juan sufrió la cárcel y las cadenas y dio su vida en testimonio de nuestro Redentor, de quien fue precursor, ya que, si bien su perseguidor no lo forzó a que negara a Cristo, si trató de obligarlo a que callara la verdad; ello es suficiente para afirmar que murió por Cristo.

Cristo, en efecto, dice: Yo soy la verdad; por consiguiente, si Juan derramó su sangre por la verdad, la derramó por Cristo; y él, que precedió a Cristo en su nacimiento en su predicación y en su bautismo, anunció también con su martirio, anterior al de Cristo, la pasión futura del Señor.

Este hombre tan eximio terminó, pues, su vida derramando su sangre, después de un largo y penoso cautiverio. Él, que había evangelizado la libertad de una paz que viene de arriba, fue encarcelado por unos hombres malvados; fue encerrado en la oscuridad de un calabozo aquel que vino a dar testimonio de la luz y a quien Cristo, la luz en persona, dio el título de «lámpara que arde y que ilumina»; fue bautizado en su propia sangre aquel a quien fue dado bautizar al Redentor del mundo, oír la voz del Padre que resonaba sobre Cristo y ver la gracia del Espíritu Santo que descendía sobre él. Mas a él, todos aquellos tormentos temporales no le resultaban penosos, sino más bien leves y agradables, ya que los sufría por causa de la verdad y sabía que habían de merecerle un premio y un gozo sin fin.

La muerte —que de todas maneras había de acaecerle por ley natural— era para él algo apetecible, teniendo en cuenta que la sufría por la confesión del nombre de Cristo y que con ella alcanzaría la palma de la vida eterna. Bien lo dice el Apóstol: Dios os ha dado la gracia de creer en Jesucristo y aun de padecer por él. El mismo Apóstol explica, en otro lugar, por qué sea un don el hecho de sufrir por Cristo: Los padecimientos de esta vida presente tengo por cierto que no son nada en comparación con la gloria futura que se ha de revelar en nosotros.

RESPONSORIO    Mc 6, 17. 27

R. Herodes había mandado prender a Juan y, cargándolo de cadenas, lo metió en la cárcel, * por instigación de Herodías, la mujer de su hermano, con la cual se había casado.
V. Y envió a uno de sus guardias, que lo decapitó en la cárcel.
R. Por instigación de Herodías, la mujer de su hermano, con la cual se había casado.


*Lecturas del Martirio de San Juan Bautista*

Lunes, 29 de agosto de 2022

Evangelio

*Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,17-29)*

En aquel tiempo, Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados.
El rey le dijo a la joven: «Pídeme lo que quieras, que te lo doy.»
Y le juró: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.»
Ella salió a preguntarle a su madre: «¿Qué le pido?»
La madre le contestó: «La cabeza de Juan, el Bautista.»
Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: «Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista.»
El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.

Palabra del Señor

 

 

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. 
El amigo del Esposo, que está para asistirle y atenderle, experimenta viva alegría cuando oye la voz del Esposo; así que ésta es mi alegría, la cual ahora rebasa todo límite.

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR      Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El amigo del Esposo, que está para asistirle y atenderle, experimenta viva alegría cuando oye la voz del Esposo; así que ésta es mi alegría, la cual ahora rebasa todo límite.

PRECES

Oremos a Cristo, el Señor, que envió a Juan a preparar sus caminos delante de él, y digámosle:

Visítanos, Sol que naces de lo alto.

Tú que hiciste saltar de gozo a Juan cuando estaba en el vientre de su madre,
haz que siempre nos alegremos de que hayas venido al mundo.

Tú que nos mostraste el camino de la conversión por la palabra y por el ejemplo del Bautista,
ilumina nuestros corazones, para que se conviertan a las enseñanzas de tu reino.

Tú que quieres mostrarte a los hombres por la predicación de los hombres,
envía a todo el mundo profetas que anuncien tu Evangelio.

Tú que quisiste ser bautizado por Juan en el Jordán para llevar a término toda justicia,
haz que trabajemos por la justicia de tu reino.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Dirijamos nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo:

Padre nuestro...

ORACION

Dios nuestro, que quisiste que san Juan Bautista fuera el precursor de tu Hijo, tanto en su nacimiento como en su muerte, concédenos que, así como él dio su vida por dar testimonio de la verdad y de la justicia, así también nosotros entreguemos generosamente la nuestra al testimonio y servicio del Evangelio. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

CONCLUSIÓN

V. 
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

 

 

 

 

VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL

V. 
Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: ÁNGEL FIEL DE LA VERDAD.

Ángel fiel de la verdad,
precursor del que es la gracia,
mensajero de la luz,
de Cristo perenne lámpara.

Con la voz, vida y acciones,
profecías anunciaba,
añadiendo su martirio
a las señales sagradas.

Él, al nacer, descubrió
al que es del mundo esperanza,
y al propio autor del bautismo
señaló sobre las aguas.

De cuya muerte inocente,
que da la vida a las almas,
dio testimonio el Bautista
con su sangre derramada.

Concede, Padre piadoso,
seguir de Juan las pisadas,
para disfrutar con Cristo
de la eterna venturanza. Amén.

SALMODIA

Ant 1. 
Eres el más bello de los hombres, en tus labios se derrama la gracia.

Salmo 44 I - LAS NUPCIAS DEL REY.

Me brota del corazón un poema bello,
recito mis versos a un rey;
mi lengua es ágil pluma de escribano.

Eres el más bello de los hombres,
en tus labios se derrama la gracia,
el Señor te bendice eternamente.

Cíñete al flanco la espada, valiente:
es tu gala y tu orgullo;
cabalga victorioso por la verdad y la justicia,
tu diestra te enseñe a realizar proezas.
Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden,
se acobardan los enemigos del rey.

Tu trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre;
cetro de rectitud es tu cetro real;
has amado la justicia y odiado la impiedad:
por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido
con aceite de júbilo entre todos tus compañeros.

A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,
desde los palacios de marfiles te deleitan las arpas.
Hijas de reyes salen a tu encuentro,
de pie a tu derecha está la reina
enjoyada con oro de Ofir.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Eres el más bello de los hombres, en tus labios se derrama la gracia.

Ant 2. Llega el esposo, salid a recibirlo.

Salmo 44 II

Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna:
prendado está el rey de tu belleza,
póstrate ante él, que él es tu señor.
La ciudad de Tiro viene con regalos,
los pueblos más ricos buscan tu favor.

Ya entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,
la siguen sus compañeras:
las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.

«A cambio de tus padres tendrás hijos,
que nombrarás príncipes por toda la tierra.»

Quiero hacer memorable tu nombre
por generaciones y generaciones,
y los pueblos te alabarán
por los siglos de los siglos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Llega el esposo, salid a recibirlo.

Ant 3. Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento culminante.

Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento culminante.

LECTURA BREVE   Hch 13, 23-25

Según lo prometido, Dios sacó para Israel de la descendencia de David un Salvador, Jesús. Y su precursor fue Juan. Ya éste, antes de presentarse Jesús, había predicado a todo el pueblo de Israel un bautismo como señal de arrepentimiento. Y, cuando estaba para terminar su misión, solía decir: «No soy yo el que vosotros os imagináis. Pero, mirad, viene otro después de mí; y yo no soy digno de desatar su calzado.»

RESPONSORIO BREVE

V. 
El amigo del Esposo experimenta viva alegría cuando oye la voz del Esposo.
R. El amigo del Esposo experimenta viva alegría cuando oye la voz del Esposo.

V. Ésta es mi alegría, la cual ahora rebasa todo límite.
R. Cuando oye la voz del Esposo.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El amigo del Esposo experimenta viva alegría cuando oye la voz del Esposo.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. 
Yo no soy el Mesías, sino que soy enviado delante de él; es preciso que él crezca y que yo disminuya.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Yo no soy el Mesías, sino que soy enviado delante de él; es preciso que él crezca y que yo disminuya.

PRECES

Oremos confiados al Señor, que eligió a Juan Bautista para anunciar a los hombres el reino de Cristo, y digámosle:

Guía, Señor, nuestros pasos por el camino de la paz.

Tú, Señor, que llamaste a Juan cuando estaba aún en las entrañas maternas y lo elegiste para que preparara los caminos de tu Hijo,
danos ánimos para seguir siempre a Cristo con la misma fidelidad con que Juan lo precedió.

Tú que concediste al Bautista reconocer al Cordero de Dios,
concede a la Iglesia anunciar a Cristo de tal manera que los hombres de nuestro tiempo puedan reconocerlo.

Tú que dispusiste que Juan menguase y que Cristo creciera,
enséñanos a saber humillarnos, para que brille Cristo a los ojos de los hombres.

Tú que, por el martirio de Juan, quisiste manifestar la justicia,
concédenos testificar tu verdad con valentía, sin temor a la tribulación.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Acuérdate, Señor, de los que han salido ya de este mundo
y colócalos en el reino de la luz y de la paz.

Dirijamos nuestra oración al Padre que está en los cielos diciendo:

Padre nuestro...

ORACION

Dios nuestro, que quisiste que san Juan Bautista fuera el precursor de tu Hijo, tanto en su nacimiento como en su muerte, concédenos que, así como él dio su vida por dar testimonio de la verdad y de la justicia, así también nosotros entreguemos generosamente la nuestra al testimonio y servicio del Evangelio. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

CONCLUSIÓN

V. 
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

LAS LECTURAS DEL LUNES 29 DE AGOSTO 2022


 

*Lecturas del Martirio de San Juan Bautista*

Lunes, 29 de agosto de 2022

Primera lectura

Lectura del libro de Jeremías (1,17-19):

En aquellos días, recibí esta palabra del Señor: «Cíñete los lomos, ponte en pie y diles lo que yo te mando. No les tengas miedo, que si no, yo te meteré miedo de ellos. Mira; yo te convierto hoy en plaza fuerte, en columna de hierro, en muralla de bronce, frente a todo el país: frente a los reyes y príncipes de Judá, frente a los sacerdotes y la gente del campo. Lucharán contra ti, pero no te podrán, porque yo estoy contigo para librarte.» Oráculo del Señor.

Palabra de Dios

 

Salmo

Sal 70,1-2.3-4a.5-6ab.15ab.17

R/.
 Mi boca contará tu auxilio

A ti, Señor, me acojo:
no quede yo derrotado para siempre;
tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo,
inclina a mí tu oído, y sálvame. R/.

Sé tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú, Dios mío,
líbrame de la mano perversa. R/.

Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno tú me sostenías. R/.

Mi boca contará tu auxilio,
y todo el día tu salvación.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas. 
R/.

 

*Lecturas del Martirio de San Juan Bautista*

Lunes, 29 de agosto de 2022

Evangelio

*Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,17-29)*

En aquel tiempo, Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados.
El rey le dijo a la joven: «Pídeme lo que quieras, que te lo doy.»
Y le juró: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.»
Ella salió a preguntarle a su madre: «¿Qué le pido?»
La madre le contestó: «La cabeza de Juan, el Bautista.»
Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: «Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista.»
El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.

Palabra del Señor

 

*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*

 

(El rey se llenó de tristeza, pero no quiso desairarla a causa del juramento y de los comensales)

*Colocarme en el lugar de Herodes me hace reconocer que también tengo amigos, que no quiero de ninguna manera quedar mal, y menos si he dicho o he prometido que voy hacer algo. Estos amigos que para mí son sagrado, lo respecto más que al Señor, reconocer que me equivoqué y arrepentirme, en ocasiones se me hace muy difícil, inclinar la cabeza y decir tú tenías razón, es duro, me cuesta mucho aceptar y reconocer mis errores. El Señor que me conoce está empeñado en ayudarme por su amor, por su misericordia. Es por eso que me deja que se me presenten acontecimiento para poderme ayudar, para que pueda ver mis errores y debilidades, y tenga el valor y la fuerza de arrepentirme y de pedir perdón cada vez que me equivoco, mis debilidades se fortalecen si me dejo abrasar por el amor del Señor*.

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.