Musica Para el Alma
lunes, 27 de enero de 2025
MARCOS 3,31-35 CICLO C
Lecturas del Martes de la III
Semana del Tiempo Ordinario
28 Ene 2025
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Marcos (3,31-35)*
En
aquel tiempo, llegaron la madre de Jesús y sus hermanos y, desde fuera, lo
mandaron llamar.
La gente que tenia sentada alrededor le dice:
«Mira, tu madre y tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan».
Él les pregunta:
«¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?».
Y mirando a los que estaban sentados alrededor, dice:
«Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de Dios, ése es mi
hermano y mi hermana y mi madre».
Palabra
del Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
*(El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi
hermano y mi hermana y mi madre)*.
*Los familiares de Jesús son los que cumplen la
voluntad de Dios. Siento alegría porque la mirada de Jesús, va enfocada sobre
todo el que desea escuchar sus palabras y hacer la voluntad del Padre. Y el
Señor me lanza una invitación personal a que pueda ver con mis propios ojos que
estoy llamado a estar inscrito en el libro de la vida y a pertenecer de una
manera especial al albor genealógico del Señor. El Señor de una manera muy
particular me dice lo fácil que es pertenecer a su familia, que todo depende de
mí*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAUDES Y VISPERAS DEL MARTES 28
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar
este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*TIEMPO
ORDINARIO LIBRO III. SEMANA 3*
TIEMPO ORDINARIO
MARTES
DE LA SEMANA III
De la Feria. Salterio III
28 de enero
*SANTO TOMÁS DE
AQUINO, presbítero y doctor de la Iglesia. (MEMORIA)*
Nació alrededor del año 1225, de la familia de los condes de
Aquino. Estudió primero en el monasterio de Montecasino, luego en Nápoles; más
tarde ingresó en la Orden de Predicadores, y completó sus estudios en París y
en Colonia, donde tuvo por maestro a san Alberto Magno. Escribió muchas obras
llenas de erudición y ejerció también el profesorado, contribuyendo en gran
manera al incremento de la filosofía y de la teología. Murió cerca de Terracina
el día 7 de marzo de 1274. Su memoria se celebra el día 28 de enero, por razón
de que en esa fecha tuvo lugar, el año 1369, el traslado de su cuerpo a Tolosa.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al
Señor, fuente de la sabiduría.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Al Señor, al gran Rey, venid,
adorémosle.
Himno: GRACIAS, SEÑOR POR EL DÍA
Gracias, Señor, por el día,
por tu mensaje de amor
que nos das en cada flor;
por esta luz de alegría,
te doy las gracias, Señor.
Gracias, Señor, por la espina
que encontraré en el sendero,
donde marcho pregonero
de tu esperanza divina;
gracias, por ser compañero.
Gracias, Señor, porque dejas
que abrase tu amor mi ser,
porque haces aparecer
tus flores a mis abejas,
tan sedientas de beber.
Gracias por este camino,
donde caigo y me levanto,
donde te entrego mi canto
mientras marcho peregrino,
Señor, a tu monte santo.
Gracias, Señor, por la luz
que ilumina mi existir;
por este dulce dormir
que me devuelve a tu cruz.
¡Gracias, Señor, por vivir! Amén.
SALMODIA
Ant 1. Señor, has sido bueno con tu tierra, has perdonado la culpa de tu
pueblo.
Salmo 84 - NUESTRA SALVACIÓN ESTA CERCA
Señor, has sido bueno con tu tierra,
has restaurado la suerte de Jacob,
has perdonado la culpa de tu pueblo,
has sepultado todos sus pecados,
has reprimido tu cólera,
has frenado el incendio de tu ira.
Restáuranos, Dios salvador nuestro;
cesa en tu rencor contra nosotros.
¿Vas a estar siempre enojado,
o a prolongar tu ira de edad en edad?
¿No vas a devolvernos la vida,
para que tu pueblo se alegre contigo?
Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación.
Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos
y a los que se convierten de corazón.»
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra;
la misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo;
el Señor dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Señor, has sido bueno con tu
tierra, has perdonado la culpa de tu pueblo.
Ant 2. Mi alma te ansía de noche, Señor;
mi espíritu madruga por ti.
Cántico: HIMNO DESPUÉS DE LA VICTORIA SOBRE EL ENEMIGO Is 26, 1-4.
7-9. 12
Tenemos una ciudad fuerte,
ha puesto para salvarla murallas y baluartes:
Abrid las puertas para que entre un pueblo justo,
que observa la lealtad;
su ánimo está firme y mantiene la paz,
porque confía en ti.
Confiad siempre en el Señor,
porque el Señor es la Roca perpetua:
La senda del justo es recta.
Tú allanas el sendero del justo;
en la senda de tus juicios, Señor, te esperamos,
ansiando tu nombre y tu recuerdo.
Mi alma te ansía de noche,
mi espíritu en mi interior madruga por ti,
porque tus juicios son luz de la tierra,
y aprenden justicia los habitantes del orbe.
Señor, tú nos darás la paz,
porque todas nuestras empresas
nos las realizas tú.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Mi alma te ansía de noche, Señor;
mi espíritu madruga por ti.
Ant 3. Ilumina, Señor, tu rostro sobre
nosotros.
Salmo 66 - QUE TODOS LOS PUEBLOS ALABEN AL SEÑOR.
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ilumina, Señor, tu rostro sobre
nosotros.
LECTURA BREVE 1Jn 4, 14-15
Nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para
ser Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios
permanece en él y él en Dios.
RESPONSORIO BREVE
V. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
R. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
V. Mi alcázar, mi libertador.
R. En que me amparo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
V. Voy a escuchar lo que
dice el Señor.
R. Dios anuncia la paz a su
pueblo.
PRIMERA LECTURA AÑO (I)
De la carta a los Romanos 9,
1-18
DIOS TIENE MISERICORDIA DE
QUIEN QUIERE, Y CAUSA OBSTINACIÓN EN AQUEL QUE LE PARECE BIEN
Hermanos: Digo la verdad en
nombre de Cristo, no miento; y testifica conmigo mi conciencia, inspirada por
el Espíritu Santo: Tengo una gran tristeza y un suplicio continúo en mi
corazón. ¡Ojalá fuese yo mismo anatema y apartado de Cristo por la salud de mis
hermanos, deudos míos y de mi propia raza!
Son ellos israelitas, de
quienes es la adopción divina, la manifestación sensible de la presencia de
Dios, las alianzas con él, la legislación de Moisés, el culto del templo y las
promesas de Dios. De ellos son los patriarcas, y de ellos procede también
Cristo según la carne, el cual está por encima de todas las cosas, Dios bendito
por los siglos. Amén.
Y no es que las promesas de
Dios se hayan quedado sin cumplir; lo que sucede es que no todos los nacidos de
Israel son el verdadero Israel; ni, por ser descendencia de Abraham, son todos
hijos de Abraham, sino que: «Tu descendencia serán los hijos de Isaac.» Que
quiere decir: No los que descienden por generación natural son hijos de Dios,
sino sólo los hijos habidos en virtud de la promesa divina son tenidos como
verdadera descendencia.
Así suenan las palabras de
la promesa: «Por este tiempo volveré y Sara tendrá un hijo.» Y no es esto sólo.
Tenemos también el caso de Rebeca, que tuvo hijos sólo de nuestro padre Isaac.
Pues bien, estos hijos no habían nacido todavía, ni habían hecho nada bueno ni
malo; mas, para que continuase en vigor el decreto divino de elección, decreto
que no depende de obras humanas, sino de la voluntad de Dios que llama, dijo
Dios a Rebeca: «El mayor será siervo del menor.» Y dice así la Escritura: «He
amado a Jacob, y he odiado a Esaú.»
¿Qué se sigue de aquí? ¿Que
hay injusticia en Dios? De ninguna manera. Ya dijo él a Moisés: «Tendré
misericordia con aquel que yo quiera, y tendré compasión con quien yo tenga a
bien.»
Por consiguiente, no es cosa
del querer o del esfuerzo humano, sino de la misericordia de Dios. En la
Escritura dice Dios al Faraón: «Precisamente con este objeto te he exaltado:
para mostrar en ti mi poder y para dar a conocer mi nombre en toda la tierra.»
Así que Dios tiene misericordia de quien quiere, y causa obstinación en aquel
que le parece bien.
RESPONSORIO Rm 9, 4. 8. 6b
R. De los israelitas son la
adopción divina, la manifestación sensible de la presencia de Dios, las
alianzas con él, la legislación de Moisés, el culto del templo y las promesas
de Dios; * sólo los hijos habidos en virtud de la promesa divina son tenidos
como verdadera descendencia.
V. No todos los nacidos de
Israel son el verdadero Israel.
R. Sólo los hijos habidos en
virtud de la promesa divina son tenidos como verdadera descendencia.
SEGUNDA LECTURA
De las Conferencias de santo Tomás de Aquino, presbítero
(Conferencia 6 sobre el Credo)
EN LA CRUZ HALLAMOS EL EJEMPLO DE TODAS LAS VIRTUDES
¿Era necesario que el Hijo de Dios padeciera por nosotros? Lo
era, ciertamente, y por dos razones fáciles de deducir: la una, para remediar
nuestros pecados; la otra, para darnos ejemplo de cómo hemos de obrar.
Para remediar nuestros pecados, en efecto, porque en la pasión de Cristo
encontramos el remedio contra todos los males que nos sobrevienen a causa del
pecado.
La segunda razón tiene también su importancia, ya que la pasión de Cristo basta
para servir de guía y modelo a toda nuestra vida. Pues todo aquel que quiera
llevar una vida perfecta no necesita hacer otra cosa que despreciar lo que
Cristo despreció en la cruz y apetecer lo que Cristo apeteció. En la cruz
hallamos el ejemplo de todas las virtudes.
Si buscas un ejemplo de amor: Nadie tiene más amor que el que da la vida por
sus amigos. Esto es lo que hizo Cristo en la cruz. Y por esto, si él entregó su
vida por nosotros, no debemos considerar gravoso cualquier mal que tengamos que
sufrir por él.
Si buscas un ejemplo de paciencia, encontrarás el mejor de ellos en la cruz.
Dos cosas son las que nos dan la medida de la paciencia: sufrir pacientemente
grandes males, o sufrir, sin rehuirlos, unos males que podrían evitarse. Ahora
bien, Cristo, en la cruz, sufrió grandes males y los soportó pacientemente, ya
que en su pasión no profería amenazas; como cordero llevado al matadero,
enmudecía y no abría la boca. Grande fue la paciencia de Cristo en la cruz:
corramos también nosotros con firmeza y constancia la carrera para nosotros
preparada. Llevemos los ojos fijos en Jesús, caudillo y consumador de la fe,
quien, para ganar el gozo que se le ofrecía, sufrió con toda constancia la
cruz, pasando por encima de su ignominia.
Si buscas un ejemplo de humildad, mira al crucificado: él, que era Dios, quiso
ser juzgado bajo el poder de Poncio Pilato y morir.
Si buscas un ejemplo de obediencia, imita a aquel que se hizo obediente al
Padre hasta la muerte: Como por la desobediencia de un solo hombre —es decir,
de Adán— todos los demás quedaron constituidos pecadores, así también por la
obediencia de uno solo todos quedarán constituidos justos.
Si buscas un ejemplo de desprecio de las cosas terrenales, imita a aquel que es
Rey de reyes y Señor de señores, en el cual están escondidos todos los tesoros
de la sabiduría y de la ciencia, desnudo en la cruz, burlado, escupido,
flagelado, coronado de espinas, a quien, finalmente, dieron a beber hiel y
vinagre.
No te aficiones a los vestidos y riquezas, ya que se reparten mi ropa; ni a los
honores, ya que él experimentó las burlas y azotes; ni a las dignidades, ya
que, entretejiendo una corona de espinas, la pusieron sobre mi cabeza; ni a los
placeres, ya que para mi sed me dieron vinagre.
RESPONSORIO Sb 7, 7-8; 9, 17
R. Supliqué y se me concedió la prudencia, invoqué y vino a mí un espíritu de
sabiduría. * La preferí a los cetros y a los tronos, y en su
comparación tuve en nada la riqueza.
V. Señor, ¿quién hubiera conocido tu voluntad, si tú no le hubieses dado la
sabiduría y no le hubieses enviado de lo alto tu Espíritu Santo?
R. La preferí a los cetros y a los tronos, y en su comparación tuve en nada
la riqueza.
Lecturas del Martes de la III
Semana del Tiempo Ordinario
28 Ene 2025
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Marcos (3,31-35)*
En
aquel tiempo, llegaron la madre de Jesús y sus hermanos y, desde fuera, lo
mandaron llamar.
La gente que tenia sentada alrededor le dice:
«Mira, tu madre y tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan».
Él les pregunta:
«¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?».
Y mirando a los que estaban sentados alrededor, dice:
«Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de Dios, ése es mi
hermano y mi hermana y mi madre».
Palabra
del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Nos ha suscitado el Señor una fuerza de salvación, según lo había
predicho por boca de sus santos profetas.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Nos ha suscitado el Señor una
fuerza de salvación, según lo había predicho por boca de sus santos profetas.
PRECES
Adoremos a Cristo, que con su sangre ha adquirido el pueblo de la
nueva alianza, y digámosle suplicantes:
Acuérdate, Señor, de tu pueblo.
Rey y redentor nuestro, escucha la alabanza que te dirige tu Iglesia en el
comienzo de este día,
y haz que no deje nunca de glorificarte.
Que nunca, Señor, quedemos confundidos
los que en ti ponemos nuestra fe y nuestra esperanza.
Mira compasivo nuestra debilidad y ven en ayuda nuestra,
ya que sin ti nada podemos hacer.
Acuérdate de los pobres y desvalidos;
que este día que comienza les traiga solaz y alegría.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Ya que deseamos que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al
Padre que a todos llegue el reino de su Hijo:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios nuestro, que
hiciste admirable a santo Tomás de Aquino por su sed de santidad y por su amor
a las ciencias sagradas, te pedimos que nos des su luz para entender sus
enseñanzas y fuerza para imitar su vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: COMO EL NIÑO QUE NO SABE DORMIRSE
Como el niño que no sabe dormirse
sin cogerse a la mano de su madre,
así mi corazón viene a ponerse
sobre tus manos, al caer la tarde.
Como el niño que sabe que alguien vela
su sueño de inocencia y esperanza,
así descansará mi alma segura
sabiendo que eres tú quien nos aguarda.
Tú endulzarás mi última amargura,
tú aliviarás el último cansancio,
tú cuidarás los sueños de la noche,
tú borrarás las huellas de mi llanto.
Tú nos darás mañana nuevamente
la antorcha de la luz y la alegría,
y, por las horas que te traigo muertas,
tú me darás una mañana viva. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor rodea a su pueblo.
Salmo 124 - EL SEÑOR VELA POR SU PUEBLO.
Los que confían en el Señor son como el monte Sión:
no tiembla, está asentado para siempre.
Jerusalén está rodeada de montañas,
y el Señor rodea a su pueblo
ahora y por siempre.
No pesará el cetro de los malvados
sobre el lote de los justos,
no sea que los justos extiendan
su mano a la maldad.
Señor, concede bienes a los buenos,
a los sinceros de corazón;
y a los que se desvían por sendas tortuosas,
que los rechace el Señor con los malhechores.
¡Paz a Israel!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor rodea a su pueblo.
Ant 2. Si no volvéis a ser como niños, no
entraréis en el reino de los cielos.
Salmo 130 - COMO UN NIÑO, ISRAEL SE ABANDONÓ EN LOS BRAZOS DE DIOS
Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad;
sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre.
Espere Israel en el Señor
ahora y por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Si no volvéis a ser como niños, no
entraréis en el reino de los cielos.
Ant 3. Has hecho de nosotros, Señor, un
reino de sacerdotes para nuestro Dios.
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap 4, 11; 5, 9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Has hecho de nosotros, Señor, un
reino de sacerdotes para nuestro Dios.
LECTURA BREVE Rm 12, 9-12
Que vuestra caridad sea sincera. Aborreced el mal y aplicaos al bien. En punto
a caridad fraterna, amaos entrañablemente unos a otros. En cuanto a la mutua
estima, tened por más dignos a los demás. Nada de pereza en vuestro celo,
sirviendo con fervor de espíritu al Señor. Que la esperanza os tenga alegres;
estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración.
RESPONSORIO BREVE
V. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo.
R. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que
el cielo.
V. Tu fidelidad de generación en generación.
R. Más estable que el cielo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que
el cielo.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Se alegra mi espíritu en Dios mi
salvador.
PRECES
Invoquemos a Dios, esperanza de su pueblo, diciendo:
Escúchanos, Señor.
Te damos gracias, Señor, porque hemos sido enriquecidos en todo por Cristo, tu
Hijo;
haz que por él crezcamos en todo conocimiento.
En tus manos, Señor, están el corazón y la mente de los que gobiernan;
dales, pues, acierto en sus decisiones para que te sean gratos en su pensar y
obrar.
Tú que a los artistas concedes inspiración para plasmar la belleza que de ti
procede,
haz que con sus obras aumente el gozo y la esperanza de los hombres.
Tú que no permites que seamos tentados por encima de nuestras fuerzas,
da fortaleza a los débiles, levanta a los caídos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que nos has prometido la resurrección en el último día,
no te olvides de tus hijos que ya han dejado el cuerpo mortal.
Unidos fraternalmente como hermanos de una misma familia, invoquemos al Padre
común:
Padre nuestro...
ORACION
Nuestra oración vespertina suba hasta ti, Padre de clemencia, y
descienda sobre nosotros tu bendición; así, con tu ayuda seremos salvados ahora
y por siempre. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL MARTES 28 DE ENERO 2025
Lecturas del Martes de la III
Semana del Tiempo Ordinario
28 Ene 2025
Primera Lectura
Lectura
de la carta a los Hebreos (10,1-10):
Hermanos:
La ley, que presenta solo una sombra de los bienes futuros y no la realidad
misma de las cosas, no puede nunca hacer perfectos a los que se acercan, pues
lo hacen año tras año y ofrecen siempre los mismos sacrificios.
Si no fuera así, ¿no habrían dejado de ofrecerse, porque los ministros del
culto, purificados de una vez para siempre, no tendrían ya ningún pecado sobre
su conciencia?
Pero, en realidad, con estos sacrificios se recuerdan, año tras año, los
pecados. Porque es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos
quite los pecados.
Por eso, al entrar él en el mundo dice:
«Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas, pero me formaste un cuerpo;
no aceptaste
holocaustos ni víctimas expiatorias.
Entonces yo dije: He aquí que vengo
—pues así está escrito en el comienzo del libro acerca de mí—
para hacer, ¡oh, Dios!, tu voluntad».
Primero dice: «Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas, ni holocaustos, ni
víctimas expiatorias», que se ofrecen según la ley.
Después añade: «He aquí que vengo para hacer tu voluntad».
Niega lo primero, para afirmar lo segundo.
Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del
cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre.
Palabra
de Dios
Salmo
Sal
39,2.4ab.7-8a.10.11
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer
tu voluntad
V/.
Yo esperaba con ansia al Señor;
él se inclinó y escuchó mi grito.
Me puso en la boca un cántico nuevo,
un himno a nuestro Dios. R/.
V/.
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides holocaustos ni sacrificios expiatorios,
entonces yo digo: «Aquí estoy». R/.
V/.
He proclamado tu justicia
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios,
Señor, tú lo sabes. R/.
V/.
No me he guardado en el pecho tu justicia,
he contado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia y tu lealtad
ante la gran asamblea. R/.
Lecturas del Martes de la III
Semana del Tiempo Ordinario
28 Ene 2025
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Marcos (3,31-35)*
En
aquel tiempo, llegaron la madre de Jesús y sus hermanos y, desde fuera, lo
mandaron llamar.
La gente que tenia sentada alrededor le dice:
«Mira, tu madre y tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan».
Él les pregunta:
«¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?».
Y mirando a los que estaban sentados alrededor, dice:
«Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de Dios, ése es mi
hermano y mi hermana y mi madre».
Palabra
del Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
*(El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi
hermano y mi hermana y mi madre)*.
*Los familiares de Jesús son los que cumplen la
voluntad de Dios. Siento alegría porque la mirada de Jesús, va enfocada sobre
todo el que desea escuchar sus palabras y hacer la voluntad del Padre. Y el
Señor me lanza una invitación personal a que pueda ver con mis propios ojos que
estoy llamado a estar inscrito en el libro de la vida y a pertenecer de una
manera especial al albor genealógico del Señor. El Señor de una manera muy
particular me dice lo fácil que es pertenecer a su familia, que todo depende de
mí*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.