Musica Para el Alma
jueves, 1 de agosto de 2024
MATEO 13,54-58 CICLO B
*Lecturas del Viernes de la XVII
Semana del Tiempo Ordinario*
02 Agosto 2024
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Mateo (13,54-58)*
En aquel
tiempo fue Jesús a su ciudad y se puso a enseñar en la sinagoga. La gente decía
admirada: «¿De dónde saca éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo
del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos, Santiago, José, Simón y
Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?» Y
aquello les resultaba escandaloso.
Jesús les dijo: «Sólo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta.» Y no
hizo allí muchos milagros, porque les faltaba fe.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(Un profeta
no es despreciado más que en su patria y en su casa)
*En una ocasión en un pequeño pueblo, una madre tiene un hijo que se fue
a la ciudad a estudiar medicina y se graduado de médico y llego a ser el director
médico en el mejor hospital de la ciudad. Él vino al pueblo a visitar a su
madre y vio que estaba un poco delicada de salud y le dice su madre no tomes
ese tipo de té que te está haciendo daño, pero la madre le dice: mi hijo yo a
usted lo cargué en mi vientre, yo lo vi nacer y le he dado ese tamaño que usted
tiene, yo se mas que usted. La madre sabe que su hijo es médico, pero ella cree
que lo conoce, por eso no acepta sus consejos. Lo mismo sucede en esta lectura,
Jesús llega a su pueblo con el gran deseo de enseñarles pero las personas creen
que les conoce y no aceptan sus enseñanzas. Jesús quiere que yo lo acepte en mi
vida porque son muchas las cosas que él quiere sanar en mí, para que luego
pueda recibir la gracia de poder hablar de su palabra y de su amor*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL VIERNES 2
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*TIEMPO ORDINARIO*
VIERNES DE LA SEMANA XVII
Del Común de santas mujeres - Salterio I
*LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de
Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant. Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
Himno: EDIFICASTE UNA TORRE
Edificaste una torre
para tu huerta florida;
un lagar para tu vino
y, para el vino, una viña.
Y la viña no dio uvas,
ni el lagar buena bebida:
sólo racimos amargos
y zumos de amarga tinta.
Edificaste una torre,
Señor, para tu guarida;
un huerto de dulces frutos,
una noria de aguas limpias,
un blanco silencio de horas
y un verde beso de brisas.
Y esta casa que es tu torre,
este mi cuerpo de arcilla,
esta sangre que es tu sangre
y esta herida que es tu herida
te dieron frutos amargos,
amargas uvas y espinas.
¡Rompe, Señor, tu silencio,
rompe tu silencio y grita!
Que mi lagar enrojezca
cuando tu planta lo pise,
y que tu mesa se endulce
con el vino de tu viña. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Aceptarás los sacrificios, ofrendas y holocaustos, sobre tu
altar, Señor.
Salmo 50 - CONFESIÓN DEL PECADOR ARREPENTIDO
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio brillará tu rectitud.
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado
tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant. Aceptarás los sacrificios, ofrendas y holocaustos, sobre tu
altar, Señor.
Ant 2. Con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.
Cántico: QUE LOS PUEBLOS TODOS SE CONVIERTAN AL SEÑOR. Is 45, 15-25
Es verdad: tú eres un Dios escondido,
el Dios de Israel, el Salvador.
Se avergüenzan y se sonrojan todos por igual,
se van avergonzados los fabricantes de ídolos;
mientras el Señor salva a Israel
con una salvación perpetua,
para que no se avergüencen ni se sonrojen
nunca jamás.
Así dice el Señor, creador del cielo
- él es Dios -,
él modeló la tierra,
la fabricó y la afianzó;
no la creó vacía,
sino que la formó habitable:
«Yo soy el Señor y no hay otro.»
No te hablé a escondidas,
en un país tenebroso,
no dije a la estirpe de Jacob:
«Buscadme en el vacío.»
Yo soy el Señor que pronuncia sentencia
y declara lo que es justo.
Reuníos, venid, acercaos juntos,
supervivientes de las naciones.
No discurren los que llevan su ídolo de madera,
y rezan a un dios que no puede salvar.
Declarad, aducid pruebas,
que deliberen juntos:
¿Quién anunció esto desde antiguo,
quién lo predijo desde entonces?
¿No fui yo, el Señor?
- No hay otro Dios fuera de mí -.
Yo soy un Dios justo y salvador,
y no hay ninguno más.
Volveos hacia mí para salvaros,
confines de la tierra,
pues yo soy Dios y no hay otro.
Yo juro por mi nombre,
de mi boca sale una sentencia,
una palabra irrevocable:
«Ante mí se doblará toda rodilla,
por mí jurará toda lengua»,
dirán: «Sólo el Señor
tiene la justicia y el poder.»
A él vendrán avergonzados
los que se enardecían contra él,
con el Señor triunfará y se gloriará
la estirpe de Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant. Con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.
Ant 3. Entrad en la presencia del Señor con aclamaciones.
Salmo 99 - ALEGRÍA DE LOS QUE ENTRAN EN EL TEMPLO.
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con aclamaciones.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:
«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant. Entrad en la presencia del Señor con aclamaciones.
LECTURA BREVE Ef 4, 29-32
No salga de vuestra boca palabra desedificante, sino la que
sirva para la necesaria edificación, comunicando la gracia a los oyentes. Y no
provoquéis más al santo Espíritu de Dios, con el cual fuisteis marcados para el
día de la redención. Desterrad de entre vosotros todo exacerbamiento,
animosidad, ira, pendencia, insulto y toda clase de maldad. Sed, por el
contrario, bondadosos y compasivos unos con otros, y perdonaos mutuamente como
también Dios os ha perdonado en Cristo.
RESPONSORIO BREVE
V. En la mañana hazme escuchar tu gracia.
R. En la mañana hazme escuchar tu gracia.
V. Indícame el camino que he de seguir.
R. Hazme escuchar tu gracia.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En la mañana hazme escuchar tu gracia.
V. Hijo mío, conserva mis palabras.
R. Conserva mis mandatos y vivirás.
PRIMERA LECTURA
Del libro de Job 39, 31-40, 9; 42, 1-6
JOB SE SOMETE A LA MAJESTAD DIVINA
El Señor se dirigió a Job y le dijo:
«¿Quiere el censor discutir con el Todopoderoso? El que critica
a Dios, que responda.»
Job respondió al Señor:
«He hablado a la ligera, ¿qué replicaré?; me llevaré la mano a
la boca. He hablado una vez, y no insistiré; dos veces, ya nada añadiré.»
El Señor replicó a Job desde la tormenta:
«Si eres hombre cabal, ciñe tu cintura; voy a interrogarte y tú
responderás: ¿Te atreves a violar mi derecho y condenarme, para quedar tú así
justificado?
Si un brazo tienes tú como el de Dios, y si atruena tu voz como
la suya, revístete de gloria y majestad, y cúbrete de fasto y esplendor;
derrama la avenida de tu cólera y abate con tus ojos al soberbio, con sola tu
mirada al arrogante; aplasta a los malvados, entiérralos juntos en el polvo y
encadénalos a todos en la tumba. Entonces yo mismo exclamaré: "¡Tu diestra
te ha dado la Victoria!"»
Job respondió al Señor:
«Reconozco que lo puedes todo, que ningún plan es imposible para
ti. Era yo el que empañaba tus designios con palabras insensatas; hablé de
maravillas que me exceden, de grandezas que no puedo comprender.
Yo te conocía sólo de oídas, mas ahora te han visto ya mis ojos;
por eso retracto mis palabras, me arrepiento en el polvo y la ceniza.»
RESPONSORIO Jb 42, 5-6; 39, 35. 34
R. Yo te conocía sólo de oídas, Señor, mas ahora te han visto ya
mis ojos; por eso retracto mis palabras, * me arrepiento en el polvo y la
ceniza.
V. He hablado una vez, y no insistiré; dos veces, ya nada
añadiré, sino que me llevaré la mano a la boca.
R. Me arrepiento en el polvo y la ceniza.
SEGUNDA
LECTURA
Comienza la
carta de san Ignacio de Antioquía, obispo y mártir, a san Policarpo de Esmirna.
(Cap. 1, 1-4,
3: Funk 1, 247-249)
HEMOS DE
SOPORTARLO TODO POR DIOS, A FIN DE QUE TAMBIÉN ÉL NOS SOPORTE A NOSOTROS
Ignacio, por sobrenombre Teóforo, es decir, Portador de Dios, a
Policarpo, obispo de la Iglesia de Esmirna, o más bien, puesto él mismo bajo la
vigilancia o episcopado de Dios Padre y del Señor Jesucristo: mi más cordial
saludo. Al comprobar que tu sentir está de acuerdo con Dios y asentado como
sobre roca inconmovible, yo glorifico en gran manera al Señor por haberme hecho
la gracia de ver tu rostro intachable, del que ojalá me fuese dado gozar
siempre en Dios. Yo te exhorto, por la gracia de que estás revestido, a que
aceleres el paso en tu carrera, y a que exhortes a todos para que se salven.
Desempeña el cargo que ocupas con toda diligencia corporal y espiritual.
Preocúpate de que se conserve la concordia, que es lo mejor que puede existir.
Llévalos a todos sobre ti, como a ti te lleva el Señor. Sopórtalos a todos con
espíritu de caridad, como siempre lo haces. Dedícate continuamente a la
oración. Pide mayor sabiduría de la que tienes. Mantén alerta tu espíritu, pues
el espíritu desconoce el sueño. Háblales a todos al estilo de Dios. Carga sobre
ti, como perfecto atleta, la enfermedades de todos. Donde mayor es el trabajo,
allí hay rica ganancia.
Si sólo amas a los buenos discípulos, ningún mérito tienes en
ello. El mérito está en que sometas con mansedumbre a los más perniciosos. No
toda herida se cura con el mismo emplasto. Los accesos de fiebre cálmalos con
aplicaciones húmedas. Sé en todas las cosas prudente como la serpiente, pero
sencillo en toda ocasión, como la paloma. Por eso justamente eres a la vez
corporal y espiritual, para que aquellas cosas que saltan a tu vista las
desempeñes buenamente, y las que no alcanzas a ver ruegues que te sean
manifestadas. De este modo nada te faltará, sino que abundarás en todo don de
la gracia. Los tiempos requieren de ti que aspires a alcanzar a Dios, jutamente
con los que tienes encomendados, como el piloto anhela prósperos vientos, y el
navegante, sorprendido por la tormenta, suspira por el puerto. Sé sobrio, como
un atleta de Dios. El premio es la incorrupción y la vida eterna, de cuya
existencia también tú estás convencido. En todo y por todo soy una víctima de
expiación por ti, así como mis cadenas, que tú mismo has besado.
Que no te amedrenten los que se dan aires de hombres dignos de
todo crédito y enseñan doctrinas extrañas a la fe. Por tu parte, mantente firme
como un. yunque golpeado por el martillo. Es propio de un grande atleta el ser
desollado y, sin embargo, vencer. Pues ¡cuánto más hemos de soportarlo todo
nosotros por Dios, a fin de que también él nos soporte a nosotros! Sé todavía
más diligente de lo que eres. Date cabal cuenta de los tiempos. Aguarda al que
está por encima del tiempo, al intemporal, al invisible, que por nosotros se
hizo visible; al impalpable, al impasible, que por nosotros se hizo pasible; al
que en todas las formas posibles sufrió por nosotros.
Las viudas no han de ser desatendidas. Después del Señor, tú has
de ser quien cuide de ellas. Nada se haga sin tu conocimiento, y tú, por tu
parte, hazlo todo contando con Dios, como efectivamente lo haces. Mantente
firmé. Celébrense reuniones con más frecuencia. Búscalos a todos por su nombre.
No trates altivamente a esclavos y esclavas; mas tampoco dejes que se engrían,
sino que traten, para gloria de Dios, de mostrarse mejores servidores, a fin de
que alcancen de él una libertad más excelente.
RESPONSORIO 1Tm 6, 11-12; 2Tm 2, 10
R. Corre al alcance de la justicia, de la piedad, de la fe, de
la caridad, de la paciencia en el sufrimiento, de la dulzura. * Combate el buen
combate de la fe, conquista la vida eterna.
V. Todo lo soporto por los elegidos, para que también ellos
alcancen la salvación.
R. Combate el buen combate de la fe, conquista la vida eterna.
*Lecturas del Viernes de la XVII
Semana del Tiempo Ordinario*
02 Agosto 2024
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Mateo (13,54-58)*
En aquel
tiempo fue Jesús a su ciudad y se puso a enseñar en la sinagoga. La gente decía
admirada: «¿De dónde saca éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo
del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos, Santiago, José, Simón y
Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?» Y
aquello les resultaba escandaloso.
Jesús les dijo: «Sólo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta.» Y no
hizo allí muchos milagros, porque les faltaba fe.
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Señor ha visitado y redimido a su pueblo.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc
1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant. El Señor ha visitado y redimido a su pueblo.
PRECES
Adoremos a Cristo, que salvó al mundo con su cruz, y
supliquémosle diciendo:
Señor, ten misericordia de nosotros.
Señor Jesucristo, cuya claridad es nuestro sol y nuestro día,
haz que, desde el amanecer, desaparezca de nosotros todo
sentimiento malo.
Vela, Señor, sobre nuestros pensamientos, palabras y obras,
a fin de que nuestro día sea agradable ante tus ojos.
Aparta de nuestros pecados tu vista,
y borra en nosotros toda culpa.
Por tu cruz y tu resurrección,
llénanos del gozo del Espíritu Santo.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Ya que somos hijos de Dios, oremos a nuestro Padre como Cristo
nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Dios misericordioso, que has iluminado las tinieblas de nuestra
ignorancia con la luz de tu palabra: acrecienta en nosotros la fe que tú mismo
nos has dado; que ninguna tentación pueda nunca destruir el ardor de la fe y de
la caridad que tu gracia ha encendido en nuestro Espíritu. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la
vida eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo,
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén. Aleluya.
Himno: CALOR DE DIOS EN SANGRE REDENTORA.
Calor de Dios en sangre redentora,
y un río de piedad en tu costado;
bajo tu cruz quédeme arrodillado,
con ansia y gratitud siempre deudora.
Conózcate, oh Cristo, en esta hora
de tu perdón; mi beso apasionado,
de ardientes labios en tu pie clavado,
sea flecha de amor y paz de aurora.
Conózcame en tu vía dolorosa
y conozca, Señor, en los fulgores
de tus siete palabras, mi caída;
que en esta cruz pujante y misteriosa
pongo, sobre el amor de mis amores,
el amor entrañable de mi vida. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Sáname, Señor, porque he pecado contra ti.
Salmo 40 - ORACIÓN DE UN ENFERMO
Dichoso el que cuida del pobre y desvalido;
en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor.
El Señor lo guarda y lo conserva en vida,
para que sea dichoso en la tierra,
y no lo entrega a la saña de sus enemigos.
El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor,
calmará los dolores de su enfermedad.
Yo dije: «Señor, ten misericordia,
sáname, porque he pecado contra ti.»
Mis enemigos me desean lo peor;
«A ver si se muere y se acaba su apellido.»
El que viene a verme habla con fingimiento,
disimula su mala intención,
y cuando sale afuera, la dice.
Mis adversarios se reúnen a murmurar contra mí,
hacen cálculos siniestros:
«Padece un mal sin remedio,
se acostó para no levantarse.»
Incluso mi amigo, de quien yo me fiaba,
que compartía mi pan,
es el primero en traicionarme.
Pero tú, Señor, apiádate de mí,
haz que pueda levantarme,
para que yo les dé su merecido.
En esto conozco que me amas:
en que mi enemigo no triunfa de mí.
A mí, en cambio, me conservas la salud,
me mantienes siempre en tu presencia.
Bendito el Señor, Dios de Israel,
ahora y por siempre. Amén, amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant. Sáname, Señor, porque he pecado contra ti.
Ant 2. El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro
alcázar es el Dios de Jacob.
Salmo 45 - DIOS, REFUGIO Y FORTALEZA DE SU PUEBLO
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.
Por eso no tememos aunque tiemble la tierra
y los montes se desplomen en el mar.
Que hiervan y bramen sus olas,
que sacudan a los montes con su furia:
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada.
Teniendo a Dios en medio, no vacila;
Dios la socorre al despuntar la aurora.
Los pueblos se amotinan, los reyes se rebelan;
pero él lanza su trueno y se tambalea la tierra.
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Venid a ver las obras del Señor,
las maravillas que hace en la tierra:
Pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe,
rompe los arcos, quiebra las lanzas,
prende fuego a los escudos.
«Rendíos, reconoced que yo soy Dios:
más alto que los pueblos, más alto que la tierra.»
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant. El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro
alcázar es el Dios de Jacob.
Ant 3. Vendrán todas las naciones y se postrarán en tu
acatamiento, Señor.
Cántico: CANTO DE LOS VENCEDORES Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant. Vendrán todas las naciones y se postrarán en tu
acatamiento, Señor.
LECTURA BREVE Rm 15, 1-3
Los fuertes debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles,
sin complacernos a nosotros mismos. Cada uno cuide de complacer al prójimo para
su bien, para su edificación; que Cristo no buscó su propia complacencia, según
está escrito: «sobre mí cayeron los ultrajes de quienes te ultrajaron».
RESPONSORIO BREVE
V. Cristo nos ama y nos ha absuelto por la virtud de su sangre.
R. Cristo nos ama y nos ha absuelto por la virtud de su sangre.
V. Y ha hecho de nosotros reino y sacerdotes para el Dios y
Padre suyo.
R. Por la virtud de su sangre.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Cristo nos ama y nos ha absuelto por la virtud de su sangre.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Señor nos auxilia a nosotros, sus siervos, acordándose
de su misericordia.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
Ant. El Señor nos auxilia a nosotros, sus siervos, acordándose
de su misericordia.
PRECES
Bendigamos a Dios que escucha con amor la oración de los
humildes y a los hambrientos los colma de bienes; digámosle confiados:
Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Señor, Padre lleno de amor, te pedimos por todos los miembros de
la iglesia que sufren:
acuérdate que por ellos, Cristo, cabeza de la iglesia, ofreció
en la cruz el verdadero sacrificio vespertino.
Libra a los encarcelados, ilumina a los que viven en tinieblas,
sé la ayuda de las viudas y de los huérfanos,
y haz que todos nos preocupemos de los que sufren.
Concede a tus hijos la fuerza necesaria
para resistir las tentaciones del Maligno.
Acude en nuestro auxilio, Señor, cuando llegue la hora de
nuestra muerte:
que seamos fieles hasta el fin y dejemos este mundo en tu paz.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Conduce a los difuntos a la luz donde tu habitas
para que puedan contemplarte eternamente.
Fieles a la recomendación del Salvador, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Te pedimos, Señor, que los que hemos sido aleccionados con los
ejemplos de la pasión de tu Hijo estemos siempre dispuestos a cargar con su
yugo llevadero y con su carga ligera. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la
vida eterna.
R. Amén.