Musica Para el Alma
miércoles, 8 de febrero de 2023
MARCOS 7,24-30 CICLO A
*Lecturas del Jueves de la
5ª semana del Tiempo Ordinario*
Jueves, 9
de febrero de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Marcos
(7,24-30)*
En aquel tiempo, Jesús fue a la
región de Tiro.
Entró en una casa procurando pasar desapercibido, pero no logró ocultarse.
Una mujer que tenía una hija poseída por un espíritu impuro se enteró
enseguida, fue a buscarlo y se le echó a los pies.
La mujer era pagana, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase el demonio de
su hija.
Él le dijo:
«Deja que se sacien primero los hijos. No está bien tomar el pan de los hijos y
echárselo a los perritos».
Pero ella replicó:
«Señor, pero también los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran
los niños».
Él le contestó:
«Anda, vete, que por eso que has dicho, el demonio ha salido de tu hija».
Al llegar a su casa, se encontró a la niña echada en la cama; el demonio se
había marchado.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
(La
mujer era pagana, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase el demonio de su
hija)
*¿Cómo
respondería yo si fuera confrontado por una persona que no conozco?
¿Reconocería su urgente necesidad? ¿Estoy dispuesto a cruzar divisiones y
fronteras, para pedir o dar ayuda? ¿Mi fe posee la fuerza necesaria para
persistir, y no renunciar al encontrar obstáculos? ¿Estoy preparado para seguir
luchando por lo que yo creo? Aquí
vemos a Jesús atendiendo a una mujer y a su hija, que eran de una región
distinta a la de Jesús, y que necesitaban ser sanadas. Pero Jesús necesitaba
ser persuadido para ayudarlas. No quiso reconocer la fe de la mujer; pero se
conmovió por su angustia. Podía ser más fácil ayudar a aquellos de nuestra
región, religión, color o género, como nos pasa a nosotros*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL JUEVES 9
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*TIEMPO
ORDINARIO LIBRO III. SEMANA 5*
JUEVES SEMANA
I
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Señor, porque él
es nuestro Dios.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos al Señor, porque él
es nuestro Dios.
Himno: CRECE LA LUZ BAJO TU HERMOSA MANO.
Crece la luz bajo tu hermosa mano,
Padre celeste, y suben
los hombres matutinos al encuentro
de Cristo Primogénito.
El hizo amanecer ante tus ojos
y enalteció la aurora,
cuando aún no estaba el hombre sobre el mundo
para poder cantarla.
El es principio y fin del universo,
y el tiempo, en su caída,
se acoge al que es la fuerza de las cosas
y en él rejuvenece.
Él es quien nos reanima y fortalece,
y hace posible el himno
que, ante las maravillas de tus manos,
cantamos jubilosos.
He aquí la nueva luz que asciende y busca
su cuerpo misterioso;
he aquí, en la claridad de la mañana,
el signo de tu rostro.
Envía, Padre eterno, sobre el mundo
el soplo de tu Hijo,
potencia de tu diestra y primogénito
de todos los que mueren. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Despertad, cítara y arpa; despertaré a la aurora.
Salmo 56 - ORACIÓN MATUTINA DE UN AFLIGIDO.
Misericordia, Dios mío, misericordia,
que mi alma se refugia en ti;
me refugio a la sombra de tus alas
mientras pasa la calamidad.
Invoco al Dios Altísimo,
al Dios que hace tanto por mí:
desde el cielo me enviará la salvación,
confundirá a los que ansían matarme,
enviará su gracia y su lealtad.
Estoy echado entre leones
devoradores de hombres;
sus dientes son lanzas y flechas,
su lengua es una espada afilada.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.
Han tendido una red a mis pasos
para que sucumbiera;
me han cavado delante una fosa,
pero han caído en ella.
Mi corazón está firme, Dios mío,
mi corazón está firme.
Voy a cantar y a tocar:
despierta, gloria mía;
despertad, cítara y arpa;
despertaré a la aurora.
Te daré gracias ante los pueblos, Señor;
tocaré para ti ante las naciones:
por tu bondad, que es más grande que los cielos;
por tu fidelidad, que alcanza a las nubes.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Despertad, cítara y arpa;
despertaré a la aurora.
Ant 2. «Mi pueblo se saciará de mis
bienes», dice el Señor.
Cántico: FELICIDAD DEL PUEBLO REDIMIDO Jr 31, 10-14
Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño;
porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte.»
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor:
hacia el trigo y el vino y el aceite,
y los rebaños de ovejas y de vacas;
su alma será como un huerto regado,
y no volverán a desfallecer.
Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas;
alimentaré a los sacerdotes con manjares sustanciosos,
y mi pueblo se saciará de mis bienes.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. «Mi pueblo se saciará de mis
bienes», dice el Señor.
Ant 3. Grande es el Señor y muy digno de
alabanza en la ciudad de nuestro Dios.
Salmo 47 - HIMNO A LA GLORIA DE JERUSALÉN
Grande es el Señor y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios,
su monte santo, altura hermosa,
alegría de toda la tierra:
el monte Sión, vértice del cielo,
ciudad del gran rey;
entre sus palacios,
Dios descuella como un alcázar.
Mirad: los reyes se aliaron
para atacarla juntos;
pero, al verla, quedaron aterrados
y huyeron despavoridos;
allí los agarró un temblor
y dolores como de parto;
como un viento del desierto,
que destroza las naves de Tarsis.
Lo que habíamos oído lo hemos visto
en la ciudad del Señor de los ejércitos,
en la ciudad de nuestro Dios:
que Dios la ha fundado para siempre.
¡Oh Dios!, meditamos tu misericordia
en medio de tu templo:
como tu renombre, ¡oh Dios!, tu alabanza
llega al confín de la tierra;
tu diestra está llena de justicia:
el monte Sión se alegra,
las ciudades de Judá se gozan
con tus sentencias.
Dad la vuelta en torno a Sión,
contando sus torreones;
fijaos en sus baluartes,
observad sus palacios,
para poder decirle a la próxima generación:
«Este es el Señor, nuestro Dios.»
Él nos guiará por siempre jamás.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Grande es el Señor y muy digno de
alabanza en la ciudad de nuestro Dios.
LECTURA BREVE Is 66,1-2
Así dice el Señor: «El cielo es mi trono y la tierra el estrado de mis pies:
¿Qué templo podréis construirme?; ¿o qué lugar para mi descanso? Todo esto lo
hicieron mis manos, todo es mío —oráculo del Señor—. En ése pondré mis ojos: en
el humilde y el abatido que se estremece ante mis palabras.»
RESPONSORIO BREVE
V. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
R. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
V. Guardaré tus leyes.
R. Respóndeme, Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
V. Ábreme,
Señor, los ojos.
R. Y contemplaré las maravillas de tu voluntad.
PRIMERA
LECTURA AÑO (I)
De la primera carta a los Corintios 4, 1-21
EXHORTACIÓN CONTRA EL ORGULLO
Hermanos: Que la gente sólo vea en nosotros servidores de Cristo y
administradores de los misterios de Dios. Ahora, en un administrador lo que se
busca es que sea fiel. Por lo que a mí se refiere, me importa muy poco ser
juzgado por vosotros o por cualquier tribunal humano. Ni siquiera yo mismo
juzgo mi actuación. Cierto que mi conciencia nada me reprocha, mas no por eso
me creo justificado. Mi juez será el Señor.
No juzguéis antes de tiempo; dejad que venga el Señor. Él sacará a la luz lo
que está oculto en las tinieblas y pondrá al descubierto las intenciones del
corazón. Entonces vendrá a cada uno su alabanza de parte de Dios.
Estas verdades, hermanos, las he expuesto por vuestro provecho, aplicándolas a
mi persona y a Apolo. Así, por esta aplicación, aprenderéis aquello de: «No más
de lo que está escrito», a fin de que nadie se enorgullezca de un apóstol y
desprecie a otro. Porque, ¿quién es el que te distingue? ¿Qué tienes que no
hayas recibido? Y, si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras
recibido?
¡Ya estáis satisfechos! ¡Os habéis hecho ya ricos! ¡Habéis ganado un reino sin
ayuda nuestra! ¡Ya lo podíais haber ganado! ¡Así tendríamos nosotros parte en
vuestro reino!
Por lo que veo, Dios nos ha asignado a los apóstoles el último lugar, como a
condenados a muerte; porque hemos venido a ser el espectáculo del mundo, de los
ángeles y de los hombres. Nosotros somos insensatos por Cristo, vosotros
sensatos en Cristo; nosotros débiles, vosotros fuertes; vosotros estimados,
nosotros despreciados.
Todavía ahora pasamos hambre, sed y desnudez. Somos maltratados y arrojados de
una parte a otra, y nos fatigamos trabajando con nuestras manos. Cuando nos
maldicen, bendecimos; cuando nos persiguen, soportamos; cuando nos injurian,
respondemos con dulzura. Hemos venido a ser hasta ahora como basura del mundo,
como el desecho de la humanidad.
No os escribo esto para confundiros, sino para amonestaros como a hijos míos
carísimos. Aunque tengáis, en efecto, diez mil maestros que os lleven a Cristo,
de hecho sólo tenéis un padre. Yo os engendré para Cristo por la predicación
del Evangelio. Os exhorto, pues, a que seáis mis imitadores, como yo imito a
Cristo. Con este fin, os envío a Timoteo, que es mi muy amado y fiel hijo en el
Señor. Él se encargará de recordaros mis normas de conducta en Cristo, según
las voy dando por doquier en todas las Iglesias.
Algunos se han hinchado de orgullo, pensando que ya no voy a ir a veros. Pero
iré pronto, si el Señor lo quiere. Y entonces conoceré no las palabras de esos
presumidos, sino su poder y eficacia. Que el reino de Dios no se prepara con
palabras, sino con el poder de Dios. ¿Qué preferís? ¿Que me presente vara en
mano o con amor y espíritu de mansedumbre?
RESPONSORIO 1Co 11, 1; 4, 15
R. Seguid mi ejemplo, como yo sigo el de
Cristo; * porque yo os engendré para Cristo por la predicación del
Evangelio.
V. Aunque tengáis diez mil maestros que os lleven
a Cristo, de hecho sólo tenéis un padre.
R. Porque yo os engendré para Cristo por la
predicación del Evangelio.
PRIMERA LECTURA AÑO (II)
Del libro del Génesis
44, 1-20. 30-34
JOSÉ Y BENJAMÍN
En aquellos días, José encargó al mayordomo:
«Llénales los sacos de víveres, todo lo que quepa, y pon el dinero en la boca
de cada saco, y mi copa de plata la metes en el saco del menor, junto con su
dinero.»
Él hizo lo que le mandaban. Al amanecer, los hombres se despidieron y salieron
con los asnos. Apenas salidos, no se habían alejado de la ciudad, cuando José
dijo al mayordomo:
«Sal en persecución de esos hombres y, cuando los alcances, diles: ¿Por qué me
habéis pagado mal por bien?, ¿por qué habéis robado la copa de plata en que
bebe mi señor y con la que suele adivinar? Os habéis portado mal."»
Cuando él les dio alcance, les repitió estas palabras. Ellos replicaron:
«¿Por qué habla así nuestro señor? Lejos de tus siervos obrar de tal manera.
Mira, el dinero que habíamos encontrado en los sacos te lo trajimos desde la
tierra de Canaán; ¿por qué íbamos a robar en casa de tu amo oro y plata? Si se
la encuentras a uno de tus siervos, que muera; y nosotros seremos esclavos de
nuestro señor.»
Respondió él:
«De acuerdo. Aquel a quien se le encuentre la copa será mi esclavo, y los demás
quedáis libres.»
Cada uno bajó aprisa su saco, lo puso en tierra y lo abrió. Él comenzó a
examinarlos, empezando por el del mayor y terminando por el del menor; y
encontró la copa en el saco de Benjamín. Ellos se rasgaron los vestidos,
cargaron de nuevo los asnos y volvieron a la ciudad. Judá y sus hermanos
entraron en casa de José -él estaba allí todavía- y se echaron por tierra ante
él. José les dijo:
«¿Qué manera es esa de portarse? ¿No sabíais que uno como yo es capaz de
adivinar?»
Judá le contestó:
«¿Qué podemos responder a nuestro señor? ¿Cómo probar nuestra inocencia? Dios
ha descubierto la culpa de tus siervos. Esclavos somos de nuestro señor, lo
mismo que aquel en cuyo poder se encontró la copa.»
Respondió José:
«Lejos de mí obrar de tal manera. Aquel en cuyo poder se encontró la copa será
mi esclavo, los demás volveréis en paz a casa de vuestro padre.»
Entonces Judá se acercó y dijo:
«Permite a tu siervo hablar en presencia de su señor; no se enfade mi señor
conmigo, pues eres como el Faraón. Mi señor interrogó a sus siervos:
"¿Tenéis padre o algún hermano?", y respondimos a mi señor:
"Tenemos un padre anciano y un hijo pequeño que le ha nacido en la vejez;
un hermano suyo murió, y sólo le queda éste de aquella mujer: su padre le
adora". Ahora, pues, si vuelvo a tu siervo, mi padre, sin llevar conmigo
al muchacho, a quien quiere con toda el alma, cuando vea que falta el muchacho,
morirá, y tu siervo habrá dado con las canas de tu siervo, mi padre, en el
sepulcro, de pena. Además, tu siervo ha salido fiador por el muchacho ante mi
padre, jurando: "Si no te lo traigo, rompes conmigo para siempre."
Ahora, pues, deja que tu siervo se quede como esclavo de mi señor, en lugar del
muchacho, y que él vuelva con sus hermanos. ¿Cómo puedo yo volver a mi padre
sin llevar conmigo al muchacho, y contemplar la desgracia que se abatirá sobre
mi padre?»
RESPONSORIO Cf. Gn 44,
34. 33
R. No puedo yo volver a mi padre sin
llevar conmigo al muchacho; * no sea que contemple la desgracia que se abatirá
sobre mi padre.
V. Deja que tu siervo se quede como
esclavo de mi señor, en lugar del muchacho, y que él vuelva con sus hermanos.
R. No sea que contemple la desgracia
que se abatirá sobre mi padre.
SEGUNDA LECTURA
De las Catequesis de
san Cirilo de Jerusalén, obispo
(Catequesis 18, 26-29: PG 33, 1047-1050)
LA IGLESIA ES LA ESPOSA
DE CRISTO
«Católica»: éste es el nombre propio de esta Iglesia santa y madre de todos
nosotros; ella es en verdad esposa de nuestro Señor Jesucristo, Hijo unigénito
de Dios (porque está escrito: Como Cristo amó a su Iglesia y se entregó por
ella, y lo que sigue), y es figura y anticipo de la Jerusalén de arriba, que es
libre y es nuestra madre, la cual, antes estéril, es ahora madre de una prole
numerosa.
En efecto, habiendo sido repudiada la primera, en la segunda Iglesia, esto es,
la católica, Dios -como dice Pablo- estableció primero apóstoles, luego
profetas, luego doctores, luego el poder de los milagros, las virtudes;
después, las gracias de curación, de asistencia, de gobierno, los géneros de
lengua, y toda clase de virtudes: la sabiduría y la inteligencia, la templanza
y la justicia, la misericordia y el amor a los hombres, y una paciencia
insuperable en las persecuciones.
Ella fue la que antes, en tiempo de persecución y de angustia, con armas
ofensivas y defensivas, con honra y deshonra, redimió a los santos mártires con
coronas de paciencia entretejidas de diversas y variadas flores; pero ahora, en
este tiempo de paz, recibe, por gracia de Dios, los honores debidos, de parte
de los reyes, de los hombres constituidos en dignidad y de toda clase de
hombres. Y la potestad de los reyes sobre sus súbditos está limitada por unas
fronteras territoriales; la santa Iglesia católica, en cambio, es la única que
goza de una potestad ilimitada en toda la tierra. Tal como está escrito, Dios
ha puesto paz en sus fronteras.
En esta santa Iglesia católica, instruidos con esclarecidos preceptos y
enseñanzas, alcanzaremos el reino de los cielos y heredaremos la vida eterna,
por la cual todo lo toleramos, para que podamos alcanzarla del Señor. Porque la
meta que se nos ha señalado no consiste en algo de poca monta, sino que nos
esforzamos por la posesión de la vida eterna. Por esto, en la profesión de fe,
se nos enseña que, después de aquel artículo: La resurrección de los muertos,
de la que ya hemos disertado, creamos en la vida del mundo futuro, por la cual
luchamos los cristianos. Por tanto, la vida verdadera y auténtica es el Padre,
la fuente de la que, por mediación del Hijo, en el Espíritu Santo, manan sus
dones para todos, y, por su benignidad, también a nosotros los hombres se nos
han prometido verídicamente los bienes de la vida eterna.
RESPONSORIO Sal 32, 12
R. Digno de alabanza es el pueblo al
que el Dios de los ejércitos bendijo, diciendo: * «Tú, Israel, eres la obra de
mis manos, tú eres mi heredad.»
V. Dichoso el pueblo cuyo Dios es el
Señor, el pueblo que eligió como posesión suya.
R. Tú, Israel, eres la obra de mis
manos, tú eres mi heredad.
*Lecturas del Jueves de la
5ª semana del Tiempo Ordinario*
Jueves, 9
de febrero de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Marcos
(7,24-30)*
En aquel tiempo, Jesús fue a la
región de Tiro.
Entró en una casa procurando pasar desapercibido, pero no logró ocultarse.
Una mujer que tenía una hija poseída por un espíritu impuro se enteró
enseguida, fue a buscarlo y se le echó a los pies.
La mujer era pagana, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase el demonio de
su hija.
Él le dijo:
«Deja que se sacien primero los hijos. No está bien tomar el pan de los hijos y
echárselo a los perritos».
Pero ella replicó:
«Señor, pero también los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran
los niños».
Él le contestó:
«Anda, vete, que por eso que has dicho, el demonio ha salido de tu hija».
Al llegar a su casa, se encontró a la niña echada en la cama; el demonio se
había marchado.
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Sirvamos al Señor con santidad y nos librará de la mano de
nuestros enemigos.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sirvamos al Señor con santidad y
nos librará de la mano de nuestros enemigos.
PRECES
Demos gracias a Cristo que nos ha dado la luz del día y
supliquémosle diciendo:
Bendícenos y santifícanos, Señor.
Tú que te entregaste como víctima por nuestros pecados,
acepta los deseos y las acciones de este día.
Tú que nos alegras con la claridad del nuevo día,
sé tú mismo el lucero brillante de nuestros corazones.
Haz que seamos bondadosos y comprensivos con los que nos rodean
para que logremos así ser imágenes de tu bondad.
En la mañana haznos escuchar tu gracia
y que tu gozo sea hoy nuestra fortaleza.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Fieles a la recomendación del salvador, digamos llenos de confianza filial:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, humildemente acudimos a ti, al empezar
el día, a media jornada y al atardecer, para pedirte que, alejando de nosotros
las tinieblas del pecado, nos hagas alcanzar la luz verdadera que es Cristo.
Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
JUEVES SEMANA
I
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: VENGO, SEÑOR, CANSADO.
Vengo, Señor, cansado;
¡cuánta fatiga
van cargando mis hombros
al fin del día!
Dame tu fuerza
y una caricia tuya
para mis penas.
Salí por la mañana
Entre los hombres,
¡y encontré tantos ricos
que estaban pobres!
La tierra llora,
porque sin ti la vida
es poca cosa.
¡Tantos hombres maltrechos,
sin ilusiones!;
en ti buscan asilo
sus manos torpes.
Tu amor amigo,
todo tu santo fuego,
para su frío.
Yo roturé la tierra
y puse trigo;
tú diste el crecimiento
para tus hijos.
Así, en la tarde,
con el cansancio a cuestas,
te alabo, Padre.
Quiero todos los días
salir contigo,
y volver a la tarde
siendo tu amigo.
Volver a casa
y extenderte las manos,
dándote gracias. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste; te daré gracias por
siempre.
Salmo 29 - ACCIÓN DE GRACIAS POR LA CURACIÓN DE UN ENFERMO EN
PELIGRO DE MUERTE
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, Dios mío, a ti grité,
y tú me sanaste.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.
Tañed para el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante;
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto,
por la mañana, el júbilo.
Yo pensaba muy seguro:
«No vacilaré jamás.»
Tu bondad, Señor, me aseguraba
el honor y la fuerza;
pero escondiste tu rostro,
y quedé desconcertado.
A ti, Señor, llamé,
supliqué a mi Dios:
«¿Qué ganas con mi muerte,
con que yo baje a la fosa?
¿Te va a dar gracias el polvo,
o va a proclamar tu lealtad?
Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.»
Cambiaste mi luto en danzas,
me desataste el sayal y me has vestido de fiesta;
te cantará mi alma sin callarse.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Señor, Dios mío, a ti grité, y tú
me sanaste; te daré gracias por siempre.
Ant 2. Dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito.
Salmo 31 - ACCIÓN DE GRACIAS DE UN PECADOR PERDONADO
Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito.
Mientras callé se consumían mis huesos,
rugiendo todo el día,
porque día y noche tu mano
pesaba sobre mí;
mi savia se me había vuelto
un fruto seco.
Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»,
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.
Por eso, que todo fiel te suplique
en el momento de la desgracia:
la crecida de las aguas caudalosas
no lo alcanzará.
Tú eres mi refugio, me libras del peligro,
me rodeas de cantos de liberación.
Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir,
fijaré en ti mis ojos.
No seáis irracionales como caballos y mulos,
cuyo brío hay que domar con freno y brida;
si no, no puedes acercarte.
Los malvados sufren muchas penas;
al que confía en el Señor,
la misericordia lo rodea.
Alegraos, justos, y gozad con el Señor,
aclamadlo, los de corazón sincero.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito.
Ant 3. El Señor le dio el poder, el honor
y el reino, y todos los pueblos le servirán.
Cántico: EL JUICIO DE DIOS Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.
Se encolerizaron las naciones,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.
Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.
Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor le dio el poder, el honor
y el reino, y todos los pueblos le servirán.
LECTURA BREVE 1Pe 1, 6-9
Saltad de júbilo, aunque de momento tengáis que sufrir un poco en diversas
pruebas. Así la pureza de vuestra fe resultará más preciosa que el oro (que,
aun después de acrisolado por el fuego, perece) y será para vuestra alabanza y
gloria y honor en el día de la manifestación de Jesucristo. A él no lo habéis
visto, y lo amáis; en él creéis ahora, aunque no lo veis; y os regocijaréis con
un gozo inefable y radiante, al recibir el fruto de vuestra fe, la salud de
vuestras almas.
RESPONSORIO BREVE
V. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
R. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
V. Nos sació con miel silvestre.
R. Con flor de harina.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los
humildes.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
+Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor derriba del trono a los
poderosos y enaltece a los humildes.
PRECES
Invoquemos a Dios, nuestro refugio y nuestra fortaleza, y
digámosle:
Escucha, Señor, nuestra oración.
Dios de amor que has hecho alianza con tu pueblo,
haz que recordemos siempre tus maravillas.
Que los sacerdotes, Señor, crezcan en la caridad
y que los fieles vivan en la unidad del Espíritu y en el vínculo de la paz.
Que el mundo prospere y avance según tus designios
y que los que lo construyen no trabajen en vano.
Envía, Señor, operarios a tu mies
para que tu nombre sea conocido en el mundo.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
A nuestros familiares y bienhechores difuntos dales un lugar entre los santos
y haz que nosotros un día nos encontremos con ellos en tu reino.
Ya que por Jesucristo hemos llegado a ser hijos de Dios, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Tú, Señor, que iluminas la noche y haces que después de las
tinieblas amanezca nuevamente la luz, haz que, durante la noche que ahora
comienza, nos veamos exentos de toda culpa y que, al clarear el nuevo día,
podamos reunirnos otra vez en tu presencia para darte gracias nuevamente. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL JUEVES 9 DE FEBRERO 2023
*Lecturas del Jueves de la
5ª semana del Tiempo Ordinario*
Jueves, 9 de febrero de 2023
Primera lectura
Lectura del libro del Génesis (2,18-25):
El Señor Dios se dijo:
«No es bueno que el hombre esté solo; voy a hacerle a alguien como él, que le
ayude».
Entonces el Señor Dios modeló de la tierra todas las bestias del campo y todos
los pájaros del cielo, y se los presentó a Adán, para ver qué nombre les ponía.
Y cada ser vivo llevaría el nombre que Adán le pusiera.
Así Adán puso nombre a todos los ganados, a los pájaros del cielo y a las
bestias del campo; pero no encontró ninguno como él, que le ayudase.
Entonces el Señor Dios hizo caer un letargo sobre Adán, que se durmió; le sacó
una costilla, y le cerró el sitio con carne.
Y el Señor Dios formó, de la costilla que había sacado de Adán, una mujer, y se
la presentó a Adán.
Adán dijo:
«Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Su nombre será mujer
,, porque ha salido del varón».
Por eso abandonará el varón a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y
serán los dos una sola carne.
Los dos estaban desnudos, Adán y su mujer, pero no sentían vergüenza uno de
otro.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 127,1-2.3.4-5
R/. Dichosos los que temen al Señor
V/. Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. R/.
V/. Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa. R/.
V/. Esta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R/.
*Lecturas del Jueves de la
5ª semana del Tiempo Ordinario*
Jueves, 9
de febrero de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Marcos
(7,24-30)*
En aquel tiempo, Jesús fue a la
región de Tiro.
Entró en una casa procurando pasar desapercibido, pero no logró ocultarse.
Una mujer que tenía una hija poseída por un espíritu impuro se enteró
enseguida, fue a buscarlo y se le echó a los pies.
La mujer era pagana, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase el demonio de
su hija.
Él le dijo:
«Deja que se sacien primero los hijos. No está bien tomar el pan de los hijos y
echárselo a los perritos».
Pero ella replicó:
«Señor, pero también los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran
los niños».
Él le contestó:
«Anda, vete, que por eso que has dicho, el demonio ha salido de tu hija».
Al llegar a su casa, se encontró a la niña echada en la cama; el demonio se
había marchado.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
(La
mujer era pagana, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase el demonio de su
hija)
*¿Cómo
respondería yo si fuera confrontado por una persona que no conozco?
¿Reconocería su urgente necesidad? ¿Estoy dispuesto a cruzar divisiones y
fronteras, para pedir o dar ayuda? ¿Mi fe posee la fuerza necesaria para
persistir, y no renunciar al encontrar obstáculos? ¿Estoy preparado para seguir
luchando por lo que yo creo? Aquí
vemos a Jesús atendiendo a una mujer y a su hija, que eran de una región
distinta a la de Jesús, y que necesitaban ser sanadas. Pero Jesús necesitaba
ser persuadido para ayudarlas. No quiso reconocer la fe de la mujer; pero se
conmovió por su angustia. Podía ser más fácil ayudar a aquellos de nuestra
región, religión, color o género, como nos pasa a nosotros*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.