Musica Para el Alma
viernes, 15 de enero de 2021
EVANGELIO DE MARCOS 2,13-17 CICLO B
Sábado, 16 de enero de 2021
Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Marcos (2,13-17):
13 Salió de nuevo por la orilla del
mar, toda la gente acudía a él, y él les enseñaba.
14 Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo,
sentado en el despacho de impuestos, y le dice: «Sígueme.» Él se levantó y le
siguió.
15 Y sucedió que estando él a la mesa en
casa de Leví, muchos publicanos y pecadores estaban a la mesa con Jesús y sus
discípulos, pues eran muchos los que le seguían.
16 Al ver los escribas de los fariseos que
comía con los pecadores y publicanos, decían a los discípulos: « ¿Qué? ¿Es que
come con los publicanos y pecadores?»
17 Al oír esto Jesús, les dice: «No
necesitan médico los que están fuertes, sino los que están mal; no he venido a
llamar a justos, sino a pecadores.»
Palabra de Dios
«No he
venido a llamar a los justos, sino a pecadores».
*El
Señor me quiere a su lado, y me hace saber que hay un lugar especial, reservado
para los enfermos y los pecadores. Yo quiero estar sentado en esa mesa. El
Señor no vino a llamar a justo, sino a desajustado como yo. Y el Señor que sabe
reparar todo, me ajustará y un día con su ayuda y la reparación que el Señor
haga en mí, tengo la esperanza y la seguridad que seré, un hombre nuevo, y con
la capacidad de obedecer a la palabra del Señor. El Señor me ofrece un gran
privilegio que yo pueda estar sentado en la misma mesa con él*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
EL ANGELUS
El Ángelus
V/. El ángel del Señor anunció a María.
R/. Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.
Dios te salve, María…
V/. He aquí la esclava del Señor.
R/. Hágase en mí según tu palabra.
Dios te salve, María…
V/. Y el Verbo de Dios se hizo carne.
R/. Y habitó entre nosotros.
Dios te salve, María…
V/. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R/. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Oración
Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas, para que los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz, seamos llevados a la gloria de su resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor.
R/. Amén.
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios: no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos siempre de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita.
*El que Desea y Quiere amar, con el corazón según El Señor: llegará a ser, Santo*
EL SANTO ROSARIO
.Misterios Gloriosos (MIERCOLES Y DOMINGOS)
.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…
.1º La Resurrección del Señor (MATEO 28,1-10)
.2º La Ascensión de Nuestro Señor a los cielos (HECHOS 1,3-11)
.3º La Venida del Espíritu Santo (HECHOS 2,1-13)
4º La Asunción de Nuestra Señora (De la Constitución Apostólica Deus del papa Pío XXII )
.5º La Coronación de Nuestra Señora, como Reina de cielo y tierra. (Constitución Dogmática Sobre la Iglesia. Lumen Gentium 59)
.
Oremos:
Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a alcanzar los gozos eternos. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Misterios Gozosos (LUNES Y SABADOS)
.Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…
.1º La Encarnación del Hijo de Dios. (Lc 1, 26-38)
2º La Visitación de María a su prima Isabel. (Lc 1, 39-56)
3º El Nacimiento del niño Dios. (Lc 2, 1-20)
4º Presentación del Niño en el Templo. (Lc 2,21-35)
5º El niño perdido y hallado en el templo. (Lc 2,41-52)
.Oremos:
Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud de alma y cuerpo; y por la intercesión de santa María, la Virgen, líbranos de las tristezas de este mundo y concédenos las alegrías del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
.Misterios Dolorosos (MARTES Y VIERNES)
.Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…
.1º La oración del huerto. (LUCAS 22,39-46)
.2º La Flagelación de nuestro Señor. (Jn 18,33-19,1)
.3º La Coronación de espinas. (MARCOS 15,16-20)
.4º Jesús con la Cruz a cuestas. (LUCAS 23,26-32)
.5º La Crucifixión y muerte. (MARCOS 15,22-39)
Oremos:
Señor, tú has querido que la Madre compartiera los dolores de tu Hijo al pie de la cruz; haz que la Iglesia, asociándose con María a la pasión de Cristo, merezca participar de su resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén
.Misterios Luminosos (JUEVES)
.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…
.1º El Bautismo del Señor (MATEO 3, 13-17)
.2º La Boda de Caná (JUAN 2,1-11)
.3º La Proclamación del Reino de Dios (MARCOS 1, 14-15)
.4º La Transfiguración (MATEO 17,1-5)
.5º La Institución de la Eucaristía (MATEO 26, 26-28)
.
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, luz de los que en ti creen, que la tierra se llene de tu gloria y que te reconozcan los pueblos por el esplendor de tu luz. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL SABADO 16
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
SABADO SEMANA I
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Del Señor es la tierra y cuanto la llena; venid, adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Del Señor es la tierra y cuanto la llena; venid, adorémosle.
Himno: EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu,
salimos de la noche y estrenamos la aurora;
saludamos el gozo de la luz que nos llega
resucitada y resucitadora.
Tu mano acerca el fuego a la tierra sombría,
y el rostro de las cosas se alegra en tu presencia;
silabeas el alba igual que una palabra,
tú pronuncias el mar como sentencia.
Regresa, desde el sueño, el hombre a su memoria,
acude a su trabajo, madruga a sus dolores;
le confías la tierra, y a la tarde la encuentras
rica de pan y amarga de sudores.
Y tú te regocijas, oh Dios, y tu prolongas
en sus pequeñas manos tus manos poderosas,
y estáis de cuerpo entero los dos así creando,
los dos así velando por las cosas.
¡Bendita la mañana que trae la noticia
de tu presencia joven, en gloria y poderío,
la serena certeza con que el día proclama
que el sepulcro de Cristo está vacío! Amén.
SALMODIA
Ant 1. Me adelanto a la aurora pidiendo auxilio.
Salmo 118, 145-152 TE INVOCO DE TODO CORAZÓN
Te invoco de todo corazón;
respóndeme, Señor, y guardaré tus leyes;
a ti grito: sálvame,
y cumpliré tus decretos;
me adelanto a la aurora pidiendo auxilio,
esperando tus palabras.
Mis ojos se adelantan a las vigilias de la noche,
meditando tu promesa;
escucha mi voz por tu misericordia,
con tus mandamientos dame vida;
ya se acercan mis inicuos perseguidores,
están lejos de tu voluntad.
Tú, Señor, estás cerca,
y todos tus mandatos son estables;
hace tiempo comprendí que tus preceptos
los fundaste para siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Me adelanto a la aurora pidiendo auxilio.
Ant 2. Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación.
Cántico: HIMNO A DIOS, DESPUÉS DE LA VICTORIA DEL MAR ROJO Ex 15,
1-4. 8-13. 17-18
Cantaré al Señor, sublime es su victoria,
caballos y carros ha arrojado en el mar.
Mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Él es mi Dios: yo lo alabaré;
el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré.
El Señor es un guerrero,
su nombre es «El Señor».
Los carros del faraón los lanzó al mar,
ahogó en el mar rojo a sus mejores capitanes.
Al soplo de tu ira se amontonaron las aguas,
las corrientes se alzaron como un dique,
las olas se cuajaron en el mar.
Decía el enemigo: «Los perseguiré y alcanzaré,
repartiré el botín, se saciará mi codicia,
empuñaré la espada, los agarrará mi mano.»
Pero sopló tu aliento y los cubrió el mar,
se hundieron como plomo en las aguas formidables.
¿Quién como tú, Señor, entre los dioses?
¿Quién como tu, terrible entre los santos,
temibles por tus proezas, autor de maravillas?
Extendiste tu diestra: se los tragó la tierra;
guiaste con misericordia a tu pueblo rescatado,
los llevaste con tu poder hasta tu santa morada.
Lo introduces y lo plantas en el monte de tu heredad,
lugar del que hiciste tu trono, Señor;
santuario, Señor, que fundaron tus manos.
El Señor reina por siempre jamás.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación.
Ant 3. Alabad al Señor, todas las naciones.
Salmo 116 - INVITACIÓN UNIVERSAL A LA ALABANZA DIVINA.
Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos:
Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alabad al Señor, todas las naciones.
LECTURA BREVE 2Pe 1, 10-11
Hermanos, poned más empeño todavía en consolidar vuestra vocación y elección.
Si hacéis así, nunca jamás tropezaréis; de este modo se os concederá
generosamente la entrada en el reino eterno de nuestro Señor y salvador
Jesucristo.
RESPONSORIO BREVE
V. A ti grito, Señor, tú eres mi refugio.
R. A ti grito, Señor, tú eres mi refugio.
V. Mi heredad en el país de la vida.
R. Tú eres mi refugio.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. A ti grito, Señor, tú eres mi refugio.
V. Venid a
ver las obras del Señor.
R. Las maravillas que hace en la tierra.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los Romanos 3, 21-31
JUSTICIA DE DIOS POR LA FE
Hermanos: Ahora, sin la ley, la justicia de Dios
se ha manifestado, recibiendo testimonio de la ley y de los profetas; justicia
de Dios por la fe en Jesucristo para todos los que creen en él sin distinción
ninguna, pues todos pecaron y se hallan privados de la gloria de Dios; y son
justificados gratuitamente, mediante la gracia de Cristo, en virtud de la
redención realizada en él, a quien Dios ha propuesto como instrumento de
propiciación, mediante la fe en su sangre.
Así Dios muestra su justicia, por cuanto había perdonado provisionalmente los
pecados anteriores, en el tiempo de la paciencia divina; y quiere ahora, en
estos tiempos, mostrar su acción salvadora, para ser él justo y justificar al
que tiene fe en Jesús.
¿Dónde está, pues, tu título de gloria? Queda excluido. ¿Por cuál de las dos
leyes? ¿Por la de las obras? De ninguna manera. Por la ley de la fe. Quedamos,
pues, en que el hombre alcanza su justificación por la fe, independientemente
de las obras de la ley.
¿O es que Dios lo es sólo de los judíos? ¿No lo es también de los gentiles?
Claro que lo es también de los gentiles. Puesto que no hay más que un solo
Dios, que justificará a los judíos por la fe y a los gentiles por esta misma
fe. ¿Así que con la fe anulamos la ley? Todo lo contrario. Confirmamos lo que dice
la ley.
RESPONSORIO Rm 3, 24-25; 5, 10
R. Somos justificados gratuitamente,
mediante la gracia de Cristo, en virtud de la redención realizada en él, * a
quien Dios ha propuesto como instrumento de propiciación, mediante la fe en su
sangre.
V. Siendo aún enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte
de su Hijo.
R. A quien Dios ha propuesto como instrumento de propiciación,
mediante la fe en su sangre.
SEGUNDA LECTURA
De la carta de san Clemente primero, papa, a los
Corintios
(Cap. 31-33: Funk 1, 99-103)
POR LA FE DIOS JUSTIFICÓ A TODOS DESDE EL
PRINCIPIO
Procuremos hacernos dignos de la bendición divina
y veamos cuáles son los caminos que nos conducen a ella. Consideremos aquellas
cosas que sucedieron en el principio. ¿Cómo obtuvo nuestro padre Abraham la
bendición? ¿No fue acaso porque practicó la justicia y la verdad por medio de
la fe? Isaac, sabiendo lo que le esperaba, se ofreció confiada y
voluntariamente al sacrificio. Jacob, en el tiempo de su desgracia, marchó de
su tierra, a causa de su hermano, y llegó a casa de Labán, poniéndose a su
servicio; y se le dio el cetro de las doce tribus de Israel.
El que considere con cuidado cada uno de estos casos comprenderá la magnitud de
los dones concedidos por Dios. De Jacob, en efecto, descienden todos los
sacerdotes y levitas que servían en el altar de Dios; de él desciende Jesús,
según la carne; de él, a través de la tribu de Judá, descienden reyes,
príncipes y jefes. Y en cuanto a las demás tribus de él procedentes, no es poco
su honor, ya que el Señor había prometido: Multiplicaré a tus descendientes
como las estrellas del cielo. Vemos, pues, cómo todos éstos alcanzaron gloria y
grandeza no por sí mismos ni por sus obras ni por sus buenas acciones, sino por
el beneplácito divino. También nosotros, llamados por su beneplácito en Cristo
Jesús, somos justificados no por nosotros mismos ni por nuestra sabiduría o
inteligencia ni por nuestra piedad ni por las obras que hayamos practicado con
santidad de corazón, sino por la fe, por la cual Dios todopoderoso justificó a
todos desde el principio; a él sea la gloria por los siglos de los siglos.
Amén.
¿Qué haremos, pues, hermanos? ¿Cesaremos en nuestras buenas obras y dejaremos
de lado la caridad? No permita Dios tal cosa en nosotros, antes bien, con
diligencia y fervor de espíritu, apresurémonos a practicar toda clase de obras
buenas. El mismo Hacedor y Señor de todas las cosas se alegra por sus obras.
El, en efecto, con su máximo y supremo poder, estableció los cielos y los
embelleció con su sabiduría inconmensurable; él fue también quien separó la
tierra firme del agua que la cubría por completo, y la afianzó sobre el
cimiento inamovible de su propia voluntad; él, con sólo una orden de su
voluntad, dio el ser a los animales que pueblan la tierra; él también, con su
poder, encerró en el mar a los animales que en él habitan, después de haber
hecho uno y otros.
Además de todo esto, con sus manos sagradas y puras, plasmó al más excelente de
todos los seres vivos y al más elevado por la dignidad de su inteligencia, el
hombre, en el que dejó la impronta de su imagen. Así, en efecto, dice Dios:
«Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza.» Y creó Dios al hombre; hombre
y mujer los creó. Y, habiendo concluido todas sus obras, las halló buenas y las
bendijo diciendo: Creced y multiplicaos. Démonos cuenta, por tanto, de que
todos los justos estuvieron colmados de buenas obras, y de que el mismo Señor
se complació en sus obras. Teniendo semejante modelo, entreguémonos con
diligencia al cumplimiento de su voluntad, pongamos todo nuestro esfuerzo en
practicar el bien.
RESPONSORIO Cf. Dn 9, 4; Rm 8,
28
R. El Señor es el Dios poderoso, que
guarda su alianza y su amor a todos los que lo aman, * y a
los que guardan sus preceptos.
V. A los que aman a Dios todo les sirve para el bien.
R. Y a los que guardan sus preceptos
Sábado, 16 de enero de 2021
Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Marcos (2,13-17):
13 Salió de nuevo por la orilla del
mar, toda la gente acudía a él, y él les enseñaba.
14 Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo,
sentado en el despacho de impuestos, y le dice: «Sígueme.» Él se levantó y le
siguió.
15 Y sucedió que estando él a la mesa en
casa de Leví, muchos publicanos y pecadores estaban a la mesa con Jesús y sus
discípulos, pues eran muchos los que le seguían.
16 Al ver los escribas de los fariseos que
comía con los pecadores y publicanos, decían a los discípulos: « ¿Qué? ¿Es que
come con los publicanos y pecadores?»
17 Al oír esto Jesús, les dice: «No
necesitan médico los que están fuertes, sino los que están mal; no he venido a
llamar a justos, sino a pecadores.»
Palabra de Dios
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Ilumina, Señor, a los que viven en tiniebla y en sombra de muerte.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ilumina, Señor, a los que viven en tiniebla y en sombra de muerte.
PRECES
Bendigamos a Cristo que para ser ante Dios el pontífice
misericordioso y fiel de los hombres se hizo en todo semejante a nosotros, y
supliquémosle diciendo:
Muéstranos, Señor, los tesoros de tu amor.
Señor, sol de justicia, que nos iluminaste en el bautismo,
te consagramos este nuevo día.
Que sepamos bendecirte en cada uno de los momentos de nuestra jornada
y glorifiquemos tu nombre con cada una de nuestras acciones.
Tú que tuviste por madre a María, siempre dócil a tu palabra,
encamina hoy nuestros pasos para que obremos también como ella según tu
voluntad.
Haz que mientras vivimos aún en este mundo que pasa anhelemos la vida eterna
y por la fe, la esperanza y el amor vivamos ya contigo en tu reino.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Con la misma confianza que tienen los hijos con su padre, acudamos nosotros a
nuestro Dios, diciéndole:
Padre nuestro...
ORACION
Te pedimos, Señor, que la claridad de la resurrección de tu Hijo
ilumine las dificultades de nuestra vida; que no temamos ante la oscuridad de
la muerte y podamos llegar un día a la luz que no tiene fin. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
I VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: ¿QUIÉN ES ÉSTE QUE VIENE?
¿Quién es éste que viene,
recién atardecido,
cubierto por su sangre
como varón que pisa los racimos?
Éste es Cristo, el Señor,
que venció nuestra muerte
con su resurrección.
¿Quién es este que vuelve,
glorioso y malherido,
y, a precio de su muerte,
compra la paz y libra a los cautivos?
Éste es Cristo, el Señor,
que venció nuestra muerte
con su resurrección.
Se durmió con los muertos,
y reina entre los vivos;
no le venció la fosa,
porque el Señor sostuvo a su elegido.
Este es Cristo, el Señor,
que venció nuestra muerte
con su resurrección.
Anunciad a los pueblos
qué habéis visto y oído;
aclamad al que viene
como la paz, bajo un clamor de olivos.
Este es Cristo, el Señor,
que venció nuestra muerte
con su resurrección. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero. Aleluya.
Salmo 118, 105-112 - HIMNO A LA LEY DIVINA
Lámpara es tu palabra para mis pasos,
luz en mi sendero;
lo juro y lo cumpliré:
guardaré tus justos mandamientos;
¡estoy tan afligido!
Señor, dame vida según tu promesa.
Acepta, Señor, los votos que pronuncio,
enséñame tus mandatos;
mi vida está siempre en peligro,
pero no olvido tu voluntad;
los malvados me tendieron un lazo,
pero no me desvié de tus decretos.
Tus preceptos son mi herencia perpetua,
la alegría de mi corazón;
inclino mi corazón a cumplir tus leyes,
siempre y cabalmente.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero. Aleluya.
Ant 2. Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor. Aleluya.
Salmo 15 - CRISTO Y SUS MIEMBROS ESPERAN LA RESURRECCIÓN.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»
Los dioses y señores de la tierra
no me satisfacen.
Multiplican las estatuas
de dioses extraños;
no derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios.
El Señor es mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano:
me ha tocado un lote hermoso,
me encanta mi heredad.
Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.
Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor. Aleluya.
Ant 3. Al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo y en la
tierra. Aleluya.
Cántico: CRISTO, SIERVO DE DIOS, EN SU MISTERIO PASCUAL - Flp 2,
6-11
Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios,
al contrario, se anonadó a sí mismo,
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo y en la
tierra. Aleluya.
LECTURA BREVE Col 1, 3-6a
Damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, en todo momento,
rezando por vosotros, al oír hablar de vuestra fe en Jesucristo y del amor que
tenéis a todos los santos, por la esperanza que os está reservada en los
cielos, sobre la cual oísteis hablar por la palabra verdadera de la Buena
Noticia, que se os hizo presente, y está dando fruto y prosperando en todo el
mundo igual que entre vosotros.
RESPONSORIO BREVE
V. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del
Señor.
R. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del
Señor.
V. Su gloria se eleva sobre los cielos.
R. Alabado sea el nombre del Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
R. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del
Señor.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí que soy manso y
humilde de corazón.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
+Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí que soy manso y
humilde de corazón.
PRECES
Demos gracias al Señor que ayuda y protege al pueblo que se ha
escogido como heredad, y recordando su amor para con nosotros supliquémosle
diciendo:
Escúchanos, Señor, que confiamos en ti.
Padre lleno de amor, te pedimos por el papa Francisco y por nuestro
obispo N.;
protégelos con tu fuerza y santifícalos con tu gracia.
Que los enfermos vean en sus dolores una participación de la pasión de tu Hijo,
para que así tengan también parte en su consuelo.
Mira con piedad a los que no tienen techo donde cobijarse
y haz que encuentren pronto el hogar que desean.
Dígnate dar y conservar los frutos de la tierra
para que a nadie falte el pan de cada día.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Señor, ten piedad de los difuntos
y ábreles la puerta de tu mansión eterna.
Movidos por el Espíritu Santo, dirijamos al Padre la oración que Cristo nos
enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Oh Dios, que por medio de la humillación de tu Hijo levantaste a
la humanidad caída, conserva a tus fieles en continua alegría y concede los
gozos del cielo a quienes has librado de la muerte eterna. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL SÁBADO 16 DE ENERO 2021
Lecturas de
la Semana la 1ª Tiempo Ordinario - Ciclo B
Sábado, 16 de enero de 2021
Primera lectura
Lectura de
la carta a los Hebreos (4,12-16):
Hermanos:
La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo;
penetra hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos;
juzga los deseos e intenciones del corazón.
Nada se le oculta; todo está patente y descubierto a los ojos de aquel a quien
hemos de rendir cuentas.
Así pues, ya que tenemos un sumo sacerdote grande que ha atravesado el cielo,
Jesús, Hijo de Dios, mantengamos firme la confesión de fe.
No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades,
sino que ha sido probado en todo, como nosotros, menos en el pecado.
Por eso, comparezcamos confiados ante el trono de la gracia, para alcanzar
misericordia y encontrar gracia para un auxilio oportuno.
Palabra de Dios
Salmo
Sal
18.8.9.10.15
R/. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida
V/. La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye a los ignorantes. R/.
R/. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida
V/. Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.
R/. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida
V/. El temor del Señor es puro
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.
R/. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida
V/. Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,
Señor, Roca mía, Redentor mío. R/.
R/. Tus
palabras, Señor, son espíritu y vida
Sábado, 16 de enero de 2021
Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Marcos (2,13-17):
13 Salió de nuevo por la orilla del
mar, toda la gente acudía a él, y él les enseñaba.
14 Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo,
sentado en el despacho de impuestos, y le dice: «Sígueme.» Él se levantó y le
siguió.
15 Y sucedió que estando él a la mesa en
casa de Leví, muchos publicanos y pecadores estaban a la mesa con Jesús y sus
discípulos, pues eran muchos los que le seguían.
16 Al ver los escribas de los fariseos que
comía con los pecadores y publicanos, decían a los discípulos: « ¿Qué? ¿Es que
come con los publicanos y pecadores?»
17 Al oír esto Jesús, les dice: «No
necesitan médico los que están fuertes, sino los que están mal; no he venido a
llamar a justos, sino a pecadores.»
Palabra de Dios
«No he
venido a llamar a los justos, sino a pecadores».
*El
Señor me quiere a su lado, y me hace saber que hay un lugar especial, reservado
para los enfermos y los pecadores. Yo quiero estar sentado en esa mesa. El
Señor no vino a llamar a justo, sino a desajustado como yo. Y el Señor que sabe
reparar todo, me ajustará y un día con su ayuda y la reparación que el Señor
haga en mí, tengo la esperanza y la seguridad que seré, un hombre nuevo, y con
la capacidad de obedecer a la palabra del Señor. El Señor me ofrece un gran
privilegio que yo pueda estar sentado en la misma mesa con él*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.