Musica Para el Alma
viernes, 25 de marzo de 2022
LUCAS 15,1-3.11-32 CICLO C
*Lecturas del Domingo 4º de Cuaresma - Ciclo C*
Domingo, 27 de marzo de 2022
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (15, 1-3.11-32)*
En aquel tiempo, solían acercaron a Jesús todos los publicanos y los pecadores
a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo:
- «Ese acoge a los pecadores y come con ellos.»
Jesús les dijo esta parábola:
- «Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: "Padre,
dame la parte que me toca de la fortuna."
El padre les repartió los bienes.
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo,se marchó a un
país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente.
Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y
empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y se contrató con uno de los
ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Deseaba
saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada.
Recapacitando entonces, se dijo:
"Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí
me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y
le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme
hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros. "
Se levantó y vino a donde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su
padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó
al cuello y lo cubrió de besos.
Su hijo le dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no
merezco llamarme hijo tuyo, "
Pero el padre dijo a sus criados:
"Sacad en seguida la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la
mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y
celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido;
estaba perdido, y lo hemos encontrado."
Y empezaron a celebrar el banquete.
Su hijo mayor estaba en el campo.
Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a
uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
Este le contestó:
"Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado, porque
lo ha recobrado con salud."
El se indignó y no quería entrar; pero su padre salió e intentaba persuadirlo.
Entonces él respondió a su padre:
"Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya,
a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en
cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas
mujeres, le matas el ternero cebado."
El padre le dijo:
"Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso
celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha
revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado"».
Palabra del Señor
*El que desea y quiere
amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
《Ese acoge a los pecadores y come con
ellos》
*La misericordia es el centro para mí en esta
palabra, hay un lugar para mí en la mesa junto al Señor, y para estar junto al
Señor dos cosas son muy importante: La primera: sentir la gran necesidad de un
encuentro con el Señor. Y la segunda es: reconocer que soy un pecador,
"porque él acoge a los pecadores". Pero qué sucede, no me creo que
soy un pecador, porqué yo mismo me hago un juicio y resulta que termino siendo
inocente, porque ni mato, ni robo, ni le hago mal a nadie, no me meto con nadie
y así nadie se mete con migo, eso me sucede porque no me hago las preguntas
como deben ser, ¿amó al Señor? El Señor, quiere que cambie de mentalidad y me
convierta a él, porque él tiene para mí, un anillo, una túnica, y unas
sandalias, para una nueva vida junto a él.
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a
la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL DOMINGO 27
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
TIEMPO DE
CUARESMA
DOMINGO
DE LA SEMANA IV
Propio del Tiempo. Salterio IV
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros
murió, venid, adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros
murió, venid, adorémosle.
Himno: OH SOL DE SALVACIÓN, OH JESUCRISTO.
Oh sol de salvación, oh Jesucristo,
alumbra lo más hondo de las almas,
en tanto que la noche retrocede
y el día sobre el mundo se levanta.
Junto con este favorable tiempo
danos ríos de lágrimas copiosas,
para lavar el corazón que, ardiendo
en jubilosa caridad, se inmola.
La fuente que hasta ayer manó delitos
ha de manar desde hoy perenne llanto,
si con la vara de la penitencia
el pecho empedernido es castigado.
Ya se avecina el día, el día tuyo,
volverá a florecer el universo;
compartamos su gozo los que fuimos
devueltos por tu mano a tus senderos.
Oh Trinidad clemente, que te adoren
tierra y cielo a tus pies arrodillados,
y que nosotros, por tu gracia nuevos,
cantemos en tu honor un nuevo canto. Amén
SALMODIA
Ant 1. Tú eres mi Dios, te doy gracias; Dios mío, yo te ensalzo.
Salmo 117 - HIMNO DE ACCIÓN DE GRACIAS DESPUÉS DE LA VICTORIA.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Diga la casa de Aarón:
eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia.
En el peligro grité al Señor,
y me escuchó, poniéndome a salvo.
El Señor está conmigo: no temo;
¿qué podrá hacerme el hombre?
El Señor está conmigo y me auxilia,
veré la derrota de mis adversarios.
Mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los hombres,
mejor es refugiarse en el Señor
que confiar en los magnates.
Todos los pueblos me rodeaban,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban cerrando el cerco,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban como avispas,
ardiendo como fuego en las zarzas,
en el nombre del Señor los rechacé.
Empujaban y empujaban para derribarme,
pero el Señor me ayudó;
el Señor es mi fuerza y mi energía,
él es mi salvación.
Escuchad: hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos:
«La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa,
la diestra del Señor es poderosa.»
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
Me castigó, me castigó el Señor,
pero no me entregó a la muerte.
Abridme las puertas del triunfo,
y entraré para dar gracias al Señor.
Esta es la puerta del Señor:
los vencedores entrarán por ella.
Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación.
La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Éste es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios: él nos ilumina.
Ordenad una procesión con ramos
hasta los ángulos del altar.
Tú eres mi Dios, te doy gracias;
Dios mío, yo te ensalzo.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tú eres mi Dios, te doy gracias; Dios mío, yo te ensalzo.
Ant 2. Capaz eres, Señor, de liberarnos de la mano del poderoso;
líbranos, Señor, Dios nuestro.
Cántico: QUE LA CREACIÓN ENTERA ALABE AL SEÑOR Dn 3, 52-57
Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres:
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito tu nombre, Santo y glorioso:
a él gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres en el templo de tu santa gloria:
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres sobre el trono de tu reino:
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres tú, que sentado sobre querubines sondeas los abismos:
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres en la bóveda del cielo:
a ti honor y alabanza por los siglos.
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Capaz eres, Señor, de liberarnos de la mano del poderoso;
líbranos, Señor, Dios nuestro.
Ant 3. Alabad al Señor por sus obras mangníficas.
Salmo 150 - ALABAD AL SEÑOR.
Alabad al Señor en su templo,
alabadlo en su augusto firmamento.
Alabadlo por sus obras magníficas,
alabadlo por su inmensa grandeza.
Alabadlo tocando trompetas,
alabadlo con arpas y cítaras,
Alabadlo con tambores y danzas,
alabadlo con trompas y flautas,
alabadlo con platillos sonoros,
alabadlo con platillos vibrantes.
Todo ser que alienta, alabe al Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alabad al Señor por sus obras mangníficas.
LECTURA BREVE Cf. Ne 8, 9. 10
Este día está consagrado al Señor vuestro Dios; no hagáis duelo ni lloréis. No
estéis tristes: la alegría del Señor es vuestra fortaleza.
RESPONSORIO BREVE
V. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
V. Tú que fuiste triturado por nuestros crímenes.
R. Ten piedad de nosotros.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
PRIMERA LECTURA
Del libro del Levítico
8, 1-17; 9, 22-24
CONSAGRACIÓN DE LOS
SACERDOTES
En aquellos días, el Señor habló a Moisés:
«Llama a Aarón y a sus hijos, toma las vestiduras, el aceite de la unción, el
novillo del sacrificio expiatorio, los dos carneros Y el cestillo de panes
ázimos, y convoca a toda la asamblea a la entrada de la Tienda de Reunión.»
Moisés cumplió el mandato del Señor, y se congregó a la asamblea a la entrada
de la Tienda de Reunión. Moisés dijo a la asamblea:
«Esto es lo que el Señor manda hacer.»
Después hizo acercarse a Aarón y a sus hijos e hizo que se lavaran. Revistió
luego a Aarón con la túnica y le ciñó la banda, le puso el manto y encima le
colocó el efod, sujetándolo con el cíngulo. Le impuso el pectoral con los urim
y tumim. Le puso una tiara en la cabeza y, en la parte frontal de la misma, le
impuso la lámina de oro, la diadema santa, como el Señor se lo había mandado.
Moisés, tomando después el aceite de la unción, ungió la morada y cuanto en
ella había, y los consagró. Roció con el aceite siete veces el altar y ungió el
altar con todos sus utensilios, la pila y su base para consagrarlos. Luego
derramó aceite sobre la cabeza de Aarón, y lo ungió para consagrarlo. Después
Moisés hizo acercarse a los hijos de Aarón, les vistió la túnica, les ciñó la
banda y les puso sobre la cabeza las mitras, como el Señor se lo había
ordenado.
Hizo traer el novillo del sacrificio expiatorio. Aarón y sus hijos pusieron sus
manos sobre la cabeza de la víctima. Moisés la degolló y, tomando sangre, untó
con el dedo los salientes del altar por todos los lados: así purificó el altar.
Derramó la sangre al pie del altar, y lo consagró haciendo sobre él el rito de
expiación. Tomó toda la grasa que envuelve las vísceras y el lóbulo del hígado,
así como los dos riñones con su grasa, y lo quemó todo sobre el altar. El resto
del novillo, la piel, carne e intestinos los quemó fuera del campamento, como
el Señor se lo había ordenado.
Entonces Aarón, alzando las manos sobre el pueblo, lo bendijo; y, después de
haber ofrecido el sacrificio expiatorio, el holocausto y el sacrificio de
comunión, descendió del altar. Aarón y Moisés entraron en la Tienda de Reunión.
Cuando salieron, bendijeron al pueblo. Y la gloria del Señor se mostró a todo
el pueblo. De la presencia del Señor salió fuego que devoró el holocausto y la
grasa. Al ver esto, todo el pueblo prorrumpió en aclamaciones y cayó rostro en
tierra.
RESPONSORIO
Hb 7, 23-24; Sir 45, 7. 8
R. Aquellos sacerdotes fueron
constituidos en gran número, porque la muerte les impedía perdurar en su
sacerdocio; * pero Cristo, como permanece
para siempre, tiene un sacerdocio eterno.
V. El Señor exaltó a Aarón, le dio el
sacerdocio del pueblo y le ciñó una gloriosa vestidura.
R. Pero Cristo, como permanece para
siempre, tiene un sacerdocio eterno.
SEGUNDA LECTURA
De los Tratados de san
Agustín, obispo, sobre el evangelio de san Juan
(Tratado 34, 8-9: CCL 36, 315-316)
CRISTO ES EL CAMINO HACIA
LA LUZ, LA VERDAD Y LA VIDA
El Señor dice: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no camina en tinieblas,
sino que tendrá la luz de la vida. Esta breve sentencia contiene un mandato y
una promesa. Cumplamos, pues, lo que nos manda, y así tendremos derecho a
esperar lo que nos promete. No sea que nos diga el día del juicio: «¿Ya hiciste
lo que te mandaba, pues que esperas alcanzar lo que prometí?» «¿Qué es lo que
mandaste, Señor, Dios nuestro?» Te dice: «Que me siguieras.» Has pedido un
consejo de vida. ¿Y de qué vida sino de aquella acerca de la cual está escrito:
En ti está la fuente viva?
Por consiguiente, ahora que es tiempo, sigamos al Señor; deshagámonos de las
amarras que nos impiden seguirlo. Pero nadie es capaz de soltar estas amarras
sin la ayuda de aquel de quien dice el salmo: Rompiste mis cadenas. Y como dice
también otro salmo: El Señor liberta a los cautivos, el Señor endereza a los
que ya se doblan.
Y nosotros, una vez libertados y enderezados, podemos seguir aquella luz de la
que afirma: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no camina en tinieblas,
sino que tendrá la luz de la vida. Porque el Señor abre los ojos al ciego.
Nuestros ojos, hermanos, son ahora iluminados por el colirio de la fe. Para
iluminar al ciego de nacimiento, primero le untó los ojos con tierra mezclada
con saliva. También nosotros somos ciegos desde nuestro nacimiento de Adán, y
tenemos necesidad de que él nos ilumine. Mezcló saliva con tierra. La Palabra
se hizo carne y puso su morada entre nosotros. Mezcló saliva con tierra; por
eso estaba escrito: La verdad brota de la tierra; y él mismo dijo: Yo soy el
camino, la verdad y la vida.
Disfrutaremos de la posesión de la verdad cuando lo veamos cara a cara, ya que
también esto se nos ha prometido. Pues, ¿cómo nos atreveríamos a esperar lo que
Dios no se hubiera dignado prometernos o darnos?
Veremos cara a cara, como dice el Apóstol: Al presente conozco imperfectamente,
como en un espejo y borrosamente; entonces lo veremos cara a cara. Y el apóstol
Juan dice en su carta: Queridos hermanos, ahora somos hijos de Dios y aún no se
ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos
semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
Se trata, en verdad, de una gran promesa; si lo amas, síguelo. «Lo amo -me
respondes-, mas, ¿por dónde he de seguirlo?» Si el Señor, tu Dios, te hubiese
dicho: «Yo soy la verdad y la vida», tú, deseoso de esta verdad y de esta vida,
tendrías razón de decirte a ti mismo: «Gran cosa es la verdad, gran cosa es la
vida; ¡si hubiese un camino para llegar a ellas!»
¿Preguntas cuál es el camino? Fíjate que el Señor dice en primer lugar: Yo soy
el camino. Antes de decirte a donde, te indica por donde: Yo soy —dice— el
camino. ¿El camino hacia dónde? La verdad y la vida. Primero dice por donde has
de ir, luego a donde has de ir. Yo soy el camino, yo soy la verdad, yo soy la
vida. Permaneciendo junto al Padre, es verdad y vida; haciéndose hombre, se
hizo camino.
No se te dice: «Esfuérzate en hallar el camino, para que puedas llegar a la
verdad y a la vida»; no, ciertamente. ¡Levántate, perezoso! El camino en
persona vino a ti, te despertó del sueño, si es que ha llegado a despertarte;
levántate, pues, y camina.
Quizá te esfuerzas en caminar y no puedes, porque te duelen los pies. ¿Por qué
te duelen? ¿No será porque, movidos por la avaricia, han recorrido lugares
escabrosos? Pero aquel que es la Palabra de Dios curó también a los cojos.
«Resulta -dirás- que tengo sanos los pies, pero no acierto a ver el camino.»
Piensa entonces que también abrió los ojos al ciego.
RESPONSORIO
Sal 118, 104b-105; Jn 6, 69b
R. Odio el camino de la mentira; * lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero.
V. Señor, ¿a quién vamos a ir? Tú
tienes palabras de vida eterna.
R. Lámpara es tu palabra para mis
pasos, luz en mi sendero.
*Lecturas del Domingo 4º de Cuaresma - Ciclo C*
Domingo, 27 de marzo de 2022
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (15, 1-3.11-32)*
En aquel tiempo, solían acercaron a Jesús todos los publicanos y los pecadores
a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo:
- «Ese acoge a los pecadores y come con ellos.»
Jesús les dijo esta parábola:
- «Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: "Padre,
dame la parte que me toca de la fortuna."
El padre les repartió los bienes.
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo,se marchó a un
país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente.
Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y
empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y se contrató con uno de los
ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Deseaba
saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada.
Recapacitando entonces, se dijo:
"Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí
me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y
le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme
hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros. "
Se levantó y vino a donde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su
padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó
al cuello y lo cubrió de besos.
Su hijo le dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no
merezco llamarme hijo tuyo, "
Pero el padre dijo a sus criados:
"Sacad en seguida la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la
mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y
celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido;
estaba perdido, y lo hemos encontrado."
Y empezaron a celebrar el banquete.
Su hijo mayor estaba en el campo.
Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a
uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
Este le contestó:
"Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado, porque
lo ha recobrado con salud."
El se indignó y no quería entrar; pero su padre salió e intentaba persuadirlo.
Entonces él respondió a su padre:
"Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya,
a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en
cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas
mujeres, le matas el ternero cebado."
El padre le dijo:
"Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso
celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha
revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado"».
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Padre, he pecado contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Padre, he pecado contra ti; ya no merezco
llamarme hijo tuyo
PRECES
Glorifiquemos a Dios, cuya bondad es infinita, y elevemos a él
nuestra oración por medio de Jesucristo, que está siempre vivo para interceder
en favor nuestro; digámosle:
Enciende, Señor, en nosotros la llama de tu amor.
Dios de misericordia, haz que hoy nos entreguemos generosamente a las obras de
amor al prójimo,
para que tu misericordia, a través de nosotros, llegue a todos los hombres.
Tú que en el arca salvaste a Noé de las aguas del diluvio,
salva por el agua del bautismo a los catecúmenos.
Concédenos vivir no sólo de pan,
sino de toda palabra que sale de tu boca.
Haz que, con tu ayuda, venzamos toda disensión
y podamos gozarnos en el don de tu paz y de tu amor.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Invoquemos a Dios Padre con la oración que nos enseñó Jesús:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, que por tu Palabra hecha carne has reconciliado
contigo admirablemente al género humano, haz que el pueblo cristiano se apreste
a celebrar las próximas fiestas pascuales con una fe viva y con una entrega
generosa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
II VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: OH BONDADOSO CREADOR.
Oh bondadoso Creador, escucha
la voz de nuestras súplicas y el llanto
que, mientras dura el sacrosanto ayuno
de estos cuarenta días, derramamos.
A ti, que escrutas nuestros corazones
y que conoces todas sus flaquezas,
nos dirigimos para suplicarte
la gracia celestial de tu indulgencia.
Mucho ha sido, en verdad, lo que pecamos,
pero estamos, al fin, arrepentidos,
y te pedimos, por tu excelso nombre,
que nos cures los males que sufrimos.
Haz que, contigo ya reconciliados,
podamos dominar a nuestros cuerpos,
y, llenos de tu amor y de tu gracia,
no pequen más los corazones nuestros.
Oh Trinidad Santísima, concédenos,
oh simplicísima Unidad, otórganos
que los efectos de la penitencia
de estos días nos sean provechosos. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Él ha sido constituido por Dios Juez de vivos y muertos.
Salmo 109, 1-5. 7 - EL MESÍAS, REY Y SACERDOTE.
Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.»
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora.»
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno
según el rito de Melquisedec.»
El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente,
por eso levantará la cabeza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Él ha sido constituido por Dios Juez de vivos y muertos.
Ant 2. Dichoso el que se apiada por amor del Señor: su recuerdo será
perpetuo.
Salmo 111- FELICIDAD DEL JUSTO
Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita.
En su casa habrá riquezas y abundancia,
su caridad es constante, sin falta.
En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo.
Dichoso el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo.
No temerá las malas noticias,
su corazón está firme en el Señor.
Su corazón está seguro, sin temor,
hasta que vea derrotados a sus enemigos.
Reparte limosna a los pobres;
su caridad es constante, sin falta,
y alzará la frente con dignidad.
El malvado, al verlo, se irritará,
rechinará los dientes hasta consumirse.
La ambición del malvado fracasará.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dichoso el que se apiada por amor del Señor: su recuerdo será
perpetuo.
Ant 3. Lo que Dios había dicho por los profetas, que su Mesías tenía que
padecer, lo ha cumplido.
Cántico: PASIÓN VOLUNTARIA DE CRISTO, SIERVO DE DIOS 1Pe 2, 21b-24
Cristo padeció por nosotros,
dejándonos un ejemplo
para que sigamos sus huellas.
El no cometió pecado
ni encontraron engaño en su boca;
cuando le insultaban,
no devolvía el insulto;
en su pasión no profería amenazas;
al contrario,
se ponía en manos del que juzga justamente.
Cargado con nuestros pecados subió al leño,
para que, muertos al pecado,
vivamos para la justicia.
Sus heridas nos han curado.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Lo que Dios había dicho por los profetas, que su Mesías tenía que
padecer, lo ha cumplido.
LECTURA BREVE 1Co 9, 24-25
Los atletas que corren en el estadio corren todos, pero uno sólo consigue el
premio. Corred como él, para conseguirlo. Todo atleta se impone moderación en
todas sus cosas. Ellos lo hacen para alcanzar una corona que se marchita;
nosotros una que no se ha de marchitar jamás.
RESPONSORIO BREVE
V. Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti.
R. Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti.
V. Cristo, oye los ruegos de los que te suplicamos.
R. Porque hemos pecado contra ti.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Hijo del Hombre será levantado en alto: el que cre en él tendrá
vida eterna
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Hijo del Hombre será levantado en alto: el que cre en él tendrá
vida eterna
PRECES
Demos siempre gracias a Cristo, nuestra cabeza y nuestro maestro,
que vino a servir y a hacer el bien a todos, y digámosle humilde y
confiadamente:
Atiende, Señor, a tu Iglesia.
Asiste, Señor, a los obispos y presbíteros de la Iglesia y haz que cumplan bien
su misión de ser instrumentos tuyos, cabeza y pastor de la Iglesia,
para que por medio de ti conduzcan a todos los hombres al Padre.
Que tus ángeles sean compañeros de camino de los que están de viaje,
para que se vean libres de todo peligro de cuerpo y de alma.
Enséñanos, Señor, a servir a todos los hombres,
imitándote a ti, que viniste a servir y no a ser servido.
Haz que en toda comunidad humana reine un espíritu fraternal,
para que, estando tú en medio de ella, sea como una plaza fuerte.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Sé misericordioso, Señor, con todos los difuntos y admítelos a contemplar la
luz de tu rostro.
Unidos fraternalmente, dirijamos al Padre nuestra oración común:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, que por tu Palabra hecha carne has reconciliado
contigo admirablemente al género humano, haz que el pueblo cristiano se apreste
a celebrar las próximas fiestas pascuales con una fe viva y con una entrega
generosa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL DOMINGO 27 DE MARZO 2022
*Lecturas del Domingo 4º de Cuaresma - Ciclo C*
Domingo, 27 de marzo de 2022
Primera
lectura
Lectura del
libro de Josué (5,9a.10-12):
En aquellos días, dijo el Señor a Josué:
- «Hoy os he quitado de encima el oprobio de Egipto.»
Los hijos de Israel acamparon en Guilgal y celebraron allí la Pascua al
atardecer del día catorce del mes, en la estepa de Jericó.
El día siguiente a la Pascua, comieron ya de los productos de la tierra: ese
día, panes ácimos y espigas tostadas.
Y desde ese día en que comenzaron a comer de los productos de la tierra, cesó
el maná. Los hijos de Israel ya no tuvieron maná, sino que ya aquel año
comieron de la cosecha de la tierra de Canaán.
Palabra de Dios
Salmo
Sal
33,2-3.4-5.6-7
R/. Gustad y ved qué
bueno es el Señor
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloria en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R
Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R.
Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
El afligido invocó al Señor,
él lo escucha y lo salvó de sus angustias. R.
Segunda
lectura
Lectura de
la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (5,17-21):
Hermanos:
Si alguno está en Cristo es una criatura nueva. Lo viejo ha pasado, ha
comenzado lo nuevo.
Todo procede de Dios, que nos reconcilió consigo por medio de Cristo y nos encargó
el ministerio de la
reconciliación.
Porque Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirles
cuenta de sus pecados, y
ha puesto en nosotros el mensaje de la reconciliación.
Por eso, nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo
exhortara por medio de
de nosotros. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios. Al
que no había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro pecado, para que
nosotros, unidos a él, recibamos la justificación de Dios.
Palabra de Dios
*Lecturas del Domingo 4º de Cuaresma - Ciclo C*
Domingo, 27 de marzo de 2022
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (15, 1-3.11-32)*
En aquel tiempo, solían acercaron a Jesús todos los publicanos y los pecadores
a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo:
- «Ese acoge a los pecadores y come con ellos.»
Jesús les dijo esta parábola:
- «Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: "Padre,
dame la parte que me toca de la fortuna."
El padre les repartió los bienes.
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo,se marchó a un
país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente.
Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y
empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y se contrató con uno de los
ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Deseaba
saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada.
Recapacitando entonces, se dijo:
"Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí
me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y
le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme
hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros. "
Se levantó y vino a donde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su
padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó
al cuello y lo cubrió de besos.
Su hijo le dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no
merezco llamarme hijo tuyo, "
Pero el padre dijo a sus criados:
"Sacad en seguida la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la
mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y
celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido;
estaba perdido, y lo hemos encontrado."
Y empezaron a celebrar el banquete.
Su hijo mayor estaba en el campo.
Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a
uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
Este le contestó:
"Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado, porque
lo ha recobrado con salud."
El se indignó y no quería entrar; pero su padre salió e intentaba persuadirlo.
Entonces él respondió a su padre:
"Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya,
a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en
cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas
mujeres, le matas el ternero cebado."
El padre le dijo:
"Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso
celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha
revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado"».
Palabra del Señor
*El que desea y quiere
amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
《Ese acoge a los pecadores y come con
ellos》
*La misericordia es el centro para mí en esta
palabra, hay un lugar para mí en la mesa junto al Señor, y para estar junto al
Señor dos cosas son muy importante: La primera: sentir la gran necesidad de un
encuentro con el Señor. Y la segunda es: reconocer que soy un pecador,
"porque él acoge a los pecadores". Pero qué sucede, no me creo que
soy un pecador, porqué yo mismo me hago un juicio y resulta que termino siendo
inocente, porque ni mato, ni robo, ni le hago mal a nadie, no me meto con nadie
y así nadie se mete con migo, eso me sucede porque no me hago las preguntas
como deben ser, ¿amó al Señor? El Señor, quiere que cambie de mentalidad y me
convierta a él, porque él tiene para mí, un anillo, una túnica, y unas
sandalias, para una nueva vida junto a él.
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a
la vida eterna.
R. Amén.
LUCAS 18,9-14 CICLO B
*Lecturas del Sábado de la 3ª semana de Cuaresma*
Sábado, 26 de marzo de 2022
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (18,9-14)*
EN aquel tiempo, dijo Jesús esta parábola a algunos que confiaban en sí mismos
por considerarse justos y despreciaban a los demás:
«Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, publicano. El
fariseo, erguido, oraba así en su interior:
“Oh, Dios!, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones,
injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana
y pago el diezmo de todo lo que tengo”.
El publicano, en cambio, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos
al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: “Oh, Dios!, ten compasión de
este pecador”.
Os digo que este bajó a su casa justificado, y aquel no. Porque todo el que se
enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(¡Oh
Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos,
adúlteros; ni como ese. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo)
*En algunas ocasiones mis oraciones son muy parecida
a estas, porque muchas veces quiero obligar al Señor, en mi forma de pedir. En
mí no existe la compasión, me convierto en juez, y no me fijo que mis oraciones
están llenas, de rebeldía, de odio, soy bastante egoísta, porque pienso
que soy el que tiene la razón. De que me sirve, ayunar y dar limosna, si al final
mis oraciones no son sinceras. Pero la buena noticia para mi es que el Señor
tiene paciencia conmigo y me muestra el camino para llegar a él; y el camino
para llegar a él, es atreves del Amor y no cualquier amor, sino un amor que va
más allá de todas mis fuerza, un amor que quiere llevarme a amar a las personas
que me han hecho daño*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a
la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL SABADO 26
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
TIEMPO DE
CUARESMA
SÁBADO
DE LA SEMANA III
Propio del Tiempo. Salterio III
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro
corazón.»
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro
corazón.»
Himno: LOS HOMBROS TRAIGO CARGADOS.
Los hombros traigo cargados
de graves culpas, mi Dios;
dadme esas lágrimas vos
y tomad estos pecados.
Yo soy quien ha de llorar,
por ser acto de flaqueza;
que no hay en naturaleza
más flaqueza que el pecar.
Y, pues andamos trocados,
que yo peco y lloráis vos,
dadme esas lágrimas vos
y tomad estos pecados.
Vos sois quien cargar se puede
estas mis culpas mortales,
que la menor destas tales
a cualquier peso excede;
y, pues que son tan pesados
aquestos yerros, mi Dios,
dadme esas lágrimas vos
y tomad estos pecados.
Al Padre, al Hijo, al Amor,
alegres cantad, criaturas,
y resuene en las alturas
toda gloria y todo honor. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Tú, Señor, estás cerca, y todos tus mandatos son estables.
Salmo 118, 145-152 TE INVOCO DE TODO CORAZÓN
Te invoco de todo corazón;
respóndeme, Señor, y guardaré tus leyes;
a ti grito: sálvame,
y cumpliré tus decretos;
me adelanto a la aurora pidiendo auxilio,
esperando tus palabras.
Mis ojos se adelantan a las vigilias de la noche,
meditando tu promesa;
escucha mi voz por tu misericordia,
con tus mandamientos dame vida;
ya se acercan mis inicuos perseguidores,
están lejos de tu voluntad.
Tú, Señor, estás cerca,
y todos tus mandatos son estables;
hace tiempo comprendí que tus preceptos
los fundaste para siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tú, Señor, estás cerca, y todos tus mandatos son estables.
Ant 2. Mándame tu sabiduría, Señor, para que me asista en mis trabajos.
Cántico: DAME SEÑOR, LA SABIDURÍA Sb 9, 1-6. 9-11
Dios de los padres y Señor de la misericordia,
que con tu palabra hiciste todas las cosas,
y en tu sabiduría formaste al hombre,
para que dominase sobre tus creaturas,
y para que rigiese el mundo con santidad y justicia
y lo gobernase con rectitud de corazón.
Dame la sabiduría asistente de tu trono
y no me excluyas del número de tus siervos,
porque siervo tuyo soy, hijo de tu sierva,
hombre débil y de pocos años,
demasiado pequeño para conocer el juicio y las leyes.
Pues aunque uno sea perfecto
entre los hijos de los hombres,
sin la sabiduría, que procede de ti,
será estimado en nada.
Contigo está la sabiduría conocedora de tus obras,
que te asistió cuando hacías el mundo,
y que sabe lo que es grato a tus ojos
y lo que es recto según tus preceptos.
Mándala de tus santos cielos
y de tu trono de gloria envíala
para que me asista en mis trabajos
y venga yo a saber lo que te es grato.
Porque ella conoce y entiende todas las cosas,
y me guiará prudentemente en mis obras,
y me guardará en su esplendor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Mándame tu sabiduría, Señor, para que me asista en mis trabajos.
Ant 3. La fidelidad del Señor dura por siempre.
Salmo 116 - INVITACIÓN UNIVERSAL A LA ALABANZA DIVINA.
Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos:
Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. La fidelidad del Señor dura por siempre.
LECTURA BREVE Is 1, 16-18
«Lavaos, purificaos, apartad de mi vista vuestras malas acciones. Cesad de
obrar mal, aprended a obrar bien; buscad lo que es justo, haced justicia al
oprimido, defended al huérfano, proteged a la viuda. Entonces, venid, y
litigaremos —dice el Señor—. Aunque vuestros pecados sean como la grana,
blanquearán como la nieve; aunque sean rojos como escarlata, quedarán blancos
como lana.»
RESPONSORIO BREVE
V. Él me librará de la red del cazador.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Me cubrirá con su plumaje.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Él me librará de la red del cazador.
PRIMERA LECTURA
Del libro del Éxodo 40,
14-36
ERECCIÓN DEL SANTUARIO.
LA NUBE DEL SEÑOR
En aquellos días, Moisés llevó a cabo todo lo que el Señor le había mandado.
El día uno del mes primero del segundo año, fue levantado el santuario. Moisés
erigió el santuario, colocó las bases, puso los tablones con sus travesaños y
plantó las columnas; luego desplegó la Tienda por encima del santuario y puso
la cubierta sobre la Tienda, como el Señor se lo había ordenado.
Colocó luego el documento de la alianza en el arca, sujetó al arca las barras y
la cubrió con la placa de oro o propiciatorio. Después introdujo el arca en el
santuario y colgó la cortina de separación, de modo que ocultase el arca de la
alianza, como el Señor lo había ordenado a Moisés.
Colocó también la mesa en la Tienda de Reunión, en la parte norte del santuario
y fuera de la cortina. Sobre ella colocó los panes de oblación presentados al
Señor, como se lo había ordenado el Señor a Moisés. Instaló en seguida el
candelabro en la Tienda de Reunión, en la parte sur del santuario, frente a la
mesa, y colocó en él las lámparas en presencia del Señor, como el Señor lo
había ordenado a Moisés. Puso el altar de oro en la Tienda de Reunión, frente a
la cortina, y quemó sobre él el incienso aromático, como el Señor se lo había
ordenado. Colgó luego una cortina a la entrada del santuario y, junto a esta
entrada del santuario de la Tienda de Reunión, colocó el altar de los
holocaustos y ofreció sobre él el holocausto y la ofrenda, como lo había
ordenado el Señor a Moisés.
Colocó la pila entre la Tienda de Reunión y el altar, y echó agua en ella para
las abluciones. Moisés, Aarón y los hijos de éste se lavaron con esta agua las
manos y los pies. Y después, siempre que entraban a la Tienda de Reunión y se
acercaban al altar, se lavaban, como lo había ordenado el Señor a Moisés.
Finalmente, éste levantó el atrio alrededor del santuario y del altar, y colgó
un tapiz a la entrada del atrio. Y así dio término Moisés a toda la obra.
Entonces la nube cubrió la Tienda de Reunión, y la gloria del Señor llenó el
santuario. Moisés no pudo entrar en la Tienda de Reunión, porque la nube se
había posado sobre ella y la gloria del Señor llenaba el santuario.
Cuando la nube se alzaba del santuario, los hijos de Israel levantaban el
campamento para sus marchas por etapas. Pero, si la nube no se alzaba, ellos no
levantaban el campamento, sino que esperaban hasta que se alzase la nube. De
día la nube del Señor se posaba sobre el santuario, y de noche brillaba como
fuego a la vista de toda la casa de Israel. Así sucedió durante todo el tiempo
de su marcha.
RESPONSORIO
1Co 10, 1. 2; Ex 40, 32. 33
R. Nuestros padres estuvieron todos
bajo la nube, y todos atravesaron el mar; * todos fueron bautizados en Moisés
por la nube.
V. La nube cubrió la Tienda de
Reunión, y la gloria del Señor llenó el santuario.
R. Todos fueron bautizados en Moisés
por la nube.
SEGUNDA LECTURA
De las Disertaciones de
san Gregorio de Nacianzo, obispo
(Disertación 14, Sobre el amor a los pobres, 38. 40: PG 35, 907. 910)
SIRVAMOS A CRISTO EN LA
PERSONA DE LOS POBRES
Dichosos los misericordiosos -dice la Escritura-, porque ellos alcanzarán
misericordia. La misericordia no es, ciertamente, la última de las
bienaventuranzas. Y dice también el salmo: Dichoso el que cuida del pobre y
desvalido. Y asimismo: Dichoso el que se apiada y presta. Y en otro lugar: El
justo a diario se compadece y da prestado. Hagámonos, pues, dignos de estas
bendiciones divinas.
Ni la misma noche ha de interrumpir el ejercicio de nuestra misericordia. No
digas al prójimo: Anda, vete; mañana te lo daré. Que no haya solución de
continuidad entre nuestra decisión y su cumplimiento. La beneficencia es lo
único que no admite dilación.
Parte tu pan con el que tiene hambre, da hospedaje a los pobres que no tienen
techo, y ello con prontitud y alegría. Quien practique la misericordia -dice el
Apóstol-, que lo haga con jovialidad; esta prontitud y diligencia duplicarán el
premio de tu dádiva. Pues lo que se ofrece de mala gana y por fuerza no resulta
en modo alguno agradable ni hermoso. Hemos de alegrarnos en vez de
entristecernos cuando prestamos algún beneficio. Si quitas las cadenas y la
opresión, dice la Escritura, esto es, la avaricia y la reticencia, las dudas y
palabras quejumbrosas, ¿qué resultará de ello? Algo grande y admirable. Una gran
recompensa. Brillará tu luz como la aurora, en seguida te brotará la carne
sana. ¿Y quién hay que no desee la luz y la salud?
Por esto, si me juzgáis digno de alguna atención, siervos de Cristo, hermanos y
coherederos suyos, visitemos a Cristo siempre que se presente la ocasión,
alimentemos a Cristo, vistamos a Cristo, demos albergue a Cristo, honremos a
Cristo, no sólo en la mesa, como Simón, ni sólo con ungüentos, como María, ni
sólo en el sepulcro, como José de Arimatea, ni con lo necesario para la sepultura,
como aquel que amaba a medias a Cristo, Nicodemo, ni, por último, con oro,
incienso y mirra, como los Magos, sino que, ya que el Señor de todo quiere
misericordia y no sacrificios, y ya que la compasión está por encima de la
grasa de millares de carneros, démosela en la persona de los pobres y de los
que están hoy echados en el polvo, para que, al salir de este mundo, nos
reciban en las moradas eternas, por el mismo Cristo nuestro Señor, a quien sea
la gloria por los siglos. Amén.
RESPONSORIO
Mt 25, 35. 40; Jn 15, 12
R. Tuve hambre y me disteis de comer,
tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis. * Os aseguro
que cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo
lo hicisteis.
V. Este es mi mandamiento, que os
améis unos a otros como yo os he amado.
R. Os aseguro que cada vez que lo
hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis.
*Lecturas del Sábado de la 3ª semana
de Cuaresma*
Sábado, 26 de marzo de 2022
Evangelio
*Lectura del
santo evangelio según san Lucas (18,9-14)*
EN aquel tiempo, dijo Jesús esta parábola a algunos que confiaban en sí mismos
por considerarse justos y despreciaban a los demás:
«Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, publicano. El
fariseo, erguido, oraba así en su interior:
“Oh, Dios!, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones,
injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana
y pago el diezmo de todo lo que tengo”.
El publicano, en cambio, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos
al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: “Oh, Dios!, ten compasión de
este pecador”.
Os digo que este bajó a su casa justificado, y aquel no. Porque todo el que se
enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El publicano, quedándose a cierta distancia, no se atrevía ni
siquiera a levantar los ojos al cielo; y se daba golpes de pecho, mientras
decía: «¡Dios mío, ten compasión de mí, que soy un pecador!»
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El publicano, quedándose a cierta distancia, no se atrevía ni
siquiera a levantar los ojos al cielo; y se daba golpes de pecho, mientras
decía: «¡Dios mío, ten compasión de mí, que soy un pecador!»
PRECES
Glorifiquemos a Cristo, que para hacer de nosotros creaturas
nuevas ha instituido el baño del bautismo y nos alimenta con su palabra y su
carne, y supliquémosle, diciendo:
Renuévanos con tu gracia, Señor.
Señor Jesús, tú que eres manso y humilde de corazón, danos entrañas de
misericordia, bondad y humildad
y danos comprensión para con todos.
Que sepamos ayudar a los necesitados y consolar a los que sufren,
para imitarte a ti, el buen Samaritano.
Que María, la Virgen Madre, interceda por las vírgenes que se han consagrado a
tu servicio,
para que vivan su virginidad con un grande amor hacia ti, en bien de la
Iglesia.
Concédenos la abundancia de tu misericordia
y perdona la multitud de nuestros pecados y el castigo que por ellos merecemos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Digamos juntos la oración que Cristo nos enseñó y pidamos al Padre que nos
libre del mal:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, danos la gracia de celebrar esta Cuaresma con alegría y de
penetrar a fondo el verdadero sentido del misterio pascual, para que podamos
alcanzar plenamente su eficacia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos
de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
I VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: INSIGNE DEFENSOR DE NUESTRA CAUSA.
Insigne defensor de nuestra causa,
Señor y Salvador del pueblo humano,
acoge nuestras súplicas humildes,
perdona nuestras culpas y pecados.
El día con sus gozos y sus penas
pasó dejando huellas en el alma,
igual que nuestros pies en su camino
dejaron en el polvo sus pisadas.
No dejes de mirarnos en la noche,
dormida nuestra vida en su regazo;
vigila el campamento de los hombres,
camino de tu reino ya cercano.
Ahuyenta de tu pueblo la zozobra,
sé nube luminosa en el desierto,
sé fuerza recobrada en el descanso,
mañana y horizonte siempre abierto.
Bendice, Padre santo, la tarea
del pueblo caminante en la promesa;
llegados a Emaús, tu Hijo amado
nos parta el pan y el vino de la cena. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Vamos a la casa del Señor, con alegría.
Salmo 121 LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN
¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.
Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia
en el palacio de David.
Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios.»
Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo.»
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Vamos a la casa del Señor, con alegría.
Ant 2. Despierta, tú que duermes, surge de entre los muertos; y Cristo
con su luz te alumbrará.
Salmo 129 - DESDE LO HONDO A TI GRITO, SEÑOR.
Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto.
Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Despierta, tú que duermes, surge de entre los muertos; y Cristo
con su luz te alumbrará.
Ant 3. Dios, por el gran amor con que nos amó, aún cuando estábamos
muertos por nuestros pecados, nos vivificó con Cristo.
Cántico: CRISTO, SIERVO DE DIOS, EN SU MISTERIO PASCUAL - Flp 2,
6-11
Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios,
al contrario, se anonadó a sí mismo,
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dios, por el gran amor con que nos amó, aún cuando estábamos
muertos por nuestros pecados, nos vivificó con Cristo.
LECTURA BREVE 2Co 6, 1-4a
Os exhortamos a que deis pruebas de no haber recibido en vano la gracia de
Dios, pues dice él en la Escritura: «En el tiempo propicio te escuché, y te
ayudé en el día de salvación.» Ahora es el tiempo propicio, ahora es el día de
salvación. A nadie queremos dar nunca motivo de escándalo, a fin de no hacer
caer en descrédito nuestro ministerio, antes al contrario, queremos
acreditarnos siempre en todo como verdaderos servidores de Dios.
RESPONSORIO BREVE
V. Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti.
R. Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti.
V. Cristo, oye los ruegos de los que te suplicamos.
R. Porque hemos pecado contra ti.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Tanto amó Dios al mundo que le entregó su Hijo único; el que cree
en él no perece, sino que tiene vida eterna
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tanto amó Dios al mundo que le entregó su Hijo único; el que cree
en él no perece, sino que tiene vida eterna
PRECES
Bendigamos al Señor, solícito y providente para con todos los
hombres, e invoquémosle, diciendo:
Salva, Señor, a los que has redimido.
Señor, fuente de todo bien y origen de toda verdad, llena con tus dones a todos
los obispos
y conserva en la doctrina de los apóstoles a los fieles que les han sido
confiados.
Que aquellos que se nutren con el mismo pan de vida vivan unidos en la caridad,
para que todos seamos uno en el cuerpo de tu Hijo.
Que nos despojemos de nuestra vieja condición humana y de sus obras,
y nos renovemos a imagen de Cristo, tu Hijo.
Concede a tu pueblo que por la penitencia obtenga el Perdón de sus pecados
y tenga parte en los méritos de Jesucristo.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Haz que nuestros hermanos difuntos puedan alabarte eternamente en el cielo,
y que nosotros esperemos confiadamente unirnos a ellos en tu reino.
Pidamos a nuestro Padre, con las palabras que Cristo nos enseñó, que nos dé la
fuerza que necesitamos para no caer en la tentación:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, que por tu Palabra hecha carne has reconciliado
contigo admirablemente al género humano, haz que el pueblo cristiano se apreste
a celebrar las próximas fiestas pascuales con una fe viva y con una entrega
generosa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.