Musica Para el Alma
martes, 27 de abril de 2021
EVANGELIO DE JUAN 12,44-50 CICLO B
*Lecturas
de la 4ª Semana del Tiempo Pascua Ciclo B*
Miércoles, 28 de abril de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Juan (12,44-50)*
En aquel tiempo, Jesús gritó diciendo:
«El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado. Y el que me ve
a mí, ve al que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, y así, el que
cree en mí no quedará en tinieblas.
Al que oiga mis palabras y no las cumpla, yo no lo juzgo, porque no he venido
para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no acepta
mis palabras tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he pronunciado, esa lo
juzgará en el último día. Porque yo no he hablado por cuenta mía; el Padre que
me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he de hablar. Y sé
que su mandato es vida eterna. Por tanto, lo que yo hablo, lo hablo como me ha
encargado el Padre».
Palabra del Señor
*(Yo, la
luz, he venido al mundo para que todo el que crea en mí no siga en las
tinieblas)*
*El Señor viene a
traerme la luz, no ha venido a juzgarme, sino a iluminar mi historia, para que pueda
ver y seguir el camino correcto. Si no tengo luz, puedo caer en un abismo
profundo e inmenso y eso es lo que me quiere evitar el Señor, para que no caiga
en las tinieblas. Vivir en la luz para mí es sentir las caricias del Señor en
las partes oscuras de mi vida, que me hacen sufrir. Mi deseo es siempre que los
demás cambien para no sufrir; pero yo no hago ni el más mínimo esfuerzo de
cambiar, y de vivir como hijo de la luz. La buena noticia es que el Señor viene
en mi ayuda para que pueda aprender a vivir como hijo de la luz, e iluminar las
tinieblas que hay en mí*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VÍSPERAS DEL MIÉRCOLES 28. SAN LUIS MARÍA GRIGNION DE MONTFOTT
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*San Luis María Grignion de Montfort*
TIEMPO PASCUAL
MIÉRCOLES DE SEMANA IV
Propio del Tiempo. Salterio IV
28 de abril
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
INVITATORIO
Ant. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: GLORIOSA AURORA DE ESTE NUEVO DÍA
Gloriosa aurora de este nuevo día,
despierta en nuestras almas la alegría
de ver nuestro Señor glorificado,
vencidos ya la muerte y el pecado.
Jesús llena de luz el mundo entero;
de cuantos vivirán, él el primero
entró en la luz de eternas claridades,
glorioso ya sin fin de eternidades.
Torrente de alegría, salte y fluya
el grito jubiloso de aleluya,
los hombres y los pueblos lo repitan,
sus vidas en el Cristo resucitan.
Jesús, presente y vivo en tus hermanos,
acoge nuestras manos en tus manos,
conduce el caminar de nuestras vidas
por sendas de vivir ya redimidas.
Recibe, Padre santo, la alabanza
del pueblo que te aclama en la esperanza
de ser junto a tu Hijo eternamente
reunido por tu Espíritu clemente. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Elévate sobre el cielo, Dios mío. Aleluya.
Salmo 107 - ALABANZA AL SEÑOR Y PETICIÓN DE AUXILIO.
Dios mío, mi corazón está firme,
para tí cantaré y tocaré, gloria mía.
Despertad, cítara y arpa,
despertaré a la aurora.
Te daré gracias ante los pueblos, Señor,
tocaré para ti ante las naciones:
por tu bondad, que es más grande que los cielos;
por tu fidelidad, que alcanza a las nubes.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria;
para que se salven tus predilectos,
que tu mano salvadora nos responda.
Dios habló en su santuario:
«Triunfante ocuparé Siquén,
parcelaré el valle de Sucot;
mío es Galaad, mío Manasés,
Efraín es yelmo de mi cabeza,
Judá es mi cetro;
Moab, una jofaina para lavarme,
sobre Edom echo mi sandalia,
sobre Filistea canto victoria.»
Pero ¿quién me guiará a la plaza fuerte,
quién me conducirá a Edom,
si tú, ¡oh Dios!, nos has rechazado
y no sales ya con nuestras tropas?
Auxílianos contra el enemigo,
que la ayuda del hombre es inútil;
con Dios haremos proezas,
El pisoteará a nuestros enemigos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Elévate sobre el cielo, Dios mío. Aleluya.
Ant 2. El Señor hará brotar la justicia y los himnos ante todos los
pueblos. Aleluya.
Cántico: ALEGRIA DEL PROFETA ANTE LA NUEVA JERUSALÉN Is 61, 10—62, 5
Desbordo de gozo con el Señor,
y me alegro con mi Dios:
porque me ha vestido un traje de gala
y me ha envuelto en un manto de triunfo,
como a un novio que se pone la corona,
o a una novia que se adorna con sus joyas.
Como el suelo echa sus brotes,
como un jardín hace brotar sus semillas,
así el Señor hará brotar la justicia
y los himnos, ante todos los pueblos.
Por amor de Sión no callaré,
por amor de Jerusalén no descansaré,
hasta que despunte la aurora de su justicia
y su salvación llamee como antorcha.
Los pueblos verán tu justicia,
y los reyes, tu gloria;
te pondrán un nombre nuevo
pronunciado por la boca del Señor.
Serás corona fúlgida en la mano del Señor
y diadema real en la palma de tu Dios.
Ya no te llamarán «Abandonada»;
ni a tu tierra, «Devastada»;
a ti te llamarán «Mi favorita»,
y a tu tierra, «Desposada»,
porque el Señor te prefiere a ti,
y tu tierra tendrá marido.
Como un joven se casa con su novia,
así te desposa el que te construyó;
la alegría que encuentra el marido con su esposa,
la encontrará tu Dios contigo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor hará brotar la justicia y los himnos ante todos los
pueblos. Aleluya.
Ant 3. El Señor reina eternamente. Aleluya.
Salmo 145 - FELICIDAD DE LOS QUE ESPERAN EN DIOS.
Alaba, alma mía, al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista.
No confiéis en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
ese día perecen sus planes.
Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él;
que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos,
el Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos;
sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor reina eternamente. Aleluya.
LECTURA BREVE Rm 6, 8-11
Si verdaderamente hemos muerto con Cristo, tenemos fe de que también viviremos
con él, pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no
muere; la muerte no tiene ya poder sobre él. Su muerte fue un morir al pecado
de una vez para siempre, mas su vida es un vivir para Dios. Así también,
considerad vosotros que estáis muertos al pecado, pero que vivís para Dios en
unión con Cristo Jesús.
RESPONSORIO BREVE
V. El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya. Aleluya.
R. El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya. Aleluya.
V. El que por nosotros colgó del madero.
R. Aleluya. Aleluya.
V. Gloria al Padre,y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya. Aleluya.
V. Dios
resucitó a Cristo de entre los muertos. Aleluya.
R. Para que nuestra fe y esperanza se centren en Dios. Aleluya.
PRIMERA LECTURA
Del libro del Apocalipsis 14, 14—15,4
LA COSECHA DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS
Yo, Juan, tuve otra visión:
Vi una nube blanca, y sentado sobre ella alguien semejante a un Hijo de hombre,
con una corona de oro sobre su cabeza y con una hoz afilada en la mano. Y salió
otro ángel del templo, gritando con potente voz al que estaba sentado sobre la
nube:
«Empuña la hoz y siega, porque ya es la hora de la siega y está madura la mies
de la tierra.»
El que estaba sentado sobre la nube metió su hoz a la tierra, y la tierra quedó
segada. Salió otro ángel del templo celeste, llevando también él en su mano una
hoz afilada. Y otro más salió del altar, y tenía poder sobre el fuego y gritaba
con poderosa voz al que tenía la hoz afilada:
«Empuña tu hoz afilada, y corta los racimos de la viña de la tierra, porque sus
uvas están maduras.»
El ángel metió su hoz a la tierra, y vendimió la viña de la tierra, echando los
racimos en el gran lagar de la cólera de Dios. Fue pisada la uva del lagar,
fuera de la ciudad; y salió sangre del lagar hasta llegar a cubrir los frenos
de los caballos en un espacio de mil seiscientos estadios.
Vi luego en el cielo otra señal grande y maravillosa: Eran siete ángeles
portadores de siete plagas, las últimas, porque con ellas se consuma la cólera
de Dios. Vi como un mar de vidrio mezclado con fuego; y los que habían vencido
a la Bestia y a su imagen y a la cifra que daba su nombre estaban de pie junto
al mar de vidrio, portando las cítaras de Dios. Y cantaban el cántico de
Moisés, el siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo:
«Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente, justos y
verdaderos tus caminos, ¡oh Rey de los siglos! ¿Quién no temerá, Señor, y
glorificará tu nombre? Porque tú solo eres santo, porque vendrán todas las
naciones y se postrarán en tu acatamiento, porque tus juicios se hicieron
manifiestos.»
RESPONSORIO Ap 15, 3; Ex 15, 11
R. Cantaban el cántico del Cordero, diciendo: «Grandes y maravillosas
son tus obras, Señor, Dios omnipotente, * justos
y verdaderos son tus caminos, ¡oh Rey de los siglos!» Aleluya.
V. ¿Quién como tú, Señor, entre los dioses? ¿Quién como tú, terrible
entre los santos, autor de maravillas?
R. Justos y verdaderos son tus caminos, ¡oh Rey de los siglos!
Aleluya.
SEGUNDA LECTURA
Del Tratado de san Hilario, obispo, Sobre la Santísima Trinidad
(Libro 8, 13-16: PL 10, 246-249)
UNIDAD NATURAL DE LOS FIELES EN DIOS POR LA ENCARNACIÓN DEL VERBO Y
POR LA EUCARISTÍA
Si es verdad que la Palabra se hizo carne, también lo es que en el sagrado
alimento recibimos a la Palabra hecha carne; por eso hemos de estar convencidos
que permanece en nosotros de un modo connatural aquel que, al nacer como
hombre, no sólo tomó de manera inseparable la naturaleza de nuestra carne, sino
que también mezcló, en el sacramento que nos comunica su carne, la naturaleza
de esta carne con la naturaleza de la eternidad. De este modo somos todos una
sola cosa, ya que el Padre está en Cristo, y Cristo en nosotros. Por su carne,
está él en nosotros, y nosotros en él, ya que, por él, lo que nosotros somos
está en Dios.
Él mismo atestigua en qué alto grado estamos en él, por el sacramento en que
nos comunica su carne y su sangre, pues dice: El mundo ya no me verá; pero
vosotros me veréis, porque yo seguiré viviendo y vosotros también; porque yo
estoy en mi Padre, y vosotros estáis en mi y yo estoy en vosotros. Si se
hubiera referido sólo a la unidad de voluntades, no hubiera usado esa cierta
gradación y orden al hablar de la consumación de esta unidad, que ha empleado
para que creamos que él está en el Padre por su naturaleza divina, que nosotros,
por el contrario, estamos en él por su nacimiento corporal, y que él, a su vez,
está en nosotros por el misterio del sacramento. De este modo se nos enseña la
unidad perfecta a través del Mediador, ya que, permaneciendo nosotros en él, él
permanece en el Padre y, permaneciendo en el Padre, permanece en nosotros; y,
así, tenemos acceso a la unidad con el Padre, ya que, estando él en el Padre
por generación natural, también nosotros estamos en él de un modo connatural,
por su presencia permanente y connatural en nosotros.
A qué punto esta unidad es connatural en nosotros lo atestigua él mismo con
estas palabras: El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mi, y yo en
él. Para estar en él, tiene él que estar en nosotros, ya que sólo él mantiene
asumida en su persona la carne de los que reciben la suya.
Ya antes había enseñado la perfecta unidad que obra este sacramento, al decir:
Asi como me envió el Padre que posee la vida y yo vivo por el Padre, de la
misma manera quien me come vivirá por mi. Él, por tanto, vive por el Padre; y,
del mismo modo que él vive por el Padre, así también nosotros vivimos por su
carne.
Emplea, pues, todas estas comparaciones adecuadas a nuestra inteligencia, para
que podamos comprender, con estos ejemplos, la materia de que trata. Ésta es,
por tanto, la fuente de nuestra vida: la presencia de Cristo por su carne en
nosotros, carnales; de manera que nosotros vivimos por él a la manera que él
vive por el Padre.
RESPONSORIO Jn 6, 57; cf. Dt 4, 7
R. El que come mi carne y bebe mi sangre * permanece
en mí, y yo en él. Aleluya.
V. ¿Cuál de las naciones grandes tiene unos dioses tan cercanos a
ellas como el Señor, nuestro Dios, lo está de nosotros?
R. Permanece en mí, y yo en él. Aleluya.
*Lecturas de la 4ª Semana del Tiempo Pascua
Ciclo B*
Miércoles, 28 de abril de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Juan (12,44-50)*
En aquel tiempo, Jesús gritó diciendo:
«El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado. Y el que me ve
a mí, ve al que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, y así, el que
cree en mí no quedará en tinieblas.
Al que oiga mis palabras y no las cumpla, yo no lo juzgo, porque no he venido
para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no acepta
mis palabras tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he pronunciado, esa lo
juzgará en el último día. Porque yo no he hablado por cuenta mía; el Padre que
me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he de hablar. Y sé
que su mandato es vida eterna. Por tanto, lo que yo hablo, lo hablo como me ha
encargado el Padre».
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. «Yo he venido al mundo como luz, para que nadie que crea en mí
quede en tinieblas», dice el Señor. Aleluya.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. «Yo he venido al mundo como luz, para que nadie que crea en mí
quede en tinieblas», dice el Señor. Aleluya.
PRECES
Dirijámonos a Dios, que quiso manifestar a Jesús resucitado a los
apóstoles, y digámosle suplicantes:
Ilumínanos, Señor, con la claridad de tu Cristo.
Señor, fuente de toda luz, te aclamamos con acción de gracias en esta mañana,
porque nos has llamado a participar de tu luz admirable
y nos has querido dar la salvación.
Haz, Señor, que la fuerza del Espíritu Santo nos purifique y nos fortalezca,
para que con nuestro trabajo hagamos más humana la vida de los hombres.
Haz que nos entreguemos de tal modo al servicio de nuestros hermanos,
que logremos hacer de la familia humana una ofrenda agradable a tus ojos.
Llénanos, desde el principio de este nuevo día, de tu misericordia,
para que en toda nuestra jornada nos gocemos en tu alabanza.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Concluyamos nuestra oración, diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro
maestro:
Padre nuestro...
ORACION
Dios nuestro, vida de los creyentes, gloria de los humildes,
felicidad de los justos, atiende benignamente a nuestras súplicas y haz que
quienes deseamos ardientemente el cumplimiento de tus promesas seamos siempre
colmados por la abundancia de tus beneficios. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por
los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
*San Luis María Grignion de Montfort*
San Luis es el fundador de los
padres Monfortianos y de las Hermanas de la Sabiduría. Nació en Monfort,
Francia, en 1673. Era el mayor de una familia de ocho hijos. Desde muy joven
fue un gran devoto de la Santísima Virgen, y a la edad de 12 años, ya la gente
lo veía pasar largos ratos arrodillado ante la estatua de la Madre de Dios.
*Biografía de San Luis Matía
Grignion de Montfort*
Con grandes sacrificios logró
conseguir con qué ir a estudiar al más famoso seminario de Francia, el
seminario de San Suplicio en París, sobresaliendo como un seminarista
totalmente mariano. Ya ordenado sacerdote, su primera Misa deseó celebrarla en
un altar de la Virgen, y durante muchos años la Catedral de Nuestra Señora de
París fue su templo preferido y su refugio.
El santo dedicó todas sus grandes cualidades de predicador, de
conductor de multitudes, de cantante y compositor a predicar misiones para
convertir pecadores, viajando incansablemente por los distintos lugares de
Francia anunciando el Evangelio y permitiendo la llegada de Dios Padre en el
corazón de las personas.
A pie y de limosna se fue hasta Roma, pidiendo a Dios la eficacia
de la palabra, y la obtuvo de tal manera que al oír sus sermones se convertían
hasta los más endurecidos pecadores. El Papa Clemente XI lo recibió muy amablemente
y le concedió el título de "Misionero Apostólico", con permiso de
predicar por todas partes.
El santo fundó una de las comunidades religiosas que han hecho
grandes obras por la conversión de las almas: los Padres Monfortianos, a cuya
comunidad le puso por nombre "Compañía de María", y las Hermanas de
la Sabiduría. San Luis además escribió uno de los libros que junto con
"Las Glorias de María" de San Alfonso, ha llegado a ser uno de los
libros más famosos que se han escrito acerca de la devoción a la Virgen María:
el "Tratado de la verdadera devoción a la Virgen María", obra que se
ha propagado por todo el mundo con enorme provecho para sus lectores. Incluso
el Papa Juan Pablo II tomó como lema una frase que repetía mucho nuestro gran
santo: "Soy todo tuyo oh María, y todo cuanto tengo, tuyo es".
San Luis falleció el 28 de abril de 1716, a la edad de 43 años de
una repentina enfermedad.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: HOY ROMPE LA CLAUSURA
Hoy rompe la clausura
del surco empedernido
el grano en él hundido
por nuestra mano dura;
y hoy da su flor primera
la rama sin pecado
del árbol mutilado
por nuestra mano fiera.
Hoy triunfa el buen Cordero
que, en esta tierra impía,
se dio con alegría
por el rebaño entero;
y hoy junta su extraviada
majada y la conduce
al sitio en que reluce
la luz resucitada.
Hoy surge, viva y fuerte,
segura y vencedora,
la Vida que hasta ahora
yacía en honda muerte;
y hoy alza del olvido
sin fondo y de la nada
al alma rescatada
y al mundo redimido. Amén.
SALMODIA
Ant 1. La noche será clara como el día. Aleluya.
Salmo 138, 1-18. 23-24 - I TODO ESTÁ PRESENTE A LOS OJOS DE DIOS.
Señor, tú me sondeas y me conoces;
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares.
No ha llegado la palabra a mi lengua,
y ya, Señor, te la sabes toda.
Me envuelves por doquier,
me cubres con tu mano.
Tanto saber me sobrepasa,
es sublime, y no lo abarco.
¿Adónde iré lejos de tu aliento,
adónde escaparé de tu mirada?
Si escalo el cielo, allí estás tú;
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro;
si vuelo hasta el margen de la aurora,
si emigro hasta el confín del mar,
allí me alcanzará tu izquierda,
tu diestra llegará hasta mí.
Si digo: «Que al menos la tiniebla me encubra,
que la luz se haga noche en torno a mí»,
ni la tiniebla es oscura para ti,
la noche es clara como el día.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. La noche será clara como el día. Aleluya.
Ant 2. Yo conozco mis ovejas y ellas me conocen a mí. Aleluya.
Salmo 138 II
Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias,
porque me has formado portentosamente,
porque son admirables tus obras;
conocías hasta el fondo de mi alma,
no desconocías mis huesos.
Cuando, en lo oculto, me iba formando,
y entretejiendo en lo profundo de la tierra,
tus ojos veían mis acciones,
se escribían todas en tu libro,
calculados estaban mis días
antes que llegase el primero.
¡Qué incomparables encuentro tus designios,
Dios mío, qué inmenso es su conjunto!
Si me pongo a contarlos, son más que arena;
si los doy por terminados, aún me quedas tú.
Señor, sondéame y conoce mi corazón,
ponme a prueba y conoce mis sentimientos,
mira si mi camino se desvía,
guíame por el camino eterno.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Yo conozco mis ovejas y ellas me conocen a mí. Aleluya.
Ant 3. Su resplandor eclipsa el cielo, la tierra se llena de su alabanza.
Aleluya.
Cántico: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA CREATURA Y PRIMER
RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS. Cf. Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda creatura;
pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz
con todos los seres, así del cielo como de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Su resplandor eclipsa el cielo, la tierra se llena de su alabanza.
Aleluya.
LECTURA BREVE Hb 7, 24-27
Jesús, como permanece para siempre, tiene un sacerdocio eterno. De aquí que
tiene poder para llevar a la salvación definitiva a cuantos por él se vayan
acercando a Dios, porque vive para siempre para interceder por ellos. Y tal era
precisamente el sumo sacerdote que nos convenía: santo, sin maldad, sin mancha,
excluido del número de los pecadores y exaltado más alto que los cielos. No
tiene necesidad, como los sumos sacerdotes, de ofrecer víctimas cada día,
primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo. Esto lo hizo una
vez por todas, ofreciéndose a sí mismo.
RESPONSORIO BREVE
V. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya. Aleluya.
R. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya. Aleluya.
V. Al ver al Señor.
R. Aleluya. Aleluya.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya. Aleluya.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino
para salvarlo por medio de él. Aleluya.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino
para salvarlo por medio de él. Aleluya.
PRECES
Imploremos a Dios Padre, que por la resurrección de su Hijo de
entre los muertos nos ha abierto el camino de la vida eterna, y digámosle:
Por la victoria de Cristo, salva, Señor, a tus redimidos.
Dios de nuestros padres, que has glorificado a tu Hijo Jesús, resucitándolo de
entre los muertos,
convierte nuestros corazones, para que vivamos la nueva vida de tu Hijo
resucitado.
Tú que nos has devuelto al Pastor y guardián de nuestras vidas, cuando éramos
ovejas descarriadas,
consérvanos en fidelidad a tu Evangelio, bajo la guía de los obispos de tu
Iglesia.
Tú que elegiste a los primeros discípulos de tu Hijo de entre el pueblo de
Israel,
revela a los hijos de este pueblo el cumplimiento de las promesas que hiciste a
sus padres.
Acuérdate, Señor, de los huérfanos, de las viudas, de los esposos que viven
separados y de todos nuestros hermanos abandonados,
y no permitas que vivan en la soledad los que fueron reconciliados por la
muerte de tu Hijo.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que llamaste a ti a Esteban, el cual confesó que Jesús estaba a tu derecha,
recibe a nuestros hermanos difuntos que esperaron tu venida en la fe y en el
amor.
Digamos ahora todos juntos la oración que nos enseñó el mismo Jesús:
Padre nuestro...
ORACION
Dios nuestro, vida de los creyentes, gloria de los humildes,
felicidad de los justos, atiende benignamente a nuestras súplicas y haz que
quienes deseamos ardientemente el cumplimiento de tus promesas seamos siempre
colmados por la abundancia de tus beneficios. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por
los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL MIÉRCOLES 28 DE ABRIL 2021
*Lecturas
de la 4ª Semana del Tiempo Pascua Ciclo B*
Miércoles, 28 de abril de 2021
Primera
lectura
Lectura del
libro de los Hechos de los apóstoles (12,24–13,5):
En aquellos días, la palabra de Dios iba creciendo y se
multiplicaba. Cuando cumplieron su servicio, Bernabé y Saulo se volvieron de
Jerusalén, llevándose con ellos a Juan, por sobrenombre Marcos.
En la Iglesia que estaba en Antioquía había profetas y maestros: Bernabé,
Simeón, llamado Níger; Lucio, el de Cirene; Manahén, hermano de leche del
tetrarca Herodes, y Saulo.
Un día que estaban celebrando el culto al Señor y ayunaban, dijo el Espíritu
Santo:
«Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado».
Entonces, después de ayunar y orar, les impusieron las manos y los enviaron.
Con esta misión del Espíritu Santo, bajaron a Seleucia y de allí zarparon para
Chipre.
Llegados a Salamina, anunciaron la palabra de Dios en las sinagogas de los
judíos.
Palabra de Dios
Salmo
Sal
66,2-3.5.6.8
R/. Oh Dios, que te
alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben
Que Dios tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R/.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
y gobiernas las naciones de la tierra. R/.
Oh, Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga; que le teman
todos los confines de la tierra. R/.
*Lecturas
de la 4ª Semana del Tiempo Pascua Ciclo B*
Miércoles, 28 de abril de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Juan (12,44-50)*
En aquel tiempo, Jesús gritó diciendo:
«El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado. Y el que me ve
a mí, ve al que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, y así, el que
cree en mí no quedará en tinieblas.
Al que oiga mis palabras y no las cumpla, yo no lo juzgo, porque no he venido
para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no acepta
mis palabras tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he pronunciado, esa lo
juzgará en el último día. Porque yo no he hablado por cuenta mía; el Padre que
me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he de hablar. Y sé
que su mandato es vida eterna. Por tanto, lo que yo hablo, lo hablo como me ha
encargado el Padre».
Palabra del Señor
*(Yo, la
luz, he venido al mundo para que todo el que crea en mí no siga en las
tinieblas)*
*El Señor viene a
traerme la luz, no ha venido a juzgarme, sino a iluminar mi historia, para que pueda
ver y seguir el camino correcto. Si no tengo luz, puedo caer en un abismo
profundo e inmenso y eso es lo que me quiere evitar el Señor, para que no caiga
en las tinieblas. Vivir en la luz para mí es sentir las caricias del Señor en
las partes oscuras de mi vida, que me hacen sufrir. Mi deseo es siempre que los
demás cambien para no sufrir; pero yo no hago ni el más mínimo esfuerzo de
cambiar, y de vivir como hijo de la luz. La buena noticia es que el Señor viene
en mi ayuda para que pueda aprender a vivir como hijo de la luz, e iluminar las
tinieblas que hay en mí*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.