Musica Para el Alma

miércoles, 17 de junio de 2020

LAS ORACIONES AL FINAL DEL DIA. LAS VÍSPERAS JUEVES 18


Vísperas - JUEVES XI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO 2020
El siguiente es el formulario que corresponde a vísperas de la liturgia de las horas para el día jueves, 18 de junio de 2020.
Invitatorio
Vísperas
Invocación
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno
Este es el día del Señor.
Este es el tiempo de la misericordia.
Delante de tus ojos
ya no enrojeceremos
a causa del antiguo
pecado de tu pueblo.
Arrancarás de cuajo
el corazón soberbio
y harás un pueblo humilde
de corazón sincero.
En medio de las gentes
nos guardas como un resto
para cantar tus obras
y adelantar tu reino.
Seremos raza nueva
para los cielos nuevos;
sacerdotal estirpe,
según tu Primogénito.
Caerán los opresores
y exultarán los siervos;
los hijos del oprobio
serán tus herederos.
Señalarás entonces
el día del regreso
para los que comían
su pan en el destierro.
¡Exulten mis entrañas!
¡Alégrese mi pueblo!
Porque el Señor que es justo
revoca sus decretos.
La salvación se anuncia
donde acechó el infierno,
porque el Señor habita
en medio de su pueblo.

Salmodia
Antífona 1: Que tus fieles, Señor, vitoreen al entrar en tu morada.
Salmo 131,1-10
Promesas a la casa de David
El Señor Dios le dará el trono de David, su padre. (Lc 1,32)
Señor, tenle en cuenta a David
todos sus afanes:
cómo juró al Señor
e hizo voto al Fuerte de Jacob:

«No entraré bajo el techo de mi casa,
no subiré al lecho de mi descanso,
no daré sueño a mis ojos,
ni reposo a mis párpados,
hasta que encuentre un lugar para el Señor,
una morada para el Fuerte de Jacob.»

Oímos que estaba en Efrata,
la encontramos en el Soto de Jaar:
entremos en su morada,
postrémonos ante el estrado de sus pies.

Levántate, Señor, ven a tu mansión,
ven con el arca de tu poder:
que tus sacerdotes se vistan de gala,
que tus fieles vitoreen.
Por amor a tu siervo David,
no niegues audiencia a tu Ungido.

Antífona 2: El Señor ha elegido a Sión, ha deseado vivir en ella.
Salmo 131,11-18
El Señor ha jurado a David
una promesa que no retractará:
«A uno de tu linaje
pondré sobre tu trono.

Si tus hijos guardan mi alianza
y los mandatos que les enseño,
también sus hijos, por siempre,
se sentarán sobre tu trono.»

Porque el Señor ha elegido a Sión,
ha deseado vivir en ella:
«Ésta es mi mansión por siempre,
aquí viviré, porque la deseo.

Bendeciré sus provisiones,
a sus pobres los saciaré de pan,
vestiré a sus sacerdotes de gala,
y sus fieles aclamarán con vítores.

Haré germinar el vigor de David,
enciendo una lámpara para mi Ungido.
A sus enemigos los vestiré de ignominia,
sobre él brillará mi diadema.»

Antífona 3: El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán.
Ap 11, 17-18;12,10b-12a
El juicio de Dios
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.

Se encolerizaron las gentes,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos, los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.

Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.

Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.

Lectura Breve
1P 3,8-9
Procurad todos tener un mismo pensar y un mismo sentir: con afecto fraternal, con ternura, con humildad. No devolváis mal por mal o insulto por insulto; al contrario, responded con una bendición, porque para esto habéis sido llamados: para heredar una bendición.

Responsorio Breve

R. El Señor nos alimentó * Con flor de harina. El Señor.
V. Nos sació con miel silvestre. * Con flor de harina. Gloria al Padre. El Señor.

Canto Evangélico
Antifona: El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes.
Magnificat Lc 1, 46-55
Alegría del alma en el Señor
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Preces

Invoquemos a Cristo, pastor, protector y ayuda de su pueblo, diciendo:

'Señor, refugio nuestro, escúchanos'.

Bendito seas, Señor, que nos has llamado a tu santa Iglesia;
—consérvanos siempre en ella.

Tú que has encomendado al papa (…) la preocupación por todas las Iglesias,
—concédele una fe inquebrantable, una esperanza viva y una caridad solícita.

Da a los pecadores la conversión, a los que caen, fortaleza,
—y concede a todos la penitencia y la salvación.

Tú que quisiste habitar en un país extranjero,
—acuérdate de los que viven lejos de su familia y de su patria.

A todos los difuntos que esperan en ti,
—concédeles el descanso eterno.

Ya que por Jesucristo somos hijos de Dios, oremos con confianza a Dios, nuestro Padre: Padre nuestro.

Padre Nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en tentación,
y líbranos del mal.

Oración

Dios todopoderoso, te damos gracias por el día que termina e imploramos tu clemencia para que nos perdones benignamente todas las faltas que, por la fragilidad de la condición humana, hemos cometido en este día. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.


ORACIÓN AL MEDIO DIA. EL ÁNGELUS

El Ángelus

V/. El ángel del Señor anunció a María.
R/. Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.
Dios te salve, María…

V/. He aquí la esclava del Señor.
R/. Hágase en mí según tu palabra.
Dios te salve, María…

V/. Y el Verbo de Dios se hizo carne.
R/. Y habitó entre nosotros.
Dios te salve, María…

V/. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R/. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

Oración

Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas, para que los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz, seamos llevados a la gloria de su re­su­rrección. Por Jesucristo nuestro Señor.
R/. Amén.

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios: no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos siempre de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita.

*El que Desea y Quiere amar, con el corazón según El Señor: llegará a ser, Santo*




EL SANTO ROSARIO
.Misterios Gloriosos (MIERCOLES Y DOMINGOS)
.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…
.1º La Resurrección del Señor (MATEO  28,1-10)
.2º La Ascensión de Nuestro Señor a los cielos (HECHOS 1,3-11)
.3º La Venida del Espíritu Santo (HECHOS  2,1-13)
4º La Asunción de Nuestra Señora (De la Constitución Apostólica Deus del papa Pío XXII )
.5º La Coronación de Nuestra Señora, como Reina de cielo y tierra. (Constitución Dogmática Sobre la Iglesia. Lumen Gentium 59)
.
Oremos:
Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a alcanzar los gozos eternos. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


Misterios Gozosos (LUNES Y SABADOS)

.Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…
.1º La Encarnación del Hijo de Dios. (Lc 1, 26-38)
 2º La Visitación de María a su prima Isabel. (Lc 1, 39-56)
 3º El Nacimiento del niño Dios.  (Lc 2, 1-20)
 4º Presentación del Niño en el Templo. (Lc 2,21-35)
 5º El niño perdido y hallado en el templo. (Lc 2,41-52)

.Oremos:  
Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud de alma y cuerpo; y por la intercesión de santa María, la Virgen, líbranos de las tristezas de este mundo y concédenos las alegrías del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


.Misterios Dolorosos (MARTES Y VIERNES)

.Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…
.1º La oración del huerto. (LUCAS  22,39-46)
.2º La Flagelación de nuestro Señor. (Jn 18,33-19,1)
.3º La Coronación de espinas. (MARCOS 15,16-20)
.4º Jesús con la Cruz a cuestas. (LUCAS  23,26-32)
.5º La Crucifixión y muerte. (MARCOS 15,22-39)

Oremos:
Señor, tú has querido que la Madre compartiera los dolores de tu Hijo al pie de la cruz; haz que la Iglesia, asociándose con María a la pasión de Cristo, merezca participar de su resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén

.Misterios Luminosos (JUEVES)
.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos…
.1º El Bautismo del Señor (MATEO  3, 13-17)   
.2º La Boda de Caná (JUAN  2,1-11)
.3º La Proclamación del Reino de Dios (MARCOS  1, 14-15)
.4º La Transfiguración (MATEO  17,1-5)
.5º La Institución de la Eucaristía (MATEO  26, 26-28)
.
Oremos:  
Dios todopoderoso y eterno, luz de los que en ti creen, que la tierra se llene de tu gloria y que te reconozcan los pueblos por el esplendor de tu luz. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

GOTAS DE MISERICORDIA


EVANGELIO DE MATEO 6,7-15. CICLO A


Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,7-15):

   7 Y al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados.
   8 No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo.
   9 «Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre;
   10 venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo.
   11 Nuestro pan cotidiano dánosle hoy;
   12 y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores;
   13 y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal.
   14 «Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;
   15 pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas.

Palabra del Señor

(Hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo.)

*La voluntad de un buen maestro sobre sus estudiantes es que puedan aprender al máximo, y les exigen y en ocasiones les dan cierto tipo de castigo. Al final el maestro, da un examen, a 30 estudiantes, y 3 tuvieron calificaciones entre 90 y 100, y 7 entre 80 y 60, y el resto entre 50 y 30. ¿Qué paso? No todos entendieron igual al maestro. El Señor quiere que preste mucha atención a su palabra para que viva aquí en esta tierra como su hijo. La voluntad del Señor es que yo pueda vivir en la verdad y deje de hablar mentiras. La voluntad del Señor es que yo pueda amar sin distinción y hay personas que no son de mi agrado. La voluntad del Señor es que pueda llegar al perdón, y digo en mi interior a mí el que me la hace me la paga. Mi esperanza frente a esta palabra es que el Señor manda la lluvia sobre mí que soy malos e injusto, pecador y también la manda sobre las personas buenas que están cerca de mí. La voluntad del Señor es que yo me salve y me regala esta oración del Padre Nuestro para que la pueda decir a cada momento y será esta oración para mí un camino, una guía que me llevan al encuentro con el amor y la misericordia*.  

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

*Las intenciones del papa Francisco*
*Para el mes de junio*.
*Recemos para que aquellos que sufren encuentren caminos de vida, dejándose tocar por el Corazón de Jesús*.

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.

R. Amén.

LAS LAUDES DEL JUEVES 18 ORACIONES PARA INICIAR EL DIA


Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro Señor. Amén



Laudes - JUEVES XI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO 2020
El siguiente es el formulario que corresponde a laudes de la liturgia de las horas para el jueves, 18 de junio de 2020.

V. Señor, ábreme los labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

Antifona: Venid, adoremos al Señor, porque él es nuestro Dios.

Salmo 94
Invitación a la alabanza divina
Animaos los unos a los otros, día tras día, mientras dure este «hoy». (Hb 3,13)
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

(Se repite la antífona)

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

(Se repite la antífona)

Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

(Se repite la antífona)

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.

(Se repite la antífona)

Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
“Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso.”»

(Se repite la antífona)

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antifona: Venid, adoremos al Señor, porque él es nuestro Dios

Himno
Autor del cielo y el suelo,
que, por dejarlas más claras,
las grandes aguas separas,
pones un límite al hielo.
Tú que das cauce al riachuelo
y alzas la nube a la altura,
tú que en cristal de frescura
sueltas las aguas del río
sobre las tierras de estío,
sanando su quemadura,
danos tu gracia, piadoso,
para que el viejo pecado
no lleve al hombre engañado
a sucumbir a su acoso.
Hazme en la fe luminoso,
alegre en la austeridad,
y hágale tu claridad
salir de sus vanidades;
dale, Verdad de verdades,
el amor a tu verdad. Amén.

Salmodia
Antífona 1: ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!
Salmo 86
Himno a Jerusalén, madre de todos los pueblos
La Jerusalén de arriba es libre; ésa es nuestra madre. (Ga 4,26)
Él la ha cimentado sobre el monte santo;
y el Señor prefiere las puertas de Sión
a todas las moradas de Jacob.

¡Qué pregón tan glorioso para ti,
ciudad de Dios!
«Contaré a Egipto y a Babilonia
entre mis fieles;
filisteos, tirios y etíopes
han nacido allí.»

Se dirá de Sión: «Uno por uno
todos han nacido en ella;
el Altísimo en persona la ha fundado.»

El Señor escribirá en el registro de los pueblos:
«Éste ha nacido allí.»
Y cantarán mientras danzan:
«Todas mis fuentes están en ti.»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1: ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!


Antífona 2: El Señor llega con poder, y su recompensa lo precede.
Is 40,10-17
El buen pastor es el Dios altísimo y sapientísimo
Mira, llego en seguida y traigo conmigo mi salario. (Ap 22,12)
Mirad, el Señor Dios llega con poder,
y su brazo manda.
Mirad, viene con él su salario,
y su recompensa lo precede.

Como un pastor que apacienta el rebaño,
su brazo lo reúne,
toma en brazos los corderos
y hace recostar a las madres.

¿Quién ha medido a puñados el mar
o mensurado a palmos el cielo,
o a cuartillos el polvo de la tierra?

¿Quién ha pesado en la balanza los montes
y en la báscula las colinas?
¿Quién ha medido el aliento del Señor?
¿Quién le ha sugerido su proyecto?

¿Con quién se aconsejó para entenderlo,
para que le enseñara el camino exacto,
para que le enseñara el saber
y le sugiriese el método inteligente?

Mirad, las naciones son gotas de un cubo
y valen lo que el polvillo de balanza.
Mirad, las islas pesan lo que un grano,
el Líbano no basta para leña,
sus fieras no bastan para el holocausto.

En su presencia, las naciones todas
como si no existieran,
valen para él nada y vacío.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 2: El Señor llega con poder, y su recompensa lo precede

Antífona 3: Ensalzad al Señor, Dios nuestro, postraos ante el estrado de sus pies.
Salmo 98
Santo es el Señor, nuestro Dios
Tú, Señor, que estás sentado sobre querubines, restauraste el mundo caído, cuando te hiciste semejante a nosotros. (S. Atanasio)
El Señor reina, tiemblen las naciones;
sentado sobre querubines, vacile la tierra.

El Señor es grande en Sión,
encumbrado sobre todos los pueblos.
Reconozcan tu nombre, grande y terrible:
Él es santo.

Reinas con poder y amas la justicia,
tú has establecido la rectitud;
tú administras la justicia y el derecho,
tú actúas en Jacob.

Ensalzad al Señor, Dios nuestro,
postraos ante el estrado de sus pies:
Él es santo.

Moisés y Aarón con sus sacerdotes,
Samuel con los que invocan su nombre,
invocaban al Señor, y él respondía.
Dios les hablaba desde la columna de nube;
oyeron sus mandatos y la ley que les dio.

Señor, Dios nuestro, tú les respondías,
tú eras para ellos un Dios de perdón,
y un Dios vengador de sus maldades.

Ensalzad al Señor, Dios nuestro;
postraos ante su monte santo:
Santo es el Señor, nuestro Dios.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 3: Ensalzad al Señor, Dios nuestro, postraos ante el estrado de sus pies



Lectura Breve 1P 4,10-11
Que cada uno, con el don que ha recibido, se ponga al servicio de los demás, como buenos administradores de la múltiple gracia de Dios. El que toma la palabra, que hable palabra de Dios. El que se dedica al servicio, que lo haga en virtud del encargo recibido de Dios. Así, Dios será glorificado en todo, por medio de Jesucristo.

Responsorio Breve
R. Te invoco de todo corazón, * Respóndeme, Señor. Te invoco.
V. Guardaré tus leyes. * Respóndeme, Señor. Gloria al Padre. Te invoco.

Primera Lectura Del libro del profeta Ageo 2, 11-24
FUTURAS BENDICIONES. PROMESAS A ZOROBABEL

El día veinticuatro del noveno mes, en el segundo año de Darío, vino la palabra del Señor por medio del profeta Ageo, en estos términos: «Así dice el Señor de los ejércitos: Consulta a los sacerdotes el caso siguiente: "Si un hombre lleva en las haldas de su manto carne consagrada y toca con las haldas pan o guisado o vino o aceite o cualquier alimento: ¿Quedan estas cosas consagradas por el contacto?"» Los sacerdotes respondieron que no. Ageo añadió: «Y si toca con cualquiera de esas cosas un cadáver: ¿Quedan impuras?» Los sacerdotes respondieron que sí. Entonces dijo Ageo: «Así sucede con este pueblo y nación en mi presencia -oráculo del Señor-Todas las obras de sus manos que me ofrecen son impuras.
Pero mirad ahora hacia atrás y recordad el tiempo anterior al día en que comenzasteis a construir el templo del Señor. ¿Cuál era vuestra situación? Veníais a un montón de trigo que pensabais que era de veinte medidas y no hallabais más que diez; creíais poder sacar del lagar cincuenta cubos, y resultaban sólo veinte. Y yo castigaba con viento abrasador y con plagas y con granizo los trabajos de vuestras manos. Pero no os convertisteis a mí oráculo
del Señor-. Y ahora mirad hacia atrás, recordad desde el día en que se pusieron los cimientos del templo del Señor. Recordad desde ese día en adelante. ¿Hay ahora grano en el granero? Pues si ni la vid ni la higuera ni el granado ni el olivo producían fruto, desde este día yo daré bendición.» Fue dirigida la palabra del Señor por segunda vez a Ageo el día veinticuatro del mes, en estos términos,
«Di a Zorobabel, gobernador de Judá, lo siguiente: "Yo voy a sacudir los cielos y la tierra. Daré vuelta a los tronos de los reinos y destruiré el poder de los reinos de las naciones; volcaré carros y aurigas, perecerán caballos y jinetes, cada uno por la espada
de su hermano. Aquel día -oráculo del Señor de los ejércitos-te tomaré a ti, Zorobabel, hijo de Salatiel, siervo mío, y te haré como el anillo de mi sello, porque yo te he elegido a ti -palabra del Señor de los ejércitos-."»

Responsorio Ag 2, 7. cf. 10
R. Agitaré cielo y tierra, * y vendrán las riquezas de todo el mundo.
V. Grande será la gloria de este templo, y en este sitio daré la paz.
R. Y vendrán las riquezas de todo el mundo.

Segunda Lectura
Del tratado de san Cipriano, obispo y mártir, sobre el Padrenuestro
(Caps. 18. 22: CSEL 3, 280-281. 283-284)
DESPUÉS DEL ALIMENTO, PEDIMOS EL PERDÓN DE LOS PECADOS

Continuamos la oración y decimos: El pan nuestro de cada día dánosle hoy. Esto puede entenderse en sentido espiritual o literal, pues de ambas maneras aprovecha a nuestra salvación. En efecto, el pan de vida es Cristo, y este pan no es sólo de todos en general,
sino también nuestro en particular. Porque, del mismo modo que decimos: Padre nuestro, en cuanto que es Padre de los que lo conocen y creen en él, de la misma manera decimos: El pan nuestro, ya que Cristo es el pan de los que entramos en contacto con su cuerpo.
Pedimos que se nos dé cada día este pan, a fin de que los que vivimos en Cristo y recibimos cada día su eucaristía como alimento saludable no nos veamos privados, por alguna falta grave, de la comunión del pan celestial y quedemos separados del cuerpo de
Cristo, ya que él mismo nos enseña: Yo soy el pan que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.
Por lo tanto, si él afirma que los que coman de este pan vivirán para siempre, es evidente que los que entran en contacto con su cuerpo y participan rectamente de la eucaristía poseen la vida; por el contrario, es de temer, y hay que rogar que no suceda así, que aquellos que se privan de la unión con el cuerpo de Cristo queden también privados de la salvación, pues el mismo Señor nos conmina con estas palabras: Si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. Por eso, pedimos que nos sea dado cada día nuestro pan, es decir, Cristo; para que todos los que vivimos y permanecemos en Cristo no nos apartemos de su cuerpo que nos santifica.
Después de esto, pedimos también por nuestros pecados, diciendo: Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Después del alimento, pedimos el perdón de los pecados.
Esta petición nos es muy conveniente y provechosa, porque ella nos recuerda que somos pecadores, ya que, al exhortarnos el Señor a pedir el perdón de los pecados, despierta con ello nuestra conciencia. Al mandarnos que pidamos cada día el perdón de
nuestros pecados, nos enseña que cada día pecamos, y así nadie puede vanagloriarse de su inocencia ni sucumbir al orgullo.
Es lo mismo que nos advierte Juan en su carta, cuando dice: Si decimos que no hemos pecado, nos engañamos y no somos sinceros. Pero, si confesamos nuestros pecados, él, que es fiel y justo, nos perdonará los pecados. Dos cosas nos enseña en esta carta: que hemos de pedir el perdón de nuestros pecados, y que esta oración nos alcanza el perdón.
Por esto, dice que el Señor es fiel, porque él nos ha prometido el perdón de los pecados y no puede faltar a su palabra, ya que, al enseñarnos a pedir que sean perdonadas nuestras ofensas y pecados, nos ha prometido su misericordia paternal y, en consecuencia, su perdón.

Responsorio Sal 30, 2. 4; 24, 18
R. A ti, Señor, me acojo: no quede yo nunca defraudado; tú eres mi roca y mi baluarte. * Por tu nombre dirígeme y guíame.
V. Mira mis trabajos y mis penas y perdona todos mis pecados.
R. Por tu nombre dirígeme y guíame.


Jueves, 18 de junio de 2020
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,7-15):

   7 Y al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados.
   8 No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo.
   9 «Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre;
   10 venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo.
   11 Nuestro pan cotidiano dánosle hoy;
   12 y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores;
   13 y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal.
   14 «Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;
   15 pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas.

Palabra del Señor


Canto Evangélico
Antifona: Sirvamos al Señor con santidad, y nos librará de nuestros enemigos.
Benedictus Lc 1, 68-79
El Mesías y su precursor
+ Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Preces

Demos gracias al Señor, que dirige y guía con amor a su pueblo, y digámosle:

'Gloria a ti, Señor, por los siglos'.

Padre clementísimo, te alabamos por tu amor, —porque de manera admirable nos creaste, y más admirablemente aún nos redimiste.

Al comenzar este nuevo día, pon en nuestros corazones el anhelo de servirte, —para que te glorifiquemos en todos nuestros pensamientos y acciones.

Purifica nuestros corazones de todo mal deseo, —y haz que estemos siempre atentos a tu voluntad.

Danos un corazón abierto a las necesidades de nuestros hermanos, —para que a nadie falte la ayuda de nuestro amor.

Acudamos ahora a nuestro Padre celestial, diciendo: Padre nuestro.

Padre Nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en tentación,
y líbranos del mal.

Oración

Oremos:
Dios todopoderoso y eterno: a los pueblos que viven en tinieblas y en sombra de muerte, ilumínalos con tu luz, ya que con ella nos ha visitado el Sol que nace de lo alto, Jesucristo, nuestro Señor. Él que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.


LAS LECTURAS DEL JUEVES 18 DE JUNIO 2020


Jueves, 18 de junio de 2020
Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiástico (48,1-15):

Surgió Elías, un profeta como un fuego, cuyas palabras eran horno encendido. Les quitó el sustento del pan, con su celo los diezmó; con el oráculo divino sujetó el cielo e hizo bajar tres veces el fuego. ¡Qué terrible eras, Elías!; ¿quién se te compara en gloria? Tú resucitaste un muerto, sacándolo del abismo por voluntad del Señor; hiciste bajar reyes a la tumba y nobles desde sus lechos; ungiste reyes vengadores y nombraste un profeta como sucesor. Escuchaste en Sinal amenazas y sentencias vengadoras en Horeb. Un torbellino te arrebató a la altura; tropeles de fuego, hacia el cielo. Está escrito que te reservan para el momento de aplacar la ira antes de que estalle, para reconciliar a padres con hijos, para restablecer las tribus de Israel. Dichoso quien te vea antes de morir, y más dichoso tú que vives. Elías fue arrebatado en el torbellino, y Eliseo recibió dos tercios de su espíritu. En vida hizo múltiples milagros y prodigios, con sólo decirlo; en vida no temió a ninguno, nadie pudo sujetar su espíritu; no hubo milagro que lo excediera: bajo él revivió la carne; en vida hizo maravillas y en muerte obras asombrosas.

Palabra de Dios

Salmo
Sal 96,1-2.3-4.5-6.7

R/.
 Alegraos, justos, con el Señor

El Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
Tiniebla y nube lo rodean,
justicia y derecho sostienen su trono. R/.

R/. Alegraos, justos, con el Señor

Delante de él avanza fuego,
abrasando en torno a los enemigos;
sus relámpagos deslumbran el orbe,
y, viéndolos, la tierra se estremece. R/.

R/. Alegraos, justos, con el Señor

Los montes se derriten como cera
ante el dueño de toda la tierra;
los cielos pregonan su justicia,
y todos los pueblos contemplan su gloria. R/.

R/. Alegraos, justos, con el Señor

Los que adoran estatuas se sonrojan,
los que ponen su orgullo en los ídolos;
ante él se postran todos los dioses. R/.

R/. Alegraos, justos, con el Señor

Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,7-15):

   7 Y al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados.
   8 No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo.
   9 «Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre;
   10 venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo.
   11 Nuestro pan cotidiano dánosle hoy;
   12 y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores;
   13 y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal.
   14 «Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;
   15 pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas.

Palabra del Señor

(Hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo.)

*La voluntad de un buen maestro sobre sus estudiantes es que puedan aprender al máximo, y les exigen y en ocasiones les dan cierto tipo de castigo. Al final el maestro, da un examen, a 30 estudiantes, y 3 tuvieron calificaciones entre 90 y 100, y 7 entre 80 y 60, y el resto entre 50 y 30. ¿Qué paso? No todos entendieron igual al maestro. El Señor quiere que preste mucha atención a su palabra para que viva aquí en esta tierra como su hijo. La voluntad del Señor es que yo pueda vivir en la verdad y deje de hablar mentiras. La voluntad del Señor es que yo pueda amar sin distinción y hay personas que no son de mi agrado. La voluntad del Señor es que pueda llegar al perdón, y digo en mi interior a mí el que me la hace me la paga. Mi esperanza frente a esta palabra es que el Señor manda la lluvia sobre mí que soy malos e injusto, pecador y también la manda sobre las personas buenas que están cerca de mí. La voluntad del Señor es que yo me salve y me regala esta oración del Padre Nuestro para que la pueda decir a cada momento y será esta oración para mí un camino, una guía que me llevan al encuentro con el amor y la misericordia*.  

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

*Las intenciones del papa Francisco*
*Para el mes de junio*.
*Recemos para que aquellos que sufren encuentren caminos de vida, dejándose tocar por el Corazón de Jesús*.

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.

R. Amén.