Musica Para el Alma
lunes, 8 de enero de 2024
MARCOS 1,21-28 CICLO B
*Lecturas del Martes de la 1ª semana del Tiempo
Ordinario*
Martes, 9 de enero de 2024
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Marcos (1,21-28)*
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y
cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados
de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad.
Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y
se puso a gritar: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a
acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.»
Jesús lo increpó: «Cállate y sal de él.»
El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se
preguntaron estupefactos: «¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo.
Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen.»
Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera
de Galilea.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(Este
enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le
obedecen).
*Esta lectura tiene el don de sanación y el poder de liberación. Siento
una gran esperanza y una gran alegría y es que el Señor trae una misión sobre
mí y no me va a pedir permiso, para el obrar dentro de mí, sino que me va
ayudar a como dé lugar. El Señor viene a liberar y a sanar mi vida y todo mi
ser, que se encuentra secuestrado por el príncipe de las tinieblas que me vive
engañando. La buena noticia para mi es que el Señor obligará al mal que habita
en mí, a que produzca cosas buenas dentro de mí, para beneficio de otras
personas*
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL MARTES 9
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar
este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*MARTES
SEMANA I*
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Al Señor, al gran Rey, venid,
adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Al Señor, al gran Rey, venid,
adorémosle.
Himno: AL CANTO DE LOS GALLOS.
Al canto de los gallos
viene la aurora;
los temores se alejan
como las sombras.
¡Dios, Padre nuestro,
en tu nombre dormimos
y amanecemos!
Como luz nos visitas,
Rey de los hombres,
como amor que vigila
siempre de noche;
cuando el que duerme
bajo el signo del sueño
prueba la muerte.
Del sueño del pecado
nos resucitas,
y es señal de tu gracia
la luz amiga.
¡Dios que nos velas!,
tú nos sacas por gracia
de las tinieblas.
Gloria al Padre y al Hijo,
gloria al Espíritu,
al que es paz, luz y vida,
al Uno y Trino;
gloria a su nombre
y al misterio divino
que nos lo esconde. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El hombre de manos inocentes y puro corazón subirá al monte del
Señor.
Salmo 23 - ENTRADA SOLEMNE DE DIOS EN SU TEMPLO.
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
El la fundó sobre los mares,
El la afianzó sobre los ríos.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos
ni jura contra el prójimo en falso.
Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Este es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob.
¡Portones!, alzad los dinteles,
levantaos, puertas antiguas:
va a entrar el Rey de la gloria.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra.
¡Portones!, alzad los dinteles,
levantaos, puertas antiguas:
va a entrar el Rey de la gloria.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El hombre de manos inocentes y puro
corazón subirá al monte del Señor.
Ant 2. Ensalzad con vuestras obras al rey
de los siglos.
Cántico: ESPERANZA DE ISRAEL EN BABILONIA Tb 13, 1-10
Bendito sea Dios, que vive eternamente,
y cuyo reino dura por los siglos:
él azota y se compadece,
hunde hasta el abismo y saca de él,
y no hay quien escape de su mano.
Dadle gracias, israelitas, ante los gentiles,
porque él nos dispersó entre ellos.
Proclamad allí su grandeza,
ensalzadlo ante todos los vivientes:
que él es nuestro Dios y Señor,
nuestro Padre por todos los siglos.
Él nos azota por nuestros delitos,
pero se compadecerá de nuevo,
y os congregará de entre todas las naciones
por donde estáis dispersados.
Si volvéis a él de todo corazón
y con toda el alma,
siendo sinceros con él,
él volverá a vosotros
y no os ocultará su rostro.
Veréis lo que hará con vosotros,
le daréis gracias a boca llena,
bendeciréis al Señor de la justicia
y ensalzaréis al rey de los siglos.
Yo le doy gracias en mi cautiverio,
anuncio su grandeza y su poder
a un pueblo pecador.
Convertíos, pecadores,
obrad rectamente en su presencia:
quizá os mostrará benevolencia
y tendrá compasión.
Ensalzaré a mi Dios, al rey del cielo,
y me alegraré de su grandeza.
Anuncien todos los pueblos sus maravillas
y alábenle sus elegidos en Jerusalén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ensalzad con vuestras obras al rey
de los siglos.
Ant 3. El Señor merece la alabanza de los
buenos.
Salmo 32 - HIMNO AL PODER Y A LA PROVIDENCIA DE DIOS
Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;
cantadle un cántico nuevo,
acompañando vuestra música con aclamaciones:
que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales,
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra.
La palabra del Señor hizo el cielo;
el aliento de su boca, sus ejércitos;
encierra en un odre las aguas marinas,
mete en un depósito el océano.
Tema al Señor la tierra entera,
tiemblen ante él los habitantes del orbe:
porque él lo dijo, y existió;
él lo mandó, y surgió.
El Señor deshace los planes de las naciones,
frustra los proyectos de los pueblos;
pero el plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad.
El Señor mira desde el cielo,
se fija en todos los hombres;
desde su morada observa
a todos los habitantes de la tierra:
él modeló cada corazón,
y comprende todas sus acciones.
No vence el rey por su gran ejército,
no escapa el soldado por su mucha fuerza,
nada valen sus caballos para la victoria,
ni por su gran ejército se salva.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre.
Nosotros esperamos en el Señor:
él es nuestro auxilio y escudo,
con él se alegra nuestro corazón,
en su santo nombre confiamos.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor merece la alabanza de los
buenos.
LECTURA BREVE Rm 13, 11b. 12-13a
Ya es hora que despertéis del sueño. La noche va pasando, el día está encima;
desnudémonos, pues, de las obras de las tinieblas y vistámonos de las armas de
la luz. Andemos como en pleno día, con dignidad.
RESPONSORIO BREVE
V. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
R. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
V. Mi alcázar, mi libertador.
R. En que me amparo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
V. El Señor hace caminar a los humildes con
rectitud.
R. Enseña su camino a los humildes.
PRIMERA LECTURA
Del libro del Génesis 2, 4b-25
LA CREACIÓN DEL HOMBRE EN EL PARAÍSO
Cuando el Señor Dios hizo tierra y cielo,
no había aún matorrales en la tierra, ni brotaba hierba en el campo, porque el
Señor Dios no había enviado lluvia sobre la tierra, ni había hombre que
cultivase el campo. Sólo un manantial salía del suelo y regaba la superficie
del campo. Entonces, el Señor Dios modeló al hombre de arcilla del suelo, sopló
en su nariz un aliento de vida, y el hombre se convirtió en ser vivo.
El Señor Dios plantó un jardín en Edén,
hacia Oriente, y colocó en él al hombre que había modelado. El Señor Dios hizo
brotar del suelo toda clase de árboles hermosos de ver y buenos de comer;
además el árbol de la vida, en mitad del jardín, y el árbol del conocimiento
del bien y del mal.
En Edén nacía un río que regaba el jardín,
y después se dividía en cuatro brazos. El primero se llama Pisón, y rodea todo
el país de Javila, donde se da el oro; el oro del país es de calidad; y también
se dan allí ámbar y lapislázuli. El segundo río se llama Guijón, y rodea todo
el país de Cus. El tercero se llama Tigris, y corre al este de Asiria. El
cuarto es el Éufrates.
El Señor Dios tomó al hombre y lo colocó en
el jardín de Edén, para que lo guardara y lo cultivara; el Señor Dios dio este
mandato al hombre:
«Puedes comer de todos los árboles del
jardín; pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comas; porque, el
día en que comas de él, tendrás que morir.»
El Señor Dios se dijo:
«No está bien que el hombre esté solo; voy
a hacerle alguien como él que lo ayude.»
Entonces, el Señor modeló de arcilla todas
las bestias del campo y todos los pájaros del cielo, y se los presentó al
hombre, para ver qué nombre les ponía. Y cada ser vivo llevaría el nombre que
el hombre le pusiera. Así el hombre puso nombre a todos los animales
domésticos, a los pájaros del cielo y a las bestias del campo; pero no
encontraba ninguno como él que lo ayudase.
Entonces, el Señor Dios dejó caer sobre el
hombre un letargo; y el hombre se durmió. Le sacó una costilla y le cerró el
sitio con carne. Y el Señor Dios trabajó la costilla que le había sacado al
hombre, haciendo una mujer, y se la presentó al hombre. El hombre dijo:
«¡Ésta sí que es hueso de mis huesos y
carne de mi carne! Su nombre será "mujer", porque ha salido del
hombre.»
Por eso, dejará el hombre a su padre y a su
madre, se unirá a su mujer y serán los dos un solo ser. Los dos estaban
desnudos, el hombre y su mujer, pero no sentían vergüenza uno de otro.
RESPONSORIO 1Co 15, 45. 47. 49
R. El primer hombre, Adán, se convirtió en
ser vivo; el último Adán, en espíritu que da vida. * El primer hombre, hecho de
tierra, era terreno; el segundo es del cielo.
V. Nosotros, que somos imagen del hombre
terreno, seremos también imagen del hombre celestial.
R. El primer hombre, hecho de tierra, era
terreno; el segundo es del cielo.
SEGUNDA LECTURA
De la Regla monástica mayor de san Basilio
Magno, obispo
(Respuesta 2, 1: PG 31, 908-910)
TENEMOS DEPOSITADA EN NOSOTROS UNA FUERZA QUE
NOS CAPACITA PARA AMAR
El amor de Dios no es algo que pueda
aprenderse con unas normas y preceptos. Así como nadie nos ha enseñado a gozar
de la luz, a amar la vida, a querer a nuestros padres y educadores, así
también, y con mayor razón, el amor de Dios no es algo que pueda enseñarse,
sino que desde que empieza a existir este ser vivo que llamamos hombre es
depositada en él una fuerza espiritual, a manera de semilla, que encierra en sí
misma la facultad y la tendencia al amor. Esta fuerza seminal es cultivada
diligentemente y nutrida sabiamente en la escuela de los divinos preceptos y
así, con la ayuda de Dios, llega a su perfección.
Por eso nosotros, dándonos cuenta de
vuestro deseo por llegar a esta perfección, con la ayuda de Dios y de vuestras
oraciones, nos esforzaremos, en la medida en que nos lo permita la luz del
Espíritu Santo, por avivar la chispa del amor divino escondida en vuestro
interior.
Digamos en primer lugar que Dios nos ha
dado previamente la fuerza necesaria para cumplir todos los mandamientos que él
nos ha impuesto, de manera que no hemos de apenarnos como si se nos exigiese
algo extraordinario, ni hemos de enorgullecernos como si devolviésemos a cambio
más de lo que se nos ha dado. Si usamos recta y adecuadamente de estas energías
que se nos han otorgado, entonces llevaremos con amor una vida llena de
virtudes; en cambio, si no las usamos debidamente, habremos viciado su
finalidad.
En esto consiste precisamente el pecado, en
el uso desviado y contrario a la voluntad de Dios de las facultades que él nos
ha dado para practicar el bien; por el contrario, la virtud, que es lo que Dios
pide de nosotros, consiste en usar de esas facultades con recta conciencia, de
acuerdo con los designios del Señor.
Siendo esto así, lo mismo podemos afirmar
de la caridad. Habiendo recibido el mandato de amar a Dios, tenemos depositada
en nosotros, desde nuestro origen, una fuerza que nos capacita para amar; y
ello no necesita demostrarse con argumentos exteriores, ya que cada cual puede
comprobarlo por sí mismo y en sí mismo. En efecto, un impulso natural nos
inclina a lo bueno y a lo bello, aunque no todos coinciden siempre en lo que es
bello y bueno; y, aunque nadie nos lo ha enseñado, amamos a todos los que de
algún modo están vinculados muy de cerca a nosotros, y rodeamos de
benevolencia, por inclinación espontánea, a aquellos que nos complacen y nos
hacen el bien.
Y ahora yo pregunto, ¿qué hay más admirable
que la belleza de Dios? ¿Puede pensarse en algo más dulce y agradable que la
magnificencia divina? ¿Puede existir un deseo más fuerte e impetuoso que el que
Dios infunde en el alma limpia de todo pecado y que dice con sincero afecto:
Desfallezco de amor? El resplandor de la belleza divina es algo absolutamente inefable
e inenarrable.
RESPONSORIO Sal 17, 2-3
R. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;
* Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador.
V. Dios mío, mi escudo y peña en que me
amparo.
R. Señor, mi roca, mi alcázar, mi
libertador.
*Lecturas del Martes de la 1ª semana del Tiempo
Ordinario*
Martes, 9 de enero de 2024
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Marcos (1,21-28)*
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y
cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados
de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad.
Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y
se puso a gritar: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a
acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.»
Jesús lo increpó: «Cállate y sal de él.»
El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se
preguntaron estupefactos: «¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo.
Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen.»
Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera
de Galilea.
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Nos ha suscitado el Señor una fuerza de salvación, según lo había
predicho por boca de sus santos profetas.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Nos ha suscitado el Señor una
fuerza de salvación, según lo había predicho por boca de sus santos profetas.
PRECES
Ya que hemos sido llamados a participar de una vocación celestial,
bendigamos por ello a Jesús, el pontífice de nuestra fe, y supliquémosle
diciendo:
Escúchanos, Señor.
Señor Jesús, que por el bautismo has hecho de nosotros un sacerdocio real,
haz que nuestra vida sea un continuo sacrificio de alabanza.
Ayúdanos, Señor, a guardar tus mandatos
para que por la fuerza del Espíritu Santo nosotros permanezcamos en ti y tú en
nosotros.
Danos tu sabiduría eterna
para que permanezca con nosotros y con nosotros trabaje.
Concédenos ser la alegría de cuantos nos rodean
y fuente de esperanza para los decaídos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Como hijos que somos de Dios, dirijámonos a nuestro Padre con la oración que
Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Escucha, Señor, nuestra oración matutina y con la luz de tu
misericordia alumbra la oscuridad de nuestro corazón: para que, habiendo sido
iluminados por tu claridad, no andemos nunca tras las obras de las tinieblas.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
MARTES SEMANA
I
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: NOS DIJERON DE NOCHE.
Nos dijeron de noche
que estabas muerto,
y la fe estuvo en vela
junto a tu cuerpo;
La noche entera,
la pasamos queriendo
mover la piedra.
Con la vuelta del sol,
volverá a ver la tierra
la gloria del Señor.
No supieron contarlo
los centinelas,
nadie supo la hora
ni la manera;
antes del día,
se cubrieron de gloria
tus cinco heridas.
Con la vuelta del sol,
volverá a ver la tierra
la gloria del Señor.
Si los cinco sentidos
buscan el sueño,
que la fe tenga el suyo
vivo y despierto;
la fe velando,
para verte de noche
resucitando.
Con la vuelta del sol,
volverá a ver la tierra
la gloria del Señor. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor da la victoria a su Ungido.
Salmo 19 - ORACIÓN POR LA VICTORIA DEL REY.
Que te escuche el Señor el día del peligro,
que te sostenga el nombre del Dios de Jacob;
que te envíe auxilio desde el santuario,
que te apoye desde el monte Sión;
que se acuerde de todas tus ofrendas,
que le agraden tus sacrificios;
que cumpla el deseo de tu corazón,
que dé éxito a todos tus planes.
Que podamos celebrar tu victoria
y en el nombre de nuestro Dios alzar estandartes;
que el Señor te conceda todo lo que pides.
Ahora reconozco que el Señor
da la victoria a su Ungido,
que lo ha escuchado desde su santo cielo,
con los prodigios de su mano victoriosa.
Unos confían en sus carros,
otros en su caballería;
nosotros invocamos el nombre
del Señor, Dios nuestro.
Ellos cayeron derribados,
nosotros nos mantenemos en pie.
Señor, da la victoria al rey
y escúchanos cuando te invocamos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor da la victoria a su
Ungido.
Ant 2. Al son de instrumentos cantaremos
tu poder.
Salmo 20, 2-8. 14 - ACCIÓN DE GRACIAS POR LA VICTORIA DEL REY.
Señor, el rey se alegra por tu fuerza,
¡y cuánto goza con tu victoria!
Le has concedido el deseo de su corazón,
no le has negado lo que pedían sus labios.
Te adelantaste a bendecirlo con el éxito,
y has puesto en su cabeza una corona de oro fino.
Te pidió vida, y se la has concedido,
años que se prolongan sin término.
Tu victoria ha engrandecido su fama,
lo has vestido de honor y majestad.
Le concedes bendiciones incesantes,
lo colmas de gozo en tu presencia;
porque el rey confía en el Señor,
y con la gracia del Altísimo no fracasará.
Levántate, Señor, con tu fuerza,
y al son de instrumentos cantaremos tu poder.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Al son de instrumentos cantaremos
tu poder.
Ant 3. Has hecho de nosotros, Señor, un
reino de sacerdotes para nuestro Dios.
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap 4, 11; 5, 9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Has hecho de nosotros, Señor, un
reino de sacerdotes para nuestro Dios.
LECTURA BREVE 1Jn 3, 1a. 2
Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo
somos! Queridos hermanos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado
lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él,
porque lo veremos tal cual es.
RESPONSORIO BREVE
V. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo.
R. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que
el cielo.
V. Tu fidelidad de generación en generación.
R. Más estable que el cielo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que
el cielo.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
+Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Se alegra mi espíritu en Dios mi
salvador.
PRECES
Alabemos a Cristo, que mora en medio de nosotros, su pueblo
adquirido, y supliquémosle diciendo:
Por el honor de tu nombre, escúchanos, Señor.
Dueño y Señor de los pueblos, acude en ayuda de todas las naciones y de los que
las gobiernan:
que todos los hombres sean fieles a tu voluntad y trabajen por el bien y la
paz.
Tú que al subir al cielo llevaste contigo una gran multitud de cautivos,
devuelve la libertad de los hijos de Dios a nuestros hermanos que sufren
esclavitud en el cuerpo o en el espíritu.
Concede, Señor, a los jóvenes la realización de sus esperanzas
y que sepan responder a tus llamadas en el transcurso de su vida.
Que los niños imiten tu ejemplo
y crezcan siempre en sabiduría y en gracia.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Acoge a los difuntos en tu reino,
donde también nosotros esperamos reinar un día contigo.
Con el gozo de sabernos hijos de Dios, acudamos a nuestro Padre:
Padre nuestro...
ORACION
Te damos gracias, Señor Dios todopoderoso, porque has permitido
que lleguemos a esta noche; te pedimos aceptes con agrado el alzar de nuestras
manos como ofrenda de la tarde. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive
y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de
los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL MARTES 9 DE ENERO 2024
*Lecturas del Martes de la 1ª semana del Tiempo
Ordinario*
Martes, 9 de enero de 2024
Primera
lectura
Lectura
del primer libro de Samuel (1,9-20):
En aquellos dias, después de la comida en Siló, mientras el
sacerdote Elí estaba sentado en su silla junto a la puerta del templo, Ana se
levantó y, con el alma llena de amargura, se puso a rezar al Señor, llorando a
todo llorar.
Y añadió esta promesa: «Señor de los ejércitos, si te fijas en la humillación
de tu sierva y te acuerdas de mí, si no te olvidas de tu sierva y le das a tu
sierva un hijo varón, se lo entrego al Señor de por vida, y no pasará la navaja
por su cabeza.»
Mientras ella rezaba y rezaba al Señor, Elí observaba sus labios. Y, como Ana
hablaba para sí, y no se oía su voz aunque movía los labios, Elí la creyó
borracha y le dijo: «¿Hasta cuándo te va a durar la borrachera? A ver si se te
pasa el efecto del vino.»
Ana respondió: «No es así, Señor. Soy una mujer que sufre. No he bebido vino ni
licor, estaba desahogándome ante el Señor. No creas que esta sierva tuya es una
descarada; si he estado hablando hasta ahora, ha sido de pura congoja y
aflicción.»
Entonces Elí le dijo: «Vete en paz. Que el Dios de Israel te conceda lo que le
has pedido.»
Ana respondió: «Que puedas favorecer siempre a esta sierva tuya.»
Luego se fue por su camino, comió, y no parecía la de antes. A la mañana
siguiente madrugaron, adoraron al Señor y se volvieron. Llegados a su casa de
Ramá, Elcaná se unió a su mujer Ana, y el Señor se acordó de ella.
Ana concibió, dio a luz un hijo y le puso de nombre Samuel, diciendo: «Al Señor
se lo pedí.»
Palabra de Dios
Salmo
1S
2,1.4-5.6-7.8abcd
R/. Mi
corazón se regocija por el Señor, mi salvador
Mi corazón se regocija por el Señor,
mi poder se exalta por Dios;
mi boca se ríe de mis enemigos,
porque gozo con tu salvación. R/.
Se rompen los arcos de los valientes,
mientras los cobardes se ciñen de valor;
los hartos se contratan por el pan,
mientras los hambrientos engordan;
la mujer estéril da a luz siete hijos,
mientras la madre de muchos queda baldía. R/.
El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el abismo y levanta;
da la pobreza y la riqueza,
humilla y enaltece.R/.
Él levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre príncipes
y que herede un trono de gloria. R/.
*Lecturas del Martes de la 1ª semana del Tiempo
Ordinario*
Martes, 9 de enero de 2024
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Marcos (1,21-28)*
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y
cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados
de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad.
Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y
se puso a gritar: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a
acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.»
Jesús lo increpó: «Cállate y sal de él.»
El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se
preguntaron estupefactos: «¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo.
Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen.»
Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera
de Galilea.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(Este
enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le
obedecen).
*Esta lectura tiene el don de sanación y el poder de liberación. Siento
una gran esperanza y una gran alegría y es que el Señor trae una misión sobre
mí y no me va a pedir permiso, para el obrar dentro de mí, sino que me va
ayudar a como dé lugar. El Señor viene a liberar y a sanar mi vida y todo mi
ser, que se encuentra secuestrado por el príncipe de las tinieblas que me vive
engañando. La buena noticia para mi es que el Señor obligará al mal que habita
en mí, a que produzca cosas buenas dentro de mí, para beneficio de otras
personas*
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.