Musica Para el Alma
viernes, 3 de enero de 2025
JUAN 1,35--42 CICLO C
Lecturas del Sábado de la II
Semana de Navidad
04 Ene 2025
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Juan (1,35-42)*
En
aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que
pasaba, dice: «Éste es el Cordero de Dios.»
Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y,
al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?»
Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?»
Él les dijo: «Venid y lo veréis.»
Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las
cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que
oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le
dice: «Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).»
Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: «Tú eres Simón, el
hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro).»
Palabra
del Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
(Este es el Cordero de Dios)
*Juan el Bautista me invita a
reconocer al Señor cuándo pasa cerca de mí, a desear ese encuentro, ese
quedarme fijo esperando esa palabra que dice "Este es el Cordero de
Dios" no aquel que va por allá. Juan el Bautista está buscando que estas palabras
puedan penetrar hasta lo más profundo de mi alma; para que me ponga en
movimiento detrás del Señor, hasta que el Señor se fije en mí y cuando fije su
mirada, que mis oídos estén muy pendiente porque me dirá una palabra que me
harán ser feliz toda la vida: (Te amo así como eres), pero no para dejarte cómo
eres, sino para hacer de ti alguien muy especial para mi*
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAUDES DEL SABADO 4
*LAS LAUDES*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*Laudes - 4 DE
ENERO 2025*
El siguiente es el formulario que corresponde a laudes de la liturgia de
las horas para el día, sábado, 4 de enero de 2025.
Invitatorio
V. Señor, ábreme los labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
Antifona: A
Cristo, que por nosotros ha nacido, venid, adorémosle.
Salmo 94
Invitación a la alabanza divina
Animaos
los unos a los otros, día tras día, mientras dure este «hoy». (Hb 3,13)
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
(Se repite la antífona)
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
(Se repite la antífona)
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
(Se repite la antífona)
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.
(Se repite la antífona)
Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
“Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso.”»
(Se repite la antífona)
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
(Se repite la antífona)
Laudes
Himno
Entonad los aires
con voz celestial:
«Dios niño ha nacido
pobre en un portal.»
Anúnciale el ángel
la nueva al pastor,
que niño ha nacido
nuestro Salvador.
Adoran pastores
en sombras al Sol,
que niño ha nacido,
de una Virgen, Dios.
Haciéndose hombre,
al hombre salvó;
un niño ha nacido,
ha nacido Dios. Amén.
Salmodia
Antífona 1: Por la
mañana proclamamos, Señor, tu misericordia de noche tu fidelidad.
Salmo 91
Alabanza del Dios creador
Este
salmo canta las maravillas realizadas en Cristo. (S. Atanasio)
Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia
y de noche tu fidelidad,
con arpas de diez cuerdas y laúdes,
sobre arpegios de cítaras.
Tus acciones, Señor, son mi alegría,
y mi júbilo, las obras de tus manos.
¡Qué magníficas son tus obras, Señor,
qué profundos tus designios!
El ignorante no los entiende
ni el necio se da cuenta.
Aunque germinen como hierba los malvados
y florezcan los malhechores,
serán destruidos para siempre.
Tú, en cambio, Señor,
eres excelso por los siglos.
Porque tus enemigos, Señor, perecerán,
los malhechores serán dispersados;
pero a mí me das la fuerza de un búfalo
y me unges con aceite nuevo.
Mis ojos despreciarán a mis enemigos,
mis oídos escucharán su derrota.
El justo crecerá como una palmera,
se alzará como un cedro del Líbano:
plantado en la casa del Señor,
crecerá en los atrios de nuestro Dios;
en la vejez seguirá dando fruto
y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo,
que en mi Roca no existe la maldad.
Antífona 2: Dad
gloria a nuestro Dios.
Dt 32,1-12
Beneficios de Dios para con su pueblo
¡Cuántas
veces he querido reunir a tus hijos como la clueca reúne a sus pollitos bajo
las alas! (Mt 23,37)
Escuchad, cielos, y hablaré;
oye, tierra, los dichos de mi boca;
descienda como lluvia mi doctrina,
destile como rocío mi palabra;
como llovizna sobre la hierba,
como orvallo sobre el césped.
Voy a proclamar el nombre del Señor:
dad gloria a nuestro Dios.
Él es la Roca, sus obras son perfectas,
sus caminos son justos,
es un Dios fiel, sin maldad;
es justo y recto.
Hijos degenerados, se portaron mal con él,
generación malvada y pervertida.
¿Así le pagas al Señor,
pueblo necio e insensato?
¿No es él tu padre y tu creador,
el que te hizo y te constituyó?
Acuérdate de los días remotos,
considera las edades pretéritas,
pregunta a tu padre, y te lo contará,
a tus ancianos, y te lo dirán:
Cuando el Altísimo daba a cada pueblo su heredad
y distribuía a los hijos de Adán,
trazando las fronteras de las naciones,
según el número de los hijos de Dios,
la porción del Señor fue su pueblo,
Jacob fue el lote de su heredad.
Lo encontró en una tierra desierta,
en una soledad poblada de aullidos:
lo rodeó cuidando de él,
lo guardó como a las niñas de sus ojos.
Como el águila incita a su nidada,
revolando sobre los polluelos,
así extendió sus alas, los tomó
y los llevó sobre sus plumas.
El Señor solo los condujo,
no hubo dioses extraños con él.
Antífona 3: ¡Qué
admirable es tu nombre, Señor, en toda la tierra!
Salmo 8
Majestad del Señor y dignidad del hombre
Todo
lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia, como cabeza, sobre todo. (Ef
1,22)
Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre
en toda la tierra!
Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.
De la boca de los niños de pecho
has sacado una alabanza contra tus enemigos,
para reprimir al adversario y al rebelde.
Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder?
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies:
rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar.
Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre
en toda la tierra!
Lectura Breve
Is 45, 22-24
Volveos hacia mí para salvaros, confines de la tierra, pues yo soy Dios
y no hay otro. Yo
juro por mi nombre, de mi boca sale una sentencia, una palabra irrevocable:
«Ante mí se
doblará toda rodilla, por mí jurará toda lengua.»
Responsorio Breve
V. El Señor ha revelado su
salvación. Aleluya, aleluya.
R. El Señor ha revelado su salvación. Aleluya, aleluya.
V. Su salvación.
R. Aleluya, aleluya
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El Señor ha revelado su salvación. Aleluya, aleluya.
R. Él era la fuente de la vida.
V. Y esta vida era la luz para los hombres.
Lecturas
Primera
Lectura
De la carta a los Colosenses 3, 17-4, 1
LA VIDA NUEVA EN LA FAMILIA CRISTIANA
Hermanos: Todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre
de Jesús, ofreciendo la Acción de Gracias a Dios Padre por medio de él.
Vosotras, mujeres, sed sumisas a vuestros maridos, como es conveniente que se
haga entre miembros de Cristo.
Y vosotros, hombres, amad a vuestras esposas y no seáis duros con ellas.
Vosotros, hijos, por vuestra parte, obedeced en todo a vuestros padres, pues
esto es lo que agrada a Dios. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que
no se hagan pusilánimes.
Vosotros, subordinados, obedeced en todo a vuestros superiores de aquí abajo;
no seáis como quien sólo trabaja en presencia del amo, como pretendiendo
halagar a los hombres, sino trabajad con rectitud de intención y en el temor de
Dios. Lo que hacéis, hacedlo con toda el alma, como para servir al Señor y no a
los hombres: sabiendo bien que recibiréis del Señor en recompensa la herencia.
Servid a Cristo Señor. Y quien comete
una injusticia recibirá el pago de su injusticia. No hay acepción de personas
en Dios.
Y vosotros, patrones, proveed a vuestros sirvientes de lo que es justo y
equitativo, sabiendo que también vosotros tenéis un amo en el cielo.
Responsorio
Col 3, 17
R. Todo lo que de palabra o de obra
realicéis, * sea todo en nombre de Jesús.
V. Ofreciendo la Acción de Gracias a Dios Padre por medio de él.
R. Sea todo en nombre de Jesús.
Segunda
Lectura
De los Capítulos de las cinco centurias de san Máximo Confesor, abad (Centuria
1, 8-13: PG 90,1182-1186)
MISTERIO SIEMPRE NUEVO
La Palabra de Dios, nacida una vez en la carne (lo que nos indica la
querencia de su benignidad y humanidad), vuelve a nacer siempre gustosamente en
el espíritu para quienes lo desean; vuelve a hacerse niño, y se vuelve a formar
en aquellas virtudes; y no es por malevolencia o envidia que disminuye la amplitud
de su grandeza, sino que se manifiesta a sí mismo en la medida en que sabe que
lo puede asimilar el que lo recibe, y
así, al mismo tiempo que explora discretamente la capacidad de quienes desean
verlo, sigue manteniéndose siempre fuera del alcance de su percepción, a causa
de la excelencia del misterio.
Por lo cual, el santo Apóstol, considerando sabiamente la fuerza del misterio,
exclama: Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre; ya que entendía el
misterio como algo siempre nuevo, al que nunca la comprensión de la mente puede
hacer envejecer.
Nace Cristo Dios, hecho hombre mediante la incorporación de una carne dotada de
alma inteligente; el mismo que había otorgado a las cosas proceder de la nada.
Mientras
tanto, brilla en lo alto la estrella del Oriente y conduce a los Magos al lugar
en que yace la Palabra encarnada; con lo que muestra que hay en la ley y los
profetas una palabra
místicamente superior, que dirige a las gentes a la suprema luz del
conocimiento.
Así pues, la palabra de la ley y de los profetas, entendida alegóricamente,
conduce, como una estrella, al pleno conocimiento de Dios a aquellos que fueron
llamados por la
fuerza de la gracia, de acuerdo con el designio divino.
Dios se hace efectivamente hombre perfecto, sin alterar nada de lo que es
propio de la naturaleza, a excepción del pecado (pues ni el mismo pecado era
propio de la naturaleza).
Se hace efectivamente hombre perfecto a fin de provocar, con la vista del manjar
de su carne, la voracidad insaciable y ávida del dragón infernal; y abatirlo
por completo cuando ingiriera una carne que habría de convertírsele en veneno,
porque en ella se hallaba oculto el poder de la divinidad. Esta carne sería al
mismo tiempo remedio de la naturaleza humana, ya que el mismo poder divino
presente en aquélla habría de restituir la
naturaleza humana a la gracia primera.
Y así como el dragón, deslizando su veneno en el árbol de la ciencia, había
corrompido con su sabor la naturaleza, de la misma manera, al tratar de devorar
la carne del Señor, se
vio corrompido y destruido por la virtud de la divinidad que en ella residía.
Inmenso misterio de la divina encarnación, que sigue siendo siempre misterio;
pues, ¿de qué modo puede la Palabra hecha carne seguir siendo su propia persona
esencialmente, siendo así que la misma persona existe al mismo tiempo con todo
su ser en Dios Padre? ¿Cómo la Palabra, que es toda ella Dios por naturaleza,
se hizo toda ella por naturaleza hombre, sin detrimento de ninguna de las dos
naturalezas: ni de la divina,
en cuya virtud es Dios, ni de la nuestra, en virtud de la cual se hizo hombre? Sólo
la fe capta estos misterios, ella precisamente que es la sustancia y la base de
todas aquellas realidades que exceden la percepción y razón de la mente humana
en todo
su alcance.
Responsorio
Jn 1, 14. 1
R. La Palabra se hizo carne, y puso
su morada entre nosotros; * y hemos visto su gloria, gloria que recibe
del Padre, como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.
V. Ya al comienzo de las cosas existía la Palabra, y la Palabra
estaba con Dios y la Palabra era Dios.
R. Y hemos visto su gloria, gloria que recibe del Padre, como Hijo
único, lleno de gracia y de verdad.
Lecturas del Sábado de la II Semana de Navidad
04 Ene 2025
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Juan (1,35-42)*
En
aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que
pasaba, dice: «Éste es el Cordero de Dios.»
Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y,
al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?»
Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?»
Él les dijo: «Venid y lo veréis.»
Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las
cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que
oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le
dice: «Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).»
Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: «Tú eres Simón, el
hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro).»
Palabra
del Señor
Canto Evangélico
Antifona: Cristo,
nuestro Dios, que posee la plenitud de la divinidad, al nacer como hombre ha renovado
la humanidad. Aleluya.
Benedictus Lc 1, 68-79
El Mesías y su precursor
+ Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Preces
Glorifiquemos a Cristo, Verbo eterno del Padre,
manifestado en la carne, contemplado por los ángeles y predicado a los paganos,
y digámosle devotamente:
Te adoramos, Hijo unigénito de Dios.
Libertador del género humano, que naciendo de la
Virgen has venido a renovar el mundo, — líbranos por intercesión de María de
toda corrupción de la carne.
Tú que desde el cielo hiciste brillar en la tierra
la justicia increada, — ilumina con la claridad de tu luz el día que empezamos
y toda nuestra vida.
Hijo de Dios, que nos has revelado el amor del
Padre, — haz que también nuestra caridad manifieste a los hombres el amor de
Dios.
Tú que quisiste acampar entre nosotros, — haz que
seamos dignos de morar contigo en tu reino.
Aquí se pueden añadir algunas intenciones libres.
Con el deseo de que la luz de Cristo ilumine a
todos los hombres y que su amor se
extienda por toda la tierra, pidamos al Padre que su reino venga a nosotros:
Padre nuestro.
Padre Nuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en tentación,
y líbranos del mal.
Oración
Dios todopoderoso, que tu Salvador, luz de
redención que surge en el cielo, amanezca
también en nuestros corazones y los renueve siempre. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL SABADO 4 DE ENRO 2025
Lecturas del Sábado de la II
Semana de Navidad
04 Ene 2025
Primera Lectura
Lectura
de la primera carta del apóstol san Juan (3,7-10):
Hijos
míos, que nadie os engañe. Quien obra la justicia es justo, como él es justo.
Quien comete el pecado es del diablo, pues el diablo peca desde el principio.
El Hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del diablo. Todo el que ha
nacido de Dios no comete pecado, porque su germen permanece en él, y no puede
pecar, porque ha nacido de Dios. En esto se reconocen los hijos de Dios y los
hijos del diablo: todo el que no obra la justicia no es de Dios, ni tampoco el
que no ama a su hermano.
Palabra
de Dios
Salmo
Sal
97
R/. Los confines de la tierra han
contemplado la victoria de nuestro Dios
Cantad
al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.
Retumbe
el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos, aclamen los montes. R/.
Al
Señor, que llega para regir la tierra.
Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud. R/.
Lecturas del Sábado de la II
Semana de Navidad
04 Ene 2025
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Juan (1,35-42)*
En
aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que
pasaba, dice: «Éste es el Cordero de Dios.»
Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y,
al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?»
Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?»
Él les dijo: «Venid y lo veréis.»
Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las
cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que
oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le
dice: «Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).»
Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: «Tú eres Simón, el
hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro).»
Palabra
del Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
(Este es el Cordero de Dios)
*Juan el Bautista me invita a
reconocer al Señor cuándo pasa cerca de mí, a desear ese encuentro, ese
quedarme fijo esperando esa palabra que dice "Este es el Cordero de
Dios" no aquel que va por allá. Juan el Bautista está buscando que estas palabras
puedan penetrar hasta lo más profundo de mi alma; para que me ponga en
movimiento detrás del Señor, hasta que el Señor se fije en mí y cuando fije su
mirada, que mis oídos estén muy pendiente porque me dirá una palabra que me
harán ser feliz toda la vida: (Te amo así como eres), pero no para dejarte cómo
eres, sino para hacer de ti alguien muy especial para mi*
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.