Musica Para el Alma
martes, 13 de abril de 2021
EVANGELIO DE JUAN 3,16-21 CICLO B
*Lecturas
de la 2ª Semana del Tiempo Pascua Ciclo B*
Miércoles, 14 de abril de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Juan (3,16-21)*
Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree
en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha
creído en el nombre del Unigénito de Dios.
Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la
tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal
detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.
En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus
obras están hechas según Dios.
Palabra del Señor
*(Tanto amó Dios al mundo que
entregó a su Hijo único para que no perezca)*.
*El versículo de Juan 3,16 es
el más retenido en la memoria del ser humano. El Señor me dice que el no vino a
tomar el puesto de su padre Dios, sino que el vino para enseñarme a creer, para
enseñarme amar, para enseñarme a reconocer que el otro es mi hermano, para
enseñarme hacer bien,
para mostrarme que el verdadero amor es el que se entrega al servicio de los
demás sin esperar nada a cambio y eso será una ayuda para mi alma, y de esa manera podré gozar de la presencia
del amor de mi Padre Dios. La buena noticia para mi es que atreves de su
palabra me quiere enseñarme a escuchar con un corazón atento y agradecido*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VÍSPERAS DEL MIÉRCOLES 14. SANTA LIDUVINA. PATRONA DE LOS ENFERMOS CRÓNICOS
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*Santa Liduvina. Patrona de los enfermos crónicos*
TIEMPO
PASCUAL
MIÉRCOLES
DE SEMANA II
Propio del Tiempo. Salterio II
14 de abril
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
INVITATORIO
Ant. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: GLORIOSA AURORA DE ESTE NUEVO DÍA
Gloriosa aurora de este nuevo día,
despierta en nuestras almas la alegría
de ver nuestro Señor glorificado,
vencidos ya la muerte y el pecado.
Jesús llena de luz el mundo entero;
de cuantos vivirán, él el primero
entró en la luz de eternas claridades,
glorioso ya sin fin de eternidades.
Torrente de alegría, salte y fluya
el grito jubiloso de aleluya,
los hombres y los pueblos lo repitan,
sus vidas en el Cristo resucitan.
Jesús, presente y vivo en tus hermanos,
acoge nuestras manos en tus manos,
conduce el caminar de nuestras vidas
por sendas de vivir ya redimidas.
Recibe, Padre santo, la alabanza
del pueblo que te aclama en la esperanza
de ser junto a tu Hijo eternamente
reunido por tu Espíritu clemente. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Te vio el mar, ¡oh Dios!, te vio el mar mientras guiabas a tu
pueblo por las aguas caudalosas. Aleluya.
Salmo 76 - RECUERDO DEL PASADO GLORIOSO DE ISRAEL.
Alzo mi voz a Dios gritando,
alzo mi voz a Dios para que me oiga.
En mi angustia te busco, Señor mío;
de noche extiendo las manos sin descanso,
y mi alma rehúsa el consuelo.
Cuando me acuerdo de Dios, gimo,
y meditando me siento desfallecer.
Sujetas los párpados de mis ojos,
y la agitación no me deja hablar.
Repaso los días antiguos,
recuerdo los años remotos;
de noche lo pienso en mis adentros,
y meditándolo me pregunto:
¿Es que el Señor nos rechaza para siempre
y ya no volverá a favorecernos?
¿Se ha agotado ya su misericordia,
se ha terminado para siempre su promesa?
¿Es que Dios se ha olvidado de su bondad,
o la cólera cierra sus entrañas?
Y me digo: ¡Qué pena la mía!
¡Se ha cambiado la diestra del Altísimo!
Recuerdo las proezas del Señor;
sí, recuerdo tus antiguos portentos,
medito todas tus obras
y considero tus hazañas.
Dios mío, tus caminos son santos:
¿qué dios es grande como nuestro Dios?
Tú, ¡oh Dios!, haciendo maravillas,
mostraste tu poder a los pueblos;
con tu brazo rescataste a tu pueblo,
a los hijos de Jacob y de José.
Te vio el mar, ¡oh Dios!,
te vio el mar y tembló,
las olas se estremecieron.
Las nubes descargaban sus aguas,
retumbaban los nubarrones,
tus saetas zigzagueaban.
Rodaba el fragor de tu trueno,
los relámpagos deslumbraban el orbe,
la tierra retembló estremecida.
Tú te abriste camino por las aguas,
un vado por las aguas caudalosas,
y no quedaba rastro de tus huellas:
mientras guiabas a tu pueblo, como a un rebaño,
por la mano de Moisés y de Aarón.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Te vio el mar, ¡oh Dios!, te vio el mar mientras guiabas a tu
pueblo por las aguas caudalosas. Aleluya.
Ant 2. El Señor da la muerte y la vida. Aleluya.
Cántico: ALEGRIA DE LOS HUMILDES EN DIOS 1S 2,1-10
Mi corazón se regocija por el Señor,
mi poder se exalta por Dios;
mi boca se ríe de mis enemigos,
porque gozo con tu salvación.
No hay santo como el Señor,
no hay roca como nuestro Dios.
No multipliquéis discursos altivos,
no echéis por la boca arrogancias,
porque el Señor es un Dios que sabe;
él es quien pesa las acciones.
Se rompen los arcos de los valientes,
mientras los cobardes se ciñen de valor;
los hartos se contratan por el pan,
mientras los hambrientos no tienen ya que trabajar;
la mujer estéril da a luz siete hijos,
mientras la madre de muchos se marchita.
El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el abismo y levanta;
da la pobreza y la riqueza,
humilla y enaltece.
Él levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre príncipes
y que herede un trono de gloria;
pues del Señor son los pilares de la tierra,
y sobre ellos afianzó el orbe.
Él guarda los pasos de sus amigos,
mientras los malvados perecen en las tinieblas,
porque el hombre no triunfa por su fuerza.
El Señor desbarata a sus contrarios,
el Altísimo truena desde el cielo,
el Señor juzga hasta el confín de la tierra.
él da fuerza a su Rey,
exalta el poder de su Ungido.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor da la muerte y la vida. Aleluya.
Ant 3. Amanece la luz para el justo, y la alegría para los rectos de
corazón. Aleluya.
Salmo 96 - EL SEÑOR ES UN REY MAYOR QUE TODOS LOS DIOSES.
El Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
Tiniebla y nube lo rodean,
justicia y derecho sostienen su trono.
Delante de él avanza fuego
abrasando en torno a los enemigos;
sus relámpagos deslumbran el orbe,
y, viéndolos, la tierra se estremece.
Los montes se derriten como cera
ante el dueño de toda la tierra;
los cielos pregonan su justicia,
y todos los pueblos contemplan su gloria.
Los que adoran estatuas se sonrojan,
los que ponen su orgullo en los ídolos;
ante él se postran todos los dioses.
Lo oye Sión, y se alegra,
se regocijan las ciudades de Judá
por tus sentencias, Señor;
porque tú eres, Señor,
altísimo sobre toda la tierra,
encumbrado sobre todos los dioses.
El Señor ama al que aborrece el mal,
protege la vida de sus fieles
y los libra de los malvados.
Amanece la luz para el justo,
y la alegría para los rectos de corazón.
Alegraos, justos, con el Señor,
celebrad su santo nombre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Amanece la luz para el justo, y la alegría para los rectos de
corazón. Aleluya.
LECTURA BREVE Rm 6, 8-11
Si verdaderamente hemos muerto con Cristo, tenemos fe de que también viviremos
con él, pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no
muere; la muerte no tiene ya poder sobre él. Su muerte fue un morir al pecado
de una vez para siempre, mas su vida es un vivir para Dios. Así también,
considerad vosotros que estáis muertos al pecado, pero que vivís para Dios en
unión con Cristo Jesús.
RESPONSORIO BREVE
V. El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya. Aleluya.
R. El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya. Aleluya.
V. El que por nosotros colgó del madero.
R. Aleluya. Aleluya.
V. Gloria al Padre,y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya. Aleluya.
V. Dios
resucitó a Cristo de entre los muertos. Aleluya.
R. Para que nuestra fe y esperanza se centren en Dios. Aleluya.
PRIMERA LECTURA
Del libro del Apocalipsis 2, 12-29
EXHORTACIÓN A LAS IGLESIAS DE PÉRGAMO y TIATIRA
Yo, Juan, oí que el Señor me decía:
«Escribe al ángel de la Iglesia de Pérgamo:
"Esto dice el que tiene la espada aguda, la de dos filos: Sé dónde
habitas, como que vives donde está el trono de Satanás. Sé que te mantienes
firme en mi nombre y que no renegaste de mi fe ni siquiera en los días en que
Antipas, mi fiel testigo, fue muerto entre vosotros, ahí donde habita Satanás.
Pero tengo algo contra ti: Toleras ahí a seguidores de la doctrina de Balaam,
el que inducía a Balac a poner tropiezos ante los hijos de Israel, a que
comiesen lo inmolado a los ídolos y a que fornicasen.
Así también toleras tú a quienes siguen la doctrina de los nicolaítas.
Arrepiéntete, pues. Si no, mira que iré en seguida hacia ti y lucharé contra
ellos con la espada de mi boca.
El que tenga oídos oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias: Al vencedor le
daré del maná escondido y una piedrecita blanca con un nombre nuevo escrito en
ella, que nadie conoce sino aquel que lo recibe."»
Y al ángel de la Iglesia de Tiatira escribe:
"Esto dice el Hijo de Dios, el que tiene sus ojos como llamas de fuego y
sus pies semejantes al bronce:
Conozco tus obras, tu caridad y fidelidad, tus servicios y tu constancia en
esperarme y tus últimas obras que superan a las primeras. Pero tengo algo
contra ti: Que toleras a Jezabel, esa mujer que se dice a sí misma profetisa,
que extravía con su doctrina a mis siervos para que forniquen y coman de lo
ofrecido a los ídolos. Yo le he dado tiempo para arrepentirse; pero no quiere
arrepentirse de su prostitución. Voy a postrarla en el lecho del dolor, y a los
que adulteran con ella los sumergiré en una gran tribulación, si no se
arrepienten de sus obras. Y a sus hijos los haré morir sin piedad. Así
conocerán todas las Iglesias que yo soy quien escudriña las entrañas y los
corazones, y el que os dará a cada uno según sus obras.
Pero a los demás que quedáis en Tiatira, a los que no seguís semejante
doctrina, a los que no conocisteis las profundidades de Satanás, como dicen
ellos, yo os digo: No arrojaré sobre vosotros otra carga. Mantened sólo la que
tenéis, hasta que yo vaya.
Y al que salga vencedor y me sea fiel hasta el fin le daré potestad sobre las
naciones, y las gobernará con cetro de hierro, como se quiebran los jarros de
loza, así como he recibido yo de mi Padre esta potestad, y le daré, además, el
lucero del alba. El que tenga oídos oiga lo que el Espíritu dice a las
Iglesias."»
RESPONSORIO Ap 2, 18. 23; 22, 12a
R. Esto dice el Hijo de Dios, el que tiene sus ojos como llamas de
fuego: «Yo soy quien escudriña las entrañas y los corazones, * y
daré a cada uno según sus obras.» Aleluya.
V. Mira, llego en seguida y traigo conmigo mi salario.
R. y daré a cada uno según sus obras. Aleluya.
SEGUNDA LECTURA
De los Sermones de san León Magno, papa
(Sermón 12 Sobre la pasión del Señor, 3, 6-7: PL 54, 355-357)
CRISTO VIVE EN SU IGLESIA
No hay duda, amadísimos hermanos, que el Hijo de Dios, habiendo tomado la
naturaleza humana, se unió a ella tan íntimamente, que no sólo en aquel hombre
que es el primogénito de toda creatura, sino también en todos sus santos, no
hay más que un solo y único Cristo; y, del mismo modo que no puede separarse la
cabeza de los miembros, así tampoco los miembros pueden separarse de la cabeza.
Aunque no pertenece a la vida presente, sino a la eterna, el que Dios sea todo
en todos, sin embargo, ya ahora, él habita de manera inseparable en su templo,
que es la Iglesia, tal como prometió él mismo con estas palabras: Mirad, yo
estaré siempre con vosotros hasta el fin del mundo.
Por tanto, todo lo que el Hijo de Dios hizo y enseñó con miras a la
reconciliación del mundo no sólo lo conocemos por el relato de sus hechos
pretéritos, sino que también lo experimentamos por la eficacia de sus obras
presentes.
Él mismo, nacido de la Virgen Madre por obra del Espíritu Santo, es quien
fecunda con el mismo Espíritu a su Iglesia incontaminada, para que, mediante la
regeneración bautismal, una multitud Innumerable de hijos sea engendrada para
Dios, de los cuales se afirma que traen su origen no de la sangre ni del deseo
carnal ni de la voluntad del hombre, sino del mismo Dios.
Es en él mismo en quien es bendecida la posteridad de Abraham por la adopción
del mundo entero, y en quien el patriarca se convierte en padre de las
naciones, cuando los hijos de la promesa nacen no de la carne, sino de la fe.
Él mismo es quien, sin exceptuar pueblo alguno, constituye, de cuantas naciones
hay bajo el cielo, un solo rebaño de ovejas santas, cumpliendo así día tras día
lo que antes había prometido: Tengo otras ovejas que no son de este redil; es
necesario que las recoja, y oirán mi voz, para que se forme un solo rebaño y un
solo pastor.
Aunque dijo a Pedro, en su calidad de jefe: Apacienta mis ovejas, en realidad
es él solo, el Señor, quien dirige a todos los pastores en su ministerio; y a
los que se acercan a la piedra espiritual él los alimenta con un pasto tan
abundante y jugoso, que un número Incontable de ovejas, fortalecidas por la
abundancia de su amor, están dispuestas a morir por el nombre de su pastor,
como él, el buen Pastor, se dignó dar la propia vida por sus ovejas.
Y no sólo la gloriosa fortaleza de los mártires, sino también la fe de todos
los que renacen en el bautismo, por el hecho mismo de su regeneración,
participan en sus sufrimientos.
Así es como celebramos de manera adecuada la Pascua del Señor, con ázimos de
pureza y de verdad: cuando, rechazando la antigua levadura de maldad, la nueva
creatura se embriaga y se alimenta del Señor en persona.
La participación del cuerpo y de la sangre del Señor, en efecto, nos convierte
en lo mismo que tomamos y hace que llevemos siempre en nosotros, en el espíritu
y en la carne, a aquel junto con el cual hemos muerto, bajado al sepulcro y
resucitado.
RESPONSORIO Jn 10, 14; Ez 34, 11. 13
R. Yo soy el buen Pastor, * y conozco a mis
ovejas y ellas me conocen a mí. Aleluya.
V. Yo mismo buscaré mis ovejas y seguiré sus huellas, y las sacaré de
entre los pueblos y las apacentaré.
R. Yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. Aleluya.
*Lecturas de la 2ª Semana del Tiempo Pascua
Ciclo B*
Miércoles, 14 de abril de 2021
Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Juan (3,16-21):
Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree
en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha
creído en el nombre del Unigénito de Dios.
Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la
tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal
detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.
En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus
obras están hechas según Dios.
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Tanto amó Dios al mundo que le entregó su Hijo único, para que
todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Aleluya.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tanto amó Dios al mundo que le entregó su Hijo único, para que
todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Aleluya.
PRECES
Dirijámonos a Dios, que quiso manifestar a Jesús resucitado a los
apóstoles, y digámosle suplicantes:
Ilumínanos, Señor, con la claridad de tu Cristo.
Señor, fuente de toda luz, te aclamamos con acción de gracias en esta mañana,
porque nos has llamado a participar de tu luz admirable
y nos has querido dar la salvación.
Haz, Señor, que la fuerza del Espíritu Santo nos purifique y nos fortalezca,
para que con nuestro trabajo hagamos más humana la vida de los hombres.
Haz que nos entreguemos de tal modo al servicio de nuestros hermanos,
que logremos hacer de la familia humana una ofrenda agradable a tus ojos.
Llénanos, desde el principio de este nuevo día, de tu misericordia,
para que en toda nuestra jornada nos gocemos en tu alabanza.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Concluyamos nuestra oración, diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro
maestro:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, al renovar en este año el recuerdo del misterio pascual,
que restituyó a la naturaleza humana en su primitiva dignidad y le trajo la
esperanza de la resurrección, te pedimos que nos enseñes a recibir con un amor
constante y fiel este misterio que con fe celebramos. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
*Santa Liduvina. Patrona de los enfermos crónicos*
Esta santa es la Patrona de los
enfermos crónicos. Ella nos enseña a aprovechar la enfermedad para pagar
nuestros pecados, convertir pecadores y conseguir un gran premio en el cielo.
El decreto de Roma al declararla santa dice: Santa Liduvina fue "un prodigio
de sufrimiento humano y de paciencia heroica".
Liduvina nació en Schiedam, Holanda, en 1380. Su padre era muy
pobre y tenía por oficio el de "celador" o cuidador de fincas. Hasta
los 15 años Liduvina era una muchacha como las demás: alegre, simpática, buena
y muy bonita. Pero en aquel año su vida cambió completamente. Un día, después
de jugar con sus amigos iban a patinar y en el camino callo en el hielo partiéndose
la columna vertebral.
La pobre muchacha empezó desde entonces un horroroso martirio.
Continuos vómitos, jaquecas, fiebre intermitente y dolores por todo el cuerpo
la martirizaban todo el día. En ninguna posición podía descansar. La altísima
fiebre le producía una sed insaciable. Los médicos declararon que su enfermedad
no tenía remedio.
Liduvina se desesperaba en esa cama inmóvil, y cuando oía a sus
compañeras correr y reír, se ponía a llorar y a preguntar a Dios por qué le
había permitido tan horrible martirio. Pero un día Dios le dio un gran regalo:
nombraron de párroco de su pueblo a un verdadero santo, el Padre Pott. Este
virtuoso sacerdote lo primero que hizo fue recordarle que "Dios al árbol
que más lo quiere más lo poda, para que produzca mayor fruto y a los hijos que
más ama más los hace sufrir". Le colocó en frente de la cama un crucifijo,
pidiéndole que de vez en cuando mirara a Jesús crucificado y se comparara con
El y pensara que si Cristo sufrió tanto, debe ser que el sufrimiento lleva a la
santidad.
En adelante ya no volvió más a pedir a Dios que le quitara sus
sufrimientos, sino que se dedicó a pedir a Nuestro Señor que le diera valor y
amor para sufrir como Jesús por la conversión de los pecadores, y la salvación
de las almas.
Santa Liduvina llegó a amar de tal manera sus sufrimientos que
repetía: "Si bastara rezar una pequeña oración para que se me fueran mis
dolores, no la rezaría". Descubrió que su "vocación" era ofrecer
sus padecimientos por la conversión de los pecadores. Se dedicó a meditar
fuertemente en la Pasión y Muerte de Jesús. Y en adelante sus sufrimientos se
le convirtieron en una fuente de gozo espiritual y en su "arma" y su
"red" para apartar pecadores del camino hacia el infierno y llevarlos
hacia el cielo. Decía que la Sagrada Comunión y la meditación en la Pasión de
Nuestro Señor eran las dos fuentes que le concedían valor, alegría y paz.
La enfermedad fue invadiendo todo su cuerpo. Una llaga le fue
destrozando la piel. Perdió la vista por un ojo y el otro se le volvió tan
sensible a la luz que no soportaba ni siquiera el reflejo de la llama de una
vela. Estaba completamente paralizada y solamente podía mover un poco el brazo
izquierdo. En los fríos terribles del invierno de Holanda quedaba a veces en
tal estado de enfriamiento que sus lágrimas se le congelaban en la mejilla. En
el hombro izquierdo se le formó un absceso dolorosísimo y la más aguda neuritis
(o inflamación de los nervios) le producía dolores casi insoportables. Parecía
que ya en vida estuviera descomponiéndose como un cadáver. Pero nadie la veía
triste o desanimada, sino todo lo contrario: feliz por lograr sufrir por amor a
Cristo y por la conversión de los pecadores. Y cosa rara: a pesar de que su
enfermedad era tan destructora, se sentía a su alrededor un aroma agradable y
que llenaba el alma de deseos de rezar y de meditar.
Cuentan las antiguas crónicas que recién paralizada una noche
Liduvina soñó que Nuestro Señor le proponía: "Para pago de tus pecados y
conversión de los pecadores, ¿qué prefieres, 38 años tullida en una cama o 38
horas en el purgatorio?". Y que ella respondió: "prefiero 38 horas en
el purgatorio". Y sintió que moría que iba al purgatorio y empezaba a
sufrir. Y pasaron 38 horas y 380 horas y 3,800 horas y su martirio no terminaba,
y al fin preguntó a un ángel que pasaba por allí, "¿Por qué Nuestro Señor
no me habrá cumplido el contrato que hicimos? Me dijo que me viniera 38 horas
al purgatorio y ya llevo 3,800 horas". El ángel fue y averiguó y volvió
con esta respuesta: "¿Qué cuántas horas cree que ha estado en el
Purgatorio?" ¡Pues 3,800! ¿Sabe cuánto hace que Ud. se murió? No hace
todavía cinco minutos que se murió. Su cadáver todavía está caliente y no se ha
enfriado. Sus familiares todavía no saben que Ud. se ha muerto. ¿No han pasado
cinco minutos y ya se imagina que van 3,800?". Al oír semejante respuesta,
Liduvina se asustó y gritó: Dios mío, prefiero entonces estarme 38 años tullida
en la tierra. Y despertó. Y en verdad estuvo 38 años paralizada y a quienes la
compadecían les respondía: "Tengan cuidado porque la Justicia Divina en la
otra vida es muy severa. No ofendan a Dios, porque el castigo que espera a los
pecadores en la eternidad es algo terrible, que no podemos ni imaginar.
En 1421, o sea 12 años antes de su muerte, las autoridades civiles
de Schiedam (su pueblo) publicaron un documento que decía: "Certificamos
por las declaraciones de muchos testigos presenciales, que durante los últimos
siete años, Liduvina no ha comido ni bebido nada, y que así lo hace actualmente.
Vive únicamente de la Sagrada Comunión que recibe".
Santa Liduvina, paralizada y sufriendo espantosamente en su lecho
de enferma, recibió de Dios los dones de anunciar el futuro a muchas personas y
de curar a numerosos enfermos, orando por ellos. A los 12 años de estar enferma
y sufriendo, empezó a tener éxtasis y visiones. Mientras el cuerpo quedaba como
sin vida, en los éxtasis conversaba con Dios, con la Sma. Virgen y con su Angel
de la Guarda. Unas veces recibía de Dios la gracia de poder presenciar los
sufrimientos que Jesucristo padeció en su Santísima Pasión. Otras veces
contemplaba los sufrimientos de las almas del purgatorio, y en algunas
ocasiones le permitían ver algunos de los goces que nos esperan en el cielo.
Dicen los que escribieron su biografía que después de cada éxtasis
se afirmaba más y más en su "vocación" de salvar almas por medio de
su sufrimiento ofrecidos a Dios, y que al finalizar cada una de estas visiones
aumentaban los dolores de sus enfermedades pero aumentaba también el amor con
el que ofrecía todo por Nuestro Señor.
Cambiaron al santo párroco que tanto la ayudaba, por otro menos
santo y menos comprensivo, quien empezó a decir que Liduvina era una mentirosa
que inventaba lo que decía. El pueblo se levantó en revolución para defender a
su santa y las autoridades para evitar problemas, nombraron una comisión
investigadora compuesta por personalidades muy serias. Los investigadores
declararon que ella decía toda la verdad y que su caso era algo extraordinario
que no podía explicarse sin una intervención sobrenatural. Y así la fama de la
santa creció y se propagó.
En los últimos siete meses Santa Liduvina no pudo dormir ni
siquiera una hora a causa de sus tremendos dolores. Pero no cesaba de elevar su
oración a Dios, uniendo sus sufrimientos a los padecimientos de Cristo en la
Cruz.
Y el 14 de abril de 1433, día de Pascua de Resurrección poco antes
de las tres de la tarde, pasó santamente a la eternidad. Pocos días antes
contempló en una visión que en la eternidad le estaban tejiendo una hermosa
corona de premios. Pero aun debía sufrir un poco. En esos días llegaron unos
soldados y la insultaron y la maltrataron. Ella ofreció todo a Dios con mucha
paciencia y luego oyó una voz que le decía: "con esos sufrimientos ha
quedado completa tu corona. Puedes morir en paz".
La última petición que le hizo al médico antes de morir fue que su
casa la convirtieran en hospital para pobres. Y así se hizo. Y su fama se
extendió ya en vida por muchos sitios y después de muerta sus milagros la
hicieron muy popular. Tiene un gran templo en Schiedam. Tuvo el honor de que su
biografía la escribiera el escritor Tomás de Kempis, autor del famosísimo libro
"La imitación de Cristo".
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: HOY ROMPE LA CLAUSURA
Hoy rompe la clausura
del surco empedernido
el grano en él hundido
por nuestra mano dura;
y hoy da su flor primera
la rama sin pecado
del árbol mutilado
por nuestra mano fiera.
Hoy triunfa el buen Cordero
que, en esta tierra impía,
se dio con alegría
por el rebaño entero;
y hoy junta su extraviada
majada y la conduce
al sitio en que reluce
la luz resucitada.
Hoy surge, viva y fuerte,
segura y vencedora,
la Vida que hasta ahora
yacía en honda muerte;
y hoy alza del olvido
sin fondo y de la nada
al alma rescatada
y al mundo redimido. Amén.
SALMODIA
Ant 1. No se turbe vuestro corazón; tan sólo creed en mí. Aleluya.
Salmo 61 - DIOS, ÚNICA ESPERANZA DEL JUSTO.
Sólo en Dios descansa mi alma,
porque de él viene mi salvación;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.
¿Hasta cuándo arremeteréis contra un hombre
todos juntos, para derribarlo
como a una pared que cede
o a una tapia ruinosa?
Sólo piensan en derribarme de mi altura,
y se complacen en la mentira:
con la boca bendicen,
con el corazón maldicen.
Descansa sólo en Dios, alma mía,
porque él es mi esperanza;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.
De Dios viene mi salvación y mi gloria,
él es mi roca firme,
Dios es mi refugio.
Pueblo suyo, confiad en él,
desahogad ante él vuestro corazón,
que Dios es nuestro refugio.
Los hombres no son más que un soplo,
los nobles son apariencia:
todos juntos en la balanza subirían
más leves que un soplo.
No confiéis en la opresión,
no pongáis ilusiones en el robo;
y aunque crezcan vuestras riquezas,
no les deis el corazón.
Dios ha dicho una cosa,
y dos cosas que he escuchado:
«Que Dios tiene el poder
y el Señor tiene la gracia;
que tú pagas a cada uno
según sus obras.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. No se turbe vuestro corazón; tan sólo creed en mí. Aleluya.
Ant 2. ¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos, que se alegren por tu
salvación. Aleluya.
Salmo 66 - QUE TODOS LOS PUEBLOS ALABEN AL SEÑOR.
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. ¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos, que se alegren por tu
salvación. Aleluya.
Ant 3. Su resplandor eclipsa el cielo, la tierra se llena de su alabanza.
Aleluya.
Cántico: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA CREATURA Y PRIMER
RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS. Cf. Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda creatura;
pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz
con todos los seres, así del cielo como de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Su resplandor eclipsa el cielo, la tierra se llena de su alabanza.
Aleluya.
LECTURA BREVE Hb 7, 24-27
Jesús, como permanece para siempre, tiene un sacerdocio eterno. De aquí que
tiene poder para llevar a la salvación definitiva a cuantos por él se vayan
acercando a Dios, porque vive para siempre para interceder por ellos. Y tal era
precisamente el sumo sacerdote que nos convenía: santo, sin maldad, sin mancha,
excluido del número de los pecadores y exaltado más alto que los cielos. No
tiene necesidad, como los sumos sacerdotes, de ofrecer víctimas cada día,
primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo. Esto lo hizo una vez
por todas, ofreciéndose a sí mismo.
RESPONSORIO BREVE
V. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya. Aleluya.
R. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya. Aleluya.
V. Al ver al Señor.
R. Aleluya. Aleluya.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya. Aleluya.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El que obra la verdad viene a la luz y manifiesta que sus obras
han sido hechas según Dios. Aleluya.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El que obra la verdad viene a la luz y manifiesta que sus obras
han sido hechas según Dios. Aleluya.
PRECES
Imploremos a Dios Padre, que por la resurrección de su Hijo de
entre los muertos nos ha abierto el camino de la vida eterna, y digámosle:
Por la victoria de Cristo, salva, Señor, a tus redimidos.
Dios de nuestros padres, que has glorificado a tu Hijo Jesús, resucitándolo de
entre los muertos,
convierte nuestros corazones, para que vivamos la nueva vida de tu Hijo
resucitado.
Tú que nos has devuelto al Pastor y guardián de nuestras vidas, cuando éramos
ovejas descarriadas,
consérvanos en fidelidad a tu Evangelio, bajo la guía de los obispos de tu
Iglesia.
Tú que elegiste a los primeros discípulos de tu Hijo de entre el pueblo de
Israel,
revela a los hijos de este pueblo el cumplimiento de las promesas que hiciste a
sus padres.
Acuérdate, Señor, de los huérfanos, de las viudas, de los esposos que viven
separados y de todos nuestros hermanos abandonados,
y no permitas que vivan en la soledad los que fueron reconciliados por la
muerte de tu Hijo.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que llamaste a ti a Esteban, el cual confesó que Jesús estaba a tu derecha,
recibe a nuestros hermanos difuntos que esperaron tu venida en la fe y en el
amor.
Digamos ahora todos juntos la oración que nos enseñó el mismo Jesús:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, al renovar en este año el recuerdo del misterio pascual,
que restituyó a la naturaleza humana en su primitiva dignidad y le trajo la
esperanza de la resurrección, te pedimos que nos enseñes a recibir con un amor
constante y fiel este misterio que con fe celebramos. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL MIÉRCOLES 14 DE ABRIL 2021
*Lecturas
de la 2ª Semana del Tiempo Pascua Ciclo B*
Miércoles, 14 de abril de 2021
Primera lectura
Lectura del
libro de los Hechos de los apóstoles (5,17-26):
En aquellos días, el sumo sacerdote y todos los suyos, que integran la secta de
los saduceos, en un arrebato de celo, prendieron a los apóstoles y los metieron
en la cárcel pública. Pero, por la noche, el ángel del Señor les abrió las
puertas de la cárcel y los sacó fuera, diciéndoles:
«Marchaos y, cuando lleguéis al templo, explicad al pueblo todas estas palabras
de vida».
Entonces ellos, al oírlo, entraron en el templo al amanecer y se pusieron a
enseñar. Llegó entre tanto el sumo sacerdote con todos los suyos, convocaron el
Sanedrín y el pleno de los ancianos de los hijos de Israel, y mandaron a la
prisión para que los trajesen. Fueron los guardias, no los encontraron en la
cárcel, y volvieron a informar, diciendo:
«Hemos encontrado la prisión cerrada con toda seguridad, y a los centinelas en
pie a las puertas; pero, al abrir, no encontramos a nadie dentro».
Al oír estas palabras, ni el jefe de la guardia del templo ni los sumos
sacerdotes atinaban a explicarse qué había pasado. Uno se presentó, avisando:
«Mirad, los hombres que metisteis en la cárcel están en el templo, enseñando al
pueblo».
Entonces el jefe salió con los guardias y se los trajo, sin emplear la fuerza,
por miedo a que el pueblo los apedrease.
Palabra de Dios
Salmo
Sal
33,2-3.4-5.6-7.8-9
R/. Si el afligido
invoca al Señor, él lo escucha
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R/.
Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
El afligido invocó al Señor,
él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R/.
El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles
y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R/.
*Lecturas
de la 2ª Semana del Tiempo Pascua Ciclo B*
Miércoles, 14 de abril de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Juan (3,16-21)*
Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree
en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha
creído en el nombre del Unigénito de Dios.
Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la
tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta
la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.
En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus
obras están hechas según Dios.
Palabra del Señor
*(Tanto amó Dios al mundo que
entregó a su Hijo único para que no perezca)*.
*El versículo de Juan 3,16 es
el más retenido en la memoria del ser humano. El Señor me dice que el no vino a
tomar el puesto de su padre Dios, sino que el vino para enseñarme a creer, para
enseñarme amar, para enseñarme a reconocer que el otro es mi hermano, para
enseñarme hacer bien,
para mostrarme que el verdadero amor es el que se entrega al servicio de los demás
sin esperar nada a cambio y eso será una ayuda para mi alma, y de esa manera podré gozar de la presencia
del amor de mi Padre Dios. La buena noticia para mi es que atreves de su
palabra me quiere enseñarme a escuchar con un corazón atento y agradecido*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.