Musica Para el Alma
miércoles, 2 de octubre de 2024
LUCAS 10,1-12 CICLO B
*Jueves,
3 de octubre de 2024*
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (10, 1-12)*
1 Después de esto, designó el Señor a otros 72, y
los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él
había de ir.
2 Y les dijo: «La mies es mucha, y los obreros
pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
3 Id; mirad que os envío como corderos en medio de
lobos.
4 No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no
saludéis a nadie en el camino.
5 En la casa en que entréis, decid primero:
"Paz a esta casa."
6 Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz
reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros.
7 Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo
lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa.
8 En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo
que os pongan;
9 curad los enfermos que haya en ella, y decidles:
"El Reino de Dios está cerca de vosotros."
10 En la ciudad en que entréis y no os reciban,
salid a sus plazas y decid:
11 "Hasta el polvo de vuestra ciuadad que se
nos ha pegado a los pies, os lo sacudimos. Pero sabed, con todo, que el Reino
de Dios está cerca."
12 Os digo que en aquel Día habrá menos rigor para
Sodoma que para aquella ciudad.
Palabra
del Señor
*Que
la Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
《La
mies es abundante y los obreros pocos: rueguen, pues, al dueño de la mies que
mande obreros a su mies》
*Hoy está palabra es un llamado especial para mí,
porque está palabra (Rueguen) es una palabra que me invita a pedir con seriedad
en la oración, que crezca en mí el deseo de la Evangelización. Rogar, es pedir
ser un obrero en la mies, puedo ver esto como un regalo, como una oportunidad
que me concede el dueño de la viña. Y qué bueno que esto, no depende de lo que
yo sepa, de la sabiduría que pueda tener, de lo hermoso o bello que pueda
hablar, de las relaciones humanas que pueda tener, nada de eso. Esto es
totalmente un regalo del Dueño de la mies. El Señor me hace una invitación a la
sinceridad con esta lectura, porque he pedido al Señor que mande obreros a su
mies, pero no me incluyo, (eso no es para mí), pienso que eso es para otras
personas. Pero el Señor, es a mí que me dice, que "Ruegue" (que pida
en oración) al Señor, que me mande a mí, no a otro. Es por eso que faltan
obrero, porque digo vallan, pero yo no voy, por esa razón es que faltan obrero,
y seguirán faltando, en lo que yo me decido (a pedir) al Señor que me mande a
mí*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL JUEVES 3
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
TIEMPO
ORDINARIO
JUEVES DE LA SEMANA XXVI
De la Feria. Salterio II
3 de octubre
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Entrad en la presencia del Señor
con aclamaciones.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Entrad en la presencia del Señor
con aclamaciones.
Himno: SEÑOR, TÚ ME LLAMASTE.
Señor, tú me llamaste
para ser instrumento de tu gracia,
para anunciar la buena nueva,
para sanar las almas.
Instrumento de paz y de justicia,
pregonero de todas tus palabras,
agua para calmar la sed hiriente,
mano que bendice y que ama.
Señor, tú me llamaste
para curar los corazones heridos,
para gritar, en medio de las plazas,
que el Amor está vivo,
para sacar del sueño a los que duermen
y liberar al cautivo.
Soy cera blanda entre tus dedos,
haz lo que quieras conmigo.
Señor, tú me llamaste
para salvar al mundo ya cansado,
para amar a los hombres
que tú, Padre, me diste como hermanos.
Señor, me quieres para abolir las guerras,
y aliviar la miseria y el pecado;
hacer temblar las piedras
y ahuyentar a los lobos del rebaño. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Despierta tu poder, Señor, y ven a salvarnos.
Salmo 79 - VEN A VISITAR TU VIÑA
Pastor de Israel, escucha,
tú que guías a José como a un rebaño;
tú que te sientas sobre querubines, resplandece
ante Efraím, Benjamín y Manasés;
despierta tu poder y ven a salvarnos.
¡Oh Dios!, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.
Señor Dios de los ejércitos,
¿hasta cuándo estarás airado
mientras tu pueblo te suplica?
Le diste a comer llanto,
a beber lágrimas a tragos;
nos entregaste a las disputas de nuestros vecinos,
nuestros enemigos se burlan de nosotros.
Dios de los ejércitos, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.
Sacaste una vid de Egipto,
expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste;
le preparaste el terreno y echó raíces
hasta llenar el país;
su sombra cubría las montañas,
y sus pámpanos, los cedros altísimos;
extendió sus sarmientos hasta el mar,
y sus brotes hasta el Gran Río.
¿Por qué has derribado su cerca
para que la saqueen los viandantes,
la pisoteen los jabalíes
y se la coman las alimañas?
Dios de los ejércitos, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra plantó,
y que tú hiciste vigorosa.
La han talado y le han prendido fuego:
con un bramido hazlos perecer.
Que tu mano proteja a tu escogido,
al hombre que tú fortaleciste.
No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que invoquemos tu nombre.
Señor Dios de los ejércitos, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Despierta tu poder, Señor, y ven a
salvarnos.
Ant 2. Anunciad a toda la tierra que el
señor hizo proezas.
Cántico: ACCION DE GRACIAS DEL PUEBLO SALVADO - Is 12, 1-6
Te doy gracias, Señor,
porque estabas airado contra mí,
pero ha cesado tu ira
y me has consolado.
Él es mi Dios y salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación.
Aquel día, diréis:
Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso.
Tañed para el Señor, que hizo proezas;
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
«¡Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel!».
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Anunciad a toda la tierra que el
señor hizo proezas.
Ant 3. Aclamad a Dios, nuestra fuerza.
Salmo 80 - SOLEMNE RENOVACIÓN DE LA ALIANZA
Aclamad a Dios, nuestra fuerza;
dad vítores al Dios de Jacob:
acompañad, tocad los panderos,
las cítaras templadas y las arpas;
tocad la trompeta por la luna nueva,
por la luna llena, que es nuestra fiesta;
porque es una ley de Israel,
un precepto del Dios de Jacob,
una norma establecida para José
al salir de Egipto.
Oigo un lenguaje desconocido:
«Retiré sus hombros de la carga,
y sus manos dejaron la espuerta.
Clamaste en la aflicción, y te libré,
te respondí oculto entre los truenos,
te puse a prueba junto a la fuente de Meribá.
Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti;
¡ojalá me escuchases, Israel!
No tendrás un dios extraño,
no adorarás un dios extranjero;
yo soy el Señor Dios tuyo,
que te saqué del país de Egipto;
abre tu boca y yo la saciaré.
Pero mi pueblo no escuchó mi voz,
Israel no quiso obedecer:
los entregué a su corazón obstinado,
para que anduviesen según sus antojos.
¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!:
en un momento humillaría a sus enemigos
y volvería mi mano contra sus adversarios;
los que aborrecen al Señor te adularían,
y su suerte quedaría fijada;
te alimentaría con flor de harina,
te saciaría con miel silvestre.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aclamad a Dios, nuestra fuerza.
LECTURA BREVE Rm 14, 17-19
El reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el
Espíritu Santo, pues el que en esto sirve a Cristo es grato a Dios y acepto a
los hombres. Por tanto, trabajemos por la paz y por nuestra mutua edificación.
RESPONSORIO BREVE
V. Velando medito en ti, Señor.
R. Velando medito en ti, Señor.
V. Porque fuiste mi auxilio.
R. Medito en ti, Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Velando medito en ti, Señor.
V. Señor,
¿a quién vamos a ir?
R. Tú tienes palabras de vida eterna.
PRIMERA LECTURA
Del libro de Judit 10, 1-5. 11-16; 11, 1-6. 18-21
JUDIT SE PRESENTA ANTE HOLOFERNES
En aquellos días, cuando Judit terminó de suplicar
al Dios de Israel y acabó sus rezos, se puso en pie, llamó al ama de llaves y
bajó a la casa, en la que pasaba los sábados y días de fiesta; se despojó del
sayal, se quitó el vestido de luto, se bañó, se ungió con un perfume intenso,
se peinó, se puso una diadema y se vistió la ropa de fiesta que se ponía en
vida de su marido Manasés; se calzó las sandalias, se puso los collares, las
ajorcas, los anillos, los pendientes y todas sus joyas. Quedó bellísima, capaz
de seducir a los hombres que la viesen. Luego, entregó a su ama de llaves un
odre de vino y una aceitera; llenó las alforjas con galletas, un pan de frutas
secas y panes puros; empaquetó las provisiones y se las dio al ama.
Cuando caminaban derecho por el valle, les salió al encuentro una avanzadilla
asiria, que les echó el alto:
«¿De qué nación eres, de dónde vienes y a dónde vas?»
Judit respondió:
«Soy hebrea, y huyo de mi gente porque les falta poco para caer en vuestras
manos. Quisiera presentarme a Holofernes, vuestro generalísimo, para darle
informaciones auténticas; le enseñaré el camino por donde puede pasar y
conquistar toda la sierra sin que caiga uno solo de sus hombres.»
Mientras la escuchaban, admiraban aquel rostro, que les parecía un prodigio de
belleza, y le dijeron:
«Has salvado la vida apresurándote a bajar para presentarte a nuestro jefe. Ve
ahora a su tienda; te escoltarán hasta allá algunos de los nuestros. Y, cuando
estés ante él, no tengas miedo; dile lo que nos has dicho, y te tratará bien.»
Eligieron a cien hombres, que escoltaron a Judit y su ama de llaves hasta la
tienda de Holofernes. Holofernes le dijo:
«Ánimo, mujer, no tengas miedo; yo no he hecho nunca daño a nadie que quiera
servir a Nabucodonosor, rey del mundo entero. Incluso si tu gente de la sierra
no me hubiese despreciado, yo no blandiría mi lanza contra ellos. Pero ellos se
lo han buscado. Bien. Dime por qué te has escapado y te pasas a nosotros.
Viniendo, has salvado la vida. Ánimo, no correrás peligro ni esta noche ni
después. Nadie te tratará mal. Nos portaremos bien contigo, como con los
siervos de mi señor, el rey Nabucodonosor.»
Entonces Judit le dijo:
«Permíteme hablarte, y acoge las palabras de tu esclava. No mentiré esta noche
a mi señor. Si haces caso a las palabras de tu esclava, Dios llevará a buen
término tu campaña, no fallarás en tus planes. Pues, ¡por vida de
Nabucodonosor, rey del mundo entero, que te ha enviado para poner en orden a
todos, y por su imperio! Gracias a ti no sólo le servirán los hombres, sino que
por tu poder hasta las fieras, y los rebaños, y las aves del cielo vivirán a
disposición de Nabucodonosor y de su casa. Porque hemos oído hablar de tu
sabiduría y tu astucia, y todo el mundo comenta que tú eres el mejor en todo el
imperio, el consejero más hábil y el estratega más admirado.»
Las palabras de Judit agradaron a Holofernes; y sus oficiales, admirados de la
prudencia de Judit, comentaron:
«En toda la tierra, de punta a cabo, no hay una mujer tan bella y que hable tan
bien.»
Y Holofernes le dijo:
«Dios ha hecho bien enviándote por delante de los tuyos para darnos a nosotros
el poder y destruir a los que despreciaron a mi señor. Eres tan hermosa como
elocuente. Si haces lo que has dicho, tu Dios será mi Dios, vivirás en el palacio
del rey Nabucodonosor y serás célebre en todo el mundo.»
RESPONSORIO Cf. Jdt 9, 17; cf.
6, 15
R. Señor, Dios
del cielo y de la tierra, creador de las aguas, rey de toda la creación, * escucha
las plegarias de tus hijos.
V. Señor, rey de cielos y tierra, ten misericordia
de nuestra debilidad.
R. Escucha las plegarias de tus hijos.
SEGUNDA LECTURA
De la carta de san Policarpo, obispo y mártir, a
los Filipenses
(Cap. 12, 1-14: Funk 1, 279-283)
QUE JESUCRISTO OS HAGA CRECER EN LA FE Y EN LA
VERDAD
Estoy seguro de que estáis bien instruidos en las
sagradas Escrituras y de que nada de ellas se os oculta; a mí, en cambio, no me
ha sido concedida esta gracia. Según lo que se dice en estas mismas Escrituras,
enojaos pero no lleguéis a pecar; que la puesta del sol no os sorprenda en
vuestro enojo. Dichoso quien lo recuerde; yo creo que vosotros lo hacéis así.
Que Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, y el mismo Jesucristo, pontífice
eterno e Hijo de Dios, os hagan crecer en la fe y en la verdad con toda dulzura
y sin ira alguna, en paciencia y en longanimidad, en tolerancia y castidad; que
él os dé parte en la herencia de los santos, y, con vosotros, a nosotros, así
como a todos aquellos que están bajo el cielo y han de creer en nuestro Señor
Jesucristo y en su Padre que lo resucitó de entre los muertos.
Orad por todos los santos. Orad también por los reyes, por los que ejercen
autoridad, por los príncipes y por los que os persiguen y os odian, y por los
enemigos de la cruz; así vuestro fruto será manifiesto a todos y vosotros
seréis perfectos en él.
Me escribisteis, tanto vosotros como Ignacio, pidiéndome que si alguien va a
Siria lleve aquellas cartas que yo mismo os escribí; lo haré, ya sea yo
personalmente, ya por medio de un legado, cuando encuentre una ocasión
favorable.
Como me lo habéis pedido os enviamos las cartas de Ignacio, tanto las que nos
escribió a nosotros como las otras suyas que teníamos en nuestro poder; os las
mandamos juntamente con esta carta, y podréis sin duda sacar de ellas gran
provecho, pues están llenas de fe, de paciencia y de toda edificación en lo que
se refiere a nuestro Señor. Comunicadnos, por vuestra parte, todo cuanto sepáis
de cierto sobre Ignacio y sus compañeros.
Os he escrito estas cosas por medio de Crescente, a quien siempre os recomendé
y a quien ahora os recomiendo de nuevo. Entre nosotros se comporta de una
manera irreprochable y lo mismo, espero, hará entre vosotros. Os recomiendo
también a su hermana para cuando venga a vosotros.
Estad firmes en el Señor Jesucristo y que su gracia esté con todos los
vuestros. Amén.
RESPONSORIO Hb 13, 20. 21; 2M 1,
3
R. El Dios de
la paz os haga perfectos en todo bien, para hacer su voluntad, * cumpliendo
en vosotros lo que es grato en su presencia por Jesucristo.
V. Que Dios os dé a todos corazón para adorarlo y
hacer su voluntad.
R. Cumpliendo en vosotros lo que es grato en su
presencia por Jesucristo.
*Jueves,
3 de octubre de 2024*
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (10, 1-12)*
1 Después de esto, designó el Señor a otros 72, y
los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él
había de ir.
2 Y les dijo: «La mies es mucha, y los obreros
pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
3 Id; mirad que os envío como corderos en medio de
lobos.
4 No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no
saludéis a nadie en el camino.
5 En la casa en que entréis, decid primero:
"Paz a esta casa."
6 Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz
reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros.
7 Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo
lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa.
8 En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo
que os pongan;
9 curad los enfermos que haya en ella, y decidles:
"El Reino de Dios está cerca de vosotros."
10 En la ciudad en que entréis y no os reciban,
salid a sus plazas y decid:
11 "Hasta el polvo de vuestra ciuadad que se
nos ha pegado a los pies, os lo sacudimos. Pero sabed, con todo, que el Reino
de Dios está cerca."
12 Os digo que en aquel Día habrá menos rigor para
Sodoma que para aquella ciudad.
Palabra
del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Anuncia, Señor, la salvación a tu pueblo y perdónanos nuestros
pecados.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Anuncia, Señor, la salvación a tu
pueblo y perdónanos nuestros pecados.
PRECES
Bendigamos a Dios, nuestro Padre, que mira siempre con amor a sus
hijos y nunca desatiende sus súplicas, y digámosle con humildad:
Ilumínanos, Señor.
Te damos gracias, Señor, porque nos has iluminado con la luz de Jesucristo;
que esta claridad ilumine hoy todos nuestros actos.
Que tu sabiduría nos dirija en nuestra jornada;
así andaremos por sendas de vida nueva.
Ayúdanos a superar con fortaleza las adversidades
y haz que te sirvamos con generosidad de espíritu.
Dirige y santifica los pensamientos, palabras y obras de nuestro día
y danos un espíritu dócil a tus inspiraciones.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Dirijamos ahora, todos juntos, nuestra oración al Padre y digámosle:
Padre nuestro...
ORACION
A ti, Señor, que eres la luz verdadera y la fuente misma de toda
luz, te pedimos humildemente que meditando fielmente tu palabra vivamos siempre
en la claridad de tu luz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre,
y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: CUANDO LA LUZ SE HACE VAGA
Cuando la luz se hace vaga
y está cayendo la tarde,
venimos a ti, Señor,
para cantar tus bondades.
Los pájaros se despiden
piadosamente en los árboles,
y buscan calor de nido
y blandura de plumajes.
Así vuelven fatigados
los hombres a sus hogares,
cargando sus ilusiones
o escondiendo sus maldades.
Quieren olvidar la máquina,
olvidar sus vanidades;
descansar de tanto ruido
y morir a sus pesares.
Ya todo pide silencio,
se anuncia la noche amable:
convierte, Padre, sus penas
en abundancia de panes.
Alivie tu mano pródiga,
tu mano buena de Padre,
el cansancio de sus cuerpos,
sus codicias y sus males. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Te hago luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta el
fin de la tierra.
Salmo 71 I - PODER REAL DEL MESÍAS
Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud.
Que los montes traigan paz,
y los collados justicia;
que él defienda a los humildes del pueblo,
socorra a los hijos del pobre
y quebrante al explotador.
Que dure tanto como el sol,
como la luna, de edad en edad;
que baje como lluvia sobre el césped,
como llovizna que empapa la tierra.
Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna.
Que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra.
Que en su presencia se inclinen sus rivales;
que sus enemigos muerdan el polvo;
que los reyes de Tarsis y de las islas
le paguen tributo.
Que los reyes de Saba y de Arabia
le ofrezcan sus dones;
que se postren ante él todos los reyes,
y que todos los pueblos le sirvan.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Te hago luz de las naciones, para
que seas mi salvación hasta el fin de la tierra.
Ant 2. Socorrerá el Señor a los hijos del
pobre; rescatará sus vidas de la violencia.
Salmo 71 II
Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres;
él rescatará sus vidas de la violencia,
su sangre será preciosa a sus ojos.
Que viva y que le traigan el oro de Saba;
él intercederá por el pobre
y lo bendecirá.
Que haya trigo abundante en los campos,
y ondee en lo alto de los montes,
den fruto como el Líbano,
y broten las espigas como hierba del campo.
Que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el sol;
que él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
el único que hace maravillas;
bendito por siempre su nombre glorioso,
que su gloria llene la tierra.
¡Amén, amén!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Socorrerá el Señor a los hijos del
pobre; rescatará sus vidas de la violencia.
Ant 3. Ahora se estableció la salud y el
reinado de nuestro Dios.
Cántico: EL JUICIO DE DIOS Ap 11, 17-18; 12,
10b-12a
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.
Se encolerizaron las naciones,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.
Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.
Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ahora se estableció la salud y el
reinado de nuestro Dios.
LECTURA BREVE 1Pe 1, 22-23
Por la obediencia a la verdad habéis purificado
vuestras almas para un amor fraternal no fingido; amaos, pues, con intensidad y
muy cordialmente unos a otros, como quienes han sido engendrados no de semilla
corruptible, sino incorruptible, por la palabra viva y permanente de Dios.
RESPONSORIO BREVE
V. El Señor es mi pastor, nada me falta.
R. El Señor es mi pastor, nada me falta.
V. En verdes praderas me hace recostar.
R. Nada me falta.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. El Señor es mi pastor, nada me falta.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. A los que tienen hambre de ser justos el Señor los colma de
bienes.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. A los que tienen hambre de ser
justos el Señor los colma de bienes.
PRECES
Elevemos a Dios nuestros corazones agradecidos porque ha bendecido
a su pueblo con toda clase de bienes espirituales y digámosle con fe:
Bendice, Señor, a tu pueblo.
Dios todopoderoso y lleno de misericordia, protege al Papa Francisco y a
nuestro obispo N.,
que tú mismo has elegido para guiar a la Iglesia.
Protege, Señor, a nuestros pueblos y ciudades
y aleja de ellos todo mal.
Multiplica como renuevos de olivo alrededor de tu mesa hijos que se consagren a
tu reino,
siguiendo a Jesucristo en pobreza, castidad y obediencia.
Conserva el propósito de aquellas de tus hijas que han consagrado a ti su
virginidad,
para que, en la integridad de su cuerpo y de su espíritu, sigan al cordero
donde quiera que vaya.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Da la paz a los difuntos
y permítenos encontrarlos nuevamente un día en tu reino.
Ya que por Jesucristo hemos llegado a ser hijos de Dios, acudamos con confianza
a nuestro Padre:
Padre nuestro...
ORACION
Al ofrecerte, Señor, nuestro sacrificio vespertino de alabanza, te
pedimos humildemente que, meditando día y noche en tu palabra, consigamos un
día la luz y el premio de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por
los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL JUEVES 3 DE OCTUBRE 2024
*Lecturas
de la 26º Semana del Tiempo Ordinario - Ciclo B*
Jueves,
3 de octubre de 2024
Primera
lectura
Lectura
del libro de Job (19,21-27):
Job dijo: «¡Piedad, piedad de mí, amigos míos, que
me ha herido la mano de Dios! Por qué me perseguís como Dios y no os hartáis de
escarnecerme? ¡Ojalá se escribieran mis palabras, ojalá se grabaran en cobre;
con cincel de hierro y en plomo se escribieran para siempre en la roca! Yo sé
que está vivo mi Vengador y que al final se alzará sobre el polvo: después que
me arranquen la piel, ya sin carne, veré a Dios; yo mismo lo veré y no otro,
mis propios ojos lo verán. ¡Desfallezco de ansias en mi pecho!»
Palabra
de Dios
Salmo
Sal
26,7-9,13-14
R/. Espero
gozar de la dicha del Señor en el país de la vida
Escúchame, Señor, que te llamo,
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro.» R/.
R/. Espero gozar de la dicha del Señor en el
país de la vida
Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio;
no me deseches. R/.
R/. Espero gozar de la dicha del Señor en el
país de la vida
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R/.
R/. Espero gozar de la dicha del Señor en el
país de la vida
*Jueves,
3 de octubre de 2024*
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (10, 1-12)*
1 Después de esto, designó el Señor a otros 72, y
los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él
había de ir.
2 Y les dijo: «La mies es mucha, y los obreros
pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
3 Id; mirad que os envío como corderos en medio de
lobos.
4 No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no
saludéis a nadie en el camino.
5 En la casa en que entréis, decid primero:
"Paz a esta casa."
6 Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz
reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros.
7 Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo
lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa.
8 En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo
que os pongan;
9 curad los enfermos que haya en ella, y decidles:
"El Reino de Dios está cerca de vosotros."
10 En la ciudad en que entréis y no os reciban,
salid a sus plazas y decid:
11 "Hasta el polvo de vuestra ciuadad que se
nos ha pegado a los pies, os lo sacudimos. Pero sabed, con todo, que el Reino
de Dios está cerca."
12 Os digo que en aquel Día habrá menos rigor para
Sodoma que para aquella ciudad.
Palabra
del Señor
*Que
la Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
《La
mies es abundante y los obreros pocos: rueguen, pues, al dueño de la mies que
mande obreros a su mies》
*Hoy está palabra es un llamado especial para mí,
porque está palabra (Rueguen) es una palabra que me invita a pedir con seriedad
en la oración, que crezca en mí el deseo de la Evangelización. Rogar, es pedir
ser un obrero en la mies, puedo ver esto como un regalo, como una oportunidad
que me concede el dueño de la viña. Y qué bueno que esto, no depende de lo que
yo sepa, de la sabiduría que pueda tener, de lo hermoso o bello que pueda
hablar, de las relaciones humanas que pueda tener, nada de eso. Esto es
totalmente un regalo del Dueño de la mies. El Señor me hace una invitación a la
sinceridad con esta lectura, porque he pedido al Señor que mande obreros a su
mies, pero no me incluyo, (eso no es para mí), pienso que eso es para otras
personas. Pero el Señor, es a mí que me dice, que "Ruegue" (que pida
en oración) al Señor, que me mande a mí, no a otro. Es por eso que faltan
obrero, porque digo vallan, pero yo no voy, por esa razón es que faltan obrero,
y seguirán faltando, en lo que yo me decido (a pedir) al Señor que me mande a
mí*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.