Musica Para el Alma
martes, 19 de noviembre de 2024
LUCAS 19,41-44 CICLO B
Lecturas del Jueves de la XXXIII
Semana del Tiempo Ordinario.
21 Nov 2024
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (19,41-44)*
En aquel
tiempo, aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, lloró
sobre ella, mientras decía:
«Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora
está escondido a tus ojos.
Pues vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te
sitiarán, apretarán el cerco de todos lados, te arrasarán con tus hijos dentro,
y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el tiempo de tu
visita».
Palabra
del Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
(«Si
reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz!).
*Al acercarse el Señor a la ciudad lloró, para
tratar de entender estas lagrimas del Señor, tengo que recordar por cuales
razone he llorado: por la pérdida de un ser querido, de impotencia frente algún
acontecimiento. Hoy el Señor se acerca a mi corazón y lo ha encontrado sin
ánimo. Me cuesta mucho aceptar que no sé cuál es el camino que conduce a la
paz. Me da tristeza de cómo le he dado permiso al pecado, para que rodearan mi
vida, con trinchera, con cerco. Estas lágrimas del Señor, son de pura tristeza
por mí, porque me he dejado engañar, principalmente con esto de no amar aquel
que no es de mi agrado. Las lágrimas del Señor son de dolor, porque no he
reconocido verdaderamente como él a mí me ama*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a
ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL JUEVES 21
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*JUEVES
SEMANA I*
LAUDES
(Oración de la mañana)
21 de noviembre
*LA PRESENTACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN
MARÍA. (MEMORIA)*
En este día, en que se recuerda la dedicación, el año 543, de la iglesia de
Santa María la Nueva, construida cerca del templo de Jerusalén, celebramos,
junto con los cristianos de la Iglesia oriental, la «dedicación» que María hizo
de sí misma a Dios, ya desde su infancia, movida por el Espíritu Santo, de cuya
gracia estaba llena desde su concepción inmaculada.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Aclamemos al Señor en esta fiesta de María Virgen.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aclamemos al Señor en esta fiesta de María Virgen.
Himno: ÉSTA ERA UNA NIÑA
Ésta era una niña
con aire de flor,
agua más que el río,
fuego más que el sol.
Vivía en el templo
del rey Salomón,
oyendo en los salmos
ecos de otra voz.
Quemaban su pecho,
con celeste ardor,
palabras magníficas,
silencio de Dios:
«¡Oh Padre que habitas
en alto esplendor,
envía el rocío
del Hijo de Dios!
¡Ábrase la tierra:
brote el Salvador!
¡Lloved, rojas nubes,
al Dios de Jacob!
¡Floreced, collados,
al Justo, al Señor,
lucero del alba,
flor de la creación!»
Y al solio del Padre
subía su clamor,
cual nube de incienso
plegaria sin voz. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Despertad, cítara y arpa; despertaré a la aurora.
Salmo 56 - ORACIÓN MATUTINA DE UN AFLIGIDO.
Misericordia, Dios mío, misericordia,
que mi alma se refugia en ti;
me refugio a la sombra de tus alas
mientras pasa la calamidad.
Invoco al Dios Altísimo,
al Dios que hace tanto por mí:
desde el cielo me enviará la salvación,
confundirá a los que ansían matarme,
enviará su gracia y su lealtad.
Estoy echado entre leones
devoradores de hombres;
sus dientes son lanzas y flechas,
su lengua es una espada afilada.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.
Han tendido una red a mis pasos
para que sucumbiera;
me han cavado delante una fosa,
pero han caído en ella.
Mi corazón está firme, Dios mío,
mi corazón está firme.
Voy a cantar y a tocar:
despierta, gloria mía;
despertad, cítara y arpa;
despertaré a la aurora.
Te daré gracias ante los pueblos, Señor;
tocaré para ti ante las naciones:
por tu bondad, que es más grande que los cielos;
por tu fidelidad, que alcanza a las nubes.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Despertad, cítara y arpa; despertaré
a la aurora.
Ant 2. «Mi pueblo se saciará de mis
bienes», dice el Señor.
Cántico: FELICIDAD DEL PUEBLO REDIMIDO Jr 31, 10-14
Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño;
porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte.»
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor:
hacia el trigo y el vino y el aceite,
y los rebaños de ovejas y de vacas;
su alma será como un huerto regado,
y no volverán a desfallecer.
Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas;
alimentaré a los sacerdotes con manjares sustanciosos,
y mi pueblo se saciará de mis bienes.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. «Mi pueblo se saciará de mis
bienes», dice el Señor.
Ant 3. Grande es el Señor y muy digno de
alabanza en la ciudad de nuestro Dios.
Salmo 47 - HIMNO A LA GLORIA DE JERUSALÉN
Grande es el Señor y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios,
su monte santo, altura hermosa,
alegría de toda la tierra:
el monte Sión, vértice del cielo,
ciudad del gran rey;
entre sus palacios,
Dios descuella como un alcázar.
Mirad: los reyes se aliaron
para atacarla juntos;
pero, al verla, quedaron aterrados
y huyeron despavoridos;
allí los agarró un temblor
y dolores como de parto;
como un viento del desierto,
que destroza las naves de Tarsis.
Lo que habíamos oído lo hemos visto
en la ciudad del Señor de los ejércitos,
en la ciudad de nuestro Dios:
que Dios la ha fundado para siempre.
¡Oh Dios!, meditamos tu misericordia
en medio de tu templo:
como tu renombre, ¡oh Dios!, tu alabanza
llega al confín de la tierra;
tu diestra está llena de justicia:
el monte Sión se alegra,
las ciudades de Judá se gozan
con tus sentencias.
Dad la vuelta en torno a Sión,
contando sus torreones;
fijaos en sus baluartes,
observad sus palacios,
para poder decirle a la próxima generación:
«Este es el Señor, nuestro Dios.»
Él nos guiará por siempre jamás.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Grande es el Señor y muy digno de
alabanza en la ciudad de nuestro Dios.
LECTURA BREVE Is 66,1-2
Así dice el Señor: «El cielo es mi trono y la tierra el estrado de mis pies:
¿Qué templo podréis construirme?; ¿o qué lugar para mi descanso? Todo esto lo
hicieron mis manos, todo es mío —oráculo del Señor—. En ése pondré mis ojos: en
el humilde y el abatido que se estremece ante mis palabras.»
RESPONSORIO BREVE
V. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
R. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
V. Guardaré tus leyes.
R. Respóndeme, Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
V. Ábreme, Señor, los ojos.
R. Y contemplaré las
maravillas de tu voluntad.
PRIMERA LECTURA
Comienza el libro del profeta Daniel 1, 1-21
UNOS JÓVENES FIELES DE ISRAEL PRESTAN SERVICIO EN EL PALACIO DEL REY
DE BABILONIA
El año tercero de Joaquín,
rey de Judá, Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén y la sitió. El
Señor entregó en sus manos a Joaquín, rey de Judá, así como parte de los
objetos de la casa de Dios. Él los llevó al país de Senaar y depositó los objetos
en la casa del tesoro de sus dioses.
El rey mandó a Aspenaz, jefe
de sus eunucos, tomar de entre los hijos de Israel, de estirpe real o de
familia noble, algunos jóvenes, sin defecto corporal, de buen parecer, diestros
en toda sabiduría, cultos e inteligentes, idóneos para servir en la corte del
rey, con el fin de enseñarles la escritura y la lengua de los caldeos. El rey
les asignó una ración diaria de sus manjares y del vino de su mesa. Deberían
ser educados durante tres años, después de lo cual entrarían al servicio del
rey. Entre ellos se encontraban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, que eran
judíos. El jefe de los eunucos les puso nuevos nombres: Daniel se llamaría
Beltsasar, Ananías Sadrac, Misael Mesac y Azarías Abed-Negó. Daniel, que tenía
el propósito de no contaminarse compartiendo los manjares del rey y el vino de
su mesa, suplicó al jefe de los eunucos que le ahorrara esta contaminación.
Dios concedió a Daniel hallar favor y gracia ante el jefe de los eunucos. Éste,
sin embargo, dijo a Daniel:
«Temo al rey, mi señor; él
ha asignado vuestra comida y vuestra bebida, y si llega a ver vuestros rostros
más macilentos que los de los jóvenes de vuestra edad, expondríais mi cabeza a
los ojos del rey.»
Daniel dijo entonces al
guarda a quien el jefe de los eunucos había confiado el cuidado de Daniel,
Ananías, Misael y Azarías:
«Pon a prueba, te ruego, a
tus siervos durante diez días: désenos de comer legumbres y de beber agua;
después puedes comparar nuestro aspecto con el de los jóvenes que comen los
manjares del rey, y hacer con tus siervos con arreglo a lo que hayas visto.»
Aceptó él la propuesta y los
puso a prueba durante diez días. Al cabo de los diez días se vio que tenían
mejor aspecto y semblante que todos los jóvenes que comían los manjares del
rey. Desde entonces el guarda retiró sus manjares y el vino que tenían que
beber, y les dio legumbres. A estos cuatro jóvenes les concedió Dios ciencia e
inteligencia en toda clase de letras y sabiduría. Particularmente Daniel poseía
el discernimiento de visiones y sueños.
Al cabo del tiempo
establecido por el rey para que le fueran presentados los jóvenes, el jefe de
los eunucos los llevó ante Nabucodonosor. El rey conversó con ellos, y entre
todos no se encontró ningún otro como Daniel, Ananías, Misael y Azarías.
Quedaron, pues, al servicio del rey. Y, en cuantas cosas de sabiduría o de
inteligencia los consultó el rey, los encontró diez veces superiores a todos
los magos y adivinos que había en todo su reino. Daniel permaneció allí hasta
el año primero del rey Ciro.
RESPONSORIO Cf. Dn 1, 17. 20
R. Dios les concedió ciencia
y sabiduría y confirmó en ellos la gracia de su espíritu. * El Señor llenó sus
mentes de inteligencia.
V. El rey encontró en ellos
respuesta a cuantas cosas de sabiduría o de inteligencia les consultó.
R. El Señor llenó sus mentes
de inteligencia.
SEGUNDA LECTURA
Del Comentario de san Gregorio de Nisa, obispo, sobre el Cantar de
los cantares
(Cap. 2: PG 44, 802)
ORACIÓN AL BUEN PASTOR
¿Dónde pastoreas, pastor bueno,
tú que cargas sobre tus hombros a toda la grey?; (toda la humanidad, que
cargaste sobre tus hombros, es, en efecto, como una sola oveja). Muéstrame el
lugar de reposo, guíame hasta el pasto nutritivo, llámame por mi nombre para
que yo, oveja tuya, escuche tu voz, y tu voz me dé la vida eterna: Avísame,
amor de mi alma, dónde pastoreas.
Te nombro de este modo,
porque tu nombre supera cualquier otro nombre y cualquier inteligencia, de tal
manera que ningún ser racional es capaz de pronunciarlo o de comprenderlo. Este
nombre, expresión de tu bondad, expresa el amor de mi alma hacia ti. ¿Cómo
puedo dejar de amarte, a ti que de tal manera me has amado, a pesar de mi
negrura, que has entregado tu vida por las ovejas de tu rebaño? No puede
imaginarse un amor superior a éste, el de dar tu vida a trueque de mi
salvación.
Enséñame, pues -dice el
texto sagrado-, dónde pastoreas, para que pueda hallar los pastos saludables y
saciarme del alimento celestial, que es necesario comer para entrar en la vida
eterna; para que pueda asimismo acudir a la fuente y aplicar mis labios a la
bebida divina que tú, como de una fuente, proporcionas a los sedientos con el
agua que brota de tu costado, venero de agua abierto por la lanza, que se
convierte para todos los que de ella beben en manantial, cuyas aguas brotan
para comunicar vida eterna.
Si de tal modo me pastoreas,
me harás recostar al mediodía, sestearé en paz y descansaré bajo la luz sin
mezcla de sombra; durante el mediodía, en efecto, no hay sombra alguna, ya que el
sol está en su vértice; bajo esta luz meridiana haces recostar a los que has
pastoreado, cuando haces entrar contigo en tu refugio a tus ayudantes. Nadie es
considerado digno de este reposo meridiano si no es hijo de la luz y del día.
Pero el que se aparta de las tinieblas, tanto de las vespertinas como de las
matutinas, que significan el comienzo y el fin del mal, es colocado por el sol
de justicia en la luz del mediodía, para que se recueste bajo ella.
Enséñame, pues, cómo tengo
que recostarme y pacer, y cuál sea el camino del reposo meridiano, no sea que
por ignorancia me sustraiga de tu dirección y me junte a un rebaño que no sea
el tuyo.
Esto dice (la esposa del
Cantar), solícita por la belleza que le viene de Dios y con el deseo de saber
cómo alcanzar la felicidad eterna.
RESPONSORIO Sal 26, 13. 4; Flp 1, 21
R. Espero gozar de la dicha
del Señor en el país de la vida. * Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar
en la casa del Señor por los días de mi vida.
V. Para mí la vida es
Cristo, y la muerte una ganancia.
R. Una cosa pido al Señor,
eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida.
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas
(19,41-44)*
En aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, lloró sobre
ella, mientras decía:
«Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora
está escondido a tus ojos.
Pues vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te
sitiarán, apretarán el cerco de todos lados, te arrasarán con tus hijos dentro,
y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el tiempo de tu
visita».
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Sirvamos al Señor con santidad y nos librará de la mano de
nuestros enemigos.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sirvamos al Señor con santidad y
nos librará de la mano de nuestros enemigos.
PRECES
Demos gracias a Cristo que nos ha dado la luz del día y
supliquémosle diciendo:
Bendícenos y santifícanos, Señor.
Tú que te entregaste como víctima por nuestros pecados,
acepta los deseos y las acciones de este día.
Tú que nos alegras con la claridad del nuevo día,
sé tú mismo el lucero brillante de nuestros corazones.
Haz que seamos bondadosos y comprensivos con los que nos rodean
para que logremos así ser imágenes de tu bondad.
En la mañana haznos escuchar tu gracia
y que tu gozo sea hoy nuestra fortaleza.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Fieles a la recomendación del salvador, digamos llenos de confianza filial:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, humildemente acudimos a ti, al empezar
el día, a media jornada y al atardecer, para pedirte que, alejando de nosotros
las tinieblas del pecado, nos hagas alcanzar la luz verdadera que es Cristo.
Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
JUEVES SEMANA
I
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: VENGO, SEÑOR, CANSADO.
Vengo, Señor, cansado;
¡cuánta fatiga
van cargando mis hombros
al fin del día!
Dame tu fuerza
y una caricia tuya
para mis penas.
Salí por la mañana
Entre los hombres,
¡y encontré tantos ricos
que estaban pobres!
La tierra llora,
porque sin ti la vida
es poca cosa.
¡Tantos hombres maltrechos,
sin ilusiones!;
en ti buscan asilo
sus manos torpes.
Tu amor amigo,
todo tu santo fuego,
para su frío.
Yo roturé la tierra
y puse trigo;
tú diste el crecimiento
para tus hijos.
Así, en la tarde,
con el cansancio a cuestas,
te alabo, Padre.
Quiero todos los días
salir contigo,
y volver a la tarde
siendo tu amigo.
Volver a casa
y extenderte las manos,
dándote gracias. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste; te daré gracias por
siempre.
Salmo 29 - ACCIÓN DE GRACIAS POR LA CURACIÓN DE UN ENFERMO EN
PELIGRO DE MUERTE
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, Dios mío, a ti grité,
y tú me sanaste.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.
Tañed para el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante;
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto,
por la mañana, el júbilo.
Yo pensaba muy seguro:
«No vacilaré jamás.»
Tu bondad, Señor, me aseguraba
el honor y la fuerza;
pero escondiste tu rostro,
y quedé desconcertado.
A ti, Señor, llamé,
supliqué a mi Dios:
«¿Qué ganas con mi muerte,
con que yo baje a la fosa?
¿Te va a dar gracias el polvo,
o va a proclamar tu lealtad?
Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.»
Cambiaste mi luto en danzas,
me desataste el sayal y me has vestido de fiesta;
te cantará mi alma sin callarse.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Señor, Dios mío, a ti grité, y tú
me sanaste; te daré gracias por siempre.
Ant 2. Dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito.
Salmo 31 - ACCIÓN DE GRACIAS DE UN PECADOR PERDONADO
Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito.
Mientras callé se consumían mis huesos,
rugiendo todo el día,
porque día y noche tu mano
pesaba sobre mí;
mi savia se me había vuelto
un fruto seco.
Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»,
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.
Por eso, que todo fiel te suplique
en el momento de la desgracia:
la crecida de las aguas caudalosas
no lo alcanzará.
Tú eres mi refugio, me libras del peligro,
me rodeas de cantos de liberación.
Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir,
fijaré en ti mis ojos.
No seáis irracionales como caballos y mulos,
cuyo brío hay que domar con freno y brida;
si no, no puedes acercarte.
Los malvados sufren muchas penas;
al que confía en el Señor,
la misericordia lo rodea.
Alegraos, justos, y gozad con el Señor,
aclamadlo, los de corazón sincero.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito.
Ant 3. El Señor le dio el poder, el honor
y el reino, y todos los pueblos le servirán.
Cántico: EL JUICIO DE DIOS Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.
Se encolerizaron las naciones,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.
Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.
Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor le dio el poder, el honor
y el reino, y todos los pueblos le servirán.
LECTURA BREVE 1Pe 1, 6-9
Saltad de júbilo, aunque de momento tengáis que sufrir un poco en diversas
pruebas. Así la pureza de vuestra fe resultará más preciosa que el oro (que,
aun después de acrisolado por el fuego, perece) y será para vuestra alabanza y
gloria y honor en el día de la manifestación de Jesucristo. A él no lo habéis
visto, y lo amáis; en él creéis ahora, aunque no lo veis; y os regocijaréis con
un gozo inefable y radiante, al recibir el fruto de vuestra fe, la salud de
vuestras almas.
RESPONSORIO BREVE
V. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
R. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
V. Nos sació con miel silvestre.
R. Con flor de harina.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los
humildes.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
+Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor derriba del trono a los
poderosos y enaltece a los humildes.
PRECES
Invoquemos a Dios, nuestro refugio y nuestra fortaleza, y
digámosle:
Escucha, Señor, nuestra oración.
Dios de amor que has hecho alianza con tu pueblo,
haz que recordemos siempre tus maravillas.
Que los sacerdotes, Señor, crezcan en la caridad
y que los fieles vivan en la unidad del Espíritu y en el vínculo de la paz.
Que el mundo prospere y avance según tus designios
y que los que lo construyen no trabajen en vano.
Envía, Señor, operarios a tu mies
para que tu nombre sea conocido en el mundo.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
A nuestros familiares y bienhechores difuntos dales un lugar entre los santos
y haz que nosotros un día nos encontremos con ellos en tu reino.
Ya que por Jesucristo hemos llegado a ser hijos de Dios, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Tú, Señor, que iluminas la noche y haces que después de las
tinieblas amanezca nuevamente la luz, haz que, durante la noche que ahora
comienza, nos veamos exentos de toda culpa y que, al clarear el nuevo día,
podamos reunirnos otra vez en tu presencia para darte gracias nuevamente. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL JUEVES 21 DE NOVIEMBRE 2024
Lecturas del Jueves de la XXXIII
Semana del Tiempo Ordinario.
21 Nov 2024
Primera Lectura
Lectura
del libro del Apocalipsis (5,1-10):
Yo, Juan, vi
en la mano derecha del que está sentado en el trono un libro escrito por dentro
y por fuera, y sellado con siete sellos. Y vi a un ángel poderoso, que
pregonaba en alta voz:
«¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?».
Y nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el
libro ni mirarlo. Yo lloraba mucho, porque no se había encontrado a nadie digno
de abrir el libro y de mirarlo. Pero uno de los ancianos me dijo:
«Deja de llorar; pues ha vencido el león de la tribu de Judá, el retoño de
David, y es capaz de abrir el libro y sus siete sellos».
Y vi en medio del trono y de los cuatro vivientes, y en medio de los ancianos,
a un Cordero de pie, como degollado; tenía siete cuernos y siete ojos, que son
los siete espíritus de Dios enviados a toda la tierra. Se acercó para recibir
el libro de la mano derecha del que está sentado en el trono.
Cuando recibió el libro, los cuatro vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron
ante el Cordero; tenían cítaras y copas de oro llenas de perfume, que son las
oraciones de los santos. Y cantan un cántico nuevo:
«Eres digno de recibir el libro
y de abrir sus sellos,
porque fuiste degollado, y con tu sangre
has adquirido para Dios
hombres de toda tribu,
lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes,
y reinarán sobre la tierra».
Palabra
de Dios
Salmo
Sal
149,1-2.3-4.5-6a.9b
R/ Has hecho de nosotros para nuestro
Dios un reino de sacerdotes.
V/. Cantad
al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey. R/.
V/. Alabad
su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes. R/.
V/. Que los
fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca;
es un honor para todos sus fieles. R/.
Lecturas del Jueves de la XXXIII
Semana del Tiempo Ordinario.
21 Nov 2024
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (19,41-44)*
En aquel
tiempo, aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, lloró
sobre ella, mientras decía:
«Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora
está escondido a tus ojos.
Pues vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te
sitiarán, apretarán el cerco de todos lados, te arrasarán con tus hijos dentro,
y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el tiempo de tu
visita».
Palabra
del Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
(«Si
reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz!).
*Al acercarse el Señor a la ciudad lloró, para
tratar de entender estas lagrimas del Señor, tengo que recordar por cuales
razone he llorado: por la pérdida de un ser querido, de impotencia frente algún
acontecimiento. Hoy el Señor se acerca a mi corazón y lo ha encontrado sin
ánimo. Me cuesta mucho aceptar que no sé cuál es el camino que conduce a la
paz. Me da tristeza de cómo le he dado permiso al pecado, para que rodearan mi
vida, con trinchera, con cerco. Estas lágrimas del Señor, son de pura tristeza
por mí, porque me he dejado engañar, principalmente con esto de no amar aquel
que no es de mi agrado. Las lágrimas del Señor son de dolor, porque no he
reconocido verdaderamente como él a mí me ama*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a
ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LUCAS 19,11-28 CICLO B
Lecturas del Miércoles de la
XXXIII Semana del Tiempo Ordinario
20 Nov 2024
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Lucas (19,11-28)*
En aquel tiempo, dijo
Jesús una parábola; el motivo era que estaba cerca de Jerusalén, y se pensaban
que el reino de Dios iba a despuntar de un momento a otro.
Dijo, pues: «Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el
título de rey, y volver después. Llamó a diez empleados suyos y les repartió
diez onzas de oro, diciéndoles: «Negociad mientras vuelvo.» Sus conciudadanos,
que lo aborrecían, enviaron tras él una embajada para informar: «No queremos
que él sea nuestro rey.» Cuando volvió con el título real, mandó llamar a los
empleados a quienes había dado el dinero, para enterarse de lo que había ganado
cada uno. El primero se presentó y dijo: «Señor, tu onza ha producido diez.» Él
le contestó: «Muy bien, eres un empleado cumplidor; como has sido fiel en una
minucia, tendrás autoridad sobre diez ciudades.» El segundo llegó y dijo: «Tu
onza, señor, ha producido cinco.» A ése le dijo también: «Pues toma tú el mando
de cinco ciudades.» El otro llegó y dijo: «Señor, aquí está tu onza; la he
tenido guardada en el pañuelo; te tenía miedo, porque eres hombre exigente, que
reclamas lo que no prestas y siegas lo que no siembras.» Él le contestó: «Por
tu boca te condeno, empleado holgazán. ¿Con que sabías que soy exigente, que
reclamo lo que no presto y siego lo que no siembro? Pues, ¿por qué no pusiste
mi dinero en el banco? Al volver yo, lo habría cobrado con los intereses.»
Entonces dijo a los presentes: «Quitadle a éste la onza y dádsela al que tiene
diez.» Le replicaron: «Señor, si ya tiene diez onzas.» «Os digo: ‘Al que tiene
se le dará, pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene.’ Y a esos
enemigos míos, que no me querían por rey, traedlos acá y degolladlos en mi
presencia.»»
Dicho esto, echó a andar delante de ellos, subiendo hacia Jerusalén.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(Habiendo
llamado a diez siervos suyos, les dio diez minas y les dijo: "Negociad
hasta que vuelva”.)
*Me gustó la forma del hombre noble, no tuvo
distinción con ningunos de sus siervos, a los diez los trato, de la misma
manera. Existen algunos lugares en los cuales me puedo colocar en esta lectura:
En los dos que creyeron plenamente en su señor, en el que sintió miedo, porque
siempre veía en su señor a un juez, o en los sietes que nunca más se supo de
ellos. Mas el lugar correcto me lo está marcando el mismo Señor con su amor, me
muestra el camino y el verdadero camino es: “La Obediencia” y “La Fidelidad”
La buena noticia es que el Señor, me está invitando a que no tenga miedo en
poner a producir los bienes, dones y talentos, que de él he recibido, porque al
final esos dones me harán ser un administrador fiel y
confiable*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL MIERCOLES 20
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*MIERCOLES
SEMANA I*
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Adoremos a Dios, porque él nos ha
creado.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Adoremos a Dios, porque él nos ha
creado.
Himno: SENTENCIA DE DIOS AL HOMBRE
Sentencia de Dios al hombre
antes que el día comience:
«Que el pan no venga a tu mesa
sin el sudor de tu frente.
Ni el sol se te da de balde,
ni el aire por ser quien eres:
las cosas son herramientas
y buscan quien las maneje.
El mar les pone corazas
de sal amarga a los peces;
el hondo sol campesino
madura a fuego las mieses.
La piedra, con ser la piedra,
guarda una chispa caliente;
y en el rumor de la nube
combaten el rayo y la nieve.
A ti te inventé las manos
y un corazón que no duerme;
puse en tu boca palabras
y pensamiento en tu frente.
No basta con dar las gracias
sin dar lo que las merece:
a fuerza de gratitudes
se vuelve la tierra estéril.» Amén.
SALMODIA
Ant 1. Tu luz, Señor, nos hace ver la luz.
Salmo 35 - DEPRAVACIÓN DEL MALVADO Y BONDAD DE DIOS
El malvado escucha en su interior
un oráculo del pecado:
«No tengo miedo a Dios,
ni en su presencia.»
Porque se hace la ilusión de que su culpa
no será descubierta ni aborrecida.
Las palabras de su boca son maldad y traición,
renuncia a ser sensato y a obrar bien;
acostado medita el crimen,
se obstina en el mal camino,
no rechaza la maldad.
Señor, tu misericordia llega al cielo,
tu fidelidad hasta las nubes,
tu justicia hasta las altas cordilleras;
tus sentencias son como el océano inmenso.
Tú socorres a hombres y animales;
¡qué inapreciable es tu misericordia, oh Dios!;
los humanos se acogen a la sombra de tus alas;
se nutren de lo sabroso de tu casa,
les das a beber del torrente de tus delicias,
porque en ti está la fuente viva
y tu luz nos hace ver la luz.
Prolonga tu misericordia con los que te reconocen,
tu justicia con los rectos de corazón;
que no me pisotee el pie del soberbio,
que no me eche fuera la mano del malvado.
Han fracasado los malhechores;
derribados, no se pueden levantar.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tu luz, Señor, nos hace ver la luz.
Ant 2. Señor, tú eres grande, tu fuerza es
invencible.
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR DEL MUNDO Y PROTECTOR DE SU PUEBLO Jdt
16, 2-3. 15-19
¡Alabad a mi Dios con tambores,
elevad cantos al Señor con cítaras,
ofrecedle los acordes de un salmo de alabanza,
ensalzad e invocad su nombre!
porque el Señor es un Dios quebrantador de guerras,
su nombre es el Señor.
Cantaré a mi Dios un cántico nuevo:
Señor, tú eres grande y glorioso,
admirable en tu fuerza, invencible.
Que te sirva toda la creación,
porque tú lo mandaste y existió;
enviaste tu aliento y la construiste,
nada puede resistir a tu voz.
Sacudirán las olas los cimientos de los montes,
las peñas en tu presencia se derretirán como cera,
pero tú serás propicio a tus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Señor, tú eres grande, tu fuerza es
invencible.
Ant 3. Aclamad a Dios con gritos de
júbilo.
Salmo 46 - ENTRONIZACIÓN DEL DIOS DE ISRAEL
Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo;
porque el Señor es sublime y terrible,
emperador de toda la tierra.
Él nos somete los pueblos
y nos sojuzga las naciones;
Él nos escogió por heredad suya:
gloria de Jacob, su amado.
Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas:
tocad para Dios, tocad,
tocad para nuestro Rey, tocad.
Porque Dios es el rey del mundo:
tocad con maestría.
Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su trono sagrado.
Los príncipes de los gentiles se reúnen
con el pueblo del Dios de Abraham;
porque de Dios son los grandes de la tierra,
y él es excelso.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aclamad a Dios con gritos de
júbilo.
LECTURA BREVE Tb 4, 16-17. 19-20
No hagas a nadie lo que no quieras que te hagan. Da de tu pan al hambriento y
da tus vestidos al desnudo. Busca el consejo de los prudentes. Bendice al Señor
en toda circunstancia, pídele que sean rectos todos tus caminos y que lleguen a
buen fin todas tus sendas y proyectos.
RESPONSORIO BREVE
V. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
V. Dame vida con tu palabra.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
V. Todos quedaban
maravillados.
R. De las palabras que
salían de la boca de Dios.
PRIMERA LECTURA
Del primer libro de los Macabeos 9, 1-22
MUERTE DE JUDAS MACABEO
Cuando supo Demetrio que
Nicanor y su ejército habían sucumbido en la guerra, envió a la tierra de Judá,
en una nueva expedición, a Báquides y Alcimo con el ala derecha de su ejército.
Tomaron el camino de Galilea y pusieron cerco a Mesalot en el territorio de
Arbelas; se apoderaron de ella y mataron mucha gente.
El primer mes del año ciento
cincuenta y dos acamparon frente a Jerusalén, de donde partieron con veinte mil
hombres y dos mil jinetes en dirección a Beerzet. Judas tenía puesto su
campamento en Elasá y estaban con él tres mil hombres escogidos. Pero al ver la
gran muchedumbre de los enemigos, les entró mucho miedo y muchos escaparon del
campamento; no quedaron más que ochocientos hombres. Judas vio que su ejército
estaba desbandado y que la batalla lo apremiaba, y se le quebrantó el ánimo,
pues no había tiempo de volverlos a juntar. Aunque desfallecido, dijo a los que
le habían quedado:
«Levantémonos y subamos
contra nuestros enemigos por si podemos hacerles frente.»
Trataban de disuadirlo
diciéndole:
«No podemos de momento sino
salvar nuestras vidas y volver luego con nuestros hermanos para combatir contra
ellos, que ahora somos pocos.»
Judas les replicó:
«¡Eso nunca, obrar así y
huir ante ellos! Si nuestra hora ha llegado, muramos con valor por nuestros
hermanos y no manchemos nuestra gloria.»
Salió la tropa del
campamento y se ordenó para irles al encuentro: la caballería dividida en dos
escuadrones, arqueros y honderos en avanzadilla, y los más aguerridos en
primera línea; Báquides ocupaba el ala derecha. La falange se acercó por los
dos lados y tocaron las trompetas. Los que estaban con Judas tocaron también
las suyas, y la tierra se estremeció con el estruendo de los ejércitos. Se
trabó el combate y se mantuvo desde el amanecer hasta la caída de la tarde.
Vio Judas que Báquides y sus
mejores tropas se encontraban en la parte derecha; se unieron a él los más
esforzados y derrotaron el ala derecha y la persiguieron hasta los montes de
Azara. Pero el ala izquierda, al ver derrotada al ala derecha, se volvió sobre
los pasos de Judas y los suyos, por detrás. La lucha se encarnizó y cayeron
muchos de uno y otro bando. Judas también cayó y los demás huyeron.
Jonatán y Simón tomaron a su
hermano Judas y le dieron sepultura en el sepulcro de sus padres en Modín. Todo
Israel lo lloró, hizo gran duelo por él y muchos días estuvieron repitiendo
esta lamentación:
«¡Cómo ha caído el héroe, el
salvador de Israel!»
Las demás empresas de Judas,
sus guerras y proezas que realizó, las ocasiones en que alcanzó gloria, fueron
demasiado numerosas para ser escritas.
RESPONSORIO Cf. 1M 4, 8. 9. 10. 9
R. No temáis el ímpetu de
los enemigos; recordad cómo fueron salvados nuestros padres. * Clamemos ahora
al cielo y nuestro Dios se compadecerá de nosotros.
V. Recordad las proezas que
llevó a cabo contra el Faraón y su ejército en el mar Rojo.
R. Clamemos ahora al cielo y
nuestro Dios se compadecerá de nosotros.
SEGUNDA LECTURA
De los Sermones de san Agustín, obispo
(Sermón 21, 1-4: CCL 41, 276-278)
EL CORAZÓN DEL JUSTO SE GOZARA EN EL SEÑOR
El justo se alegra con el
Señor, espera en él, y se felicitan los rectos de corazón. Esto es lo que hemos
cantado con la boca y el corazón. Tales son las palabras que dirige a Dios la
mente y la lengua del cristiano: El justo se alegra, no con el mundo, sino con
el Señor. Amanece la luz para el justo -dice otro salmo-, y la alegría para los
rectos de corazón. Te preguntarás el porqué de esta alegría. En un salmo oyes:
El justo se alegra con el Señor, y en otro: Sea el Señor tu delicia, y él te
dará lo que pide tu corazón.
¿Qué se nos quiere inculcar?
¿Qué se nos da? ¿Qué se nos manda? ¿Qué se nos otorga? Que nos alegremos con el
Señor. ¿Quién puede alegrarse con algo que no ve? ¿O es que acaso vemos al
Señor? Esto es aún sólo una promesa. Porque mientras vivimos estamos
desterrados lejos del Señor y caminamos sin verlo, guiados por la fe.
Guiados por la fe, no por la
clara visión. ¿Cuándo llegaremos a la clara visión? Cuando se cumpla lo que
dice Juan: Queridos hermanos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha
manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos
semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
Entonces será la alegría
plena y perfecta, entonces el gozo completo, cuando ya no tendremos por
alimento la leche de la esperanza, sino el manjar sólido de la posesión. Con
todo, también ahora, antes de que esta posesión llegue a nosotros, antes de que
nosotros lleguemos a esta posesión, podemos alegrarnos ya con el Señor. Pues no
es poca la alegría de la esperanza, que ha de convertirse luego en posesión.
Ahora amamos en esperanza.
Por esto dice el salmo que el justo se alegra con el Señor. Y añade en seguida,
porque no posee aún la clara visión: y espera en él.
Sin embargo, poseemos ya
desde ahora las primicias del Espíritu, que son como un acercamiento a aquel a
quien amamos, como una previa gustación, aunque tenue, de lo que más tarde
hemos de comer y beber ávidamente.
¿Cuál es la explicación de
que nos alegremos con el Señor, si él está lejos? Pero en realidad no está
lejos. Tú eres el que hace que esté lejos. Ámalo y se te acercará; ámalo y
habitará en ti. El Señor está cerca. No os inquietéis por cosa alguna. ¿Quieres
saber en qué medida está en ti, si lo amas? Dios es amor.
Me dirás: «¿Qué es el amor?»
El amor es el hecho mismo de amar. Ahora bien, ¿qué es lo que amamos? El bien
inefable, el bien benéfico, el bien creador de todo bien. Sea él tu delicia, ya
que de él has recibido todo lo que te deleita. Al decir esto, excluyo el
pecado, ya que el pecado es lo único que no has recibido de él. Fuera del
pecado, todo lo demás que tienes lo has recibido de él.
RESPONSORIO
R. Antes de que veas lo que
ahora no te es posible ver, acepta por la fe lo que aún no ves. * Camina guiado
por la fe, para que llegues a la clara visión.
V. No gozará en la patria la
felicidad producida por la visión plena quien no haya recibido en el camino la
ayuda de la fe.
R. Camina guiado por la fe,
para que llegues a la clara visión.
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas
(19,11-28)*
En aquel tiempo, Jesús dijo una parábola, porque estaba él cerca de Jerusalén y
pensaban que el reino de Dios iba a manifestarse enseguida.
Dijo, pues:
«Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de rey,
y volver después.
Llamó a diez siervos suyos y les repartió diez minas de oro, diciéndoles:
“Negociad mientras vuelvo”.
Pero sus conciudadanos lo aborrecían y enviaron tras de él una embajada
diciendo:
“No queremos que este llegue a reinar sobre nosotros”.
Cuando regresó de conseguir el título real, mandó llamar a su presencia a los
siervos a quienes había dado el dinero, para enterarse de lo que había ganado
cada uno.
El primero se presentó y dijo:
“Señor, tu mina ha producido diez”.
Él le dijo:
“Muy bien, siervo bueno; ya que has sido fiel en lo pequeño, recibe el gobierno
de diez ciudades”.
El segundo llegó y dijo:
“Tu mina, señor, ha rendido cinco”.
A ese le dijo también:
“Pues toma tú el mando de cinco ciudades”.
El otro llegó y dijo:
“Señor, aquí está tu mina; la he tenido guardada en un pañuelo, porque tenía
miedo, pues eres un hombre exigente que retiras lo que no has depositado y
siegas lo que no has sembrado”.
Él le dijo:
“Por tu boca te juzgo, siervo malo. ¿Conque sabías que soy exigente, que retiro
lo que no he depositado y siego lo que no he sembrado? Pues ¿por qué no pusiste
mi dinero en el banco? Al volver yo, lo habría cobrado con los intereses”.
Entonces dijo a los presentes:
“Quitadle a este la mina y dádsela al que tiene diez minas”.
Le dijeron:
“Señor, ya tiene diez minas”.
Os digo: “Al que tiene se le dará, pero al que no tiene se le quitará hasta lo
que tiene. Y en cuanto a esos enemigos míos, que no querían que llegase a
reinar sobre ellos, traedlos acá y degolladlos en mi presencia”».
Dicho esto, caminaba delante de ellos, subiendo hacia Jerusalén.
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Realiza, Señor, con nosotros la misericordia y recuerda tu santa
alianza.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Realiza, Señor, con nosotros la
misericordia y recuerda tu santa alianza.
PRECES
Demos gracias a Cristo y alabémoslo porque ha querido
santificarnos y llamarnos hermanos suyos; digámosle, pues, confiados:
Santifica, Señor, a tus hermanos.
Concédenos, Señor, consagrar el principio de este día en honor de tu
resurrección
y haz que todos los trabajos que realicemos durante esta jornada te sean
agradables.
Haz que sepamos descubrirte a ti en todos nuestros hermanos,
sobre todo en los tristes, en los más pobres y en los que son menos útiles a
los ojos del mundo.
Tú que para aumentar nuestra alegría y afianzar nuestra salvación nos das el
nuevo día, signo de tu amor,
renuévanos hoy y siempre para gloria de tu nombre.
Haz que durante este día estemos en paz con todo el mundo
y que a nadie devolvamos mal por mal.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tal como Cristo nos enseñó, terminemos nuestra oración diciendo:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, salvador nuestro, danos tu ayuda para que siempre
deseemos las obras de la luz y realicemos la verdad: así, los que de ti hemos nacido
en el bautismo, seremos tus testigos ante los hombres. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
MIERCOLES
SEMANA I
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: HORA DE LA TARDE.
Hora de la tarde,
fin de las labores.
Amo de las viñas,
paga los trabajos
de tus viñadores.
Al romper el día
nos apalabraste.
Cuidamos tu viña
del alba a la tarde.
Ahora que nos pagas,
nos lo das de balde,
que a jornal de gloria
no hay trabajo grande.
Das al de la tarde
lo que al mañanero.
Son tuyas las horas
y tuyo el viñedo.
A lo que sembramos
dale crecimiento.
Tú que eres la viña,
cuida los sarmientos. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?
Salmo 26 I - CONFIANZA ANTE EL PELIGRO
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?
Cuando me asaltan los malvados
para devorar mi carne,
ellos, enemigos y adversarios,
tropiezan y caen.
Si un ejército acampa contra mí,
mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra,
me siento tranquilo.
Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor
contemplando su templo.
Él me protegerá en su tienda
el día del peligro;
me esconderá en lo escondido de su morada,
me alzará sobre la roca;
y así levantaré la cabeza
sobre el enemigo que me cerca;
en su tienda sacrificaré
sacrificios de aclamación:
cantaré y tocaré para el Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
Ant 2. Tu rostro buscaré Señor, no me
escondas tu rostro.
Salmo 26 II
Escúchame, Señor, que te llamo;
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro.»
Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio;
no me deseches, no me abandones,
Dios de mi salvación.
Si mi padre y mi madre me abandonan,
el Señor me recogerá.
Señor, enséñame tu camino,
guíame por la senda llana,
porque tengo enemigos.
No me entregues a la saña de mi adversario,
porque se levantan contra mí testigos falsos,
que respiran violencia.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tu rostro buscaré Señor, no me
escondas tu rostro.
Ant 3. Él es el primogénito de toda
creatura, es el primero en todo.
Cántico: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA CREATURA Y PRIMER
RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS. Cf. Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda creatura;
pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz
con todos los seres, así del cielo como de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Él es el primogénito de toda
creatura, es el primero en todo.
LECTURA BREVE St 1, 22. 25
Llevad a la práctica la palabra y no os limitéis a escucharla, engañándoos a
vosotros mismos. El que se concentra en el estudio de la ley perfecta (la que
hace libre) y es constante no como oyente olvidadizo, sino para ponerla por
obra, éste encontrará la felicidad en practicarla.
RESPONSORIO BREVE
V. Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí.
R. Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí.
V. No arrebates mi alma con los pecadores.
R. Ten misericordia de mí.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
+Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Poderoso ha hecho obras grandes
por mí: su nombre es santo.
PRECES
Oremos, hermanos, a Dios Padre, que en su amor nos mira como
hijos, y digámosle:
Muéstranos, Señor, la abundancia de tu amor.
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia: guárdala de todo mal
y haz que crezca en tu amor.
Que todos los pueblos, Señor, te reconozcan como al único Dios verdadero,
y a Jesucristo como al Salvador que tú has enviado.
A nuestros parientes y bienhechores concédeles tus bienes
y que tu bondad les dé la vida eterna.
Te pedimos, Señor, por los trabajadores que sufren: alivia sus dificultades
y haz que todos los hombres reconozcan su dignidad.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
En tu misericordia acoge a los que hoy han muerto
y dales posesión de tu reino.
Unidos fraternalmente como hermanos de una misma familia, invoquemos a nuestro
Padre común:
Padre nuestro...
ORACION
Escucha, Señor, nuestras súplicas y protégenos durante el día y
durante la noche: tú que eres siempre inmutable, da firmeza a los que vivimos
sujetos a la sucesión de los tiempos y de las horas. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.