Abre, Señor, mi boca para
bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los pensamientos vanos,
perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi sentimiento para
que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y merezca ser escuchado
en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro Señor. Amén
TIEMPO DE CUARESMA
SÁBADO DE LA SEMANA IV
Propio del Tiempo. Salterio IV. I Vísperas del domingo V de Pascua
18 de mayo
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor, abre mis labios
R. Y mi boca
proclamará tu alabanza.
INVITATORIO
Ant. Ojalá escuchéis
hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén
Himno: LOS HOMBROS TRAIGO CARGADOS.
Los hombros traigo cargados
de graves culpas, mi Dios;
dadme esas lágrimas vos
y tomad estos pecados.
Yo soy quien ha de llorar,
por ser acto de flaqueza;
que no hay en naturaleza
más flaqueza que el pecar.
Y, pues andamos trocados,
que yo peco y lloráis vos,
dadme esas lágrimas vos
y tomad estos pecados.
Vos sois quien cargar se puede
estas mis culpas mortales,
que la menor destas tales
a cualquier peso excede;
y, pues que son tan pesados
aquestos yerros, mi Dios,
dadme esas lágrimas vos
y tomad estos pecados.
Al Padre, al Hijo, al Amor,
alegres cantad, criaturas,
y resuene en las alturas
toda gloria y todo honor. Amén.
SALMODIA
Ant. 1. Es bueno tocar
para tu nombre, oh altísimo, y proclamar por la mañana tu misericordia.
Salmo 91 - ALABANZA A DIOS QUE CON SABIDURÍA Y
JUSTICIA DIRIGE LA VIDA DE LOS HOMBRES.
Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia
y de noche tu fidelidad,
con arpas de diez cuerdas y laúdes
sobre arpegios de cítaras.
Tus acciones, Señor, son mi alegría,
y mi júbilo, las obras de tus manos.
¡Qué magníficas son tus obras, Señor,
qué profundos tus designios!
El ignorante no los entiende
ni el necio se da cuenta.
Aunque germinen como hierba los malvados
y florezcan los malhechores,
serán destruidos para siempre.
Tú, en cambio, Señor,
eres excelso por los siglos.
Porque tus enemigos, Señor, perecerán,
los malhechores serán dispersados;
pero a mí me das la fuerza de un búfalo
y me unges con aceite nuevo.
Mis ojos no temerán a mis enemigos,
mis oídos escucharán su derrota.
El justo crecerá como una palmera
y se alzará como un cedro del Líbano:
plantado en la casa del Señor,
crecerá en los atrios de nuestro Dios;
en la vejez seguirá dando fruto
y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo,
que en mi Roca no existe la maldad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén
Ant. Es bueno tocar
para tu nombre, oh altísimo, y proclamar por la mañana tu misericordia.
Ant. 2. Os daré un corazón
nuevo y os infundiré un espíritu nuevo.
Cántico: DIOS RENOVARÁ A SU PUEBLO - Ez 36, 24-28
Os recogeré de entre las naciones,
os reuniré de todos los países,
y os llevaré a vuestra tierra.
Derramaré sobre vosotros un agua pura
que os purificará:
de todas vuestras inmundicias e idolatrías
os he de purificar;
y os daré un corazón nuevo,
y os infundiré un espíritu nuevo;
arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra,
y os daré un corazón de carne.
Os infundiré mi espíritu,
y haré que caminéis según mis preceptos,
y que guardéis y cumpláis mis mandatos.
Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres.
Vosotros seréis mi pueblo
y yo seré vuestro Dios.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén
Ant. Os daré un corazón
nuevo y os infundiré un espíritu nuevo.
Ant. 3. De la boca de los
niños de pecho, Señor, has sacado una alabanza.
Salmo 8 - MAJESTAD DEL SEÑOR Y DIGNIDAD DEL HOMBRE.
Señor, dueño nuestro,
¡que admirable es tu nombre
en toda la tierra!
Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.
De la boca de los niños de pecho
has sacado una alabanza contra tus enemigos,
para reprimir al adversario y al rebelde.
Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos;
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él;
el ser humano, para darle poder?
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies:
rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por las aguas.
Señor, dueño nuestro,
¡que admirable es tu nombre
en toda la tierra!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén
Ant. De la boca de los
niños de pecho, Señor, has sacado una alabanza.
LECTURA BREVE Is 1, 16-18
«Lavaos, purificaos, apartad de mi vista vuestras malas acciones. Cesad de
obrar mal, aprended a obrar bien; buscad lo que es justo, haced justicia al
oprimido, defended al huérfano, proteged a la viuda. Entonces, venid, y
litigaremos -dice el Señor-. Aunque vuestros pecados sean como la grana,
blanquearán como la nieve; aunque sean rojos como escarlata, quedarán blancos
como lana.»
RESPONSORIO BREVE
V. Él me librará de
la red del cazador.
R. Él me librará de
la red del cazador.
V. Me cubrirá con su
plumaje.
R. Él me librará de
la red del cazador.
V. Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Él me librará de
la red del cazador.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los Hebreos 10, 11-25
PERSEVERANCIA EN LA FE
Hermanos: Todo sacerdote asiste de pie cada día, oficiando y ofreciendo muchas
veces los mismos sacrificios, que de ningún modo pueden borrar los pecados.
Cristo, en cambio, habiendo ofrecido un solo sacrificio en expiación de los
pecados, está sentado para siempre a la diestra de Dios, y espera el tiempo que
falta «hasta que sus enemigos sean hechos estrado de sus pies». Así, con una
sola oblación, ha llevado para siempre a la perfección en la gloria a los que
ha santificado.
Nos lo atestigua también el Espíritu Santo. Después de haber dicho: «Así será
la alianza que haré con ellos después de aquellos días: Imprimiré mi ley en sus
corazones, la escribiré en sus mentes», termina así: «De sus crímenes y pecados
ya no me acordaré más.» Así que, allí donde se da remisión de los pecados, ya
no hay más sacrificio por el pecado.
En virtud de la sangre de Cristo, tenemos, pues, hermanos, plena seguridad y
confianza para entrar en el santuario. Éste es el camino nuevo y lleno de vida,
que ha inaugurado él para nosotros pasando por el velo, es decir, por su
condición de sumisión a la muerte. Tenemos, pues, un gran sacerdote al frente
de la casa de Dios. Acerquémonos, por lo tanto, con sinceridad de corazón, con
plenitud de fe, purificados los corazones de toda mancha de que tengamos
conciencia y lavado el cuerpo con agua pura. Mantengamos firmemente la
profesión de nuestra esperanza (porque fiel es Dios que nos hizo las promesas);
y miremos los unos por los otros, para estimularnos a la caridad y a las buenas
obras. No desertemos de nuestra propia asamblea, como acostumbran algunos, sino
alentémonos unos a otros; tanto más, cuanto que veis acercarse el Día del
Señor.
RESPONSORIO Cf. Hb 9, 15; 10, 20. 19; cf. Mi 2, 13
R. Cristo, mediador de la nueva alianza, * ha inaugurado para
nosotros, pasando por el velo, es decir, por su condición de sumisión a la
muerte, un camino nuevo y lleno de vida para entrar en el santuario.
V. Delante marcha el rey, el Señor a la cabeza.
R. Ha inaugurado para nosotros, pasando por el velo, es decir, por su
condición de sumisión a la muerte, un camino nuevo y lleno de vida para entrar
en el santuario.
SEGUNDA LECTURA
De la Constitución pastoral Gáudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo
actual, del Concilio Vaticano segundo
(Núms. 37-38)
TODA LA ACTIVIDAD DEL HOMBRE HA DE SER PURIFICADA POR EL MISTERIO PASCUAL
La sagrada Escritura, con la cual está de acuerdo la experiencia de los siglos,
enseña a la familia humana que el progreso, altamente beneficioso para el
hombre, también encierra, sin embargo, una gran tentación; pues los individuos
y las colectividades, si llega a quedar subvertida la jerarquía de los valores
y mezclado el bien con el mal, no miran más que a lo suyo, olvidando lo ajeno.
Con lo cual el mundo no es ya el ámbito de una auténtica fraternidad, al tiempo
que el poder creciente de la humanidad amenaza con destruir al propio género
humano.
Si nos preguntamos cómo es posible superar tan deplorable calamidad,
debemos-saber que la respuesta cristiana es la siguiente: hay que purificar y
perfeccionar por la cruz y resurrección de Cristo todas las actividades
humanas, las cuales, a causa de la soberbia y del egoísmo, corren diario
peligro.
El hombre, redimido por Cristo y hecho en el Espíritu Santo nueva creatura,
puede y debe amar las cosas creadas por Dios. Pues de Dios las recibe, y las
mira y respeta como objetos salidos de las manos de Dios.
Dando gracias por ellas al Bienhechor y usando y gozando de las creaturas con
pobreza y libertad de espíritu, el hombre entra de veras en posesión del mundo,
como quien nada tiene y es dueño de todo. Todo es vuestro, y vosotros de
Cristo, y Cristo de Dios.
El Verbo de Dios, por quien fueron hechas todas las cosas, hecho él mismo carne
y habitando en la tierra, entró como hombre perfecto en la historia del mundo,
asumiéndola y constituyéndose él mismo como centro y cabeza de todas las cosas.
Es él quien nos revela que Dios es amor, a la vez que nos enseña que la ley
fundamental de la perfección humana y, por tanto, de la transformación del
mundo es el mandamiento nuevo del amor.
Así, pues, a los que creen en el amor divino les da la certeza de que el camino
del amor está abierto para el hombre, y que el esfuerzo por instaurar la
fraternidad universal no es una utopía. Al mismo tiempo advierte que esta
caridad no hay que buscarla únicamente en los acontecimientos importantes,
sino, ante todo, en la vida ordinaria.
Él, sufriendo la muerte por todos nosotros, pecadores, nos enseña con su
ejemplo que hemos de llevar también la cruz, que la carne y el mundo echan
sobre los hombros de quienes buscan la paz y la justicia.
Constituido Señor por su resurrección, Cristo, al que le ha sido dada toda
potestad en el cielo y en la tierra, obra ya por la virtud de su Espíritu en el
corazón del hombre, no sólo despertando el anhelo del siglo futuro, sino
alentando, purificando y robusteciendo también, con ese deseo, aquellos
generosos propósitos con los que la familia humana intenta hacer más llevadera
su propia vida y someter la tierra a este fin.
Mas los dones del Espíritu Santo son diversos: pues mientras llama a unos para
que den un manifiesto testimonio, por medio de su ardiente anhelo de la morada
celestial, y conserven así vivo este anhelo en medio de la humanidad, a otros
los llama para que se dediquen al servicio temporal de esa humanidad, y
preparen así el material del reino de los cielos.
A todos, sin embargo, los libera, para que, con la abnegación propia y por el
empleo de todas las energías terrenas en pro de la vida humana, proyecten su
preocupación hacia los tiempos futuros, cuando la humanidad entera llegará a
ser una ofrenda acepta a Dios.
RESPONSORIO 2Co 5, 15; Rm 4, 25
R. Cristo murió por todos, * para que los que viven no vivan ya para sí, sino para
aquel que murió y resucitó por ellos.
V. Fue entregado a la muerte por nuestros pecados, y resucitado para
nuestra justificación.
R. Para que los que viven no vivan ya para sí, sino para aquel que
murió y resucitó por ellos.
Sábado, 18
de mayo de 2019
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan (14,7-14):
«Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y
lo habéis visto».
Felipe le dice:
«Señor, muéstranos al Padre y nos basta».
Jesús le replica:
«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto
a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo
estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta
propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo
estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras.
En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que
yo hago, y aun mayores, porque yo me voy al Padre. Y lo que pidáis en mi nombre,
yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en
mi nombre, yo lo haré».
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Jamás hombre
alguno ha hablado como éste.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1,
68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén
Ant. Jamás hombre
alguno ha hablado como éste.
PRECES
Demos gracias siempre y en todo lugar a Cristo, nuestro Salvador, y
supliquémosle, diciendo:
Ayúdanos, Señor, con tu gracia.
Concédenos guardar sin mancha nuestros cuerpos,
para que el Espíritu Santo pueda habitar en ellos.
Desde el comienzo del día acrecienta en nosotros el amor a nuestros hermanos
y el deseo de cumplir tu voluntad en todas las acciones de esta jornada.
Danos hambre del alimento que perdura y da vida eterna,
y que tú diariamente nos proporcionas.
Que interceda por nosotros tu santísima Madre, refugio de pecadores,
para que obtengamos el perdón de nuestros pecados.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Pidamos al Padre que nos libre de todo mal, repitiendo la oración que Cristo
nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACIÓN
Señor, que tu amor misericordioso dirija siempre nuestros deseos y actividades,
pues sabemos que sin tu ayuda no podemos complacerte. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos
bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
San Juan I, Papa y Mártir
18 de Mayo
Nació en Toscana, y en el año 523 fue elegido
Sumo Pontífice. En Italia gobernaba el rey Teodorico que apoyaba la herejía de
los arrianos. Asimismo, el emperador Justino de Constantinopla decretó cerrar
todos los templos de los arrianos de esa ciudad y prohibió que los que
pertenecían a la herejía arriana ocuparan empleos públicos. El rey Teodorico
obligó entonces al Papa a que fuera a Constantinopla a convencer al emperador
de derogar las últimas leyes, pero el Papa Juan I se negó rotundamente. El Sumo
Pontífice realizó una visita pastoral a Constantinolpla donde fue recibido por
más de 15,000 fieles con velas encendidas en las manos, y estandartes. El Papa
presidió solemnemente las fiestas de Navidad, y luego exhortó a los feligreses
a mantenerse firmes en la fe, evitando caer en las herejías. Paralelamente, el
emperador Justino se mantuvo firme en su decisión, lo cual enfureció al rey
italiano quien mandó a llamar al Papa Juan y lo encerró en un oscuro calabozo.
Los constantes maltratos y suplicios sufridos por el santo Papa en la cárcel,
junto con otros mártires más, provocó su muerte a los pocos meses de haber sido
tomado prisionero.
Nació en Pedro Abad, Córdoba, en 1850. A la edad de 15 años habia hecho
voto de castidad perpetua, e intensificó su piedad y obras de caridad.
Con la ayuda de Mons. Ceferino González, la santa y
su hermana Dolores fundan el Instituto de Adoradoras del Santísimo Sacramento e
Hijas de María Inmaculada, pero al poco tiempo se traslada junto con otras 16
religiosas a Madrid, donde se les concede la aprobación diocesana en 1877, y 10
años más tarde, el Papa León XIII apruebla la Congregación con el nombre de
Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús.
Pronto se multiplicaron las fundaciones de nuevas
casas: obras de apostolado y adoración reparadora. En la base de todo estaba la
altísima y continua oración, que la M. Rafaela vivía e infundia en sus hijas, y
sus heroicas virtudes, sobre todo la profundísima humildad, tanto que alguien
llamó a la Madre "la humildad hecha carne".
Sin embargo, surgen pronto las desconfianzas, las
incomprensiones, el arrinconamiento, el largo y absoluto olvido; graves
dificultades que surgieron en el gobierno, la movieron a renunciar a favor de
su hermana Dolores. Durante 30 años permaneció en el aislamiento, realizando
duros trabajos y sufriendo pacientemente terribles humillaciones.
El Año Santo 1925 falleció, en 1952 fue beatificada
y el 23 de enero de 1977 la canonizaron.