Musica Para el Alma
miércoles, 2 de noviembre de 2022
LUCAS 15,1-10 CICLO C
*Lecturas del Jueves de la
31ª semana del Tiempo Ordinario*
Jueves, 3 de noviembre de 2022
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas
(15,1-10)*
En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores
a escucharle.
Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: «Ése acoge a los
pecadores y come con ellos.»
Jesús les dijo esta parábola: «Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le
pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada,
hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros,
muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para
decirles: "¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había
perdido." Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un
solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan
convertirse. Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una, ¿no enciende
una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y, cuando
la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas para decirles:
"¡Felicitadme!, he encontrado la moneda que se me había perdido." Os
digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador
que se convierta.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
(«Habrá más
alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta»).
*Esta lectura me viene a regalar
una alegría especia. El Señor me hace una invitación a la sinceridad y ser
sincero es reconocer que hago cosas que no agradan al Señor, y les hacen daño a
otras personas. La buena noticia para mi es que el Señor me regala la luz que
me hace falta para descubrir eso, para que pueda entrar en esa alegría que hasta
los ángeles la pueden disfrutar. Siento algo así como una gran esperanza de que
un día mi corazón, se dejará encontrar por el amor del Señor, y le pueda
entregar mi alma, ese día podre sentir, la misma alegría que sienten los
ángeles en el cielo por un pecador que se convierta*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL JUEVES 3
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
TIEMPO ORDINARIO
JUEVES
DE LA SEMANA III
De la Feria. Salterio III
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Señor, porque él
es nuestro Dios.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos al Señor, porque él
es nuestro Dios.
Himno: SEÑOR, CUANDO FLORECE UN NUEVO DÍA.
Señor, cuando florece un nuevo día
en el jardín del tiempo,
no dejes que la espina del pecado
vierta en él su veneno.
El trabajo del hombre rompe el surco
en el campo moreno;
en frutos de bondad y de justicia
convierte sus deseos.
Alivia sus dolores con la hartura
de tu propio alimento;
y que vuelvan al fuego de tu casa
cansados y contentos. Amén.
SALMODIA
Ant 1. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!
Salmo 86 - HIMNO A JERUSALÉN, MADRE DE TODOS LOS PUEBLOS.
Él la ha cimentado sobre el monte santo;
y el Señor prefiere las puertas de Sión
a todas las moradas de Jacob.
¡Qué pregón tan glorioso para ti,
ciudad de Dios!
«Contaré a Egipto y a Babilonia
entre mis fieles;
filisteos, tirios y etíopes
han nacido allí.»
Se dirá de Sión: «Uno por uno
todos han nacido en ella;
el Altísimo en persona la ha fundado.»
El Señor escribirá en el registro de los pueblos:
«Éste ha nacido allí.»
Y cantarán mientras danzan:
«Todas mis fuentes están en ti.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. ¡Qué pregón tan glorioso para ti,
ciudad de Dios!
Ant 2. El Señor llega con poder, y su
recompensa lo precede.
Cántico: EL BUEN PASTOR ES EL DIOS ALTISIMO Y SAPIENTÍSIMO - Is 40,
10-17
Mirad, el Señor Dios llega con poder,
y su brazo manda.
Mirad, viene con él su salario
y su recompensa lo precede.
Como un pastor que apacienta el rebaño,
su brazo lo reúne,
toma en brazos los corderos
y hace recostar a las madres.
¿Quién ha medido a puñados el mar
o mensurado a palmos el cielo,
o a cuartillos el polvo de la tierra?
¿Quién ha pesado en la balanza los montes
y en la báscula las colinas?
¿Quién ha medido el aliento del Señor?
¿Quién le ha sugerido su proyecto?
¿Con quién se aconsejó para entenderlo,
para que le enseñara el camino exacto,
para que le enseñara el saber
y le sugiriese el método inteligente?
Mirad, las naciones son gotas de un cubo
y valen lo que el polvillo de balanza.
Mirad, las islas pesan lo que un grano,
el Líbano no basta para leña,
sus fieras no bastan para el holocausto.
En su presencia, las naciones todas,
como si no existieran,
son ante él como nada y vacío.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor llega con poder, y su
recompensa lo precede.
Ant 3. Ensalzad al Señor, Dios nuestro,
postraos ante el estrado de sus pies.
Salmo 98 - SANTO ES EL SEÑOR, NUESTRO DIOS.
El Señor reina, tiemblen las naciones;
sentado sobre querubines, vacile la tierra.
El Señor es grande en Sión,
encumbrado sobre todos los pueblos.
Reconozcan tu nombre, grande y terrible:
Él es santo.
Reinas con poder y amas la justicia,
tú has establecido la rectitud;
tú administras la justicia y el derecho,
tú actúas en Jacob.
Ensalzad al Señor, Dios nuestro;
postraos ante el estrado de sus pies:
Él es santo.
Moisés y Aarón con sus sacerdotes,
Samuel con los que invocan su nombre,
invocaban al Señor, y él respondía.
Dios les hablaba desde la columna de nube;
oyeron sus mandatos y la ley que les dio.
Señor, Dios nuestro, tú les respondías,
tú eras para ellos un Dios de perdón
y un Dios vengador de sus maldades.
Ensalzad al Señor, Dios nuestro;
postraos ante su monte santo:
Santo es el Señor, nuestro Dios.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ensalzad al Señor, Dios nuestro,
postraos ante el estrado de sus pies.
LECTURA BREVE 1Pe 4, 10-11
Que cada uno, con el don que ha recibido, se ponga al servicio de los demás,
como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. El que toma la
palabra que hable palabra de Dios. El que se dedica al servicio que lo haga en
virtud del encargo recibido de Dios. Así, Dios será glorificado en todo, por
medio de Jesucristo, Señor nuestro, cuya es la gloria y el imperio por los
siglos de los siglos. Amén.
RESPONSORIO BREVE
V. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
R. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
V. Guardaré tus leyes.
R. Respóndeme, Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Te invoco de todo corazón, respóndeme, Señor.
V. En ti, Señor, está la
fuente viva.
R. Y tu luz nos hace ver la
luz.
PRIMERA LECTURA
Del libro de la Sabiduría 13, 1-10; 14, 15-21; 15, 1-6
EL HOMBRE SABIO RECHAZA A LOS ÍDOLOS
Eran naturalmente vanos
todos los hombres que ignoraban a Dios, y fueron incapaces de conocer al que es
partiendo de las cosas buenas que están a la vista, y no reconocieron al
artífice fijándose en sus obras, sino que tuvieron por dioses al fuego, al viento,
al aire leve, a las órbitas astrales, al agua impetuosa, a las lumbreras
celestes, regidoras del mundo. Si, fascinados por su hermosura, los creyeron
dioses, sepan cuánto los aventaja su Dueño, pues los creó el autor de la
belleza; y si los asombró su poder y actividad, calculen cuánto más poderoso es
quien los hizo; pues, por la magnitud y belleza de las creaturas, se descubre
por analogía al que les dio el ser.
Con todo, a éstos poco se
les puede echar en cara, pues tal vez andan extraviados buscando a Dios y
queriéndolo encontrar; en efecto, dan vueltas a sus obras, las exploran, y su
apariencia los subyuga, porque es bello lo que ven. Pero ni siquiera éstos son
perdonables, porque si lograron saber tanto que fueron capaces de averiguar el
principio del cosmos, ¿cómo no encontraron antes a su Dueño? Son unos
desgraciados, ponen su esperanza en seres inertes, los que llamaron dioses a
las obras de sus manos humanas, al oro y la plata labrados con arte y a figuras
de animales, o a una piedra inservible, obra de mano antigua.
Un padre, desconsolado por
un luto prematuro, hace una imagen del hijo malogrado, y, al que antes era un
hombre muerto, ahora lo venera como un dios e instituye misterios e
iniciaciones para sus subordinados; luego arraiga con el tiempo esta impía
costumbre y se observa como ley. También por decreto de los soberanos se daba
culto a las estatuas; como los hombres, viviendo lejos, no podían venerarlos en
persona, representaron a la persona remota haciendo una imagen visible del rey
venerado, para así, mediante esta diligencia, adular presente al ausente.
La ambición del artista,
atrayendo aun a los que no lo conocían, promovió este culto; en efecto,
queriendo tal vez halagar al potentado, lo favorecía, forzando hábilmente el
parecido, y la gente, atraída por el encanto de la obra, juzga ahora digno de
adoración al que poco antes veneraba como hombre. Este hecho resultó una trampa
para el mundo: que los hombres, bajo el yugo de la desgracia y del poder,
impusieran el nombre incomunicable a la piedra y al leño.
Pero tú, Dios nuestro, eres
bueno, leal y paciente, y con misericordia gobiernas todas las cosas. Aunque
pequemos, somos tuyos, acatamos tu poder; pero no pecaremos, sabiendo que te
pertenecemos. La perfecta justicia consiste en conocerte a ti, y reconocer tu
poder es la raíz de la inmortalidad. No nos extraviaron las malas artes
inventadas por los hombres, ni el trabajo estéril de los pintores -figuras
realizadas con manchas polícromas-; su contemplación apasiona a los necios, que
se entusiasman con la imagen sin aliento de un ídolo muerto. Están enamorados
del mal y son dignos de tales esperanzas tanto los autores como los entusiastas
y los adoradores.
RESPONSORIO Rm 1, 20; Sb 13, 5. 1
R. Después de la creación
del mundo, conocemos los atributos invisibles de Dios, aprehendidos mediante
las creaturas. * Pues, por la magnitud y belleza de las creaturas, se descubre
por analogía al que les dio el ser.
V. Eran naturalmente vanos
todos los hombres que ignoraban a Dios.
R. Pues, por la magnitud y
belleza de las creaturas, se descubre por analogía al que les dio el ser.
SEGUNDA LECTURA
De las Catequesis de san Cirilo de Jerusalén, obispo
(Catequesis 5, Sobre la fe y el símbolo, 12-13: PG 33, 519-523)
SOBRE EL SÍMBOLO DE LA FE
Al aprender y profesar la
fe, adhiérete y conserva solamente la que ahora te entrega la Iglesia, la única
que las santas Escrituras acreditan y defienden. Como sea que no todos pueden
conocer las santas Escrituras, unos porque no saben leer, otros porque sus
ocupaciones se lo impiden, para que ningún alma perezca por ignorancia, hemos
resumido, en los pocos versículos del símbolo, el conjunto de los dogmas de la
fe.
Procura, pues, que esta fe
sea para ti como un viático que te sirva toda la vida y, de ahora en adelante,
no admitas ninguna otra, aunque fuera yo mismo quien, cambiando de opinión, te
dijera lo contrario, o aunque un ángel caído se presentara ante ti disfrazado
de ángel de luz y te enseñara otras cosas para inducirte al error. Pues aunque
nosotros mismos o un ángel del cielo os predicáramos un evangelio distinto del
que habéis recibido, tened por anatema al que tal cosa hiciere.
Esta fe que estáis oyendo
con palabras sencillas retenedla ahora en la memoria y, en el momento oportuno,
comprenderéis, por medio de las santas Escrituras, lo que significa exactamente
cada una de sus afirmaciones. Porque tenéis que saber que el símbolo de la fe
no lo han compuesto los hombres según su capricho, sino que las afirmaciones
que en él se contienen han sido entresacadas del conjunto de las santas
Escrituras y resumen toda la doctrina de la fe. Y a la manera de la semilla de
mostaza, que, a pesar de ser un grano tan pequeño, contiene ya en sí la
magnitud de sus diversas ramas, así también las pocas palabras del símbolo de
la fe resumen y contienen, como en una síntesis, todo lo que nos da a conocer
el antiguo y el nuevo Testamento.
Velad, pues, hermanos, y
conservad cuidadosamente la tradición que ahora recibís y grabadla en el
interior de vuestro corazón.
Poned todo cuidado, no sea
que el enemigo, encontrando a alguno de vosotros desprevenido y remiso, le robe
este tesoro, o bien se presente algún hereje que, con sus errores, contamine la
verdad que os hemos entregado. Recibir la fe es como poner en el banco el
dinero que os hemos entregado; Dios os pedirá cuenta de este depósito. Os
recomiendo -como dice el Apóstol-, en la presencia de Dios, que da vida a todas
las cosas, y de Jesucristo, que ante Poncio Pilato rindió tan solemne testimonio,
que guardéis sin mancha la fe que habéis recibido, hasta el día de la
manifestación de Cristo Jesús.
Ahora se te hace entrega del
tesoro de la vida, pero el Señor, el día de su manifestación, te pedirá cuenta
de él cuando aparezca como el bienaventurado y único monarca, Rey de reyes y
Señor de los señores, el único inmortal, el que habita en la luz inaccesible, a
quien ningún hombre vio ni puede ver. A él la gloria, el honor y el imperio por
los siglos de los siglos. Amén.
RESPONSORIO Hb 10, 38-39; Ha 2, 4
R. Mi justo vivirá por la
fe, pero si vuelve atrás no pondré más en él mi complacencia. * Nosotros no
somos de los que se vuelven atrás para su perdición, sino hombres de fe que
vamos hacia la salvación de nuestras almas.
V. El que es incrédulo no
tiene en sí un alma recta.
R. Nosotros no somos de los
que se vuelven atrás para su perdición, sino hombres de fe que vamos hacia la
salvación de nuestras almas.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas
(15,1-10):
En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores
a escucharle.
Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: «Ése acoge a los
pecadores y come con ellos.»
Jesús les dijo esta parábola: «Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le
pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada,
hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros,
muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para
decirles: "¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había
perdido." Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un
solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan
convertirse. Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una, ¿no enciende
una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y,
cuando la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas para decirles:
"¡Felicitadme!, he encontrado la moneda que se me había perdido." Os
digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador
que se convierta.»
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Sirvamos al Señor con santidad y nos librará de la mano de
nuestros enemigos.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sirvamos al Señor con santidad y
nos librará de la mano de nuestros enemigos.
PRECES
Demos gracias al Señor, que guía y alimenta con amor a su pueblo,
y digámosle:
Te glorificamos por siempre, Señor.
Señor, rey del universo, te alabamos por el amor que nos tienes,
porque de manera admirable nos creaste y más admirablemente aún nos redimiste.
Al comenzar este nuevo día, pon en nuestros corazones el anhelo de servirte,
para que te glorifiquemos en todos nuestros pensamientos y acciones.
Purifica nuestros corazones de todo mal deseo,
y haz que estemos siempre atentos a tu voluntad.
Danos un corazón abierto a las necesidades de nuestros hermanos,
para que a nadie falte la ayuda de nuestro amor.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Acudamos ahora a nuestro Padre celestial, diciendo:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno: a los pueblos que viven en tiniebla y
en sombra de muerte, ilumínalos con tu luz, ya que con ella nos ha visitado el
sol que nace de lo alto, Jesucristo, nuestro Señor. Él, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: ENFRÍA, SEÑOR, MI BOCA
Enfría, Señor, mi boca;
Señor, reduce mi brasa;
dame, como te lo pido,
concordia de cuerpo y alma.
Frente al perverso oleaje,
ponme costado de gracia;
dame, como te demando,
concordia de cuerpo y alma.
Señor, mitiga mi angustia;
remite, Señor, mi ansia;
dame, como te la clamo,
concordia de cuerpo y alma.
No dejes que los sentidos
me rindan en la batalla;
Señor, Señor, no me niegues
concordia de cuerpo y alma. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Que tus fieles, Señor, te aclamen al entrar en tu morada.
Salmo 131 I - PROMESAS A LA CASA DE DAVID.
Señor, tenle en cuenta a David
todos sus afanes:
cómo juró al Señor
e hizo voto al Fuerte de Jacob:
«No entraré bajo el techo de mi casa,
no subiré al lecho de mi descanso,
no daré sueño a mis ojos,
ni reposo a mis párpados,
hasta que encuentre un lugar para el Señor,
una morada para el Fuerte de Jacob.»
Oímos que estaba en Efrata,
la encontramos en el Soto de Jaar:
entremos en su morada,
postrémonos ante el estrado de sus pies.
Levántate, Señor, ven a tu mansión,
ven con el arca de tu poder:
que tus sacerdotes se vistan de gala,
que tus fieles te aclamen.
Por amor a tu siervo David,
no niegues audiencia a tu Ungido.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Que tus fieles, Señor, te aclamen
al entrar en tu morada.
Ant 2. El Señor ha elegido a Sión, ha
deseado vivir en ella.
Salmo 131 II.
El Señor ha jurado a David
una promesa que no retractará:
«A uno de tu linaje
pondré sobre tu trono.
Si tus hijos guardan mi alianza
y los mandatos que les enseño,
también sus hijos, por siempre,
se sentarán sobre tu trono.»
Porque el Señor ha elegido a Sión,
ha deseado vivir en ella:
«Ésta es mi mansión por siempre,
aquí viviré, porque la deseo.
Bendeciré sus provisiones,
a sus pobres los saciaré de pan;
vestiré a sus sacerdotes de gala,
y sus fieles aclamarán con vítores.
Haré germinar el vigor de David,
enciendo una lámpara para mi Ungido.
A sus enemigos los vestiré de ignominia,
sobre él brillará mi diadema.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor ha elegido a Sión, ha
deseado vivir en ella.
Ant 3. El Señor le dio el poder, el honor
y el reino, y todos los pueblos le servirán.
Cántico: EL JUICIO DE DIOS Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.
Se encolerizaron las naciones,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.
Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.
Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor le dio el poder, el honor
y el reino, y todos los pueblos le servirán.
LECTURA BREVE 1Pe 3, 8-9
Procurad todos tener un mismo pensar y un mismo sentir: con afecto fraternal,
con ternura, con humildad. No devolváis mal por mal o insulto por insulto; al
contrario, responded con una bendición, porque vuestra vocación mira a esto: a
heredar una bendición.
RESPONSORIO BREVE
V. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
R. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
V. Nos sació con miel silvestre.
R. Con flor de harina.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los
humildes.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor derriba del trono a los
poderosos y enaltece a los humildes.
PRECES
Invoquemos a Cristo, pastor, protector y ayuda de su pueblo,
diciendo:
Señor, refugio nuestro, escúchanos.
Bendito seas, Señor, que nos has llamado a tu santa Iglesia;
haz que seamos fieles a esta dignación de tu amor.
Tú que has encomendado al Papa Francisco la preocupación por todas las
Iglesias,
concédele una fe inquebrantable, una esperanza viva y una caridad solícita.
Da a los pecadores la conversión, a los que caen, fortaleza,
y concede a todos la penitencia y la salvación.
Tú que quisiste habitar en un país extranjero,
acuérdate de los que viven lejos de su familia y de su patria.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
A todos los difuntos que esperaron en ti,
concédeles el descanso eterno.
Ya que por Jesucristo somos hijos de Dios, oremos con plena confianza a Dios
nuestro Padre:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso, te damos gracias por el día que termina e
imploramos tu clemencia para que nos perdones benignamente todas las faltas
que, por la fragilidad de la condición humana, en él hayamos cometido. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL JUEVES 3 DE NOVIEMBRE 2022
*Lecturas del Jueves de la
31ª semana del Tiempo Ordinario*
Jueves, 3 de noviembre de 2022
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los
Fílipenses (3,3-8a):
Los circuncisos somos nosotros, que damos culto con el Espíritu de Dios, y que
ponemos nuestra gloria en Cristo Jesús, sin confiar en la carne. Aunque, lo que
es yo, ciertamente tendría motivos para confiar en la carne, y si algún otro
piensa que puede hacerlo, yo mucho más, circuncidado a los ocho días de nacer,
israelita de nación, de la tribu de Benjamín, hebreo por los cuatro costados y,
por lo que toca a la ley, fariseo; si se trata de intransigencia, fui
perseguidor de la Iglesia, si de ser justo por la ley, era irreprochable. Sin
embargo, todo eso que para mí era ganancia lo consideré pérdida comparado con
Cristo; más aún, todo lo estimo pérdida comparado con la excelencia del
conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo perdí todo, y todo lo estimo
basura con tal de ganar a Cristo.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 104,2-3.4-5.6-7
R/. Que se alegren los que buscan al Señor
Cantadle al son de instrumentos,
hablad de sus maravillas;
gloriaos de su nombre santo,
que se alegren los que buscan al Señor. R/.
Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro.
Recordad las maravillas que hizo,
sus prodigios, las sentencias de su boca. R/.
¡Estirpe de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra. R/.
*Lecturas del Jueves de la
31ª semana del Tiempo Ordinario*
Jueves, 3 de noviembre de 2022
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas
(15,1-10)*
En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores
a escucharle.
Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: «Ése acoge a los
pecadores y come con ellos.»
Jesús les dijo esta parábola: «Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le
pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada,
hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros,
muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para
decirles: "¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había
perdido." Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un
solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan
convertirse. Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una, ¿no enciende
una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y, cuando
la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas para decirles:
"¡Felicitadme!, he encontrado la moneda que se me había perdido." Os
digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador
que se convierta.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
(«Habrá más
alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta»).
*Esta lectura me viene a regalar
una alegría especia. El Señor me hace una invitación a la sinceridad y ser
sincero es reconocer que hago cosas que no agradan al Señor, y les hacen daño a
otras personas. La buena noticia para mi es que el Señor me regala la luz que
me hace falta para descubrir eso, para que pueda entrar en esa alegría que hasta
los ángeles la pueden disfrutar. Siento algo así como una gran esperanza de que
un día mi corazón, se dejará encontrar por el amor del Señor, y le pueda
entregar mi alma, ese día podre sentir, la misma alegría que sienten los
ángeles en el cielo por un pecador que se convierta*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.