Musica Para el Alma
domingo, 15 de agosto de 2021
EVANGELIO DE MATEO 19,16-22 CICLO B
*Lecturas del Lunes de la 20ª semana del Tiempo Ordinario*
Lunes, 16
de agosto de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (19,16-22)*
En aquel tiempo, se acercó uno a Jesús y le preguntó: «Maestro, ¿qué tengo que
hacer de bueno para obtener la vida eterna?»
Jesús le contestó: «¿Por qué me preguntas qué es bueno? Uno solo es Bueno.
Mira, si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.»
Él le preguntó: «¿Cuáles?»
Jesús le contestó: «No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás
falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti
mismo.»
El muchacho le dijo: «Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta?»
Jesús le contestó: «Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da
el dinero a los pobres –así tendrás un tesoro en el cielo– y luego vente
conmigo.»
Al oír esto, el joven se fue triste, porque era rico.
Palabra del Señor
(Vende lo que tienes, da el dinero a los pobres – así
tendrás un tesoro en el cielo).
*Lo que
tiene fin aquí en esta tierra, me provoca tristeza, angustias, impaciencia e
intranquilidad. Mas el Señor me asegura algo muy importante y es que el final
de las cosas aquí en esta tierra, es el principio de la verdadera felicidad que
no tiene fin. Los bienes de lo que hoy disfruto serán mis propios enemigo en
algún momento de mi vida. Cuando soy muy apegado a algo siempre esto me trae
tristeza y sufrimiento, cuanto he sufrido por ser apegado al dinero. La buena
noticia para mi es que hoy en esta palabra el Señor me hace ver que me necesita
libre de toda atadura en esta tierra, no me quiere esclavo. Por eso me invita a
desprenderme de todo aquello que me ata, que me lleva al sufrimiento porque
todo aquí en esta tierra es pasajero, que no sea falto de juicio, que me acoja
a lo verdadero, a lo que sí vale*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VÍSPERAS DEL LUNES 16. SAN ESTEBAN DE HUNGRÍA
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
*San Esteban de Hungría*
LUNES SEMANA IV
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Demos vítores al Señor, aclamándolo con cantos.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Demos vítores al Señor, aclamándolo con cantos.
Himno: SEÑOR, COMO QUISIERA.
Señor, cómo quisiera
en cada aurora aprisionar el día,
y ser tu primavera
en gracia y alegría,
y crecer en tu amor más todavía.
En cada madrugada
abrir mi pobre casa, abrir la puerta,
el alma enamorada,
el corazón alerta,
y conmigo tu mano siempre abierta.
Ya despierta la vida
con su canción de ruidos inhumanos;
y tu amor me convida
a levantar mis manos
y a acariciarte en todos mis hermanos.
Hoy elevo mi canto
con toda la ternura de mi boca,
al que es tres veces santo,
a ti que eres mi Roca
y en quien mi vida toda desemboca. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Por la mañana, sácianos de tu misericordia, Señor.
Salmo 89 - BAJE A NOSOTROS LA BONDAD DEL SEÑOR
Señor, tú has sido nuestro refugio
de generación en generación.
Antes que naciesen los montes
o fuera engendrado el orbe de la tierra,
desde siempre y por siempre tú eres Dios.
Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán.»
Mil años en tu presencia
son un ayer, que pasó;
una vigilia nocturna.
Los siembras año por año,
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca.
¡Cómo nos ha consumido tu cólera
y nos ha trastornado tu indignación!
Pusiste nuestras culpas ante ti,
nuestros secretos ante la luz de tu mirada:
y todos nuestros días pasaron bajo tu cólera,
y nuestros años se acabaron como un suspiro.
Aunque uno viva setenta años,
y el más robusto hasta ochenta,
la mayor parte son fatiga inútil,
porque pasan aprisa y vuelan.
¿Quién conoce la vehemencia de tu ira,
quién ha sentido el peso de tu cólera?
Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos;
por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Danos alegría, por los días en que nos afligiste,
por los años en que sufrimos desdichas.
Que tus siervos vean tu acción,
y sus hijos tu gloria.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Por la mañana, sácianos de tu misericordia, Señor.
Ant 2. Llegue la alabanza del Señor hasta el confín de la tierra.
Cántico: CÁNTICO NUEVO AL DIOS VENCEDOR Y SALVADOR Is 42, 10-16
Cantad al Señor un cántico nuevo,
llegue su alabanza hasta el confín de la tierra;
muja el mar y lo que contiene,
las islas y sus habitantes;
alégrese el desierto con sus tiendas,
los cercados que habita Cadar;
exulten los habitantes de Petra,
clamen desde la cumbre de las montañas;
den gloria al Señor,
anuncien su alabanza en las islas.
El Señor sale como un héroe,
excita su ardor como un guerrero,
lanza el alarido,
mostrándose valiente frente al enemigo.
«Desde antiguo guardé silencio,
me callaba y aguantaba;
mas ahora grito como la mujer cuando da a luz,
jadeo y resuello.
Agostaré montes y collados,
secaré toda su hierba,
convertiré los ríos en yermo,
desecaré los estanques;
conduciré a los ciegos
por el camino que no conocen,
los guiaré por senderos que ignoran.
Ante ellos convertiré la tiniebla en luz,
lo escabroso en llano.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Llegue la alabanza del Señor hasta el confín de la tierra.
Ant 3. Alabad el nombre del Señor, los que estáis en la casa del Señor.
Salmo 134, 1-12 - HIMNO A DIOS POR SUS MARAVILLAS
Alabad el nombre del Señor,
alabadlo, siervos del Señor,
que estáis en la casa del Señor,
en los atrios de la casa de nuestro Dios.
Alabad al Señor porque es bueno,
tañed para su nombre, que es amable.
Porque él se escogió a Jacob,
a Israel en posesión suya.
Yo sé que el Señor es grande,
nuestro dueño más que todos los dioses.
El Señor todo lo que quiere lo hace:
en el cielo y en la tierra,
en los mares y en los océanos.
Hace subir las nubes desde el horizonte,
con los relámpagos desata la lluvia,
suelta a los vientos de sus silos.
Él hirió a los primogénitos de Egipto,
desde los hombres hasta los animales.
Envió signos y prodigios
-en medio de ti, Egipto-
contra el Faraón y sus ministros.
Hirió de muerte a pueblos numerosos,
mató a reyes poderosos:
a Sijón, rey de los amorreos;
a Hog, rey de Basán,
y a todos los reyes de Canaán.
Y dio su tierra en heredad,
en heredad a Israel, su pueblo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alabad el nombre del Señor, los que estáis en la casa del Señor.
LECTURA BREVE Jdt 8, 21b-23
Recordad que Dios ha querido probarnos como a nuestros padres. Recordad lo que
hizo con Abraham, las pruebas por que hizo pasar a Isaac, lo que aconteció a
Jacob. Como les puso a ellos en el crisol para sondear sus corazones, así el
Señor nos hiere a nosotros, los que nos acercamos a él, no para castigarnos,
sino para amonestarnos.
RESPONSORIO BREVE
V. Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos.
R. Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos.
V. Cantadle un cántico nuevo.
R. Que merece la alabanza de los buenos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos.
Primera Lectura
De la carta a los Efesios 1, 15-23
ORACIÓN DE PABLO PARA QUE LOS FIELES SEAN ILUMINADOS
Hermanos: Después que he oído hablar de vuestra fe en Jesús, el
Señor, y de vuestra caridad para con todos los fieles, no ceso de dar gracias
por vosotros, y siempre os recuerdo en mis oraciones. Quiera el Dios de nuestro
Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, concedernos el don de sabiduría y de
revelación, para que lleguemos al pleno conocimiento de él e, iluminados así
los ojos de nuestra mente, conozcamos cuál es la esperanza a que nos ha llamado
y cuáles las riquezas de gloria otorgadas por él como herencia a su pueblo
santo, Y ¡qué soberana grandeza despliega su poder en nosotros, los creyentes,
según la eficacia de su fuerza poderosa! Este poder lo ejercitó en Cristo,
resucitándolo de entre los muertos y constituyéndolo a su diestra en los
cielos, por encima de todo principado, potestad, virtud y dominación, y de todo
ser que exista no sólo en el mundo presente, sino también en el futuro. Puso
todas las cosas bajo sus pies y lo dio como cabeza a la Iglesia, que es su
cuerpo, es decir, la plenitud de aquel que lo llena todo en todo.
Responsorio Ef 1, 17. 18; 1 Co 2,
12
R. Quiera Dios concedernos el don de sabiduría y de
revelación, * para que conozcamos cuál es la esperanza a que nos ha
llamado y cuáles las riquezas de gloria otorgadas por él como herencia a su
pueblo santo.
V. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el
Espíritu que viene de Dios, para conocer las gracias que Dios nos ha otorgado.
R. Para que conozcamos cuál es la esperanza a que nos ha
llamado y cuáles las riquezas de gloria otorgadas por él como herencia a su
pueblo santo.
Segunda Lectura
De los tratados morales de san Gregorio Magno, papa, sobre el libro de Job
(Libro 3, 39-40: PL. 75, 619-620)
ATAQUES POR FUERA Y TEMORES POR DENTRO
Los santos varones, al hallarse involucrados en el combate de las
tribulaciones, teniendo que soportar al mismo tiempo a los que atacan y a los
que intentan seducirlos, se defienden de los primeros con el escudo de su paciencia,
atacan a los segundos arrojándoles los dardos de su doctrina, y se ejercitan en
una y otra clase de lucha con admirable fortaleza de espíritu, en cuanto que
por dentro oponen una sabia enseñanza a las doctrinas desviadas, y por fuera
desdeñan sin temor las cosas adversas; a unos corrigen con su doctrina, a otros
superan con su paciencia. Padeciendo, superan a los enemigos que se alzan
contra ellos; compadeciendo, retornan al camino de la salvación a los débiles;
a aquéllos les oponen resistencia, para que no arrastren a los demás; a éstos les
ofrecen su solicitud, para que no pierdan del todo el camino de la rectitud.
Veamos cómo lucha contra unos y otros el soldado de la milicia de Dios. Dice
san Pablo: Ataques por fuera y temores por dentro. Y enumera estas dificultades
exteriores, diciendo: Con peligros de ríos, con peligros de bandoleros,
peligros entre mi gente, peligros entre gentiles, peligros en la ciudad,
peligros en despoblado, peligros en el mar, peligros con los falsos hermanos. Y
añade cuales son los dardos que asesta contra el adversario en semejante
batalla: Muerto de cansancio, sin dormir muchas noches, con hambre y sed, a menudo
en ayunas, con frío y sin ropa.
Pero en medio de tan fuertes batallas, nos dice cuánta es la vigilancia con que
protege el campamento, ya que añade a continuación: Y, aparte todo lo demás, la
carga de cada día, la preocupación por todas las Iglesias. Además de la fuerte
batalla que él ha de sostener, se dedica compasivamente a la defensa del prójimo.
Después de explicarnos los males que ha de sufrir, añade los bienes que
comunica a los otros.
Pensemos lo gravoso que ha de ser tolerar las adversidades, por fuera, y
proteger a los débiles, por dentro, todo ello al mismo tiempo. Por fuera sufre
ataques, porque es azotado, atado con cadenas; por dentro sufre por el temor de
que sus padecimientos sean un obstáculo no para él, sino para sus discípulos.
Por esto, les escribe también: Nadie vacile a causa de estas tribulaciones. Ya
sabéis que éste es nuestro destino. Él temía que sus propios padecimientos
fueran ocasión de caída para los demás, que los discípulos, sabiendo que él
había sido azotado por causa de la fe, se hicieran atrás en la profesión de su
fe.
¡Oh inmenso y entrañable amor! Desdeñando lo que él padece, se preocupa de que
los discípulos no padezcan en su interior desviación alguna. Menospreciando las
heridas de su cuerpo, cura las heridas internas de los demás. Es éste un
distintivo del hombre justo, que, aun en medio de sus dolores y tribulaciones,
no deja de preocuparse por los demás; sufre con paciencia sus propias
aflicciones, sin abandonar por ello la instrucción que prevé necesaria para los
demás, obrando así como el médico magnánimo cuando está él mismo enfermo.
Mientras sufre las desgarraduras de su propia herida, no deja de proveer a los otros
el remedio saludable.
Responsorio Sal 122, 2; Jn 8, 12
R. Como están los ojos de los esclavos fijos en las manos de
sus señores, * así están nuestros ojos en el Señor, Dios nuestro, esperando
su misericordia.
V. Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no camina en tinieblas,
sino que tendrá la luz de la vida.
R. Así están nuestros ojos en el Señor, Dios nuestro, esperando
su misericordia.
*Lecturas del Lunes de la 20ª semana del Tiempo Ordinario*
Lunes, 16
de agosto de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (19,16-22)*
En aquel tiempo, se acercó uno a Jesús y le preguntó: «Maestro, ¿qué tengo que
hacer de bueno para obtener la vida eterna?»
Jesús le contestó: «¿Por qué me preguntas qué es bueno? Uno solo es Bueno.
Mira, si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.»
Él le preguntó: «¿Cuáles?»
Jesús le contestó: «No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás
falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti
mismo.»
El muchacho le dijo: «Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta?»
Jesús le contestó: «Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da
el dinero a los pobres –así tendrás un tesoro en el cielo– y luego vente
conmigo.»
Al oír esto, el joven se fue triste, porque era rico.
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y
redimido a su pueblo.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y
redimido a su pueblo.
PRECES
Ya que Cristo escucha y salva a cuantos en él se refugian,
acudamos a él diciendo:
Escúchanos, Señor.
Te damos gracias, Señor, por el gran amor con que nos amaste;
continúa mostrándote con nosotros rico en misericordia.
Tú que con el Padre sigues actuando siempre en el mundo,
renueva todas las cosas con la fuerza de tu Espíritu.
Abre nuestros ojos y los de nuestros hermanos
para que podamos contemplar hoy tus maravillas.
Ya que nos llamas hoy a tu servicio,
haz que seamos buenos administradores de tu multiforme gracia en favor de
nuestros hermanos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Acudamos a Dios Padre, tal como nos enseñó Jesucristo:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, que encomendaste al hombre la guarda y el cultivo de
la tierra, y creaste la luz del sol en su servicio, concédenos hoy que, con tu
ayuda, trabajemos sin desfallecer para tu gloria y para el bien de nuestro
prójimo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
*San Esteban de Hungría*
Valiente guerrero y muy buen
organizador, logró derrotar en fuertes batallas a todos los que se querían
oponer a que él gobernara la nación, como le correspondía, pues era el hijo del
mandatario anterior.
Cuando ya hubo derrotado a todos
aquellos que se habían opuesto a él cuando quiso propagar la religión católica
por todo el país y acabar la idolatría y las falsas religiones, y había
organizado la nación en varios obispados, envió al obispo principal, San
Astrik, a Roma a obtener del Papa Silvestre II la aprobación para los obispados
y que le concediera el título de rey. El sumo Pontífice se alegró mucho ante
tantas buenas noticias y le envío una corona de oro, nombrándolo rey de
Hungría. Y así en el año 1000 fue coronado solemnemente por el enviado del Papa
como primer rey de aquel país.
El cariño del rey Esteban por la
religión católica era inmenso; a los obispos y sacerdotes los trataba con
extremo respeto y hacía que sus súbditos lo imitaran en demostrarles gran
veneración. Su devoción por la Virgen Santísima era extraordinaria. Levantaba
templos en su honor y la invocaba en todos sus momentos difíciles. Fundaba
conventos y los dotaba de todo lo necesario. Ordenó que cada 10 pueblos debían
construir un templo, y a cada Iglesia se encargaba de dotarla de ornamentos,
libros, cálices y demás objetos necesarios para mantener el personal de
religiosos allá. Lo mismo hizo en Roma.
La cantidad de limosnas que este
santo rey repartía era tan extraordinaria, que la gente exclamaba: "¡Ahora
sí se van a acabar los pobres!". El personalmente atendía con gran bondad
a todas las gentes que llegaban a hablarle o a pedirle favores, pero prefería
siempre a los más pobres, diciendo: "Ellos representan mejor a Jesucristo,
a quien yo quiero atender de manera especial".
Para conocer mejor la terrible
situación de los más necesitados, se disfrazaba de sencillo albañil y salía de
noche por las calles a repartir ayudas. Y una noche al encontrarse con un
enorme grupo de menesterosos empezó a repartirles las monedas que llevaba.
Estos, incapaces de aguardar a que les llegara a cada quien un turno para
recibir, se le lanzaron encima, quitándole todo y lo molieron a palos. Cuando
se hubieron alejado, el santo se arrodilló y dio gracias a Dios por haberle
permitido ofrecer aquel sacrificio. Cuando narró esto en el palacio, sus
empleados celebraron aquella aventura, pero le aconsejaron que debía andar con
más prudencia para evitar peligros. El les dijo: " Una cosa sí me he
propuesto: no negar jamás una ayuda o un favor. Si en mí existe la capacidad de
hacerlo".
A su hijo lo educó con todo
esmero y para él dejó escritos unos bellos consejos, recomendándole huir de
toda impureza y del orgullo. Ser paciente, muy generoso con los pobres y en
extremo respetuoso con la santa Iglesia Católica.
La gente al ver su modo tan
admirable de practicar la religión exclamaba: " El rey Esteban convierte
más personas con buenos ejemplos, que con sus leyes o palabras".
Dios, para poderlo hacer llegar a
mayor santidad, permitió que en sus últimos años Esteban tuviera que sufrir
muchos padecimientos. Y uno de ellos fue que su hijo en quien él tenía puestas
todas sus esperanzas y al cual había formado muy bien, muriera en una cacería,
quedando el santo rey sin sucesor. El exclamó al saber tan infausta noticia:
"El Señor me lo dio, el Señor me los quitó. Bendito sea Dios". Pero
esto fue para su corazón una pena inmensa.
Los últimos años de su vida tuvo
que padecer muy dolorosas enfermedades que lo fueron purificando y santificando
cada vez más.
El 15 de agosto del año 1038, día
de la Asunción, fiesta muy querida por él, expiró santamente. Desde entonces la
nación Húngara siempre ha sido muy católica. A los 45 años de muerto, el Sumo
Pontífice permitió que lo invocaran como santo y en su sepulcro se obraron
admirables milagros.
Que nuestro Dios Todopoderoso nos
envíe en todo el mundo muchos gobernantes que sepan ser tan buenos católicos y
tan generosos con los necesitados como lo fue el santo rey Esteban.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: YA NO TEMO, SEÑOR, LA TRISTEZA
Ya no temo, Señor, la tristeza,
ya no temo, Señor, la soledad;
porque eres, Señor, mi alegría,
tengo siempre tu amistad.
Ya no temo, Señor, a la noche,
ya no temo, Señor, la oscuridad;
porque brilla tu luz en las sombras,
ya no hay noche, tú eres luz.
Ya no temo, Señor, los fracasos,
ya no temo, Señor, la ingratitud;
porque el triunfo, Señor, en la vida,
tú lo tienes, tú lo das.
Ya no temo, Señor, los abismos,
ya no temo, Señor, la inmensidad;
porque eres, Señor, el camino
y la vida, la verdad. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
Salmo 135 I - HIMNO A DIOS POR LAS MARAVILLAS DE LA CREACIÓN Y DEL
ÉXODO.
Dad gracias al Señor porque es bueno:
porque es eterna su misericordia.
Dad gracias al Dios de los dioses:
porque es eterna su misericordia.
Dad gracias al Señor de los señores:
porque es eterna su misericordia.
Sólo él hizo grandes maravillas:
porque es eterna su misericordia.
Él hizo sabiamente los cielos:
porque es eterna su misericordia.
El afianzó sobre las aguas la tierra:
porque es eterna su misericordia.
Él hizo lumbreras gigantes:
porque es eterna su misericordia.
El sol que gobierna el día:
porque es eterna su misericordia.
La luna que gobierna la noche:
porque es eterna su misericordia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
Ant 2. Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente.
Salmo 135 II
El hirió a Egipto en sus primogénitos:
porque es eterna su misericordia.
Y sacó a Israel de aquel país:
porque es eterna su misericordia.
Con mano poderosa, con brazo extendido:
porque es eterna su misericordia.
Él dividió en dos partes el mar Rojo:
porque es eterna su misericordia.
Y condujo por en medio a Israel:
porque es eterna su misericordia.
Arrojó en el mar Rojo al Faraón:
porque es eterna su misericordia.
Guió por el desierto a su pueblo:
porque es eterna su misericordia.
Él hirió a reyes famosos:
porque es eterna su misericordia.
Dio muerte a reyes poderosos:
porque es eterna su misericordia.
A Sijón, rey de los amorreos:
porque es eterna su misericordia.
Y a Hog, rey de Basán:
porque es eterna su misericordia.
Les dio su tierra en heredad:
porque es eterna su misericordia.
En heredad a Israel, su siervo:
porque es eterna su misericordia.
En nuestra humillación se acordó de nosotros:
porque es eterna su misericordia.
Y nos libró de nuestros opresores:
porque es eterna su misericordia.
Él da alimento a todo viviente:
porque es eterna su misericordia.
Dad gracias al Dios del cielo:
porque es eterna su misericordia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente.
Ant 3. Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por
cabeza, cuando llegase el momento culminante.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por
cabeza, cuando llegase el momento culminante.
LECTURA BREVE 1Ts 3, 12-13
Que el Señor os haga aumentar y rebosar en amor de unos con otros y con todos,
así como os amamos nosotros, para que conservéis vuestros corazones intachables
en santidad ante Dios, Padre nuestro, cuando venga nuestro Señor Jesucristo con
todos sus santos.
RESPONSORIO BREVE
V. Suba, Señor, a ti mi oración.
R. Suba, Señor, a ti mi oración.
V. Como incienso en tu presencia.
R. A ti mi oración.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Suba, Señor, a ti mi oración.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Proclame mi alma tu grandeza, Dios mío.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Proclame mi alma tu grandeza, Dios mío.
PRECES
Llenos de confianza en el Señor Jesús que no abandona nunca a los
que se acogen a él, invoquémosle diciendo:
Escúchanos, Señor, Dios nuestro.
Señor Jesucristo, tú eres nuestra luz; ilumina a tu Iglesia
para que proclame a todas las naciones el gran misterio de piedad manifestado
en tu encarnación.
Guarda a los sacerdotes y ministros de la Iglesia,
y haz que con su palabra y su ejemplo edifiquen tu pueblo santo.
Tú que, por tu sangre, pacificaste el mundo,
aparta de nosotros el pecado de discordia y el azote de la guerra.
Ayuda, Señor, a los que uniste con la gracia del matrimonio,
para que su unión sea efectivamente signo del misterio de la Iglesia.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Concede, por tu misericordia, a todos los difuntos el perdón de sus faltas,
para que sean contados entre tus elegidos.
Unidos a Jesucristo, supliquemos ahora al Padre con la oración de los hijos de
Dios:
Padre nuestro...
ORACION
Quédate con nosotros, Señor Jesús, porque el día ya se acaba; sé
nuestro compañero de camino, levanta nuestros corazones, reanima nuestra
esperanza; así nosotros, junto con nuestros hermanos, podremos reconocerte en
las Escrituras y en la fracción del pan. Tú que vives y reinas con el Padre en
la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL LUNES 16 DE MAYO 2021
*Lecturas del Lunes de la 20ª semana del Tiempo Ordinario*
Lunes, 16 de agosto de 2021
Primera
lectura
Lectura del
libro de los Jueces (2,11-19):
En aquellos días, los israelitas hicieron lo que el Señor reprueba, dieron
culto a los ídolos; abandonaron al Señor, Dios de sus padres, que los había
sacado de Egipto, y se fueron tras los otros dioses, dioses de las naciones vecinas,
y los adoraron, irritando al Señor. Abandonaron al Señor y dieron culto a Baal
y a Astarté. El Señor se encolerizó contra Israel: los entregó a bandas de
saqueadores que los saqueaban, los vendió a los enemigos de alrededor, y los
israelitas no podían resistirles. En todo lo que emprendían, la mano del Señor
se les ponía en contra, exactamente como él les había dicho y jurado, llegando
así a una situación desesperada. Entonces el Señor hacía surgir jueces, que los
libraban de las bandas de salteadores; pero ni a los jueces hacían caso, sino
que se prostituían con otros dioses, dándoles culto, desviándose muy pronto de
la senda por donde habían caminado sus padres, obedientes al Señor. No hacían
como ellos. Cuando el Señor hacía surgir jueces, el Señor estaba con el juez;
y, mientras vivía el juez, los salvaba de sus enemigos, porque le daba lástima
oírlos gemir bajo la tiranía de sus opresores. Pero, en cuanto moría el juez,
recaían y se portaban peor que sus padres, yendo tras otros dioses, rindiéndoles
adoración; no se apartaban de sus maldades ni de su conducta obstinada.
Palabra de Dios
Salmo
Sal
105,34-35.36-37.39-40.43-44
R/. Acuérdate de mí,
Señor, por amor a tu pueblo
No exterminaron a los pueblos
que el Señor les había mandado;
emparentaron con los gentiles,
imitaron sus costumbres. R/.
Adoraron sus ídolos y cayeron en sus lazos;
inmolaron a los demonios sus hijos y sus hijas. R/.
Se mancharon con sus acciones
y se prostituyeron con sus maldades.
La ira del Señor se encendió contra su pueblo,
y aborreció su heredad. R/.
Cuántas veces los libró;
mas ellos, obstinados en su actitud,
perecían por sus culpas;
pero él miró su angustia,
y escuchó sus gritos. R/.
*Lecturas del Lunes de la 20ª semana del Tiempo Ordinario*
Lunes, 16
de agosto de 2021
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (19,16-22)*
En aquel tiempo, se acercó uno a Jesús y le preguntó: «Maestro, ¿qué tengo que
hacer de bueno para obtener la vida eterna?»
Jesús le contestó: «¿Por qué me preguntas qué es bueno? Uno solo es Bueno.
Mira, si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.»
Él le preguntó: «¿Cuáles?»
Jesús le contestó: «No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás
falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti
mismo.»
El muchacho le dijo: «Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta?»
Jesús le contestó: «Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da
el dinero a los pobres –así tendrás un tesoro en el cielo– y luego vente
conmigo.»
Al oír esto, el joven se fue triste, porque era rico.
Palabra del Señor
(Vende lo que tienes, da el dinero a los pobres – así
tendrás un tesoro en el cielo).
*Lo que
tiene fin aquí en esta tierra, me provoca tristeza, angustias, impaciencia e
intranquilidad. Mas el Señor me asegura algo muy importante y es que el final
de las cosas aquí en esta tierra, es el principio de la verdadera felicidad que
no tiene fin. Los bienes de lo que hoy disfruto serán mis propios enemigo en
algún momento de mi vida. Cuando soy muy apegado a algo siempre esto me trae
tristeza y sufrimiento, cuanto he sufrido por ser apegado al dinero. La buena
noticia para mi es que hoy en esta palabra el Señor me hace ver que me necesita
libre de toda atadura en esta tierra, no me quiere esclavo. Por eso me invita a
desprenderme de todo aquello que me ata, que me lleva al sufrimiento porque
todo aquí en esta tierra es pasajero, que no sea falto de juicio, que me acoja
a lo verdadero, a lo que sí vale*.
*El
que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor
nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.